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TEMA 5. LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1902-1923).

Alfonso XIII (1902-1931) accede al trono en medio de un ambiente de crisis social, política y moral, tras la
derrota en la guerra contra los Estados Unidos y la pérdida de las últimas colonias. Este reinado, marcado por
el intervencionismo constante del monarca en la vida política y la relación directa corona-mandos militares,
coincidió con la larga crisis y el colapso final la Restauración.
El reformismo dinástico:

En un país poco industrializado y con fuertes desigualdades sociales, hubo intentos desde dentro de
modernización del sistema político para hacerlo más democrático y representativo, que acabarían
fracasando. El “desastre del 98” condujo a proyectos de regeneración moral de la vida política dentro del
propio sistema de la Restauración, en un intento de acabar con el caciquismo y el falseamiento electoral. Se
trató de intentos de reforma desde arriba que evitaran la revolución desde abajo.
El proyecto reformista de “Revolución desde arriba” del conservador Maura, pretendía poner fin al
caciquismo e integrar el catalanismo, impidiendo un excesivo protagonismo de las clases populares. La dura
represión de la Semana Trágica (1909) supuso el fin de su etapa de gobierno. A continuación, el líder del
Partido Liberal, Canalejas, trató de atraerse a los sectores populares con reformismo social: reforma de la ley
del reclutamiento (supresión de la redención en metálico) y del sistema impositivo (eliminación del impuesto
de consumos), separación Iglesia-Estado (Ley del Candado). En 1912 fue asesinado.
La oposición política:

La oposición a la Restauración, constituida por los partidos marginados del sistema, no logró participar en el
gobierno ni articular una alternativa viable hasta 1930, una vez agotadas todas las posibilidades del propio
régimen.
El republicanismo gozó de una fuerte implantación en las zonas urbanas, donde la influencia caciquil era
mucho menor. Se convirtió en un amplio movimiento social de carácter reformista que agrupó a sectores de
la burguesía progresista y a amplias capas de las clases populares. El Partido Republicano Radical, liderado
por Alejandro Lerroux, presentaba un discurso anti-catalanista, demagógico, y aparentemente
revolucionario, que logró influir en amplios sectores de las clases populares en Barcelona. Como respuesta a
la represión tras la Semana Trágica, se constituyó la Conjunción Republicano-Socialista como plataforma
parlamentaria de integración.
Las disputas en el seno del carlismo concluirían con la llegada de la República, en que los distintos grupos se
reunificarían en la Comunión Tradicionalista.
El nacionalismo en Cataluña y el País Vasco se fortaleció tras el desastre del 98. En cualquier caso, la guerra
social desatada en Cataluña entre la CNT y las fuerzas del orden público hizo que la Lliga Regionalista,
liderada por Cambó, priorizara la defensa del orden social frente a las reivindicaciones catalanistas. El PNV
incrementó su influencia en la sociedad vasca y buscó atraerse a la burguesía (partido de orden).
Obrerismo:

En un contexto de difusión del anarquismo, nace en 1910 la Confederación Nacional del Trabajo, cuya línea
doctrinal se reafirmaba en el apoliticismo y la acción directa, lo que desembocó en acciones violentas contra
las fuerzas del orden público en Barcelona (pistolerismo). El PSOE se mostró partidario de establecer
coaliciones electorales con los republicanos, lo que le permitió entrar en el juego parlamentario. Como
consecuencia de la revolución soviética, el partido sufrió una escisión en 1921, con el nacimiento del Partido
Comunista de España.
Principales acontecimientos históricos:

La política colonial en Marruecos y la Semana Trágica (1909): La presencia española en el Rif, estimulada
por intereses económicos y la voluntad de restaurar el prestigio del ejército, fue contestada por los cabilas,
que infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo. Se decidió entonces
el envío de reservistas, muchos ya casados, al Rif para evitar la caída de Melilla. El sistema de reclutamiento
de quintas comportaba que sólo los varones de las familias humildes, que no podían pagar el rescate, eran
reclutados para la guerra. El envío de reservistas condujo a la Semana Trágica, un movimiento de protesta
popular en Barcelona, con un fuerte componente antimilitarista y anticlerical. Las autoridades respondieron
con una dura represión, lo que provocó la caída del gobierno de Maura. El rey entregó el gobierno al líder
liberal José Canalejas, que, hasta su asesinato en 1912, llevó a cabo el último intento reformista desde
dentro del sistema. A partir de ahora, los partidos dinásticos se fragmentaron en una nueva situación
política de inestabilidad permanente que comportó una reorganización de la oposición.
La crisis de 1917 vino determinada por la coyuntura de la Primera Guerra Mundial, que supuso una
situación de descontento social y la convocatoria de huelga por la CNT y la UGT. El gobierno suspende las
garantías constitucionales y se desencadena una crisis generalizada: conflicto obrero (huelga general),
conflicto militar (formación de Juntas de Defensa por el desacuerdo con el sistema de ascensos por méritos
de guerra) y conflicto político (una Asamblea de Parlamentarios demanda una nueva constitución). La
acción conjunta de los tres conflictos podría haber provocado la quiebra del sistema de la Restauración. Sin
embargo, cada uno se organizó por separado y defendió posiciones contrapuestas: miedo a la revolución
social de la burguesía y a la ruptura del país por parte del ejército.
El problema de Marruecos (el desastre de Annual): La crisis económica tras el fin de la Primera Guerra
Mundial y el consecuente incremento de los conflictos sociales con la radicalización del movimiento obrero
agravaron la crisis del sistema de la Restauración. A todo ello se sumó el desastroso desarrollo de la Guerra
de Marruecos. El dominio del protectorado de Marruecos era fuertemente sostenido por militares
africanistas, por empresas españolas, y por el propio Alfonso XIII. En 1921 un avance de las tropas
españolas mal dirigido por el general Silvestre, acción que contaba con el apoyo del rey, finalizó con una
terrible derrota en Annual. La petición de responsabilidades llevó a la creación de una comisión militar de
investigación presidida por el general Picasso, que revelaba grandes irregularidades, corrupción e ineficacia.
En septiembre de 1923, poco antes de que el Congreso emitiera su dictamen sobre el Expediente Picasso,
en el que podía plantearse una posible responsabilidad del rey, el golpe de Estado de Primo de Rivera
impidió conocer las conclusiones de la investigación sobre el desastre de Annual.

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