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El Acto Juridico Fraudulento
El Acto Juridico Fraudulento
En el antiguo derecho romano era la persona del deudor la que respondía por
sus obligaciones y en su fase privativa su incumplimiento lo sometía a las
penas corporales más rudas pudiéndosele reducir a la condición de esclavo.
Posteriormente la legislación se fue paulatinamente suavizando llegando a su
momento culminante cuando en el año 326 a. c.se promulgo la lex poetelia que
abolió la esclavitud por deudas e introdujo la bonorum venditio, con la que la
ejecución por deudas se hizo patrimonial y el acreedor se hacía pago con la
venta de los bienes del deudor. De este modo la responsabilidad personal por
deudas se fue atenuando y dio lugar a la aparición de la etapa del derecho
pretoriano de la denominada acción pauliana.
El código civil pese al epígrafe del título VII de su libro II legisla sobre el fraude
pero sin adoptar noción alguna. El epígrafe a nuestro parecer es equivoco en
cuanto se refiere al “fraude del acto jurídico” y por eso hemos preferido nominar
este capítulo como “el acto jurídico fraudulento”. El articulado de la materia lo
dedica al código civil a la regulación del ejercicio de la acción pauliana, de la
que su presupuesto en el fraus creditorum.
AUTONOMIA Y TIPICIDAD DEL ACTO JURIDICO O FRAUDULENTO
TRATAMIENTO SISTEMATICO
LA ACCION PAULIANA
SU EVOLUCION
Los actos jurídicos, que son tales, pues tienen total valides y surten sus efectos
contra los cuales procede la acción pauliana están genéricamente
considerados por el código civil, pues se refiere a ellos como actos de renuncia
de derechos, como actos de disposición gratuita u onerosa y como actos
constitutivos de garantía.
Los actos gratuitos son susceptible del remedio pauliano porque producen un
empobrecimiento, como es el caso de la donación (art. 1621), también la
condonación de obligaciones y la constitución de renta vitalicia, entre, otros.
El art. 195 se refiere a ellos como los actos gratuitos como los que el deudor
“disminuya su patrimonio y perjudiquen el cobro del crédito”, bastándole al
acreedor que insta la demostración de la gratuidad, pues conforme al aforismo
romano non debet lucrari ex alieno danmo, no debe lucrarse en daño ajeno, el
órgano jurisdiccional tiene que sacrificar el lucro del adquiriente para evitar el
daño al acreedor.
Los actos onerosos también pueden dar lugar al ejercicio de la acción pauliana
cuando comportan un daño al acreedor y el adquiriente tiene conocimiento de
ese daño o adquiere en connivencia con el fraudator para perjudicar al
acreedor. El art. 195 así lo establece pero preceptúa además que deben
ocurrir los requisitos que precisa en sus incisos 1 y 2 de los que nos
ocuparemos más adelante.
Ahora bien para que exista el perjuicio al acreedor es obvio que debe existir en
crédito que es el derecho del acreedor que la ley tutela mediante el remedio
pauliano. Tradicionalmente se consideraba que el crédito debía ser
preexistente a la fecha que el fraudator realizaba el acto de disposición.
La existencia del crédito así considerada, requería de fecha cierta para que se
pudiera considerar determinar la procedencia de la acción pauliana, pues era
su elemento probatorio. El articulo 1102 del código civil de 1936 acogió el
requisito de la preexistencia del crédito precisando que “solo los acreedores
cuyos créditos sean de fecha anterior al acto impugnado, podrán ejercitar la
acción revocatoria”. Olaechea, su ponente así lo dejo de manifiesto al señalar
que se “otorga el ejercicio de la acción pauliana, siempre que su titulo sea de
fecha anterior al acto impugnatorio”. León barandiaran confirmo que en efecto
el articulo 1002 solo exigía para que la acción prosperara que enmarca de
acreedor por crédito anterior al acto fraudatorio y que tal anterioridad había de
de demostrarse por el demandante de la acción. Pero, citando a Colin y
Capitant, advirtió que el acto de enajenación aunque fuera anterior al crédito,
podía ser impugnado si había sido realizado precisamente en atención al
crédito futuro, y a fin de privar por adelantado al futuro acreedor de las
garantías con que hubiera podido contar, por lo que en este caso no podía
decirse que el acreedor no sufría con el acto de disposición y que el motivo que
hacia excluir a los acreedores posteriores no se justificaba y por lo tanto no
debía subsistir esta exclusión.
El código civil ha seguido las ideas del maestro y así resulta el articulo 195
cuando es su inciso 1 se refiere a los créditos anteriores a los actos
fraudatorios y en el inciso 2, actos fraudatorios anteriores al nacimiento del
crédito. Además como lo hemos ya advertido, la norma esta tomada del articulo
2901 del código civil italiano respecto al cual Messineo considera que de
ordinario es necesaria la anterioridad del crédito, respecto al acto de
disposición porque antes de aquel tiempo el acreedor no era tal y el deudor no
podía proponerse perjudicarlo o tener conciencia de ello, que por otra parte el
acreedor no tiene interés en la declaración de ineficacia porque no tiene
derecho a contar sobre los bienes que no formaban ya parte del patrimonio de
deudor en el acto en que el derecho del crédito nació, pero que sin embargo si
el acto de disposición aunque anterior al nacimiento del crédito, hubiese sido
pre ordenado dolosamente por el deudor con la finalidad de perjudicar la
satisfacción de los derechos del acreedor ese acto esta sujeto a la declaración
de ineficacia, así como también que por igual motivo esta protegido por la
declaración de ineficacia el crédito nacido simultáneamente al acto de
disposición fraudulenta cuando pueda comprobarse, en ella la dolosa
preordenacion.
El inciso 2 esta referido al acto fraudulento anterior al acto jurídico que origino
el crédito y precisa que para el ejercicio de la acción pauliana se requiere que
el fraudator y el tercero es decir el adquirente de los bienes a titulo oneroso
hayan celebrado el acto perjudicial en concilium fraudis, esto es con el
propósito de perjudicar el crédito del futuro acreedor. La justificación de la
declaración de ineficacia radica en el concilium fraudis, sancionadose la mala
fe del adquirente por haberse prestado al propósito del fraudator de engañar al
futuro acreedor con la existencia de bienes que ya estaban fuera de su ámbito
patrimonial.
Como ya hemos señalado al considerar los actos contra los cuales procede la
acción pauliana, los actos constitutivos de garantías pueden configurar un fraus
Creditorum. Según el artículo 196: “para los efectos del artículo 195, se
considera que las garantías aun por deudas ajenas, son actos a titulo oneroso
si ellas son anteriores o simultaneas con el crédito garantizado.
LA VIA PROCESAL
Manteniendo el tratamiento diferente para los actos fraudatorios según sean
gratuitos u onerosos, el artículo 200, en primer párrafo, ha establecido las
correspondientes vías procesales. “la ineficacia de los actos gratuitos se tramita
como proceso sumarísimo, la de los actos onerosos como proceso de
conocimiento. Son especialmente procedentes las medidas cautelares
destinadas a evitar que el perjuicio resulte irreparable”. La norma ha sido
introducida por el código procesal civil (primera disposición modificatoria).
Para facilitar la prueba del eventus damni establece el articulo 195 “se presume
la existencia de perjuicio cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de
pagar íntegramente la prestación debida o se dificulta la posibilidad de cobro”.
Y en relación con el designio fraudulento: “se presume la intención del tercero
cuando conocía o estaba en aptitud de conocer el futuro crédito y que el deudor
carece de otros bienes registrados”. Como puede apreciarse se trata de
presunciones iuris tantum, pues no son apodícticas y puede ofrecerse prueba
en contrario para desvanecerlas al defenderse el acto de disposición atacado
con la acción pauliana.
Veamos cuales son los efectos o resultados que esta sentencia produce.
En efecto según el artículo 199. “el acreedor puede ejercitar frente a los
terceros adquirentes las acciones que le correspondan sobre los bienes objeto
del acto ineficaz. El tercero adquirente que tenga frente el deudor derechos de
crédito pendientes de la declaración de ineficacia no puede concurrir sobre el
producto de los bienes que han sido objeto del acto ineficaz sino después que
el acreedor haya sido satisfecho”. La norma fue tomada del proyecto de 1936
siendo su fuente el artículo 2902 del código civil italiano.
Los subadquirentes son aquellos que adquieren los bienes de quien a su vez
los adquirió del defraudator, se trata de establecer entonces la situación de
quienes vienen a ser los subadquirentes o ulterios adquirentes, pues la
situación del primer adquirente ha sido anteriormente considerada.
EL FRAUDE Y LA QUIEBRA
BIBLIOGRAFIA: