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Hipoacusia conductiva:
Todo problema en el oído externo o medio que impida que el sonido se transmita
adecuadamente se conoce como pérdida auditiva conductiva o de transmisión.
Las pérdidas auditivas conductivas son generalmente de grado leve o moderado,
oscilando entre los 25 y los 65 decibelios.
Se produce cuando algo (tapón de cerumen, otitis, objeto extraño en CAE, liquido
retenido en oído medio, perforación timpánica, colesteatomas, traumatismo y
malformaciones en el oído externo y/u oído medio) impide que las ondas sonoras
pasen al oído interno a través del oído externo y medio. Puede mimetizar
fácilmente la hipoacusia conductiva tapándose el oído, es básicamente el mismo
efecto.
Con hipoacusia conductiva, el habla tiende a sonar inteligible, pero solo cuando el
volumen es lo suficientemente alto y no hay demasiado ruido de fondo. Los
síntomas de la hipoacusia pueden incluir:
Infecciones
Otitis externa
Es la infección más frecuente del oído externo, afecta a la piel del CAE ya sea de
forma difusa produciendo su engrosamiento que estrecha el CAE, o de forma
localizada en uno de los folículos pilosos localizados de su tercio externo que
puede dar lugar a un forúnculo. La piel del tercio externo del CAE contiene pelos y
glándulas sebáceas; estas producen cerumen que constituye una barrera química
contra las infecciones y, junto con los pelos, dificulta la entrada de cuerpos
extraños. En verano, el contacto frecuente con el agua produce el lavado reiterado
del CAE eliminando el cerumen y con ello un mecanismo contra la infección. En
dichas circunstancias una pequeña solución de continuidad, erosión o mínima
herida en la capa superficial de la piel favorece la entrada de bacterias que
facilitan su infección u otitis externa.
Secuelas post-otíticas
Son secuelas no infecciosas de la otitis media crónica (OMC) la cual puede
adquirir varias formas clínicas, generalmente sobre la base de una infección
crónica del oído medio:
Otosclerosis
La otosclerosis es la forma más común de hipoacusia conductiva progresiva
hereditaria en adultos y aunque puede manifestarse en la adolescencia suele
hacerlo en la mayoría de los casos entre las edades de 20 a 50 años. Se
caracterizada por la formación de depósitos anormales de hueso en el oído (o
focos otosclerosos) que a menudo fijan o anquilosan la platina del estribo limitando
o impidiendo la transmisión sonora a través de la cadena de huesecillos (martillo,
yunque y estribo), a nivel del estribo y produciendo una hipoacusia de conducción.
La otosclerosis puede afectar también a la cóclea produciendo una hipoacusia
neurosensorial, aunque en estos casos se manifiesta más a menudo como una
hipoacusia mixta.
Tratamiento:
En los niños con hipoacusia de conducción debida a un cuerpo extraño, infección
o alergia, el tratamiento del trastorno subyacente debe mejorar el problema
auditivo. El seguimiento mediante audiología y timpanometría en la consulta, así
como la evaluación básica continua del desarrollo del lenguaje forman parte, sin
duda alguna, del ámbito del médico de familia. Si el niño con problemas crónicos
no responde al tratamiento de primera línea, como son los antibióticos para las
otitis, se le debe remitir al especialista.
Las hipoacusias de conducción están producidas por lesiones a nivel del oído
externo y/o del oído medio. En general su tratamiento tiene un buen pronóstico,
existiendo varias opciones:
Tratamiento farmacológico
Tratamiento quirúrgico
Tratamiento audioprotésico
Prótesis implantable por conducción ósea (sistema BAHA)
Implantes de oído medio
Las prótesis auditivas tienen que aumentar el volumen para obligar al sonido a
pasar a través del oído medio bloqueado, y ello puede hacer que el sonido se oiga
distorsionado y poco claro. La hipoacusia conductiva puede relacionarse también
con infecciones del oído, las cuales pueden agravarse al usar prótesis auditivas y
por consiguiente hacer difícil e incómodo el uso de las mismas.
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