Está en la página 1de 1

Salmo IV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

D A
+ Señor, tú eres mi esperanza,
D F#m
A que no quede yo jamás defraudado.
G
/ Tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme;
G A D
B escucha mi oración y ponme a salvo

+ Sé para mí un refugio,
A ciudad fortificada en que me salves.
/ Y pues eres mi auxilio y mi defensa,
B líbrame, Señor, de los malvados

+ Señor tú eres mi esperanza;


A desde mi juventud en ti confío.
/ Desde que estaba en el seno de mi madre,
B yo me apoyaba en ti y tú me sostenías

+ Yo proclamaré siempre tu justicia


A y a todas horas, tu misericordia.
/ Me enseñaste a alabarte desde niño
B y seguir alabándote es mi orgullo

También podría gustarte