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PSICOLOGÍA DE LA SEXUALIDAD Y

GÉNERO

UNIDAD 2
Identidad sexual y su configuración

TEMA 3
Deseo sexual y su configuración

Ps. Gloria Solís Beltrán, MSc.


OBJETIVO

Determinar la importancia del deseo sexual mediante


el estudio de la regulación emocional.
Actividad de inicio

Organización de ideas sobre el tema a estudiar

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Subtema 1: Aproximación a las bases
biofisiológicas del deseo sexual

Lo que resulta de enorme interés para la


Psicología de la Sexualidad es la capacidad
humana de regular el deseo erótico al servicio
de una satisfacción razonable de necesidades
básicas.

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DETERMINANTES ANATOMO-FISIOLÓGICOS

• Los centros del cerebro que regulan el deseo erótico


consisten en una red de núcleos y circuitos neuronales.
• El hipotálamo es una de las estructuras más directamente
implicadas en el control de la conducta sexual.
DETERMINANTES HORMONALES DEL DESEO

• Las hormonas sexuales modulan las respuestas a las que


se asocian.
• La testosterona es para ambos sexos, la hormona de la
libido. Su ausencia hace desaparecer el deseo sexual.
EL PAPEL DE LOS NEUROTRANSMISORES

• El deseo sexual está sostenido por dos tipos de


neurotransmisores:
a) Las indolaminas: la serotonina
b) Las catecolaminas: dopamina, noradrenalina, adrenalina.
Subtema 2: Activación del deseo sexual

La motivación sexual debe ser


entendida como un sistema que
constituye el nivel básico del
deseo erótico.

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Los inductores son un conjunto de estímulos
con valor erótico reconocidos así por el sistema
nervioso central.

La presencia de inductores evoca la aparición


del deseo sexual, dependiendo de la
disposición cognitivo-emocional.
La experiencia del deseo erótico es
esencialmente subjetiva. Esta
activación estará mediatizada por
la elaboración psicológica que
depende de disposiciones tanto
cognitivas, como afectivo-
emocionales.
La activación del deseo erótico,
bien directamente desde el
«estado del organismo», o
desde los inductores, debe ser
reconocida como erótica e
integrada en el conjunto de la
personalidad.
Levine refiere que la activación del
deseo erótico debe ser consentida,
aceptada e integrada como tal. Ello
dependerá de la mediación
psicológica producida a través de
procesos cognitivos y afectivo
emocionales.

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Si el deseo es la manifestación de una carencia o necesidad, la activación
generará la tendencia a la búsqueda de satisfacción erótica que puede
canalizarse en varios sentidos:

Puede lograrse dentro del mundo intrapsíquico sobre la base del imaginario
erótico.

Puede obtenerse activando comportamientos autoeróticos que se incardinan


con el resto del ciclo de respuesta sexual: la excitación y el orgasmo

Puede activarse en la relación interpersonal provocando la experiencia sexual


compartida, cuyo objeto dependerá de la orientación del mismo (hetero,
homosexual).

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La intensidad de la activación depende de la constitución biológica y variables
psicológicas de personalidad. En este sentido, los estudios de Eysenck indican
que las personas extravertidas disponen de una menor excitabilidad cortical
por lo que necesitan activaciones más fuertes, por ello tienden a buscar
experiencias intensas y variadas. El patrón de los introvertidos es inverso
(Eysenck, 1976).

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Subtema 3: El deseo erótico desde las
perspectivas de las emociones

El conocimiento de las emociones y de la


regulación permite una mayor comprensión de
la dinámica del deseo erótico.

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El deseo sexual está conformado por contenidos
cognitivos. La configuración de estos contenidos es el
resultado del procesamiento de la información que se
produce desde los inicios de la vida de las personas.
El deseo sexual puede ser considerado como una
emoción, puesto que cumple con los elementos:

Reacción emocional Comportamiento Vivencia emocional


fisiológica emocional subjetiva

Se refiere a las diferentes


Es definida como emoción
Es provocada por un formas de comportamiento
por el propio
estímulo emocional que surgen como reacción
sujeto
a estímulos emocionales
Fundamentalmente, el deseo sexual se percibe como
una experiencia emocional subjetiva que puede
generar diversas reacciones, dependiendo estas de
variables como la estructura de personalidad, las
actitudes, etc.

Se debe señalar que la experiencia subjetiva del


deseo erótico es, antes que nada, una vivencia
íntima, personal, y en algún sentido intransferible.

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Sería excesivamente simplista reducir el deseo sexual a una
mera relación entre una reacción fisiológica y una
evaluación cognitiva. Sin duda se trata de estructuras y
relaciones más complejas.

El deseo sexual, en tanto que emoción, puede suscitarse


como una respuesta a un tipo de estimulación tanto
interna como externa que produce una activación
fisiológica, siendo interpretada en función de parámetros
culturales (Singer y Toates, 1987).

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Subtema 4: Regulación emocional
y deseo sexual

La regulación emocional comprende


mecanismos de afrontamiento y de defensa.
Sin embargo, no se reduce a la suma de ambos.

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Las estrategias de afrontamiento consisten en
el conjunto de esfuerzos cognitivos y
conductuales, permanentemente cambiantes,
desarrollados para hacer frente a las demandas
específicas externas y/o internas.

Los mecanismos de defensa hacen referencia a


todas aquellas estrategias, de carácter al menos
parcialmente inconsciente, empleadas por el
«Yo» para impedir la aparición o el
mantenimiento de la angustia y defenderse de
todo aquello que genere displacer.
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Gómez Zapiain Javier; Psicología de la Sexualidad; Alianza Editorial: Madrid.
El concepto de emoción
va ligado al de regulación.
Por tanto, consideramos
que el deseo sexual es
una emoción regulada.
El deseo sexual puede percibirse como un
sentimiento asociado a emociones positivas y
negativas.

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Actividad de cierre

Visualizar el siguiente video sobre: Emociones y su


influencia en el deseo sexual:
https://www.youtube.com/watch?v=A_m_BDnMqrE&
t=103s

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BIBLIOGRAFÍA

• Gómez Zapiain Javier; Psicología de la Sexualidad; Alianza Editorial: Madrid.

• Spencer A Rathus. (2005). Sexualidad Humana. Madrid: Pearson Educación, S.A.

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