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Mesa Redonda:

“El Respeto a los Símbolos Patrios”

Adelso:

Los símbolos patrios representan nuestro pasado, nuestros recursos, nuestras


características en común, en suma, a nosotros como dominicanos, como patria y
como nación.

Respetar nuestros símbolos es respetar la historia de país, de la patria, del pasado de


todos los dominicanos, lo que la bandera, el escudo y el Himno Nacional representan.

Respetar nuestros símbolos significa valorarnos a nosotros mismos.

Respetar los símbolos es respetar a todos nuestros compatriotas.

Respetar nuestros símbolos es honrar la lucha de un pueblo por su libertad e


independencia; honrar la república como sistema de gobierno vigente hasta nuestros
días.

Usar de forma indebida los símbolos patrios nos causan una afectación moral, un
daño irreparable y la destrucción de las condiciones que ahora tiene el pueblo
dominicano. Al ser una nación libre, independiente, íntegra y soberana, provocan un
detrimento emocional y una falta de respeto a la historia de nuestra nación y hacia
nuestra misma persona.

Como estudiantes, profesionistas y mexicanos debemos fomentar el respeto en


utilizar un lábaro patrio de forma desinteresada, dar un servicio de lealtad, valor,
fidelidad y amor a la patria, cumpliendo de forma fiel nuestras obligaciones cívicas.

Recordemos que los símbolos patrios implican la transmisión del origen y la historia
de la nación, que sirve de guía, motivación, esperanza e incentivo para las nuevas
generaciones.

Anderson:

Nuestros símbolos patrios merecen el más grande y vivo respeto, teniendo en cuenta
que la reverencia que se le hace responde a la absoluta convicción de representar a la
Nación dominicana, no es un hecho vano que no represente algún valor, es que
respetar nuestros símbolos, significa respetarnos a nosotros mismos ya que cuando
estamos en presencia de uno de ellos podemos ver a una comunidad unida, orgullosa
de pertenecer a esta patria, recordando a sí todo lo que nuestros patriotas lucharon
para lograr tener nuestros símbolos, por lo que hoy nosotros debemos de luchar día a
día para mejorar como país y fortalecer la unión de todos los habitantes de nuestra
querida República Dominicana.

No es solo en el mes de la patria que debemos respetar y valorar los símbolos que nos
identifican como dominicanos, es día tras día porque es nuestra identidad, cuando
respetamos y amamos el conjunto de símbolos que nos identifica como país, estamos
apreciando lo que somos como nación y de esa manera se nos permitirá ser mejores
ciudadanos y a la vez cooperamos para que nuestra nación sea mejor cada día

Wilson:

En una tierra muy lejana, hay un pueblito muy pequeño, pero con una identidad
definida, un escudo, una bandera y, por si fuera poco, un himno que ocupa el segundo
lugar entre los más bonitos del mundo.

La proeza de poseer estos símbolos patrios fue el producto de la lucha de un grupo de


hombres y mujeres que comprometió hasta su última gota de sangre para lograr el
objetivo de todos los habitantes del lejano pueblo: su independencia.

De generación en generación la historia ha llegado de manera fidedigna a todos los


pobladores, prometiendo con esta acción mantener por siempre el respeto a los
símbolos patrios. Faltarle el respeto a estas insignias es un pecado capital en este
pueblito. Nadie se atreve a burlar su presencia en las distintas instituciones donde
estos símbolos ostentan el sacrificio de quienes les dieron su origen. Los ciudadanos
de allí tienen claro que la bandera, el escudo y el Himno Nacional representan su
libertad. Sí, una independencia que cobró la vida de un grupo de personas que, por su
gran labor, hoy todavía todos mantienen vivas sus memorias en el lugar.

En aquel lugar cuando un ciudadano ve izando la bandera, se detiene y, con la mano en


el pecho, en posición recta y con atención, rinde homenaje a este símbolo. Lo mismo
sucede cuando se escucha el Himno Nacional. Todos cantan a la perfección sus 12
estrofas y, lo mejor, teniendo claro lo que significa cada una de ellas. Al finalizar el
canto patrio, no aplauden; saben que no procede hacerlo por la solemnidad que
implica.

Nadie ve una bandera en mal estado. Hay una comisión encabezada por miembros de
las entidades de Educación y Cultura que se encarga de dar seguimiento al estado de
este símbolo. Cada cierto tiempo es cambiado en escuelas e instituciones públicas y
privadas, para evitar que el deterioro atente contra la importancia que representa para
los ciudadanos del lugar.

Jatniel:

El irrespeto hacia los símbolos de la Patria ha cobrado dimensiones preocupantes,


hasta el punto de que muchos no tienen reparos en usar la Bandera o dibujar el Escudo
Nacional al margen de las disposiciones constitucionales o reproducir la imagen de los
patricios según como la perciba, en su mente creativa, un escultor.

Como no existe una ley de símbolos patrios, tantas veces reclamada por historiadores
e instituciones que custodian el legado de la República, el irrespeto no encuentra
barreras de ningún tipo y por eso se generaliza, porque además de ignorarse ciertas
reglas elementales, también existe poca conciencia ciudadana sobre estos valores.
Falta la solemnidad, por ejemplo, cuando se interpreta el Himno Nacional en
ceremonias para izar la Bandera o inaugurar un acto especial y se ven a ciudadanos
caminando o circulando en sus vehículos o distraídos, muy ajenos al signifi cado de
esta composición en la creación de la República Dominicana.

La ley de símbolos patrios fue aprobada en la Cámara de Diputados, pero falta que el
Senado fi nalmente le dé su visto bueno y penalice a los que, por ejemplo, usen la
Bandera en bailes indecentes, en los sarcófagos de sicarios y pelafustanes, en
atuendos y manteles o en cualquier otra actividad ajena al homenaje patriótico

Por igual, debe penalizarse a aquellos que adulteran las características del Escudo
Nacional en documentos y publicaciones, ofi ciales o no, como si no se tratase de una
auténtica falsifi cación.

Tal vez con ese instrumento legal, como el que se ha propuesto, se podría evitar en el
futuro que se reproduzcan, esculpidas, pintadas, fotografi adas o trucadas, las
imágenes de nuestros patricios muy diferenciadas entre sí de las que han sido y deben
ser las icónicas, las que la historia guarda como modelos.

Lo que ocurre aquí, en ese sentido, es tan diferente a lo que ocurre en otras naciones
donde los rasgos faciales o corporales de los héroes son replicados, sin nada de
retruécanos que pongan en entredicho su relación de semejanza con tales personajes,
o que sirvan de acicate para generar burlas o rechifl as de transeúntes u observadores
que pasan por delante de sus bustos o estatuas.

Un modelo, icónico y representativo, es lo que necesitamos de Juan Pablo Duarte y los


demás fundadores de la Patria, para que no se cometan distorsiones en su intento de
clonación escultórica.

Rene:

En numerosas ocasiones se ha visto en anuncios conmemorativos de fechas patrias la


imagen de la bandera con sus colores invertidos, lo que tiene un doble significado. El
primero, un brutal desconocimiento del valor del símbolo, el más importante de
cuantos representan la nacionalidad dominicana. Y, por supuesto, ignorancia implícita
de las implicaciones, porque izar una bandera al revés es indicio de que un país está
bajo seria amenaza exterior o en guerra, o mucho más grave aún, que se encuentra
moralmente enfermo.

El respeto a la bandera no significa solo el uso adecuado de sus colores, lo que entre
nosotros no se observa con rigor, porque es usual que en un mismo edificio público, lo
vemos en el Congreso y en los ayuntamientos, ondeen unas del lado de otras con
azules distintos, el más frecuente el conocido como navy blue, de apariencia más
oscura, elegante en la ropa femenina y en los trajes masculinos, pero inaceptable en
los cuadrantes de nuestra bandera.

A diferencia de un artículo de la Constitución o de la Carta misma que pueden ser


objetos de reforma, como tantas veces ha ocurrido a lo largo de nuestra vida
republicana, el azul y el sitio que le corresponde en la enseña nacional requieren de un
tratamiento más respetuoso de los ciudadanos y de sus representantes en el
Congreso.

Entidades como el Instituto Duartiano, la Academia de la Historia y la oficina


gubernamental Efemérides Patria deberían emprender acciones en el ámbito educativo
para sembrar en los ciudadanos la importancia de observar las regulaciones en el uso
de la bandera. Hablar de patriotismo y de la defensa de los valores nacionales,
mientras ignoramos el debido respeto al significado del mayor de nuestros símbolos,
no tiene significado.

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