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Intervención Psicosocial, 2006, Vol. 15 N.° 3 Págs. 317-330.

ISSN: 1132-0559

INVESTIGACIONES APLICADAS

La evaluación del abuso sexual infantil:


comparación entre informes periciales en función
del diagnóstico de abuso
The evaluation of child sexual abuse: comparison
between expert reports depending on the
diagnosis of abuse

Gemma PONS-SALVADOR*
Alicia MARTÍNEZ**
María PÉREZ**
Juan J. BORRÁS**
Fecha de Recepción: 23-03-2006 Fecha de Aceptación: 12-12-2006

RESUMEN
El objetivo del presente trabajo es comparar las diferencias existentes entre informes
psicológicos periciales que confirman el diagnóstico de abuso sexual infantil de los que no
lo confirman. Los datos proceden de 61 informes sobre menores remitidos a un servicio
para el diagnóstico. Las variables se agruparon en: características de la familia, proceso
de evaluación y consecuencias psicológicas. Los resultados muestran que hay más niños
en el grupo de abuso que viven en familias con graves problemas de relación y/o drogode-
pendencias y que tienen sentimientos negativos hacia el presunto perpetrador, si bien en
esta muestra en un porcentaje elevado de casos el perpetrador utiliza amenazas y/o agre-
siones. Además se da una alta probabilidad de que el abuso se confirme cuando es el
niño el que informa y cuando muestra conducta sexualizada o conocimientos sexuales no
apropiados a la edad.

PALABRAS CLAVE
Abuso sexual infantil, Informes periciales y diagnóstico de abuso.

* Unidad de Investigación «Agresión y Familia». Universidad de Valencia.


** Instituto de Sexología y Psicoterapia Espill. Valencia.

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

ABSTRACT
The aim of this study was to compare the characteristics of confirmed cases of child
sexual abuse assessed by skilled professionals versus cases where abuse was not confir-
med. The study examined data concerning 61 children who were referred for diagnosis to
a specialized team of evaluators. The factors were grouped in three areas: family characte-
ristics, assessment process and psychological impact. The results showed that in the con-
firmed cases the children were more likely to be in families with severe relation problems
and/or drug addictions in one or both parents and reporting negative feelings toward the
alleged perpetrator. Moreover, it was also more likely that in the confirmed cases, the vic-
tim was one to report the abuse and showed sexualized behavior or sexual knowledge
inappropriate for their age.

KEY WORDS
Child sexual abuse, Expert reports and diagnosis of abuse.

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Gemma Pons-Salvador, Alicia Martínez, María Pérez y Juan J. Borrás

Un paso esencial en el proceso de eva- perito que tiene que determinar si el


luación del abuso sexual infantil es la niño que está evaluando está o no
realización de un buen informe pericial sufriendo abuso.
que con prontitud confirme o descarte la
existencia del abuso sexual. En los infor- En segundo lugar, las secuelas del
mes periciales de abusos sexuales la abuso sexual son similares a las de otros
fuente principal de información la cons- tipos de victimizaciones, si bien algunos
tituye la propia víctima (Cueto y Carbajo, síntomas son más frecuentes en unos
1999), donde analizar, demostrar y esta- que en otros. De esta forma, investiga-
blecer la fiabilidad y validez del testimo- ciones retrospectivas muestran que los
nio del menor es el elemento básico en la sujetos que fueron víctimas de maltrato
elaboración del informe (Alonso-Que- físico recordaban que en el momento que
cuty, 1991). Además, se deben tener en recibieron el maltrato tenían más inten-
cuenta otros indicadores físicos, conduc- sidad de rabia y tristeza, mientras que
tuales y emocionales del niño, así como los que recibieron abuso sexual recuer-
indicadores ambientales relacionados dan haber experimentado más intensi-
principalmente con la familia. dad de culpa y vergüenza (de Paúl,
Pérez-Albéñiz, Paz, Alday y Mocoroa,
A pesar de la existencia de listas de 2002). A pesar de estas diferencias, el
indicadores y de los progresos realizados abuso sexual, al igual que otros trau-
en este ámbito, la tarea del perito sigue mas, como el castigo físico o el abandono
siendo muy compleja, sobre todo en los emocional, pueden dar lugar a síntomas
casos en los que el abuso sexual no es y pautas de conductas similares en
evidente. Esta complejidad se debe, entre niños de la misma edad (Finkelhor,
otras cosas, a las características relacio- 1997). Por lo tanto, cuando un niño es
nadas con los efectos que el abuso tiene remitido a un servicio para la evaluación
sobre los niños, características que se de abuso sexual en función de los sínto-
pueden agrupar en tres apartados. mas que presenta puede que esté siendo
víctima de otras situaciones de maltrato
En primer lugar, se ha puesto de y no específicamente de abuso sexual,
manifiesto la dificultad de hablar de un dificultando una vez más la tarea de
cuadro o síndrome del niño sexualmen- peritaje.
te abusado, dada la heterogeneidad
tanto en su naturaleza como en su En tercer lugar, el abuso sexual se da
forma de expresión (Milner y Herce, con frecuencia junto a otras formas de
1994). De hecho, se ha observado que maltrato, de modo que los niños que
existe una importante variabilidad tem- sufren abuso sexual sufren también
poral de los síntomas, de modo que maltrato emocional y en ocasiones negli-
ciertos problemas sexuales pueden no gencia o maltrato físico, lo que refleja
aparecer hasta que el niño alcanza la que el niño está recibiendo simultánea-
adolescencia o la vida adulta, o los sín- mente distintas acciones de mal-trato
tomas pueden fluctuar o manifestarse (Cerezo y Pons-Salvador, 1999). Además,
de forma diferente en función del se ha descrito que algunos niños vícti-
momento evolutivo en el que se encuen- mas de abuso sexual han sufrido tam-
tre (Cole y Putnam, 1992; Macdonald, bién otras adversidades como pueden ser
2001). Esta variabilidad de los síntomas una relación parental inadecuada, con-
dificulta la detección de aquellos casos flicto familiar, privaciones, adicciones de
en los que el abuso sexual no es eviden- los padres, etc. (Filkelhor, 1979). Todas
te, haciendo más difícil la tarea del estas condiciones, por sí mismas, origi-

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

nan daño psicológico y también ponen al sexuales en la provincia de Castellón


niño en situación de riesgo porque no se (España), durante cuatro años (2000-
les atiende adecuadamente. En este sen- 2003). Este servicio, dirigido por el Insti-
tido, se debe considerar que no estamos tuto de Sexología y Psicoterapia Espill,
midiendo solamente los efectos del abuso está formado por un equipo de psicólo-
sexual, sino los efectos de todos estos gos que atiende a los casos que les son
otros factores. derivados por la Conselleria de Bienestar
Social del Gobierno Valenciano, con el
Teniendo en cuenta estas característi- objetivo de que el equipo de peritos reali-
cas, que dificultan la determinación de si ce una evaluación sobre la fiabilidad de
un niño está recibiendo abuso sexual, se los testimonios de los menores, diagnos-
considera que la información procedente tique la existencia o no de abuso sexual
de los informes periciales puede contri- y realice el correspondiente informe peri-
buir al conocimiento de indicadores que cial.
ayuden a diferenciar entre la existencia o
no de abuso (Pons-Salvador, Martínez, En el presente estudio, de los 77
Pérez y Borrás, 2004). Desde esta pers- informes se seleccionaron 61, excluyén-
pectiva el presente trabajo pretende ana- dose de la muestra a 7 por abandono
lizar, sobre una muestra de informes durante la evaluación, 5 por no poder
realizados por psicólogos peritos de un determinar el diagnóstico y 2 casos por
servicio para el diagnóstico, las diferen- encontrarse en tratamiento. De los 61
cias que existan entre los informes que informes seleccionados, 15 (24,6 %)
confirman el abuso de los que no, corresponden a niños y 46 (75,4 %) a
sabiendo que los niños y niñas remitidos niñas, y tienen un rango de edad entre 3
a un servicio para la evaluación del y 18 años (3-6 años: 18 casos; 7-10
abuso sexual pueden estar siendo vícti- años: 20 casos; 11-14 años: 15 casos;
mas de otras situaciones problemáticas, 15-18: 8 casos).
y que por lo tanto no se esperan los mis-
mos resultados que se obtendrían si se Los informes se separaron en dos gru-
compararan niños víctimas de abuso pos: por un lado aquellos en los que se
sexual con niños procedentes de pobla- confirma el diagnóstico de abuso sexual
ción normal. Aún y así se esperan (“grupo de abuso”, N=35) y, por otro
encontrar algunos caracteres que dife- lado, aquellos en los que no se confirma
rencien a ambos grupos. Para ello, se dicho diagnóstico (“grupo de no abuso”,
analizan las variables en función de N=26).
características que presenta la familia,
características relacionadas con la pro-
pia evaluación y los efectos que se obser- Procedimiento
van en el menor.
El estudio se ha realizado a partir del
análisis de los informes periciales sobre
MÉTODO niños que acuden al servicio durante
cuatro años (2000-2003). Dichos infor-
Muestra mes siguen todos un modelo y una
estructura determinada, en los que se
La muestra analizada se ha extraído incluyen datos de identificación y relati-
de 77 informes sobre menores de edad vos al motivo del informe, metodología
que fueron derivados a un servicio para utilizada, anamnesis y valoración de los
el diagnóstico y tratamiento de abusos hechos, veracidad de los testimonios,

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diagnóstico clínico y recomendaciones res, abuelos o tíos; y residencia o casa de


relacionadas con el caso (Pérez, Carbajo acogida. b) Interacción del menor con su
y Borrás,1999). familia, que puede ser normal, o se des-
conoce la existencia de problemas de
Tras informar y pedir consentimiento relación; insegura, ambivalente, carece
a las partes implicadas y asegurando la de figura de referencia, apego inseguro,
confidencialidad de los menores, se ana- demanda atención, relación ambivalente;
lizaron los informes mediante la técnica y evitativa, existe muy mala relación, no
de “análisis de contenido”, considerada quiere ver a alguno de sus padres, los
como de gran utilidad para describir de evita. c) Existencia de problemática fami-
forma objetiva y sistemática el contenido liar, que incluye sin problemas; conflicti-
manifiesto de comunicaciones, en este vas, desorganizadas, o con algún tipo de
caso informes periciales (Losada y López- drogodepedencias; y problemas motores,
Feal, 2003). sensoriales o físicos de alguno de los
padres.
Para el análisis de los datos se utiliza-
ron principalmente análisis de contin- 2) Variables relacionadas con el proce-
gencia: “Lambda de Goodman y Kruskal so de evaluación:
asimétrica” (1), para estudiar la asocia-
ción entre dos variables nominales, o a) Credibilidad del testimonio, y
entre nominal y ordinal, excepto cuando puede ser fiable o no fiable siguiendo los
el error típico asintótico era igual a 0, criterios de fiabilidad de Steller y
utilizándose la “Tau de Goodman y Krus- Koehnken (1994); b) Motivo por el que se
kal asimétrica” (t). La prueba “d de realiza el peritaje, es decir motivo de
Somer asimétrica” (d) cuando las dos sospecha que lleva a que el niño sea
variables eran ordinales. El “Coeficiente derivado a un servicio para el diagnósti-
de Contingencia” (C) en los casos en los co y que puede ser porque el niño infor-
que el valor es independiente de la varia- ma sobre los hechos, otra víctima infor-
ble que se considere como respuesta o ma o el niño está relacionado con otra
explicativa. El estadístico exacto de Fis- víctima; el niño manifiesta cambios en
her se utilizó en los casos de tablas 2x2 la conducta, ya sea por manifestar con-
con una frecuencia mínima esperada ductas sexuales inapropiadas, retrai-
menor de 5. mientos o miedos; se observan síntomas
físicos en el menor, irritación en zona
genital, infecciones, etc; otros, familiares
Variables o conocidos, tienen sospechas o han
sido testigos; y los Servicios Sociales
Las variables se organizaron en tres tiene sospechas debido a la desestructu-
grupos: ración familiar o porque en la familia
hay antecedentes de maltrato. c) Quién
1) Variables relacionadas con las realiza la denuncia, el menor, la madre,
características de la familia: el padre, el padre y la madre conjunta-
mente, otros familiares, profesionales
a) Estructura familiar, que se refiere a relacionados con el menor o su familia
la composición familiar, es decir si el como médicos, cuidadores, profesores,
niño vive en familia nuclear, con padre y etc., y los Servicios Sociales.
madre; familia reconstituida, madre y
nueva pareja de ésta; familia monoparen- 3) Variables relacionadas con las con-
tal, sólo con la madre; con otros familia- secuencias psicológicas en el menor:

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

a) Impacto psicológico del menor, RESULTADOS


especificado por los peritos en los infor-
mes. Se evalúa teniendo en cuenta la En la tabla 1 se recogen las frecuen-
presencia de síntomas de tipo sexual, cias del grupo de abuso y del grupo de
conductual, emocional o somático, y en no abuso que se dan en cada una de la
qué medida le han afectado a su des- variables estudiadas.
arrollo psico-social, distinguiéndose
entre muy elevado: presenta frecuente-
mente varios de los síntomas y le afec-
tan gravemente a su desarrollo; Variables relacionadas
elevado: presenta varios síntomas y le con características familiares
afectan a su desarrollo; moderado: pre-
senta esporádicamente uno o varios
síntomas y le afectan de forma modera- En relación a la estructura familiar, se
da a su desarrollo; bajo: presenta algún observa que los sujetos de ambos grupos
síntoma pero no le afecta significativa- se distribuyen de forma semejante en los
mente a su desarrollo; y ninguno: no diferentes tipos de familias, no mostrán-
presenta síntomas. b) Tipo de síntomas dose diferencias estadísticamente signifi-
que manifiesta el menor y que se reco- cativas, como se deduce del análisis de
gen como ninguno; síntomas emociona- contingencia aplicado (λ= 0,154; n.s.). De
les: baja autoestima, tristeza, vergüen- hecho, el 40% de los niños del grupo de
za, miedo, retraimiento, baja comunica- abuso y el 30,77% del grupo de no abuso
ción, angustia, pérdida o ausencia de viven con la familia nuclear, es decir con
motivaciones, déficits afectivos, incomo- la madre y el padre biológicos. En cuanto
didad, miedos, llantos; síntomas sexua- a los demás niños, el 25,71% del grupo
les: conductas sexualizadas o conoci- de abuso viven en una familia reconsti-
mientos sexuales no apropiados a su tuida, frente al 19,23% del grupo de no
edad; problemas de conducta: oposicio- abuso; el 17,14% del grupo de abuso
nal, agresividad, irritabilidad, llamadas viven en una familia monoparental frente
de atención, rebeldía, etc; síntomas al 26,92% del grupo de no abuso; el
somáticos: enuresis, ecopresis, proble- 5,71% viven con otros familiares frente al
mas de sueño, pesadillas, falta de ape- 19,23% del grupo de no abuso y el 11,4%
tito; síntomas orgánicos o físicos: irrita- del grupo de abuso viven en una casa de
ción en genitales, ETSs, infecciones, acogida o residencia frente al 3,84% del
sangre en genitales, pelos o restos de grupo de no abuso.
semen en genitales, etc.; y problemas
escolares: disminución del rendimiento En cuanto a la interacción del menor
académico, problemas de estudio, défi- con su familia se observa que el 82,86%
cit de concentración, déficit de aprendi- de los niños del grupo de abuso muestra
zaje. c) Sentimientos hacia el presunto una interacción normal frente al 69,23%
perpetrador: negativos: no le quiere, le del grupo de no abuso; el 5,71% del
da asco, le tiene miedo, quiere que esté grupo abuso tenían una relación insegu-
en la cárcel, etc.; ambivalentes: no sabe ra o ambivalente, frente al 23,08% del
si le quiere, le da pena, le quiere pero grupo de no abuso; y el 11,42% del
no le gusta lo que le hace, no sabe si lo grupo abuso mostraba una interacción
que hace está bien, etc.; y positivos: le evitativa, frente al 7,69% de no abuso.
quiere, le tiene cariño, todas las inter- Sin embargo, estas diferencias entre los
acciones que tiene las considera nor- grupos no son estadísticamente signifi-
males. cativas (λ= 0,154; n. s.).

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Tabla 1. Número de casos del grupo de abuso


y de no abuso en cada una de las variables estudiadas

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

De acuerdo con la variable existencia que se realiza el peritaje, es decir cuáles


de problemática familiar, se observa que fueron los motivos de sospecha que lle-
existen diferencias estadísticamente sig- varon a que el niño fuera derivado a un
nificativas entre ambos grupos (l= 0,154; servicio para el diagnóstico. De los 61
p= 0,039). Más de la mitad de los niños informes estudiados, en 17 casos el
de los dos grupos pertenecen a familias motivo fue que el propio niño informó
normales o que en principio no presen- sobre los hechos, de los cuales se confir-
tan las problemáticas aquí descritas mó el diagnóstico de abuso en un
(51,43% de los niños del grupo abuso y 76,47% de los casos. En 19 casos el
el 57,69% del grupo de no abuso). Del peritaje se realizó porque informó otra
resto de los niños el 40% de los del víctima o porque el niño estaba relacio-
grupo de abuso pertenecen a familias nado con otra víctima, de los cuales se
conflictivas, desorganizadas o con algún confirmó el diagnóstico de abuso sexual
tipo de drogodependencias, frente al en un 47,37% de los casos. En 7 casos
26,92% del grupo de no abuso; y el el motivo de la evaluación se debió prin-
8,57% de los niños del grupo de abuso cipalmente a que se había observado un
tienen padres con algún tipo de proble- cambio de conducta en el menor carac-
ma motor, sensorial o psíquico, mientras terizado principalmente por conductas
que el 15,38% del grupo de no abuso sexuales inapropiadas, retraimiento o
tiene padres con estos déficits. Por lo miedos, confirmándose el diagnóstico de
tanto, se observa que entre los niños del abuso en un 71,43% de los casos. En 3
grupo de abuso destaca el que existe un casos el motivo fue porque se había
porcentaje elevado entre los que pertene- observado síntomas físicos en el niño
cen a familias con problemas graves de (irritación en zona genital, infecciones,
conflictos y/o problemas de drogodepen- etc.), de los cuales se confirmó el abuso
dencias en alguno de los padres o en en 2 casos (66,67%). En 8 casos el moti-
ambos, circunstancias asociadas a una vo fue por información de personas que
importante desestructuración o desorga- conocen al niño, familiares o no, ya sea
nización familiar, lo que puede llevar a por sospechas o por haber sido testigos,
una menor protección o supervisión del de los cuales sólo en 2 casos se confirmó
menor. el diagnóstico de abuso lo que represen-
ta el 25% de los casos derivados por este
motivo. En cuanto a los casos sobre los
Variables relacionadas con el proceso que la sospecha la tiene directamente
de evaluación los Servicios Sociales, de los 4 casos se
confirmó el diagnóstico de abuso en la
La credibilidad o fiabilidad del testi- mitad. En 3 casos los motivos reunían
monio es una de las variables de mayor varios de los anteriores, de los cuales se
importancia a la hora de determinar el confirmó el diagnóstico en 2 casos.
diagnóstico. De los 61 informes evalua-
dos 52 fueron considerados fiables. Este Vemos, por tanto, que al menos en
porcentaje elevado de testimonios fiables esta muestra se han registrado hasta un
se dio en ambos grupos (88,57% en el total de siete motivos distintos, lo que a
grupo de abuso y 84% en el grupo de no pesar del interés aplicado del tema con-
abuso), no siendo significativas las dife- lleva a una mayor dificultad a la hora de
rencias (t= 0,004; n.s.). analizar los datos. Por ello, en el análisis
hemos querido recoger sólo algunos de
Otra variable relacionada con el pro- los subgrupos más representativos en
ceso de evaluación es el motivo por el función de esta variable de motivo de

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sospecha. En concreto, se comparan a todos ellos fueron diagnosticados de


los dos grupos (grupo de abuso y grupo abuso. Todo ello indica la importancia
de no abuso) en función de si la informa- de hacer una evaluación exhaustiva
ción la ofrece el niño o la da otro allega- independientemente de la persona que
do al niño, observándose que las diferen- denuncie.
cias son estadísticamente significativas
(N=25, con B(A)=13, la D(C)=4 observada
tiene una probabilidad de ocurrencia de Variables relacionadas con las
una cola conforme a la Ho de p< 0.05; consecuencias psicológicas
Siegel, 1990). Por tanto, cuando es el en el menor
niño el que informa es importante consi-
derar que existe una alta probabilidad de En este apartado se compara al grupo
que el abuso sea cierto. diagnosticado de abuso con el diagnosti-
cado de no abuso en función del impacto
En los casos en los que el motivo del psicológico, el tipo de síntomas que pre-
peritaje se debe a que la información la sentan los menores y los sentimientos
ofrece otra víctima o el niño está cerca que tienen hacia el presunto perpetra-
de otra víctima se confirma el abuso en dor.
prácticamente la mitad, lo que refleja
también la importancia de tener en En cuanto al impacto psicológico ana-
cuenta esta información. El cambio de lizado a partir de la valoración realizada
conducta también debe ser una variable por los peritos en el informe, se observa
a considerar, dado que en 5 de los 7 que entre los niños del grupo de abuso el
casos se dio una confirmación de diag- 70% ha sufrido un impacto psicológico
nóstico. de moderado a muy elevado, y sólo un
30% tienen un bajo o ningún coste psi-
Otra de las variables considerada del cológico. En concreto, 10 niños presen-
proceso de evaluación hace referencia a taban un coste moderado, 9 un impacto
quién realiza la denuncia. Esta variable elevado y 4 muy elevado. En cuanto a los
no debe confundirse con el motivo por niños del grupo de no abuso, sólo se
el que se realiza el peritaje dado que no tiene información de 7 casos de los cua-
siempre coinciden. De los 4 casos en les el 57,14% presentan un impacto
los que el menor puso la denuncia se moderado y el 42,86% tuvieron un coste
confirmó la existencia de abuso en 3. psicológico bajo. Considerando estos
Cuando la denuncia fue realizada por la datos, el impacto psicológico valorado
madre (15 casos), o por médicos, cuida- por los peritos no correlaciona de forma
dores, profesores, etc. (6 casos), la pro- significativa con el diagnóstico (t= 0,142;
porción fue la misma, en 2/3 se diag- n.s.). Hay que ser cauteloso con estos
nosticó presencia de abuso. Cuando el resultados dado que en el grupo diagnos-
denunciante fue el padre (6 casos), el ticado como de no abuso los peritos no
porcentaje de abusos se invirtió, fue de suelen indicar el impacto psicológico del
1/3 de abuso frente al 2/3 de no menor, de modo que como se ha comen-
abuso. En el caso de otros familiares, 4 tado sólo se recoge dicha información en
de los 9 sufrieron abuso y 5 no sufrie- 7 informes.
ron abuso. En los casos que denunció
Servicios Sociales, en 8 de 15 casos se El análisis de los síntomas que mani-
confirmó abuso. Del total de niños que fiestan los niños se realiza considerando
fueron evaluados un 6,9% denunciaron la frecuencia de los síntomas que pre-
el padre y la madre conjuntamente, sentan los grupos de abuso y de no

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

abuso. Por tanto, para realizar la compa- Respecto a los sentimientos que el
ración en este apartado se considera el menor tiene hacia el presunto perpetra-
número total de síntomas en lugar del dor se observa que correlaciona de forma
número total de menores, dado que algu- significativa con la existencia de abuso
nos niños manifiestan varios síntomas sexual (t=186; p=0,013). En el grupo de
(Ver tabla 2). De este modo, se observa abuso el 76,47% muestran sentimientos
Tabla 2. Frecuencia de síntomas que presentan el grupo de abuso
y el grupo de no abuso

que los síntomas más frecuentes en negativos hacia el agresor, el 14,70%


ambos grupos son de tipo emocional, muestran sentimientos ambivalentes, y
39,22% del grupo de abuso y 47,06% del el 8,82% tienen sentimientos positivos.
grupo de no abuso. El segundo grupo de En cuanto al grupo de no abuso esta
síntomas que se da con mayor frecuen- información se tiene sobre 14 casos, que
cia en el grupo de abuso son aquellos son aquellos en los que la sospecha de
relacionados con la manifestación de abuso recaía sobre una persona concreta
conductas sexualizadas por parte del y se le podía preguntar al menor directa-
menor o conocimientos sexuales no mente sobre los sentimientos hacia el
apropiados a su edad (9 casos, 17.69%), mismo. De estos casos el 35,71% mues-
mientras que sólo en un caso (5,88%) de tra sentimientos negativos hacia el pre-
los diagnosticados de no abuso se daban sunto agresor, el 21,43% muestra senti-
estas conductas. En cuanto a la mani- mientos ambivalentes y el 42,85% mues-
festación de problemas de conducta o tra sentimientos positivos.
conducta oposicional del niño se produce
en el 15,69% de los casos de los del Hay que destacar que los sentimientos
grupo de abuso y en 17,64% del grupo del menor hacia el perpetrador suelen
de no abuso. Cabe destacar también que estar directamente relacionados con las
9 niños del grupo de abuso presentaban estrategias que éste utilice para involu-
síntomas somáticos (13,73%), y 2 niños crarle. En el presente trabajo dicha
del grupo de no abuso (11,76%). Dadas información sólo se tiene de 24 casos del
las diferencias del número de síntomas grupo de abuso, pero se expone aquí
que presentan cada uno de los dos gru- dada su importancia. De estos 24 casos,
pos (51 grupo de abuso y 17 del grupo en el 58,33% (14 casos) el abusador uti-
de no abuso) y la baja frecuencia de liza amenazas y/o agresiones, en el
algunos de los síntomas, en este caso no 20,83% (5 casos) utiliza sobornos y en el
se realiza una comparación estadística otro 20,83% intenta convencerle, involu-
mostrándose los datos sólo a nivel des- crarle en el secreto, le muestra cariño,
criptivo. etc.

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Gemma Pons-Salvador, Alicia Martínez, María Pérez y Juan J. Borrás

DISCUSIÓN En cuanto a la interacción del niño


con la familia, tampoco se encuentran
La presente investigación se realiza diferencias significativas entre ambos
con una muestra de informes de evalua- grupos, principalmente porque la mayo-
ción sobre niños que han sido derivados ría de los niños de la muestra tienen una
durante cuatro años a un servicio para interacción “normal” con sus padres.
el diagnóstico de abuso sexual. El objeti- Este resultado es coherente si considera-
vo es analizar las diferencias que puedan mos que en el grupo de abuso sólo el
existir entre los casos en los que se con- 28,5% de los casos recibían abuso intra-
firma el diagnóstico de abuso de los que familiar. Es decir, en 10 casos de los 35
no se confirma. Se parte de la idea de el abuso fue perpetrado por el padre, en
que los niños derivados a un servicio 6 de cuales los niños informaban que su
como éste pueden presentar diversos interacción en casa era insegura, ambi-
problemas que no necesariamente deri- valente o evitativa. Mientras que en el
ven de la existencia de abuso sexual, lo grupo de no abuso, 6 casos tenían una
que dificulta la tarea del perito al que se relación insegura o ambivalente y 2
le pide que realice un diagnóstico sobre casos evitativa, lo que puede ser un
la presencia o no de abuso. reflejo de otras adversidades que puedan
estar sufriendo estos niños.
Los resultados muestran que en rela-
ción a las características familiares las En las variables relacionadas con el
diferencias se encuentran en la existen- proceso de evaluación destaca la credibi-
cia de problemática familiar, de modo lidad o fiabilidad del testimonio, la cual
que entre los niños en los que se confir- se confirma en el 85,25% de los informes
ma el abuso se da un porcentaje más evaluados, siguiendo el esquema pro-
elevado de aquellos que viven en fami- puesto por Steller y Koehnken (1994).
lias con problemas graves de conflictos Ante esta afirmación podría surgir la
y/o problemas de drogodependencias, lo duda de si la fiabilidad del testimonio
que puede estar relacionado con una está determinando la confirmación del
menor protección o supervisión paren- diagnóstico de abuso sexual y, al contra-
tal. Este resultado coincide con gran rio, que cuando los testimonios no sean
parte de la literatura que señala que no fiables sea más probable que se concluya
atender adecuadamente al niño puede la no existencia de abuso por miedo a
hacerle más vulnerable ante las estrata- que se produzcan falsos positivos. Sin
gemas de los agresores sexuales quie- embargo, esta cuestión queda descarta-
nes con frecuencia ofrecen atención y da en la presente investigación, dado que
afecto a cambio de sexo (Filkelhor el porcentaje de testimonios fiables es
1979). semejante en ambos grupos.
Sin embargo, no se han encontrado Dentro de las variables del proceso de
diferencias entre los dos grupos en rela- evaluación también se analizó el motivo
ción a la estructura familiar, a pesar de por el que se realizaba el peritaje, con-
que algunos autores advierten de los cluyéndose que cuando el niño informa
riesgos de maltrato que pueden sufrir sobre el abuso es muy probable que éste
algunos niños que viven con una nueva se confirme, ocurriendo en más del 76%
pareja del padre o de la madre (Daly y de los informes. Esto coincide con lo que
Wilson, 1998), si bien no especifican si se recoge en la literatura sobre la impor-
los riesgos son también de sufrir abuso tancia de creer a los niños cuando reali-
sexual. zan un testimonio de estas característi-

Intervención Psicosocial, 2006, vol. 15 n.º 3 327


La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

cas (p.e López, Hernández y Carpintero, Sin embargo, sí se obtiene informa-


1995). Cuando el motivo es porque el ción interesante en relación a la presen-
niño está cerca de otra víctima o ésta cia de síntomas. Los resultados mues-
informa sobre ello la confirmación de tran que los síntomas más frecuentes en
abuso se da casi en el 50%. Otros moti- ambos grupos son emocionales, lo que
vos, aunque menos frecuentes, deben confirmaría que muchos de los niños
ser especialmente considerados cuando derivados a este servicio son niños con
se dan, como ocurre con el cambio de problemas, independientemente de que
conducta del niño o la presencia de sín- reciban o no abuso sexual. Destaca el
tomas físicos, dado que en estas situa- hecho de que en esta muestra los sínto-
ciones se confirma el abuso en más del mas que hemos denominado sexuales
65%. (conducta sexualizada y conocimientos
no apropiados a la edad) se dan en un
Por otro lado, también se ha analizado 25,7 % del grupo de abuso. A pesar de
si la variable quién realiza la denuncia ello estos síntomas, cuando se manifies-
está relacionada con la confirmación o tan, deben ser considerados como bue-
no del abuso. En la muestra estudiada nos indicadores de abuso, dado que de
se recoge hasta un total de siete denun- los 10 casos en los que estaban presen-
ciantes, aunque el porcentaje mayor de tes se confirmó el abuso en 9. La presen-
denuncias lo realizan la madre y los Ser- cia de síntomas sexuales es uno de los
vicios Sociales (un 25,42% respectiva- indicadores más citados en la literatura
mente), confirmándose el abuso en el (Aberle, 2002; Finkelhor, 1997, entre
66,66% cuando denuncia la madre y en otros) lo que quedaría confirmado en el
el 53,33% cuando denuncian los Servi- presente trabajo, si bien al menos en
cios Sociales. En el resto de casos se tie- esta muestra no ha sido uno de los sín-
nen pocos datos, si bien destaca el hecho tomas más frecuentes. En cuanto a los
de que de las seis denuncias realizadas demás síntomas se produce una distri-
por el padre sólo se confirma en dos bución similar en el grupo de abuso y no
casos, mientras que de las cuatro abuso, por lo que no servirían para reali-
denuncias realizadas por ambos progeni- zar diferencias entre ambos grupos, lo
tores se confirman todas. que no significa que no deban tenerse en
cuenta en la evaluación.
En cuanto a las variables relaciona-
das con las consecuencias sobre el Respecto a los sentimientos que el
menor, en el presente trabajo no se pue- niño muestra hacia el presunto perpetra-
den extraer conclusiones en relación al dor, en el grupo de no abuso se recoge
impacto psicológico, dado que los peritos información sólo de aquellos casos en los
no suelen recoger en los informes el nivel que la sospecha de abuso recaía directa-
de impacto de los casos en los que no se mente sobre una persona, preguntándole
confirma el diagnóstico de abuso. En los sentimientos hacia el mismo. A pesar
esta muestra sólo se recoge dicha infor- de esta restricción, se recogen aquí los
mación en 7 casos (4 con impacto mode- resultados por el posible interés de los
rado y 3 bajo). En este sentido se podría mismos. De modo que, mientras que en
hacer una recomendación a los peritos el grupo de abuso el porcentaje más ele-
de la conveniencia de indicar el nivel de vado de niños tiene sentimientos negati-
impacto en todos los casos, teniendo en vos hacia el presunto perpetrador, en el
cuenta que algunos de estos niños pue- caso de los diagnosticados de no abuso
den estar sufriendo otro tipo de proble- la distribución es más equitativa entre
mas que les ha llevado a la evaluación. los distintos tipos de sentimientos, sien-

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Gemma Pons-Salvador, Alicia Martínez, María Pérez y Juan J. Borrás

do el porcentaje más elevado el de los viven experiencias o situaciones proble-


niños que muestran sentimientos positi- máticas independientemente de si reci-
vos. Este resultado contrasta con la lite- ben o no abuso sexual y por lo tanto es
ratura que resalta el hecho de que los difícil diferenciarlos en función del
niños que reciben abuso sexual con fre- impacto psicológico o de los síntomas
cuencia muestran sentimientos ambiva- que presenten. Aun y así se han detecta-
lentes o incluso positivos hacia el perpe- do algunas diferencias como es el hecho
trador, ya sea porque es alguien muy de que en el grupo de abuso, en contras-
allegado al niño (p.e. padre, hermano) o te con el de no abuso, hay mas niños
por su posición de poder (p.e maestro, con problemas familiares y con senti-
entrenador, etc), pero sobre todo por las mientos negativos hacia el presunto per-
estrategias que el abusador suele utilizar petrador, teniendo en cuenta que en esta
para involucrarle (Finkelhor, 1997; muestra en un porcentaje elevado el per-
Weiss, 2002). En este sentido, hay que petrador utiliza la amenaza o la agresión.
destacar que en el presente trabajo de Además, también hay más casos de con-
los 24 casos de los que se tiene informa- firmación de abuso cuando es el niño el
ción sobre el tipo de estrategia que utili- que informa sobre los hechos y cuando
za el perpetrador, en un 58,33% se infor- hay presencia de síntomas sexuales.
ma que utiliza la amenaza o la agresión,
y en todos ellos el niño tiene sentimien- El estudio presenta algunas limitacio-
tos negativos hacia el mismo. Esta infor- nes relacionadas con la fuente de infor-
mación explicaría el porqué en esta mación utilizada, en concreto informes
muestra se da un porcentaje más eleva- periciales cuyo objetivo no es la investi-
do de niños con sentimientos negativos gación. Aunque estos informes siguen
hacia el perpetrador, dado que los senti- todos la misma estructura, en ocasiones
mientos ambivalentes o positivos que a los peritos obvian algunos datos, ya sea
veces muestran las víctimas hacia sus por no conocerlos o por considerar que
abusadores suelen estar vinculados a las no son relevantes para el caso. La conse-
estrategias de manipulación que éstos cuencia para el estudio es que se reduce
utilizan. Por otro lado, hay que recordar la muestra en el análisis de algunas de
que la muestra de esta investigación pro- las variables. Por otro lado, el carácter
cede de casos remitidos para su evalua- cualitativo de la información recogida en
ción y por lo tanto el hecho de que en los informes ha hecho que el presente
esta muestra se den más casos de meno- trabajo se haya encontrado con las difi-
res con sentimientos negativos hacia el cultades que suelen presentar las inves-
perpetrador puede ser un reflejo de que tigaciones cualitativas (para más detalles
éstos son los casos que mejor se detec- véase Anguera, 1995), y que en este caso
tan. se ha concretado en la ardua labor de
catagorización de la información en
En conclusión, se confirma la hipóte- variables nominales y ordinales, restrin-
sis de que los niños que son derivados a giéndose las posibilidades del estudio a
un servicio para el diagnostico de abuso los análisis descriptivos y de contingen-
sexual con frecuencia son niños que cia.

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La evaluación del abuso sexual infantil: comparación entre informes periciales en función del diagnóstico de abuso

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