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gina de inicio [p_Dibliowea Viral Miguel de Cervantes Volvera Presentaciin Historiogafia y Recursos on la Red Catlos de Gants Sociedad y economia Poles y Religiin Culoua Miscelines Colshoradores coursos en lard» Recursos en Internet Historiografia y recursos en la red Recursos en Internet Muerte o transfiguracién del lector? Roger Chartet!2) cole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (Paris) Se habla dela desaparcién det oro: yo creo que es imposite, Joage Luis Borges, «El libro», 1978. En 1968, en un célebre ensayo, Roland Barthes asociaba el todo-poder del lector ala muerte del autor. Destronado por la lengua y sobre todo, por las csrituas miltiples, punto de encuentro de numerosas cultures que entran las unas enn las oes en dislogo, en contestacionn, cl autor coda su presminencia al Jeeta, entendido como «cualquiera que ha reunido en un mismo campo todas las Tineas en las que se ha constituido lo eserton, La posiion de Ta lectua, era. as comprendida como et lugar donde el sentido plural, msvil inestable, queda reunido, donde el texto, cualquier sea, adquiete su significa’ ‘A esta constante del nacimiento del Teco, le han sucedido Jos dagnésticos que le han adjumtado su acta de muerte, Tomaremos en cuenta tres formas principals, La primera, eenvia als tansformaciones de las prictcas de ls Tecra, De una pare, I comparacidn estadistica en Tancin de [as encuesta sobre Jas pricticaseulturales de los franceses, convenci6 sino del retroceso del porcentaje global de los lectores, al menos dela dstsinucién de la proporcién de suerteslectores» en cada clase de edad, y muy especialmente en la franja de los 19-25 aos. De otra pate, las investigacionesrealizades sobre las lectus de Jos estudiantes, han permitido realizar numerosas constataciones, como por ejemplo cl aumento considerable en la utilizacién de las bibliotecas universitaras, {que ha aumentado considerablemente en mas del 70% entre 1984 y 1990, Por oto lado, los estudiantes recurren masivamente ala fotocopi, tanto para lo que Uilizan en el curso, como para los tabajs dirigidos, por laerculacion de apuntes y por la Tectura diferida (y parcial) de las abras que se eneuetran en as bibliotecas o en la casa de los amigos. Solamente aguelos que han hecho el cursus liter, © ue tienen padres diplomadas en enseBanza superior, poseen un rimero importante de Horos. Asimismo, en el seo de ela poblaién de los mis wlucteslectores, el interés por ls consitucién de biblioteas personales noes Uuniversalmente compartido Jo que asegura el hecho del mereado de oeasién de los libros de sabew®\ Finalmente, las encueses socioldpices consagradas ala anja de edad precedente, ent 15-19 afios, epstran el retroceso de a Tecra, y sobre todo del estatuto del bro! Las consataciones, hechas a partir de las poiticas editorials, han reforzado la corteza en la wcrsi» de la leeura®, De ambos lados del Atatico, los efectos son comparables, aunque las causasprimeras so son exactamente las mismas. Fn los Estados Unies, lo esencial lo constituye la reduceion ddstica en I audgusicin de las monographs por bibliotecas univestarias, reemplazadas por los abonos a peribdicos que, por otra pare tienen un previo considerable -enire 10.000 y 15.000 délares por un afo-, De oto lado, las reicencias de las casas de edcion universitarie ante la publicaciéa de obras juzgadas como muy cspecializadas:tesis doctorales, estudios monogrificos, libros de erudcién, et! En Francia, y sin duda mis largamente en Europ, se verfia una pradencia Semejante, que limita el nimero de tulos publicadosy sus iradas. Enel sector de las ciencias huranasy sociales, las encuestasestadisticas -por ejemplo la del Sindicato nacional de la edicibn-verfian el reoceso en los 90: sobre el nimero glabal de volimenes vendidos, 182 millones en 1988; 15.4 millones en 1996; y sobre el nimero de ejemplares vendidos por titulo publicado (2200 ejemplares en 1980, y 800 en 1997), Estas fueries baja se acompatian de un erevimiento del nimero de thulos pubicados (1942, en 1988; 5193, en 1996) gue atmenten Io oferta para pala las dffeultaes. Esto se ha traducido en una explosion de invendibles que han pesado sobre los balances financicros de las empress. Por ots parte, los editore han realizado, en estos timos afos, una reduccién en el nimero de titulos publicados, una contraccién de las trades medias, han ten una extrema prudencia frente alas obras juzgadas como muy especializadasy frente ales taducciones, y han manifestado wna preferencia hacia los manuales, los diceionaris y las encclopedias, Frente als dificultades de la coyuntura,particularmente aestiguadas por la ediién en ciencias humnanas y sociales, as respuestas de los editoresreprodueen ‘en un nuevo contexto as esrategias de Tos discursos y de la acci6n, ya presentes en el siglo XVIII, cuando en Inglaterra y desputs en Francia, el poder politico intent limita los prvilegios tradicionales de los miembros de la Staioners'Company o de la comunidad de librerose impresores de Paris. En los dos casos, tes cuestions caraterzan las posicionestomadas por los editores: ante todo, una acitad ambivalent en relacin con el poder politic, acusado descr el principal responsable de las dificultades de une actividad comercial privada, por cllo, imterpelado como incapar de tomar medidas apropiadas; de otra parte, la invocacién de principio generales destinaos a justificar las revindieaciones partculares (por ejemplo, econocer que hoy el acceso a la cultura eserta debe ence tener el mismo precio que ots pricticas culturales,finalmente, el avance de la figura y de los derechos de autores para fundar las revindicaciones de los calitores. Tal consatacon no niga las difcltades reales de la edicign en el sector de las humanidades y de las cieneias sociales, sino que inseibe en una perspectva de mis larga duracida, las estaegias empleadas por la profesién para hacere fente al saber, la invenciéa o la movilizacion de Tos aucores propietatios de sus obras, 8 afirmucién de los princpios dotados de uiversilidadY la apelacion a a idea oa la reglamentacién estat, En une tercera perspectva, la muerte del lector y le desaparcién del lector son pensadas como le consecueneia inluctable de le eiviizacibn de Ia pantalla, del tiufo de las imagenes y de Ia comunicacién electrnica. Este timo diagndstico es el que deseo discutir aqui. Las pantallas de nuestro siglo son, en efecto, dde us nuevo género. A diferencia de las del cine © la televisin, ellas llevan textos -no solamente textos cieramente, pero también textos-. A la antigu ‘oposicién enve, de un lado el libro, cl esr, la lestura,y de oto Is pantalla y la imagen, nos encontramas ante una stuscin que propone un nuevo soparte ala euluraeserita y una nueva forma de Iwo, Por un lado, la unién paradoxal estabecida ence Te tereerarevolucin del Ibo, que transforma las modalidades de insripcién y de transmision de los textos, como lo hicieron la invenci6n del codex y después dela imprets, y la temitca de la wmnuerte del letom». sta contradiceign supone una mirada hacia aris y medir lo efectos de las revoucionesprecedentes gue afectaron lo soportes de a cultura escrit, Enel siglo IV de la ea cristans, una forma neve de libro se impuso dfinitivamente en contra de acu lL codex, es desi, un libro compuesto por pliegos unidos, uplanta de manera progresva pero ineluctab cultura esrita. Con la nueva matevaldad el ib, los gestosimposibles se convierten en comunes: asi, esribiendo y en un pasaje particular Los dispositive propios del codex tansformaron profundamente los usos de los textos, La invencidn dela pina, las tepsginaciones aseguradas por [a foliacign y la indexacién, la nueva rlacin establecida ente Ia obra y el objeto, que es el soporte dela ransmisién, hicieron posible una relacigm inédita ene el estor y ss libros. aque era familiar alos lectores griegos y romano. {Debemos pensar que estamos en presencia de una mutacin semejantey que el libro clectrnico reemplazaréo ya est por reemplazar al codex impreso, tal como lo conocemos et ss diversss forma: iro, revista, peribdica? Puede ser, Pero lo mis probable, para los aos que estn por venir, es la coexistencia, que fo Ser pact, entre las dos formas del libro y os tes modas de inscripeion y de comunicacion de fos textos la eseritura manuserita, Ta publican impres, Ja textulidad eletrnica. Esta hipOtesis es sin duda mis rzonable que las Tamentaciones sobre la iremediablepérdida de la cultura escrito Tos enusiasmos sin prudencia que anuncian la entrada inmediata un una nucva ea de la comuicacién. Esta probuble coenstncia nos invita eflexionar sobre la nucva forma de construccién de los discursos de saber y las modaldadesespevificas de su ectura, aque permitan cl liso clesdnic, Este no puede constiuirse en una simple susttuién de un soporte a oto para fas obras que permanecerin coneebidas y crcritas en la lgica del antiguo codex. Si as efarmas tienen un efecto sobre el sentidon, como lo esrbia D. F. McKenzie, os bros electénicosorganizan de manera mucva fa elacién entre Ta demostracin y los hechos, la organizacin y la argumentacin, y los exitrios dela prucha, Excibiro ler esta mucva especie de Ibo supone desprenderse de las actinides habitules y transformar Tas tenicas de scrediacién del iscurso sabio, lo cual han empreadio recientemente los hstoriadores, al hace a historia evalua los efetos: me refit al cit, a nota al pie de pina o To que Miche! de Ceteau lamaba, «la Jengua d fos cleuios»!2 Cads una de estas maneras de probar la vader de un andiss, se encusntra profundamente modifiada desde que el autor puede desarolar su argumentacén segin una Tiga que no ex necesariaments lineal o deductiva, sino abieray rlacional), donde el lector pusde consular por si sismo los documentos (archivos, imigenes, palabras, miss) que son los objctoso fos instrumentos de a investigacién!2), neste sentido, la revolucién de las modalidades de produccién y de tansmisin de textos es también una muiaciénepistemoldgica fundamental. Uns vex establecida la dominacién del codex, los atores integra la dgica de su matrilidad en la sonsrucciin misma de las obras. De manera semejente, 2s posibilidades del lio clec6nico invitan a orpanizar de otra manera, diferente ala dt libro distibuido necesariamente de manera lineal y secuencial. Ei nial rhea in 0 hipertestoy la hiperlectua,trnsforman las relacionesposibles entre las imigenes, los textos asociados de manera no lineal por las conexioneselectrSnicas, a com I uniones relizables ene los textos fudos en sus contextos y en nimero virualmenteiimitadol. En este modo textual sin fosters, ln nocién ‘lade lazo-unién relacin-, pensado como la operacion que rolaciona las unidades textuales desocupadas por la lectura De hecho, es fundamentalmente la nocién misma de wlio» la que cuestiona la textuslidad electrics. nla cultura impresa, una percepeién inmesiata asocia un tipo de objeto, una clase de textos y de uss particulates. El orden de los discursos se esablec as, a partir dele materilidad propa de sus soporte Ja cart, el periico, in evista, e iro, el archivo, ete, No es lo mismo ea el mundo numérico donde todos los textos, cuslesquira sean, se dan para leet eb us mismo soporte (a pantalla del ordenador) y en ls mismas formas (generalmente las decidias por el lector). As, se erea un continuum que no diferencia mis los dstntos géneros o repertoriostextuale, que se converin en semiejantes en su aparienciay equivlentes en su autridad. Asi la inguitud de nucero tempo confonta com la desgparcion de los aniguos erterios que permitian distinguir,clsificary jerenguizat los discursos. El efecto no ext sobre la definicign misma 4e «libro» tal como Io eatendemos nosotros, a la vez como un objeto especitico, diferente de otros soportes de Io escrito, y como una obra done la coherencia, resulia de una intenciGn intelectual oesttica, La tenica numérica bascula ese modo de identficacién del ibto desde ue ells se convierten en textos movies, ‘maleables,abierio y de formas cas idéntica a todas ls produccionesescitas:coreo electronica, sitios de Internet, libros, et Asi la reflexinabierta sobre las categorias intelectuales y los dispostivos téenicos permitirin percibir y delinear ciertos textos eletrénicos como los dibrosy, es decir como unidaées texuales dotadas de una idenidad propia. Esta reorganizacién del mundo de lo escrito en su forma numérica es importante para que pucda ser organizado el acceso pago en linea y protgida el derecho moral y econémico del autor. Tal reconocimiento, fundado en Ia alianza Sempre necesara y siempre confictiva enze editores y autores, conduciré sin dada @ una transformacién profunda del mundo clecténico tal como lo fonneemos, Las «securities» destinadas a protege ciertas obras (libros singulares o bases de datos) y otras mis efieaces com el eboot, sin duda van a multiplicarse y esi, jar y cear los textos publicados clecténicamente!), Hay una evolusién previsible que define cl wlibro»y otos textos numévicos por ‘posicién con la combnicacidn electrniea, libre y espontinea, que autoriza a cada uno a poner en citculaciin en la Web, us reflexiones o ss ereaciones, La division asi establecida conlleva el riesgo Ue una hegemonia ceonémica y cultural impuesta por las mas poderusas empresas mulimedias y los maestres del mereado de ordenadores. Peo ella podria conducise, « condicién de ser «mattizada» a la reconsttucioa, ala texualidad elecinnica de un orden de los Aiscursas que permite distinguirlossegin la modalidad desu «publicacion», la identidad perceptible de su género sa grado de auorigad ‘Oto hecho puede conmocionar el mundo de lo numérico. Gracias al procedimsiento puesto a punto por ls investigadores del MLLT, no importa qué objeto (y esto comprende al libro, tal com To conocemes, edentis con sus piginas) sea susceptible de devenir en el soporte de un libro o de una biblioteca elecnica, 8 conden que estemos munidos de un microprocesador (0 que sea telecagable por Internet) y que sus péginas reciban I clave eletrnica que permita hacer parecer sueesivamente sobre una misma ping textos diferentes, Por primera vez, el texto electrnico podria asi emaneiparse de lo que le es propio a as pantallas ue nos son familiares, lo que romperia el azo eslablecido enre el comereio de maquinas leciinicas ylaediién en lines. Pero una cuestién queda pendiene: lade la capacidad de ese libro nuevo de encontrar o product sus lectares, De una parte, la larg historia dela Tetura, ‘muestra con fuerza que las mutacions en el orden de las prcticas son mas lentas que las revoluciones de las tenicas, sobre todo en relaci con elas mismas [Eas nuevas maneras de ler nose desarrollaroninmediatamente con la invensin de la imprena. Dela misma manera, las categoris intelestules que nosotros ssosiamos con el mundo de los textos perduraron frente alas nuevas formas dal libro. Recordemos que luego de Ta inveacién del codex y Ia deseparicin del Tibo, el ibro», entendido como una simple divisié de diseutsos, correspondia ala materia textual que conten un antiguorolo Por otra parte, la volun electniea, que parece universal, puede profundizar y no reduit, las desigualdades. El refo de un nuevo aietismoy es grande, Aefindo no tato por la incapacidad de leer 0 estrbr, sno por la imposibildad de acceder a las nuevas formas dela ansmisién de lo escrito -que no on si ence costo, lejos de llo- La comrespondenca clectrnica entre el autor y sus letores, coautores de un libro jamés cerrado sino continuado por sus comentarios y sus finervenciones, da una formula nueva a une rela deseada por antguos autores, pero dificil pare la ediciGn impresa. Esta promesa de una relacin mas Jnmediataenire Ta obra y su lectura es seduciora, pero no debe hacer olvidar que’ los estores (y coauiores) potenciales de os libros eleetOnicos son ai rinortarios. Les distancas son grandes entre la obsesiva presencia de la revolucién electGnica en los discursos y la realidad de las prcticas de Lectura, que permanecen masivamente aadas a ls objetos impresos y que no explotan mis que parcialmente las posibilidads ofetadas por lo numérico. is necesario estar lidos pare no tomar lo virtual como un real jal La originalidad-y puede ser lo inguictante- de nuestro presente tende a que las diferentes evoluciones de la cultura escrita, que ene! pasado habian estado Aisocadas, se desarollen simultancamente. La revolucén del texto cleewdnico es en efecto la ver una revalucién dela téenica de produceiény reproduccisn de os textos, una revolucin del soporte de lo escrito, y una revoluciin de las prcticas de lectura, Tres heehos fundamentaes [a caracterizan, y transforman ‘nuestra relaciéa com Ia cultura escrta, En primer lugar, a repretentacion electnice de lo escrito modifica radicalmente la nocién de contexto y de every, procedimiento mismo de la construccin del sentido. Sustituye ala eontigided psiguica que aproxima los diferente textos copiadoso impresos en un mismo ro, su distibucion mail en las arquitectaras ldgicas que comandan las bases de datos las coleeciones numeradas. Por ota parte, redefine la materilidad de obras, porgue desata la unign inmediatamente visible ue une el texto y el objeto que To contiene, y que da al lector, y no mds a autor o al editor, la macstie sobze la composicin, y la aparieneia misma de las unidadestextuales que quiere ler. Asi es todo ol sistema de percepein el que se revoluiona, Finalmente, Teyendo sobre la pantalla, ef lector eontemporineo encuentra algo de la posture del lector de la Antigitedad, pero -y la diferencia no es menor 1 le un rol que se desurolla en general verticalmente y que se encuenira dotado de todo lo propio ala forma del libro dese los primerossigls dela era cristina: paginacion, indices, tabla, ete. El cruce de dos logicas que reglaon los usos de los soportes precedentes de lo escrito el volume y luego el codex) define, en efecto, una felacidn com ei texto ray original Apoyado en estas motaciones l text electénio pucde dar realidad as intenciones, siempre inacabads, de ‘oalizaci de saber qu lo ha precedido, Como Ia bibiotea de Alejandra, promete Ta universal dsponibifdad de todos los textos jams escrito, de todos Tos libros jams pubicados8. Como la prictica de fugares comuncs en ef Renasimicnto!!2, apela a fa colaboracién del tector que puede él mismo esrb en el libro, partendo dela bibliossea sin ‘uros del eserito lectinico. Como el proyecto de Las Laces, delins un espacio piblico ideal donde, como lo pensaba Kant, puede y debe desarllarse Tibremente, sin resreciones ni exclusones, uso piblico de Te razdn, «es To que hacemos en tanto gue sabios para la unién del pubicoTeciom, es fo que sutriza cada uno de los ciudadanos wen su calidad de sabios, «hacer pblcamente, s decir por escrito, sus puntulizciones sobre los defectos de la antigua instituciém 2. ‘Como en la época de la imprenta, pero de una manera mis fuerte, el tiempo del texto electénico estéatravesado por tensones mayores entre diferentes ‘atros: la muitplicaciés de las comunidades separadas, cimentadas por sus usosespecfics de las nuevas técnica, el control de las mis poderosas empresas de rmltimedia sobre la constitacign de las bases de datos muméricasy la produccién ola circulacién dela informacion, o la constitucin de un pablico univers

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