Prácticas de abonado

Tecnologías sustentables en la AUPPrácticas de

abonado
Además de la composta, existen otras prácticas de abonado. A continuación, revisaremos
algunas de ellas.

Abono orgánico

El abonado orgánico es una manera de ir incorporando materia orgánica a un suelo

degradado por diversos factores como el agua, la lluvia, el viento y las actividades que se
realicen en el mismo. Entre otras prácticas de abonado se pueden mencionar las siguientes:

 Abonos verdes: son cultivos de leguminosas o gramíneas (trébol, cebada, avena, etc.)
que se incorporan al suelo con el propósito de aumentar el contenido de materia orgánica
y de nutrientes. Permiten mejoras en las características físicas y en la retención de
humedad. Generan condiciones ideales para un aumento en la población de insectos o
enemigos naturales de plagas, favoreciendo el desarrollo de cultivos que se establecen
después de la incorporación de los abonos verdes. Dependiendo de la latitud, se pueden
sembrar en otoño-invierno para incorporarlos al suelo antes de establecer los cultivos en
la primavera o verano siguientes. Los abonos verdes también pueden dejarse en la
superficie del suelo como acolchado o mulch orgánico.
 Acolchado o mulch orgánico: es la colocación de residuos o restos orgánicos secos o
verdes de cosechas en superficie del suelo. El objetivo es conservar la humedad y hacer
un uso más eficiente de la escasa agua de riego de la que se dispone en áreas cultivadas
periurbanas. De este modo se evitan las pérdidas de humedad por evaporación.
 Té de composta: El té de composta activado usualmente se aplica para controlar
enfermedades ocasionadas por hongos en el sistema radical o en la parte foliar de los
cultivos. Su efectividad puede estar asociada tanto con la madurez del compost como con
la naturaleza de los residuos o ingredientes. Nace de las compostas. Después de uno a
dos días de maceración en agua, mantenido en agitación y oxigenación (activado) o
colocado en reposo.

Digeridos de fermentación y digeridos de metanización

Conocidos como Bioles, son biofertilizantes líquidos obtenidos a partir de la fermentación

láctica de una mezcla de estiércol con otros residuos colocada en un tanque en el cual no
ingresa aire durante 45 a 100 días, dependiendo del residuo principal. Son preparados con
una mezcla de ingredientes tales como estiércol, cenizas, carbón, leche o suero, levaduras,
azúcar o melaza, hojas de leguminosas, etc. Son usados como fertilizantes líquidos aplicados
al suelo o en las hojas.

Rotación y asociación de cultivos

La rotación y asociación de cultivos con leguminosas, frijoles por ejemplo, permite la fijación
simbiótica del nitrógeno en el suelo así como un mejoramiento de las propiedades físicas,
químicas y biológicas del mismo. Al establecer un cultivo en el mismo suelo después de haber
sembrado y cosechado leguminosas, se pueden apreciar mejoras en la nutrición del cultivo,
así como en el color y sanidad de las plantas. De esta manera, en sistemas orgánicos en
espacios periurbanos, la asociación o rotación con leguminosas reviste mucha importancia
para aportar nitrógeno al suelo y reducir el uso de fertilizantes de síntesis química.