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Yo sí, creo que algunos perros van al cielo…

VI

Ella Dormida

El umbral de casa está relativamente cerca del garaje, el piso de madera cruje con
cada paso, entro a casa en silencio, pretendiendo no hacer demasiado ruido, y así
no despertar a Greta, me la imagino descansando terminando su siesta.

Una segunda puerta me separa de mi gran cachorra, suavemente trato de


empujarla sin que las bisagras oxidadas, provoquen ese molesto y agudo chirrido.

Todo es silencio, aunque escucho a mi hermano venir tras de mí, también sin
intensión de hacer ruido.

Greta duerme, esta incomoda, se nota porque se mueve dormida, el plato de


comida está a un costado, intacto, ni siquiera tomo agua, y esto no está bien.

Giro para irme y mamá y Santi, me miran como resignados, pero no sé a qué…!

Llegando a mi cuarto, encuentro sobre la mesada del pasillo, mi frisbee, con las
marcas de dientes de mi cachorra, siempre jugaba a lanzarlo para que ella lo atrape
de un salto, en el aire y lo traiga.

Ella sabe hacer de todo, alguna ves alguien comento en casa, a esta perra solo le
falta hablar. Y tenía toda la razón, a veces hasta parecía adivinar mis
pensamientos.

Extraño mis tardes con ella, ojala pronto se recupere y volvamos a lo nuestro,
volvamos a jugar.

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