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COMO SER UNA IGLESIA VELCRO

Por Robert Costa

TEXTO: Juan 13:35

ILUSTR.: Una noche en Filadelfia, un pequeño hombre vino a un hotel, se acercó al mostrador y
solicitó un cuarto. George Bolt era el empleado de turno esa noche. Le dijo: “Lo siento, señor,
todos los cuartos están ocupados esta noche”.

El anciano comenzó a retirarse y dijo: “Lo siento, mi esposa está enferma y necesito un cuarto,
no me ha sido posible encontrar ninguno esta noche”

El anciano ya se rtiraba cuando George dijo: “Espere, señor, no le dije que no podría tener un
cuarto. Lo que le dije fue que no hay ningún cuarto en el hotel, pero si su esposa está enferma,
usted puede tener mi cuarto. Yo puedo dormir en una de estas sillas cuando termine mi turno.
Usted puede tener mi cuarto. Sígame”.

Llevó la pareja de ancianos a su propio cuato para que se sintieran confortables. El pobre hombre
casi no durmió esa noche. Temprano por la mañana llamó al dueño del hotel y le dijo: “Soy John
Jacob Astor. Tiene usted un empleado llamado George que estaba de guardia anoche?

“Sí, su nombre es George Bolt. ¿Para qué lo necesita?

“Bueno, voy a construir el hotel más grande en América, y quiero que ese muchacho sea mi
gerente de negocios. Por años he estado buscando a alguien como él que sepa ser amable con los
extraños”

Así que John Jacob Astor construyó el Waldorf-Astoria y George llegó a ser el gerente del hotel
más famoso de América por 40 años, porque practicó la bondad.

El ejemplo de George Bolt puede repetirse muchas veces en la vida de los cristianos. La bondad
es el resultado de algo que Dios a través de su Espíritu ejecuta en cada corazón cuando se lo
permitimos.

En un mundo agitado, la bondad, cortesía y el amor a los demás son como un oasis, un refrigerio
para los que nos rodean. ¿No creen que es el propósito de Dios que su iglesia debe ser ese centro
de cortesía, bondad, comprensión, amor? Donde la gente se sienta cómoda

¿Quiénes son la iglesia? Nosotros

ILUSTR: Velcro. Muchas funciones. Sostiene, no se desprende.

¿Será que podemos llegar a ser una iglesia velcro, que el que entra por estas puertas pueda decir:
“aquí me quedo” “me siento cómodo, apreciado, parte de la familia?”
Un hogar donde los cónyuges y los hijos se sienten apreciados y amados, nadie querrá salirse.
Una iglesia, de la misma manera.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Las visitas. ¡Cuán importante es demostrarle aprecio, amor, interés! No se quedarán por la
doctrina al comienzo, sino por la amistad. Estudios indican que para que una persona se quede en
una iglesia, necesita conocer y tener amistad entre 5-7 personas. A veces están solos, ni un
saludo. A veces vendrán vestidos en forma extraña. Abracémoslos y hagámoslos sentir en casa.
Llevarlos a comer

ILUSTR: En la iglesia anglo de Elgin, Texas, que me tocó pastorear, el boletín decía: “si al llegar
en los primeros 15 minutos usted no recibe por lo menos 3 invitaciones a comer, usted está
invitado a comer a la casa del pastor”. El problema es que cuando llegué por primera vez a esa
iglesia, no sabía de ese anuncio.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Aún hermanos nuestros. ¡Cuántos están pasando por luchas! ¡Qué bien viene una palabra de
ánimo!

“Nunca seáis fríos, sin corazón y simpatía, ni dados a la censura. Nunca perdáis una oportunidad
de decir una palabra que anime e inspire esperanza” (MB 89)

Cuantas veces le hemos fallado a Dios y a nuestros hermanos con la boca.


No pensemos que apagando la vela de los demás la nuestra va a brillar más.

Cristo atraía a la gente, todos se sentían cómodos con él. Las multitudes lo seguían, porque su
vida estaba en contraste con la dureza farisaica. Su vida perfumaba la vida de los demás. Era un
olor grato.

2 Cor. 2:15. ¿Cómo huele usted? Se acercan los otros? Hay cosas que producen mal olor y
espantan (crítica, chisme [habito], dureza, orgullo).
Cuando hablamos bien de los demás, generamos un grato olor. ¿A cuántos nos gusta que se hable
bien de nosotros? Acostumbrémonos a hablar bien de los demás, a crear una buena reputación.

Porque “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros”. ¿No creen que en una iglesia así cientos y cientos podrían ser añadidos en un año?

“Si quisiéramos humillarnos ante Dios, ser amables, corteses y compasivos, se producirían cien
conversiones a la verdad allí donde se produce una ahora (MB 91).

No tratemos de amar. Vayamos a Dios y a su Palabra y pidamos que el Espíritu nos posea y de
sus frutos. Porque “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza...” Mi sueño es que esta iglesia esté cargada de esos frutos.
ILUSTR.: Varias décadas atrás un misionero fue enviado a las islas del pacífico. Trabajó con
gente primitiva y salvaje, con costumbres terribles. Se interesó tanto en ellos que lo llegaron a
amar. Murió de una enfermedad tropical. Pasaron los años y otro misionero llegó a esa isla.
Comezó a hablarles de Jesús (predicar, sanar, hacer bien). Ellos le dijeron, “lo conocemos, el
estuvo aquí, vivió con nosotros”. “Venga a ver su tumba”. Allí estaba la tumba de este
misionero.

¿Ven los demás a Jesús en nosotros? ¿Reflejamos a Jesús en el trabajo, escuela, hogar? Cuando
dedicamos tiempo a estar con él comenzaremos a reflejarlo. Un cambio comienza a operarse,
porque le estamos dando oportunidad para que nos transforme, y eso necesita tiempo. Tiempo
pasado con Dios.

Moisés bajó del monte, su rostro resplandecía. Estuvo en contacto con Dios

“Cristo espera con un deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el


carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá él para
reclamarlos como suyos. Todo cristiano tiene la oportunidad no sólo de esperar, sino de
apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesas el nombre de Cristo
llevaran frutos para su gloria, cuán prontamente se sembraría en todo el mundo la semilla del
Evangelio. Rápidamente maduraría la cosecha final y Cristo vendría para recoger el precioso
grano”(PVGM 47, 48)

CS. Tiempo final “Veíanse siervos de Dios con semblantes resplandecientes...”

Ha de ocurrir.

Apoc 18:1. “Después de esto vi otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue
alumbrada con su gloria”.

Hoy es el día de compromiso en ganancia de almas. No les estoy diciendo “vayan a predicar”.
Sino vayan primero a Cristo, pasen tiempo con él, y salgan a reflejar su carácter al mundo.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Velcro - Llamado - Oración

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