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Es necesario ser cuidadosos con las interpretaciones de muertes colectivas.

No se puede manejar en una hr toda la explicacion de la DE, pero buscaremos dar el


consuelo por el aprendizaje, que es pequeño.

Todos tienen el compromiso con el pasado por un mismo evento? No, se puede usar ese
momento para el momento de desencarnacion, liberandonos de este cuerpo.
Muchos a ultima hr no asisten a un lugar etc.
LE Ley de destrucción (3) 728 preg.

Del caos nace el orden. Destrucción es transformación para renovación.   Porwue somos
inmortales. Vemos el cuerpo pero no el esp que se libera.
Nuestra vision erronea de la muerte. Tememos a la muerte y no la vemos como libertad.
Aqui más bien estamos prisioneros..la tierra ya es una especie de purgatorio mental,
entonces para qué temer a la muerte ?

La tierra está rn una transición hacia un mundo de regeneración y paz.


La pandemia, epidemia es periodica en el mundo.. es decur, constantemente estamos
atravesando situaciones como tales. Enfermedades gripe española, peste negra.
La epidemia actual esta enfocada en la mente. Nos desenvolvemos en el area intelectual
mas no en la moral ni esp.
Hay epidemia orgánica y ña epidemia moral. Cuando observamos la desconsideración por
las leyes, el dx solo es industrial,  intelectual, pero aun matamos, tenemos falta de etica
hacia el deber que producen esos estados patológicos epidemicos.

Renovandose interiormente se cambia la franja vibratoria. Si tenemos pensamientos


vulgares, sin sentido de dignificacion de la vida nos sintonizamos con iguales esp.
El SIDA siempre estaba el virus pero inoculado, luego fue pasado de animal a humano. 
Pero al cambio del comportamiento combateremos los virus.

Prevención,  la OMS. Saber que el contagio es inevitable.

Epidemia es una sacudida.


El universo tiene un orden , ley de causa y efecto.

Los q se van, son escogidos? Las victimas son solo parte de un proceso karmico. La
forma de cómo fallecera no es destino, sino que es libertad mia. Pero bajo una vida
correcta y tengo covid, rescato errores del pasado.

Abre la boca del alma. Vaciate del ego para llenarte de Dios (amor).

Pérdidas (duelo) - La vida contimúa

No decir eres culpable, sino responsable. El cumpable necesita ser punido, pero
responsable necesita rehabilitación,  auxilio.

Haroldo: https://youtu.be/FUUThTYLDc8
Revista espirita julho 1867
Epidemia da ilha Mauricio (oceano indico al sudeste del continente africano) 

¿Qué dicen los espíritus sobre las


desencarnaciones colectivas?
A lo largo de la historia humana se han producido innumerables situaciones de desencarnación
colectiva. Acciones de la naturaleza como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas han llevado a
innumerables personas a destriparse. Y en la historia reciente hemos asistido a situaciones de
desencarnamiento por otros motivos, como naufragios, accidentes aéreos, accidentes automovilísticos,
incendios, derrumbes, ocupación inadecuada de zonas de riesgo como zonas costeras sujetas a tsunamis,
laderas, entre otras.
La desencarnación es un tema importante en nuestras vidas, pues significa el fin de esta oportunidad de
reencarnación, y la interrupción de las relaciones familiares y de amistad, dentro de los patrones que
conocemos y estamos acostumbrados aquí en la Tierra. Por lo tanto, es natural que la desencarnación de
muchas personas a la vez nos llame aún más la atención. Es consecuencia de la característica del ser
pensante, reflexionar sobre su vida y sobre su interrupción. Y es por eso que nos hemos estado preguntando:
¿por qué se dan estas situaciones en las que muchas personas desencarnan al mismo tiempo?
En mensajes recientes a través de la médium Maury Rodrigues da Cruz, los espíritus Leocádio José Correia y
Marina Fidélis nos alertan sobre el hecho de que las desencarnaciones colectivas no representan redención
de errores en vidas pasadas, ni ningún tipo de pena o castigo. Tampoco son el resultado de la influencia de
espíritus desencarnados. La reflexión que nos traen los espíritus guías gira en torno a un uso más
constructivo de nuestro libre albedrío, que nos lleva a pensar más críticamente sobre los hechos que
provocan desencarnaciones colectivas, en lugar de aferrarnos a explicaciones que nos quitan la
responsabilidad sobre los hechos que ocurren. en nuestra sociedad.
Con la evolución del conocimiento científico, el Hombre llegó a conocer más profundamente los detalles del
medio ambiente donde vive, el planeta Tierra. Llegó a conocer y comprender los volcanes, los terremotos, los
tsunamis, las acciones del viento, la lluvia, el fuego, el frío y el calor. Así, hoy ya sabemos que el planeta nos
trae situaciones de riesgo para la vida del cuerpo, y empezamos a evitarlas en la medida de lo
posible. Evitamos ocupar laderas, evitamos ocupar zonas sujetas a sismos, no ocupamos zonas de riesgo
cercanas a volcanes con posibilidad de erupción. Al mismo tiempo, la evolución de la tecnología nos ha traído
sistemas de alerta de tormentas, tsunamis y erupciones volcánicas, reduciendo el riesgo de exposición de las
personas a este tipo de eventos naturales. De esta manera, a partir del conocimiento, el cambio de
comportamiento y la prevención,
Por otro lado, la evolución del conocimiento humano ha generado cambios importantes en la sociedad
global. Intensificamos las relaciones entre países y continentes. Desarrollamos aviones capaces de
transportar cientos de pasajeros, grandes barcos con capacidad para más de 6.000 personas, automóviles,
autobuses, edificios. Sin embargo, el conocimiento aplicado no siempre es capaz de predecir todas las
situaciones, y el desarrollo de la cultura, del mismo modo, no siempre sigue el avance de la
tecnología. Entonces tenemos diferentes situaciones que pueden derivar en accidentes: por un lado, pueden
ocurrir fallas en aviones, barcos, automóviles, trenes; por otro lado, muchas veces hacemos un uso
inadecuado de estos medios de transporte, colocándonos en situaciones imprevistas y provocando
accidentes. Antes de que inventáramos los aviones, automóviles y edificios no ocurrieron con
desencarnaciones involucrando estos recursos. Los inventamos, los usamos, los mantenemos, nos ocupemos
o no de su mejora y de las condiciones para su uso. Carreteras mal mantenidas; aeropuertos ubicados dentro
de las ciudades y con restricciones para expansiones; presiones por incrementar los resultados financieros
que terminan reduciendo la atención e inversiones en seguridad; todas estas situaciones son elecciones
humanas, elecciones hechas por nosotros los espíritus encarnados, y que muchas veces conducen a
situaciones que provocan la desencarnación de varias personas. presiones por incrementar los resultados
financieros que terminan reduciendo la atención e inversiones en seguridad; todas estas situaciones son
elecciones humanas, elecciones hechas por nosotros los espíritus encarnados, y que muchas veces
conducen a situaciones que provocan la desencarnación de varias personas. presiones por incrementar los
resultados financieros que terminan reduciendo la atención e inversiones en seguridad; todas estas
situaciones son elecciones humanas, elecciones hechas por nosotros los espíritus encarnados, y que muchas
veces conducen a situaciones que provocan la desencarnación de varias personas.
Y como tenemos una población en constante crecimiento, tenemos cada vez más lugares de reunión de
personas, como aeropuertos, estaciones de autobuses, supermercados, centros comerciales, grandes
eventos, discotecas, escuelas, hospitales. ¿Cuáles son los riesgos que estos ambientes pueden ofrecer a la
vida de quienes están allí? ¿Lo hemos pensado? ¿Hemos actuado en su prevención? Como espíritus
encarnados, todos somos parte del grupo responsable del patrón de vida establecido en la Tierra en este
momento.
En la visión espírita no hay destino. Hay justicia, que significa efectos consecuentes con las causas que los
originaron. Si actuamos en el sentido de prevención, ajuste de conducta, mantenimiento de la vida, tendremos
menos situaciones de desencarnación, independientemente de cuántas personas estén involucradas. Sin
embargo, si adoptamos explicaciones religiosas que eximen a la sociedad de su responsabilidad por tales
hechos, justificando las desencarnaciones en supuestos llamados procesos kármicos, estaremos aceptando
postergar aprendizajes importantes y repetir sufrimientos evitables.
Con base en estas reflexiones, ¿cómo podemos evaluar las desencarnaciones que ocurrieron recientemente
en la discoteca Kiss, en Santa Maria, RS?
¿Los espíritus desencarnados tienen alguna influencia en las desencarnaciones colectivas? Los
equipos espirituales pueden ser llamados a intervenir constructivamente en el sentido de prevenir algún
evento humano de gran trascendencia para la civilización, siempre que ello no limite el libre albedrío de las
personas. En el caso de las desencarnaciones colectivas, la influencia de los equipos espirituales es similar a
la de los equipos encarnados, es decir, es solidaria y se da después del evento.
¿Fueron los jóvenes que desencarnaron en la discoteca Kiss de Santa María espíritus responsables de
la muerte de personas en las cámaras de gas en Alemania?No sería más que una coincidencia que entre
esos jóvenes hubiera al menos uno de los participantes en aquellas atrocidades. A pesar de las similitudes
entre el método utilizado en los campos de concentración y el accidente de Santa María, los espíritus guías
dicen que no se trata de rescate, porque la intención de la Ley Mayor es aprender y no castigar. El concepto
humano de justicia, a través del método conocido como “ojo por ojo”, es una creación humana atribuida al rey
babilónico Hammurabi, aproximadamente 1800 años antes de Cristo. Al darse cuenta de la injusta
desproporción en el crimen y el castigo que prevalecía en su reino, promulgó leyes que disponían que las
penas no debían ser mayores que los delitos. Jesús trajo la evolución del concepto de venganza al proponer
el perdón a los enemigos como una forma de no perpetuar el dolor.
Pero, ¿dónde estaría la justicia si los perpetradores de atrocidades humanas no reciben su justo
castigo? El deseo de venganza es una imperfección del carácter humano. Así como aprendemos a imaginar
a Dios como un hombre fuerte, terminamos imaginando características humanas también por su
justicia. Jesús fue muy claro al cuestionar los méritos de perdonar a los que amamos y al insistir en que
debemos perdonar setenta veces siete a quienes nos han hecho daño. Debido a estas mismas
imperfecciones, existen numerosas formas en las que nosotros, los espíritus encarnados, aprenderemos
sobre la importancia de proteger la vida durante nuestras etapas de encarnación. Dentro del principio de amor
y perdón, no tiene sentido presuponer equipos espirituales encargados de aplicar “penas de muerte” a los
encarnados que han cometido errores en el pasado.
¿Cómo evaluar los mensajes de espíritus que confirman los rescates colectivos? Se dice que
Emmanuel le dijo una vez al médium Chico Xavier lo siguiente: "Si alguna vez digo algo diferente a lo que
dijeron Jesús y Kardec, quédate con ellos y abandóname". Evidentemente, no hay forma de abandonar el
tesoro invaluable de los principios, ideas, ejemplos e interpretaciones de Chico Xavier, como persona y como
médium; así como los contenidos traídos por los espíritus que lo guiaron. Ocurre que no reflexionar sobre el
conocimiento para actualizarlo es ralentizar la evolución. Debemos recordar que el Espiritismo es el estudio,
comprensión y práctica de los principios fundamentales de la Doctrina. Por lo tanto, debe estar en constante
movimiento evolutivo a través de su propia revisión.

Desencarnación Colectiva En La Visión Espírita


VERDAD Y LUZ
Es la desencarnación que se produce en los accidentes y catástrofes de todo tipo, que victimizan a un
pequeño o gran número de criaturas. Ocurre porque un grupo o grupos de espíritus comprometidos con
la misma deuda o deudas similares, en reencarnaciones anteriores, se asocian, incluso en la
espiritualidad, antes del renacimiento, con el fin de realizar “obras redentoras en rescates colectivos”.
Como está relacionada con las experiencias evolutivas, la desencarnación colectiva es prevista por los
Benefactores Espirituales, quienes acogen a los desencarnados inmediatamente, muchas veces en
puestos de ayuda establecidos por ellos a través de su voluntad/pensamiento, en la región de la catástrofe
o desastre.
El rescate de nuestras acciones contrarias a la Ley Divina, al bien y al amor puede ocurrir de muchas
maneras, incluso colectivamente. El objetivo, según "El Libro de los Espíritus", pregunta 737, es
"hacerlo avanzar más rápido" y las calamidades "a menudo son necesarias para que las cosas lleguen
más fácilmente a un mejor orden, teniendo lugar en unos pocos años". requieren muchos siglos”.

Además (cuestión 740), “son pruebas que dan al hombre la oportunidad de ejercitar su inteligencia, de
mostrar su paciencia y su resignación ante la voluntad de Dios, al mismo tiempo que le permiten
desarrollar sentimientos de abnegación, de desinterés y amor al prójimo”.
Y así, comprendemos el sentimiento de solidaridad que suscitan estas calamidades, ayudando a todos a
desarrollar el amor. Lo importante para los más directamente implicados, para que puedan progresar
debidamente, como se afirma en “El Evangelio según el Espiritismo”, capítulo 14, inciso 9, es “no
arruinarse por la murmuración”, porque “las grandes pruebas son casi siempre signo de cese del
sufrimiento y mejora del Espíritu, siempre que sean acogidos por amor a Dios”.
En esta frase seleccionada de “El Evangelio según el Espiritismo”, hay una información de gran
importancia: un indicio del perfeccionamiento del espíritu. ¿Y cuál sería el fin práctico de todo esto y
cómo actúan estos hechos en nuestro progreso, con qué fin?

La respuesta está en la Ley del Progreso, que determina al hombre un progreso incesante, sin retroceso,
en el campo intelectual y moral; cada uno tiene su tiempo, siguiendo su propio ritmo, y “si un pueblo no
avanza lo suficientemente rápido, Dios provoca, de vez en cuando, un choque físico o moral que lo
transforma” (“El Libro de los Espíritus”, pregunta 783) .
Como vemos, siempre se avanza, y cuando lo estamos bloqueando, Dios, en su infinita bondad y justicia,
se sirve de instrumentos que nos impulsan hacia adelante. El objetivo es llevarnos a cumplir la escala
evolutiva, dejando nuestra condición de espíritus moralmente imperfectos a la de espíritus regenerados,
hasta llegar a la condición de espíritus puros.
Esta transposición de moralmente imperfecto a regenerado marca la actual fase de transición que
estamos viviendo, llena de flagelos destructivos, calamidades, accidentes con un gran número de
muertos.
En los Evangelios según Mateo, Marcos y Juan, hay varias referencias a los signos precursores de una
transformación en el estado moral del Planeta, caracterizado por el anuncio de diversas calamidades que
golpearán a la humanidad y diezmarán a un gran número de personas, por lo que que, en la secuencia, se
instituya el reino del bien, la paz y la fraternidad universal, confirmando la predicción de que después de
los días de aflicción vendrán los días de alegría.
Lo que se anuncia en estos pasajes evangélicos no es el fin del mundo de manera absoluta y real, sino el
fin de este mundo que conocemos, en el que aparentemente el mal se superpone al bien y, como afirma
Allan Kardec en “Un Génesis” , capítulo 17, ítem 58, “el fin del mundo antiguo, del mundo dominado
por la incredulidad, por la codicia y por todas las malas pasiones a las que alude Cristo”.
Para que este nuevo mundo se arraigue (“El Génesis”, capítulo 18), es fundamental que la población esté
preparada para habitarlo. Para eso, todos tendremos que resolver algunos problemas de nuestro pasado,
construyendo nuestro progreso moral.
No hay transformación sin crisis, y las catástrofes y los cataclismos son crisis que sacuden a la
humanidad, despertándola a la solidaridad, a la fraternidad, al bien.
Tenemos, entonces, que ver a la humanidad como “un ser colectivo en el que se producen las mismas
revoluciones morales que en cada ser individual” (“El Génesis”, capítulo 18 inciso 12).
En este contexto, la fraternidad será la piedra angular del nuevo orden social, con progreso moral,
apoyado en el progreso de la inteligencia, asegurando la felicidad de los hombres en la Tierra.
Para que podamos habitar este nuevo mundo, no tenemos que renovarnos completamente. Según Kardec
(“El Génesis”, capítulo 18, ítem 33), “basta un cambio en las disposiciones morales”, y, para eso,
tenemos que equiparar las deudas del pasado y tomar conciencia de nuestra condición de espíritus
inmortales perfectibles, en la fase de desarrollo de nuestro potencial.
Como forma de acelerar esse processo de modificação da disposição moral, a presente fase é marcada
pela multiplicidade das causas de destruição, até como forma de estimular em nós o desenvolvimento de
nossas potencialidades no bem, pois “o mal de hoje há de ser o bem de manaña.
Sólo la educación del Espíritu podrá librarlo del mal, dándole condiciones para tomar los vuelos más
altos en el plan infinito de la vida. Lo importante en todo esto es mantener la calma, mirar hacia
adelante, visualizar el futuro, porque “la marcha del Espíritu es siempre creciente y ascendente”. Es
necesario averiguar cuánto bien eres capaz de hacer ahora para que tu propio crecimiento no se detenga”
(Portásio).
En todo ser humano, como señala el Espíritu Clelie Duplantier, en “Obras póstumas”, “existen tres
caracteres: el del individuo o la entidad en sí misma, el del familiar y el del ciudadano. Bajo cada una de
estas tres fases puede ser criminal o virtuoso; es decir, puede ser virtuoso como padre de familia y
criminal como ciudadano, y viceversa”.
Además, se puede suponer como regla general que todos aquellos que están ligados en una existencia
por compromisos comunes, ya han vivido juntos, trabajando para un mismo fin y se encontrarán en el
futuro, hasta que expien el pasado o cumplan la misión. ellos aceptaron.
Estas calamidades - si las miramos desde el punto de vista espiritual, fundamentando nuestra reflexión
en los principios de la Doctrina Espírita - tienen, por tanto, objetivos remediales que, según Joanna de
Ângelis, quitan las pesadas cargas psíquicas existentes en el ambiente y significan la realización de la
justicia integral, porque la Justicia Divina, para nuestro reequilibrio, recurre a métodos purificadores y
liberadores, de los cuales no podemos escapar.
Entonces, tocados por el dolor general, ayudemos y oremos, formando la corriente de la fraternidad y
estaremos construyendo una colectividad armoniosa, recordando siempre la advertencia del Espíritu
Hammed: “la función del dolor es ampliar los horizontes para vislumbrar realmente lo concreto
amorosos caminos de equilibrio.
Como el golpe al objeto puede modificarse, repensad y también cambiad vuestras acciones,
disminuyendo intensidades y frecuencias y recreando nuevos guiones en vuestra existencia”. De esta
forma, estaremos utilizando nuestros problemas como herramienta evolutiva, no perdiéndose en
murmuraciones, sino utilizando nuestro libre albedrío como herencia.
El progreso de todos los seres de la creación es el objetivo de todo lo que sucede, tengamos una
conciencia despierta y tratemos de comprender el mundo que nos rodea, conscientes de que la
solidaridad es el verdadero lazo social, no sólo para el presente, sino, como es en “Obras póstumas”, “se
extiende al pasado y al futuro, ya que los mismos individuos se encuentran y se reunirán para seguir los
caminos del progreso, ayudándose mutuamente.
Esto es lo que hace comprender el Espiritismo a través de la ley equitativa de la reencarnación y de la
continuidad de las relaciones entre los mismos seres”.
Y más: Gracias al Espiritismo, ahora se entiende la justicia de los juicios en tanto los consideramos una
amortización de deudas pasadas.
Las faltas colectivas deben ser expiadas colectivamente por quienes las practicaron juntos, y los
mentores siempre están trabajando, ayudándonos a todos, reuniéndonos en grupos para favorecer la
corrección del rumbo, apoyándonos y fortaleciéndonos para darnos cuenta de lo que debemos hacer. que
proponemos, además de equilibrarnos para que podamos ayudar al otro con nuestros pensamientos
positivos, los nuestros.

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