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NEGACION DE LA REALIDAD DESDE EL AMOR FRATERNAL DE PADRE

* BRENDA CAROLINA VITAL SAMIA

La película “La vida es bella” del autor Italiano “Roberto Benigni” (1997), tiene como tema principal
la supervivencia de un niño, protegido por su padre, en un campo de concentración nazi. Se
desarrolla en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y describe las salvajadas que se cometieron
en contra de personas principalmente judías; Guido, Dora y su hijo Josué al igual que muchas otras
familias fueron separadas. La película muestra la forma cómo se puede construir una “vida bella”
en medio de una tragedia, a través del amor fraterno de un padre hacia su hijo, desde una verdadera
negación de la realidad.

Por lo tanto, podemos analizar que, para el autor, la supervivencia es posible si no se cambia nada
del comportamiento habitual. Es decir, seguir siendo un judío sin importar lo que eso pueda
significar para sí mismo y para los suyos, tal como Guido lo asume en la película. Crear una familia y
vivir cada día llevando una vida normal. Para proteger a su hijo, lo único que hace es amarlo mucho.
La realidad está ahí sólo para saber el horror que ya se conoce, lo que permite ignorarla en la medida
en que logra hacer de ella un terreno de juego. A través de esa irrealidad se construye una gran
ilusión en Josué quien al final de la historia cree que ganó el anhelado premio: un tanque de guerra.

De esta manera, esta inquebrantable ilusión toma fuerza a partir de la deportación de Guido y Josué,
donde el padre improvisa toda una ficción a su hijo para disfrazar la realidad al precio de un sacrificio
monumental: morir con tal de proteger la inocencia y la felicidad de su amado hijo, en medio del
horror. Es aquí donde el filme inevitablemente nos conduce a la teoría del sentido de la vida de
Viktor Frankl, uno de los referentes más relevantes de la psicología del siglo XX. Según Frankl,
“cuando más se olvida uno de sí mismo —al entregarse a una causa o a una persona amada—, más
humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades” y hace énfasis en “la capacidad del ser
humano para superar las dificultades y para encontrar siempre el camino de la esperanza”.

De ahí que, la película refleja cómo el amor de padre sobrepasa todos los límites ante cualquier
adversidad, hasta dónde podemos llegar, cuánto estamos dispuestos a dar y qué somos capaces de
hacer por nuestros hijos. Guido fue capaz de crear un juego que sólo existía en la cabeza de Josué y
se sacrificó a sí mismo para que él lo siguiera creyendo hasta el final; hizo posible que de una fantasía
surgiera una “realidad”, luchó día a día para que su hijo no se enterara de lo que en verdad estaba
ocurriendo, muy a pesar de que este viera con sus propios ojos algunas irregularidades que sucedían
y consiguió protegerlo a toda costa, en medio de una terrible situación en donde miles de personas
acababan muertas.

En ese sentido, Cristina Rodríguez (2021) en su blog nos habla de una gran fortaleza humana: la
resiliencia. “Esta capacidad nos ayuda a sobrellevar y asumir con flexibilidad situaciones difíciles,
como la crisis que estamos viviendo actualmente. En estos momentos de emergencia sanitaria
mundial, de guerra biológica contra el coronavirus y de confinamiento en nuestros hogares,
necesitamos desarrollar al máximo nuestras potencialidades y fortalezas con creatividad, empatía y
solidaridad. En esto, Roberto Benigni puede aportarnos grandes enseñanzas.” Sin duda alguna, esta
película nos da una gran lección de resiliencia, ante los estragos que se viven actualmente en medio
de una pandemia que aún no acaba.
Paralelamente, esta historia también nos da una demostración de que el amor, el buen humor y la
imaginación conquistan todo. Conjugando estos tres elementos, Guido hizo todo lo humanamente
posible para casarse con Dora y lo logró. El amor entre ellos es de esos capaces de vencer cualquier
cosa a pesar de que, aparentemente, la felicidad en esos tiempos era efímera dado el contexto de
la guerra; Guido lo resolvía todo con un “buenos días princesa”. Para Victoria Cardona (2018) “Un
buenos días princesa, puede parecernos un poco cursi, pero si seguimos hasta el final la película La
Vida Es Bella nos damos cuenta de que el protagonista es un mirlo blanco con gran capacidad de
sorprender y de enamorar, y que de cursi no tiene nada”.

En conclusión, la película tiene varios ingredientes: sentido del humor, crítica social, el amor, la
esperanza en el ser humano y su capacidad para superar las adversidades que se presenten o, por
lo menos, para saber cómo afrontarlas. La “vida es bella” si así lo queremos y si somos capaces de
hacerla bella para las personas que nos rodean. Esta película nos enseña a identificar cualidades y
habilidades en las personas con espíritu de superación, alta autoestima, generosidad y ganas de vivir
y asimilar la realidad desde perspectivas distintas, tomar con humor las cosas y a la vez con
compromiso, ser fiel a nuestros valores, leal, jugársela por los seres queridos, creer que la vida es
bella y que vale la pena vivirla con alegría, haciendo feliz a los nuestros con amor fraterno sin
importar la realidad que estemos viviendo.
BIBLIOGRAFÍA

- Benigni, R. (Autor, Director y Protagonista). 1997. La Vida Es Bella (Película). Italia.


- Frankl, V. El Hombre en Busca de Sentido. Editorial Herder 2015. Barcelona, España
- La vida es bella. (2021, 27 de mayo). Wikipedia, La enciclopedia libre.
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=La_vida_es_bella&oldid=135867679.
- Rodrgíguez, C. 2021. Suficientemente Resiliente. Madrid, España.
https://www.cristinarodriguezcahill-psicologa.com/2020/04/12/suficientemente-
resiliente/
- Cardona, V. 2018. La Vida Es Bella En El Matrimonio. Fluvium. Barcelona, España.
http://www.fluvium.org/textos/familia/fam891.htm

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