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OPT CH ADR ALS De todo ese conjunto de saberes, rele FAVA caecMe Coe AF sic} bajo el denominador de parapsicologia puede afirmarse lo que Aristoteles ~ : CE eM Erle) (ecole eR Bt-(h Re (Lt) Bie Las definiciones de parapsicologia han sido muy numerosas a lo largo de todo este siglo. William James dijo que era Tcl oMeke reali eke eal crt experiencia”, y el famoso Carl Jung afirmé que podia considerarse la Parapsicologia como “una rama de la psicologia, mas exactamente de la psicologia del inconsciente”. Lo cierto es que, a pesar de la era tecnolégica eri Ja que vivimos, a pesar. del sentimiento racionalista que nos CT Uor metic M UIT] Pre Holy Ue ake Me Rotel) UMC ol To W tut UY Were aisreye ole) 1 gee fespuesta, Y es precisamente ese UU Ret ec CEM elu Re ate ER eR nue} UF ieuiue lente kee laluliictall} figurosa y apasionante, evidenciando CR AE Certara ee TN Lu ewer lem tell t=ia:]9 puesto que nos ayudan a conocer la CR Ear al aie at Ce ed achat) Cee Para mas informacién y libros www.survivalafterdeath.blogspot.com PAOLA GIOVETTI CIENCIAS OCULTAS Conozcamos la parapsicologia TIKAL ediciones PRESENTACION por Antonio M. Gentili De todo ese conjunto de fendmenos que se agrupan bajo cl nombre de parapsicologfa, puede afirmarse lo que AristGteles decfa de los sueiios: que no es facil despre- arlos, ni es facil creer en ellos. Definida como «ciencia lo imposible». la parapsicologia ha sido considerada William James como «un residuo no clasificado de stra experiencia». y por Carl Gustav Jung como «una a de la psicologia, mas exactamente de la psicologia del inconsciente». La historia abunda en profetas, sibilas, chamanes, agos, nigromantes, brujas y hechiceros. Desde siempre hombre ha experimentado fascinacién por lo irracio- , curiosidad por lo ignoto, atracci6n por los poderes extraordinarios y la exaltacién de las emociones exacer- das. a moderna cultura cientifica y positivista no ha rado apagar en el alma humana la sed de misterio, eluso en el corazén mismo de la civilizacién materia- 4 Surgid el espiritismo, cuya fecha de nacimiento '48— coincide con la del marxismo. El espirilismo, ue se presentaba como el alba de una nueva era, repre- ita el mas inmediato antecedente de la parapsicologia, thicialmente se movio en su Grbita hasta adoptar con- ‘clones propias hacia los aflos treinta. Los fendmenos apsiquicos 0 paranormales comenzaron a ser, cada mas, considerados como naturales y susceptibles de verificados e interpretados cientificamente. je misterio que circundaba a sus sobre los fendmenos parapsico. emplo, el interes de uno de los dlisis moderno (Ja autora de este libro Ee refiere a la tesis doctoral de Jung en medicina, titulada Ps ial a y patologia de los llamados fendmenos oci|- aoe i importancia que ha ido asumiendo esta rama del saber esta documentada por la difusion de catedras de parapsicologfa, una de las cuales esté en Roma, en la faculiad de Teologia Moral de la Academia Alfonsina. ios del halo d Despojados del hale artifices (los médiums).. Idgicos se voled, por &) Llegados a este punto el lector que, con una mezcla de curiosidad y escepticismo, ambos tenidos de un cierto temor a lo desconocido, se disponga a leer estas paginas, se preguntard cual es en definitiva el Ambito de una cien- cia que, en su mayor parte, ain es desconocida. La par: psicologfa estudia los fenémenos limite debidos a una percepcidn -accién extrasensorial, es decir, a un conjunto de experiencias que trascienden los cinco sentidos mediante los cuales nos relacionamos normalmente con la realidad. Se trata de clarividencia o de singulares dotes de intuici6n, de apariciones de fantasmas o de materiali- zaciones, de suefios veridicos, de precogniciones o retro- Cogniciones, de visiones, de leer con los ojos cerrados 0 de realidades que escapan a la mirada, de telepatfa, de biloc icién, de psicoquinesia 0 telequinesia (movimiento de objetos Iejanos solo mediante la fuerza psiquica), de experiencias extracorporales, de hechos que se producen en los umbrales de la muerte, A todo ello se agregan las influencias paranormales sobre instrumentos técnicos, es See Se producen efectos psicoquinéticos sobre al, como la psicofonia, la psicovision, etc. aes dichos fendmenos se produce a partir dhe de ee ee particulares, cuando Ia activi: das los cines is S S Periféricos queda como suspendi- S Sentidos se silencian Y nos hallamos sumer- 6 gidos en experiencias de tipo hipnagégico (de entrada en el suefio) e hipnético. Sin necesidad de recordar que el estado de desconcentracién o de trance es terreno feértil para captar Jo oculto, que se presenta particularmente en situaciones limite como la proximidad de la muerte. El libro que presentamos nos ofrece una documenta- cidn rigurosa y apasionante de todo este conjunto de rea- lidades recordandonos que, en mayor o menor Jo, en la vida de todos surgen espontineamente experiencias como las arriba descritas. Se trata, en efecto, de un fend- meno de dilatacién de la consciencia y de surgimiento de los esiratos mas profundos del espiritu. La psique parece en estos casos escapar a las férreas leyes del tiempo y del espacio y a la neta demai Gn existente entre la perso- na y la realidad circunstante, de tal modo que el hombre se encuentra a caballo entre dos mundos: el consciente y el inconsciente, el temporal y el metatemporal, el es cial y el césmico, el real y el del mas alla. La comproba- da capacidad de percepeién extrasensorial permite saber ahora qué sucederdé dentro de muchos anos (0 veri hechos antes de conocerlos), saber qué esta sucediendo en otra parte, pues en la vida del hombre se revive. sin ser consciente de ello, la vida de milenios, y continuan verificdindose acontecimientos que han acompatiado eter namente la existencia humana sobre la tierra. La interpretacion de estos hechos, a la que el texto se refiere en varias ocasiones, es de naturaleza doble: espi- ritista y animista, segtin se subraye la intervencion de realidades externas 0 se recurra al potencial de hombre, ya se trate de un sensitivo o de un médium. Después de todo esto, es posible que nos preguntemos cual es el valor de las experiencias paranormales. Ellas nos ayudan a descubrir el rostro oculto del alma humana y abren perspectivas sobre qué esti mais alld de lo inme- 7 i erceptibl de lo directamente percep gee men dida es dolorosamente adve! “yas cuya pet" ae ete.; tee aie encerrado entre su finitud y su da por ee Pero, concretamente, gqué actitud hay que adoptar frente a un conjunto de experiencias aie Orie - misterios de nuestra persona. Se impone, en a o ie aa serena obra de discernimiento que afe- anc y el alcance de hechos similares, de modo que podamos incorporarlos a la propia vida. No hay que olvidar, en efecto, que lo paranormal forma parte, con todo derecho, de la experiencia humana y se manifiesta, en mayor o menor medida, en la historia de todos los hombres, cuyo potencial permanece casi siempre inex- plorado o sin utilizar. Por otra parte, es verdad que la propia naturaleza, como ocurre en cierta medida en el campo atémico y subatémico, oculta al hombre energias cuya aparicién se produce en condiciones excepcionales y no sin que sea preciso realizar un notable despliegue de energias psicofisicas, por lo que estos poderes resultarin ambivalentes. Y serdn destructivos cuando el precio humano a pagar sea excesivamente alto, cuando propen- dan al reforzamiento del ego 0, peor, cuando se tradu: can en supersticién, en abuso de lo magico y en activida- des con finalidad de lucro ejercidas por profesionales de lo oculto sin escriipulos. Poner un excesivo énfasis sobre los fenémenos paranormales vendrfa a constituir una desviacion y un obstéculo para aleanzar una vida profun- sone ee No es otro el pensamiento de las ek eta peuecclanamienta humano propias de ae Silos By len al hombre que conozca y desarrolle ellos, con el fin eee Hoes peenues penne Padeiaiparts a a el robustecimiento del ego. demostrado en a : enomencs paranormales se han gracias a la eoleiea Reqs beneficiosos, ya se tener en corde ei del hombre, como pot u utilidad como auxilio en los 8 corporali multiples casos dramiticos y en las innumerables necesi- dades que afligen a nuestros hermanos. Basta pensar en la acci6n filantrépica y caritativa desarrollada por muchos sensitivos con absoluto desinterés. No hay que tener, entonces, prejuicios y mirar el mundo de la parap- sicologia (casi inexplorado) con equilibrio, madurez, moderaci6n y buen sentido. Y esto también en considera- cién a un conjunto de coincidencias que mancomuna la parapsicologia con la experiencia de los santos y de los hombres realizados. Si nos limitamos a los santos de la tradicion cristiana, a través de la lectura de sus vidas nos enteramos de apariciones, levitaciones, bilocaciones, ayunos de varios afios, visiones celestiales, profecias, hipertermia, sudoracién perfumada (el famoso «olor de santidad»), luminosidad del cuerpo. inmunidad al fuego, estigmas externos e internos. etc., a los cuales Paola Giovetti se refiere con gran riqueza de detalles, por no hablar de las experiencias a través de las cuales los santos han comprobado infestaciones demonjacas 0 huellas de fuego atribuibles a almas condenadas en el purgatorio. En todo caso, entre los sensitivos y los misticos se puede establecer esta diferencia: que los primeros tienden a desarrollar esas dotes, que a veces son fruto de un largo trabajo sobre sf mismos, mientras que los segundos las viven como algo totalmente gratuito sin darles ninguna importancia e incluso tienden a esconderlas. Aunque nos encontrasemos frente a resultados idénticos, no deberi: mos dejar de subrayar que son muy diversas las causas y las vias por las que el hombre accede a una experiencia que est fuera de lo normal. Algunas experiencias perte- necen al ambito estricto de la fe, como los estigmas, y NO. hay investigacién parapsicolégica alguna que pueda ofre- cer una explicacién cientifica de los milagros en el verda- dero sentido de la palabra; son hechos que nunca tendrin una plausible interpretacién humana como por ejemplo, por citar dos casos, el de las especies eucaristicas de la Virgen de Guadalupe con del manto T ee ce impresa ell el mismo. Lancian laefigie que apare ensitivos recorren caminos icos y los 8 ‘ ; aralelos, {debe concluirse Como los mis a veces P ife! s, aunque ebe conclui oa la exporienei paranormal es indiferente a la fe? Tratandose de una ciencia buena, i pause ele goza de un estado autonomo fespecto = ie le. No es con traria aella, pero tampoco podria actuar eae ue Substi- tuto. Mas bien pueden aplicarse a ella ve pat as que Roger Bacon, uno de los padres de la ciencia moderna, escribe sobre la filosofia: «La filosofia a pequenios sor- bos puede conducir al ateismo, pero a sorbos mas abun- dantes vuelve a conducir a la fe». De forma andloga, cuanto mis seria y sincera es la investigacion parapsico- légica, tanto mas parece abrirse una nueva puerta sobre el mundo del espiritu. La parapsicologia es, en efecto, un desmentido de la yisién materialista de la vida porque nos conduce mas alld del mero cuerpo; permite vislum- brar el misterio que esta mas alla de lo visible y lo tangi- ble, revalorizando la nostalgia de lo infinito que agita desde siempre el corazén del hombre, con el cual extrae de los hechos de la existencia cargados de misterios todo el valor simbélico de Jas realidades trascendentes como el alma, el mds alla, Dios, etc, Las experiencias paranor- males son como flechas indicativas de lo que nos supera. pero que también nos pertenece. Son hechos tangibles, pero que impulsan. a abrazar la fe que al principio podra ae ce ee con la teologal. Pero, mien- eianue Eeeeae a i abieno una brecha en el pesado racionalismo. Las e esUClOs en la muralla de nuestro eee ans Teen Paranormales que se veri: cias andlogas de sieno oo {porque existen experien- luego, a la fe, mee ae BICO) ‘No substituyen, desde todo cuando se relacionan ee Ont an con la posibilidad de la exis- 10 tencia después de la muerte. Paola Giovetti habla de la «hipétesis de vida mas alla de la muerte», afirmando que con el deceso comienza la gran aventura de la conscien- cia que nos sumerge en un mundo distinto del nuestro (gacaso no hablamos del otro mundo?), aunque ya intui- do y casi experimentado. Por otra parte, es precisamente en los umbrales de la muerte donde la parapsicologia se detiene, como cualquier otra ciencia. También puede plantear hipotesis sobre la suerte que puede esperar al hombre, pero no puede evitarle la corrupeién de la muer- te. Es aqui donde la fe pronuncia sus palabras origina: y especificas: la salvacion es otra cosa, diferente a cual- quier poder humano, no es el autoperfeccionamiento que también se espera de nosotros. La salyacion es un don puro que obedece a una gratuita intervenci6n divina y se realiza a partir de ese cuerpo que, ademias, sufre el con- tragolpe del mal que existe en el coraz6n humano. decir, que mientras la muerte no es mas que la soma cién del pecado, la resurrecci6n de los cuerpos es la prueba suprema de la espiritualizacin del ser humano en el que se ha instalado con plenitud la vida de Dios. Las paginas de Paola Giovetti, atenta estudiosa no sdlo del rostro oculto de la experiencia humana, sino también de la incidencia que tiene en la misma el mundo del espi- ritu, desde los mfsticos a los angeles (son recientes sus dos tiltimos trabajos sobre los mensajeros celestiales y sobre Teresa Neumann, la estigmatizada de — Konners- reuth), demuestran ser, con una perseverante y desapa- sionada lectura, una convincente apologia, aunque dis- creta. Lefdas con ese espiritu, no sélo dardn la razon a las intenciones de la autora y la compensaran por su dura tarea, sino que contribuirdn también a ese despertar espl- ritual, a esa nueva consciencia que es el imperativo por excelencia de la actual coyuntura histérica. ias LOS FENOMENOS PARANORMALES Conozcamos la parapsicologfa PREAMBULO. Como dice el subtitulo «Conozcamos la parapsicolo- gia», este libro ha nacido del deseo de presentar ¢’ simplemente un tema que despierta hoy mucho interés y que es conveniente conocer, por lo menos en sus lineas esenciales, Los argumentos aqui tratados no son faciles de afron- tar y es importante que el lector sepa que han sido con frecuencia objeto de discusiones y polémicas. Quien no haya visto con sus propios ojos o no haya experimentado personalmente alguno de estos fendmenos, tenderé a no creer nada de lo que le cuenten los demas. Cualquiera que sea la forma utilizada para interpretar- los, los fendmenos de los que se ocupa la parapsicologia, ya sean los que se manifiestan espontdneamente como los que se inducen yoluntariamente, no son susceptibles de repetirse en cualquier momento y es muy diffcil -aun- que no imposible— controlarlos con los métodos de las ciencias experimentales, hecho que ademas genera otras perplejidades. Asimismo, es un campo que esta contami- nado de personajes poco fidedignos que se enriquecen 1S sus dotes paranormales, ya cca) verdaderas 0 tas, No han faltado tampoco los pce intencio. nados: lamentablemente, los individuos ey rae €Xis- ten en todos los campos y el de lo paranormal no es nin. aexcencion. Ser ttED todo esto no debe desalentar a quien se apreste al estudio y a la investigacion parapsicologicos; de hecho, no faltan fuentes autéenticas, estudiosos Serios, fenémenos verdaderos, experimentaciones no objetables, etc. Y que ademas se hayan instituido catedras universj- tarias de parapsicologia demuestra que el tema merece respeto y atencién. Resulta superfluo decir que para este libro, que aspira a introducirle en este campo, he recurri- do a las fuentes mas serias y comprobadas. No ha sido mi intencién la de tomar posicidn en fayor de una u otra tendencia, o la de querer demostrar cosa alguna. Me he limitado a exponer las diversas y posibles interpretaciones, dejando al lector plenamente libre para que pueda formarse un juicio personal. Conffo en que, mas alla de los fenémenos y de su eva- luacion, al lector no se le escapard el valor intrinseco global de la materia tratada, la apertura de horizontes que la misma permite y la contribucién que puede dar para un mejor y mas completo conocimiento del hombre y de su potencial interior. INTRODUCCION Este es un hecho muy reciente que se produjo en febrero de 1989: Mara, una joven veronesa, debfa partir con su marido de viaje en avidén a las nueve de la maiia- na, para pasar sus vacaciones en Santo Domingo. La noche anterior al viaje se desperté temblando y llorando: habia tenido una pesadilla tan espantosa que la aterrorizé hasta el punto de provocarle fiebre. Y ni ante todos los intentos y palabras tranquilizadoras de su marido consi- guid calmarse, Siguié repitiendo que no podfa partir: no recordaba qué era lo que habfa visto mientras dormia, pero sabia que no podia hacer ese viaje de ningtin modo. De mala gana, el marido se resigné y renunci6 a las vacaciones. Al dia siguiente el Boeing 707 se estrellaba en las Azores, Esa obscura precognicién habia salvado la vida a Mara y a su marido. Otro caso: una mujer americana se encontraba tranqui- lamente en su casa mientras su marido jugaba al golf. De repente, en un determinado momento, empezo a preocu- parse sin motivo: se le ocurrid, de forma extraiia, que su marido se habia hecho dafo al meter el pie, sin darse cuenta, en una madriguera de liebres. Trato de desechar la idea, por cierto bastante absurda, pero su inquietud fue ereciendo hasta tal punto que decidié ir a buscar a su marido al campo de golf para tranquilizarse. Cuando se disponfa a salir, le vio Hegar a casa cojeando: mientras Jugaba al golf habfa metido el pie en una madriguera de liebres y se habia lesionado. jLa telepatia habia funcio- nado como un teléfono sin cable! 17 Otra experiencia reciente: pio una senora de Milan-, ya antes _me escri ny pant ie en la familia, solfa sofar eran hechos graves a viboras y serpientes: ‘Antes de ser internado para ser con viboras ¥ § a operacion de by-pass, que le produjo la ntraba en un Pozo rodeado de ser- pientes que le miraban, aterrorizéndole. pero que no le hacfan nada, Al no poder seguir soportando la pesadilla, les ofrecié una pierna exclamando: “jMordedme, y que esto termine de una vez! Si tengo que morir, moriré”. Y una serpiente lo mordié.» «Mi marido de que suce: someterse a uns muerte, sof que S€ encol En realidad, este sefior se dej6 convencer por los médicos para someterse a Ja operacidn, que parecia ser la tinica forma de sobrevivir; se habia rendido y era cons- ciente del riesgo que corrfa, aunque Jos médicos le de- cfan que la intervenci6n era segura. El suefio le anticipé el desenlace hacia el que se acercaba. Pero ése no habfa sido su tinico sueno: «Antes de saber que estaba enfermo de las coronarias —con- tinu6 escribiendo la sefiora- mi marido habfa softado que miraba por dentro de unos tubos del acantarillado y que vei correr, viscosa y lentamente, sangre mezclada con una espe- cie de bloques pastosos. jHabia visto con anticipacién el estado de sus arterias!» oe sefiora me conté también otra experiencia visio: te Buea a una mujer muy positiva y nada sionaria», segiin ella. Se trata de lo siguiente: cee Sao a la cabecera de la cama de st de su madre, shaban cuando de pronto tuvo Ia nitida vision que recordaba ee ella tenfa sélo cinco afios y «!@ lente por folograffas. En ese moment? 18 nO estaba, en absoluto, pensando en ella, fallecida cincuenta afos atras. La aparicién se desvanecio al instante, pero mi Suegra tenia la certeza de que se trataba de su madre. No supo si su hermana moribunda también tuvo la misma yisi6n; nunca habia ofdo decir que pudiera suceder algo similar y qued6 bastante impresionada.» En realidad, las apariciones de difuntos junto al lecho de muerte de un ser querido constituyen una casufstica més o menos frecuente: quien llega a presenciar alguna tiene la sensacién de que el difunto va hacia el mori- bundo en el momento del traspaso, como para servirle de guia en la nueva dimension que esta por acogerle. Finalmente, una aparicién grata y serena me fue rel: tada por la sefiora Ivana D.S. de Lanciano. También és es una experiencia muy reciente: «Hacia tiempo que sufria por la pérdida de un hijo durante el embarazo y deseaba intensamente tener otra criatura, Una noche me “desperté” con Ia sensacién de estar fuera de mi cuerpo fisico. En la cama, entre mi marido ), Via un recién nacido dormido bajo las mantas. Estupefacta, me pre- guntaba quién seria esa criaturita tan graciosa. Mi marido dormfa y todo estaba en la penumbra, como envuelto en una niebla blanquecina. Miré hacia la mesita de noche y vi una gran luz blanca, muy luminosa, inmévil y al mismo tiempo palpitante; tuve la sensacidn de que alguien me observaba con paciencia y amor. Luego todo desaparecié de golpe y Volvi a estar en mi cuerpo fisico. El bebé ya no estaba, pero tenfa la conviccién de haber visto algo extraordinario, de haber recibido una especie de telegrama del mis alla. Algunos meses después quedé nuevamente embarazada y en enero de 1986 dia luz a una nifa que, al aleanzar el mes de vida, era idéntica al recién nacido que se me aparecié aquella noche. Ahora mi hija tiene cuatro afos y yo la adoro, porque ya vino hacia mi antes de haber sido concebi- 19 da para jnfundirme valor, confianza y esperanza.» cantide hechos que habria podido la gran cantidad de el eon he veferido los sefialados porque sucedieron de ee manera espontinea ya gente combn, & trata siempre de hechos vinculados a situaciones que Wenen una nota- ble importancia para los protagon a yas petuesteat que las informaciones no viajan solamente a través del conocido conducto de los sentidos, sino que pueden utili- zar canales mas sutiles, conduetos invisibles e impalpa- bles que no tienen en cuenta las barreras Tepresentadas por el espacio y el tiempo: los canales de la percepcién extrasensorial. En palabras mas simples: el famoso y tan a menudo llamado sexto sentido. He elegido para presentar en esta introduccién casos modernos, aunque podria haber presentado ejemplos menos recientes 0 incluso muy lejanos en el tiempo: de hecho, lo paranormal forma parte del hombre y le ha acompafiado en su vida desde siempre, apareciendo de manera inesperada y en las situaciones mas dispares. Y, desde siempre también, e] hombre ha vivido estos hechos como algo extraordinario que debe acogerse con respeto Be atencién. Mas atin, antiguamente se consideraba que ciertas sefiales eran enviadas por los mismos dioses. Hoy en dia los fenémenos paranormales se estudian en laboratorios, y en varios paises europeos y no europeos se han creado catedras de parapsicologia para indagat sobre este potencial humano today{a misterioso. par poder comprender mejor una fenomenologia cuyas mani- festaciones son ya bastante conocidas pero cuyo orig cuyas causas siguen siendo, en su conjunto, misterios ee Pecan son tealmente interesantes: los fend- csloca eres eee ee estudio por parte de la ie eoenneer ies ae eee ampliar nuestro noazan RE Rett S revelan aspectos desconocidos ce mismos y del mundo que nos rodea, nos indi 20 can nexos y vinculos a los que, de otro modo, no habria- mos prestado atencién. Y ademas, si sabemos interpre- tarlos de la forma correcta, nos invitan a mirar hac arriba; ¢s decir, nos introducen en Ja dimension espiri- tual, Por todo ello, vale la pena ocuparse de estos fend menos con seriedad. lo que trataremos de hacer con este libro, que inten- ta ofrecer una vision necesariamente sintética, pero tam- bien exhaustiva, del tema que nos ocupa; es una invita- cion a tomar en consideracion aspectos menos conocidos de la realidad y a abrir una puerta que, para muchos quiza, habia permanecido hasta ahora cerrada. I EL HOMBRE Y EL MISTERIG Los hechos misteriosos que hoy se definen como para- normales han existido siempre, y siempre el hombre los ha aceptado con naturalidad y respeto. Mientras que actualmente tales fendmenos son anali- zados y estudiados, a la vez que discutidos y debatidos, en un tiempo més lejano se asumfan simplemente y sélo se trataba de comprender su mensaje: nadie ponia en tela de juicio su realidad. Para percatarse de esto basta con releer la antigua literatura, empezando por la Biblia y los poemas homéricos. Podemos comprobar, asi, cé6mo en aquella época era perfectamente natural creer en el len- guaje de los suejios, en las visiones de los profetas. con- sultar a los adivinos, dar crédito a las intuiciones, curar sélo con las manos, recurrir a la magia, expulsar a los demonios y buscar el contacto con los muertos. Se crefa también que Dios hablaba a los hombres a través de sus suehos y visiones. Lo cerdotes de los egipcios, de los griegos y de los romanos interrogaban a los astros, interpretaban el vuelo de las aves, estudiaban las visceras de los animales y de allf obtenfan indicaciones y orientaciones para su pueblo. Algunos ejemplos famosos, como los siguientes, bastan para darse cuenta de esta general y natural aceptacion del misterio, La mujer de Julio César Hegé a ver a través de un suefio la muerte violenta que le esperaba a su marido y traté en yano de advertirle; la manera en que el hecho nos ha sido transmitido permite comprender que tales 23 : se consideraban excepcionales, sino que advertencias no se © Dea ature an nent oe el Joven (s C.) nos relata un Lane ie infestacién. Lo narramos brevemente: SUE ere o Atenodoro habia oido decir que en See a casa, aparecia todas las noches el fan- ed Feel con las manos y los pies encadena- ee Heia hacia tiempo que la casa permane- dos, Por ese Bt embargo, Atenodoro la alquile ia ees Ilevo sus cosas y se fue a vivir alli, ae noche se le aparecid el viejo que, con gran ruido de cadenas. le dio a puience! ak aoe a. Atenodoro, sin apresurarse, S¢ puso letras de antasma y le siguié hasta el patio, donde se detuvo €n cierto punto y desaparecid. E! fil6sofo marcé bien donde se habfa detenido el fantasma y a la manana siguiente hizo excavar en ese punto: encontraron un esqueleto encade- nado, al que dieron digna sepultura. Desde ese momen- to, en la casa no hubo mas apariciones de ningtin tipo, También en este caso el modo natural con que Plinio narra el hecho nos da a entender claramente que se tra- taba de un suceso perfectamente crefble y que no tenia por qué ser discutido. Herdédoto, por su parte, nos refiere un caso notable, que se puede interpretar como telepatia, que demuestra lo habitual que resultaba la consulta a los adivinos. Creso, rey de Lidia, queria consultar a los oraculos y, para establecer cual seria el mas fiable, envid mensajeros a los siete ordculos mas famosos de la época e hizo que Preguntaran a cada uno, cien dfas después de la partida, ae oe ceeletde Creso en ese momento. Herddoto sacerdotisa, camaa ae - eo eu oe a heles me ala que im Ar ee describié la operacion extrafia faniarpieas eect a dedicando en ese momento: und gran olla con ae carne de tortuga y de cordero en apa de cobre, 24 Otro caso de la Antigtiedad nos es narrado por San Agustin; un discipulo suyo quiso poner a prueba a un adi- vino de Cartago, llamado Albicerio, el cual habia repetido correctamente los versos de Virgilio que el joven estaba recitando mentalmente, Es importante sefialar que Albicerio no sabfa latin. También esta experiencia es interpretable en términos de telepatfa, pero a nosotros, en este caso, lo que mas nos interesa es comprobar el hecho de que las pricticas que actualmente lamariamos parapsi- cologicas estaban muy difundidas en la Antigiiedad. Pit bilas y ordculos eran personajes muy famo- sos en la Antigiiedad a los que se consultaba regular- mente tanto por el pueblo como por los reyes. Estos per- sonajes hablaban en nombre de un dios y eran en reali- dad sensitivos que caian en trance, predecian el futuro y aconsejaban a quienes los consultaban por problemas personales o generales. La literatura griega y romana de esa época nos informa del gran prestigio que gozaban estas personas. Entre los pueblos Hamados primitivos (refiriéndonos con este término a las poblaciones desconectadas de nuestra civilizacion occidental) es posible atin hoy hacer constataciones muy interesantes con respecto a lo que hemos dicho hasta aqui. En efecto, en esas poblaciones existia, y todavia existe, la figura del chaman, que era a la vez sacerdote, mago y médico. La tradicién chamanica fue observada en un principio entre los pueblos siberia- nos del Asia central (y es, efectivamente, del tungtis que deriva el término chaman, que significa «persona que se agita como un loco»). Después el fenémeno fue detecta- do en formas muy similares en Africa, América del Norte y América del Sur, Oceania, Indonesia, y Sumatra: practicamente en casi todo el mundo. El chamanismo esté difundido atin hoy como sistema terapéutico en los paises de tradicién agricola y también en las ciudades con un elevado nimero de inmigrantes, como en 25 ica del Sur. Actualmente, 4 los chamanes modernos Ane t hombres-medicinar. se i conn Fras menciond0; el chaman esala vez un cE y una autoridad religiosa oa ou condiciones de ponerse en un extraordinario estac 6 le ee y de tomar contacto, en nombre de toda a io lad, con el mundo espiritual del cual proviene Ja curacién, E] papel del chamdn es el de cumplir los ee Teligiosos y comunicarse con los espiritus prever el futuro, realizar los «viajes del alma», diagnosticar las enfermedades y curarlas. re 2 Los poderes chamanicos son transmitidos hereditaria- mente 0 por vocacion espontdnea. En ambos casos, el chaman es reconocido 0! icialmente como tal sdlo des- pués de una larga iniciacion, durante la cual recibe del chamén titular una ensenanza tradicional que consiste en la transmision de ritos, formulas secretas y técnicas. Pero recibe también una particular instruccién de orden estati- co que le es transmitida desde Jo alto a través de los sue- fios o durante el estado de trance. De los extraordinarios poderes que posefan los chama- nes, y que todavia poseen, han dado numerosos testimo- nios los misioneros que estuvieron en contacto con ellos. Por ejemplo, un misionero catélico que se encontraba en el Africa Central relaté en 1907, en el Almanagque de las Misiones, un caso de gran interés. El testimonio es aun mas valido por el hecho de que la revista en cuestion tenia muy poco interés por este tipo de acontecimientos y, sin embargo, lo publicé con todo detalle de manera ue Dee El misionero que refirid el fendmeno s° sbicous cite ee 4 eee del hechicero de la tribu de is - Reb 4 Tne LN Ugema Uzago, y con f recuencia Advicigaliniioners lando con é1. Pero un dia el brie cee ahs a esa noche no podria ira visita enctientro'que ae a una reunién con su macstt0: un ja Ser de naturaleza no fisica, dado que 26 el lugar en cuestion quedaba a cuatro dias de misionero se mostr6 sumamente sor prendido y, vencerle, el hechicero le invité a presenciar dicho Viaje, para que se diera cuenta de su capacidad y de sus pode- res. La siguiente noche, el misionero se present6 en la choza del brujo y, para tener una prueba de la existencia del viaje de Ugema Uzago, le pidié que cumpliera cierto encargo ante un tal Esaba, amigo suyo, que vivia a tres dias de viaje de alli. El brujo acepté e inicié sus practicas magicas, consis- tentes en ritos a base de invocaciones y en el uso de hier- bas humeantes. Después de este ritual, el brujo cay en un sueno Ae y qued6 como muerto. Al dia siguiente, por la mafana, se desperté y confirmo al misionero que habia cumplido su encargo, el cual consis- tia en decir a Esaba que viniera en seguida a verle y que le trajera cartuchos, En efecto, Esaba lego al cabo de tres dias con todo lo que se le habfa pedido. Dijo que no habia visto a Ugema pero que habfa ofdo su voz desde fuera, por detrés de la puerta, durante la noche, y que después los dos se pusieron a hablar entre si, lo que excluye que se tratara de un fenédmeno telepatico. Evidentemente, el hechicero logr6 realizar un fenémeno de desdoblamiento y cumplié lo que hoy se define como un viaje fuera del cuerpo. Algo similar puede constatarse respecto a los misticos y a los santos: se habla entonces de la bilocacion, fenémeno sobre el que hablaremos mas adelante. Material abundante relativo a los fenémenos paranor- males de los pueblos primitivos puede hallarse en las obras del cardenal Guglielmo Massaia (el centenario de su muerte se cumplidé en 1989), que durante treinta y Cinco aos fue misionero en Etiopia septentrional, en la poblacion de los galla. El cardenal Massaia Hevo a cabo, a la par que la evangelizacin, una gran obra humanita- ria, y fue muy querido por su gente porque logré curar marcha. EI 27. démicas, &M particular la viruela, vacu- do ad oe arde miles de ersonas. Favorecio ademas nando Danes cientificas ¥ diplomaticas entre Italia y ae Se creo centros de asistencia para los indigenas Finuee (ee periodos de guerra Y carestia y es. considera- Dae ey eandador de. AGOIS ‘Abeba: la ciudad surgi, do como el fund: f ce ei ier en efecto, en torno 4 una mision creada por este cardenal. En los titimos afios de su vida, que ae rascati, Guglielmo Massaia se dedicd, a solicituc nde papa Leon Xl, ala redaccién de su recuerdos africanos: casi cua- tro mil paginas manuscritas que se conservan en los archivos secretos del Vaticano y que han sido publicadas de nuevo recientemente. En esta obra monumental encontramos también numerosas descripciones de fend- menos magicos y paranormales constatados personal- mente por el misionero, que los relata sobriamente y de manera objetiva como era su costumbre, Uno de los primeros hechos ins6litos con el que trope- zamos es la narracién de una profecfa que precedid la Ile- gada de los misioneros blancos, y que seguramente con- tribuy6 a que los mismos fueran bien aceptados por parte de los indigenas. Una nifia de doce 0 trece afios. de gran Pune Y, virtud, conto a su madre y a sus familiares que habia tenido visiones, de las que toda la pobl acion se ae pet que sus sacerdotes no eran buenos y que ee blancos como las telas de los nicdoe ane On no tienen mujer. gue tratan aig anton rae que hacen bien a la enter. Me quclles wantin: = ae predijo que ella moriria antes sucedion S sacerdotes blancos, y tal como dijo, ey one eee tuvo algunas dificultades en su los magos. Los galla ce apeales Ucles abisinios) 9 por ° ‘an muy supersticiosos, Come todos los pueblos primiti a los los primitives, y acfan nada sin el pet miso y la aprobacién de sus m Becton nds 810 enfermedade: $ Magos, que se aprovechabar pe pn ee

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