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El perro y el hueso
Inicio
un perro caminaba tranquilamente llevando en su hocico un sabroso hueso. Al llegar a
un río se dispuso a cruzarlo por un pequeño puente.
Nudo
Mientras lo cruzaba miró hacia abajo y se vio reflejado en el agua. Creyó que aquel
reflejo era en realidad otro perro, y que llevaba un hueso más grande que el suyo.
Desenlace
Deseando adueñarse de tan tentador alimento, soltó el suyo para arrebatárselo al
supuesto perro, que se encontraba del otro lado.
El resultado fue frustrante... pues se quedó sin el propio y sin el ajeno, porque uno no
existía y el otro se fue con la corriente del río.