EQUIPO DE CÁTEDRA: PROFESOR ADJ. REGULAR: Mgter. EDUARDO DANIEL FIGUEROA JTP: Lic. JUAN MANUEL CHIRONI
ESTUDIANTE: JUAN SEBASTIÁN PEÑA
Parte 1 1-Estado liberal (mediados del siglo XIX-1930) #Dimensión política: En cuanto a los mecanismos de acceso a la participación política, el periodo se caracteriza por ser restrictivo, fraudulento – el voto no era secreto y era fácilmente manipulable- y elitista, ya que la figura utilizada era la de partido de notables. Esto sucedió hasta la Ley Sáenz Peña que llevó A Irigoyen al poder en 1916, pasando del Estado liberal oligárquico al democrático. Para el autor, el radicalismo fue el primer partido de “masas”, por incluir a una parte de la población que no poseía participación, aunque fuera; por las características de la ley electoral; restrictivo aún, dejando por fuera a las mujeres. El voto paso a ser secreto y obligatorio, y el papel del Estado pasó de solo ser garante de los derechos civiles a ser mediador de la conflictividad social. #Dimensión económica: La economía se basó en las agroexportaciones, habiendo una clara división en cuanto a la división de tareas a escala internacional, donde nuestro país se limitó a exportar materia prima. A pesar de que se abrió el acceso a participar en las decisiones políticas, y del carácter no oligárquico del irogoyenismo, en cuanto a la matriz económica, no significo un cambio al statu quo, ya que el sector agropecuario siguió concentrando todo el poder económico con fuertes implicancias en el poder político, aunque se buscó corregir el exceso que provocaron las desigualdades, sin cuestionar; como plantee anteriormente; sin cuestionar las razones de fondo que provocaron estas desigualdades. #Dimensión social y cultural: Reinó el positivismo, donde la noción de “orden y progreso” que poseían los intelectuales de la clase hegemónica, queda fielmente expuesta en la obra “Facundo: civilización y barbarie” de Sarmiento –impulsor de la ley 1420 bajo la residencia de Roca- donde se caracteriza la civilización a lo referido a la cultura europea y la barbarie a las originarias y gauchescas. En 1884 con la sanción de la ley 1420, la educación pública obligatoria –nivel primaria- y laica pasó a ser un instrumento para la consolidación del Estado-Nación, logrando así la categoría de “argentinos”. A esta ley se la articula con la Ley Laínez en 1905 y la ley Avellaneda en 1885 referida, esta última, en cuanto a los estudios universitarios – siendo un capital cultural al que solo las elites podían acceder-. Este acceso a la educación por parte de inmigrantes, y criollos posibilitó, según el autor, que las clases más bajas puedan acceder a mejorar sus condiciones económicas y generen la presión social necesaria para acceder al sistema político. Tras el golpe de 1930 y la crisis de Wall Street este modelo de Estado pierde fuerza y es reemplazado paulatinamente por el Estado social. -Estado social (post crisis de 1930-década del 70’): #Dimensión política: Responde a un problema propio del modelo de Estado anterior; el de hacer compatible el capitalismo con la democracia occidental, esto dado en el contexto internacional del “peligro” latente de las revoluciones contra el sistema capitalista. Por ello la solución planteada es la participación activa del Estado en el mercado, sea como un actor económico más, como un regulador y redistribuidor de la riqueza. Por otro lado, se le permite el ingreso al sistema político a las masas. El Estado ahora es garante de los derechos sociales. Un ejemplo claro son las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón en nuestro país, donde se conquistaron derechos laborales y sociales. En cuanto a lo referido a la estructura de los partidos políticos, el ingreso de las masas al sistema político significo “en términos del sistema político se constituyó el "rnovimientisrno" como un modelo de partido predominante con tendencias hegemónicas que presuponía una alta politización de las relaciones sociales, una organización de los sectores populares, centralidad del Poder Ejecutivo pero escasa importancia dada a los aspectos institucionales y al Parlamento” (García Delgado, 1994, p. 49) Esto se aprecia con la irrupción de un líder carismático como Perón. A partir la aparición del peronismo como partido de masas, iniciando su primera presidencia en 1946, se empieza a caracterizar nuestro sistema político como bipartidista hasta finales del siglo XX-primera década del siglo XXI. Por último, la falta de consenso llevó al debilitamiento del régimen peronista, siendo el Estado social nacional/popular reproductor del conflicto de legitimidad y polarización entre los que lo tildaban de “populista” y los que adherían al movimiento; finalizando en 1955 tras un golpe de Estado. Esto lleva a la aparición de un nuevo subtipo del Estado social, denominado desarrollista; donde a través de la proscripción al peronismo, y la búsqueda de atracción de capitales extranjeros. El Estado era el encargado de llevar adelante la instancia “técnico-neutral” para el desarrollo. En 1966, en plena Guerra Fría, bajo el gobierno de Onganía, las corporaciones toman el poder político. En este periodo la planificación es fundamental, ya que es la bisagra entre el gobierno y los agentes sociales. Además, las hipótesis del gobierno militar de estar en una guerra constante en contra del comunismo, la proscripción de Perón y la persecución a sus militantes llevó a que se agudizará la conflictividad. Tras la vuelta de Perón, la Crisis del Petróleo, el golpe de Estado de 1973, el gobierno dictatorial comenzó a desmontar este modelo de Estado. #Dimensión económica: inexistencia previa de un patrón de desarrollo industrial autosostenido y con capacidad de financiamiento que otorga un mercado propio, y la inexistencia de un masivo mercado laboral urbano asalariado, con las necesidades sociales que tal mercado implica y con los conflictos sociales que el desarrollo industrial general” (García Delgado, 1994, pp. 49 y 50). Hubo una masiva inmigración de sectores populares a sectores urbanos, legitimando el sistema político y económico, lo que permitió obtener rentas de los sectores del agro. Argentina, en palabras del autor “no compartía con los Estados capitalistas centrales dos condiciones básicas del nuevo modelo de desarrollo: la #Dimensión social y cultural: -Nuevo sujeto político: el Pueblo-Reforma de la constitución de 1949.-Bipartidismo. -Proscripción de la máxima figura política argentina del siglo XX. -Aparición de la lucha armada de diversos sectores de izquierda y del peronismo-Fuerte influencia de la Revolución cubana. - Estado postsocial (post crisis del petróleo) #Dimensión política: se afirma el modelo democrático en la región. Se asocia la democracia con las instituciones, y procedimientos más que a los contenidos, arribando a una visión shumpeteriana de la misma. Aparición de nuevos actores políticos frente a la deslegitimación de los partidos políticos, que habían obtenido el monopolio de la representación. A nivel internacional fin de la Guerra Fría y de los socialismos reales. Argentina se ubica en el mercado mundial como aliado de los EEUU. #Dimensión económica: libre mercado, flexibilización, descentralización y desregulación de los mercados. Inserción en el Mercando Mundial. El Estado es solo el garante de la propiedad privada y no interviene en la economía. #Dimensión social y cultural: nueva modernización rompe los esquemas de valores tradicionales, llevando a una fragmentación de los lazos sociales, propiciando el individualismo extremo. La globalización es el fenómeno que rige los patrones culturales y sociales, las fronteras de los Estado-Nación se desdibujan frente a dicho fenómeno. Se rompe el ejido social, ya que por el desempleo y el desmejoramiento de las pensiones de los jubilados una gran parte de la población quedó marginada, no solo económicamente, sino que también socialmente. 2- A continuación, se tratará de enmarcar los periodos de gobierno del kirchnerismo- Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)- y el de Mauricio Macri (2015-2019) dentro de los modelos de Estado planteados en el marco teórico de García Delgado. Para ello utilizaré cuatro dimensiones: la política interna, la externa, la política económica, y el papel que poseen los movimientos sociales y sindicales durante dichos periodos. Por la extensión limitada del trabajo, se buscará realizar un análisis somero y puntual. -El periodo kirchnerista (2003-2015): a través de estos mandatos, dentro del desarrollo teórico del autor utilizado como fuente bibliográfica, se percibe que se aplicó el modelo de Estado nacional/popular dentro del Estado social. En cuanto a la política interna en dicho periodo, se observa un retorno por parte de la juventud hacia lo político siendo vista como herramienta transformadora de la realidad social, percibiendo la vuelta a un sueño colectivo como forma de reconstruir el lazo social. A su vez, referido a la política, vemos como los partidos políticos y el sistema político logró reconstruir su legitimidad al crear condiciones institucionales estables que brindaron estabilidad y permitieron tener condiciones de gobernabilidad superando la crisis del 2001 en cuanto crisis de representación. En torno a las políticas públicas más destacadas, vemos la llevada adelante en derechos humanos, en cuanto el retorno del juicio a las juntas militares y el trabajo coordinado junto a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para reinstituirle la identidad a los bebés apropiados durante la último dictadura cívica-militar-eclesiástica en nuestro país. Otras políticas fueron las laborales, como la vuelta de las paritarias, la creación de una jubilación para amas de casa; el incremento del fondo educativo, y la reestatización de las AFJP y de empresas claves para la soberanía económica como YPF y Aerolíneas Argentinas. En política exterior se hizo fuerte hincapié en la soberanía económica, renegociando y pagando en su totalidad la deuda con el FMI; a su vez, fomentó un bloque regional fuerte denominado “Patria Grande”, lo que le permitió ingresar al mercado mundial con mayor fuerza para no someterse a las decisiones de las grandes potencias. Otra política publica referida a la política exterior fue la de la recuperación de las Islas Malvinas por vía diplomáticas, donde hubo fuertes avances logrando el reconocimiento de la soberanía argentina sobre dicho territorio por la mayoría de la comunidad internacional, avance que se detuvo al iniciar el mandato de Mauricio Macri en 2015. Referido a la política económica, tuvo tintes redistributivos, destacando las políticas en salud, educación, creación de puestos trabajos y planes para la inserción de los sectores postergados al mercado laboral y al sistema educativo. La planificación del sistema económico fue reimpulsar la industrialización, aunque el mayor ingreso siguió siendo los impuestos sobre las exportaciones del sector agropecuario, sector con el que mantuvieron momentos de tensión durante todo el mandato. La reactivación de la economía la lograron promoviendo el consumo, desde una lógica keynesiana, a través de la creación de puestos laborales y transferencias indirecta de recursos (salud, educación) así como de forma directa (mejores en las jubilaciones, pensiones, becas, asignaciones universales, mejora de los salarios, etc.) Para concluir se puede observar que esta etapa; desde la vuelta a la democracia hasta la actualidad; fue la etapa donde hubo mejores condiciones de gobernabilidad, donde la tasa de desocupación fue la más baja, y la que permitió el mayor crecimiento en el PBI, según datos del INDEC. Ahora bien, el gobierno de Mauricio Macri se encasilla dentro de la conceptualización de Estado postsocial. La política interna que llevó adelante estuvo marcada por la vuelta al libre mercado, el ajuste en el gasto público; esto se vio reflejado en el recorte presupuestario que sufrió la salud pública, la educación pública- entre las que se vio fuertemente afectada nuestra universidad-, el impulso de la ley N° 27426 de reforma provisional donde con la aplicación de la nueva fórmula el jubilado pasa a percibir menos que con la que estaba vigente hasta ese momento. Otra característica del mandato, fue la notoriedad e importancia que tomaron las fuerzas armadas; característica que destaca en los modelos de Estado de este tipo, caracterizados por una fuerte represión ante el descontento popular, siendo fuertemente cuestionados en la base de su legitimidad dentro de un modelo democrático occidental. Ejemplos de esto, fueron las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, dos casos emblemáticos de un periodo donde el orden social se garantizó mediante el uso de las fuerzas públicas. En cuanto a política económica, una de las primeras medidas fue el fin al denominado “cepo cambiario” al dólar -tipo de cambio oficial $ 9,50 en diciembre de 2015- provocando la fuerte devaluación del peso argentino, que, a fin de su mandato en 2019, llegó a estar en relación con la moneda estadounidense US$1= más de 60 pesos argentinos. Otra medida fue abrir las fronteras a los productos extranjeros, para que compitieran en igualdad de condiciones con los nacionales, provocando la quiebra de muchas empresas argentinas; esto bajo la mirada macro de la inserción en el mercado mundial; situación marcada por García Delgado como característica de este modelo de Estado. Frente a un contexto de desempleo y de estancamiento de la economía nacional, el consumo bajó estrepitosamente, ahondando y llevando la crisis a todos los sectores de la economía, desde la industria automotriz hasta la gastronómica. Por otra parte, en esta inserción en el mercado mundial, los productos argentinos no encontraron nuevos mercados, siendo nuevamente el sector agro el protagonista con su modelo extractivista de pool de soja. Referido a la política internacional, las relaciones con EEUU se intentaron alimentar, siendo –más que un reflejo del trato de EEUU hacia nuestro país los desplantes recibidos por Macri de Donald Trump en la Cumbre del G-20- reducido a un mero aliado menor que intentó venderle limones; sin despreciar la reproducción del modelo económico norteamericano en la región por parte del ex presidente Macri. También, rompió relaciones estrechas con los países que se denominaron “Patria Grande” que conformaban el Mercosur o la CELAC, que no adherían a una visión de centro derecha –de cualquier tipo- no sosteniendo la estrategia de crecimiento en conjunto de la región. Por último, la notoriedad de los golpes judiciales utilizados para colocar gobiernos de derecha, como, por ejemplo, para imponer a Bolsonaro en Brasil, fue creciente. Tema que sería interesante abordar con mayor profundidad en el futuro. Para concluir, podemos observar dos modelos de Estado antagónicos, donde el Estado se orienta hacia distintos objetivos, donde prima la reinserción de los excluidos frente a una sociedad planteada de forma meritocratica; donde la educación pública sigue manteniendo la importancia- se puede discutir, creo, que si el propósito- que le otorgaron los liberales en la imposición de la obligatoriedad de la educación primaria, en la transcendencia que toma la educación universitaria durante el gobierno de Perón con la ley de gratuidad de los estudios superiores y con la importancia de la educación secundaria con la ley 26206 lanzada en 2006 bajo la presidencia de Néstor, frente a una desfinanciación de ella por parte del gobierno macrista; entre otras cuestiones que hay que analizar. Parte 2: “Democratizar la democracia: una mirada desde Chomsky” Introducción: En este breve informe abordaremos las características de las democracias en los regímenes neoliberales, para ello nos centraremos en el documental de Noam Chomsky “Requiem for the american dream” sacando del mismo el decálogo planteado por el autor; y a partir del mismo utilizando los textos de García Delgado planteados por la catedra, ir yendo continuamente entre la praxis y el marco teórico para graficar la situación del sistema político en la actualidad. ¿Democracia no democratizadora? Noam plantea que la democracia estadounidense, desde sus inicios, planteo la problemática de los alcances de la misma. ¿Cómo evitar que la mayoría pobre no domine el sistema y obligue a la minoría rica a someterse a los designios de esta? Para ello hay dos soluciones posibles dice Chomsky: reducir la desigualdad, como lo planteaba Aristóteles utilizando lo que sería un Estado bienestarista; o, lo que hizo EEUU que es reducir la democracia, situación que se agravó después de los años 60’, momento bisagra donde entraron en vigencia los derechos de las mujeres y de las minorías. Esto lo lograron, desde la creación de su Constitución, dándole la mayoría del control a la rama legislativa que era elegida por gente adinerada. La democracia entonces, pasó a ser un mecanismo, que dejó por fuera de las decisiones importantes, a largo plazo a los ciudadanos. Con respecto a esto, Zizek aporta lo siguiente: La gran novedad de la era pospolítica actual —la era del “fin de las ideologías”— es la despolitización radical de la esfera de la economía: el modo en que la economía funciona (la necesidad de recortar el gasto social, etc.) es aceptado como un simple dato del estado de cosas objetivo. Sin embargo, en la medida en que esta despolitización fundamental de la esfera económica sea aceptada, todas las discusiones sobre la ciudadanía activa y sobre los debates públicos de donde deberían surgir las decisiones colectivas seguirán limitadas a cuestiones “culturales” de diferencias religiosas, sexuales o étnicas —es decir, diferencias de estilos de vida— y no tendrán incidencia real en el nivel donde se toman las decisiones de largo plazo que nos afectan a todos. (Zizek, 1999) Un ejemplo de esto fue el endeudamiento contraído con el FMI por Mauricio Macri durante su mandato como presidente de nuestro país, tomando deuda sin antes pasar por el Congreso; ¿qué poder de decisión tenemos los ciudadanos en un régimen, para este caso, hiperpresidencialista? Esta acción, ejemplifica los alcances de la democracia occidental; donde mayoritariamente el pueblo ve acotada su participación en las decisiones transcendentales. Ahora bien, siguiendo lo que plantea Zizek, en concordancia con el decálogo que estamos utilizando como referencia, podemos percibir que el sistema de propaganda ha logrado, llevar a que la ciudadanía no se involucre en las decisiones políticas; esta falta de participación se da, como dijimos, por las características del propio sistema político; y por los mass media y la imposición de un sistema de ultrafragmentación social, donde se fomenta la creación de la agenda pública en base a particularidades que no abordan el nivel macro de las conjunciones que nos rigen como sociedad. Esto mismo, en concordancia con Slavoj se fomenta en los regímenes neoliberales – presociales- donde las estadísticas y la distribución de la riqueza, las variables económicas y la incidencia de la economía en las microeconomías parecen datos “fríos”, donde la política no rige. Se ejemplifica en nuestro país con la importancia que le dio Menem a Cavallo, y Macri, con su “neoliberalismo tardío” a su ministro de economía. Este retorno al modelo neoliberal en Argentina, que parecía que se había agotado finalizando el siglo pasado, se explica en palabras de García Delgado “sobre todo, por la fuerte presión de los poderes fácticos para erosionar la capacidad de gobernar y, por lo tanto, de recuperar el control del Estado” (García Delgado, 2017, p.93). Esto mismo lo plantea Chomsky cuando ve el papel de las corporaciones sobre los partidos políticos a la hora de financiar sus campañas. ¿Quién puede negar que la campaña de Macri durante las elecciones presidenciales del año 2015 estuvieron fuertemente apoyadas e influenciadas por un sector de la elite económica de nuestro país? Tanto del sector del agro, como industrial y reproducida por el multimedio monopólico de los medios de comunicación. Y en consecuencia una vez llegado al poder, los puestos fueron ocupados por Ceos de empresas, García Delgado lo denomina explica al respecto “El Plan de Modernización y los nuevos CEO´s en la conducción pública, no tienen en cuenta los límites ni las restricciones de la acción del funcionario. Se comportan como si el sector público fuera una empresa privada, un marco propicio para hacer negocios” (García Delgado, 2017, p. 97) Ahora bien, ¿cómo logran imponer este viraje en el papel del Estado rompiendo con su rol bienestarista sin el estallido social que representaría? Chomsky explica que en los EEUU Reagan durante su presidencia luchó fuertemente contra los sindicatos, logrando que en la actualidad allá un porcentaje mínimo que esté afiliado, habiendo muy pocos lazos de solidaridad entre los trabajadores, esto es porque “el nuevo homo corporativo, requiere de empleados con márgenes y derechos acotados, y no percibe que en el Estado haya que rendir cuentas, leyes que cumplir, presupuestos y normativas laborales que respetar o que el sentido último de la gestión pública no son los negocios, sino el bien público”. (García Delgado, 2017, p. 97). En nuestro país, sin embargo, la lucha sindical tiene un fuerte arraigo histórico, y no se pudo destruir bajo el gobierno de Macri, llegando la confrontación a picos tan altos de tensión de que el presidente en aquella época llegó a acusar a Hugo Moyano; uno de los líderes sindicales más emblemáticos de nuestro país; de “patotero” y de actuar por fuera de la ley. Siguiendo el análisis de Chomsky, el plantea que existe un ataque a la solidaridad, esto se ve reflejado en los ataques a todas las instituciones bienestaristas que existen en los EEUU. En este modelo económico “el eje del proceso económico deja de ser el trabajador y su organización y pasa a ser el mercado, el consumidor y el management”. (García Delgado, 1994, p.57). En nuestro país, este ataque se vio reflejado con la ley de movilidad jubilatoria que nombramos anteriormente, y con el recorte en salud y educación pública principalmente. Las historias de personas que nacieron en el ostracismo y la más profunda pobreza y a base de esfuerzo individual lograron salir de esa situación se multiplicaron por las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación, a través de diferentes estrategias comunicativas como el framing; alentando la meritocracia como base de esta sociedad, que desde el Estado hacia la sociedad civil a través de todas las instituciones estatales y privadas fueron reproduciendo esta lógica. Por último, me parece otra cuestión a destacar la forma de creación del consentimiento y el papel de la ciudadanía en el escenario de un descontento popular. En el documental la aborda, poniendo gran énfasis en el fenómeno Donald Trump. Pelfini al referirse al momento de esta aparición disruptiva en el escenario político norteamericano expresa “Dentro de un antagonismo más o menos escenificado frente a la corrección y superioridad de las élites, la reaparición de un lenguaje revulsivo y directo, así como de temas ya no tratados, refleja una creciente demanda por mayor autenticidad, proximidad y por una interpretación más ligada al sentido común” (Pelfini, 2017, citado en García Delgado, 2017, p.60). Este viraje en el escenario estadounidense, con la aparición de un populismo de derecha, tal como lo clasifica Pelfini, se debió, a varios factores endógenos del propio sistema político norteamericano, que como vimos al comienzo del documental propone menos democracia ante la disyuntiva de cómo evitar que las mayorías sometan a la elite económica/política ; esto sumado a un periodo de estancamiento o recesión económica prepararon los condiciones para la llegada de Donald Trump, que supo construir el poder necesario como para alcanzar la base de legitimidad que lo depositó en la Casa Blanca. Esta situación podría compararse, encontrando ciertas aristas en común con la aparición del fenómeno Bolsonaro en Brasil; teniendo en cuenta en este último, el golpe judicial que le allanó el camino para ganar las elecciones en 2018, golpe que destituyo a la presidenta Dilma Rousseff, y proscribió y encarceló al principal líder opositor Lula Da Silva. Conclusiones La democracia liberal, no garantiza la participación de la ciudadanía en su totalidad; a pesar de su universalidad en lo ciudadanos mayores de edad, o no se activan todas las herramientas que poseen para democratizar la democracia o la misma desde sus orígenes; tal como pasó en los EEUU, está diseñada para evitar la masividad en las decisiones a largo plazo. Este fenómeno, reproducido por los medios de comunicación y bajados en forma de programas de control por las instituciones, alientan la individualización extrema de la persona, y la poca participación en asuntos públicos. Cuando un hecho exógeno al propio sistema político, como puede ser una crisis económica, genera el descontento popular, aparecen como respuestas reaccionarias fenómenos políticos como el de Trump. Por otra parte, en nuestro país, el retorno a un gobierno de centro derecha, en este caso neoliberal, respondió, parafraseando a García Delgado (2017) a cuestiones en el armado político interno del kirchnerismo, pero principalmente al poder fáctico que ejerció la presión necesaria para no facilitar la gobernabilidad. La distinción discursiva con Trump es qué Macri apeló, con un típico discurso neoliberal, a la inserción argentina en el mercado mundial; mientras que Trump con un discurso más reaccionario lo hizo promoviendo un nacionalismo proteccionista, siendo en ambos casos plasmados en su programa de gobierno. Bibliografía -GARCÍA DELGADO. Daniel R. (1994) Estado y Sociedad. La nueva relación a partir del cambio estructural. Flacso. Grupo Editorial Tesis Norma. Introducción, Cap. I. “Del Estado de Bienestar al Estado Postsocial”, pág. 13-64. - GARCÍA DELGADO, Daniel y GRADIN, Agustina. El neoliberalismo tardío. Teoría y praxis. Documento de trabajo N° 5. FLACSO. 2017.