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Sistematizacion Modelos Explicativos de
Sistematizacion Modelos Explicativos de
Sistematización
Modelos explicativos de la violencia
en El Salvador, Guatemala, Honduras y
Nicaragua
Publicado por:
Deutsche Gesellschaft für
Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH
Apdo. Postal 755
Bulevar Orden de Malta, Edificio GIZ,
Urbanización Santa Elena,
Antiguo Cuscatlán
La Libertad, El Salvador
T +503 2121 5100
F +503 2121 5101
Responsable de la Publicación:
Rubeena Esmail
Directora
Programa Regional
Prevención de la Violencia Juvenil en Centroamérica
(PREVENIR)
Coordinación:
Elisabeth Frey
Coordinadora de Componente
Estrategias Municipales de Prevención con Participación de Jóvenes
Programa Regional
Prevención de la Violencia Juvenil en Centroamérica
(PREVENIR)
Autores:
Otto Argueta
Sebastian Huhn
Diseño y diagramación:
Luis Cabrera
Las opiniones expresadas en este documento no reflejan, necesariamente, el punto de vista de la GIZ.
Sistematización
Modelos explicativos de la violencia
en El Salvador, Guatemala, Honduras y
Nicaragua
ÍNDICE
Presentación 1
1. Introducción 3
4. Reflexión final 35
5. Bibliografía 36
TABLAS
1 Víctimas de homicidio doloso de edad entre 15 y 24 años 9
2 Homicidios dolosos cometidos por armas de fuego 9
3 Ranking departamental según número de homicidios en El Salvador en 2013 10
4 Ranking departamental según número de homicidios en Honduras en 2013 10
5 Número y tasa de delitos contra el patrimonio a nivel nacional
en El Salvador, 2007-2013 11
6 Varios delitos en Honduras en 2010 12
7 Modelo histórico y modelo de sociedades de posguerra 19
8 Principales explicaciones al fenómeno de las maras 26
9 Problema más importante del país 34
GRÁFICOS
1 Violencia y criminalidad 6
2 Tasa de homicidios por cien mil habitantes, 2000 - 2013 7
3 Homicidios dolosos según sexo en El Salvador, 2005 - 2013 8
4 Homicidios dolosos según sexo en Honduras, 2005 - 2013 8
5 Investigaciones sobre maras y pandillas 20
6 Investigaciones sobre políticas anti-maras 21
PRESENTACIÓN
El Programa Regional Prevención de la Violencia Juvenil en Centroamérica (PREVENIR), es un programa
de cooperación técnica desarrollado en el marco de la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, im-
pulsada por el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). El Programa es financiado por el Mi-
nisterio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania y cofinanciado por el Gobierno de
los Países Bajos. Se implementa a través de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit
GmbH (GIZ) en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua y su objetivo es fortalecer la articulación
intersectorial de las organizaciones e instituciones que trabajan en la prevención de la violencia a nivel
municipal, para contribuir a disminuir la violencia que afecta a la población joven.
Para prevenir la violencia es importante conocer sus causas, que en Centroamérica son múltiples y di-
versas. Desde hace más o menos una década, las ciencias sociales han desarrollado diferentes modelos
para explicar la violencia en Centroamérica, sobre todo en los países del llamado Triángulo Norte y Ni-
caragua. Cómo las investigadoras y los investigadores explican las causas, depende de cómo ven el fenó-
meno de la violencia y definen su objeto de estudio. En este sentido, algunos entienden que la violencia
en Centroamérica son los actos violentos que ejercen las maras, otros se enfocan en los delitos violentos
cometidos por el crimen organizado y algunos tratan de explicarla como hechos de violencia social que
suceden en los barrios y hogares. Tal como se observa en la primera parte del presente documento, no
existe una sola manera de caracterizar el fenómeno de la violencia en Centroamérica y las estadísticas
de violencia tampoco ofrecen una imagen homogénea, sino que abren un espacio de interpretación y
cuestionamiento. Como resultado, la manera de investigar las causas de la violencia con métodos cua-
litativos o cuantitativos es diferente, así como también las explicaciones que los investigadores ofrecen.
Con el objetivo de hacer uso de estas perspectivas académicas y las explicaciones que las ciencias so-
ciales brindan, el Programa PREVENIR encargó en 2012 al investigador guatemalteco Otto Argueta y al
alemán Sebastian Huhn, la sistematización de los estudios más relevantes de Suramérica, Norteamérica
y Europa. Ellos revisaron la literatura concerniente, en español, inglés y alemán y organizaron bajo cinco
modelos, las explicaciones científicas de la violencia en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
De tal manera, al Programa PREVENIR, la sistematización le está sirviendo como insumo para un proceso
de capacitación sobre conceptos de violencia y prevención intersectorial, que se está realizando con
actores locales en varios municipios. En 2013, el documento de sistematización fue actualizado, para
que incluyera los más recientes estudios sobre la violencia en Centroamérica. Creemos que la Sistema-
tización de los modelos explicativos de la violencia en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua es
además un insumo valioso para el debate sobre la violencia en Centroamérica y que en adición ofrece
pautas para diseñar medidas preventivas. La idea es ponerla a disposición de un público más amplio,
esperando que nutra discusiones críticas y productivas.
Rubeena Esmail
Directora
GIZ-PREVENIR
Para organizar el análisis de la literatura existente partimos de las principales preguntas que han guiado la produc-
ción académica. Entre otras ¿Cómo se pueden explicar las altas cifras de criminalidad y como se puede disminuir
y prevenir el problema? ¿Cómo se puede explicar, disminuir y prevenir el problema de las maras? ¿Cómo se puede
explicar, disminuir y prevenir el problema del tráfico de drogas y de la criminalidad organizada? ¿Cómo influyen
las medidas estatales y privadas –como la seguridad privada– en el problema? y ¿Cómo influye el discurso público
en el problema?
La complejidad del problema de la violencia y crimi- Así, el término violencia en general debe ser delimi-
nalidad empieza por su definición. El uso del térmi- tado al momento de analizar lo que está sucediendo
no “violencia” en Centroamérica ha sido fraguado, en una sociedad, en la comunidad o el barrio para así
fundamentalmente por su carácter más extremo, es poder identificar con mayor claridad los problemas y
decir, por aquellas situaciones de extrema violencia las causas de los hechos violentos.
que captan la atención de los medios de comunica-
ción. En la discusión pública, en la política y en los Desde el punto de vista científico se persigue dife-
medios de comunicación se usa el término violencia renciar entre los delitos violentos como homicidios
para denominar una gama muy amplia y muy dife- y otras violaciones a la integridad física y los delitos
rente de hechos. El homicidio doloso se utiliza como no necesariamente violentos como el robo o las vio-
referente casi exclusivo de la situación de violencia, laciones a las leyes que regulan el consumo de psi-
la cual está compuesta por una diversidad de actos cotrópicos. Es decir, la “violación” intencional a las
de agresión, muchos de los cuales no existen como leyes, con o sin uso de violencia, cae dentro de lo
delito, han sido definidos como tal muy recientemen- que se define como criminalidad. De ahí que en la
te o bien pese a ser delitos no quedan plasmados en discusión pública, los actos que constituyen el fenó-
los registros. meno de la criminalidad tienen en común su carácter
“ilegal” en términos jurídicos, es decir, el común de-
El término violencia es difícil de definir y además de nominador entre ellos es que atentan contra las leyes
medir en términos estadísticos. De manera general vigentes. Por esta razón, el término “criminalidad” es
y con el afán de delimitar su extensión, un primer más apropiado y más específico que el de violencia
paso es entender la violencia como la violación in- en general, al momento de por ejemplo hacer uso de
tencional de la integridad física de otra persona.1 Un las estadísticas ya que éstas reflejan actos criminales
segundo paso es considerar que la forma en que una y no de violencia.
sociedad define y aborda el tema de la violencia y de
la criminalidad cambia constantemente. De ahí que La mayoría de datos estadísticos, informes de insti-
actos de violencia que antes no eran considerados tuciones públicas, medios de comunicación, trabajos
delitos, recientemente si lo son. Por ejemplo, la vio- académicos y reportes internacionales en Centroa-
lencia intrafamiliar y la violencia infantil, así como la mérica, abordan fundamentalmente la criminalidad
violación y otras formas de violencia sexual no eran violenta. Por esta razón, los hechos violentos como
consideradas delitos sino hasta hace pocas décadas homicidios dolosos, secuestros, enfrentamientos en-
en diferentes países, sociedades y contextos. Por tre pandillas o entre grupos armados del narcotráfi-
otro lado, existen acciones sumamente violentas que co, sicariato, extorsión, entre otros, son los que reci-
1 En las ciencias sociales existen muy diferentes conceptos y definiciones de la violencia. El sociólogo alemán Heinrich Popitz se pronunció contra una
definición muy amplia del concepto de la violencia. El abogaba por una definición de la violencia como violación intencional de la integridad física de
otra persona (Popitz 1986). Esta definición permite excluir otras dimensiones como la “violencia estructural” de Galtung (1969) o la “violencia simbólica”
según Bourdieu (véase Schultheis 2008) que ameritan un tratamiento teórico y metodológico diferente. El sociólogo Johan Galtung definió la violencia
más amplia con el fin de incluir injusticia estructural en el concepto de la violencia. El sociólogo Pierre Bourdieu optó por el entendimiento de violencia
simbólica como mecanismo indirecto y no físico de represión social. Mientras estos conceptos claramente tienen su derecho teórico como político, en el
contexto de este documento más bien se apartan de lo esencial, de la violencia física y directa de una persona contra la otra. Como discusión de los
diferentes conceptos científicos de la violencia, véase Imbusch 2003.
El gráfico 1 visualiza la explicación anterior y muestra el punto de intersección entre violencia y criminalidad
denominada criminalidad violenta.
Criminalidad
Violencia violenta Criminalidad
El homicidio doloso generalmente es el indicador estadístico más difundido en materia de criminalidad violen-
ta. A pesar de las críticas sobre la forma en que los datos son recolectados y registrados, dichos datos son los
más significativos de todo el conjunto de estadísticas criminales. Además de los aspectos técnicos específicos, el
homicidio doloso recibe especial atención debido a su alto impacto en la sociedad. Adicionalmente, esos datos
permiten hacer comparaciones a nivel nacional e internacional acerca de la situación de la violencia criminal.
Por otro lado, desde el punto de vista técnico, la cifra oscura –que es la cantidad de hechos no reportados o
estadísticamente no registrados– es mucho más baja en el caso del homicidio doloso que en otras formas de
criminalidad violenta.
100
90
80
Tasa de homicidios
70
El Salvador
60
Guatemala
50
Honduras
40
30 Nicaragua
20
10
0
2006
2005
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2000
2001
2002
2003
2004
Fuente: Elaboración propia con base en OEA 2012 (a partir de datos de las policías nacionales) (para 2000-2011 y para Honduras, 2000-
2004); datos proporcionados por las policías nacionales de El Salvador y Guatemala (para El Salvador y Guatemala, 2012-2013); datos del
IUDPAS, véase www. iudpas.org (2.9.14) (para Honduras, 2005-2013); datos de la Policía Nacional de Nicaragua, véase www. policia.gob.
ni/cedoc (2.9.14) (para Nicaragua, 2012).
El gráfico 1 muestra la cantidad y el desarrollo tem- en los cuatro países. Ambos factores resaltan a través
poral de las tasas de homicidio doloso en Centroa- de la comparación internacional. En Alemania la tasa
mérica entre los años 2000 y 2013, así como las di- de homicidio doloso era de 0.8 en el año 2011, la tasa
ferencias entre los cuatros países. Se puede observar más alta en el continente europeo era la de Rusia con
claramente la diferencia entre Nicaragua, por un 9.2. En Estados Unidos la tasa era de 4.7 en el año
lado, y El Salvador, Guatemala y Honduras por el 2012 (UNODC 2014: 126-132).
otro. La tasa de homicidios dolosos en Nicaragua es
comparativamente mucho más baja que en los otros Los datos sobre homicidio doloso también permiten
tres países. Además, se puede observar que la tasa en extraer otro tipo de información valiosa para analizar
Guatemala es más baja que en El Salvador y Hondu- la criminalidad violenta en la región, por ejemplo,
ras, al menos desde el año 2006. Adicionalmente, el el sexo y la edad de las víctimas. En El Salvador, en
gráfico muestra que la tasa en Honduras es la única 2011, el 89 por ciento de las víctimas fueron hom-
que sube considerablemente desde el año 2005. bres, en Nicaragua fue el 92.6 por ciento y en Hon-
duras el 93.2 por ciento en el mismo año (UNODC
Si bien las cifras pueden incluir errores al analizarlas 2014: 136). En Guatemala fue el 86 por ciento en el
en detalle, no se puede dudar de la alta cantidad de 2010 (OEA 2012: 21). Esta observación coincide con
homicidios dolosos ni de su aumento generalizado situaciones similares en otros países.
4000
3500
Nº de homicidios
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
HOMBRES 3422 3484 3150 2831 3790 3430 3730 2264 2271
MUJERES 390 437 347 348 592 570 630 322 216
Fuente: Elaboración propia con base en FUNDAUNGO 2012 (a partir de datos del Instituto de Medicina Legal de El Salvador) (para 2005-
2011); datos proporcionados por la PNC El Salvador (para 2012-2013).
7000
6000
Nº de homicidios
5000
4000
3000
2000
1000
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
HOMBRES 2042 2800 2967 4160 4902 5854 6592 6566 6121
MUJERES 175 202 295 313 363 385 512 606 636
De igual manera, los datos disponibles muestran la alta cantidad de adolescentes víctimas de homicidio doloso
en la región. La tabla 1 muestra el porcentaje de población joven en Centroamérica y el porcentaje de homicidios
dolosos cometidos contra este grupo de población. Esta información es sumamente valiosa en términos de pre-
vención de la violencia ya que, al menos desde la perspectiva de las víctimas, este es el grupo más afectado y por
ende, las medidas preventivas deben estar orientadas fundamentalmente hacia dicho grupo.
Finalmente, los datos de homicidio también permiten observar el uso de armas de fuego en la ejecución de este
tipo de delito en la región. La mayoría de homicidios dolosos cometidos en El Salvador, Guatemala y Honduras
han sido con de armas de fuego.2 En Nicaragua, si bien el dato es menor, el uso de armas de fuego es aún signi-
ficativo (tabla 2).
País %
El Salvador (2012) 62%
Guatemala (2010) 84%
Honduras (2012) 83%
Nicaragua (2010) 52%
Si bien la unidad del territorio nacional es bien justificada por diferentes motivos: cuentan las mismas leyes y las
mismas acciones políticas en términos de control del crimen y prevención entre otros, la violencia también tiene
fluctuaciones espaciales y depende de factores más locales. Es decir, los factores socio-espaciales juegan un papel
importante para la investigación de la violencia así como para su prevención. Esta situación tiene implicaciones
en el análisis de los factores de riesgo y protección, así como en la evaluación de éxitos y fracasos de las medidas
de control y prevención.
Las tablas 3 y 4 muestran el ranking departamental según número de homicidios en El Salvador y Honduras en el
año 2013. Estos datos permiten identificar las diferencias a la interioridad de cada país, lo cual podría ser la base
para un análisis más detallado de las características particulares de cada región.
En El Salvador, es importante destacar las enormes diferencias entre la cantidad más alta, concentrada en San
Salvador y la más baja, concentrada en Morazán. Estos datos muestran cómo el centro urbano suele ser más pro-
penso a la comisión de homicidios.
2 Con frecuencia, en la discusión pública no se analiza suficientemente la relación entre la existencia de armas de fuego y la violencia. Es necesario
tomar en cuenta que la sola existencia de un arma no explica en sí su uso en un acto de violencia. Por ejemplo, la cantidad de armas de fuego por
número de habitantes es mucho más alta en Suiza y Finlandia que en Centroamérica (Graduate Institute of International Studies 2007).
La misma situación se presenta en Honduras, en donde los departamentos Cortés y Francisco Morazán presentan
los índices más altos de homicidios. En éstos departamentos están situadas las dos ciudades más grandes del país,
San Pedro Sula y Tegucigalpa respectivamente.
La distribución territorial es fundamental tanto en materia de interpretación de los datos, como en lo relativo a la
prevención de la violencia. Esto requiere profundizar en los contextos de cada región y ubicar las áreas al interior
de cada departamento en donde se cometen la mayoría de los homicidios.
La tabla 5 muestra la sistematización de información disponible sobre delitos a nivel nacional en El Salvador y
presenta una división entre los delitos contra el patrimonio que incluye robo, hurto, robo de vehículo, hurto de
vehículo, robo y hurto de vehículo con mercadería.
Tabla 5: Número y tasa de delitos contra el patrimonio a nivel nacional en El Salvador, 2007-2013
Delitos
contra el 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
patrimonio
Robo 6,674 6,278 6,301 5,366 5,769 5,521 5,346
Hurto 9,643 9,830 9,869 9,629 10,871 10,254 9,268
Robo de
1,421 1,179 1,215 999 1,095 838 1,082
Vehículos
Hurto de
1,998 2,031 2,159 2,312 2,476 2,301 2,492
Vehículos
Robo y
hurto de
468 334 331 239 161 161 149
vehículo con
mercadería
Total 20,204 19,652 19,875 18,545 20,372 19,075 18,337
Fuente: FUNDAUNGO 2012 (a partir de datos de la PNC El Salvador y DIGESTYC) (para 2007-2011); datos proporcionados por la PNC El
Salvador (para 2012-2013).
En el caso de Honduras, el acceso a datos sistematizados es más difícil. Los datos disponibles están disgregados y
dispersos. La tabla 6 muestra un conjunto de diversos delitos, agrupados por el tipo de denuncia interpuesta en
el Ministerio Público por el año 2010.
Delito Número
Robo 18,569
Violencia doméstica 10,310
Homicidio 7,234
Amenaza 5,353
Niñez en situación de riesgo social 5,274
Hurto 4,478
Lesiones 3,274
Robo de vehículos terrestres, naves aéreas, buques 2,838
Violencia intrafamiliar 2,779
Daños 2,606
Estafa 2,144
Usurpación de bien inmueble o Derecho real 1,431
Investigar delito 1,334
Otros fraudes 1,323
Abuso de autoridad 1,228
Total 70,175
Como se puede observar, las formas de registro y catalogación de los datos sobre criminalidad es sumamente
diferente en cada uno de los países de la región. Esto representa un problema no solo a nivel comparativo, sino
en relación a la percepción de la violencia criminal y sus consecuencias en la sociedad. No obstante, si bien las
estadísticas de criminalidad por sí solas no explican nada acerca de las causas y los mecanismos de los fenómenos
de criminalidad, éstas ayudan al planteamiento de preguntas científicas precisas y urgentes. Preguntas que aún no
están suficientemente respondidas por las ciencias sociales, pero que juegan un papel importante para entender,
prevenir y combatir la violencia en Centroamérica, como por ejemplo:
3 En la sociología y criminología alemanas, este fenómeno entró en debate bajo el título de el “síndrome de Lüchow-Dannenberg” (Nissen 2003: 121).
Durante los años noventa, la presencia policial en el pueblo Lüchow-Dannenberg en Alemania aumentó debido a la existencia de un centro de almace-
namiento de desechos nucleares en dicho lugar. Esto provocó que el pueblo se convirtiera en el centro de las protestas contra la producción de energía
nuclear. Paralelamente, la cantidad registrada de contravenciones a la ley aumentó extraordinariamente. Los estudios lograron demostrar que el número
de delitos no se había expandido antes simplemente porque había menos supervisión policial.
4 Este modelo de análisis fue desarrollado principalmente por el historiador norteamericano Robert Holden en su libro “Armies Without Nations: Public
Violence and State Formation in Central America, 1821-1960” (Ejércitos sin naciones: violencia pública y formación del Estado en Centroamérica, 1821-
1960) del año 2004. Otros trabajos de importancia en esta línea son los escritos por William Stanley “The Protection Racket State: Elite Politics, Military
Extortion, and Civil War in El Salvador” (El Estado extorsionador: políticas elitistas, extorsión militar y guerra civil en El Salvador) (1996) y el libro de
Patricia Alvarenga “Cultura y ética de la violencia: El Salvador, 1880 – 1932” escrito en 1996.
5 La autora analiza un conjunto de factores que explican la continuidad de la violencia en la región y argumenta que los procesos de transformación
política inacabados y la permanencia de problemas estructurales explican, en gran medida, la violencia actual en la región. Al mismo tiempo, Kurtenbach
analiza el rol que las presiones internacionales tienen al momento de introducir modelos políticos y económicos que aumentan las tensiones ya bastante
débiles, que los Estados deben afrontar (Kurtenbach 2010).
Estos modelos explicativos permiten identificar causas en el nivel macro-económico y social. El aporte que reali-
zan es que explican el contexto en el cual la violencia se desarrolla y las fuerzas estructurales que lo han condi-
cionado en la sociedad de posguerra.
Tema central de la
Factor explicativo Valor explicativo Perspectiva científica
explicación
-Visión amplia y continua de la violencia
pública, su visibilidad, efectos en la sociedad
Función de la
y sus relaciones directas e indirectas con el
violencia pública
Violencia pública y Estado.
en las relaciones Historia
formación del Estado -Identifica cómo el uso y control de la violencia
políticas
pública han sido parte de la historia política
patrimoniales
de Centroamérica y cómo eso afecta aún hoy al
Estado y la sociedad.
-Pone en evidencia la situación estructural
Persistencia
(pobreza, debilidad del Estado, características
de estructuras
del régimen político, modelo económico, etc.)
sociales,
que crea el contexto y estimula el surgimiento
económicas Ciencia política,
de la violencia criminal.
Violencia y posguerra y políticas sociología, historia,
-Evidencia como la introducción de nuevas
que frenan el economía política
rentas (remesas, maquilas, venta de droga
desarrollo de la
al menudeo, etc.) aumenta la ya existente
democracia y la
presión social producida por estructuras de
paz
desigualdad y pobreza.
6 La autora combina el análisis de estructuras sociales y económicas macro con perspectivas de análisis provenientes de la criminología. De esta
interacción, Zinecker identifica cómo la introducción de nuevas dinámicas socio-económicas propias de las sociedades de posguerra, ejercen presión
sobre las constantes estructuras de desigualdad y exclusión, de tal manera que la violencia criminal es el resultado de las enormes disparidades ca-
racterísticas de las sociedades centroamericanas. Las condiciones propias de la posguerra sumadas a las reformas institucionales incompletas, explican
en grandes rasgos la situación de alta criminalidad violenta de la región, la cual es concebida como compensaciones a la ya existente desigualdad
socio-económica (Zinecker 2007a, 2007b, 2008, 2013).
En los últimos años se han realizado una gran cantidad de investigaciones sobre el fenómeno –en Centroamérica
y fuera de la región–, que en la mayoría de los casos se complementan mutuamente. No obstante, existen también
discrepancias sobre algunos temas relativos a las maras y pandillas –especialmente acerca de su extensión, su
involucramiento con el crimen organizado y la violencia ejercida por mareros–, que resultan en parte del carácter
clandestino del fenómeno y de las dificultades y peligros de investigarlo a través de investigaciones de campo.7
A manera de síntesis, el tema de las maras y pandillas juega un papel muy importante en el contexto de la violen-
cia y la criminalidad en Centroamérica por tres razones. En primer lugar, las maras indudablemente son uno de
los grupos más violentos en la región. En segundo lugar, en el campo político y social, las maras son el grupo más
señalado como responzable del problema de la violencia y criminalidad. En Guatemala, pero especialmente en
Honduras y El Salvador, la discusión política y social sobre el problema de la violencia es casi exclusivamente una
discusión sobre las maras. En tercer lugar, como se verá más adelante, desde hace aproximadamente una década,
las políticas anti-maras han sido el eje de todos los esfuerzos estatales contra la violencia y la criminalidad. Por
tanto, las maras son el centro del debate sobre violencia y criminalidad (a la par del narcotráfico), a pesar de que
el conocimiento científico del fenómeno es aún limitado.
En términos generales, los estudios sobre maras y pandillas se han concentrado en uno o varios aspectos de
los mostrados en el gráfico 5. Un tipo de investigación se ha concentrado en la historia del fenómeno, otro en
discutir la fenomenología y el restante en debatir el carácter de las maras y pandillas, como una forma extrema o
pervertida de una subcultura juvenil, como una forma de crimen organizado o como una amalgama de ambos.
Génesis
Historia
Causas y contextos
Carácter, extención y
Fenómeno de las maras transformación
y pandillas Fenomenología
Violencia
Crimen organizado
Interpretación
Subcultura juvenil
Aparte del fenómeno en sí, las investigaciones también han analizado los diferentes enfoques de las políticas
anti-maras (gráfico 6). Hasta el año 2012 se pueden resumir estas medidas como represivas o preventivas. Con la
tregua pactada por las principales maras de El Salvador en marzo de 2012, se agrega una tercera forma de políticas
anti-mara, que se puede caracterizar como negociación (volveremos sobre eso más adelante).
7 La mayoría de investigaciones “directas” se realizaron por medio de entrevistas con mareros en cárceles, con ex-mareros en el exterior o con ex-
mareros que ingresaron a iglesias evangélicas en El Salvador, Honduras y Guatemala (sobre el rol de las iglesias evangélicas y los mareros véase
Brenneman 2012).
Renovación
Tregua
Carácter de las investigaciones sobre maras y Finalmente, se puede diferenciar entre trabajos cuali-
pandillas tativos y etnológicos sobre el tema y algunos estudios
cuantitativos complementarios. Ambas categorías nos
A partir de facetas investigadas, se puede distinguir ofrecen resultados empíricamente válidos sobre ele-
entre las investigaciones y sus diferentes aproxima- mentos centrales del fenómeno de las maras. Los tra-
ciones científicas. En primer lugar, se puede diferen- bajos de la primera categoría se basaron sobre todo
ciar entre los estudios sobre maras que han generado en entrevistas con mareros y observaciones, dando
información primaria a traves de entrevistas u obser- como resultado abundante conocimiento sobre la
vaciones participativas, y los estudios que ofrecen cultura de las maras, sus actitudes, las estructuras lo-
información secundaria de literatura o de entrevis- cales y las motivaciones individuales para pertenecer
tas con expertos científicos o estatales y estadísticas a una mara.
formales e informales. La primera categoría aporta
información sobre el caracter cultural y la autocon- Los trabajos de la segunda categoría trataron de ge-
ciencia de las maras y pandillas, su organización y sus nerar información cuantitativa por medio de esta-
actividades. La segunda revela información sobre la dísticas policiales, jurídicas, encuestas de opinión y
cantidad y extensión de esos grupos y sobre su eva- de victimización, etc. Estos trabajos contribuyerón
luación por expertos científicos o estatales. Así, los a trasladar la información etnológica de la primera
dos tipos de investigaciones se complementan, aun categoría del nivel local al nivel nacional y regional.
cuando hay discrepancias entre los autores que se Finalmente es importante acentuar nuevamente, que
contradicen, en particular cuando se refieren a la ex- se tiene que leer y calificar todos los trabajos cientí-
tensión de los grupos y al carácter como subcultura, ficos sobre maras y pandillas de manera cautelosa.
o como grupos del crimen organizado y generadores Primero, porque no siempre se pueden trasladar los
de violencia. resultados locales de estudios etnológicos a otros lu-
gares con diferentes contextos. Segundo, porque se
En segundo lugar, se puede diferenciar entre estudios tienen que poner en tela de juicio las proposiciones
centrados en un solo país y estudios comparativos o de estudios cuantitativos con poco uso de fuentes
con foco regional.8 Uno de los principales esfuerzos primarias; y tercero, porque algunos trabajos reflejan
centroamericanos por investigar este fenómeno fue poco conocimiento sobre las maras y más bien lo que
realizado por ERIC, IDESO, IDIES y IUDOP entre reproducen es el conjunto de prejuicios y miedos de
2001 y 2006, que produjo cuatro libros que sentaron la mayoría de la sociedad o de corrientes políticas.
las bases del estudio del fenómeno en la región.9
A continuación se abordarán las perspectivas sobre el
8 El primer estudio sobre el tema en Guatemala es de Levenson/Figueroa/Maldonado (1988) y posteriormente Merino (2001, 2004) y Winton (2007). El
Salvador es el caso más estudiado. En 1989 Hananía de Varela/Velásquez publicaron el primer texto sobre el caso salvadoreño. Otros estudios muy im-
portantes sobre El Salvador fueron publicados por Smutt/Miranda (1998), Cruz/Portillo (1998), Cruz (2001) y Santacruz/Cruz (2001), Santacruz/ Concha-
Eastman (2001), Santacruz (2010), Ward (2013). El caso de Nicaragua es muy bien analizado por José Luis Rocha y Dennis Rodgers (véase bibliografía
en Rodgers/Muggah/Stevenson 2009: 31-32 así como Rodgers/Rocha 2013). Las maras en Honduras son menos investigadas que en los otros países
centroamericanos. Los trabajos más completos sobre maras en Honduras son de Castro/Carranza (2001), Peetz (2012) y Gutiérrez Rivera (2013). Desde
la perspectiva comparativa, regional o internacional se puede mencionar ERIC/IDESO/IDIES/IUDOP (2001, 2004), ERIC/IDIES/IUDOP/NITLAPAN/DIRINPRO
(2004), Cruz (2006), Demoscopia (2007) y Fundación Arias (2006), Savenije (2009, 2011), Zilberg (2011), Wolf (2010), Winton (2012), Brenneman (2012).
10 Últimamente Ward (2013) ha reconstruido la génesis de la mara Salvatrucha en Los Ángeles y ha acentuado que la mara no fue fundada por mi-
grantes salvadoreños, pero que ellos se juntaron con la Salvatrucha.
11 Para la historia de las maras véase Rodgers 1999. Este estudio muestra cómo el contexto de la migración y el efecto producido por las políticas
migratorias en los Estados Unidos, fueron fundamentales para la transformación de las ya existentes pandillas juveniles en la región centroamericana.
Sin embargo, no es suficiente explicar el fenómeno únicamente a través de factores externos a la región. Por esa razón, muchos autores insisten en las
condiciones del contexto nacional que recibieron a los retornados y que, dadas las circunstancias socio-económicas precarias, fue el escenario ideal para
la proliferación y consistencia del fenómeno. El estudio analítico más reciente es el de Levenson (2013), quien aborda desde la perspectiva histórica
los cambios que han llevado a la profundización del fenómeno de las maras y sus prácticas violentas.
12 Para la discusión y crítica a estas perspectivas véase Huhn/Oettler 2006; Huhn/Oettler/Peetz 2010; Huhn/Peetz 2010; Peetz 2012; Rodgers/Muggah/
Stevenson 2009.
14 Buena parte de este tipo de argumentos tiene como base una ambigua definición del concepto crimen organizado. Ver sección sobre crimen
organizado y narcoactividad en este documento.
15 Estos autores identifican que la violencia asociada a las maras ha transitado por diferentes estadios en los cuales es posible observar una tendencia
al aumento, como reacción a cambios ocurridos tanto en la naturaleza de las políticas de seguridad, como también en el aumento de los fenómenos
ligados a la criminalidad organizada y, de manera más general, a la precarización de los contextos socio-económicos.
Tema central de la
Factor explicativo Valor explicativo Perspectiva científica
explicación
-Migración de jóvenes
centroamericanos a EEUU
en los años 70 y 80. Explicación de la transformación que
Historia de las maras -Migración forzada va de grupos de jóvenes a pandillas y Historia
(deportación) de maras en Centroamérica.
pandilleros desde EEUU a
Centroamérica.
-Desigualdad social
Estos factores se suman a una falta
-Desintegración social
de perspectivas reales y percibidas,
(desempleo, falta de
a un rechazo real y percibido,
perspectivas y falta de
una búsqueda de peer groups y
reconocimiento) Sociología, psicología
una solidaridad entre victimas de
Cantidad de mareros y -Desintegración familiar social, ciencia
desintegración y violencia.
afluencia a las maras -Violencia experimentada política
El clima de violencia en general y
-Violencia en general
la falta de perspectivas reducen la
-Falta de programas para
barrera psicológica de aliarse con
el fortalecimiento de
grupos estigmatizados, violentos e
jóvenes
ilegales.
En Centroamérica predomina el uso de un concepto Finalmente, se puede resumir diciendo, que el narco-
normativo de crimen organizado, promovido funda- tráfico y el crimen organizado son concebidos como
mentalmente por organismos internacionales. Esto algo ajeno y externo al Estado. Esto se debe, en gran
ha significado que las leyes internas del país adopten medida, a que insistentemente se analizan estos te-
dicha perspectiva, lo que produce problemas al mo- mas desde la perspectiva de riesgos y amenazas, pro-
mento de diseñar políticas de seguridad. La naturale- pias de los estudios clásicos de seguridad y defensa.18
za regional del crimen organizado en Centroamérica Esta interpretación es ampliamente difundida y su-
16 La naturaleza del concepto de crimen organizado, sus límites, sus posibilidades analíticas y las formas de su estudio han sido temas de interés
para muchos autores. Von Lampe analizó el concepto desde la perspectiva de los discursos sobre crimen organizado en Europa y los Estados Unidos y
Federico Varese (2010) comparó más de cien definiciones diferentes del concepto para determinar las diferentes posibilidades de su estudio.
17 Estos estudios aportan importante información empírica sobre la forma de operación de las redes criminales en la región. Sobre todo, estos
estudios reflejan una imagen del crimen organizado más acertada al contexto nacional y local.
19 Los estudios realizados por estos autores buscan explicar el tema de la participación ciudadana desde una perspectiva apegada al contexto y la
naturaleza de las instituciones y la historia de los países. Esto produce resultados muy diferentes respecto de las visiones normativas que se limitan a
la idealización del modelo sin contrastarlo con la realidad de la región.
No obstante la seguridad privada es un fenómeno Las políticas de “mano dura” y el uso de los milita-
presente en toda la región, un estudio en profun- res en la seguridad pública son dos de las principa-
didad del problema en Guatemala muestra que, en les manifestaciones del paradigma del combate a la
primer lugar, no existe una relación directa entre el criminalidad, a través de la ley y el orden. Las pri-
aumento de la criminalidad y el aumento de la se- meras expresiones de la “mano dura” como política
guridad privada. En segundo lugar, los factores que de seguridad surgieron en El Salvador alrededor del
explican este fenómeno están ligados a la trayectoria año 2003, cuando se empezó a actuar con el criterio
histórica de las instituciones públicas. Existe un des- de cero tolerancia a las maras. Esto incluyó redadas,
plazamiento continuo de las funciones estatales de encarcelamientos masivos, persecución de la juven-
seguridad pública hacia el ámbito privado. Este es un tud en barrios marginales, entre otros operativos de
proceso que inició mucho antes de la ola de crimina- seguridad. Estas políticas fueron progresivas y fueron
lidad de los años noventa y ha sido reforzado por los replicadas con mayor y menor intensidad en Hondu-
cambios políticos en el país (Argueta 2013c). ras y Guatemala, con el “Plan Escoba” por ejemplo.
La idea principal de la mano dura era combatir las
Este tipo de estudios en profundidad muestran que maras con fuerza y violencia masiva, para deshacerse
los contextos socio-políticos son fundamentales para del fenómeno en poco tiempo.
la explicación de este tipo de fenómeno. Sin embargo
20 Rodgers/Muggah/Stevenson (2009) ofrecen un resumen de las distintas medidas en el marco de la “mano amiga”.
21 Como ejemplo de un problema social, que no llevó automáticamente a una problematización, se puede mencionar el cambio climático. Científicos
han advertido de los efectos fundamentales del cambio climático hace décadas y si sus previsiones son ciertas, los efectos van a ser fundamentales
para la vida de la mayoría de la humanidad. No obstante, este hecho normalmente causa mucho menos miedo y preocupación. Es decir, un peligro no
genera automáticamente preocupación.
Fuentes: 2005: Corporación Latinobarómetro (2005): Informe 2005, p. 71; 2006: Corporación Latinobarómetro (2006): Informe 2006, p.
40; 2007: Corporación Latinobarómetro (2007): Informe 2007, p. 21; 2008: Corporación Latinobarómetro (2008): Informe 2008, p. 24;
2009: Corporación Latinobarómetro (2009): Informe 2009, p. 73; 2010: Corporación Latinobarómetro (2010): Informe 2010, p. 16; 2011:
Corporación Latinobarómetro (2011): Informe 2011, p. 65.
No existe sintonía entre la criminalidad y el discurso falsas de acusaciones contra ciertos grupos sociales,
sobre la criminalidad como problema social. El im- como los adolescentes de estratos pobres o los mi-
pacto que un hecho violento tiene, depende del con- grantes. Así mismo, los estudios dentro de este mo-
texto social y político en donde éste ocurre. En so- delo indican que algunos actores políticos y sociales
ciedades en donde la repetición de hechos delictivos poderosos, aprovechan las opiniones dominantes
es baja, pero estos son amplificados por los medios sobre la violencia, independientemente de que éstas
de comunicación, es muy probable que la percepción sean correctas o falsas, para usos electorales o de di-
de inseguridad aumente de manera desproporcional famación.
a los hechos reales. Esta es la base sobre la cual se
argumenta que la seguridad es un problema de per- Finalmente, las investigaciones prueban que la base
cepciones. sobre la cual se definen las políticas represivas son
más de carácter discursivo que empírico, es decir, la
Basadas en fuentes de los medios de comunicación o decisión política de implementarlas responde por lo
del campo político, algunas investigaciones han de- regular, a la presión pública que existe sobre el fe-
mostrado la forma en que se maximizó el problema nómeno más que a la naturaleza y alcances reales de
de la violencia y, simultáneamente, la forma discursi- los problemas de criminalidad (Huhn/Oettler 2006;
va en que los medios de comunicación y los actores Huhn/Oettler/Peetz 2006a, 2006b, Huhn/Oettler/
políticos construyeron explicaciones aparentemente Peetz 2010; Huhn/Peetz 2010, Peetz 2011, 2012).22
lógicas, que no correspondían con los datos científi-
cos y empíricos. Estas investigaciones han demostra- Sobre esta base es posible también criticar la pro-
do la forma en que los medios de comunicación y ac- blemática tendencia del “governing through crime”
tores políticos, concibieron grupos sociales como las (Simon 2007) en Centroamérica y con ello la ame-
maras y las pandillas juveniles, así como los “pobres” naza a la democracia, no por la violencia en sí, sino
y los “migrantes” como estereotipos de los actores por los discursos dominantes sobre el tema y sus
de violencia. Esto se hizo a partir de una serie de cli- consecuencias en términos de programas y políticas
chés y prejuicios que se repitieron sistemáticamente, de seguridad represivas que, al contrario, tienden a
hasta transformarse en un argumento “válido” en el incrementar el riesgo de acciones violentas contra
discurso público. la criminalidad, además de otros problemas de tipo
social.
Otro aspecto analizado por este modelo es que los
discursos sobre violencia y criminalidad se traducen
en leyes y programas políticos y de seguridad. La re-
levancia de esto radica en que a través del análisis
del discurso, se ayuda a analizar y criticar tendencias
22 A través de un extenso trabajo de investigación en Centroamérica, estos autores aplicaron métodos de análisis del discurso para determinar la
forma e impactos que el discurso dominante sobre violencia tiene en la sociedad, en los actores políticos, en las leyes existentes y en los programas
de seguridad.
Otto Argueta, Dr. Phil, historiador, era investigador asociado del GIGA Instituto de Estudios Latinoamericanos,
Hamburgo, Alemania. Actualmente se desempeña como Learning and Policy Focal Point de Interpeace para Amé-
rica Latina.
Sebastian Huhn, Dr. Phil, historiador y politólogo, es investigador en el Institute for Interdisciplinary Research on
Conflict and Violence de la Universidad de Bielefeld, Alemania.