Está en la página 1de 6

¿Qué son los Sistemas Procesales

Penales? 
Cuando se alude a los sistemas procesales
penales en el derecho nos estamos
refiriendo a los distintos métodos, y formas
de enjuiciamiento o procesamiento criminal
que rigen en los distintos Estados con el fin
de investigar la existencia de un delito y el
juzgamiento de las personas que resulten
ser autores, cómplices o encubridores de un
delito.
 

SISTEMAS PROCESALES.
Si analizamos el desarrollo y evolución del proceso penal, nos vamos a
encontrar con dos sistemas clásicos extremos: el inquisitivo y el
acusatorio. A estos dos sistemas, le podemos agregar un tercer sistema
intermedio: el mixto.

Sistema Inquisitivo:
Encuentra su origen en la Roma Imperial desde donde se extiende a toda
Europa Continental.

Sus principales características son:


– El sujeto principal del proceso es el juez, quien tiene todas las atribuciones.
– Se impide la libre defensa del imputado.
– No están correctamente diferenciadas la acción, la defensa la función
juzgadora
– El juez es el único directo e impulsor del proceso.
– El procedimiento es escrito, secreto y no contradictorio.
– El juez valorara la prueba acorde al sistema legal positivo.
– Sentencia recurrible.

Sistema Acusatorio:
El origen de este sistema fue reconocido en Grecia y Roma. En la actualidad
lo podemos encontrar en el derecho anglosajón.

Sus principales características son:


– El individuo ocupa el primer plano dentro del proceso, por lo que es muy
respetado.
– La jurisdicción es ejercida en única instancia por la Asamblea o jurado
popular.
– La acción penal emergente de un delito público, es un derecho de cualquier
ciudadano (acción popular) y del damnificado, si es un delito privado.
– La acusación es la base indispensable del proceso.
– El juzgador no puede actuar de oficio. Carece de iniciativa propia en la
investigación.
– El procedimiento es oral, público y contradictorio.
– La sentencia hace cosa juzgada.
– El acusado goza generalmente de libertad.

¿Qué es el Derecho Procesal Penal? Más Info… 

Sistema Mixto:
El sistema mixto se presenta como un justo intermedio entre el sistema
acusatorio y el inquisitivo. Encuentra su origen en el derecho romano imperial,
y fue modificado por las legislaciones europeas continentales.

Sus principales características son:


– La jurisdicción, en la etapa instructoria es ejercida por un juez técnico. En la
etapa del plenario podrá estar a cargo de jueces técnicos o de un jurado
popular
– La acción penal es ejercida por el ministerio público. En algunos sistemas se
le acuerda también el derecho de acusar a la víctima, quien también podrá
presentar una acción civil resarcitoria
– El juez es el director del proceso. Las partes solo pueden proponer pruebas,
las cuales serán practicadas si el juez las estima útiles y pertinentes
– En la etapa del plenario, las partes tienen los mismos derechos, y el tribunal
cumple una función meramente arbitral
– La instrucción es escrita, limitadamente publica y limitadamente contradictoria
– El plenario es oral, publico, contradictorio y continuo
Las pruebas serán valoradas según el sistema de la íntima convicción para los
casos de tribunales populares, o de la libre convicción para los casos de
tribunales técnicos.- La sentencia hace cosa juzgada, y solo proceden contra
ella los recursos de casación, de inconstitucionalidad y de revisión
El proceso penal de un Estado se vincula en forma directa con la concepción
política plasmada en su Constitución -pero esta afirmación, si bien inobjetable,
no siempre se corresponde con la realidad-.

¿Qué es el Derecho Procesal Penal? Más Info… 

Estado de Derecho 
El estado de derecho impone a los poderes público un conjunto de límites y
prohibiciones establecidos en forma cierta, general y abstracta para tutelar los
derechos y libertades de los ciudadanos.

En ese contexto, el sistema penal de un estado democrático debe proveer


diferentes formas de solución de los conflictos sociales de naturaleza penal, a
partir del respeto de la dignidad humana de sus protagonistas -víctima y
victimario- y de la ley establecida en resguardo de sus intereses y del interés
general de la comunidad.

Estados Totalitarios
En cambio, en los Estado totalitarios, la relación Estado-ciudadano, parte de
la subordinación. El sistema penal constituye una simple expresión del poder
punitivo del Estado, los intereses individuales y sociales, no cuentan. Lo único
que importa es castigar el delito, concebido como una infracción que implica un
acto de desobediencia al soberano.

Históricamente los ciudadanos, amoldaron los sistemas procesales a sus fines


políticos.

Acusatorio y democracia: En la cuna de la democracia se construyeron las


bases del proceso acusatorio.

Grecia instauró:
 Juicios orales, públicos y contradictorios.
 Asigno a las víctimas un rol protagónico -tenían facultades de acción y
de composición
 Protección la participación ciudadana a través de la acción popular.}
 Para garantizar la contradicción, estableció el principio de IGUALDAD
entre acusador y el acusado.
 Asignó a la prisión preventiva, carácter excepcional y como expresión
del principio de la soberanía del pueblo, estableció el juicio por jurados.

La Roma Republicana:
Adoptó el modelo acusatorio y lo llevo a su máximo esplendor. A los rasgos
heredados de Grecia, se sumaron mecanismos de control de la acusación (a
través de la figura del pretor) y de la duración del proceso – plazo para la
realización de la investigación y del juicio.

Se reglamentó la composición del jurado y su modo de actuación.

El Tribunal era presidido por el pretor que dirigía el juicio mientras se recibían
las pruebas y se escuchaba a las partes -actuación y defensa-.

Al finalizar el juicio, el jurado deliberaba y votaba -sin intervención del pretor-


por la absolución, la condena o por falta de pruebas. Para asegurar el derecho
de defensa se prohibió el juicio en rebeldía y se asignó al imputado un patronus
que se enfrentaba al acusador en el litigio en el que sus habilidades
profesionales permitían al abogado cimentar su prestigio. En el juicio oral, las
partes debían mostrar al jurado los hechos a través de las pruebas para que
estos las valoren según su íntima convección.

A los rasgos heredados de Grecia, se sumaron mecanismos de control de la


acusación (a través de la figura del pretor) y de la duración del proceso – plazo
para la realización de la investigación y del juicio-

Se reglamentó la composición del jurado y su modo de actuación.

El Tribunal era presidido por el pretor que dirigía el juicio mientras se recibían
las pruebas y se escuchaba a las partes -actuación y defensa-.

Al finalizar el juicio, el jurado deliberaba y votaba -sin intervención del pretor-


por la absolución, la condena o por falta de pruebas. Para asegurar el derecho
de defensa se prohibió el juicio en rebeldía y se asignó al imputado un patronus
que se enfrentaba al acusador en el litigio en el que sus habilidades
profesionales permitían al abogado cimentar su prestigio. En el juicio oral, las
partes debían mostrar al jurado los hechos a través de las pruebas para que
estos las valoren según su íntima convección.

Inquisición y autoritarismo:
La instauración del imperio Romano requería un modelo de enjuiciamiento
penal a las concepciones filosóficas del nuevo régimen político. La soberanía
se desplazó de los ciudadanos al Emperador y para concretar este objetivo
político, el proceso acusatorio fue reemplazado por el inquisitivo.

Se eliminaros las formas de participación ciudadana en el proceso, se despojó


a las víctimas de sus derechos y se suprimió el juicio por jurador.
Las funciones de perseguir y de juzgar se concentraron en el Rey y en sus
delegados. Se instauró el sistema de persecución penal pública a cargo de los
acusadores oficiales (antecede del Ministerio Público Fiscal)

Más adelante, se facultó a los magistrados a actuar de oficio. La confusión de


las funciones requirente y decisoria se convirtió en el rasgo distintivo de este
modelo.

El cambio de sistema procesal se dio en forma gradual y en el germen de la


inquisición existió un procedimiento mixto con características similares a las
que aún hoy rigen en algunas provincias argentinas.

El proceso se dividió en dos etapas -instrucción preliminar, escrita y secreta y


el juicio, que continuó siendo oral y público-. Con el correr de los tiempos se
suprimieron la oralidad y la publicidad del juicio.

El proceso penal debía buscar la verdad real a cualquier precio.

La investigación era secreta y se documentaba en actas. La escritura como


método de documentación de lo actuado, permitía al Emperadora, controlar la
actividad del magistrado. La principal tarea del inquisidor era lograr la confesión
del imputado -reina de las pruebas- y para alcanzarla se justificaron algunas
formas de tortura.

Se estableció el sistema de la prueba legal o tasada como modo de valoración


probatoria. Se asignó a los recursos el efecto devolutivo, pues a través de ellos
se devolvía a su titular el monarca.

Con el correr de los siglos el modelo inquisitivo se fue consolidando como


modelo de enjuiciamiento, se convirtió en una pieza fundamental para el
sostenimiento de los Estado totalitarios y se enquistó también en el
procedimiento canónico de la iglesia católica.

En el siglo XIII la Iglesia estableció el Tribunal de la Santa Inquisición o Santo


Oficio que pronto se convirtió en el Tribunal más temido y por la severidad de
sus penas, por la privación de derechos a los imputados y por las torturas
utilizadas para arrancar la confesión del imputado, concebida como un modo
de expiación de los pecados.

Latinoamérica y el legado de la colonia:


En América Latina el periodo colonial estuvo sesgado por la inquisición. Este
modelo ha impactado en nuestra región con inusitada crueldad, justificando
aberrantes violaciones de derechos humanos en época de la Colonia. Aún hoy
los sistemas judiciales latinoamericanos, siguen llevando sobre sus espaldas el
peso de la herencia del sistema inquisitorial y su enorme poder simbólico.

La conformación de los Estado Nacionales sin dudas requería la instauración


de procesos acusatorios, correlativos a la concepción política del Estado de
Derecho, pero necesitaba al mismo tiempo la construcción de una nueva
“cultura jurídica” que permitiera remover las prácticas moldeadas por la
tradición inquisitorial.

Sin embargo, en palabras de Binder, la historia latinoamericana se halla


signada por la debilidad de la ley. Mandatos constitucionales incumplidos,
derechos fundamentales reducidos a simples expectativas o utopías sociales, y
legalidad en el ejercicio de la autoridad pública, privilegios legales irritantes,
impunidad generalizada, entre otras tantas manifestaciones similares,
demuestran claramente la fragilidad de las leyes, que siguen siendo derrotadas
por las prácticas forenses, por el formalismo y los trámites rutinarios,
enquistados en procesos lentos, burocráticos e incomprensibles a los ojos de la
ciudadanía.

La historia de los sistemas procesales penales argentinos refleja la debilidad de


la CN derrotada por las leyes secundarias y las prácticas inquisitivas.

Olvidamos que la fuerza normativa de la CN no es solo una cuestión


de normas, comprende también a conductas y valores. Se vincula con el vigor
jurídico y sociológico que ella tiene en la realidad. Se trata en definitiva de una
aptitud para disciplinar la vida política y el comportamiento global de una
sociedad.

También podría gustarte