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EN EL PRIMER OTROSI:
Se Tenga Presente para efectos de notificación. EN EL SEGUNDO
OTROSI: Acompaña documentos. EN EL TERCER OTROSI: Se
Tenga Presente.
EXORDIO
El demandante de autos pretende hacerle creer a S.S. que una persona que es
propietaria y representante legal de una sociedad que -sólo con Canal 13- celebró
un contrato a tres años por $ 648.000.000.- (y que facturaba más de 18 millones
de pesos mensuales), habría sido víctima de una imposición de nuestra
representada que teóricamente no habría podido resistir. El carácter especulativo
de la demanda, queda aún más en evidencia si se considera la total libertad que
tenía don Daniel Alcaíno para, por medio de su personaje “Yerko Puchento”,
parodiar a muchas personalidades políticas y económicas del país (sin sentirse
presionado en ningún momento), y promocionar sus actividades comerciales
privadas.
Don Daniel Alcaíno era dueño de la marca “Yerko Puchento”, prestaba servicios
para diversas personas naturales y jurídicas distintas de Canal 13. Sus
cotizaciones previsionales (tal como lo reconoce la demanda) eran pagadas por un
tercero empleador, y no cumplía ningún indicio de laboralidad.
En las páginas siguientes, esta parte explicitará los elementos de hecho que, junto
a las excepciones y defensas formuladas, debieran llevar a S.S. a desestimar en
todas sus partes la demanda de autos.
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I EXPLICACION PREVIA DE LOS HECHOS
1. Durante períodos acotados de tiempo, nuestra representada celebró con la
empresa ALCAÍNO PRODUCCIONES LIMITADA (RUT Nº 77.893.240-7)
contratos de prestación de servicios en virtud de una relación contractual de
carácter civil o comercial, fundado en servicios esporádicos y carentes de
continuidad, los cuales fueron celebrados libre y espontáneamente por las
partes. La sociedad ALCAÍNO PRODUCCIONES LIMITADA tiene dentro de su
objeto social la producción de eventos culturales, teatrales, servicios
profesionales, y capacitación artística, entre otros.
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existiría una presunta relación de trabajo en todos aquellos períodos cubiertos
por los finiquitos. En dichos instrumentos el actor declara perentoriamente,
ante Notario Público, sin reserva de ninguna especie, que los servicios
ejecutados por la sociedad, y por él mismo, no constituían vínculo de
subordinación y/o dependencia.
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4. El contrato de fecha 01 de febrero de 2017, al cual se ha hecho referencia en
los números anteriores, terminó de acuerdo a las reglas generales establecidas
en el mismo contrato el día 31 de enero de 2020.
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mayor abundamiento, tampoco se hace reserva con respecto a una hipotética
nulidad de los finiquitos celebrados en razón de vinculaciones anteriores.
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8. Las cotizaciones del actor eran pagadas por él mismo o por un tercero
empleador.
No obstante, este elemento resulta esencial. Por una parte, si las cotizaciones
previsionales del señor Alcaíno se encuentran pagadas por él o por un tercero
empleador, ello es un indicio suficiente para eliminar cualquier presunción de
existencia de un contrato de trabajo con nuestra representada. Sólo puede ser
reputado como empleador, aquél que paga las cotizaciones, (y desde luego,
Canal 13 no lo era).
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desempeñaba un personaje de nombre “Mario”); y para MEGAVISIÓN también
prestó servicios en el año 1999. Es decir, durante todo el tiempo que -según la
demanda- el señor Alcaíno prestaba servicios exclusivos para Canal 13,
igualmente lo hacía para otros canales de televisión abierta (y que son
competencia de nuestra representada).
Pero hay más: en materia teatral, él señor Alcaíno desempeñó las siguientes
actuaciones: (i) Yerko al poder (2013); y (ii) Yerko clandestino (2019-hasta el
presente). En ambos casos, representaba al personaje Yerko Puchento.
También, y a mayor abundamiento, en el año 2015 protagonizó la obra
audiovisual “Francine”, realizada para el taller de realización de cine de la
Universidad del Desarrollo.
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10. Los últimos servicios en que participó el actor y la sociedad ALCAÍNO
PRODUCCIONES LIMITADA, se verificaron en el mes de junio de 2019.
Después de esa fecha, el señor Alcaíno no realizó ninguna actividad para
Canal 13 (aun cuando, el Canal siguió cumpliendo con el contrato civil de
prestación de servicios). Concluido el contrato con fecha 31 de enero de 2020,
ningún reclamo se formuló sobre la naturaleza de ese instrumento y los efectos
que se derivaban del mismo.
11. En otro orden de ideas, cabe hacer presente S.S. que las facturas emitidas a
Canal 13 por la sociedad ALCAÍNO PRODUCCIONES LIMITADA no eran
continuas; y claramente se emitían facturas para otros destinatarios.
En efecto, si se compara por ejemplo el período que corre entre enero de 2019
y diciembre del mismo año, podrá observarse que la sociedad Alcaíno
Producciones Limitada emitió más de 25 facturas en un año. Pues bien, de ese
total, sólo 12 se emitieron para Canal 13.
Esto deja en evidencia que el actor no tenía ninguna exclusividad con nuestra
representada, que prestaba servicios de manera abierta e indisimulada para
otros destinatarios, y que claramente no cumplía jornada laboral alguna.
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Lo que resulta inaceptable es que, ahora se argumente que nuestra
representada habría obligado al actor a constituir una sociedad comercial
(como temerariamente se afirma en la demanda). Si así fuese, no se explica
cómo la sociedad ALCAÍNO PRODUCCIONES LIMITADA tenía tal nivel de
actividad comercial. Tan insólito es el argumento del demandante que, en la
propia demanda se aclara que existió una sociedad que la tuvo que dejar sin
efecto por problemas con su contador.
12. Uno de los personajes que el señor Alcaíno escenificaba en pantalla era el de
“Yerko Puchento”. Por ejemplo, en el programa Vértigo (que se emitía una vez
a la semana), él hacía una presentación acotada en el tiempo de algunos
minutos de presentación.
13. Los suscritos no desean terminar la exposición de los hechos sin plantear una
cuestión de racionalidad jurídica. Canal 13 es una estación de televisión con
varios cientos de trabajadores de planta. Todos ellos mantienen un contrato
laboral, que se ajusta rigurosamente a las exigencias de la normativa legal
actualmente vigente. En ese contexto S.S., ¿qué interés podía tener este
Canal de Televisión en disfrazar una relación jurídica, negando una hipotética
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relación laboral?; ¿qué intencionalidad maliciosa puede atribuírsele a este
Canal de Televisión, ante el cúmulo de antecedentes que acreditan la
extralaboralidad del vínculo (v. gr., contratos civiles, finiquitos, actividades
esporádicas, tareas de mero entretenimiento, falta de exclusividad del
demandante, etc.).
No hay que olvidar S.S. que constituye un deber del demandante, como se
expresa en el artículo 446 n° 4 del Código del Trabajo, el incluir en su demanda
“la exposición clara y circunstanciada de los hechos y consideraciones de
derecho en que se fundamenta”, de modo que la contraria no puede pretender
que el Tribunal le otorgue las indemnizaciones y prestaciones reclamadas en
base a hechos que no fueron jamás introducidos por la parte a la litis, que
están por tanto fuera del ámbito de los hechos sobre el cual las partes
entregaron competencia al Tribunal para conocer y resolver este conflicto en
particular.
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b. Teniendo presente lo anterior, los suscritos refutan todos los antecedentes de
hecho sostenidos en la demanda y que eventualmente puedan esgrimirse
como fundamento de la pretensión del actor, salvo por cierto aquellos que
expresamente se reconocen en el presente escrito.
d. No es efectivo que el actor haya prestado servicios bajo las órdenes laborales
de otra persona en Canal 13. Como ya se ha señalado en la parte
correspondiente a los hechos, nuestra representada contrató a la sociedad
ALCAÍNO PRODUCCIONES LIMITADA, con RUT N° 77.893.240-7, para que
realizara un servicio específico consistente en la teatralización de un personaje
en determinados programas de Canal 13. En la celebración de esos contratos,
el actor actuaba como socio y representante legal de la persona jurídica que
asumía el encargo.
g. El señor Alcaíno nunca tuvo oficina en Canal 13, tampoco debía cumplir un
horario determinado, o concurrir periódicamente a las dependencias de esta
estación televisiva. Incluso, según ha tomado conocimiento esta parte, durante
el tiempo de ejecución de los contratos de arrendamiento de servicios, el señor
Alcaíno mantenía otras actividades retribuidas para diversas personas
naturales o jurídicas y por las cuales emitía facturas de la sociedad (tal como
se acreditará en la etapa procesal correspondiente).
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i. Los personajes que escenificaba el señor Alcaíno no pertenecían a Canal 13.
Por ejemplo, y según ha podido saber nuestra representada, la marca del
personaje “Yerko Puchento” (que el demandante representaba en el programa
Vértigo) está inscrita a nombre del actor de autos. Si eso es así, se enerva
cualquier posibilidad de ajenidad o subordinación por parte del señor Alcaíno.
Como se sabe, uno de los aspectos del trabajo regulado por la legislación
laboral es aquél en el cual existe una ajenidad en los medios y en el mercado.
A todas luces, ello no existe en el caso del demandante pues él no solamente
era dueño de la marca “Yerko Puchento” sino que además con dicha marca él
podía acceder al mercado de los consumidores finales sin la intermediación del
Canal de televisión demandado.
Más aun, durante el tiempo que hipotéticamente –de acuerdo a los dichos de la
demanda- existía relación laboral con nuestra representada, el actor o un
tercero empleador pagó las cotizaciones previsionales del señor Alcaíno
(cuestión que se reconoce en la página 16 de la propia demanda).
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n. No es efectivo lo que se señala en la demanda, en orden a que en “aquellos
períodos en que no existía grabación o preparación de series o teleseries ni
emisión de programas en vivo, de todas maneras me encontraba a disposición
del empleador para participar en la promoción o en sus diversos programas”.
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Sostener lo anterior simplemente rebasa cualquier racionalidad. El nivel de
actividad comercial que tenía el demandante, la libertad que ostentaba en sus
actuaciones, demuestra un poder de negociación del demandante en este
sentido mucho más próximo a una relación simétrica que a una determinada
por el poder de una parte sobre la otra.
Tan evidente es lo anterior que, el actor no entabla una demanda por despido
injustificado o por despido indirecto (cuestión desde luego, completamente
improcedente).
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III EL DERECHO. OPONE EXCEPCIONES, DEFENSAS Y/O
ALEGACIONES
A nuestro juicio S.S., la sola descripción de los hechos deja en evidencia que, en
la especie, no existía vínculo laboral alguno entre el demandante y Canal 13. Con
todo, los suscritos desean reafirmar algunas cuestiones de carácter jurídico, que
fundamentan la posición adoptada hasta ahora por el Canal de Televisión.
III.1) Excepciones
1) Entabla excepción de incompetencia
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Por tanto, queda totalmente establecido que las partes estaban vinculadas por un
contrato civil y que, en dicho contrato el actor de autos actuaba como socio y
representante legal de la mencionada sociedad. Es ese instrumento jurídico el que
alega el actor para intentar fundar la existencia de una hipotética relación laboral
con nuestra representada.
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Esta cláusula S.S., unida a otras del contrato de prestación de servicios suscrito
por el demandante, acreditan irrefutablemente la incompetencia del tribunal.
En ese finiquito, las partes dejaron constancia que el vínculo que las unía, así
como la naturaleza de los servicios, era de carácter civil. Más aun, el demandante
señalaba expresamente que en su relación jurídica con Canal 13 no existió vínculo
de subordinación o dependencia.
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“PRIMERO: Las partes declaran que hasta el día 31 de enero de
2014, don Daniel Alcaino Cuevas, ya individualizado, en adelante
el "Profesional", a través de la Sociedad prestó servicios a Canal
13 en virtud de contratos de naturaleza civil, regidos por las
normas del Código Civil, los cuales no daban origen a vínculo de
subordinación y dependencia.
Este tipo de instrumentos, sobre los cuales la demanda no abunda mayormente (ni
siquiera los identifica), fueron celebrados ante ministro de fe y dejan al descubierto
que durante el tiempo que el actor reclama una presunta vinculación laboral, lo
que existió en verdad fue un servicio de naturaleza civil.
La anterior no deja lugar a dudas sobre la incompetencia que tiene el tribunal, para
conocer de demandas de restitución. Independientemente de la circunstancia de
que el actor (o un tercero empleador) haya pagado o no las cotizaciones de
seguridad social ante la AFP y la Isapre o Fonasa, lo concreto es que la demanda
constituye una típica acción de restitución. En ese contexto, lo que el actor debió
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haber hecho es demandar ante la jurisdicción civil, o ante el juez arbitral, la
eventual restitución de estas cantidades (que, por cierto, esta parte desconoce).
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instrucciones específicas o, en fin, a otros indicios genéricos que en verdad no
concurren en la especie.
De allí que esta parte desea reiterar que resulta evidente que el señor Alcaíno
podía desempeñar funciones sin ningún sometimiento a los indicios de
subordinación o dependencia. Tan evidente es lo anterior que, de la simple lectura
de la demanda no existe ningún antecedente concreto que permita afirmar la
existencia de un vínculo laboral. En efecto, el demandante abunda en referencias
a sus funciones, u objetivos encomendados, pero nada aporta de manera
específica que permita afirmar la presunción de laboralidad. En ese contexto, sólo
cabe rechazar de plano la demanda.
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laboral, especialmente en relación a la subordinación y dependencia. En efecto, el
actor no estaba sujeto a horario alguno sino aquél necesario para desarrollar sus
servicios, no era parte de la planta de trabajadores de la demandada y por lo tanto,
ejercía sus labores en forma libre e independiente, siendo remunerado con honorarios
variables. En este sentido, se hace necesario destacar, que el hecho de que los
responsables de cada programa emitieran directrices para el desarrollo de los mismos
o que sus ensayos o grabaciones se efectuaran dentro de determinados horarios, todo
lo que obligaba al demandante, no implica, per se, la vigencia de una relación laboral,
sino el marco mínimo necesario para el desarrollo de las tareas pertinentes y sin el
cual resulta difícil concebir el cumplimiento de los objetivos que se tuvieron en vista,
precisamente, al generarse el vínculo”. (Sentencia CORTE SUPREMA de 25 de
octubre de 2006. Causa Nº de Ingreso 771-2005).
“Sexto: Que los elementos de convicción detallados en los fundamentos del fallo
atacado, analizados en conformidad a la lógica y a la experiencia conducen a
establecer que no existió una relación en los términos del artículo 7º del Código del
Trabajo, por cuanto, además, de los respectivos convenios agregados que dan cuenta
de una prestación de servicios a honorarios, no se advierten en el nexo de que se
trata los elementos propios de una vinculación de naturaleza laboral. En efecto, en
primer lugar, las funciones que cumplía el actor, esto es, comentarista, relator,
conductor y/o animador se relacionan con encargos genéricos, aunque propios de su
especialidad, como lo eran programas deportivos que le encargara la Corporación, o
específicos, como la transmisión de programas de fútbol o eventos de naturaleza
también deportiva que se desarrollaban por lapsos determinados, en los cuales era su
opinión la que primaba y los llevaba a cabo conforme a su saber y entender, sin
perjuicio de las directrices generales que podía entregarle el director del respectivo
programa. En cuanto a los comentarios o forma de exponer, ninguna instrucción
recibía de su contraparte, lo que resulta ilógico concebir, si se considera que se trata
del ejercicio de una especialidad, cuyo conocedor era el demandante, quien conducía
u orientaba el programa de acuerdo a sus conocimientos. Tampoco se evidencia el
cumplimiento de horario, salvo la asistencia a determinadas reuniones y la transmisión
respectiva. Séptimo: Que, en tales condiciones, esto es, no habiéndose acreditado
uno de los presupuestos esenciales de una relación laboral, es decir, la subordinación
y dependencia, constando sólo instrucciones genéricas y reuniones de pauta que el
actor debía seguir y asistir, no es posible, sin infringir las reglas de la sana crítica,
llegar a una conclusión distinta de la ya asentada en este fallo y al decidir lo contrario,
en la sentencia impugnada, se han infringido las normas contenidas en los artículos 7,
8, 455 y 456 del Código del Trabajo, infracciones que constituyen los errores de
derecho denunciados en el recurso que se examina” (Sentencia de la CORTE
SUPREMA de 20 de diciembre de 2006. Causa Nº de Ingreso 2450-2005).
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2) Entabla excepción de falta de legitimación activa y pasiva.
Aun cuando esta parte rechaza cualquier posibilidad de existencia de una relación
laboral entre nuestra representada y el actor de autos, viene de todas formas en
interponer la excepción de falta de legitimación activa y pasiva. De los
antecedentes narrados en el presente escrito, así como de los documentos y
demás probanzas que se acompañarán en la etapa procesal correspondiente,
queda en evidencia que en la presente causa cabe acoger las excepciones de
falta de legitimación activa y pasiva:
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En efecto, varios de los programas o series que menciona en su demanda fueron
ejecutados por empresas completamente ajenas a nuestra representada. Así
ocurre, por ejemplo, cuando el demandante señala que -dentro de los programas
o series en los cuales habría actuado- se encontraban las denominadas “Reina de
Franklin” y/o “Carcamales”. En efecto, y como se acreditará en la etapa procesal
correspondiente, Canal 13 celebró un contrato de prestación de servicios con la
empresa Asesorías, Producciones e Inversiones AG S.A., por la cual esta última
empresa realizó la teleserie “La Reina de Franklin”. Lo mismo ocurrió en el caso
de la teleserie “Los Carcamales”, cuya producción estuvo a cargo de la empresa
Chasqui Chile SpA en virtud de un contrato comercial celebrado con nuestra
representada.
En virtud de todos estos antecedentes, esta parte entabla las excepciones de falta
de legitimación activa y pasiva.
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3) Entabla excepción de finiquito en relación con cualquier prestación
realizada con anterioridad al 01 de febrero de 2017
Aun cuando esta parte rechaza cualquier posibilidad de existencia de una relación
laboral entre nuestra representada y el actor de autos, viene de todas formas en
interponer la excepción de finiquito. En efecto, la parte demandante ha pretendido
sostener que el actor de autos habría estado vinculado con Canal 13 en virtud de
contratos de prestación de servicios que dejarían en evidencia una supuesta
relación laboral sostenida en el tiempo (desde el año 1999 en adelante). Con todo,
las aseveraciones contenidas en la demanda pretenden desconocer la existencia
de finiquitos legalmente celebrados entre las partes, sobre los cuales no se
formuló reserva alguna, y cuyo efecto es precisamente el de cosa juzgada.
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naturaleza civil, regidos por las normas del Código Civil, los cuales no
daban origen a vínculo de subordinación y dependencia.
La suscripción de los finiquitos al cual se hace referencia, sin reserva alguna, deja
en evidencia la completa extralaboralidad del vínculo que, unido a otros elementos
de convicción, permiten afirmar que las prestaciones de la sociedad y de su
representante legal eran esporádicas, sin continuidad y sin voluntad de obligarse
al estilo de un contrato de trabajo.
• El finiquito hace posible aplicar, en relación al período cubierto por los mismos,
la excepción de cosa juzgada, de conformidad con lo establecido en el artículo
2460 del Código Civil: “La transacción produce el efecto de cosa juzgada en
última instancia; pero podrá impetrarse la declaración de nulidad o la rescisión,
en conformidad a los artículos precedentes”.
• Los finiquitos suscritos legalmente por el actor, en estos períodos, fueron sin
que se estampara reserva alguna por parte del demandante. Por tanto, no
resulta admisible que venga en esta etapa procesal a restarle valor a dichos
instrumentos.
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Más aún, la única reserva estampada por el actor se efectuó con respecto al
contrato que corre entre 01 de febrero de 2017 y 31 de enero de 2020 (tal
como consta en el documento acompañado en un otrosí). En ningún pasaje de
esta reserva se objeta la antigüedad, ni tampoco se hace referencia a que se
reclamarán prestaciones desde el año 1999 hasta el presente. A mayor
abundamiento, tampoco se hace reserva con respecto a una hipotética nulidad
de los finiquitos celebrados en razón de vinculaciones anteriores.
• Por último S.S. cabe hacer presente que la contraria, en la parte petitoria de la
demanda, no ha solicitado expresamente la nulidad de los finiquitos en
cuestión. En dicho orden de cosas, el tribunal no puede restarle valor a dichos
instrumentos, y declararlos nulos, pues incurriría en un vicio de ultra petita.
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A todas luces, la aparente reserva es bastante más restrictiva que las
prestaciones que se reclaman en la demanda. Por ejemplo, la constancia
estampada nada dice sobre reclamar una antigüedad en el eventual empleo
desde el año 1999 en adelante. Tampoco se hace reserva de acciones para
demandar la nulidad de los finiquitos celebrados con anterioridad al 11 de
marzo de 2020.
Esta parte niega cualquier vínculo laboral con el actor. Rechaza cualquier
pretensión en ese ámbito. Sin embargo, atendido el tenor de la reserva y del
finiquito que se suscribió con fecha 11 de marzo de 2020, se encuentra en la
obligación de dejar en evidencia que algunas prestaciones reclamadas en la
demanda rebasan la seuda reserva de derechos formulada en el finiquito de 11
de marzo de 2020 (y por tanto deben ser rechazadas).
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Por tanto, por aplicación de las reglas generales, para que una persona se
obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es en todo caso menester
que esta recaiga sobre un objeto, que a su vez debe ser determinado. Ello
también resulta aplicable a la constancia plasmada en el finiquito, el que no
puede dejar dudas respecto a su alcance, de manera tal que al entendimiento
de una persona con sano ejercicio de la razón significa que el querer de los
suscribientes no es otro que el de desligarse para siempre, asumiendo con
plena conciencia que nada subsistente queda pendiente. La indeterminación
no es causal y es imposible definir la finalidad y destino del hipotético reclamo
ulterior. Por tanto, la seuda reserva de derechos contenida en un finiquito debe
ser específica y determinada.
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hacerlo no puede que el tribunal determine eventuales vicios si no se le indica
expresamente. Por tanto, si la demanda no ha solicitado la nulidad de los finiquitos
suscritos por el actor, éstos mantienen todo su poder liberatorio.
Además, supondría pasar por alto las exigencias de cosa juzgada. A mayor
abundamiento, el desconocimiento del valor probatorio de los finiquitos implicaría
una infracción a la norma del artículo 2446 y 2460 del Código Civil, y al artículo
177 del Código del Trabajo.
Sobre el particular, el inciso primero del artículo 510 del Código del Trabajo
señala expresamente que “los derechos regidos por este Código prescribirán
en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigible”.
Si el contrato de prestación de servicios sobre el cual se efectuó la reserva en
el finiquito, comenzó a regir a partir del 01 de febrero de 2017, entonces cabe
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aplicar la prescripción frente a cualquier reclamo que intente abarcar períodos
de tiempo de otros contratos de prestación de servicios anteriores al plazo de
prescripción del artículo 510 y sobre los cuales se suscribió finiquito.
b) La excepción de prescripción y/o caducidad del inciso segundo del artículo 510
del Código del Trabajo: “En todo caso, las acciones provenientes de los actos y
contratos a que se refiere este Código prescribirán en seis meses contados
desde la terminación de los servicios”.
Además, el plazo de seis meses señalado en el inciso segundo del artículo 510
del Código del Trabajo también es aplicable al término de la relación jurídica
que corre entre 2014 y 2017. No cabe duda que, si dicha relación jurídica fue
extinguida mediante finiquito en el mes de enero de 2017, el plazo de seis
meses para entablar acciones se encuentra completamente cumplido.
c) La excepción de prescripción y/o caducidad del inciso tercero del artículo 510
del Código del Trabajo, en lo que respecta a la nulidad del despido por no pago
de cotizaciones. Si el demandante pretende cobrar prestaciones en razón de
una supuesta nulidad del despido por aplicación del inciso quinto del artículo
162 del Código del Trabajo, después de haber transcurrido seis meses desde
la suspensión de los servicios, entonces deberá aplicarse de manera inmediata
por el tribunal la respectiva prescripción y/o caducidad.
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“El 28 de junio de 2018, cuando se emitió el último capítulo
de “Vértigo”, fue la última aparición televisiva de Yerko
Puchento, el personaje que Daniel Alcaíno interpreta hace
18 años y que ha mantenido vivo con el show Yerko
Clandestino, que estrenó en julio y que el sábado 19 de
octubre presentará ante cuatro mil personas en el Gran
Arena Monticello. “Sería un orgullo sin pantalla llenar el Gran
Arena Monticello, eso nos hablaría de que hay mucha gente
que tiene la necesidad de escucharnos”, dice el actor.
Sobre el particular, hago presente a V.S. que el inciso tercero del artículo 510
del Código del Trabajo señala lo siguiente: “Asimismo, la acción para reclamar
la nulidad del despido, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 162,
prescribirá también en el plazo de seis meses contados desde la suspensión
de los servicios”.
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III.2) Defensas y alegaciones
7) LA RELACIÓN QUE UNÍA A LAS PARTES ERA DE CARÁCTER CIVIL Y NO
LABORAL
Durante la tramitación del proceso, esta parte allegará los medios de prueba
pertinentes que acrediten que efectivamente el actor no mantenía un vínculo de
subordinación o dependencia con Canal 13. En dicha perspectiva, y antes de
hacer referencia a otras alegaciones y/o defensas, los suscritos desean aclarar
que la demanda se funda en hechos que no son jurídicamente correctos, ya que el
demandante no mantenía un vínculo de subordinación o dependencia con el
demandado y sólo actuaba como socio y representante legal de una persona
jurídica.
De allí que esta parte desea reiterar la idea que, no existe ningún antecedente ni
en la demanda ni en la realidad de los hechos que permita concluir que el señor
Alcaíno, ni la sociedad de la cual era socio y representante legal, desempeñaba
funciones con sometimiento a los indicios de subordinación o dependencia, y que
su relación contractual se regía por las normas del Código Civil y no del Código
del Trabajo. En ese contexto, sólo cabe rechazar de plano la demanda.
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7.2) La inexistencia de otros indicios de laboralidad
Por otra parte, resulta poco creíble, y pugna con la racionalidad propia que
debe imperar en la calificación de los hechos, la circunstancia esgrimida por el
actor en orden a que sus tareas le exigían la concurrencia diaria y periódica a
Canal 13. Esta parte no solo rebate expresamente esa afirmación sino que,
además, ello no se condice ni con la experiencia ni con la racionalidad de los
servicios de cualquier trabajador de planta de esta estación televisiva.
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c) No existía exclusividad. El actor ha fundado implícitamente su demanda, entre
otras cosas, en una supuesta exclusividad. Ciertamente, aquí existe una
confusión en cuanto al alcance jurídico de las obligaciones. La exclusividad a
que hace referencia la demanda no tiene nada que ver con los deberes de
exclusividad y reserva propias de una actividad comercial. Como el mercado
chileno de la televisión abierta es tan restringido, resulta lógico que los
profesionales y entidades que se relacionan con estas organizaciones estén
sometidos a deberes de exclusividad. Y eso es por razones obvias, pues la
actividad comercial también tiene deberes de exclusividad en el mercado
específico de la televisión abierta.
Pero la exclusividad que hemos anotado en el párrafo anterior, nada tiene que
ver con la exclusividad de carácter laboral. De hecho, si se analizan las
facturas emitidas por la sociedad de la cual era representante el señor Alcaíno
podrá comprobarse que no eran continuas y que él tenía amplia libertad para
desempeñar cualquier otra actividad durante la semana.
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jurídica que los vinculaba. Ello supone dimensionar adecuadamente un indicio que
tradicionalmente la jurisprudencia ha utilizado para calificar la relación contractual, y
que en este caso nos permite afirmar que ni la sociedad Alcaíno Producciones
Limitada, ni el señor Alcaíno, tenía ninguna voluntad ni intención de obligarse
laboralmente.
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Lo expuesto supone reconocer que la voluntad de los contratantes, expresada a
través de los documentos suscritos por el propio señor Alcaíno, no puede ser
soslayada: debe considerarse como un elemento prioritario al momento de descubrir
cuál ha sido la verdadera intención que ellos han tenido al momento de pactar esta
relación jurídica.
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transmisión de programas de fútbol o eventos de naturaleza también deportiva
que se desarrollaban por lapsos determinados, en los cuales era su opinión la
que primaba y los llevaba a cabo conforme a su saber y entender, sin perjuicio
de las directrices generales que podía entregarle el director del respectivo
programa. En cuanto a los comentarios o forma de exponer, ninguna instrucción
recibía de su contraparte, lo que resulta ilógico concebir, si se considera que se
trata del ejercicio de una especialidad, cuyo conocedor era el demandante,
quien conducía u orientaba el programa de acuerdo a sus conocimientos.
Tampoco se evidencia el cumplimiento de horario, salvo la asistencia a
determinadas reuniones y la transmisión respectiva. Séptimo: Que, en tales
condiciones, esto es, no habiéndose acreditado uno de los presupuestos
esenciales de una relación laboral, es decir, la subordinación y dependencia,
constando sólo instrucciones genéricas y reuniones de pauta que el actor debía
seguir y asistir, no es posible, sin infringir las reglas de la sana crítica, llegar a
una conclusión distinta de la ya asentada en este fallo y al decidir lo contrario,
en la sentencia impugnada, se han infringido las normas contenidas en los
artículos 7, 8, 455 y 456 del Código del Trabajo, infracciones que constituyen
los errores de derecho denunciados en el recurso que se examina” (Sentencia
de la CORTE SUPREMA de 20 de diciembre de 2006. Causa Nº de Ingreso
2450-2005).
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de trabajo consagrada en el artículo 7º del Código del Trabajo, que exige para
acreditar la existencia de una relación laboral la concurrencia de una voluntad
específica que de origen a un vínculo de trabajo. Por ello, si falta voluntad de
obligarse laboralmente, resulta imposible acreditar la existencia de un contrato de
trabajo. Dicho de otra manera S.S., la voluntad expresa de los contratantes,
libre y espontáneamente declarada, en orden a no obligarse laboralmente, deja
de manifiesto que la voluntad de las partes no fue la de vincularse como
empleador y trabajador, sino como un prestador independiente no sujeto a
vínculo de laboralidad.
c) El artículo 1545 del Código Civil dispone expresamente que “todo contrato
legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”. En esta
perspectiva, la demanda pretende desconocer las cláusulas expresas de los
contratos de prestación de servicios suscritos por el señor Alcaíno en su
calidad de socio y representante legal de la empresa Alcaino Producciones
Limitada, en orden a que no existía voluntad de obligarse laboralmente, y a que
el actor no debía cumplir los indicios propios de un contrato de trabajo.
Un criterio diverso llevaría a sostener que uno de los contratantes (la parte
demandante) se beneficia de su propio dolo, cuestión que resulta inadmisible
desde la óptica jurídica y fundamentalmente por lo preceptuado en el artículo 44 y
1683 del Código Civil. En el fondo, quienes dieron vida a una relación jurídica de
carácter civil, sostenida en el tiempo, no pueden pretender aprovecharse de una
supuesta situación fraudulenta invocando una realidad que la invalida, si todos
los intervinientes en el contrato eran conscientes de la existencia de tal realidad.
38
“(...) tampoco cabe que una parte atribuya a la otra voluntad de
eludir una norma determinada, alegando para ello una
situación personal inherente a ella misma y que debió destacar
desde el primer momento (...). (...) del contrato en que
intervenga fraude de la Ley no puede derivarse acción de
cumplimiento para el que lo produjo, pues viciada desde su
origen la relación entre partes, queda fuera de la esfera de
aplicación del derecho, incluso del llamado necesario, y queda
establecida una relación de hecho cuya trascendencia
dependerá de que el fraude se produjera por una o por ambas
partes” (vid., GALIANA MORENO, Jesús María, “El fraude de
ley en las relaciones de trabajo: un análisis jurisprudencial”. En
Cuestiones Actuales de Derecho del Trabajo. Estudios
ofrecidos por los catedráticos españoles de Derecho del
Trabajo al profesor Manuel Alonso Olea. Madrid, 1990, p. 450).
Para resumirlo en una sola idea S.S.: la demanda, al tradicional in dubio pro
operario suma ahora un fuerte In dubio pro Iure Laborale, que parte de una
implícita sospecha general de fraude ante una prestación de cierta continuidad
no instrumentada a través del cauce del contrato de trabajo. En esta lógica, el
actor no puede pretender beneficiarse de una situación teóricamente irregular,
pero que era de su conocimiento, que él mismo validaba y que jamás reclamó
durante la ejecución del vínculo. Aceptar esta conducta simplemente quebranta
las reglas generales en orden a que nadie puede aprovecharse de su propio
dolo.
39
determinada pretensión. Dicho obrar deja en evidencia que entre la conducta
anterior y la pretensión posterior existe una incompatibilidad o contradicción,
cuestión que obliga a impedir el ejercicio del derecho contradictorio propuesto.
40
la doctrina de los actos propios, se nutren con el elemento estructural de
la buena fe, o, lo que es igual, con la idea contraria de la mala fe, fraude,
dolo, engaño, etc., que las figuras nombradas como efecto rechazan; 8º.-
Que ‘la doctrina de los actos propios es un principio general de derecho
fundado en la buena fe, que impone un deber jurídico de respeto y
sometimiento a una situación jurídica creada anteriormente por la
conducta del mismo sujeto, evitando así la agresión a un interés ajeno y
el daño consiguiente’ (Fernando Fueyo Laneri. Instituciones de Derecho
Civil Moderno. Pág. 310). La doctrina de los actos propios encuentra un
buen concepto en Ennecerus: “A nadie es lícito hacer valer un derecho en
contradicción con su anterior conducta, cuando esta conducta justifica de
que no se hará valer el derecho, o cuando el ejercicio posterior choca
contra la ley, las buenas costumbres o la buena fe (prohibición del venire
contra factum propium; estoppel en el derecho inglés)’ (citado por Jorge
López Santamaría. Intereses devengados por indemnización contractual
de perjuicios. Doctrina de los actos propios o Estoppel: Revista de
Derecho y Jurisprudencia. Tomo LXXXII, 1ª parte, sec. Derecho, pág. 33).
9º.- Que son requisitos para la procedencia de este principio los
siguientes: a) una conducta anterior relevante y eficaz; b) una conducta
posterior de parte del mismo sujeto, contradictoria con la anterior; c) una
pretensión que, de admitirse, perjudique a la contraparte jurídica, y d) la
identidad de sujetos que actúan y se vinculan en ambas conductas. 10º
(…) 11º (…) 12º.- Que el tercer requisito: la prohibición del venire contra
factum propuim es, ante todo un dique contra la veleidad y contra los
cambios de parecer nocivos para terceros. El cambio de parecer no es
amparado en cuanto supone una contravención a la buena fe y una lesión
a las disposiciones que los terceros han podido adoptar, sobre la base de
la confianza que en ellos haya podido suscitar la actitud de la persona. Al
respecto, debemos tener presente que las partes con fecha 17 de mayo
de 2001 se otorgaron recíprocamente finiquito (...) renunciando
expresamente a las acciones y derecho que pudieren emanar de dicho
contrato o por la terminación del mismo. La doctrina opera a favor de
quien ha confiado en la conducta vinculante, evitando por una parte que
con el acto contradictorio se le provoque o cause un perjuicio (el pago de
remuneraciones e imposiciones previsionales desde la fecha de su
despido hasta la fecha de pago de las imposiciones previsionales),
quedando por tanto su confianza defraudada. 13º (…). 14º.- Que, en
consecuencia, ‘la pretensión del demandante en este juicio
necesariamente debe ser rechazada de acuerdo con la teoría de los
actos propios, es decir, aquel principio general del derecho fundado en la
buena fe que impone un deber jurídico de respeto y sometimiento a una
situación jurídica creada por el mismo sujeto, evitando así la agresión a
un interés ajeno y el daño consiguiente’” (sentencia de la CORTE DE
APELACIONES DE CONCEPCION de 14 de agosto de 2002. En Gaceta
Jurídica Nº 266, agosto, 2002, pp. 204 y siguientes).
41
9) La aplicación del artículo 2007 del Código Civil
42
• De forma adicional, en la propia Comisión del Senado se dejó constancia en
Actas que la prestación de servicios mediante sociedades civiles o comerciales
debía regirse por la normativa común y no por el Código del Trabajo. A este
respecto, se señaló que “si se contrata a una sociedad de profesionales para
que preste servicios no se aplicarían las normas de este proyecto. Dicha
sociedad es una persona jurídica distinta de quienes la componen y no estaría
sujeta a la normativa del Código del Trabajo, toda vez que sólo sería parte de
una relación civil”.
La demanda entablada por el actor intenta pasar por alto que nuestra
representada celebró un contrato de prestación de servicios con una persona
jurídica que no tenía inconveniente en prestar servicios para otras personas
naturales o jurídicas. En dicha sociedad, el señor Alcaíno actuaba como socio y
representante legal.
43
• Los ingresos recibidos en virtud de las facturas a las cuales se ha hecho
referencia, y a los que el actor pretende ahora darles el carácter de
remuneración para efectos previsionales e indemnizatorios, eran percibidos no
por él, sino que por una persona jurídica, de la que a su vez, tanto el actor
como, presumiblemente, los demás socios, hacían retiros. Estos retiros en
caso alguno pueden ser considerados para efectos de indemnización por años
de servicios o por nulidad del despido. Por lo demás, esos ingresos de la
Sociedad no eran percibidos directamente por el “trabajador”, sino que por una
persona jurídica.
Pues bien, no cabe duda que en este caso las prestaciones pagadas en razón
de facturas emitidas por personas jurídicas no fueron percibidas directamente
por el supuesto trabajador. Al no constituir remuneración, no pueden ser
consideradas para el pago de ninguna indemnización o de cotizaciones
previsionales. Más aún, si el artículo 163 del Código del Trabajo es perentorio
en señalar que toda indemnización –sea convencional o legal- debe calcularse
en base a la remuneración efectivamente percibida por el trabajador; y no en
razón de otro tipo de ingresos obtenidos por una sociedad comercial (por
mucha vinculación que haya tenido con el actor).
A ello habría que agregar que las facturas en cuestión no son correlativas, se
distancian en el tiempo, y todo hace presumir que en algunos casos dichas
facturas se emiten para un destinatario que no es nuestra representada. Ese
elemento permite concluir que el actor desarrollaba una actividad profesional
que le permitía prestar servicios a distintas personas (naturales o jurídicas), y
que Canal 13 no era presumiblemente el único receptor de las mismas.
44
• Como se ha señalado en páginas anteriores, el señor Alcaíno no era cualquier
“trabajador”. Además de ser un destacado profesional, él ha participado en
distintas series y cintas cinematográficas. Además, ha prestado servicios para
otros canales de televisión. Por si lo anterior no fuese suficiente, él era el
dueño de la marca Yerko Puchento (debidamente inscrita en el registro de
marcas de INAPI).
En efecto:
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- Una simple lectura de la demanda, permite concluir que la hipótesis de hecho
que hace procedente la aplicación de la sanción -contenida en el artículo 162
en estudio- no es la reclamada por el actor, por cuanto la mencionada retención
no se produjo. Tan evidente es lo anterior, que en la propia demanda se
reclama el pago de las cotizaciones previsionales durante los períodos de
prestación efectiva de servicios. En razón de lo anterior, si no hubo retención ni
distracción de fondos del trabajador, desde el momento que nuestra
representada obró en la convicción de la inexistencia de una relación dé
naturaleza laboral, entonces resulta completamente inaplicable la pretensión de
que se paguen prestaciones por una supuesta nulidad del despido.
“La sanción establecida en el inciso 5° del artículo 162 del Código del Trabajo
exige como presupuesto fáctico existencia de un empleador moroso en el pago
de las cotizaciones provisionales, situación que no se da en el caso de autos, ya
que la demandada solamente va a estar cierta en la existencia de la relación
laboral en la fecha en que esta sentencia se encuentre ejecutoriada dado al
carácter declarativo que tiene la sentencia. Asimismo, no puede aplicársele a la
demandada una sanción que tiene por fundamento sancionar al empleador, que
actúa como mero retenedor e intermediario de la remuneración descontada al
trabajador para fines provisionales, desde que dicha demandada desconocía la
existencia de la relación laboral y a consecuencia de ello no tenía conocimiento
de la obligación de descontar de la remuneración del actor aquella parte que
debió enterar ante las instituciones de previsión. Así se ha fallado por nuestros
tribunales superiores, al señalarse que "en esta línea de deducciones es posible
afirmar que la Ley N° 19631, de 28 de septiembre de 1999, crea un efecto –
sanción inmediato derivado del hecho del despido realizado por el dador de
trabajo en las condiciones previstas en esa ley, cual es, mantener el pago de
remuneraciones por parte del empleador al trabajador por determinado lapso
posterior al despido. Tal efecto ha tenido por premisa la declaración de certeza
contenida en la sentencia, es decir, la existencia de la relación laboral en los
términos del artículo 8° del Código del Trabajo y ha sido esa declaración la que
ha hecho nacer los derechos como tal del trabajador reclamante en el aspecto
de que se trata” (sentencia de la CORTE SUPREMA de 07 de junio de 2010.
Causa Ingreso N° 1604-2010).
“La sanción de nulidad de despido del artículo 162 del Código del Trabajo ha
sido prevista para el empleador que ha efectuado la retención correspondiente
de las remuneraciones del trabajador y no entera los fondos en el organismo
respectivo, es decir, no ha cumplido su rol de agente intermediario y ha
distraído dineros que no le pertenecen en finalidades distintas a aquéllas para
las cuales fueron retenidos, de modo que se hace merecedor de la sanción
pertinente. En consecuencia, si la mencionada retención no se produjo, resulta
improcedente aplicar al empleador la sanción de nulidad de despido” (sentencia
de la CORTE SUPREMA de 31 de mayo de 2010. Causa Ingreso N° 1526-
2010).
46
13) Si las cotizaciones del actor eran pagadas por él mismo o por un tercero
empleador, entonces no procede la nulidad del despido
14) Para aplicar la sanción del artículo 162 del Código del Trabajo, se
requiere la concurrencia de un despido o auto despido: ninguna de las
dos hipótesis concurre en el caso de autos
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Como es ampliamente sabido, cuando existe controversia sobre la existencia del
derecho la sentencia que así lo declara sólo puede tener el carácter de
constitutiva. Y sólo una vez que la sentencia que declara la existencia del derecho
se encuentre firme o ejecutoriada, recién ahí, podrán aplicarse los efectos del
eventual no pago de cotizaciones. Por tanto, la pretensión contenida en la
demanda tendiente a que se condene a nuestra representada con la sanción de la
nulidad del despido, resulta completamente improcedente, entre otras razones,
porque se solicita sin que exista sentencia constitutiva sobre el derecho
controvertido.
En palabras de la jurisprudencia:
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“la sanción prevista en los incisos quinto y séptimo del artículo 162 del Código
del Trabajo, no puede recibir aplicación cuando ha sido la sentencia la que ha
determinado el vínculo contractual laboral entre las partes, evento en que el
empleador no ha tenido el rol de agente de intermedio ya que no ha retenido
suma alguna de las remuneraciones que haya debido enterar en los organismos
de seguridad social (Corte Suprema, Rol N° 8989-2011, sentencia de
reemplazo, considerando séptimo).
16) Aun cuando esta parte estima que en la especie no ha existido relación
laboral alguna entre el demandante y Canal 13, de todas formas desea
insistir en la improcedencia de reclamar el pago de cotizaciones
previsionales
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de cotizaciones previsionales, que son siempre de cargo el trabajador
(Sentencia de la CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO. Rol N° 815-
2010).
Aun cuando esta parte estima que en el caso de autos no existía relación laboral
entre el actor y nuestra representada, de todas formas debe recalcar la
improcedencia de la acción de cobro de cotizaciones de seguridad social.
50
18) Aun cuando esta parte no reconoce vínculo laboral alguno con el
demandante, de todos modos debe dejar constancia de la improcedencia
de cobrar una indemnización de pre aviso
Sin perjuicio de lo anterior, no cabe duda que el señor Alcaíno tomó conocimiento
del término del vínculo con una antelación muy superior a los 60 días que estipula
el artículo 162 del Código del Trabajo. En este orden de ideas, no procedería en
modo alguno el pago de una hipotética indemnización de pre aviso. Ello deja en
evidencia, una vez más, lo especulativo de la acción entablada.
51
20) Ineficacia de la demanda respecto al pago de cotizaciones de salud.
De conformidad con los artículos los artículos 17 del Decreto Ley Nº 3.500; y los
artículos 1567 y 1576 del Código Civil, las cotizaciones previsionales deben
entenderse pagadas ya que el honorario percibido por el actor permitía tener por
pagada, completamente, cualquier deuda de carácter previsional, más aún si se
considera que ellas son de cargo del propio trabajador.
22) Sin perjuicio de todo lo anterior, esta parte niega en todas sus partes los
hechos contenidos en la demanda de autos y que tengan por objeto
acreditar la existencia de una presunta relación laboral
En último término, esta parte S.S. desea refutar todos y cada uno de los hechos
invocados por el actor como fundamento de su demanda y que tengan por objeto
pretender acreditar una presunta relación laboral. En efecto, la relación existente
entre el actor y Canal 13, en caso alguno tenía carácter laboral, sino de una típica
relación de prestación de servicios independientes con la sociedad de la cual era
socio y representante legal, que prestó servicios acotados y esporádicos, y sin que
en la especie se cumpliera ningún vínculo de subordinación o dependencia. Por
tanto, recae sobre la parte demandante el peso de la prueba.
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A US. ROGAMOS: Se sirva tener por contestada la demanda interpuesta por don
Daniel Alcaíno Cuevas, ya individualizado en autos, en contra de Canal 13 S.A., y
en definitiva declarar:
2. Que en subsidio de lo anterior, y para el evento que V.S. estime que sí tiene
competencia para conocer la demanda de autos, que se declare lo siguiente:
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SEGUNDO OTROSI: A objeto de que V.S. tenga a la vista los antecedentes en los
cuales se fundamenta la excepción de incompetencia, finiquito y caducidad
planteada en lo principal, venimos en acompañar copia de los contratos de
prestación de servicios y del finiquito celebrado por nuestra representada con la
sociedad Alcaíno Producciones Limitada.
PEDRO Firmado
digitalmente por
PABLO PEDRO PABLO
IRURETA IRURETA URIARTE
Fecha: 2020.08.17
URIARTE 14:03:22 -04'00' NICOLAS Firmado digitalmente por NICOLAS
SANCHEZ LOPEZ
Nombre de reconocimiento (DN): c=CL,
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