Esta metáfora, muestra como el ser humano se conforma fácilmente recibiendo los

diferentes programas sociales que el gobierno ofrece, ya que son paliativos para
entretener y mantener al pueblo en un estado conformista quitándole las ganas de
luchar y conseguir por mérito propio su sustento, acostumbrándolos a que todo lo
obtengan por mediocridad y limosnas que estos ofrecen. Haciéndoles olvidar su
capacidad crítica pensante y creyendo que vivirá toda la vida de las migajas que el
gobierno les regala, mientras el corrupto gobierno cobra impuestos y cada día inventa
estrategias nuevas, para que su pueblo sea presa fácil como el cerdo salvaje, que de
tanto regalo, al final se acostumbran a comer el maíz fácil y gratuito, olvidando como
luchar por su comida y agradeciendo a sus captores el encierro.
El pueblo se ha acostumbrado tanto a recibir todo gratis que también pasa en el
sistema educativo, es cierto que algunos estudiantes no tienen recursos necesarios
para acceder a la educación superior, como hay otros que tienen como hacerlo, pero
siguen esperando que el papá gobierno costee todo. Por otra parte, el gobierno ha
dejado de invertir en la educación, por la sordidez de que a futuro, estudiantes críticos
pensantes tomen las riendas del país o se manifiesten ante tanta corrupción del
gobierno hacia el pueblo.
En países como el nuestro, el ser humano es muy propenso a caer en este tipo de
situaciones, ya que no se atreve a sobrepasar obstáculos por alcanzar sus sueños o
suplir sus necesidades, se han acostumbrado tanto al facilismo en sus vidas, que esto
los lleva a caer en este tipo de engaños.
Todo esto se puede evitar aprendiendo a ser esforzados y valientes, creyendo en
nosotros mismos, nuestras capacidades, siendo autónomos y críticos, exigiendo al
gobierno inversión en vías primarias, secundarias y terciarias, apoyando la creación de
nuevas empresas, evitando el cobro de impuestos exagerados, para que estas puedan
generar nuevos empleos y exportar sus productos a otros países.
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