La falacia anecdótica, cuando lo falso parece verdadero

Pero ¿qué es esto? La falacia anecdótica consiste en un razonamiento que es incorrecto o no válido,
pero que tiene apariencia de verdadero, es decir, es falaz.

 El problema con los razonamientos falaces anecdóticas es que por muy creíbles que
parezcan, o la intensidad con la que sean relatados, no nos permiten llegar al conocimiento
de la verdad, aunque también es cuestionable ¿qué es la verdad y que no?

 En todo caso, lo que sí pueden lograr las falacias es que una persona sea manipulada por
otra, ya que, la persona falaz recurre al arte de la retórica o del buen hablar.

¿Y cómo se utiliza?

 Consiste en hacer uso de una experiencia personal o de un ejemplo que no tiene nada que
ver para presentarlo como una prueba y reemplazar a un argumento que sí cuenta con
respaldo científico.

Esto ocurre porque muchas personas prefieren identificarse con lo más próximo, lo más tangible, y
no con las verdades abstractas como las que ofrecen las estadísticas y la investigación científica.

Por ejemplo: “Dicen que vacunarse es peligroso, pero yo escuché que todos los virus se combaten
con un limón en las mañanas”.

O, “Es muy fácil ganar a la ruleta de premio, ya conozco a tres personas que han ganado el premio.”.

 Este tipo de falacias son muy comunes en la vida cotidiana, pues, no todos recurren a las
pruebas científicas para corroborar la información. Muchas veces ocurre porque la persona
carece de conocimiento o simplemente no desea aceptar las verdades que proceden de los
estudios rigurosos de las ciencias.

Por último, El esquema lógico de esta falacia anecdótica es el siguiente: Una muestra de A es cierta,
entonces todo A es cierto. Y se comprende como falacia ya que se puede llegar a conclusiones falsas
sobre lo expuesto, con relaciona a lo anterior, una evidencia anecdótica no puede tomarse como
una evidencia científica y es muy poco probable que XX gane también a la ruleta de premios solo
porque los participantes anteriores ganaron el premio, y esto es un razonamiento invalido, y poco
justificado; ya que se trata de observaciones informales que no han atravesado un proceso riguroso
investigativo, sino que proceden de información que es transmitida de forma oral, sin ser
documentada científicamente.