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LOS SERVIDORES PÚBLICOS COMO VÍCTIMAS.

Es difícil encontrar un título como el de este artículo en una revista especializada en


materia fiscal y más insólito resulta encontrarlo en esta revista de estrategias para la
Defensa Fiscal, sin embargo, una vez que usted estimado lector, principalmente si es
funcionario de alguna dependencia especializada en materia fiscal (IMSS, SAT,
INFONAVIT) lo lea observará que no existe disparate en este tema.

Para iniciar vale recordar el refrán que reza “el que a varios amos sirve con alguno queda
mal” y este se aplica a la perfección a los servidores públicos.

Actualmente un servidor público, por ejemplo del Servicio de Administración Tributaria,


pensemos en cualquier Administrador Local de el área que a usted se le ocurra (auditoria,
jurídica, recaudación, aduanas), estan en medio de todas estas “espadas”

• Una carga de trabajo excesiva cada vez con menos colaboradores (retiros
voluntarios, renuncias, despidos, etc.)
• Con personal impuesto no elegido por los titulares, sindicalizado, en muchos casos
no calificado y no responsable.
• Al contribuyente que cada vez más se atreve a interponer los medios de defensa, a
quejarse, a alzar la voz contra actos que considera ilegales o arbitrarios.
• A las contralorías internas de cada dependencia encabezadas por la Secretaria de
la Función Pública (Antes de Contraloría y Desarrollo Administrativo)
• Áreas normativas, que con una facilidad les emiten lineamientos para que hagan o
dejen de hacer determinados actos de manera legal o no, y que al momento de la
imputación de una responsabilidad no se puede esgrimir “obediencia a superior
jerárquico” porque evaden la parte que les toca de la responsabilidad indicando que
fue su “criterio personal” o simplemente que su “línea” no puede estar por encima
de la Ley, siendo que si no obedecen precisamente esa “línea” los servidores
públicos pueden ser sujetos de responsabilidad o una petición de renuncia por
“pérdida de confianza” ya que no acatan la norma que se les impone.
• Áreas de Evaluación, que en ocasiones lo único que hacen es entorpecer la función
normal de la dependencia a la que revisan, ya que se dedica gran parte del tiempo y
recursos a entregarles documentación, subsanar los errores encontrados, con visitas
que pueden durar lo que al encargado de la función de evaluación se le ocurra, sin
un límite, violando la seguridad jurídica de sus propios compañeros de trabajo.
• Direcciones de fondos y valores, que al igual que la anterior pueden supervisar el
trabajo realizado por las dependencias e imponer pliegos de responsabilidades por
los errores encontrados. De estas visitas vale la pena decir que en virtud de que los
inspectores, evaluadores, visitadores o como les guste llamar revisan todas las áreas
se vuelven “todólogos” con los riesgos que esto implica, ya que conocen de todo
pero superficialmente, entonces las observaciones en muchas ocasiones más que
estar debidamente fundamentadas y motivadas se vuelven una “cuota” para
justificar sus revisiones.
• El inminente riesgo de que cualquier denuncia de algún particular, irregularidades
detectadas por áreas supervisoras termine en el fincamiento de una responsabilidad,
en un daño cuantificado (art. 34 de la Ley del Servicio de Administración
Tributaria) en la inhabilitación, suspensión de funciones sin goce de sueldo o el
terrible fincamiento de un crédito fiscal y sus consecuencias vía cobro mediante el
procedimiento administrativo de ejecución, en el cual el perseguidor se ve
perseguido por sus propias acciones u omisiones.

Este trabajo no tiene como finalidad justificar la acción u omisión de los servidores
públicos, hasta aquí se puede pensar que sencillamente si no les gusta o no pueden con su
trabajo que renuncien a su cargo y “se auto empleen poniendo un changarro” , creo que
muchos de ellos están ahí como un reto, otros porque es lo que han venido haciendo a lo
largo de su vida laboral, otros porque no tienen otra oportunidad, en fin podemos anotar
cualquier causa, la cuestión es que siguen ahí por cualquier motivo y aun cuando algunos
lectores puedan dudarlo por no conocer el trabajo que ahí se realiza, es tan digno y en
ocasiones excesivo, con responsabilidades como cualquier otro en nuestro país.

Es cierto que la ciudadanía tiene “sed de venganza” “de justicia” “de que paguen los
corruptos” y “perjudicar a aquellos que les causan un perjuicio”, sin embargo ni la
venganza esta operando en quienes el pueblo desea, ni están pagando los que son corruptos
mucho menos están perjudicando a quienes les están causando un perjuicio. No son pocos
los casos que están “pagando justos por pecadores” y que la responsabilidad se imputa a
veces al servidor que menos puede defenderse o quien realmente no es el directamente
responsable del acto u omisión.

Esta colaboración tiene como finalidad hacer un análisis muy serio y con la intención de
que se profundice en esta materia y se analice a la luz de estos argumentos, la razón de
persecución de los servidores públicos y que si es el propio servidor público el que me
honra al leer este humilde punto de vista lo analice y defina “ante cual amo le conviene
quedar bien” obviamente esto en muchos casos beneficiará de forma indirecta a los
contribuyentes y en todo caso también le ayudara a iniciar acciones o defenderse en caso de
que los actos que se le emitan estén viciados por ilegalidad o arbitrariedad.

Evidentemente, por este tema se expondrá en dos partes, así que iniciemos con el
principio:

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