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Sai Baba

y el Ashram Gufa de
Nara Narayana - Parte III

por Swami Maheshwaranand

Sai Ram
SAI BABA Y EL ASHRAM GUFA DE NARA NARAYANA - PARTE III

Título original: Sai Baba and Nara Narayana Gufa Ashram - Part III

Reservados todos los derechos


para la lengua española

© Longseller S.A.

Traducción al castellano: Margarita Capellini


Corrección de estilo y pruebas: Delia N. Arrizabalaga
Diseño: Marcela Rossi (A&E Longseller)

Editado y distribuido por Longseller, 2001


Casa matriz: Avda. San Juan 777
(C1147AAF) Buenos Aires - Argentina
Internet: www.longseller.com.ar
E-mail: ventas@longseller.com.ar

248 Maheshwaranand, Swami


MAH Sai Baba y el Ashram Gufa de Nara Narayana: parte 3.-
1ª ed.- Buenos Aires: Longseller, 2001.
96 p.; 20x14cm.- (Experiencias con Sai Baba)
Traducción de: Margarita Capellini
ISBN 987-550-032-1
I. Título – 1. Espiritualidad

Queda hecho el depósito que marca la ley 11723

Impreso y hecho en la Argentina


Printed in Argentina

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la tapa,


puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna
ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,
de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

Esta edición de 3000 ejemplares se terminó


de imprimir en los talleres de Longseller, en Buenos Aires,
República Argentina, en diciembre de 2001.
Prefacio .

“Les he tenido que contar tanto acerca de Mi verdad,


pues deseo que ustedes reflexionen sobre esto y obten-
gan alegría de ello, para que así puedan inspirarse y
acatar las disciplinas dadas, progresando hacia la meta
de la autorrealización, la realización del Sai que está
guardado como reliquia en sus corazones”.
Sathya Sai Baba

Sai Baba y el Ashram Gufa de Nara Narayana es un libro


que revela la Divinidad del Señor en un contexto nuevo
e inspira a los devotos a conocer los secretos más ínti-
mos de las prácticas espirituales (Sadhana). Aunque el tí-
tulo de Lila Purushottama le fue dado al Señor en su en-
carnación previa como Krishna, también se corresponde
muy apropiadamente con la presente encarnación como
Sathya Sai Baba.

Swami Maheshwaranand trabajaba como pequeño


terrateniente cuando reunió todos estos juegos divinos
(lilas) de Bhagavan y los presentó en forma de libro.
Pero lo que ha acrecentado el valor de esta obra es su in-
terpretación de las lilas en el plano espiritual, basado en
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su saber y erudición y en su rica experiencia en el cam-
po de su disciplina espiritual.

Después de traducir y corregir la segunda parte del


libro, he decidido no hacer la traducción de unos po-
cos capítulos más que Swamiji había escrito, ya que la
historia acerca de los once ascetas (sadhakas) —que tan
sólo el Señor conoce— está completa y los capítulos
nuevos no agregarían nada. Sin embargo, tras una se-
gunda lectura encontré que, aunque directamente no
tienen nada que decir sobre los ocupantes del ashram
de Gufa, nos dan información básica sobre el Señor
Nara Narayana, Quien sentó una tradición de la más
elevada forma de disciplina defendida por Bhagavan
Baba en su encarnación actual. Como maestro del
Instituto he tenido la buena fortuna de observar y ex-
perimentar la relación entre Swami y Sus estudiantes
(Guru-Shishya). Los acompaña en el sendero de esta in-
tensa disciplina espiritual y no le gusta que cometan el
más leve desliz en el cumplimiento de la disciplina. Se
siente enormemente herido si sucede algo así.
Externa-mente, parece que está enfadado con Sus es-
tudiantes, porque los evita o no les habla. Pero ¡qué
equivocados estamos! Jamás podemos medir la pro-
fundidad de Su agonía en tales ocasiones. Así como
para ellos es cual un sueño hecho añicos, para Él es Su
propio fracaso o el fracaso de Su amor que no pudo
convencer a los estudiantes para que hiciesen una en-
trega total. La historia del Señor Nara Narayana es
una respuesta a la pregunta.

Es necesario incluir una palabra de advertencia. Los


tres capítulos que siguen presentan el desempeño del
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Señor en formas diferentes, ante distintas situaciones.
Actúa como Brahma, Shiva y Vishnú, en diversas opor-
tunidades y, algunas veces, simultáneamente. Sin em-
bargo, en Su aspecto supremo, Él es los tres. Por lo tan-
to, uno no debería sorprenderse si aparecen algunas
contradicciones en tales roles, como por ejemplo, el pa-
pel del Purusha de Brahma y del Nara de Shiva.
Espiritualmente hablando, son simplemente las dos for-
mas de ego que subyugan a una persona, por más bue-
na que pueda ser, en sus momentos más débiles y sólo
en una etapa posterior se da cuenta de la tremenda pér-
dida que sufre en el sendero del Sadhana. En estas cir-
cunstancias se la regresa a la casilla número uno y tiene
que comenzar de nuevo.

Al traducir algunos fragmentos del texto de Swami


Maheswaranand, descubrí que una versión literal sería
inútil. Él mismo tuvo que esforzarse para transmitir a
los lectores en hindi aquello que sentía. En mi calidad de
corrector, me he tomado ciertas libertades; he intentado
hacer uso de algún material que puede no encontrarse
en el texto original. Pero he mantenido en mente la uni-
dad interna del contenido y también el mensaje que el
autor quiere transmitir a sus lectores. Sin embargo, si
hubiera algunos defectos, recurro a la generosidad de
los lectores para que hagan caso omiso de mis fallas y
me concedan su perdón.

En el glosario, incluí algunas notas y referencias que


pueden resultar útiles.

Por gracia de Bhagavan, el libro ha sido traducido a


trece lenguas del mundo, nueve de la India y cuatro
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idiomas extranjeros, excluyendo al inglés. Sólo esto ya
indica cómo el mensaje de Bhagavan y Su gloria están
influyendo en la humanidad.

Con Pranams a los Pies de Loto.

B.P. Misra

W-4/A-18

Prashanti Nilayam A.P.

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Introducción .

En las dos partes anteriores referidas a Sai Baba y el


ashram Gufa de Nara Narayana, el autor ha menciona-
do cómo, cuando visitó Puttaparti en 1978, Bhagavan
Baba le pidió que permaneciera en Prashanti Nilayam.
Durante su estadía en Prashanti Nilayam, se enteró de
la visita de cierto Mahatma de Janajpur, Nepal, junto a
un joven de veintiocho años. Sai Baba les concedió una
entrevista, en la cual les pidió que se consagraran a una
rigurosa penitencia, con el propósito de lograr la libera-
ción. Swami Maheswaranand también fue informado
por el Mahatma, de que el joven gozó de una gracia es-
pecial de Baba.

El joven visitó dos veces Puttaparti; una vez en 1979-


80 y luego en 1982, oportunidad en que residió en
Prashanti Nilayam bajo la bondadosa protección de
Swami. Cada visita elevaba el nivel del Sadhana espiri-
tual del joven, quien se hizo más y más cercano a
Swami. En 1983, visitó Bangalore junto a un grupo de
diez personas. Tiempo después, Bhagavan le otorgó una
entrevista en Prashanti Nilayam, donde se le dijo que
debía ir a los Himalayas junto con sus compañeros de
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grupo y completar allí su práctica espiritual (Sadhana).
En ese momento, Baba también creó un recipiente
(Akshya Patra) y le hizo entrega de él.

En 1986, cuando este joven —quien actualmente se ha


convertido en la cabeza del ashram de Gufa— vino otra
vez a Prashanti Nilayam, permaneció durante tres me-
ses bajo las instrucciones de Bhagavan. En todo este pe-
ríodo, Bhagavan ha visitado, de tiempo en tiempo, el
ashram Gufa de Nara Narayana, mediante Su cuerpo
transcorporal, guiándolos en su Sadhana. Fue durante la
última permanencia del joven en Prashanti Nilayam,
que el autor tuvo oportunidad de conocerlo. Entonces,
el joven narró la historia completa, la cual es una reve-
lación no sólo de los milagros realizados por Bhagavan,
sino una mina de información espiritual.

La primera parte del libro cuenta acerca del viaje de


los once aspirantes (sadhakas) hacia Nara Narayana
Gufa, el episodio de Urvashi, el descubrimiento de la
extraña enredadera Somalatha, las divinas experiencias
de dos sabios —Swami Vamadeva y Virajanand—, el
descubrimiento de Jamini Mahabharata, la visita de los
tres sabios himalayos y su confirmación de la
Encarnación Divina de Bhagavan Baba.

La segunda parte trata sobre varias dudas y su clari-


ficación por parte de Swami Maheswaranand en la for-
ma de pregunta-respuesta. Abunda en citas mitológicas,
corroborando el punto de vista que expone ante los lec-
tores al contestar las preguntas. Las preguntas están re-
lacionadas con la posibilidad del regreso de los diez sad-
hakas, a la parcialidad de Baba con los aspirantes espiri-
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tuales del ashram de Gufa en preferencia a los
Pandavas, la exclusividad en el Bhakti Sadhana, la ruta
al ashram de Gufa y varios aspectos de la devoción por
Dios (Bhakti). También proporciona un interesante infor-
me sobre el interés de Baba por la cabeza del ashram de
Gufa, desde su infancia misma, ayudándole sutil y gra-
dualmente a progresar en el sendero espiritual y final-
mente, a convertirse en Sanyasa cuando llegó el momen-
to oportuno.

Lo que sigue en la tercera parte es de interés para los


buscadores espirituales.

—El Editor

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Capítulo I .

Pregunta: El nombre de Nara Narayana se asocia con


el ashram de Gufa, pero no se encuentran
disponibles detalles sobre el Avatar. Por
favor, aclárenos.

Respuesta: Una famosa obra de Shri Nabhadas, llamada


Bhaktamala (guirnalda de Devotos) da un re-
lato de las veinticuatro encarnaciones del
Señor Vishnú según sigue: “Jaya Jaya Meen,
Varaha, Kamath, Narahari, Bali-Vaman,
Parashurama, Raghuveera, Krishna Keerati,
Jaga Pavan, Buda, Kalki, aru Vyasa, Pruthu,
Hari, Hamsa Manavantara, Yagya, Rishabha,
Hayagreeva, Dhruvavardayi, Dhanvantri,
Badripati, Dutta, Kapila Deva, Sanakadik
Karunaka arau, Chaubees roopa leelaruchir
Shri Agradasa pada ur dharau”.

“Que haya victoria para Meena (Matsya), Varaha,


Kamath (Kurma), Narahari (Narasimha), Vamana y el
más bendito de los benditos —Parashurama, Raghuveera
y Krishna— cuya gloria ha santificado a este planeta
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Tierra. Que todos los Señores —Buda, Kalki, Vyasa,
Pruthu, Hari, Hamsa, Manavantara (Manu), Yagya,
Rishabha, Hayagreeva, Dhruva, Dhanvantri, Badripati,
Dattatreya, Kapila Deva y Sanaka Sanandana— derra-
men Su gracia sobre mí. Que todas estas veinticuatro for-
mas del Señor Vishnú puedan residir en el corazón don-
de los Pies de Loto del Gurú Agradas permanecen
permanentemente”.

A una de las encarnaciones mencionadas se le ha da-


do el tratamiento de Badripati. De hecho, Badripati es
otro nombre del Señor Nara Narayana. Nara Narayana
eligió el más sagrado santuario de Badrinat y el área a
Su alrededor, como sitio para la penitencia que conti-
nuará realizando allí, hasta el fin de este kalpa. Por eso
es natural recordarlo por el título de “Badripati”.

Bhagavan Nara Narayana nació del rey de


Sanyaminipuri-Dharmaraja y su reina Murthy. Eran me-
llizos. Tenían dos hermanos mayores: Hari y Krishna.
Así que, a pesar de ser los menores de edad entre todos
sus hermanos, ocuparon el lugar más elevado en la je-
rarquía de los Tapaswis.

Vishnú tomó esta encarnación para demostrar el ideal


más elevado de la austeridad y disciplina espirituales
(Tapas). Por lo tanto, desde su nacimiento mismo, lleva-
ron marcas de grandes ascetas en sus cuerpos, así como
también todos los atributos divinos del asceta se hicieron
presentes en su temperamento. Existe una creencia po-
pular acerca de que quienes descienden del devaloka al-
canzan una edad de doce años poco después del lapso de
dos ghadis (48 minutos) de haber nacido.
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También sus cuerpos obtienen igual fuerza propor-
cional. Como tal, el Señor Nara Narayana manifestó su
forma en ellos luego de un período de dos gadhis. La vi-
da de los ascetas es simple. Usualmente tienen cabello
enmarañado y la piel de su cuerpo se oscurece debido a
su exposición al sol y al frío, a la lluvia y las granizadas.
También ellos tenían el cabello enmarañado y la tez os-
cura poco después del nacimiento y un halo brillante
circundaba sus rostros.

“Los acontecimientos venideros proyectan con ante-


rioridad sus sombras por delante”, dice un proverbio
muy conocido. El Avatar Nara Narayana también mani-
festó numerosos signos auspiciosos desde la infancia.
Llevaban símbolos astrológicos de Hamsa en sus palmas
y el chakra en las plantas de sus pies. Como tales almas
simbolizan la sabiduría y la verdad eterna y son capaces
de orientar la rueda del tiempo, es natural que lleven ta-
les símbolos auspiciosos. Además, sus palmas tenían
otros símbolos como señal, que representaban fama y
gloria, y la mirada denotaba control de los sentidos y dis-
ciplina interna. Sus voces, como la nube que brama, re-
velaban solemnidad. Tenían manos largas, hermoso ros-
tro, frente amplia, cejas curvadas y nariz aguileña que fá-
cilmente podía encantar a uno. Así, ambos —Nara y
Narayana— eran complementarios uno del otro y po-
seían naturaleza y temperamento idénticos.

Por tener semejantes hijos, sus padres se considera-


ron extremadamente afortunados. Gracias a su devo-
ción y servicio, ambos hijos ganaron el corazón de sus
padres. Desde su gozoso corazón, la madre les dijo:
“Queridos hijos, pidan lo que quieran”. Ambos respon-
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dieron con gran humildad: “Oh, madre, si realmente es-
tás contenta con nosotros, entonces otórganos la bendi-
ción que libera de la vida mundana y permite que po-
damos pensar constantemente en Brahma (el Eterno) y
pasar nuestra vida en meditación y penitencia”. La ma-
dre les otorgó su deseo pero solicitó que ocasionalmen-
te visitaran a sus padres.

Entonces, los dos dejaron Sanyaminipuri y llegaron a


la sagrada tierra de Badrinat. Allí se dedicaron a una
profunda penitencia. Como la encarnación de Nara
Narayana tenía el propósito específico de establecer el
más elevado ideal de Tapas, es necesario comprender
cuáles fueron las implicancias detrás de esta encarna-
ción y ¡cómo está íntimamente relacionada con nuestro
Señor Sainath!

Destacando la necesidad de prácticas ascéticas


(Tapas) en la vida de un hombre, Maharshi Patanjali di-
ce: “Na atapasvino yaga siddih” (Aquello carece de
Tapa, Jiva no puede realizar a Dios).

La cuestión surge porque Dios es omnipresente y re-


side en todos en la forma de Atma (realidad divina del
individuo que existe por encima y más allá del cuerpo, la
mente, el intelecto). Atma es lo más cercano al hombre.
Nuevamente, el Atma no es ajeno a nosotros. Es nuestra
propia forma. Si esto es así, ¿cuál es la necesidad de ob-
servar una disciplina tan estricta como es la de Tapas?
Los grandes sabios han respondido a esta pregunta.

“Pramvikha nitya tranata swayambhu,


Tasmat prang pashyati nantaratma”.
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“El Atma es nuestra forma interna. Pero el alma espi-
ritual (Jiva) no está inclinada a mirar en su propio ser.
Da vueltas vagando en el mundo exterior, buscando a
Dios”. Ha tenido numerosos nacimientos y asumido in-
numerables formas. Por lo tanto, su fe en el mundo ex-
terno se ha hecho tan fuerte que se ha olvidado total-
mente de su verdadera naturaleza.

La pregunta que surge es: ¿qué es, después de todo, lo


que impide que el Jiva mire hacia sí mismo?, ¿qué lo obliga
a mirar hacia el mundo exterior y aceptarlo como la realidad
única? Según los sabios (Rishis), es la Maya-ilusión. Crea un
muro entre Jiva y Dios y así separa al Jiva de la Realidad
Primordial. Pero cuando pensamos en Maya, surge una cu-
riosidad natural. Si Maya es tan poderosa, ¿cuál es su for-
ma?, ¿dónde vive?, ¿cuáles son sus atributos? Finalmente
descubrimos que Maya no es un objeto distante. En realidad,
las tres Gunas —Sattoguna, Rajoguna y Tamoguna— son las
que moldean y dan forma a nuestra mente, que funciona se-
gún la influencia relativa de estas tres Gunas tanto en lo co-
lectivo como en lo individual.

Para hacer más explícito el punto, podemos decir que la


mente del hombre es el depósito de dos elementos en con-
flicto. Uno es la conciencia del hombre: Atma, y el otro es la
ilusión: Maya. Podemos describir a ambos como la natura-
leza animada e inanimada del hombre. Si somos capaces
de liberar a nuestra mente de su naturaleza inanimada,
por medio de la penitencia, o debilitar estas tendencias, en-
tonces lo que permanece con nosotros es el Chetantantra,
la eterna forma animada: Atma. Éste no es sino el verdade-
ro Ser: el Satchidananda Swaroopa. Como tal, el propósito
de la penitencia es la purificación de la mente.
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El objetivo primario de la encarnación Nara
Narayana es el de sentar un ejemplo en cuanto a que la
penitencia es la mejor y la más segura manera de purifi-
car la mente, de todas las impurezas. En el Vedanta
Sadhana se nos dice que una mente impura sufre tres
cosas: Mala, Vimkshepa y Aavarna. ¿Qué es Mala? Es el re-
siduo de las pasiones y características mundanas en su
forma acumulativa a través de millones de nacimientos
que experimenta el alma individual (Jiva). La volubili-
dad nacida de estas características es conocida como
Vikshepa; y la individualidad del Atma Tantra a causa de
la presencia de Mala y Vikshepa, es conocida como
Aavarna (Velo). Estos tres Doshas están conectados res-
pectivamente con las tres cualidades (Gunas) de la natu-
raleza del hombre: Sattoguna, Rajoguna y Tamoguna.
Para deshacerse de estos Doshas, el Vedanta Dharsana
recomienda tres clases de práctica espiritual (Sadhana).
Estas son Rectitud (Dharma), es decir, Nishkama Karma;
Upasana, es decir, Devoción (Bhakti) y Sabiduría (Jnana).
La vida del Señor Nara Narayana proporciona un ejem-
plo vivo de estas prácticas espirituales (Sadhanas).

La acción realizada sin deseo alguno por los resulta-


dos es la manera más segura de liberarse del Mala
Dosha. Para ilustrar este punto, los Puranas (historias
épicas hindúes sobre las encarnaciónes de Dios) dan un
vívido relato de la penitencia sobrellevada por el Señor
Nara Narayana en el sagrado Teertha de Namisharanya.
Después de haberse despedido de su madre, los dos se
dirigieron a Badrinat y pasaron allí un tiempo. Luego
partieron en un peregrinaje hacia los centros sagrados,
ya que hay una máxima popular entre los ascetas que
asegura que es un acto de heroísmo visitar diferentes
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Teerthas como asceta. Un asceta (Tapasvi) ha de enfren-
tarse con el sol y la lluvia, el frío y el calor, el hambre y
la sed, el horror y la humillación, sin reacción alguna.
Sólo una vida así es merecedora de ser llamada Tapas o
penitencia.

“Sahanam Sarvadukkhanam Chinta Vilap


Rahitam Tapa Nigadyate”

Llevar una vida de ecuanimidad bajo toda circunstan-


cia es verdadero Tapa. En el Tapa, el Atma mora en
Paramatmaswaroopa y nada puede afectar su estado
mental. Es fácil vencer al enemigo de uno con una espa-
da en la mano, pero es extremadamente difícil soportar
los conflictos que surgen en la mente de uno. Al igual que
un verdadero guerrero, cuando un asceta confronta y
vence todos los conflictos y dudas que surgen en su men-
te, alcanza un punto en el que logra ecuanimidad y todas
sus acciones son realizadas sin deseo alguno. Cuando su
mente es purificada y obtiene la liberación de la influen-
cia malvada del Mala Dosha, entonces el asceta renuncia a
trasladarse de un sitio a otro y se consagra completamen-
te a la meditación y a Tapas. Alcanzando un nivel más y
más elevado de Sadhana, finalmente se funde en su
Realidad última = Dios.

El Señor Rama también pasó catorce años de su vida en


la selva, trasladándose de un sitio al otro y cuando, me-
diante la penitencia, su corazón estuvo totalmente purifi-
cado, regresó a Ayodhya y gobernó como un rey ideal.
Aún ahora, hablamos de su reinado como reino de Rama
(Rama Rajya), donde cada uno de sus súbditos era feliz fí-
sica, mental y espiritualmente. Los Pandavas también de-
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ambularon por la selva durante trece años. A su regreso, se
quedaron permanentemente en su lugar y gobernaron
Hastinapura, de una manera recta. Bhagavan Nara
Narayana adoptaron el mismo método. Visitando diferen-
tes lugares sagrados en la llanura del Ganges, llegaron a
Namisharanya, que es popularmente conocido como
Nimasar, ubicado sobre las orillas del Gomati. Sentados ba-
jo las densas sombras de un baniano en Padmasana, se per-
dieron en meditación, lo cual dio como resultado un rigu-
roso Tapas. Pusieron sus arcos y flechas al lado de ellos.

En aquellos días, Prahlada gobernaba Sutal Loka.


Había oído hablar del sabio Chyavana —el hijo de
Maharshi Bhrigu— y, sobre todo, de las virtudes de la
vida ascética. Motivado por el deseo de ver por sí mis-
mo los lugares sagrados donde vivían los ascetas, pri-
mero visitó con su séquito Nimasar. Entonces vio a es-
tos dos ascetas realizando penitencia, pero también ob-
servó sus arcos y flechas puestos a su costado. Tal he-
cho, dio origen a una duda en su mente. “¿De qué le sir-
ven estos arcos y flechas a un asceta...?”, pensó. “Sólo
tienen valor para un rey o para un cazador. ¿Son real-
mente ascetas o son unos hipócritas realizando un frau-
de en el nombre de Tapa? De ser así, como rey es mi de-
ber castigar a semejantes personas”. Tomando tal deci-
sión, Prahlada desafió a los dos ascetas y sobrevino una
pelea entre ellos, pero durante la lucha, pronto se dio
cuenta de que no era sencillo vencer a los ascetas.

Al advertir que Prahlada estaba en problemas, sus co-


mandantes acudieron en su auxilio. Prahlada se creía in-
conquistable, ya que nadie en ninguna parte (lokas) había
podido vencerlo. Pero allí, la situación era increíble: a pe-
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sar de hallarse totalmente equipado con todo su ejército, se
encontró indefenso. Por eso, recordó y oró a su elegido
Señor Vishnú.

Vishnú, de cuatro brazos, portando una caracola, una


rueda, una maza y un loto en sus cuatro brazos, apare-
ció en el cielo y dijo así:

“Querido Prahlada, no puedo vencer a estos ascetas,


ya que son mis propias encarnaciones. En lo que respec-
ta a su acto de llevar arcos y flechas, está plenamente
justificado, ya que implica un propósito sagrado”.

Al oír esta voz divina desde el cielo, Prahlada aban-


donó sus armas, se inclinó ante los ascetas pidiendo per-
dón y regresó a su reino.

Aunque Prahlada pudo captar lo que su Señor quiso


decirle al aludir a la posesión de arcos y flechas por par-
te de Nara Narayana, es conveniente que nosotros co-
nozcamos el significado de este acto.

Aquí, el portar arcos y flechas implica la aceptación


de la práctica de la Rectitud (Dharma Sadhana) en el ver-
dadero sentido. En otras palabras, uno tiene que elevar-
se por encima de su interés personal y ofrecerle servicio
a los demás, de manera inegoísta. Este punto puede ser
comprendido mejor si pensamos en Rama, como Rama
y Lakshmana, quienes llevaron vidas de ascetas en la
selva, cargando sus arcos y flechas con ellos.

Kaikeyi, la segunda reina del Rey Dasharatha, solicitó


el cumplimiento de las dos promesas que su esposo le
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había hecho tiempo atrás. Una de ellas era que Rama de-
bía dejar Ayodhya y pasar catorce años de su vida en una
selva, como asceta. Para llevar a cabo esta orden, Rama
inmediatamente se sacó las ropas y ornamentos reales y
se vistió como un habitante de la selva, un simple asce-
ta. Pero no dejó su arco y flecha. Los llevó consigo.
Hubiera sido adecuado si hubiese dejado también su ar-
co y flecha. Pero no hizo esto. De igual manera, todos,
comenzando por Bharaduraja hasta Valmiki y Atri, lo
aceptaron como a un verdadero asceta. ¿Por qué? Es por-
que quería elaborar la teoría del amor en la cual se basa-
ba Rama. En el Bhakti Sutra de Narada, el amor fue de-
finido como “Tatsukha Sukhitvam”, es decir, observar la
felicidad de los demás como propia es amor. Aun si us-
tedes tienen que sufrir al hacer felices a los otros, debe-
rían sentirse felices. El arco y las flechas son de gran ayu-
da en la realización de este noble propósito. Las armas
que él cargaba eran un mecanismo para decirle al mun-
do que aunque estaba preparado para soportar cualquier
clase de sufrimiento, era totalmente indiferente a los do-
lores y placeres mundanos, sin embargo, estaba muy
consciente de los sufrimientos de los demás y no hubie-
ra tolerado si se cometía alguna injusticia a cualquier ser
vivo. De ser necesario, podía utilizar su arco y flechas. Y
Shri Rama demostró esto en toda ocasión, durante los ca-
torce años de su permanencia en la selva.

En el momento en que Sugriva advirtió que Rama y


Lakshmana venían hacia él, quiso huir, ya que creyó que
era alguien enviado por Bali para matarlo. Esto se debía
a su ignorancia, ya que nunca había presenciado una
forma combinada de renunciación e hidalguía. Sin em-
bargo, primero quería indagar.
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Por eso, envió a Hanuman ante Rama y Lakshmana.

Hanuman era un verdadero sabio y gran devoto de


Rama. De inmediato reconoció la divinidad de Sri Rama
y les rogó que lo acompañaran ante Sugriva. Durante el
transcurso de la conversación, Shri Rama se enteró de la
injusticia hecha con Sugriva por parte de su hermano,
Bali, y la clase de vida miserable que estaba llevando en
la montaña Rishyamooka, sin culpa alguna de su parte.
Entonces, tomó una decisión y proclamó:

”Sun Sugreeva marihaun


Balihi ekahi baan
Brahma, Rudra sarangata
Gaye no ubrahin paran”.
Ramacharitamanas - Doha - 6

“Querido amigo Sugriva, mataré a Bali con una sola


flecha. Aun si busca la protección de Brahma, el creador,
y de Rudra —es decir, Shiva— no puede salvar su vida”.

Estas palabras fueron pronunciadas por Sri Rama no


sólo para consolar a Sugriva sino que las transformó en
acción. Viendo todo el incidente desde afuera, parece
extraño, pero su justificación puede hallarse en lo que
Lakshmana le dijo a Shri Rama en Ayodhya. Al ente-
rarse de que Rama había sido despojado del trono y se
le había pedido ir a la selva por catorce años,
Lakshmana se alteró. No pudo tolerar la injusticia que
se estaba cometiendo con Rama.

Por eso, se presentó ante Sri Rama: “¡Señor!, ¿cómo


puedo tolerar esta injusticia que se te está haciendo?
21
Por lo tanto, tomo mi arco y flechas y me quedo de pie,
aquí. ¡Déjame ver quién se atreve a venir aquí y a per-
der su vida!”

Lakshmana explicó su posición a Sri Rama, con las si-


guientes palabras: ”El Rey Dasharatha ha cometido va-
rios errores al otorgar dádivas. Kaikeyi solicitó el cum-
plimiento de la dádiva cuando la coronación de Sri
Rama en el trono de Ayodhya había sido anunciada en
la corte real en pleno, ante la presencia de cientos de
personas. Todo ciudadano de Ayodhya lo sabe. Esto es-
tá totalmente respaldado por los Sastras y aprobado por
sabios como Maharshi Vasishta. Lo que ahora resta ha-
cer es sólo la realización de los rituales. Tendrán lugar
mañana. Por eso, Kaikeyi llegó tarde para pedir el trono
para Bharatha. Tiene la opción de solicitar cualquier
otra cosa bajo juramento, pero no la abdicación al trono
por parte de Sri Rama, ya que de hecho, la decisión es
definitiva.

Es una cuestión de dos promesas; una, dada a un in-


dividuo y la otra, a miles de personas. ¿A cuál de las dos
se le debería dar prioridad?”. Un segundo argumento
que expuso Lakshmana para justificar su postura en
contra de la injusticia era la incorrecta implementación
de promesas por parte del rey Dasharatha. Como cum-
plimiento de la primera promesa de Dasharatha,
Kaikeyi quería la entronización de Bharatha como rey
de Ayodhya y entonces sólo le pidió a Dasharatha que
solicitara a Rama que dejase Ayodhya y pasara catorce
años de su vida como un habitante de la selva. Esto fue
en cumplimiento de su segunda promesa. Lakshmana
sabía perfectamente que una vez que Bharatha ascen-
22
diera al trono, sería la última persona en ver la expul-
sión de Rama de Ayodhya. Él era un ferviente devoto de
Rama y no podía ni siquiera soñar con semejante acto
atroz de pedirle a Rama que dejara Ayodhya. Pero
mientras se estaban llevando a cabo las dos promesas, el
proceso fue completamente cambiado y no pudo tolerar
esto. Muy indignado ante la perpetración de la injusticia
para con su noble hermano mayor, quiso levantarse en
armas y castigar a todos aquellos que eran cómplices de
semejante crimen vergonzoso.

Pero ¿qué sucedió finalmente? ¿Le permitió Rama a


Lakshmana que llevara a cabo su deseo? No. Simbólica-
mente, le dijo a Lakshmana que sólo serviría a su interés
propio y aumentaría el ego de ellos. Esto conduciría a la
inquietud y al descontento en las personas. Uno no de-
bería olvidarse de que, cuando utilizamos la fuerza para
reprimir o vencer a otra persona, ésta puede aceptar la
derrota temporalmente, mas nunca estará resignada a
ella. El fuego de la venganza continúa ardiendo en su co-
razón y a largo plazo, es causa de la destrucción o de la
ruina. Por eso es mejor eliminar el descontento en el co-
razón de las personas, tomando la iniciativa y sacrifican-
do el interés propio. Así vemos que Rama, quien prohi-
bió a Lakshmana utilizar armas en Ayodhya, aseguró a
Sugriva matar a Bali con una sola flecha.

Sri Rama pudo haber declarado fácilmente: “Queri-


do amigo, es verdad que Bali te ha quitado por la fuer-
za a tu mujer, pero tu tragedia es reciente, mientras que
yo he estado sufriendo la pérdida de mi mujer durante
un período de trece años. Por lo tanto, lleguemos a un
entendimiento. Primero, toma la iniciativa y me ayudas
23
a recuperar a mi mujer, Sita, y yo me ocuparé de tu pro-
blema inmediatamente después”. Pero tal actitud hu-
biera sido muy egoísta. No es verdadero amor. La com-
pasión y el amor son los frutos del desapego y de la fal-
ta de egoísmo, de los cuales Sri Rama era la encarnación
misma. Él podría haber ido a cualquier distancia e in-
cluso utilizar su arco y flecha, para servir a los demás
que estaban en problemas reales, pero ciertamente, no
en su propio beneficio.

Éste fue el mensaje transmitido por el Señor Vishnú a


Prahlada.

Bhagavan Nara Narayana también realizó muchos


juegos divinos (lilas), manteniendo en su mira este sa-
grado fin. Jaimini Mahabharata las describe como sigue:

Había un demonio llamado Sahasrakavachi. Venera-


ba fervientemente al Dios-Sol. Como resultado de su pe-
nitencia rigurosa, el Dios-Sol estaba satisfecho y ofreció
otorgarle cualquier bendición que deseara. El demonio
rogó que su cuerpo fuera protegido con mis armaduras
(kavachas). Recién cuando alguien luchara con él durante
mil años, podía lograr romper una kavacha. Pero en el mo-
mento en que la kavacha es rota, el enemigo también mue-
re. Esta clase de bendición hizo del demonio un tirano y
un torturador de la humanidad. Fomentó en él senti-
mientos antisociales y se convirtió en el terror de toda la
humanidad. Era casi imposible matarlo. Toda la gente
honrada, los sabios (Rishis) y los Munies, rogaban al
Señor Vishnú y le solicitaban Su compasión para salvar-
los; incluso la encarnación misma de Vishnú como Nara
Narayana. De los mellizos Nara y Narayana, uno lucha-
24
ba con el demonio por mil años. Cuando logró romperle
una kavacha, cayó y se desvaneció como resultado de la
bendición otorgada al demonio. Inmediatamente, el otro
hermano roció agua bendita sobre él, cantando el man-
tra y lo trajo de regreso a la vida. Entonces comenzó a
luchar con el demonio por otros mil años y logró rom-
per la segunda kavacha. Cuando cayó y se desvaneció, el
otro hermano realizó el mismo ritual y lo regresó a la vi-
da. Esta estrategia continuó y se quebrantaron nove-
cientos noventa y nueve kavachas. Nara y Narayana lu-
charon en forma alternada con el demonio y lograron
destruirle sus novecientas noventa y nueve kavachas.
Cuando quedaba una sola kavacha con el demonio, este
huyó y se escondió en el sol. Más adelante, en la
Dwapara Yuga, éste mismo demonio nació como Karna,
el hermano mayor de los Pandavas. Nació con una ka-
vacha en su cuerpo. A su vez, contemporáneamente
Nara y Narayana también descendieron a la Tierra co-
mo Krishna y Arjuna. Fue Arjuna quien mató a Karna
después de que Indra había demandado los aros y las
armaduras de Karna como limosna. De esta manera, el
demonio Sahasrakavachi, quien se convirtió en el terror
de la humanidad, fue muerto por Nara Narayana.

Así, vemos que tanto Rama como Nara Narayana, a


pesar de llevar una vida de ascetas, usaban el arco y las
flechas para proteger a la humanidad y hacer felices a
los demás.

El arco y las flecha, en su forma material, son un im-


portante símbolo mitológico, pero tienen una muy am-
plia connotación en el lenguaje espiritual. Implica que
todo individuo lleva en él, el arco y la flecha, aunque no
25
tenga conciencia de ello. En las Upanishads se encuen-
tran indicaciones al respecto.

“Pranavo hi dhanuh, sharo hi atma


Brahma tat lakshyamuchate
Apramatten vedhavyam
Sharavat tanmayo bhavet”.

La lengua en la forma de Pranava —que es vibración


vital que llena el Universo—, asociada con la inteligen-
cia como Buddhi, es el arco de uno. El Espíritu (Atma) de
uno es la flecha. La Maya (ilusión de ver lo irreal como
real) que envuelve la mente del hombre es el demonio.
Uno tiene que poner la flecha átmica en el arco del
Pranava y disparar derecho, para perforar a Maya, hasta
que la flecha se pierda en Brahma Mismo. En otras pa-
labras, el Atma tiene que cruzar el obstáculo de Maya y
fundirse en el Paramatma. Esto es posible sólo cuando
uno se consagra completamente a un Sadhana intenso,
pronunciando constantemente el sonido del Pranava.

Al vivir en este mundo, el hombre siempre está dis-


parando sus flechas de sankalpa y vikalpa, pero durante el
proceso, su interés propio es lo más importante.
Naturalmente, no da en el blanco. La vida no es un cuen-
to de Nishkama karma y rectitud. Por eso, no logra libe-
rarse del Mala Dosha que está profundamente instaurado
en su corazón. Éste es el motivo principal por el cual su-
fre la humanidad, prevalece la miseria y no hay paz.

Bhagavan Sathya Sai Baba, la encarnación actual de


Nara Narayana y de Sri Rama, indica muy claramente có-
mo utilizar el arco y la flecha espirituales. Su declaración:
26
“Mi vida es Mi mensaje”, contiene la esencia de la filoso-
fía del karma.

En la infancia, Sai Baba era conocido como Sathyanara-


yana. Cuando se encontraba viviendo con Su hermano
mayor, Shesham Raju, en Kamlapur y en Urvakonda y es-
taba estudiando allí, la condición financiera de la familia
era extremadamente pobre. Durante este período se estaba
realizando un campamento scout en la feria de Pushpagiri.
Para servir a la gente allí, se decidieron dos programas.El
primero era el programa de Primeros Auxilios para los
enfermos y necesitados y el segundo proporcionaba en-
tretenimiento saludable a las personas, mediante juegos
y deportes.

Sus amigos insistieron en que Sathyanarayana accediera


a participar en el campamento. Pero necesitaba veinte ru-
pias que le permitieran afrontar los gastos durante el cam-
pamento. Uno de sus amigos, Ramesh, cuyo padre era adi-
nerado, le ofreció a Baba un traje de scout nuevo. Pero
Sathya Sai Baba rechazó gentilmente el ofrecimiento. Le ex-
plicó a su amigo que el amor puro debería estar basado en
la falta de egoísmo. Cualquier transacción material arruina
el vínculo de la amistad, ya que el que da se considera su-
perior al que recibe, quien siempre se siente humilde frente
a él. Por ello, es mejor mantener alejada dicha transacción
entre los amigos.

Sathyanarayana recopiló sus canciones y vendió la


recopilación por cinco rupias. Compró el traje de scout
con el dinero, pero aún le faltaban quince rupias. Vendió
sus viejos libros escolares por otras cinco rupias.
Cuando Sathyanarayana estaba contando su dinero, la
27
casera oyó el tintineo y le quitó todo el dinero, por con-
siderar que había sido robado de alguna parte.

El día del viaje, mientras todos los estudiantes fueron


en ómnibus, Sathya tuvo que cubrir la distancia de diez
millas a pie. Por casualidad, levantó una moneda de una
“anna” tirada en la calle y utilizando su inteligencia, la
convirtió en doce “annas”. Pero esto era apenas algún di-
nero para cubrir los gastos de cinco días. Así que pasó
tres días sin comida alguna. Aun así participó de todos
los juegos y ganó una cantidad de premios. El día de la
partida, le pidió prestado un “anna” a su amigo Ramesh
y compró bermellón, una guirnalda y algo de comida
(Prasadam) para los miembros de su familia. Sin embar-
go, a su llegada fue recibido de manera extraña. Su cu-
ñada se quejó a su hermano Sesham Raju de que su her-
mano Sathya estuvo holgazaneando durante cinco días y
en su ausencia ella había tenido que acarrear el agua del
pozo y traer la leña del bosque. Se aclara que Sathya te-
nía asignada la tarea de obtener agua de un pozo ubica-
do a una milla de su casa y también de buscar la leña del
bosque. Éste era su deber cotidiano. Al escuchar la queja
de su mujer, Sesham Raju se descontroló y golpeó seve-
ramente con una regla de madera a su hermano menor.

Al leer el relato sobre la pobreza de Sai Baba, es natu-


ral que los lectores se acongojen. Hasta podrán pregun-
tarse si Bhagavan Baba, el Creador del Universo, no pu-
do hacer algo para erradicar su pobreza. Pero tal opinión
resultaría engañosa. Si uno lee cuidadosamente o intenta
indagar a través de aquellos que entonces se hallaban cer-
canos a Él y aún se encuentran con vida, uno podría sa-
ber que todo el episodio no fue más que un drama repre-
28
sentado por el Señor Mismo. Generando compasión en el
corazón de los devotos, Sai Baba realizaba de manera si-
multánea una cantidad de milagros, dando así vislum-
bres de Su Divinidad. Seguidamente se hablará de los
primeros años de Su vida.

Kameswaramma, la esposa del vecino maestro


Thammi Raju, era una gran devota de Baba y tenía un
corazón puro. Ella ya había tenido algunos atisbos de la
divinidad de Bhagavan. Siguiendo Sus sugerencias, co-
menzó a venerar a Shirdi Sai. Como una ferviente devo-
ta deseaba recibir la bendición total de Bala Sai, vene-
rando a Su encarnación previa como Shirdi Sai. Para lo-
grar este objetivo, celebró un festival de cuarenta días.

Su preocupación era dónde conseguir una foto de


Shirdi Sai. Al estar sumida en ese problema, un pájaro
que vino de ninguna parte, trajo en su pico una foto de
Shirdi Sai Baba, la dejó frente a Kameswaramma y se
fue volando. La dama estaba pasmada de alegría. Su
preocupación había terminado. La ceremonia comenzó
con todos los rituales y el fervor religioso. Shri Sathya
Sai Baba también la visitaba todos los días junto a los hi-
jos de su hermano, quienes estaban bajo la tutela de
Thammi Raju. Le narraba a Kameswaramma numerosas
historias mitológicas y así reforzaba su fe en esta
Divinidad. También arrojaba luz sobre cualquier punto
dudoso en el curso de la narración.

El cuadragésimo día era el último de la ceremonia.


Un día antes de que la adoración ritual (Puja) se com-
pletase, Kameswaramma estaba muy preocupada. De
acuerdo con la tradición, ella debía ponerse un sari de
29
seda nuevo, conseguir una lámpara de barro, mantequi-
lla (ghee), varillas de incienso y flores y también algunos
dulces para ser ofrecidos a la deidad. Dónde obtener to-
do esto era en verdad un problema. De pronto, advirtió
la presencia de un mono en la terraza de la vivienda. És-
te miró furtivamente hacia el patio y arrojó una bolsa
frente a Kameswaramma. Ella se asustó y levantó la mi-
rada. El mono ya se había alejado a los saltos hacia la ca-
sa vecina y desapareció. Cuando miró el contenido de la
bolsa, encontró una carta escrita por Bala Sai, en la cual
se mencionaba que había sido Él quien ya antes se le
presentó como un pájaro y un mono. También la felicitó
por la realización de la ceremonia y la bendijo con una
mayor devoción y paz.

Probablemente se debió a la observancia de esta cere-


monia que Bhagavan Baba Se reveló ante ella en la for-
ma de Dashavatar. Cuando hizo su aparición como
Nrasinghavatar, estaba tan asustada que le rogó a Baba
que retirase esa aterradora visión y apareciera nueva-
mente como Bala Sai.

Por lo dicho antes, es evidente que aunque Bala Sai


era omnipresente, optó por una vida de escasez y po-
breza por Su propia voluntad. Durante Sus días de es-
tudiante, materializaba cualquier cosa, por ejemplo go-
mas de borrar, lápices, cuadernos, golosinas, etc. y las
distribuía entre Sus amigos. En otro plano, otorgaba
gran devoción, amor y paz a los buscadores de espiri-
tualidad como Kameswaramma y Se manifestaba como
Divinidad. Sin embargo, como un niño en la familia Raju,
Sathyanarayana padeció todos los sufrimientos de la
pobreza, ¿por qué?
30
Todas estas facetas de la personalidad de Sainath de-
muestran el verdadero uso de la mente (Mana) y del in-
telecto (Buddhi) como el arco y las flechas utilizadas por
Vishnú —en su encarnación del Señor Rama— en el
Treta Yuga. De esta manera, se liberó totalmente del
Mala Dosha. Sai Baba, en su vida personal, ha sentado el
ideal de la más elevada moralidad y disciplina, que es
tan rigurosa en su aplicación como la penitencia sufrida
por Nara Narayana.

Si en el presente, estamos privados de la verdadera


devoción y paz, la razón yace en el hecho de que no he-
mos moldeado nuestras vidas en el modelo de
Bhagavan Baba y aún padecemos el Mala Dosha. El ser-
vicio desinteresado a la humanidad es un sueño lejano
para la mayoría de nosotros. Cuando están rodeados de
grandes dificultades, los devotos olvidan dirigir sus
oraciones a Bhagavan, pero el Señor, en toda Su compa-
sión, no los olvida sino que los protege de toda clase de
desgracias, ya sean físicas, mentales o espirituales.

Así, la descripción mencionada del Señor Nara


Narayana nos hace darnos cuenta del verdadero signifi-
cado del Dharma Sadhana o del servicio desinteresado.

31
Capítulo II .

Pregunta: El nombre de Nara Narayana se asocia con


el ashram de Gufa, pero no hay disponibles
detalles sobre el Avatar. Por favor, aclárenos.

Respuesta: En el capítulo anterior se ha hecho conocer


la vida de Bhagavan Nara Narayana, a tra-
vés del Vedanta Sadhana. Se nos ha dicho
que la mente humana sufre de tres doshas:
Mala, Vikshepa y Aavarna. También se ha
dicho que uno debe practicar nishkama
karma como una forma de Dharma
Sadhana para liberar la mente, del Mala
Dosha. Ahora discutiremos algo acerca del
segundo dosha, es decir, Vikshepa.

Vikshepa está íntimamente asociado con aquella parte


de la naturaleza humana que se denomina Rajoguna. La
característica básica de este atributo es la volubilidad.
La verdadera naturaleza del Atma es la ecuanimidad y
la estabilidad. Pero el Rajoguna, debido a su naturaleza
voluble, se interpone en el camino de la autorrealiza-
ción. Pero si un sadhaka está alerta, puede canalizar este
33
atributo hacia el Bhakti Sadhana y, de esta manera, avan-
zar hacia la realización de Dios. Bhagavan Nara
Narayana demostró este aspecto del Sadhana a través de
la penitencia emprendida en Avantika.

Desde Namisharanya llegó Nara Narayana a Avantika


(Ujjain), otro sagrado santuario a orillas del río Kshipra.
Grandes ascetas desde épocas antiguas han dicho:

Paani to bahata bhala


Khade so gandla hoi;
Tapsi to chaltaa bhala
Daag na laage koi.

“Al igual que el agua que fluye está siempre limpia y


pura y el agua estancada desarrolla impureza, un asce-
ta (Tapasvi) siempre debería estar en movimiento y no
permanecer en un lugar por mucho tiempo, ya que una
estadía prolongada desarrolla apego material y fallas en
sus senderos”.

En Ujjain se comprometieron en un intenso Tapas.


Aquí, Nara Rishi recurrió al Bhakti Sadhana, basado en
austeridades (Tapas) y se sometió a una rigurosa disci-
plina para agradar al Señor Narayana, quien era avatar
junto a Él como Su cohermano. Su Sadhana, concentra-
do en una estricta disciplina física, mental y espiritual,
continuó por un largo período. Finalmente, Nara Rishi
tuvo éxito en sus esfuerzos para ganar la gracia del
Señor Narayana. Narayana estaba muy contento y le di-
jo a Nara: “Varani broohi” (“Pide lo que quieras”).
Uniendo sus manos, Nara Rishi oró al Señor Narayana:
“Señor, Tu Gracia es mi placer. Es una bendición para
34
mí. Yo solamente oro para que pueda continuar disfru-
tando de Tu gracia eternamente”. El Señor Narayana di-
jo: “Tathastu” (“Que así sea”). Luego agregó: “Aunque
como Iswara Yo soy supremo, desde el día de hoy las
personas utilizarán siempre tu nombre primero, al men-
cionarnos juntos. Ya que me has agradado con tu
Sendero de la Devoción (Bhakti Sadhana), todos aquellos
que pronuncien el nombre de Nara Narayana tendrán el
derecho de Mi gracia intacta”.

Al encontrar a Narayana favorablemente dispuesto,


Nara tomó valor y sugirió: “Señor, ¿por qué no te con-
viertes en mi auriga?”. Narayana no pudo contener Su
risa y dijo: “Estás hablando bajo la influencia del futuro.
De acuerdo, en Mi próxima encarnación cumpliré tu de-
seo. Ambos naceremos como Arjuna y Krishna”.

Este episodio revela cómo hasta la volubilidad de la


mente, que es el resultado de Vikshepa dosha, puede ser
desviada hacia una buena causa a través del Bhakti
Sadhana. La volubilidad es indeseable si está relaciona-
da con objetos mundanos y cosas materiales, pero si la
canalizan hacia Dios, toma la forma de devoción. Si es-
ta devoción se hace imperturbable, a largo plazo resulta
ser del orden más elevado y produce grandes milagros.
En tales situaciones, a veces Dios parece más pequeño
que Su devoto. El amo se convierte en el sirviente y el
sirviente en el amo. Esto es lo que encuentran al co-
mienzo de la batalla de Mahabharata.

En el primer capítulo del Gita, Arjuna le dice a


Krishna:

35
“Senayormadhye ratham “sthapaya mechyuta”.
“Krishna, por favor, coloca mi carruaje en el medio de
los dos enemigos”. (Gita - capítulo 1/21). Pero Krishna,
quien acepta la posición inferior del auriga para Arjuna,
también explica en el Gita cómo la volubilidad de la
mente puede ser cambiada en devoción.

“Aham sarvasya prabhavo mattah sarva pravartate


Iti matva bhajante mam budha bhaava samanvitah
Machchitta madgatprana bodhayanta parasparam
Kathayantascha mammityam tushyanti
charamanthi che”

Krishna dice:

“Yo soy el origen de todo. Todo es producido desde


Mí. Sabiendo esto, los sabios Me veneran con devoción.
Con su mente y sentidos dirigidos hacia Mí, explicán-
dome unos a otros, y hablando de Mí, ellos están siem-
pre contentos y felices”.
(Capítulo X, slokas 8-9)

Según el Señor Krishna, la volubilidad de la mente


significa su naturaleza inestable. Al igual que un niño,
la mente del hombre jamás está situada en un lugar. Está
siempre cambiando. Brinca y salta de un objeto al otro.
Pero, como devotos, no necesitan preocuparse por ello.
Únicamente hagan una sola cosa. Cambien el área de su
operación. En lugar de enfocarla hacia la creación de
Dios, mejor enfóquenla en el Creador Mismo.

“Piensa en Mis juegos divinos (lilas) desde el fondo


de tu corazón. Si ansías encontrarte con alguien, que sea
36
conmigo. Siempre piensa en Mí, habla de Mí y que to-
das tus acciones sean dirigidas hacia Mí. Que tu lengua
pronuncie constantemente Mi nombre y que tu corazón
derive placer en Mi compañía”.

“Hari, ananta Hari katha ananta” es un famoso adagio.

Dios es infinito y así son Sus lilas, Sus jugueteos y di-


versión. Sus caminos son inescrutables. Aunque la mente
del hombre está cambiando constantemente y viaja más
velozmente que la luz y llega a cualquier lado que desee,
en la fracción de un segundo, no puede abarcar los juegos
divinos (lilas) del Señor y pronto se cansará. La transfor-
mación gradual comenzará entonces y, en lugar de iden-
tificarse con los objetos mundanos, comenzará a identifi-
carse con las diferentes lilas del Señor y su naturaleza su-
frirá un cambio. Del Rajoguna procederá al Satoguna y se
hará pura. La pureza se convertirá en sublimidad, en la
vida de los devotos con mente pura. Tendrá acceso al as-
pecto del conocimiento del Señor, como ha sido dicho.

“Satvat sanjayate Jnanam”

Si este sistema parece ser difícil, entonces hay otro


sistema más simple planteado por Goswami Tulasidas
en el Rama Charitra Manas. Tulasidas pone énfasis en la
adoración mental (Mansik Puja), la cual puede controlar
la volubilidad de la mente y cambiarla hacia la devo-
ción. Al describir uno de los sistemas característicos de
la época actual (Kaliyuga), dice:

“Kalikar, ek puneet pratapa,


manas punya honhi nahi papa”
37
“Compadeciéndose de las personas nacidas en la Era
de Kali, el Omnimisericordioso Dios otorgó ciertas facili-
dades para el bienestar de la humanidad. Nuestra men-
te oscila entre los pensamientos buenos y los malos.
Hasta la Era de Dwapara, el hombre generaba punya por
sus buenos pensamientos seguidos por acciones virtuo-
sas o generaba pecado por sus malos pensamientos se-
guidos de acciones malvadas. Pero en el Kaliyuga, el
hombre será recompensado con seguridad por sus virtu-
des, mas no será castigado por sus errores, con tal que es-
tén limitados sólo a la mente del hombre y no sean lle-
vados a la acción”.

En el Bhaktamala, en lo que hace al papel de los de-


votos en la India medieval, hay un relato de Mansik
Puja, protagonizado por un confitero llamado Gangoli.
Éste se dirigió a un sabio y sugirió: “¡Oh, Gran Sabio!
Todo el tiempo nos está diciendo que concentremos
nuestra mente en Dios y meditemos en Él. Esto sólo es
posible si la mente está dispuesta a hacerlo, pero si se
niega a ello, ¿qué puedo hacer?”. El sabio preguntó:
“¿Qué le gusta hacer a tu mente, por lo general? ¿Cuál
es su área de interés?”. Gangoli respondió: “Soy confi-
tero. Durante toda mi vida he estado preparando dul-
ces. Cada vez que intento meditar en Dios, sólo cruzan
por mi mente escenas de la preparación de diferentes
dulces”. El sabio sonrió y dijo: “Está bien. Continúa ha-
ciendo dulces. Prepara diez veces más de lo que estu-
viste preparando, pero con una leve diferencia”. “¿Cuál
es, oh, Maharajá? Dime, por favor”. El sabio dijo:
“Hasta ahora has estado preparando y vendiendo dul-
ces a las personas. No pudiste salir de tu pobreza. Aún
eres pobre y seguirás siéndolo. Pero si Dios acepta una
38
vez tus dulces, tu pobreza se desvanecerá para siem-
pre”. Gangoli estaba muy excitado. Pero al minuto si-
guiente se lo vio preocupado. Le dijo al sabio:
“Preparar dulces no es un problema. ¿A dónde debería
ir para encontrar a Dios y solicitarle que compre mis
dulces?”. El sabio contestó: “No tienes que preparar
dulces en el plano físico. Tan sólo piensa todo el tiempo
en tu mente que estás preparando toda clase de delicio-
sos dulces y que se los estás ofreciendo a Dios. Imagina
que has construido un hermoso templo y has ubicado a
Dios en él; que has dispuesto varios platos de golosinas
y se los estás ofreciendo uno por uno al Señor Krishna,
y también que Él te está sonriendo y que las está to-
mando una por una, de los platos y comiéndolas”.

Así, Gangoli consiguió adoptar la forma de devoción


que le gustaba. Todas las mañanas en Brahma Muhurta,
se levantaba, se bañaba y cerraba sus ojos. Entonces
pensaba que había traído mármol blanco de las famo-
sas minas de Makarana, cerca de Kaipur, y construía un
hermoso templo incrustado con costosas gemas de di-
ferentes matices. Luego pensaba que hacía un hermoso
ídolo del Señor Krishna sentado en un columpio.
Después pensaba que preparaba dulces de cincuenta y
seis clases, los cuales al Señor le gustaba comer y se los
ofrecía al amado Señor. Su mente estaba absorta en pen-
sar sólo en esas cosas. Experimentaba una inmensa ale-
gría en todo el proceso. Ésta era su Mansik Puja.

A medida que transcurrían los días, su adoración se ha-


cía más intensa y así era su devoción hacia Dios. Sai Baba
ha dicho: “Si ustedes avanzan un paso hacia Mí, Yo avan-
zaré diez pasos hacia ustedes”. Ahora, Krishna estaba en
39
la búsqueda de oportunidades adecuadas para revelarse
ante Gangoli. Finalmente, llegó el momento deseado.

Un día, mientras estaba preparando dulces en su


mente, aparecieron viejos hábitos. En su vida real como
profesional, siempre intentaba que su aporte fuera me-
nor, pero que el beneficio recibido fuera mayor. Ese día
en particular, mientras preparaba mentalmente los dul-
ces para ofrecerlos a Dios, puso menos azúcar que lo re-
querido en la preparación. En el momento de dicho in-
tento, Krishna apareció ante él y tomó su mano. Krishna
le dijo a Gangoli: “Mi amigo, si realmente tenías que
gastar más dinero para comprar azúcar para usar, pue-
do entender tu acto de ponerle menos azúcar al conte-
nido. Pero aquí, donde sólo estás preparando dulces
mentalmente y no necesitas gastar una sola moneda,
¿por qué tendrías que ser mezquino?”. Cuando Gangoli
abrió sus ojos, encontró a Krishna sosteniendo su mano
y prohibiéndole hacer eso. Al encontrar Gangoli a su
Señor ante él, se postró a Sus pies de loto y uniendo sus
manos propuso: “Señor, lo que dices es correcto pero lo
siento, no puedo dejar de mezclar menos azúcar que la
deseada en Tu ofrenda de comida (prasadam)”.

El Señor estaba atónito y le arrojó una mirada en for-


ma inquisitiva.

Gangoli sonrió y dijo: “Señor, innumerables devotos


están ofreciéndote dulces y otros artículos, entregándo-
te las mejores de las preparaciones en la vida real. Lo
mío es sólo una adoración mental. Ellos, sin embargo, se
quejan de que nunca les das Tu presencia divina
(Darshan), mientras que yo tengo la suerte de que te ha-
40
yas aparecido realmente ante mí, cualquiera que haya
sido la razón para ello. Si el que haya mezclado menos
azúcar fue responsable de este favor, ¿por qué debería
dejar de hacerlo?”

De esta manera se estableció un verdadero vínculo de


amor entre Dios y Su devoto. Lo que había dicho
Tulasidas fue demostrado en este caso. El Señor no le
prestó atención a la avaricia de Gangoli. Por el contra-
rio, sólo lo recompensó mediante Su darshan por su fer-
viente devoción hacia Él. Así, hasta una mente oscilante
fue dirigida hacia la devoción.

Insistiendo en los resultados favorables de la devo-


ción, el Señor Krishna menciona en el siguiente sloka:

“Teshamevanukampartham ahamgayanajantamah
Nashayamyatmabhavasthogyana deepen bhaswata”.

“Tan sólo para bendecirlos, Yo, que resido en el intelec-


to de ustedes, destruyo la oscuridad nacida de la ignoran-
cia, mediante la resplandeciente luz del conocimiento”.

De esta manera, Dios no tendrá que realizar ningún


esfuerzo en especial para destruir la oscuridad de la ig-
norancia. Más adelante, Krishna dijo: “Al igual que es-
tando sentado en el carro de Arjuna destruía a sus ene-
migos, pasaría por encima del cuerpo-carro de Mis de-
votos y destruiría a su enemigo-ignorancia. Serví a
Arjuna como un sirviente y no dudaré en aceptar la mis-
ma posición o una similar por el bien de Mis Devotos
(bhaktas).” Así, vemos que el Señor ha sugerido la forma
de adoración más simple posible para destruir la oscu-
41
ridad de la ignorancia a través del Bhakti Sadhana. Le
asigna un lugar muy elevado a la devoción. Sin embar-
go, la mayoría de nosotros no saca provecho de ello.
¿Por qué? Maharshi Veda Vyasa, el autor de dieciocho
historias divinas (Puranas), mencionó los tres principa-
les problemas que se interponen en el camino del devo-
to (Bhakta). El primero es el comportamiento obstinado.
El segundo es un sentido de orgullo por las virtudes que
adquiere. El tercero es una demostración de poder en el
atuendo de devoción.

Esto requiere elaboración. La historia de Kapal


Mochana dice así:

En el comienzo de la creación, el Creador —Brahma—


tenía cinco cabezas. Brahma utilizó Sus cuatro cabezas
para la creación de los cuatro Vedas, pero la quinta cabe-
za estaba todo el tiempo silenciosa. Tenía una energía y
una refulgencia tremendas. Su brillo era insoportable.
Los dioses se acercaron al Señor Shiva y le rogaron que
los liberara de esta tortura. El Señor Shiva se sintió infe-
liz ante el penoso estado de los dioses y emocionado cor-
tó la quinta cabeza de Brahma, utilizando Sus filosas
uñas. Sorpresivamente, la calavera separada se adhirió a
una de las palmas del Señor Shiva. Brahma también se
enfadó. Enjugó Su frente y con fuerza arrojó al suelo las
gotas de sudor. Al instante apareció un dios (Purusha) es-
pantoso. Recibiendo órdenes de Brahma, corrió hacia
Shiva. El Señor Shiva huyó inmediatamente hacia
Badrinat y le imploró al Señor Narayana que lo salvara
de esta calamidad. Ante la vista del Señor Narayana y un
chapuzón en el sagrado Ganges, la calavera que estaba
adherida a la palma de Shiva, cayó inmediatamente al
42
suelo. Además, en ese momento en que Narayana emitió
un grito beligerante, el terrible hombre de Brahma cayó
al piso, inconsciente. Desde entonces, se le ha dado el
nombre de Kapalshila a una inmensa roca que represen-
ta la forma humana del purusha de Brahma.

Como se mencionó con anterioridad, esta historia se


conoce como Kapal Mochana. Kapal significa calavera y
el intelecto reside en ella. Mochana significa liberación.
En el lenguaje espiritual podemos decir que Kapal
Mochana quiere decir la liberación del Budhi del
Ahankara, o sea, el intelecto del ego. El establecimiento
de la base de Kapalshila nos recuerda el método de pe-
nitencia que ayuda a un asceta a liberarse de su ego y
transformarlo en verdadera devoción. La lástima es, sin
embargo, que a pesar de que miles de peregrinos vienen
para estar presentes al paso del Señor Badrinath
(Darshan) y también para visitar Kapalshila, apenas se
molestan en reflexionar sobre el significado espiritual
de este sitio.

El episodio anterior menciona que Brahma siempre es-


tá recitando los Vedas y Sus cuatro bocas están ocupadas
todo el tiempo en esta actividad. Todo está adecuado a las
cosas. El mensaje de los Vedas es para el bienestar de to-
do el universo. El hombre, desde su nacimiento mismo es
extrovertido y se encamina totalmente hacia las comodi-
dades físicas, si carece de restricciones. Por eso es necesa-
rio controlar sus deseos como corresponde al decoro, pa-
ra que así no transgredan el límite de la moral. Al igual
que las cuatro bocas de Brahma están recitando los Vedas
todo el tiempo, todo buscador de Dios ha sido provisto
de cuatro medios para obtener conocimiento. Ellos son
43
Chitta, Mana, Buddhi y Ahankar, también conocidos co-
mo Antahakaram Chatushtaya. Uno debería aprovechar
los cuatro para aprender los Vedas y trasladar sus ense-
ñanzas a la vida. Recién entonces, la disciplina y el deco-
ro pueden ser sustentados en la vida. El primero, Chitta,
ayuda a reflexionar sobre la necesidad del decoro esta-
blecido por los Vedas. Mana o la mente crea un estado de
indecisión (Sankalpa-Vikalpa) sobre qué es correcto y qué
es incorrecto. Buddhi o el intelecto fomenta la capacidad
de discernimiento, la cual les ayuda a tomar la decisión
correcta y Ahamkar promueve Satwika Aham (ego honra-
do) el cual debería ser utilizado en el servicio a la huma-
nidad. Tulasidas nos dice:

“As abhiman jaai jani bhore,


Mai sewak raghupati pati more”.

El Señor Rama implementó en su vida personal, el de-


coro y la decencia defendidos por los Vedas y presentó a
todo el mundo un modelo de cómo un individuo debería
conducir su vida en cuanto miembro de la sociedad. El
mismo Rama ha encarnado como Bhagavan Sai Nath.

Si Brahma, el Creador, se hubiera consagrado sola-


mente a la recitación de los Vedas, no hubiera habido
problemas. Pero Su quinta cabeza era una contradicción
respecto de Sus otras cabezas. En los Puranas, cada vez
que se menciona a la quinta cabeza, se la describe como
símbolo del comportamiento incorregible. Hay una re-
ferencia sobre Brahma visitando Jyotirlinga y haciendo
una falsa declaración de que él había estado en la cima
y allí había adorado al Señor Shiva. En otro contexto se
dice que a Brahma no le gustó cuando se dio cuenta de
44
que Shiva apenas tenía interés por el universo creado
por Él. No aprobó la filosofía de Shiva sobre Nivriti.
Otro Purana expresa que Brahma se puso muy nervioso
cuando Shiva propagó la realidad fundamental que lla-
mó Nirvana. Aun hay otra referencia acerca de que
Brahma estaba utilizando Su quinta cabeza para repri-
mir y torturar a los dioses que creían en el decoro y en
la moral.

Como por naturaleza, Shiva se preocupa por el bie-


nestar de todos los seres animados e inanimados, tomó la
iniciativa de destruir la quinta cabeza de Brahma. Esto
implica que aquellos que estudian los Vedas y los siguen,
a veces violan las propias normas que han sido estableci-
das por los Vedas y se comportan como la quinta cabeza
de Brahma.

Esto es simplemente natural; al igual que toda la crea-


ción no es sino un sueño de Brahma. Así como el Señor
Shiva quitó la quinta cabeza de Brahma, aquellos que estu-
dian los Vedas y practican sus enseñanzas en la vida, deben
rendirse completamente a un Acharya o preceptor y obser-
var estrictamente la moral bajo su guía. Esto destruirá por
completo la volubilidad de la mente de ellos, la cual ha si-
do comparada con la quinta cabeza de Brahma. Un hombre
no puede ser considerado persona honesta a menos que ob-
serve ciertas disciplinas en la vida. Indudablemente, la de-
voción va a la cabeza de todo esto.

Nuestra mitología nos dice que nuestros ancestros se


preocupaban mucho por una vida disciplinada y hacían
todo lo posible para acabar con la impertinencia que, pa-
ra ellos, era como la quinta cabeza de Brahma. Siempre
45
realizaban un esfuerzo para que sus vidas y las vidas de
aquellos que dependían de ellos no fueran profanadas por
un comportamiento desenfrenado de cualquier miembro
de la familia. Por ejemplo, Maharshi Vishwamitra, el ado-
rador del Gayathri Mantra y un gran sabio, salvó una vez
a un joven llamado Devarata de una calamidad y lo
adoptó como su hijo mayor. También les ordenó a sus hi-
jos que trataran a Devarata, como su hermano mayor. Sin
embargo, la mayoría de ellos se negó a hacerlo.
Vishwamitra estaba muy disgustado ante la pérdida del
espíritu humanitario, el cual esperaba que sus hijos de-
mostraran de acuerdo con su educación. De manera tal
que maldijo a sus hijos. Si observamos esta historia desde
el punto de vista del Dharma Sadhana, veremos que
Maharshi Vishwamitra había aceptado a Devarata como
su hijo mayor porque quería extender el alcance del
Dharma Sadhana. Cuidar a los hijos propios y criarlos es
una responsabilidad individual que se espera que lleve a
cabo todo miembro de la sociedad. Pero como verdadero
ciudadano, de igual modo debe comportarse con la so-
ciedad. Aquellos niños que son huérfanos necesitan pro-
tección social y una crianza decente. Una persona dedi-
cada al Dharma sastra debe extender su amor hacia los ni-
ños indefensos y elegirlos como propios y contribuir así
al crecimiento saludable de la sociedad humana.
Vishwamitra simplemente cumplió con su deber como
practicante de las leyes espirituales (Dharma Sadhaka).

Hay otro ejemplo de Sita. Sita es la devoción perso-


nificada. Ella encarna en Videha Nagar y en la familia
del Rey Janaka, popularmente conocido como Videha.
¿Qué connota la palabra Videha? En el Sanathana
Dharma, cuando una persona se eleva por encima del
46
parentesco físico y trata a todo el mundo como su pro-
pia familia, Vasudhaiva Kutumbakam, se desapega de
su ego físico y se la denomina Videha. Por eso, tenemos
la tradición de desarrollar un nuevo parentesco de
Dharma Putra, Dharma Putri, Dharma Brahta, Dharma
Mata, Dharma Pita, etc. Estas relaciones son tan queri-
das para una persona como las suyas propias. Sita no
nació de Janaka. Sita fue hallada en el campo que
Janaka estaba labrando. No obstante, Janaka la amó
mucho. Le era más querida que sus verdaderas hijas a
quienes la reina había dado a luz. De esta manera,
Vishwamitra estableció una tradición y un ejemplo al
renegar de sus hijos si ellos no le mostraban la magna-
nimidad que él mismo tenía, pues poco podía esperar-
se de ellos en cuanto al desarrollo social saludable.
Como practicante de las leyes espirituales de la vida
(Dharma Sadhaka) pudo llegar al punto de no sólo rene-
gar de sus hijos sino hasta de castigarlos por su con-
ducta no ética. La vida de Sai es un ejemplo evidente de
esta actitud de verdadero Dharma Sadhaka. A los cator-
ce años de edad, al darse cuenta de que el tiempo había
llegado, renunció a su familia. En 1940, rompió toda re-
lación familiar y declaró: “Mis devotos Me están lla-
mando, debo ir”. Le dijo a Su madre: “Siempre te po-
drás acercar a Mí como una devota, pero no como una
madre. El parentesco cesa desde este instante”. Éste,
por supuesto, fue el paso extremo que el Señor Sai dio,
ya que la misión lo requería, pero definitivamente nos
indica que en nuestras pequeñas vidas no deberíamos
confinarnos de manera exclusiva a las relaciones fami-
liares solamente, sino que deberíamos tener un gran
corazón y cultivar una actitud amplia hacia la vida. Él
dice: “El servicio a la humanidad es servicio a Dios”.
47
Todavía hay otro ejemplo más en la mitología. Raja
Yayathi de Chandra Vamsha desobedeció las instruccio-
nes de Sukracharya y lo maldijo. Perdió su juventud y
se convirtió en un hombre viejo. Entristeció y desde en-
tonces fue privado de los placeres de la juventud. Por lo
tanto, expresó el deseo de que sus hijos le debían trans-
ferir su período de juventud para permitirle disfrutar de
los placeres de ésta. Yadu y otros hijos se negaron a obe-
decer esta orden de su padre y fueron privados de la su-
cesión al trono. En este ejemplo vemos a un padre como
obstinado libertino. Quería cumplir su deseo licencioso
a través del sexo solamente; considerando que Shruthi
dice:

“Shaamyantih Nahi kamah Kamavam upbhogen”.

Es decir, “que ustedes no pueden apagar su sed de


placeres mundanos mediante su indulgencia sino al
desviar sus deseos hacia Dios, al meditar sólo en Él”.

Yayati resultó ser un total libertino cuando consiguió


nuevamente la juventud a cambio de su vejez para algu-
nos de sus hijos. En tal situación está Yadu, hijo de Yayati,
quien recibe la admiración y alabanza de las Sagradas
Escrituras, ya que se negó a compartir su juventud por
una causa tan mezquina. La Rectitud (Dharma) estaba de
su lado y no del lado de su padre. Aunque ciertamente
decimos: “Mathrudeva bhava, Pitrudeva bhava...” pero
un padre deja de ser un padre y no puede reclamar igual-
dad con los dioses, si mediante su propia acción cae des-
de lo alto del pedestal y destruye el decoro y la dignidad
unida a la paternidad. En la mitología hindú, la historia
de Prahlada e Hiranyakashipu es otro de estos ejemplos.
48
Cuando el rey Anga de Surya Vamsha ve que su hijo,
Ben, después de acceder al trono arrojó todas las normas
de una vida decente a los cuatro vientos y comenzó a
comportarse de las formas más vergonzosas, sometien-
do a las personas a todo tipo de torturas, renunció a to-
dos los placeres de la vida palaciega y se fue a la selva.
Prefirió una existencia tranquila y ordenada en la selva,
a pesar de todas las desventajas físicas, antes que per-
manecer en el palacio con su inmoral hijo.

Todo esto indica que, aunque los que observan el de-


coro y la disciplina en la vida tienen que sufrir tempo-
ralmente, hacia el final experimentan paz y alegría. Por
ejemplo, las personas del reino de Anga se sublevaron
cuando se dieron cuenta de que su rey renunció al rei-
nado y se marchó a la selva a causa de la tiranía de su
hijo Ben. Esta rebelión de la gente permitió la llegada de
Saptharishi. Ben cayó y murió al oír su grito de guerra.
Entonces, su cuerpo muerto fue agitado y de tal agita-
ción, apareció Vishnú sobre la Tierra como Pruthu. La
Tierra estaba feliz de recibir a Su Señor y, más adelante,
por Él se le dio el nombre de Pruthi, es decir, “la que na-
ció de Pruthu”. Yadu también se opuso a su padre
Yayati, quien quería cumplir con sus deseos carnales.
Condenó su acción. Sin duda, fue privado del trono de
su padre y tuvo que sufrir, pero más adelante, gracias a
él los descendientes fueron conocidos como Yadavas. El
Señor Krishna se encarnó en una familia yadava y le tra-
jo honor. De esta manera, Yadu fue ampliamente recom-
pensado y siempre es recordado con respeto. Fue por
una severa penitencia y la obediencia a una estricta dis-
ciplina que Vishwamitra —quien habido nacido como
un Castrilla—, pudo alcanzar el título de Brahmarishi.
49
Tuvo el privilegio de actuar como preceptor del Señor
Rama y de Sus hermanos. Todo esto demuestra muy cla-
ramente que, a menos que ustedes destruyan por com-
pleto su comportamiento incorregible —así como fue
destruida la quinta cabeza de Brahma—, no pueden ele-
varse espiritualmente y observar la clase de disciplina
requerida a un practicante espiritual (Sadhaka). En el
proceso, podemos tener que enfrentar varias dificulta-
des, pero no deberíamos ser intimidados por ellas. Sri
Krishna lo clarifica mucho en el Gita.

“yattadagre vishmiv parinama amratopamam


Tatsukaham satviikam proktam atmabuddhi
prasadajam”.

“La bendición de la autorrealización y de ser uno con


Dios es tan amarga como el veneno, al comienzo. Sin
embargo, el verdadero devoto, con la ayuda de su inte-
lecto y el resultado de la gracia de Dios, la percibe como
una alegría victoriosa (Satvika Sukha) y la realiza como
Amrutha.

Todos aquellos que son buscadores de Dios deberían


recibir la lección de esta historia y actuar como Shiva, el
Mahayogi, en sus vidas personales. Esto prepara una
formación para el verdadero devoto (bhakti). Es la base
del templo construido sobre el amor a Dios. Ahora re-
flexionemos sobre los otros obstáculos sugeridos por
Maharshi Vyasa. El ego surge de las virtudes que posee
un hombre. Este punto ya ha sido explicado con la ayu-
da de la historia de Brahma y Shiva. Se nos ha dicho que
cuando Shiva cortó la quinta cabeza de Brahma utilizan-
do las filosas uñas, la cabeza se adhirió firmemente a Su
50
palma. Por otro lado, la figura humana que fue creada
por Brahma corrió hacia Shiva y Shiva corrió hacia
Narayana que residía en Badrinat.

Parece muy extravagante que una historia de esta


clase se dé en la mitología. En la larga historia de este
universo, miles de personas se han matado unas a otras
y cortado sus cabezas durante las guerras, pero nunca
nos topamos con un ejemplo donde la cabeza cortada se
clave en la palma del asesino. ¿Por qué, entonces, Le su-
cedió con Shiva?, y si estaba firmemente clavada, ¿có-
mo es que cuando Shiva visitó Badrinat y se bañó en el
Ganges, la cabeza fue inmediatamente separada? Hay
muchas otras referencias incoherentes que pueden con-
fundir al lector. Pero cuando observamos estos episo-
dios desde el punto de vista espiritual, nos desconcer-
tamos ante el agudo intelecto y la visión de futuro de
Maharshi Vyasa. Esta descripción arroja abundante luz
sobre los problemas que surgen del ego en un hombre
virtuoso. Decididamente, no hay comparación entre
virtudes y vicios, ya que es solamente un hombre vir-
tuoso quien a través de su conducta eleva a una socie-
dad. Pero un hombre virtuoso también puede ser un
problema, si es egoísta. La vanidad y el egoísmo le crean
un problema, de la misma forma que la cabeza de
Brahma que se clavó en la palma de Shiva y no lo dejaba.
De manera similar, bajo la influencia de su ego, hasta
un hombre virtuoso se considera a sí mismo como el
hacedor de todas las cosas buenas en la sociedad. Su
sentimiento no lo abandona ni siquiera por un instante
y su acción, aunque noble en la intención, abofetea su
sentido de superioridad y egoísmo y a veces lo hace in-
corregible. En la mitología hindú, hay varias referencias
51
en las que Dios siempre ha sido encontrado favorecien-
do a los dioses en el cielo y a las personas virtuosas en
este planeta Tierra. Pero en lugar de su divino soporte,
nos topamos con varias ocasiones donde los Devas fue-
ron vencidos por los Asuras. En esta Tierra, también las
personas nobles y virtuosas sufren bajo las manos de
los malvados y viciosos. ¿Por qué? En muchas ocasio-
nes estamos tan alterados que comenzamos a cuestio-
narnos la justicia de Dios y lo culpamos por ser injusto.
Pero nos olvidamos de que por ese estado de las cosas
sólo nosotros hemos de ser acusados y nadie más. Lo
que realmente sucede es que después de obtener la gra-
cia de Dios, cuando una persona victoriosa logra cual-
quier éxito sobre el mal, inmediatamente se convierte
en una víctima de su ego y comienza a pensar que es él
quien obtuvo la victoria sobre el vicio. Esta clase de
sentimiento lo priva inmediatamente de la gracia de
Dios, sin la cual no podemos lograr vencer al mal. Cada
vez que los dioses también desarrollan esta clase de
sentimiento, son vencidos por los Asuras. En otras pala-
bras, las pasiones como la ira, la codicia, los celos, siem-
pre llevan la ventaja, toda vez que una persona, por
más buena o noble que sea, está aquejada con un senti-
do de orgullo o ahankara.

Hay una referencia en la vida de Krishna que ilustra


este punto. Mientras trataban determinado problema,
un hombre fuerte y saludable se enfureció y comenzó a
golpear a una persona que estaba débil. La persona dé-
bil no tuvo otra alternativa más que invocar a Krishna
para que lo salvara de la tiranía de su oponente. El Señor
Krishna vino de inmediato en su auxilio y castigó al
hombre fuerte. Pero lo que sorprendió a todos fue que
52
aún después de que el hombre fuerte fue vencido por
Krishna, la persona débil continuó golpeándolo. Ante
esto, Krishna retrocedió y se retiró; el hombre fuerte co-
menzó de nuevo a propinarle fuertes golpes a su opo-
nente. Esta vez no vino Krishna en su ayuda. Ante esto,
la persona débil se lamentó y se mofó de Sri Krishna di-
ciendo: “Oh, Krishna, Tú eres un gran estafador. Ayudas
a una persona y luego la abandonas”. El Señor Krishna
continuó sonriendo y no fue en su ayuda. Su sonrisa ex-
presaba que la devoción con la cual Le había rogado
cuando estaba en problemas, desapareció rápidamente,
cuando salió de ellos. Estaba bastante infectado con un
ego que lo conducía a lastimar a su adversario en lugar
de protegerse. Bajo estas circunstancias, era inútil que
esperara alguna ayuda por parte del Señor.

El ego, muy subrepticiamente, se posesiona de la ra-


zón del hombre y, en cuanto tiene algo de éxito, lo atra-
pa y hace que actúe de una manera que le es perjudicial.
Él sólo se da cuenta de esto cuando sufre de nuevo.
¿Cuántas veces ayudó Vishnú a los dioses, en su guerra
contra los demonios? Pero una vez que conquistaban a
los demonios, se olvidaban rápidamente de la ayuda
que habían recibido y se permitían el pensamiento de
que fueron la fuerza y la estrategia de ellos las que les
permitieron ganar. Cuando Shiva cortó la cabeza de
Brahma, estaba lleno de ira. Esta ira era el fruto de su
ego, un sentido de orgullo por encima de sus logros co-
mo Mahayogi. Pero cuando Brahma creó un superhom-
bre que corrió hacia Shiva, actuó como un Sadhaka alte-
rado. De haberlo querido, no le hubiera sido difícil ma-
tar al superhombre. Mas esto hubiera dado como resul-
tado que se clavara otra cabeza más de Brahma en su
53
palma. En otras palabras, su segundo éxito hubiera in-
fatuado Su ego, por demás. De modo que decidió ir a
Badrinat, tener la visión personal (Darshan) de
Narayana y rendirle obediencia. Su baño en el Ganges,
primero simboliza fusionarse totalmente en devoción y
luego ofrecer obediencia a Narayana. Esto representa
entrega total a Dios. Y una vez que se Le entregan, ob-
tienen la liberación, no solamente de su ego sino de to-
dos los pancha doshas. La separación de la calavera de
Brahma de la palma de Shiva simboliza la liberación de
todas las pasiones y ataduras mundanas.

Todos los hijos de Vishwamitra eran sumamente reli-


giosos. Habían conquistado sus pasiones. Pero no asimi-
laban la entrega al Señor como la verdadera virtud. Más
bien, estaban fascinados con la sapiencia (Siddhi) que ha-
bían adquirido mediante la penitencia. Así, desobede-
cieron a su propio padre y fueron injuriados por él. Kin
Yayati también pertenece a esta categoría. Con todos los
logros a través de la penitencia, aún estaba orgulloso por
su autoridad y no se entregaba a Dios. Incluso, en su ve-
jez, en lugar de pedir liberación del mundo terrenal
(Moksha) suspiraba por juventud eterna para satisfacer
su lujuria y les pidió a sus hijos que compartieran su ju-
ventud con él. ¡Qué lastima! Naturalmente, fue arrojado
del cielo. En el caso de Ben, el hijo de Anga, la historia es
la misma. Era un gran asceta y llevó una vida noble.
Contenta por sus virtudes, su gente expresó el deseo de
coronarlo a él en lugar de su padre Anga. Cuando llegó
a ser rey, se olvidó de todas las normas de moral. Su
práctica de la rectitud (Dharma Sadhana) se esfumó y se
convirtió en un tirano y pecador, forzando a su padre a
refugiarse en la selva por el resto de su vida. Al fin, Ben
54
fue destruido por los Saptarishis. Tulasidas observó co-
rrectamente en este contexto:

“Je gyanman vismatha tava bhavaharani


Bhakti na aadare; Te payi sur durlabha
padadapi parat ham dekhat Hari”.

“De todas las virtudes, el conocimiento es el atributo


más elevado del hombre. Pero el conocimiento sin
Devoción (Bhakti) no tiene sentido. Hasta la persona más
entendida, si carece de devoción al Señor, ha de sufrir.
Aun si alcanzan el cielo más elevado, deben hallar su des-
tino. Esto es lo que sucedió con el rey Nahusha. Nahusha,
mediante sus actos benevolentes y gran práctica espiri-
tual (Sadhana) ingresó al cielo y consiguió el trono de
Indra. Pero una vez que ocupó el trono, perdió todo sen-
tido del decoro y, en su vanidad, ordenó a todos los dio-
ses que cargaran el palanquín en el cual estaba sentado.
Cuando estaban llevando a Nahusha en el palanquín, él
se impacientó y les regañó diciéndoles: “¡¡Sarpa, sarpa
gachcha!!, es decir: “Avancen rápido, corran rápido”. Los
dioses se sintieron molestos ante este comportamiento de
Nahusha y lo maldijeron, convirtiéndolo en serpiente
(sarpa). De esta manera, fue echado del cielo.

Por lo tanto, un verdadero buscador debe tener espe-


cial precaución de que el Vikshepa-dosha —el cual es uno
de los atributos de la mente—, no caiga en la trampa de
la falta de virtud (Adharma) y se vuelque hacia un vicio,
ni en la de la rectitud (Dharma) y tome la forma de ego.
En ambos caminos hay un escollo. Esto, sin embargo, no
requiere el estudio de los Vedas ni una severa peniten-
cia en una selva. El confitero Gangoli era analfabeto y
55
tampoco era un asceta, no obstante, estaba totalmente li-
bre del Vikshepa-dosha. Logró controlar la mente inesta-
ble y fijarla en Narayana, a través de la devoción. El co-
nocimiento y la penitencia tienen su lugar en la espiri-
tualidad, le ayudan al hombre a ser independiente de la
volubilidad de la mente por un lado y del egoísmo de
ser virtuoso por el otro. Nara Rishi logró controlar esta
volubilidad y la convirtió en Devoción (Bhakti) con el re-
sultado de que, hasta Narayana le dio preferencia y de-
claró que en lo sucesivo, cuando ambos nombres fueran
tomados juntos, el nombre de Nara precedería al Suyo.
Así, la verdadera devoción hace que hasta Dios sea un
subordinado de Su devoto.

Los juegos divinos (lilas) de Bhagavan Sai Baba pre-


sentan varios de dichos destellos. Algunas referencias al
respecto no estarán fuera de lugar.

Los tratos y las relaciones de Sai Baba difieren de per-


sona en persona, a pesar de que la base de esta relación
no es sino puro amor. Una vez, un devoto visitó
Prashanti Nilayam. Cuando estaba sentado en la veran-
da del templo (Mandir) vino Swami hacia él y comenzó
a regañarlo. Usualmente, cada vez que Swami ve a Sus
viejos devotos que vienen después de un largo tiempo,
los saluda con una sonrisa y hasta les pregunta:
“¿Cuándo viniste?”. Naturalmente, cuando Swami co-
menzó a regañar a Su devoto, éste estaba totalmente
desconcertado. No podía comprender cuál era la falta.

Swami dijo: “¿Por qué viniste hasta aquí? Este lugar


es un lodazal para ti. ¿Por qué quieres enredarte en este
desorden?”
56
Todo esto parecía una paradoja, pero su mensaje sub-
yacente es muy distinto. En Su encarnación previa como
Shirdi Baba, siempre motivaba a la gente a venir hasta
Él. A menudo decía:

“Ramte Ram aavoiji,


udi ki guniya laavoji”.

“¡Ven, ven, oh trotamundos! Ven a este lugar y reco-


ge de aquí el udi (vibhuti o ceniza sagrada) del eterno
fuego que arde aquí” o:

“Jo Shirdi me aayega,


Aapad duur bhagaye ga”.

“Quienquiera que visite a Shirdi será liberado de to-


dos sus problemas”.

Aun en esta encarnación, Bhagavan dice: “Ven, ven.


Ven. ¿Por qué debería dudar un hijo en venir hacia su
padre o su amada madre?”. También dice: “Ni siquiera
mil madres pueden darte ese amor que puedes recibir
de esta Sai Ma”.

Entonces, ¿por qué regañó Swami a este devoto, por


venir a Puttaparti? Un lodazal simboliza duda o incer-
tidumbre. También simboliza una trampa de la cual es
difícil salir. Una persona que cae en este lodazal no
puede salir fácilmente. Cuanto más esfuerzo hace, más
profundo se hunde. Pero, ciertamente, ésta no es la ex-
periencia de aquellos que visitan Puttaparti para tener
la visión presencial (Darshan) de Swami. Más bien es
justo lo opuesto. Hasta los ateos que han visitado este
57
lugar han sufrido un cambio y comenzado a creer en la
existencia de Dios. Swami Mismo ha dicho: “Si alguien
les pregunta acerca de Dios, no traten de evadirlo.
Envíenlo a Puttaparti”.

Una vez, en Su discurso, Bhagavan dijo: “Aquellos


que viven en el municipio de Prashanti Nilayam, ya son
los recipientes de Salokaya Moksha. Al igual que las
Ganas del Señor Shiva que viven con Él en Kailas y que
los devotos de Vishnú que viven con Él en Vaikuntha,
disfrutan de las bendiciones de Salokaya Moksha, los de-
votos que viven en Prashanti Nilayam están disfrutando
del mismo privilegio. Hasta aquellos que permanecen
aquí por un corto período reciben las bendiciones del
Señor y tienen la experiencia del Salokaya Moksha duran-
te el lapso de estadía. Entonces, ¿por qué reprendió
Swami a este devoto? Luego de algún tiempo, Swami le
dio a ese devoto una entrevista y le dijo: “Conozco tu de-
voción. Estás tan cercano a Mí que cada vez y donde sea
que Me recuerdes, instantáneamente Me revelaré ante ti
y te será otorgada cualquier cosa que quieras”.

El devoto estaba tan abrumado ante la compasión del


Señor, que se postró a los Pies de Loto de Bhagavan y
comenzó a llorar como un niño.

El brigadier Bose también tuvo una experiencia simi-


lar. Una vez, mientras estaba sentado en su habitación
de adoración (Puja) en Poona y meditaba en Dios por
determinado favor, se le apareció Swami y dijo: “¿Cuál
es la necesidad de estar sentado en la habitación de Puja
y realizar adoración formal? ¿No resido en tu corazón?
Cada vez que Me necesitas, estoy ahí”.
58
Estos ejemplos dejan en claro que, al igual que Nara
Rishi, durante el avatar Nara Narayana, ustedes tam-
bién tienen que desarrollar la virtud, el amor y la devo-
ción hacia el Señor y entregarse completamente a Él.
Controlen los caprichos de su mente —que son la causa
de Vikshepa— y ganen el amor del Señor.

59
Capítulo III .

Pregunta: El nombre de Nara Narayana está relacio-


nado con el ashram de Gufa, pero no hay
detalles disponibles acerca del Avatar. Por
favor, aclárenos.

Respuesta: Los dos capítulos previos tratan acerca de


la vida de Nara Narayana como parte del
Vedanta-Sadhana. El Vedanta nos dice que
la mente del hombre está aquejada de tres
doshas: Mala, Viskshepa y Aavarna. Uno pue-
de liberarse de ellas mediante el Dharma, el
Upasana y el Jnana. El relato anterior de la
vida de Shri Nara Narayana nos cuenta có-
mo podemos liberarnos de las primeras
dos doshas: Mala y Vikshepa. Este capítulo
arroja luz sobre cómo ha de ser superado el
tercer obstáculo: Aavrana.

Veda Vyasa explica que la volubilidad que surge de la


aberración mental puede ser convertida en (Bhakti)
Devoción, el cual en su punto más elevado puede ganar
hasta el corazón de Dios y hacerlo actuar como uno de-
61
see. Esto es lo que hizo Nara Rishi. La verdadera devo-
ción otorga una fortaleza tremenda. Pero el mayor peli-
gro que enfrenta un aspirante espiritual (Sadhaka) en es-
te proceso es que, a medida que la devoción se filtra a
través de su vida espiritual y mental, se hace consciente
de ello y comienza a darle importancia a su propia ca-
pacidad y fuerza, permitiéndose así ser vencido por su
propio ego. Naturalmente, sufre el grado y calidad de
su entrega al Señor.

Para clarificar este punto, Maharshi Vedavyasa ela-


bora más el episodio de Kapal Mochana. Cuando la ca-
lavera fue separada de la palma de Shiva, se ayudó con
Su Trishul y llenó la calavera con sangre. Entonces, Shiva
utilizó Su Trishul como un batidor y batió la sangre.
Como resultado del batido apareció una feroz forma hu-
mana. Shiva le dio el nombre de “Nara” y le ordenó ma-
tar al Purusha creado por Brahma. Nara sacudió el cuer-
po del espíritu (Purusha) de Brahma, que yacía incons-
ciente. Al despertarse lo desafió a un duelo. Nara venció
al Purusha de Brahma y se desvaneció nuevamente. No
obstante, no pudo matarlo.

A Brahma no le gustó este acto de Shiva. Enfurecido,


le dijo a Shiva: ”En la próxima vida, mi Purusha vencerá
a tu Nara varias veces”. En Treta, el Purusha de Brahma
nació como Bali y el Purusha de Shiva nació como
Sugriva. Bali no solamente venció a Sugriva, sino que
hasta se casó por la fuerza con su mujer. Sugriva huyó
por temor a Rishyamooka Paravata y comenzó a vivir
allí con Hanuman. Subsecuentemente, Bali fue muerto
por Sri Rama, por su acto inmoral de casarse con la mu-
jer de su hermano. Indra no aceptó la acción de Sri
62
Rama y así se lo dijo a Él. “En su próxima vida ambos,
Bali y Sugriva, nacerán como Arjuna y Karna y tú verás
que finalmente Arjuna mata a Karna”. Aquellos que han
leído el Mahabharata saben cómo Indra ayudó a Arjuna
a conquistar a Karna y matarlo.

La descripción anterior, hecha por Veda Vyasa, es me-


tafórica en su naturaleza. Se la llama Samadhi Bhasha.
Aclara cómo, motivado por el ego que surge del falso
sentido del deber, el hombre actúa más y más lejos de la
verdadera devoción. Veámoslo un poco más de cerca.
Shiva había tomado Su calavera en las manos después de
ser quitada y pidió limosna a Narayana. Narayana hizo
un tajo en Sus brazos con el tridente de Shiva y llenó la
calavera con su sangre dorada. Ahora, este acto de men-
digar no significa mendigar de verdad en el sentido mun-
dano. Shiva ya había experimentado que era más fácil
conquistar los vicios de uno que liberarse del ego que
surge del conocimiento de las virtudes de uno. Esta tarea
improbable sólo puede cumplirse a través de intensa de-
voción o mediante la gracia de Dios. Sería correcto decir
que hasta el amor y la devoción por Dios sólo es posible
a través de la gracia. El esfuerzo del hombre por cultivar
devoción equivale a operar un instrumento donde el ma-
nipulador de ese instrumento es el Todopoderoso
Mismo.“Yamesh vrunute ......”

Estas palabras de las Upanishad fueron interpreta-


das por el famoso santo del culto del Bhakti, Sri Rama-
nujacharya, como sigue:

La virgen que lleva la guirnalda matrimonial en sus


manos, en el Swayamvara, es libre de elegir a cualquie-
63
ra de los aspirantes, como marido, colocando la guirnal-
da alrededor de su cuello. De igual manera, la gracia del
Señor es similar a aquella virgen. Puede elegir a cual-
quiera como su recipiendario.

Surge la pregunta de qué debería hacer un aspirante


espiritual (Sadhaka). Bien, primero debería seguir los pa-
sos de Shiva. El Señor Shiva, a pesar de Sus enormes po-
deres, oró a Narayana en el espíritu de entrega total sin
traza de ego. Podía haber pedido cualquier cosa, por de-
recho. Pero esa afirmación hubiera revelado su ego como
el destructor de la creación, y esa propuesta no hubiera
sido Devoción (Bhakti). Todo lo que Narayana le dio a
Shiva en su recipiente de calavera no era la sangre como
la vemos nosotros. Era de color dorado. Esta sangre do-
rada fue entregada por Narayana al cortar su brazo. Fue
en realidad Su gracia la que Él derramó sobre Shiva. Esta
gracia ingresó directamente en el intelecto (Buddhi) de
Shiva, el cual se dice que reside en el cráneo del hombre.
Aquí, la sangre simboliza el amor, que es resultado del
corazón de uno. Ahora, este amor asume matiz dorado.
El oro es conocido por su brillo y resplandor. Ustedes po-
nen el oro en el fuego. Dejen que todas las impurezas se
quemen. Entonces, el orfebre pondrá el oro al rojo vivo
en un yunque y lo golpeará con el martillo. Cuanto más
se lo golpea, más brilla. Los golpes del martillo no pue-
den destruirlo. Así es el verdadero amor: nuestro amor
por Dios. Cuanto más se lo pone a prueba, a través de
desgracias, penurias y miserias, tanto más se aferra sola-
mente a su propósito. Al pasar por todos los niveles del
Sadhana, cuando el amor del aspirante espiritual
(Sadhaka) alcanza su cima, se convierte en la forma más
elevada de devoción, donde el que ama y el que es ama-
64
do se unen. Permanece en bienaventuranza eterna y la
alegría y la pena mundanas dejan de existir para él.

Luego viene la cuestión de Nara y su nacimiento. Este


Nara es diferente de los demás hombres de esta creación.
Es un permanente compañero de Narayana.

Shiva batió la sangre que le dio Narayana como limos-


na. La forma humana nacida de ese batido fue llamada
Nara. Se le pidió matar al Espíritu (Purusha) de Brahma, ya
que simboliza el ego de las virtudes de Brahma. Fue nece-
sario destruir este ego. Recibiendo órdenes de Shiva, Nara
lo despertó, lo desafió, lo venció y lo dejó inconsciente, pe-
ro no pudo destruirlo totalmente. Ahora, el episodio com-
pleto acerca del nacimiento de Nara tiene un gran signifi-
cado espiritual. En el Sadhana, la palabra Nara connota al-
go de gran valor. En los Sastras, las siguientes característi-
cas de Nara han sido mencionadas.

“Nityanushththaan niratah
Sarva samskara Samskruta,
Varnashrama Sadachaara
Sampanno narah uchyate”.

Se conoce como Nara a aquel devoto que lleva a cabo


todos sus deberes relacionados con Varnashrama y está
constantemente alerta mientras se dedica a la realiza-
ción de Dios y mantiene la pureza de sus Samskaras.

Desde el punto de vista devocional, cualquiera que


viva en la refulgencia de la gracia de Dios es Nara. Por lo
tanto, debería ser la meta de todo aspirante espiritual
(Sadhaka) adquirir la etapa de Nara. El procedimiento pa-
65
ra alcanzar este punto también es similar al seguido por
Shiva. En la Biblia, la rectitud y otras virtudes relaciona-
das integran el Sadhana de ustedes. Deberían convertirse
en una parte integral de sus vidas. Practiquen austeri-
dad y disciplina del más alto orden hasta que el Señor
esté contento. Luego, órenle con gran humildad para
que les otorgue Su Devoción (Bhakti). Una vez que el
Bhakti les sea otorgado, moren en él e intenten compren-
der el valor de “Sharanagathi”, es decir, buscar refugio o
protección. También es conocido como Prapathi. Prapathi
implica total entrega al Señor. En el plano espiritual,
Prapathi ocupa un lugar aún más elevado. El sentimien-
to de entrega total en el Bhakti se transforma en
Sharanagathi al Señor. Es en esta etapa que Nara, en su
forma conceptual, se configura mientras que Nara o
Maya es la negación de este concepto. Nara siempre está
impulsado por una fuerza divina. Está convencido de
que la existencia sin fe en la supremacía de Dios es como
un cadáver. Si Dios es nuestro, todo está bien. Si Dios es-
tá en contra de nosotros, significa la ruina total. De esta
manera, cuando una persona se da cuenta de que la au-
sencia de Dios en su vida significa destrucción total,
aprecia cuán indispensable es el sentimiento de lo
Divino en su existencia. Esto es exactamente lo que Veda
Vyasa quiere decir mediante Nara Narayana. Esta com-
prensión le llegó al Señor Shiva cuando se entregó al
Señor Narayana, lo cual resultó en la creación de Nara,
de una manera simbólica. De todos modos, el Nara de
Shiva no pudo aniquilar totalmente al Espíritu (Purusha)
de Brahma que era simbólico del egoísmo. ¿Cómo lo jus-
tificarían? Aunque el Purusha de Brahma no fue aniqui-
lado totalmente, después de todo fue vencido y dejado
inconsciente por Nara. Pero tal discusión no vale para
66
aquellos que comprenden la quintaesencia del Sadhana y
están profundamente comprometidos en él. Su propia
experiencia dice:

“Mai jana man margaya,


Ajahun maryo naahin,
Varsha bhayee kusang ki
Dadur im tarrahin”.

Absorto en el Sadhana, cuando un asceta experimenta


la gracia de Dios y disfruta de la visión de su Dios elegi-
do, comienza a creer que todas las pasiones que distraen
la mente respecto del Sadhana han muerto, pero ni bien se
modifica el entorno y se presentan las ocasiones que en-
cienden las pasiones, su ego levanta su cabeza una vez
más y su mente —persuadida por el ego— comienza a
correr atropelladamente. Sólo entonces, un aspirante es-
piritual (Sadhana) comprende que su mente en verdad no
ha muerto sino que estaba aletargada en un estado in-
consciente. Los sabios (Rishis) como Saubhari cometieron
este mismo error. Saubhari detuvo la rápida corriente del
Yamuna y entró en Samadhi en el agua. Había alcanzado
el nivel de Yoga Siddhi. Las personas que presenciaron es-
te fenómeno estaban paralizadas y cesaron su respira-
ción. Por eso, cuando el sabio (Rishi) se recobró de su lar-
go trance, una enorme multitud que había estado espe-
rando por mucho tiempo, corrió para recibir la visión del
Señor en esta forma santa (darshan) y lo ovacionó. De es-
ta manera, Saubhari se convenció de que había conquis-
tado su mente y nada podía distraerlo.

Sin embargo, un día presenció en el agua la indul-


gencia sexual del rey de los peces. Quedó tan abstraído
67
por esta visión que abandonó su Sadhana, se casó con
varias hijas del rey Mandhata y se estableció como hom-
bre de familia. Más adelante se dio cuenta de cómo ha-
bía sido engañado por su mente. A pesar de haberse so-
metido a una rigurosa penitencia, sus pasiones no ha-
bían muerto en realidad, tan sólo se habían apaciguado
y yacían en estado de letargo. De la misma manera, si
simbólicamente Nara de Shiva sólo pudo dejar incons-
ciente al Espíritu (Purusha) de Brahma pero no consi-
guió matarlo, únicamente significaba que aunque Shiva
había entrado en el dominio del Devoto (Bhakti), por
medio de la gracia de Narayana, no había alcanzado el
nivel de Sharanagathi, que implica entrega total.

A pesar de que Narayana le había dado a Shiva el


don del Bhakti, había un átomo de ego yaciendo en al-
gún lugar en su subconciencia. Esto se revela cuando co-
nocemos acerca del batido en la calavera usada a mane-
ra de recipiente. Como es bien conocido, cuando los se-
guidores de Prema Bhakti Sampradaya comienzan cual-
quier tarea, primero recuerdan a Narayana y Le rinden
obediencia y oran por el éxito de la tarea emprendida.
Pero cuando Shiva empieza a batir la sangre, no hace
nada por el estilo. Esto quiere decir que a pesar de que
Shiva recibió el Bhakti como una gracia, fue su poder el
que Lo indujo a batir la sangre, olvidándose de la gracia
de Dios. Quería exhibir su fuerza, más que tener fe en la
gracia de Narayana. A esto se lo llama la exhibición de
Shakti en el aspecto del Bhakti.

Cuando leemos acerca del batido del océano, obtene-


mos un cuadro completo del proceso del batido. Este
importante tema ha sido discutido en detalle, no sola-
68
mente en el Shrimad Bhagavat, sino también en otros li-
bros de mitología hindú (Puranas). Su interpretación es-
piritual es la siguiente:

Al igual que los dioses estaban ansiosos por ganar la in-


mortalidad, así lo está todo ser vivo. Él también quiere ha-
cerse divino, alcanzar la Divinidad. El corazón de cada
uno es como un océano. Tal como el océano tiene una gran
extensión de agua y es muy profundo, así es el corazón del
hombre. Es difícil, casi imposible de evaluar la profundi-
dad del océano o la dimensión de su ancho. Esto es igual-
mente real con el corazón del hombre. Como las perlas en
el océano, los Samasakaras del hombre —de sus varios na-
cimientos anteriores— yacen en estado de letargo en lo
profundo de la mente inconsciente. Como los dioses pidie-
ron permiso a Narayana y comenzaron a batir el océano
después de obtener Su gracia, de igual manera todo aspi-
rante espiritual (Sadhaka) practica el Dharma Sadhana y ga-
na la gracia del Señor y entonces, siguiendo la estricta dis-
ciplina del Sadhana y luchando contra la fuerte superiori-
dad de las tres doshas: Mala, Vikshepa y Aavarna, bate vigo-
rosamente su vida y obtiene Devoción (Bhakti) y
Sabiduría, conocimiento de uno mismo (Jnana) como el
néctar resultante. En todo el episodio del batido del océa-
no, una cosa que atrae nuestra atención es que en el mo-
mento en que los dioses desviaron su mente de Dios, en-
frentaron problemas. Por ejemplo, necesitaban un batidor.
Todos los dioses pusieron su poder para desplazar a la
montaña llamada Mandarachala. Pero no pudieron ni si-
quiera sacudirla. Después de varios esfuerzos, aun cuan-
do lograron desplazarla, la montaña cayó con tal estruen-
do que mató a muchos. Se les abrieron los ojos. Se dieron
cuenta de la gravedad de la situación. Si el simple despla-
69
zamiento pudo causar tantas víctimas, ¿qué pasaría cuan-
do la levantaran y la llevaran hacia el océano? La tarea era
sencillamente imposible. Entonces se percataron de cuán
necios habían sido por depender únicamente de su poder
y olvidarse de Vishnú. De haberle orado y obtenido Su
gracia, la tarea hubiera sido mucho más fácil. Se dieron
cuenta de que es sólo Vishnú quien puede levantar esta
enorme montaña Mandarachala. Rezaron, entonces, de
manera colectiva, al Señor Vishnú, quien vino en su res-
cate. Levantó el Mandarachala con Su mano izquierda, se
sentó sobre el lomo de Garuda y en un abrir y cerrar de
ojos, puso la montaña cerca del océano. Como devotos so-
lamente tenemos que darnos cuenta de que, para Dios,
quien está controlando y dirigiendo todo el cosmos, le-
vantar el Mandarachala fue un juego de niños. En reali-
dad, es el poder interno de la verdad eterna y la piedad
que se manifiesta a sí misma en esas ocasiones; nosotros
lo llamamos milagro. El Señor Sai Nath ha manifestado
Su poder en varias ocasiones para la protección de Sus de-
votos (bhaktas). Una de esas oportunidades fue la eleva-
ción de la montaña Govardhana, en su previa encarna-
ción como Krishna.

Al presenciar este fenómeno, el ego en los dioses ir-


guió nuevamente su cabeza. Empezaron a pensar en
“¿quién es Vishnú? Él no es otro que nuestro hermano
menor Vamana. Si Él pudo hacerlo, ¿por qué no pode-
mos nosotros? Parece que no lo planeamos correctamen-
te”. De alguna manera hicieron flotar la montaña sobre
el agua y se estaban preparando para batir, utilizando a
Vasuki Naga como la cuerda. De pronto, vieron que la
montaña se iba hundiendo gradualmente en el agua, de-
bido a su peso. Parecía que todos sus esfuerzos se esta-
70
ban desperdiciando. Era imposible controlar el hundi-
miento. Como resultado, comenzaron de nuevo a orarle
al Señor. Vino a ayudarles Narayana. Tomó la forma de
una tortuga y colocó la montaña sobre su lomo. La tor-
tuga es simbólica para el autocontrol. ¿Tienen ustedes
autocontrol? Ustedes adquieren el dominio sobre el au-
tocontrol si sus vidas están desapegadas de todos los
placeres y pasiones mundanas y sujetas a una vigorosa
disciplina. El Supremo Señor actúa como el Creador, el
Preservador y el Destructor del universo, y sin embargo,
está totalmente desapegado. Por lo tanto, Sus poderes
son ilimitados y puede llevar a cabo hasta lo imposible.
Por eso, no fue sorpresa que hubiera soportado el
Mandarachala y armado su base. De esta manera, los
dioses fueron aliviados de su preocupación y comenza-
ron a batir. Pero esta vez se enfrentaron con un problema
inusual. La montaña no se quedaba en su sitio. Debido a
la fuerza del batido, comenzó a agitarse y a saltar como
si fuera a volar hasta el cielo. Si el palo alrededor del cual
está enroscada la soga es inestable, ustedes no pueden
tener un batido apropiado. Así que los dioses estaban
otra vez en problemas. Oraron y oraron. Finalmente des-
cendió el Señor Vishnú en su forma de Chaturbhuja, lle-
vando la caracola, la rueda, la maza y el loto en sus cua-
tro brazos y se sentó en la cima de la montaña. La agita-
ción cesó y el Mandarachala quedó fijo y firme. El saltar
simbolizaba la tendencia al exhibicionismo. Es propio de
la naturaleza humana que la persona, aunque su éxito
sea pequeño, desee atraer la atención de todos hacia su
logro. Sin embargo, Dios no es afectado en lo más míni-
mo por esa tendencia, a pesar de que éste es el trabajo
más milagroso: la creación del universo. Él está comple-
tamente desapegado de Su propia Maya. Por lo tanto, Él
71
y solamente Él puede sentarse en la cima de la montaña
Mandarachala.

En este punto vale la pena destacar que solamente


después de superar todos estos obstáculos mediante la
gracia de Bhagavan, los dioses pudieron desarrollar una
visión equilibrada. Se dieron cuenta de que si estaban
enfrentando dificultades a cada paso, era debido a su
naturaleza, que olvidaba al Señor en cuanto lograban un
pequeño éxito. Comprendieron bien que, recordando
constantemente a Dios y orando para buscar Su gracia,
podían pilotear de manera segura su barco de la vida a
través del turbulento océano. Vieron que Dios estaba en
todas partes. Estaba al pie de la montaña en la forma de
tortuga, en la cima de la montaña como Vishnú de cua-
tro brazos y en el medio de la montaña como el gran
Vasuki, el Sesha sobre el cual el Señor se acuesta y des-
cansa. En otras palabras, vieron en todas partes única-
mente a Dios. Fue con esta actitud que cuando se dedi-
caron al batido llegó el éxito a sus puertas. Pudieron ob-
tener el néctar divino (Amrita). Para un aspirante espiri-
tual (Sadhaka) también es imprescindible recordar cons-
tantemente a Dios, si quiere obtener el Amrita de la sa-
biduría y de la devoción, Jnana y Bhakti. Shiva había co-
metido el mismo error. Cuando fue a Badripati y rogó
por ayuda, a pesar de haberse dado un baño en el
Ganges —es decir, un acto devocional— y haberse dese-
cho de la calavera que representaba el ego, no pudo ren-
dirse completamente al Señor y así la creación de Nara
por parte de Él no fue un éxito total. No pudo aniquilar
totalmente el ego representado por el Espíritu (Purusha)
de Brahma. El resultado fue que incluso el Nara de Shiva
hubo de tener tres nacimientos en la forma de Sugriva y
72
Arjuna, respectivamente. La palabra tres representa plu-
ralidad. Eso significa que todos nosotros sufrimos de ego
y, porque no podemos estar libres de los apegos munda-
nos, nacemos una y otra vez hasta el infinito.

Hasta el momento, los lectores se ha encontrado con


varias personalidades diferentes llevando el mismo
nombre. Una es el Nara Purusha o Nara materializado por
Shiva y la otra es el hermano mellizo de Narayana, quien
siempre se quedaba junto a Narayana y estaba dedicado
a una severa penitencia. Ambos eran diametralmente
opuestos uno del otro. Uno de ellos es el permanente
compañero de Narayana y es recordado con Él cada vez
que se toma Su nombre. La gente siempre dice Nara
Narayana. El otro, aunque nacido de la gracia de
Bhagavan, mantiene una cierta distancia de Él. Es muy
evidente que aunque Dios siempre está dispuesto a otor-
gar Su gracia al alma individual (Jiva), si éste tiene devo-
ción, es también dicha alma individual (Jiva), por su ego,
la que quiere crear una barrera artificial entre el Señor y
él mismo e intenta permanecer alejada. Da por sentado
que Dios es inaccesible y evita la entrega total.

Otro punto que lo demuestra claramente es que la en-


trega a Dios no empequeñece al hombre. Por el contrario,
complacido con el espíritu de devoción del alma indivi-
dual (Jiva), el Señor Mismo acepta una posición inferior e
impulsa a Su devoto adelante. Cuando encarnó Vishnú
como Narayana, primero envió a nacer a Nara Rishi y lue-
go lo hizo nacer, es decir, como de menor edad.

Dios desciende a la Tierra por Su propia voluntad, pe-


ro el alma individual (Jiva) no es libre. Es guiada por la
73
ilusión (Maya) y debe nacer según corresponde. Más ade-
lante, Nara Rishi complació a Narayana mediante una se-
vera penitencia y Él, a Su vez, le dio el crédito de ser nom-
brado en primer lugar cada vez que los dos fueran recor-
dados juntos. Así, en el campo de la espiritualidad, hay
un inmenso espacio para que un aspirante espiritual
(Sadhaka) se eleve a cualquier nivel y se gane a Dios a su
lado, a través de la entrega absoluta. La entrega en este
contexto no es un signo de debilidad y subordinación si-
no de fortaleza y proximidad al Señor.

También hemos aprendido que, si queremos controlar


la volubilidad de la mente y canalizarla hacia la
Devoción (Bhakti), debemos dejar de lado los tres tipos
de Aham, el Aham del vicio, que es el resultado directo de
seguir el sendero de la No Rectitud (Adharma); el segun-
do tipo de Aham es el producto de sentir que “Yo soy vir-
tuoso” y el tercer tipo de Aham surge de la demostración
de los poderes sobrenaturales de uno, alcanzados por
una persona a través de la devoción. Si uno puede des-
hacerse de estos tres tipos de Ahamkaras, uno puede con-
vertirse en el amo de la mente; la inestabilidad mental es
transformada en devoción y anhelo por el Señor.

En el Bhakti Sadhana, el Señor no aguarda nada del al-


ma individual que reside en el cuerpo (Jiva), porque es
insuficiente. Simplemente quiere que éste arroje el reci-
piente de basura repleto de Aham que está llevando en
su cabeza y se purifique física, mental y espiritualmen-
te. Las dos historias sobre Kapal Mochana y la peniten-
cia por parte de Nara en Avantika son ejemplos de los
obstáculos que se le presentan a un aspirante esiritual
(Sadhaka) en el proceso del sendero espiritual (Sadhana).
74
Kama Vijaya Lila

Este es el tercer juego divino (Lila) de Bhagavan Nara


Narayana. Los dos primeros estaban relacionados con el
evitar las dos doshas de Mala y Vikshepa y el desvío de la
mente hacia el Dharma y el Bhakti. El tercero está conec-
tado con el Vedanta y el Jnana Sadhana y la conciencia de
uno lo libera de la tercera dosha: Aavarna.

El Señor Nara Narayana dejó Ujjan y regresó a


Badrinat. Allí se fundieron en severa penitencia. Los
años pasaron. Cuando ingresaron en el nivel más eleva-
do de Tapasya, Indra, el Señor del Cielo, estaba muy
preocupado. Indra simboliza la faceta del alma indivi-
dual (Jiva) que es totalmente ignorante del ser y observa
los placeres mundanos como la razón de ser de la exis-
tencia. Para aquel Shiva, Dios es un concepto imagina-
rio y una no entidad. Indra también fue vencido por la
ansiedad y un sentimiento de temor de que quizás estos
dos ascetas (Tapasvis) estuvieran planeando destronarlo
y convertirse ellos en el Rey del Cielo.

Para mermar su penitencia, primero apareció ante


ellos y les dijo: “¡Oh, ascetas (Tapasvis)! Estoy complaci-
do con la penitencia de ustedes. Pueden pedirme lo que
quieran”. Los Tapasvis pudieron saber a través de su
sendero espiritual (Sadhana) que Indra estaba tratando
de distraer sus mentes. Indra sólo podía ofrecerles los
placeres del cielo y ashta siddhis pero no tenía poder pa-
ra otorgarles la liberación (Moksha). Por eso, a pesar de
los repetidos ofrecimientos de Indra, prefirieron no res-
ponder y se quedaron en silencio. Esto fortaleció más la
75
duda de Indra. Pensó que no estaban interesados en na-
da, excepto en su trono celestial.

Indra, entonces, decidió adoptar diferentes tácticas.


Creó varios animales salvajes y feroces, como leones, ti-
gres, osos, lobos, etc., los cuales rondaban por aquella zo-
na. También originó una severa tempestad para asustar-
los. Pero Nara Narayana permanecieron inmutables, ya
que sabían que eso no era más que una ilusión. No tenía
efecto en ellos. Cuando Indra se dio cuenta de que inclu-
so esta estratagema no tuvo éxito, se molestó por demás.
Regresó al cielo y mandó buscar a Kamadeva (Cupido).
Le pidió que trajera a todo su ejército de apsaras y se diri-
giera a Badrinat, donde Nara y Narayana estaban absor-
tos en la contemplación de Dios. Le ordenó utilizar todos
los medios posibles para distraerlos de su Tapasaya y po-
ner fin a su Sadhana.

En un abrir y cerrar de ojos, Kamadeva llegó al lugar


donde Nara Narayana estaban sumidos en meditación.
Acompañaban a su ejército, la primavera, la brisa con aro-
ma a sándalo y las hermosas apsaras. Creó la atmósfera
propicia que podía fascinar incluso al más elevado asceta.
Con la llegada de la primavera, los árboles estaban carga-
dos de flores y frutos; las enredaderas abrazaban los ár-
boles. En todas partes podían verse arboledas de diferen-
tes especies. El cucú y otros pájaros cantaban melodías ro-
mánticas. La fresca brisa cargada de dulce fragancia co-
menzó a soplar desde los bosques de sándalo. El zumbi-
do de las abejas se podía oír aquí y allí. Y en este entorno
romántico, las apsaras cantaban y bailaban armoniosas
melodías. Nara y Narayana se despertaron de su trance.
Miraron a su alrededor y en un parpadear de ojos, descu-
76
brieron la conspiración de Kama. Pero estaban completa-
mente tranquilos. La refulgencia que los rodeaba podía
alejar incluso a mil soles. Sus ojos eran puros y claros. No
había traza de pasión alguna en ellos. Esto puso nervioso
a Kama y sus escoltas. Sus corazones estaban repletos de
temor y sólo estaban esperando una maldición que pu-
diera destruirlos totalmente. Nara Narayana, sin embar-
go, sonrieron y les dijeron en tono gentil: “Todos ustedes
son nuestros huéspedes. Acérquense y acepten nuestra
hospitalidad”. Todos ellos se sintieron avergonzados. Se
aproximaron a los sabios espirituales (Rishis). En ese mis-
mo instante, Narayana tomó una pequeña ramita de man-
go y utilizándola como un cuchillo partió su muslo en
dos. Del muslo hendido saltaron miles de hermosas don-
cellas, una más encantadora que la otra. Las apsaras que
acompañaban a Kamadeva se sintieron humilladas. Pero
el que se sintió atónito ante la visión fue Kama mismo, ya
que fue la clase más original de victoria que nadie haya
ganado jamás.

Antes, varios ascetas (Tapasvis) marcaron una victo-


ria sobre Kamadeva, pero todos ellos tuvieron que acu-
dir a la ira como sucedió con Shiva, quien redujo a
Kama a cenizas, en su arranque de cólera. Aquí había
una batalla ganada por medio de la paz y comporta-
miento tranquilo y silencioso. Kama se aproximó a ellos
con las manos unidas, y él y sus acompañantes les ofre-
cieron sus plegarias.

Cuando Kama y sus acompañantes estaban ocupados


cantando la gloria del Señor Narayana, escucharon una
suave y dulce voz. Era Narayana, quien le dijo a Kama:
“¡Oh, Kama! Tú eres libre de llevar al cielo a todas las
77
apsaras creadas por Mí y ofrecérselas a Indra como un
presente en Mi nombre. Sin embargo, si debido a algún
temor no puedes llevarlas a todas, al menos lleva a
Urvashi, la más sencilla, pues es una costumbre para no-
sotros obsequiar un regalo a todo el que nos visita. Tú,
por lo tanto, no puedes irte con las manos vacías”.

Al escuchar estas palabras, Kama obedeció al Señor y


se fue hacia el cielo junto a sus acompañantes y a Urvashi.

La presente anécdota es excepcional en más de un


aspecto. Las dos anécdotas anteriores presentan a Nara
Narayana como guerreros ascetas. Para manifestar Su
divinidad, tuvieron que luchar con Prahlada durante
mil años. En el segundo episodio, a pesar de que no ha-
bía ningún enemigo externo contra el cual combatir, la
batalla interna fue demasiado dura y sólo después de
observar la más estricta de las reglas de penitencia,
Nara pudo convencer a Narayana y ganó Su gracia.
Pero aquí hay un incidente donde no se libran y ganan
batallas, no se matan enemigos y, sin embargo, fue una
victoria fácil para Nara Narayana, ya que no hubo re-
sistencia de la otra parte. El brillo de la penitencia, que
rezumaba de los serenos rostros de los ascetas, desar-
mó totalmente a Kama en su proyecto malicioso y se
rindió por completo ante ellos. Como sabemos muy
bien, de todos los vikaras que conducen a la ruina,
Kama es el más espantoso. Todos los demás vikaras co-
mo Krodha, Mada, Mola, Lobha y Matsar son sola-
mente las consecuencias del principal Vikar Kama (un
fuerte deseo por los placeres carnales). Para los aspi-
rantes espirituales (Sadhakas), Kama es el enemigo más
peligroso. Goswami Tulasidas dijo:
78
“Taat teen ati prabal khal
Kama Krodha aru lobha
Muni Vigyan dhaam mana
Karahim nimish mahan chhobha”.
Rama charit Manas-Aranya Kand/38

Kama, Krodha y Lobha (lujuria, ira y codicia) son los


tres canallas que desafían al corazón, incluso el de los
grandes sabios espirituales (Rishis) y munis, en un ins-
tante. De estos tres, Kama está en primer lugar. Krodha
y Lobha sólo lo siguen. Incluso un gran asceta y pode-
roso guerrero como Ravana no pudo conquistar a Indra,
porque fue Kama quien comandaba su ejército. En esa
batalla fue Maghanada, el hijo guerrero de Ravana,
quien obtuvo una victoria sobre Indra y llegó a ser co-
nocido como Indrajeet. Esto lo pudo hacer únicamente
porque en su vida anterior él ya había conquistado a
Kama. Pero el cielo era la debilidad más grande de
Ravana y por eso sufrió la derrota en manos de Indra.

La victoria de Nara Narayana sobre Kama sin lucha


alguna, simboliza el triunfo de la disciplina y el auto-
control. Pero sólo un aspirante espiritual (Sadhaka) que
se ha liberado de las dos doshas de Mala y Vikshepa pue-
de pensar en tal victoria.

En Vichara Saga, una famosa obra sobre Vedanta


Sadhana, se menciona que únicamente un aspirante es-
piritual (Sadhaka) que esté seguramente ubicado en el
Sadhana Chatushtaya y que ha purificado su mente me-
diante la constante vigilancia, no permitiendo que las
doshas Mala y Vikshepa ingresen, puede reclamar el dere-
cho de practicar la clase más elevada de Jnana Sadhana,
79
a condición de que supere exitosamente la tercera dosha,
es decir, la ignorancia o Aavarna. Solamente dicho
Espíritu (Purusha) puede obtener el título de Nara.

Surge la pregunta: ¿cuál es la forma de Aavarna?


Aavarna significa una cortina que le impide al hombre
ver qué hay del otro lado. Ahora, para un aspirante es-
piritual (Sadhaka) esta cortina es Maya. Es una gruesa,
pesada cortina a través de la cual ustedes no pueden ver.
Maya se presenta en innumerables formas, pero la forma
más tentadora es Kama. La segunda pregunta es: ¿cuán-
to tiempo le llevará al aspirante espiritual (Sadhaka) eli-
minarla? La respuesta es simple. Depende del nivel de
su Sadhana y el punto que ha alcanzado. Si obtiene el ti-
po correcto de preceptor —aquel que está autorrealiza-
do y que puede susurrar a los oídos del aspirante espiri-
tual (Sadhaka) en el momento oportuno: “Tatvamsi”—, el
aspirante espiritual (Sadhaka) puede descorrer la cortina
de la ignorancia, y convertirse en un verdadero sabio
(Jnani), alcanzando la Liberación (Moksha).

Cuando Kama llegó a Badrinat, totalmente equipado pa-


ra atacar a Nara Narayana, Narayana le dio un indicio a
Nara para que viera por sí mismo la forma que había asu-
mido Maya o Aavarna. Pero dijo: “No has de ser perturbado,
porque tu realidad es Rama, el Atma, y no Kama que es me-
ramente una ilusión, una cortina o Aavarna. La bendición
que disfrutas en la compañía de Rama, tu verdadero ser, es
un millón de veces mayor que aquello que Kama puede
proveer. Por lo tanto, no necesitas luchar contra Kama, sino
simplemente ignóralo. Y esto es lo que hizo Nara. Tulasidas
da una clara indicación de lo que un hombre debería hacer
cuando es acosado por una dificultad semejante. Dice:
80
“Jahan Rama tahan Kama nahin,
Jahan Kama Nahin Rama
Tulasi Karbahunk rahi sakahin
Ravi, rajan ik thaam”.

Al igual que la luz del sol y la oscuridad de la noche


no pueden existir juntos, Rama y Kama no pueden
existir juntos. Para un corazón lleno de amor por Rama
y profundamente absorto en disfrutar la bendición que
rezuma el nombre de Rama, apenas tienen algún en-
canto las atracciones mundanas y la belleza externa
que significa Kama.

De esta manera, hemos intentado llevarles al conoci-


miento de los lectores los niveles más elevados de Tapa
y Sadhana establecidos por Bhagavan en Su encarnación
como Nara Narayana. Bhagavan también ha demostra-
do que mediante la devoción sincera y la entrega abso-
luta, un Nara puede convertirse en Narayana y estar
próximo al Señor Todopoderoso.

Hay muchas otras referencias acerca de la penitencia y


del Sadhana en el Nara Narayana Charitra. En los dos li-
bros anteriores hemos leído cómo Maharshi Makandeya
se dio cuenta de la irrealidad de Maya y su curiosidad por
el papel negativo de Maya en la penitencia fue satisfecha.
Similarmente, Narayana Mismo le dio la oportunidad a
Devarshi Narada de gratificarse al tener el darshan del
Señor de la Shrveta Dweepa y experimentar la unidad
del ser con la Divinidad. El mensaje fue el mismo, un ver-
dadero aspirante espiritual (Sadhaka) puede alcanzar las
alturas del Himalaya gracias a sus austeridades (Tapas),
mediante la entrega y la devoción, como hizo Nara.
81
Al final vale la pena mencionar que el mismo
Parabrahma Paramatma, quien descendió en Badrinat
como Nara Narayana y está dedicado al Tapa hasta el
término de este Kalpa, se ha encarnado como Bhagavan
Sathya Sai Baba en Puttaparti. Nara Narayana Gufa es el
antiguo lugar adyacente, en el cual el Señor Mismo ha-
bía conducido Su Sadhana en su previo Avatar, y por eso
los once devotos fueron enviados allí por Baba para
completar su Sadhana restante. El sagrado lugar cercano
al santuario de Badrinat, donde Nara Narayana aún es-
tán consagrados en su Sadhana, ha sido mencionado en
las Puranas como en Ashram Nara Narayana. El ashram
de Gufa está a unas pocas millas del lugar. Más detalles
acerca de este sitio se pueden obtener en el número es-
pecial de Kalyan en Tirthas (Teerthanka) editado por
Gita Press Gorakhpur, U.P. India.

A veces surge una pregunta con respecto al destino


de los once aspirantes espirituales (Sadhakas) que fue-
ron enviados por el Señor a realizar penitencia en el
ashram de Gufa. El Señor Mismo ha contestado esta
pregunta que Le planteó uno de los devotos, Sri
Ratanlal. En el primer libro ya se ha mencionado que
los once devotos eran los aspirantes espirituales
(Sadhakas) de una orden muy elevada, en sus vidas an-
teriores. Por alguna razón no pudieron completar su
sendero espiritual (Sadhana) en sus vidas previas y, por
eso, nacieron nuevamente. Cuando llegó el momento
oportuno, Bhagavan los llamó y les dio instrucciones
para ir y completar su sendero espiritual (Sadhana) res-
tante, a fin de alcanzar la liberación. Así, el Señor res-
pondió a Shri Ratanlal: “Todos los devotos han dejado
sus cuerpos. El Akshyapatra ha regresado al sagrado
82
Ganges”. En una exposición más amplia, el editor per-
sonalmente se encontró con Sri Ratanlal y obtuvo la
confirmación de los hechos. Esto debería poner un pun-
to final a la duda de los devotos a este respecto.
—Editor

¡OM! ¡Shanti! ¡Shanti! ¡Shanti!

83
Glosario .

•Bhagirath
Un gran rey y un asceta nacido en la di-
nastía Surya. Sus ancestros —el rey
Asmanjas, Anshuman y Dilip— también
emprendieron penitencias para bajar al sa-
grado Ganges desde el cielo a la Tierra, pe-
ro fracasaron. La tarea dificultosa se hizo
posible sólo gracias al rey Bhagirath.
Complacido por la rigurosa penitencia, el
Ganges accedió a descender a la Tierra, pe-
ro el problema era que no había nadie pa-
ra asumir la fuerza de descenderlo. El rey
continuó con más penitencia para compla-
cer a Shiva. Shiva estuvo complacido y se
paró como una roca sobre el Monte Kailas,
desplegando su grueso cabello enmaraña-
do. El Ganges, con su poderosa fuerza,
descendió, pero se perdió en el cabello en-
marañado. Entonces, Shiva estrujó algu-
nas gotas de agua de Su cabello. Ellas for-
maron un río regular. Este rey condujo al
Ganges a las llanuras. El Ganges, entonces,
85
se unió al mar en un lugar conocido como
Ganga Sagar y liberó del infierno a sesen-
ta mil hijos del rey Sagar. El río Ganges
también es conocido como Bhagirathi.

•Purusha de Brahma
El ego surgido del sentimiento de que uno
es altamente virtuoso.

•Chyavana Rishi
Brighu era el hijo de Brahma, el creador, y
Chyavana era el hijo de Brighu. Era un gran
asceta con un elevado nivel de Sadhana. La
medicina ayurvédica Chyvana Prasha fue
preparada por primera vez por él. Es un
gran tónico rejuvenecedor. Se casó con
Sukanya, la hija del rey Sharyati. Por deta-
lles, remitirse al Mahabharatha.

•Devaraatha
Hijo de Harischandra. Nació del hijo del
rey, con la gracia de Varuna. Le había pro-
metido a Varuna ofrecer en sacrificio a su
primer hijo para complacerlo, pero debido
al amor por su hijo, aplazó su palabra.
Disgustado con el rey, Varuna lo hizo víc-
tima de hidropesía. Devaraatha, quien ya
había crecido para ese entonces, se dio
cuenta de que él era la causa de la enfer-
medad de su padre. Considerando que su
fin era cierto, se sintió decepcionado y se
fue a la selva. Vishwamitra le dio refugio.
Lo aceptó como su hijo mayor para que así
86
Devaraatha no padeciera el sentimiento de
lástima por él mismo. Viswamitra compla-
ció a Varuna al realizar Yagna y, de esta
manera, salvó su vida.

•Hari y Krishna
Hari y Krishna no son los nombres del Señor
Krishna de Dwarapa. Estos dos fueron los
hermanos mayores de Nara Narayana y al-
canzaron sitios (lokas) más elevados, me-
diante Tapas.

•Kalpa Shila
Es una roca cercana al río Alkananda que
fluye al lado de Badrinath. Fue en este si-
tio donde Shiva se dio un chapuzón en el
sagrado río y se liberó de la calavera de
Brahma que estaba clavada en su palma.
Shiva había descansado sobre esta roca
después de su baño. Aún hoy, los peregri-
nos ofrecen pindas y tarpana para la libera-
ción de las almas de sus antepasados. En
su adoración se ofrecen bollos de arroz a
los pitras. En 1961, cuando Sathya Sai Baba
visitó Badrinat, organizó un pindadana a
ser llevado a cabo por todos los que Lo
acompañaban.

•Nabhadas
El autor del famoso libro Bhaktamala.
Históricamente se cree que vivió entre
1360-1470 d. C. De acuerdo con algunas
historias miticas (Puranas), se dice que es
87
la encarnación de Brahma. En el último
verso que ha escrito, también le rinde ho-
menaje a su gurú, Agrada.

•Namisharanya
Es un centro sagrado de peregrinaje sobre
la orilla del río Gomati, en el distrito de
Hardoi, Uttar Pradesh. Fue aquí donde, en
la era de Sathya Yuga, Swayambhu Manu
y Shatrupa emprendieron severas peniten-
cias y a cambio obtuvieron la bendición de
Dios Mismo de que Él nacería como hijo
de ellos. En el Treta Yuga, Manu nació co-
mo el rey Dasaratha y Shatrupa como la
reina Kausalya. Dios Mismo nació como
Rama. Una cantidad de ascetas todavía
pasan allí su tiempo en penitencia.

•Raja Anga, Bena y Pruthu


Los tres nacieron en el Surya Vamsha co-
mo padre e hijo, rey y príncipe. Bena suce-
dió en el trono a su padre, Anga, debido a
su capacidad y el respaldo de la gente.
Una vez en el poder, empezó a acosar y a
humillar a los sabios (Rishis) y a los minis.
Al fracasar todos los esfuerzos, los sapta-
rishis lo mataron con su grito beligerante.
Su cuerpo fue sacudido. De la parte infe-
rior del cuerpo apareció Nishada, quien
representaba al Tamoguna. Del cuerpo su-
perior surgió una persona con una luz des-
lumbrante. Los dioses y los hombres sa-
grados le ofrecieron plegarias. Se lo llamó
88
Raja Pruthu. También se lo considera co-
mo una de las veinticuatro encarnaciones
de Vishnú. Él sentó un ejemplo del Dharma
Sadhana e hizo feliz y próspero a este mun-
do. La Tierra recibe por Él el nombre de
Prithi.

•Sagar Manthan
La historia del batido del océano se en-
cuentra en el Srimad Bhagavatham. Había
una constante guerra entre los dioses y los
asuras. Siempre los dioses caían vencidos,
mientras que los asuras, aunque eran
muertos en el campo de batalla, eran de-
vueltos a la vida por su preceptor,
Sukracharya, quien conocía el Sanjivini
Vidya, la ciencia de revivir a un hombre
muerto. Preocupados, los dioses se acerca-
ron a Vishnú. Vishnú les sugirió que entra-
ran en una alianza con los demonios y ba-
tieran el océano. Del océano obtendrían néc-
tar divino (Amrita), que al ser bebido, les da-
ría inmortalidad. Cuando la vasija con
Amrita surgió repentinamente del océano,
los demonios se llevaron por la fuerza todo
el recipiente y se negaron a darles a los dio-
ses ni siquiera una gota. Entonces, Vishnú
asumió la forma de Mohín (una damisela
muy hermosa) y todos los demonios se
enamoraron de esa forma. Mientras los
demonios estaban abstraídos apreciando
su belleza, Mohín tomó el Amrita Kalash y
se lo dio a los dioses. El mensaje espiritual
89
que transmite la historia es que, a menos
que un hombre asegure la Sabiduría
(Jnana) y la Devoción (Bhakti) mediante un
riguroso aspirante espiritual (Sadhaka), es
proclive a ser víctima de las pasiones de
deseo (Kama) y de la ira (Krodha) y a sufrir
interminablemente.

•Saalokya Moksha
Si un devoto obtiene la oportunidad de re-
sidir en el mismo lugar (Loka) donde resi-
de Dios, se dice que ha ganado saalokya
moksha. Todas las gopikas y todos los gopa-
las obtuvieron saalokya moksha al vivir con
Vishnú en Vaikunta después de su muerte
y disfrutaron eternamente de la compañía
del Señor.

•Samadhi Bhasha
Es el lenguaje que restablece la ecuanimi-
dad al alma; como resultado, dejan de
existir todas las diferencias entre alegrías y
penas, placer y dolor.

•Saptarishi
Al comienzo de cada era de Manu, Brahma
nombra a siete sabios (Rishis) para servir en
diferentes posiciones. Su función es guiar a
los aspirantes espirituales (Sadhakas) y pre-
servar la civilización y la cultura védicas.
Cuidan de la educación del universo entero.
La presente era está regida por Vaivaswata
Manu y los saptarishis nombrados por Él son
90
Kashyapa, Atri, Vashistha, Viswamitra,
Gautama, Jama Dagni y Bharadwaja.

•Samyamini Puri
Es la capital de Yamaloka, regida por
Dharmaraja. Está ubicada al sur del cielo.
Dharmaraja ocupa su trono y emite juicio
sobre las almas que, después de la muerte,
se presentan ante él. Son enviadas al cielo
o al infierno de acuerdo con sus karmas. En
Dwarapa, Krishna fue a este lugar (Loka) y
le pidió que el hijo de su Gurú retornara.
Similarmente, Bhagavan Baba trajo de re-
greso a Su devoto Cowan, desde ese mis-
mo lugar.

•Shiv Ka Nara
Aspecto devocional del hombre.

•Sri Ramanuj Acharya


El que expuso la teoría de Vishishtadwaita.
Nació en 1017 d. C. en Bhutapuri, en
Tamilnadu. Según Ramanajacharya, aun-
que el Paramatma es Advaita Swaroopa,
también posee ciertos atributos. Shankara,
sin embargo, lo negó. Según él, Paramatma
es “sin atributos”.

•Sutala
Hay siete Patals (infiernos) debajo de la
Tierra. De éstos, el tercero es llamado
Sutala. Bali, el nieto de Prahlada, reside
allí solamente.
91
•Vedanta Sadhana
Vedanta significa el fin o propósito del
Veda, es decir, la suma de la sustancia de
todos los Vedas. Como todas las prácticas,
incluyendo la práctica ascética (Tapas), lle-
va a la realización de Dios y forma parte
del Vedanta Sadhana. Pero, en particular, la
práctica espiritual planteada por Shanka-
racharya es técnicamente llamada Vedanta
Sadhana. Ha sido elaborada en Brahma
Sutra y Sharirka Bhashya, etc. De acuerdo
con este Sadhana, el Atma que reside en el
cuerpo humano es en sí misma el Dios
Todopoderoso, es decir, Paramatma.

•Yadu
Hijo de Yayati. Yayati le propuso a Yadu
transferirle a él su juventud para que así
pudiera disfrutar del placer de la vida.
Yadu, sin embargo, no estuvo de acuerdo
con él y de ahí que fue exiliado del reino.
Fue el fundador de la dinastía Yadu, en la
cual más adelante, nació el Señor Krishna.

•Yayati
Un rey de la dinastía Chandra. Era el nieto
del famoso rey Pururava e hijo de
Nahusha. Sus cinco hijos expandieron la fa-
milia. La historia ha sido presentada en de-
talle en el Mahabharatha. El gurú de los de-
monios, Shukracharya, casó a su hija
Devayani con Yayati, bajo la condición de
que el derecho de ser llamada su esposa le-
92
gal sería gozado únicamente por Devayani.
La primera esposa del rey, Sharmistha, ten-
dría que servir a Devayani como su criada
y no gozaría de la condición de reina.
Yayati, sin embargo, aceptó a Sharmistha
como su reina en una fecha posterior. Esto
molestó a Shukracharya, quien maldijo a
Yayati para que perdiera su juventud y en-
vejeciera. Cuando Yayati buscó el perdón,
Shukracharya le dijo que podía recuperar
su juventud sólo si alguno de sus hijos es-
taba dispuesto a cambiar la propia etapa ju-
venil por su ancianidad. Ninguno de los hi-
jos de Yayati aceptó esta propuesta.

93
Índice .

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Capítulo I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Capítulo II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

Capítulo III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

Kama Vijaya Lila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

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