Está en la página 1de 2

El valor de las redes para las distintas generaciones

En la revista Trípodos, página 202 con el número 34 se ha publicado en Barcelona en 2014,


el artículo “Hacia una comunicación slow: el hábito de la desconexión digital periódica
como elemento de alfabetización”, dedicado a proponer una alternativa de desconexión
digital a través de intervalos periódicos. Casi todos nosotros no estamos conscientes de que
pasamos mucho tiempo estando conectados a internet y al no prestar atención de lo que nos
rodea, estamos perdiendo la noción del tiempo y estamos perdiendo la relación con lo real.
El objetivo que propone el autor, Javier Serrano-Puche, Profesor Titular en la Facultad de
Comunicación de la Universidad de Navarra y Vicedecano de Ordenación Académica, es el
desarrollo de una “comunicación slow”. También presenta unas recomendaciones para
lograr un buen consumo mediático y concluye que la práctica periódica de la desconexión
digital constituye uno de los pilares de la alfabetización mediática.

Así, el autor define “comunicación slow” como el hecho de establecer el hábito periódico
de la desconexión digital. Su intención es cultivar la comunicación cara a cara para que los
momentos de conectividad online sean al mismo tiempo más productivos y enriquecedores.
También, el autor presenta la preocupación que tiene frente a la relación entre los
individuos y el internet que generan un fenómeno de comunicación permanente, lo que
podría llegar a volverse una necesidad social y laboral en algunos casos. Es por esto que
Serrano Puche construye una hipótesis entorno al hecho de que esta relación entre el
internet y las personas que están siendo patrocinados por las tecnologías móviles y la
comunicación frecuente no está libre de peligros desde la vista del desarrollo integral de la
comunicación humana. Sin embargo, al estar inconforme frente a la conexión constante de
redes sociales como método de comunicación, el autor, de cierta manera, al limitar la
comunicación virtual está privando a las personas de su libertad.

En efecto, Serrano Puche argumenta que el desarrollo del internet y de las redes sociales ha
tenido un gran impacto en la cultura y en la sociedad lo que hace que la conexión
permanente nos vuelva dependientes a las redes sociales, pues, ya que a través de ellas es
que logramos comunicarnos de una manera más sencilla tanto en el ámbito laboral como
personal. Es por eso que el autor habla de una necesidad que ha sido creada por la sociedad
que genera una dependencia de la que no tenemos conciencia “internet puede provocar en
el usuario un consumo mediático excesivo y un afán por estar permanente conectado a las
pantallas”(Serrano, 2014, p. 203). También expone una sola solución al problema : “Eso
nos llevará, en último lugar, a proponer la desconexión digital periódica como un hábito
recomendable para recuperar el equilibrio necesario entre las interacciones digitales y las
presenciales, enriqueciendo y humanizando ambos contextos de la comunicación”(Serrano,
2014, p. 203). De esta manera, el autor priva la libertad de las personas al no busca otra
solución aparte de aumentar el tiempo de desconexión.
De la misma forma, el autor hace ver todos los peligros y consecuencias de las redes
sociales y por este medio trata de garantizar una mayor desconexión a través de la
incertidumbre generada, al mismo tiempo que niega tener una visión peyorativa de la
comunicación constante en las redes “Las consecuencias que de ahí se derivan son variadas
y complejas, por lo que no se debe adoptar una postura acrítica o ingenua sobre las
implicaciones de las tecnologías digitales”(Serrano, 2014,p.204). La postura de Serrano
Puche es errada porque a medida que ha evolucionado la tecnología, los seres humanos
también: las nuevas generaciones que se criaron entre las redes sociales son los que tienen
el mayor conocimiento y la experiencia de navegar en las redes.

Por último, se puede considerar que la propuesta de desconexión que propone Serrano
Puche bajo una idea adaptada y dedicada a las jóvenes generaciones bajo el nombre de
“comunicación slow”, es una propuesta que puede llegar a hacer mucho daño en la
sociedad. Asimismo, como está presentado en el texto, los jóvenes acuden a la tecnología
para encontrar otra dimensión en la que pueden ser ellos mismos y ser libres al mismo
tiempo que tratan de resolver sus problemas de adolescencia. Esto nos hace pensar que la
solución que se propone en el texto no es posible por el hecho que se comprueba en el
estudio efectuado por la universidad de Maryland “Los jóvenes afirmaron que la
conectividad tecnológica-digital las 24 horas del día y a la semana2 (24/7) no sólo es un
hábito, sino que es esencial en el modo en que construyen y manejan sus amistades y su
vida social” (Serrano, 2014, p. 205). Igualmente, no sería un beneficio para las personas
sino que al contrario se les estaría perjudicando sus costumbres porque se les quitaría una
parte esencial de su vida cotidiana. Hay muchas personas que mantienen sus relaciones
exclusivamente por Internet por diferentes motivos cómo, por ejemplo, el hecho de que dos
personas vivan en países diferentes. Es por eso que se debería aprovechar la tecnología que
se tiene a la mano. Entonces, si la propuesta de una “comunicación slow” se efectuara en
estos casos se podrían desencadenar una serie de eventos desafortunados cómo que las
personas entraran en estado de depresión a causa de su soledad o incluso lleguen al
suicidio.

Finalmente, el autor debería entender que cada generación es diferente una de otra así que
no se le pueden aplicar los mismos métodos de regulación del consumo del Internet a cada
una de ellas. Si el autor tratara el problema desde la raíz e intentara comprender las
necesidades de cada generación podría dar una solución más acertada a ésta cuestión. De
ésta forma se podrían dar alternativas para reducir el consumo de Internet de una forma más
sana, sin tener que restringir su uso, cómo emplear más actividades de integración y
jornadas didácticas.

También podría gustarte