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Salgado Carmona Alberto
dependencias que integran la Comisión para cumplir con las obligaciones de esta Ley y la forma en que
se ejercieron; así como los resultados de las evaluaciones de la Política Nacional de Cambio Climático.
En dicha página de Internet los particulares podrán revisar el inventario y el registro.
Protocolo de Kioto
Hace 20 años, las concentraciones globales de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del
calentamiento global, encendieron alertas en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC), surgida en 1992 durante la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro), ante un
alza previsible, al 2100, de entre 1.4 y 5.8 oC de la temperatura media de la superficie del planeta.
El calentamiento global ya amagaba la economía de las naciones, los ecosistemas y a los seres humanos,
y sus evidencias fueron determinantes para adoptar, el 11 de diciembre de 1997, del Protocolo de Kioto
(PK) que entraría en vigor en febrero de 2005
El protocolo pone en funcionamiento la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático, comprometiendo a los países industrializados a limitar y reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero (GEI) de conformidad con las metas individuales acordadas. La propia Convención
sólo pide a esos países que adopten políticas y medidas de mitigación y que informen periódicamente.
El Protocolo de Kioto se basa en los principios y disposiciones de la Convención y sigue su estructura
basada en los anexos. Vincula únicamente a los países desarrollados y les impone una carga más pesada
en virtud del principio de "responsabilidad común pero diferenciada y capacidades respectivas", porque
reconoce que son los principales responsables de los actuales altos niveles de emisiones de GEI en la
atmósfera.
En su Anexo B, el Protocolo de Kioto establece objetivos vinculantes de reducción de las emisiones para
36 países industrializados y la Unión Europea. En conjunto, esos objetivos suponen una reducción media
de las emisiones del 5 % en comparación con los niveles de 1990 en el quinquenio 2008-2012 (el primer
período de compromiso).
El Protocolo de Kioto propuso: Reducir GEI de origen antropogénico: dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4), óxido nitroso (N2O), hidroclorofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro
de azufre (SF6).
• Excluir la energía nuclear de los mecanismos financieros de intercambio de tecnología y emisiones
asociados al PK, aunque su uso fuera una opción para reducir los GEI.
• Compromiso para impulsar un desarrollo sostenible con la generación de energías verdes.
• Obligatoriedad del PK al ratificarlo los países industrializados responsables de al menos un 55 %
de las emisiones de CO2. Rusia lo hizo en 2004 y la Unión Europea realizaría la reconversión
industrial y modernizaría sus instalaciones, principalmente petroleras.
En noviembre de 2010, durante la COP 16 (Cancún, Nov-Dic/2010) se aplazó el segundo periodo de
vigencia del PK, se aumentó la “ambición” en las metas de reducción de GEI, se estableció el Fondo Verde
Climático y el compromiso de financiación rápida por 30 mil millones de dólares para atender necesidades
de los países en desarrollo.
La COP 18 ratificó el segundo periodo de vigencia del PK del 1º. de enero de 2013 al 31 de diciembre de
2020.
02/Oct/2021 Q.A. Q. Ind. 1501
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Hoy, más de 170 países, entre ellos México, han asumido varios compromisos no vinculantes de reducción
o limitación de sus emisiones de GEI. El más relevante es el Acuerdo de París (COP 23) firmado el 12 de
diciembre de 2015, un plan de acción para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los
2 oC. Derivado del Protocolo de Kioto de 1997, el Acuerdo de París está vigente desde el 4 de noviembre
de 2016.
Gases Regulados:
A excepción del ozono y del vapor de agua, el resto de los gases invernadero es de origen sintético. Entre
los gases sintéticos destacan los CFC, productos químicos de excelentes propiedades, empleados en más
3.000 aplicaciones como propelentes de aerosoles, refrigeración o espumas. Sin embargo, el
descubrimiento en 1974 de su potencial reductor del ozono estratosférico condujo a la redacción
del Protocolo de Montreal para su eliminación en los países desarrollados a partir de 1996, por lo que debe
esperarse una progresiva reducción de sus concentraciones. Su potencia como gas invernadero es 15.000
veces la del dióxido de carbono.
Entre los sustitutos de los CFC se encuentran los tres gases sintéticos regulados por el Protocolo de Kioto:
HFC, PFC y hexafluoruro de azufre. De ellos destacan sus tiempos de residencia atmosféricos: para los
primeros entre 200 y 300 años. Entre los segundos los más persistentes pueden alcanzar los 50.000 años.
Para el último producto 3.200 años.
• Dióxido de carbono: Es un importante gas de efecto invernadero. La quema de combustibles de
carbono desde la Revolución Industrial ha aumentado rápidamente su concentración en la
atmósfera, lo que ha llevado a un calentamiento global. Es además la principal causa de
la acidificación del océano, ya que se disuelve en el agua formando ácido carbónico.
• Metano: Es un gas de efecto invernadero relativamente potente que contribuye al calentamiento
global del planeta Tierra, ya que tiene un potencial de calentamiento global de 23. Esto significa
que en una medida de tiempo de 100 años cada kilogramo de metano calienta la Tierra hasta 23
veces más que la masa de dióxido de carbono.
• Óxido Nitroso: Al ser el tercer gas de efecto invernadero de larga duración más importante, el
óxido nitroso contribuye sustancialmente al calentamiento global y es una sustancia que agota
sustancialmente el ozono estratosférico.
• Hidrofluorocarbonos (HFC): Son los compuestos organofluorados más comunes. Compuestos
principalmente por átomos de hidrógeno y flúor, fueron utilizados para sustituir a otros gases,
como los halocarburos, que afectan a la capa de ozono. Sin embargo, tiene mayor potencial de
calentamiento.
• Perfluorocarbonos (PFC): Los PFCs están siendo usados en los equipos de refrigeración y en la
limpieza y composición de los extintores. Sin embargo, los PFCs fomentan el efecto invernadero,
y además son un problema a largo plazo puesto que están activos hasta 50.000 años
• Hexafluoruro de azufre (SF6): Es un gas causante de efecto invernadero, catalogado con un índice
GWP de 1762 (unas 20 000 veces más que el CO2), pero dada su gran densidad no asciende a las
capas altas de la atmósfera. Sin embargo, dado que es un gas con una alta vida útil (3200 años), su
contribución al calentamiento global se considera alta.