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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

723/2013
QUEJOSO: **********
VISTO BUENO
SR. MINISTRO

PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA


COTEJÓ
SECRETARIA: PATRICIA DEL ARENAL URUETA

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, en sesión correspondiente al dos de diciembre de dos mil
quince, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo directo en revisión 723/2013,


promovido en contra del fallo dictado el veintiuno de enero de dos mil trece,
por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el
juicio de amparo directo 289/2012.

El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación consiste en analizar si fue correcta la interpretación
que el tribunal colegiado realizó sobre el artículo 1º constitucional,
particularmente, en relación con la necesidad de acudir a los derechos
humanos protegidos en tratados internacionales. Así mismo, en relación
con este tema, debemos analizar la interpretación realizada por el órgano
colegiado en materia de presunción de inocencia.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1. La autoridad responsable, en el acto reclamado, tuvo por acreditados los


siguientes hechos1:

2. El día veinticuatro de marzo de dos mil diez, elementos de la Policía


Federal Preventiva del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se
encontraban realizando revisiones aleatorias al equipaje del vuelo **********
1
Ver hojas 32 a 51 del cuaderno del toca penal **********.
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de la Aerolínea **********, procedente de **********, cuando, con apoyo de


un canino, detectaron una maleta de lona, color **********, documentada a
nombre de **********, en la que encontraron tres paquetes que contenían
polvo blanco, con las características de la sustancia comúnmente
denominada como cocaína.

3. Con motivo de esto, los elementos de la Policía localizaron al quejoso y lo


trasladaron, junto con su equipaje, a las oficinas de la Policía Federal en el
aeropuerto. Posteriormente, ********** fue puesto a disposición del agente
del Ministerio Público de la Federación, quien en la averiguación previa
**********, ejerció acción penal en contra del ahora quejoso, por su probable
responsabilidad en la comisión del delito contra la salud en su modalidad de
posesión con fines de transporte del estupefaciente denominado clorhidrato
de cocaína.

4. La Jueza Segunda de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito


Federal conoció de la causa penal relativa, la registró con el número
**********; y, al dictar auto de formal prisión en contra del quejoso, modificó
la clasificación del delito para que se le siguiera proceso por el delito de
introducción del narcótico clorhidrato de cocaína a la República Mexicana,
previsto y sancionado por el artículo 194, fracción II, en relación con el
numeral 193, ambos del Código Penal Federal, en concordancia con los
artículo 234 a 237 de la Ley General de Salud2.

5. Sustanciado el procedimiento, el treinta de noviembre de dos mil diez, la


Jueza del proceso pronunció sentencia condenatoria, en la cual estimó que
********** era penalmente responsable en la comisión del ilícito por el que
fue acusado; consecuentemente, le impuso una pena de diez años de
prisión y cien días multa3. El sentenciado apeló dicha determinación.

6. El recurso fue resuelto por el Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del
Primer Circuito el treinta y uno de enero de dos mil once, dentro del toca
**********. Dicho órgano estimó que lo resuelto por el a quo en cuanto a la
acreditación del delito y la plena responsabilidad, resultaba conforme a

2
Causa penal **********, tomo I, hoja 253 a 254.
3
Ibíd. Tomo II, fojas de la 170 a la 211.

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derecho. Sin embargo, determinó modificar la resolución impugnada para


decretar el decomiso del pasaporte que el sentenciado utilizó para ingresar
al país4.

7. Inconforme, el quejoso presentó demanda de amparo directo 5. El Cuarto


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito registró el
expediente con el número 487/2011 y, en sesión de veintinueve de marzo
de dos mil doce, otorgó la protección de la justicia de la Unión.

8. En su resolución, el tribunal colegiado advirtió que si bien el quejoso había


combatido la constitucionalidad del artículo 123 Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales, era necesario tratar un tema de estudio preferente
en atención al principio de mayor beneficio. Así, estimó que la sentencia
dictada por el tribunal unitario carecía de debida motivación, pues al
abordar los argumentos de defensa del inculpado, dicho órgano se había
limitado a contestar que él sólo había negado los hechos para evadir su
responsabilidad.

9. El órgano colegiado estimó que esta afirmación resultaba dogmática y que


el órgano unitario debió abundar en las razones por las cuales había
concluido que el material existente en autos era suficiente. También
consideró que el órgano unitario no había emitido juicio alguno para
determinar si el hallazgo de la droga cumplía con la cadena de custodia, en
términos de los artículos 123, 123 bis, 123 ter, 123 quater, 123 quintus y
124, todos del Código Federal de Procedimientos Penales. En
consecuencia, el tribunal colegiado consideró necesario que el tribunal
unitario se pronunciara sobre la licitud o ilicitud de la prueba y, en su caso,
sobre su trascendencia en el resultado del fallo. 6

10. Literalmente, el tribunal colegiado concedió el amparo para los siguientes


efectos:
“….lo procedente es conceder al quejoso, el amparo y protección de la
Justicia Federal, para el efecto de que el Primer Tribunal Unitario en

4
Toca penal **********, ver hojas 26 a 51.
5
Ibíd, Ver hojas de la 71 a la 291.
6
Ibíd, Ver hojas 353 a la 372.

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Materia Penal del Primer Circuito, deje insubsistente la sentencia


definitiva de treinta y uno enero de dos mil once […]; y, en su lugar, con
plenitud de jurisdicción, dicte una nueva resolución que, desde luego,
podrá ser en el mismo sentido que la anterior o diverso; pero, en la que
se deberán subsanar, acorde con los lineamientos de esta ejecutoria,
los vicios formales que afectaron a la anterior, y, en consecuencia,
fundar y motivar suficientemente su determinación, a efecto de
resolver, en su caso, la acreditación del delito CONTRA LA SALUD,
EN LA MODALIDAD DE INTRODUCCIÓN AL PAÍS DEL
ESTUPEFACIENTE DENOMINADO CLOHIDRATO DE COCAÍNA, así
como la plena responsabilidad penal del impetrante de garantías.”

11. A fin de dar cumplimiento a dicha ejecutoria, la autoridad responsable dictó


resolución el siete de mayo de dos mil doce, en la cual nuevamente llegó a
la conclusión de que el quejoso resultaba culpable del delito atribuido.7

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

12. Juicio de amparo directo. Por escrito presentado el veintiuno de junio de


dos mil doce, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales
Unitarios en Materia Penal del Primer Circuito, **********, por derecho
propio, demandó el amparo y protección de la Justicia de la Unión, en
contra de la resolución de siete de mayo de dos mil doce8.

13. En la demanda, el quejoso señaló como derechos transgredidos los


contenidos en los artículos 1°, 14, 16, 17, 18, 20, 21, 73 fracción XXI y 133,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

14. Mediante auto de tres de junio de dos mil doce, la Magistrada Presidenta
del Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito registró
el expediente con el número D.P. 289/2012, admitió a trámite la demanda y
dio la intervención correspondiente al agente del Ministerio Público de la
Federación adscrito a dicho órgano jurisdiccional.9

15. El veintiuno de enero de dos mil trece, el tribunal colegiado de conocimiento


dictó resolución en el sentido de negar el amparo solicitado.10

7
Ibíd, ver hojas 376 a 439.
8
Juicio de Amparo D.P. 289/2012. Fojas de la 5 a la 324.
9
Ibíd, hojas 455 y 456.
10
Ibíd. Ver hojas 501 a 574.

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16. Recurso de revisión. Inconforme con la negativa de amparo, el veintiocho


de febrero de dos mil trece, el quejoso interpuso recurso de revisión, por lo
que el cuerpo colegiado ordenó remitir a este Alto Tribunal el libelo de
interposición del recurso, el escrito de expresión de agravios y el
expediente del juicio de amparo relativo.11

17. Por acuerdo de siete de marzo de dos mil trece, el Presidente de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó formar y registrar el
expediente con el número 723/2013, admitió el medio de defensa, designó
como ponente al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, envió el asunto a la
Primera Sala, en atención a la materia penal sobre la que versa para la
radicación del mismo, y ordenó la notificación del proveído a la autoridad
responsable, así como al Procurador General de la República, a través del
agente del Ministerio Público de la Federación adscrito.12

18. El Ministro Presidente de esta Primera Sala, mediante auto de once de


marzo de dos mil trece, dispuso el avocamiento del recurso y envió los
autos al Ministro ponente para la elaboración del proyecto respectivo.13

III. COMPETENCIA

19. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de
lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal;
83, fracción V, y 84, fracción II, de la abrogada Ley de Amparo; 21, fracción
III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, así como
conforme al Punto Primero y Tercero del Acuerdo General Plenario 5/2013,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos
mil trece; en virtud de que el recurso se interpuso en contra de una
sentencia dictada por un tribunal colegiado de circuito en un juicio de
amparo directo en materia penal, la cual es competencia exclusiva de esta
Primera Sala y no es necesaria la intervención del Tribunal Pleno.

IV. OPORTUNIDAD

11
Amparo directo en revisión 723/2013. Ver hojas 1 a 90.
12
Ibíd. Hojas 92 y 93.
13
Ibíd. Hojas 96 y vuelta.

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20. La revisión se interpuso oportunamente: la sentencia impugnada se notificó


por lista al quejoso el miércoles trece de febrero de dos mil trece 14 y surtió
efectos el jueves catorce siguiente15; por lo que el término de diez días que
establece el artículo 86 de la Ley de Amparo para la interposición del medio
de impugnación de que se trata transcurrió del viernes quince al jueves
veintiocho de febrero de dos mil trece16; por tanto, si el recurso se interpuso
el veintiocho de febrero de dos mil trece17, es evidente que se presentó en
tiempo.
V. LEGITIMACIÓN

21. Esta Primera Sala considera que el ahora recurrente está legitimado para
interponer el presente recurso de revisión con fundamento en el numeral 4°
de la Ley de Amparo, pues queda probado que en el juicio de amparo
directo se le reconoció la calidad de quejoso.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

22. A fin de dar respuesta a la materia del presente recurso de revisión, es


imprescindible hacer referencia a los conceptos de violación, a las
consideraciones de la sentencia recurrida y a los agravios esgrimidos por el
recurrente.

23. Demanda de amparo. El quejoso planteó en síntesis los siguientes


argumentos en sus conceptos de violación:

a) El quejoso alegó que el artículo 123 bis del Código Federal de


Procedimientos es inconstitucional. Consideró que el legislador, al
aprobar la reforma al Código Federal de Procedimientos Penales,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintitrés de enero
de dos mil nueve, reguló en forma deficiente la figura jurídica de
“cadena de custodia”, ya que en el artículo 123 bis, párrafo tercero 18
14
Así se advierte de la constancia que obra en la hoja 575 del juicio de amparo 289/2012.
15
Fundamento: artículo 34 fracción II, de la legislación de amparo.
16
Fundamento: artículo 24, fracción III, de la ley de amparo. Cabe mencionar que dentro del
cómputo no se incluyen los días dieciséis, diecisiete, veintitrés y veinticuatro del mismo mes y año,
por ser sábados y domingos, en términos de los preceptos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
17
Así se advierte del sello fechador estampado en los escritos relativos, que pueden verse en las
hojas 4 y 5 del amparo directo en revisión 723/2013.
18
“Artículo 123 Bis.- La preservación de los indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso, así

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delegó al Procurador General de la República la facultad de elaborar


los lineamientos para la preservación de los indicios, huellas o
vestigios del hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos
o productos del delito. A juicio del quejoso, esto transgrede el artículo
73 fracción XXI y el artículo 102 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, pues las normas penales federales
deben ser emitidas por el Congreso de la Unión, como una reserva
de ley absoluta, salvo casos de excepción, los cuales están previstos
en el artículo 29 de la Constitución (que versa sobre facultades
extraordinarias del Presidente de la República).

b) En relación a la cadena de custodia, el veintitrés de enero de dos mil


nueve, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación diversas
reformas al Código Federal de Procedimientos Penales,
específicamente a los artículos 3°, 123 Bis al 123 Quintus (reformas
que entraron en vigor el veinticuatro de enero de dos mil nueve). Del
artículo transitorio se desprende que la Procuraduría General de la
República, por Acuerdo General, es quien debe emitir los
lineamientos para la preservación de indicios, huellas o vestigios del
hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o productos
del delito.

c) En el caso, no fue posible contradecir las pruebas aportadas por el


Ministerio Público (con lo que se vulneró su derecho de defensa), ya
que el Procurador no emitió los “lineamientos de preservación” al
momento en que acontecieron los hechos. Tales lineamientos
debieron ser emitidos el veinticuatro de enero de dos mil nueve,
fecha de entrada en vigor de la reforma. Sin embargo, fue hasta el
cuatro de febrero de dos mil diez, cuando el acuerdo A/002/10 se
publicó en el Diario Oficial de la Federación, el cual establece los
lineamientos que deberán observar los servidores públicos para la
debida preservación y procesamiento de los hechos o del hallazgo y
de los indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso.

d) Pese a la tardanza, incluso se otorgó un periodo de vacatio legis de


sesenta días posteriores a la publicación de Acuerdo (así lo señala el
artículo transitorio primero del acuerdo A/002/10 de la Procuraduría
General de la República). Por ello, la regulación de los lineamientos
entraron en vigor cuatrocientos treinta y seis días después de la
entrada en vigor de las reglas procesales de cadena de custodia
previstas en el Código Federal de Procedimientos Penales, tomando
en cuenta que éstas entraron en vigor desde el veinticuatro de enero
como los instrumentos, objetos o productos del delito es responsabilidad directa de los servidores
públicos que entren en contacto con ellos.
En la averiguación previa deberá constar un registro que contenga la identificación de las personas
que intervengan en la cadena de custodia y de quienes estén autorizadas para reconocer y
manejar los indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o
productos del delito.
Los lineamientos para la preservación de indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso, así
como de los instrumentos, objetos o productos del delito, que por acuerdo general emita la
Procuraduría General de la República, detallarán los datos e información necesaria para asegurar
la integridad de los mismos.
La cadena de custodia iniciará donde se descubra, encuentre o levante la evidencia física y
finalizará por orden de autoridad competente”.

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de dos mil nueve. Lo anterior cobra relevancia porque el delito


atribuido data del veinticuatro de marzo de dos mil diez, es decir,
cuando la figura de la cadena de custodia ya se encontraba vigente
en el Código Federal de Procedimientos Penales. Todo lo anterior dio
lugar a una omisión legislativa de carácter relativo.

e) El artículo 123 Bis es inconstitucional no sólo por delegar facultades


exclusivas al Procurador General de la República, sino también
porque no regula los lineamientos en forma clara y precisa. Para el
quejoso, tal omisión provoca vulneración en sus garantías de
seguridad jurídica, de legalidad y de defensa.

f) Por otro lado, el quejoso argumentó que la autoridad responsable


vulneró sus derechos fundamentales, al validar actuaciones ilegales,
realizadas por el Ministerio Público en la investigación del delito por el
que indebidamente se le condena. No se respetaron las formalidades
esenciales del procedimiento y el acto reclamado carece de
fundamentación y motivación.

g) El quejoso aludió al principio de presunción de inocencia, al principio


pro persona, al reconocimiento de la progresividad, la universalidad,
la independencia e invisibilidad de los derechos humanos. Para el
quejoso, con base en ello la autoridad responsable tenía la obligación
de motivar por qué el Ministerio Público Federal había acreditado la
existencia plena de todos los elementos del tipo, así como la plena
responsabilidad del quejoso, en la comisión del delito contra la salud,
más allá de toda duda razonable.

h) A juicio del quejoso, existió indebida fundamentación y motivación de


la sentencia que se combate, en cuanto a que el órgano ministerial
no respetó las medidas de aseguramiento de los objetos (cadena de
custodia). regulada en los numerales 3°, 123 bis al 123 quintus del
Código Federal de Procedimientos Penales, esto en relación con el
artículo 160 de la Ley de Amparo.

i) Señaló que la figura jurídica de cadena de custodia se puede definir


como el procedimiento de control que se aplica al indicio o evidencia
material, ya sea vestigio, huella, medio de comisión, objeto material o
producto relacionado con el delito, lo cual abarca desde la
localización por parte de la autoridad, policía o agente del Ministerio
Público de la Federación hasta que la autoridad competente ordene
su conclusión, según se trate de la averiguación previa o el proceso
penal. La cadena de custodia, tiene como finalidad que dichos
elementos materiales no se alteren, modifiquen, destruyan o
desaparezcan. La Representación Social no fundó sus actuaciones
en los citados artículos, lo cual vulnera garantías y derechos
fundamentales del quejoso.

j) A juicio del quejoso existieron violaciones al procedimiento, porque se


incumplieron las medidas de aseguramiento de los objetos (cadena
de custodia) regulada en los numerales 3o, 123 bis al 123 quintus del

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Código Federal de Procedimientos Penales, esto en relación con el


artículo 160 de la ley de amparo, así como de los artículos 14, 16, 17,
19, 20 21, 102, 122 y 133 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, lo que se relaciona con la tesis jurisprudencial
emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación de rubro:
“PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO PROCESO
COMPRENDE EL DERECHO A NO SER JUZGADO A PARTIR DE
PRUEBAS OBTENIDAS ALMARGEN DE LAS EXIGENCIAS
CONSTITUCIONALES Y LEGALES”.

k) En el caso, no existió resolución del agente del Ministerio Público


Federal o judicial, que dé por finalizada la cadena de custodia, de la
evidencia, por lo cual aquélla subsiste, teniendo obligación de
preservar los indicios los servidores públicos que entren en contacto
con ella, en este caso, los Policías Federales.

l) Se advierten violaciones al procedimiento esto en términos del


artículo 160 de la ley de amparo, precisamente se relaciona con la
inaplicación de la ley adjetiva penal en materia de cadena de
custodia. Los servidores públicos no preservaron los indicios, huellas
o vestigios del hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o
productos del delito, por lo cual en términos del artículo 123 bis son
responsables por el incumplimiento de dichos manejos.

m) De acuerdo con los artículos 123 bis y 123 Quintus del Código
Federal de Procedimientos Penales, el personal dictaminador de
Servicios Especializados de la Aduana en el Aeropuerto Internacional
de la Ciudad de México, tenían la obligación de preservar el lugar de
los hechos, ubicado en la posición de contacto número ********** de la
plataforma **********, en la terminal **********, del Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México, sin embargo no lo hicieron. La
Policía Federal y el Ministerio Público incumplieron con la cadena de
custodia, para lo cual debieron de realizar: 1. La custodia del lugar
(posición **********, plataforma **********, terminal ********** del
A.I.C.M.), para lo cual debieron: a) acordonar, siguiendo las técnicas
adecuadas, para lo cual se recomienda utilizar anillos, con la finalidad
de que no se contamine o se altere la escena del delito, b) establecer
vigilancia del acordonamiento. Puesto de control, cuando sea extenso
el lugar, c) se permitirá no acordonar el área siempre que se justifique
y que la naturaleza del área no lo permita, para lo cual se deberá de
fundar y motivar el no acordonamiento del lugar. 2) Ubicar e
identificar el lugar: a) precisar e identificar el lugar, b) realizar fijación
fotográfica o videográfica descriptiva, c) describir el lugar de lo
general a lo particular, usar diagramas. 3) Localización de testigos: a)
La custodia del lugar (posición **********, plataforma **********,
terminal ********** del A.I.C.M.). Del mismo modo, los agentes que
acudieron a la posición de contacto número **********, por la panza del
avión, no embalaron la maleta, ni los paquetes que encontraron en su interior
tampoco etiquetaron los indicios o vestigios (maleta, paquetes con polvo
blanco, ticket de documentación de maleta, objetos que contenía) ni

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describieron la forma en que se recolectaron, esto en términos del artículo


123 Ter del código adjetivo penal federal.

n) No ha quedado claro quién fue la persona que puso a disposición los objetos
si los policías que estaban presentes en la plataforma ********** posición
**********, o el Suboficial **********, que realiza la denuncia de hechos;
lo que es relevante, ya que el indicio de relación entre el quejoso y la
maleta es el ticket de documentación que traía la maleta marca
********** de color **********, sin embargo dicha preservación del ticket
en la manija de la maleta está viciada, ya que nunca se demostró
objetivamente que estuviera fijo en el asa de la maleta, por lo cual se
encuentra alterada la evidencia.

o) En el acuerdo de inicio de la averiguación previa, suscrito por el


Ministerio Público **********, citó evidencias/indicios que no fueron
enlistados, ni puestos a disposición en el escrito de denuncia de
hechos de veinticuatro de marzo de dos mil diez. Por lo que es evidente
que no se respetó la cadena de custodia, desde la recolección, la recepción
del Ministerio Público, el aseguramiento de éste, y la puesta a disposición de
los mismos al Órgano Jurisdiccional, máxime cuando se tenían la obligación
legal de preservar dichos indicios/evidencias.

p) Es obligación del Ministerio Público cerciorarse de que se han


seguido los procedimientos para preservar los indicios, huellas o
vestigios del hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o
productos del delito, situación que no aconteció, vulnerando las
normas del procedimiento y con ello sus garantías constitucionales.

q) Si bien el Ministerio Público, aseguró la maleta de color ********** marca


**********, un ticket de equipaje documentado, mediante auto de
veinticinco de marzo del dos mil diez, a las catorce horas con tres minutos,
también debe decirse, que por obligación legal, tenía que cerciorarse del
seguimiento de la cadena de custodia, y al percatarse que la recolección y
levantamiento de los objetos no se realizó en forma adecuada. Así debió de
señalarlo en el acuerdo de aseguramiento.

r) Los paquetes confeccionados en la maleta ********** con la leyenda


**********, fueron localizados aparentemente a través de un miembro
canino de nombre “Uva”, sin embargo no existe certificación o de la
existencia de dicho canino, con lo cual se evidencia el indebido
tratamiento de la policía y ministerio público respecto a los
indicios/evidencias del presente caso.

s) Esta situación es contrario a lo que señala el numeral 289 bis del


Código Federal de Procedimientos Penales, que señala que si
durante el procedimiento a que se refieren los artículos 123 bis, 123
Ter, 123 Quater y 123 Quintus, las evidencias/indicios se alteran,
éstos no perderán su valor, que los servidores públicos, iniciaron el
procedimiento, lo aplicaron y que por alguna razón se alteraron las
evidencias e indicios.

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t) Adicionalmente, el quejoso consideró que existe inseguridad jurídica


del soporte probatorio de la indagatoria todo lo cual, a su juicio,
vulnera el artículo 14 constitucional.

u) El soporte probatorio, tiene relación directa con lo que se denomina


formalidades esenciales del procedimiento, su valoración es una
decisión judicial, sin embargo ambas figuras son complementarias e
indispensables.

v) A continuación, el quejoso se refirió a las conclusiones contradictorias


que, a su juicio, podían desprenderse de la valoración del material
probatorio.

w) Destacó que, de la fijación fotográfica fedatada por el Ministerio


Público, se advierte la existencia de dos maletas, una de color
********** y otra de color **********, que se aprecian al fondo sobre la
mesa, y precisamente, en la maleta ********** se aprecia sobre su asa
una etiqueta blanca de documentación, sin que se aprecie si la
maleta ********** que obra al fondo y que no está descrita cuenta con
la etiqueta de documentación. La única maleta que cuenta con etiqueta de
documentación lo es la maleta **********, que se encuentra a un lado de la
maleta ********** con la leyenda "**********", y que esta última no posee
ninguna etiqueta de documentación en su asa tal como señala la inspección.

x) El Ministerio Público fedató diversos objetos que obraban en el interior de la


maleta **********, de los cuáles se desprende zapatos de mujer, ropa de mujer
y artículos personales de mujer, situación que hacen presumir que la maleta
no es del quejoso. Los boletos hacen pensar que existe un error de impresión
por parte de la aerolínea ya sea en el número de ticket, en la fecha o en algún
rubro, situación que sin lugar a dudas no puede ser imputable al quejoso.
Adicionalmente, el quejoso no fue llevado a la panza del avión, tampoco
identificó ninguna maleta, por ser zona restringida, tal como lo señala el
Reglamento de su presencia la maleta ********** de lona con la leyenda
"**********", como de su propiedad, ya que en todo momento manifestó el
desconocimiento de la misma.

y) Para que un resultado penal pueda ser atribuido, requiere un nexo causal o
relación de causalidad entre la conducta del ser humano y el resultado
sobrevenido. Bajo esa tesitura, es procedente analizar si al quejoso se le
puede imputar el resultado realizado por un tercero, que en el caso son el
personal de la aerolínea que documenta el equipaje y el piloto aviador. De
autos de la causa no está acreditado que el quejoso haya documentado en
**********, la maleta ********** con la leyenda **********, y menos aun
indiciariamente se acredita que sea de su propiedad. La responsable debió
verificar y cerciorar, con la Aerolínea, quién había documentado una maleta
********** con determinadas características, así como pedir apoyo para
obtener las videograbaciones del aeropuerto de **********.

z) De los anteriores elementos se desprende que los indicios que obran en el


sumario del acto reclamado, son suficientes para generar la duda razonable
en favor del quejoso, por lo que no se acredita su plena responsabilidad. En

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suma, el Tribunal Unitario, realizó una indebida valoración de evidencias e


indicios, con lo cual pretendió establecer la responsabilidad plena del
impetrante, pues los indicios no tienen relación con el quejoso. Existe una
indebida valoración de las pruebas, mismas que no son suficientes para
decretar la plena responsabilidad del quejoso. El tribunal unitario pretende
basar su resolución en una prueba circunstancial, sin embargo un juzgador no
debe de hacer uso indiscriminado de dicha prueba y menos aún aplicarla
indebidamente, como es el caso que nos ocupa.

24. Sentencia de amparo. El Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del


Primer Circuito, declaró infundados por una parte e inoperantes por otra, los
conceptos de violación, con base en las siguientes consideraciones.

a) El artículo 123 Bis, del Código Federal de Procedimientos Penales no


es una norma incompleta, porque no remite, ni obliga a remitir, a otro
ordenamiento igual o de inferior jerarquía, para establecer los
principios relativos a la cadena de custodia. Además, tal norma
procesal no necesita ser integrada por ninguna otra ya que contiene
el objeto o materia que regula así como la manera que debe aplicarse
y los sujetos que deben hacerlo.

b) La autonomía estructural del artículo 123 Bis permite afirmar que es


una norma completa. Su aplicación es posible al margen de que la
Procuraduría General de la República emita o no el Acuerdo General
que establezca los lineamientos de la cadena de custodia de objetos,
instrumentos y productos del delito.

c) Es inoperante el argumento relativo a que el artículo en comento


delegó a la Procuraduría General de la República la facultad
legislativa para establecer en un Acuerdo General los lineamientos
para la preservación de indicios, huellas o vestigios del hecho
delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o productos del
delito. Tal delegación de facultades legislativas no causa perjuicio
alguno al quejoso. En la sentencia reclamada no se aplicó el citado
Acuerdo General, cuya constitucionalidad sólo podría estudiarse si la
norma se hubiere aplicado. Además dicho acuerdo entró en vigor con
posterioridad a los hechos. Por ello, no es posible realizar un estudio
en abstracto.

d) Es infundado el concepto de violación dirigido a combatir el hecho de


que la Procuraduría General de la República hubiese omitido emitir
un Acuerdo General. En el juicio de garantías no es procedente
alegar la omisión legislativa dado que entonces se le daría efectos
generales si se tuviera que expedir una norma en caso de amparar al
quejoso, lo cual sería contrario al principio de relatividad. Al respecto,
el tribunal colegiado citó la tesis del Pleno de la Suprema Corte cuyo
rubro dispone: “LEYES, AMPARO CONTRA. ES IMPROCEDENTE
AQUEL EN QUE SE IMPUGNA LA OMISIÓN DEL LEGISLADOR

12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

ORDINARIO DE EXPEDIR UNA LEY O DE ARMONIZAR UN


ORDENAMIENTO LEGAL A UNA REFORMA CONSTITUCIONAL.”

e) Son inoperantes por una parte e infundados por otra los conceptos de
violación que combaten el hecho de que la autoridad responsable no
fundara ni motivara la sentencia combatida, porque el Ministerio
Público no respetó las medidas de aseguramiento de los objetos en
relación a la cadena de custodia, regulada en los numerales 3, 123
bis al 123 quintus del Código Federal de Procedimientos Penales.
Tales conceptos de violación ya fueron analizados en la ejecutoria
dictada en el juicio de amparo directo 487/2011, resuelto en sesión
de treinta de marzo de dos mil doce, donde se concedió el amparo
para que la autoridad responsable estableciera si el hallazgo de la
droga cumplió con la legal cadena de custodia de conformidad con
los artículos 123, 123 bis, 123 ter, 123 quater, 123 quintus y 124,
todos del Código Federal de Procedimientos Penales, a efecto de
determinar la licitud de las pruebas.

f) Por otro lado, es infundado que en el caso se haya dado una


violación de derechos humanos por la circunstancia de que las
autoridades no fundaron su determinación en tratados
internacionales. Al respecto, el tribunal colegiado realizó diversas
manifestaciones acerca del control de convencionalidad, su
obligatoriedad, etc.

g) Sin embargo, finalmente concluyó literalmente que “el control de


convencionalidad ex officio, implica la obligación para los jueces: a)
de hacer valer un derecho humano reconocido en un Tratado
Internacional, pero no previsto en la legislación local; o bien, b)
hacerlo valer aun y cuando esta última legislación diga lo contrario.
De ello cabe concluir que si el derecho de que se trata está
esencialmente regulado en la Constitución Federal y en la ley
secundaria, la observancia de estos últimos es suficiente aún y
cuando no se invoque el tratado. El quejoso argumenta que la
responsable dejó de observar sus derechos humanos reconocidos en
los diversos convenios y tratados internacionales que menciona, lo
que deviene infundado porque los derechos que invoca están
previstos por la Constitución Nacional y en su caso, por la ley
procesal aplicable como lo es el Código Federal de Procedimientos,
de tal suerte que no se da el supuesto de aplicación de tratados
porque prevean un derecho no previsto en la legislación nacional, ni
porque ésta prevea una situación en contra de un derecho
reconocido en aquéllos.”

h) Consecuentemente, el hecho de que alegue que se transgredió en su


prejuicio el principio de presunción de inocencia previsto en los
convenios internacionales, es insuficiente si ese principio está
contenido en la constitución, concretamente en los artículos 14,
párrafo segundo, 16, párrafo primero, 19, párrafo primero, 21, párrafo
primero y 102, apartado A, párrafo segundo, luego, no es dable
concluir que la autoridad responsable emitió el acto reclamado en

13
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

contravención con la Convención Americana sobre Derechos


Humanos y los diversos tratados a que alude.

i) En cuanto al principio de presunción de inocencia, el tribunal


colegiado señaló que no era posible reprochar al tribunal unitario el
que no hubiese aplicado lo establecido en la Convención y los
tratados mencionados. Esto sólo acontece cuando el derecho que se
prevé en un tratado lo está en nuestro sistema legal o cuando éste
prevé lo contrario.

j) La circunstancia de que el planteamiento del quejoso sea infundado


desde un plano de convencionalidad “ex officio”, no significa que no
se deba ocupar de los derechos que a su decir fueron violados.
Respecto a los alegatos relacionados con violaciones al
procedimiento en la averiguación previa, el tribunal colegiado señaló:

k) De conformidad con los artículos 123 al 123 Quintus del Código


Federal de Procedimientos Penales, del parte informativo se advierte
que los responsable de la preservación de los indicios y objetos de
delito fueron los elementos de la Policía Federal, quienes informaron
a su superior jerárquico y éste con prontitud al agente del Ministerio
Público, las diligencias para el esclarecimiento de los hechos, con lo
cual se dio cumplimiento a la fracción I, del artículo 123 Ter, del
código adjetivo federal de la materia. De dicho parte informativo se
colige que los elementos de la policía federal describieron la forma en
que recolectaron y levantaron los indicios y objetos relacionados con
el hecho delictuoso, con lo cual se actualizaron las fracciones II y III
de la citada disposición legal. Los elementos policíacos pusieron a las
evidencias a disposición del Ministerio Público de la Federación para
que se iniciara la averiguación previa correspondiente, quien a su vez
ordenó la fe de objetos y el aseguramiento de los mismos, con lo cual
se cumplimentó lo establecido en la fracción IV, del numeral 123 Ter,
del código adjetivo penal referido.

l) En ese sentido, no existió violación alguna al procedimiento en


cuanto a la recolección y preservación de las pruebas que
sustentaron la averiguación previa pues de autos surgió el hallazgo
del equipaje y droga asegurados, ocurrido a las doce horas con
cuarenta y siete minutos del veinticuatro de marzo de dos mil diez, en
la posición de contacto número **********, de la plataforma **********,
en la terminal ********** del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México. Los indicios obtenidos, apreciados en forma conjunta,
conforman la prueba indiciaria a que alude el artículo 286 del código
en cita, para acreditar la responsabilidad penal del quejoso en la
comisión del delito imputado.

m) La autoridad responsable cumplió con las formalidades esenciales


del procedimiento, ya que la sentencia fue dictada luego de un
proceso tramitado con arreglo a derechos fundamentales. El fallo fue
emitido por el Primer Tribunal Unitario en materia Penal del Primer
Circuito, autoridad que en lo material y en lo jurisdiccional tiene

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

competencia para ello, mismo que se apoyó en leyes expedidas con


anterioridad al hecho.

n) Por otra parte, la intervención del juzgador de primer grado derivó de


la acción penal ejercida por el Ministerio Público, lo cual implica que
no actuó oficiosamente, situación que conllevó al referido juzgador a
celebrar la audiencia pública, en la que recibió la declaración
preparatoria del procesado, a quien previamente se le informaron los
derechos que le otorga el artículo 20 constitucional, diligencia en la
que estuvo asistido de un defensor público federal. Asimismo, fue
informado de los hechos materia del ejercicio de la acción penal y de
las personas que depusieron en su contra, lo que derivó en que se le
dictara auto de formal prisión por el delito contra la salud, en la
modalidad de introducción al país, del estupefaciente denominado
clorhidrato de cocaína; durante la etapa de instrucción tramitada en la
vía sumaria se ofrecieron y desahogaron las pruebas ofertadas por
las partes y seguida la secuela procesal se dictó la sentencia
condigna en la que se estimó al quejoso penalmente responsable en
la comisión el delito que se le atribuye, determinación que fue
apelada por la autoridad responsable del conocimiento y modificada
sólo en cuanto algunos aspectos no esenciales.

o) En esa virtud, no se transgredió ninguna garantía en contra del


peticionario de amparo, porque tuvo conocimiento de la acusación en
su contra y tuvo en la posibilidad de ofrecer pruebas, además la
controversia se resolvió mediante sentencia legalmente dictada antes
de que se dictara sentencia de segundo grado. La responsable fundó
y motivó el acto reclamado al citar los preceptos aplicables que le
sirvieron para apoyar su determinación, aunado a que se expresaron
en forma razonada las circunstancias especiales y particulares que la
llevaron a resolver en el sentido en que lo hizo.

p) A continuación, el tribunal colegiado estudió la acreditación del delito


y la responsabilidad del quejoso. Respecto a ésta última consideró
que estaba acreditada con el cúmulo de pruebas recabadas durante
el proceso de origen; ello, pese al argumento del quejoso en el
sentido de que existió contradicción en las declaraciones
ministeriales de los que depusieron en su contra.

q) El quejoso fue identificado por la cintilla que llevaba la maleta objeto


del ilícito, cuyo número es el **********. El mismo corresponde al pase
de abordar y no al de la documentación de su equipaje, motivo por el
cual se acreditó que el equipaje sí estaba documentado a su nombre.

r) En relación con el argumento del quejoso en el sentido de que en el


interior de la maleta se encontraron zapatos, ropa y artículos
personales de mujer, así como una tarjeta de crédito a nombre de
**********, el colegiado consideró que se trataba de una afirmación
dogmática. Consideró que resultaba irrelevante acreditar la propiedad
del equipaje y de los artículos contenidos en él, dado que la intención
del quejoso de introducir cocaína al país resultó acreditada, por lo

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

que con tales objetos solamente pretendía distraer la acción de la


justicia.

s) A continuación, el tribunal colegiado señaló que lo anterior no eximía


de responsabilidad al quejoso, toda vez que el hecho de que esa
maleta llevara una etiqueta en el asa con la leyenda “**********”
“**********” y los números de referencia del pase de abordar de éste,
denotaron que efectivamente la maleta y su contenido eran del
acusado.

t) Por otro lado, el tribunal colegiado consideró ilógico que tanto su


esposa como su defensor hubieses decidido recibir la maleta sin
expresar inconformidad alguna. El argumento de que la recibieron
sólo porque el Ministerio público la regresó resulta ilógico, pues no
estaban obligados a recibirlos si no eran suyos. Lo mismo aconteció
con la tarjeta a nombre de **********, pues al haberla recibido la
esposa, esto permitió concluir al tribunal responsable que podría
tratarse de algún familiar, de lo contrario no la habría recibido.

u) También consideró intrascendente que los tickets de documentación


de equipaje no tuvieran número consecutivo, lo que según el quejoso
revelaría que el equipaje fue documentado dos veces. A juicio del
colegiado, cintilla que llevaba la maleta en cuestión permitía
identificar aquélla como propiedad del quejoso quien tenía en su
poder la contraseña correspondiente. Si bien ello puede ser un error
imputable a la aerolínea, no es suficiente para desestimar las
pruebas que integran el sumario.

v) También calificó como infundado lo relativo a que es responsabilidad


de la aerolínea el manejo del equipaje en atención a lo que establece
la Ley de Aviación Civil, así como su reglamento. Consideró que lo
que la conducta del quejoso era lo que estaba sujeta a análisis, sin
que pudiera considerarse que el activo no actuó con dolo directo.

w) Adicionalmente, el tribunal colegiado consideró que si bien el quejoso


había señalado que la maleta no era suya, no desahogó los medios
de prueba aptos para justificar el planteamiento defensivo. Si bien se
constituye en hechos negativos no susceptibles de prueba, para dar
verosimilitud debieron probarse los extremos afirmados, de los cuales
deriva la aseveración de que el equipaje no era suyo.

x) No se violó en su perjuicio el principio de presunción de inocencia, ya


que el Ministerio Público probó que el quejoso introdujo al país
clorhidrato de cocaína en tres paquetes ocultos en el doble fondo de
una maleta. El tribunal colegiado además señaló que del principio de
presunción de inocencia se desprenden los siguientes derechos a)
que la persona no está obligada a probar que es inocente, sino que la
carga de la prueba recae en la parte acusador; b) que no puede ser
obligado a confesar en su contra; c) que, en caso de duda, ésta debe
beneficiar al sujeto.

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

y) A juicio del colegiado, efectivamente corresponde al Ministerio


Público la carga de probar los elementos y hechos que integran el
delito imputado y en el caso concreto la plena responsabilidad, lo que
así aconteció en el caso, pues quedó probado que el quejoso
introdujo clorhidrato de cocaína en tres paquetes ocultos en el doble
fondo de una maleta, por ende, le correspondía desvirtuar el cúmulo
de pruebas que así lo demostraran, probando de manera fehaciente
su versión defensista. De lo contrario, como aconteció, quedó
desvirtuado el principio de presunción de inocencia.

25. Recurso de revisión. En sus agravios, el recurrente se inconformó con la


respuesta que dio el tribunal colegiado respecto a su planteamiento sobre
la inconstitucionalidad del artículo 123 Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales. También alegó que el tribunal colegiado interpretó
incorrectamente los principios que rigen las actuaciones ministeriales, en
términos del artículo 21 constitucional. De igual modo, combatió lo que
consideró una errónea interpretación de debido proceso, de la garantía de
legalidad y, consecuentemente, de artículo 16 constitucional. Finalmente,
también cuestionó la interpretación realizada por el tribunal colegiado del
principio de presunción de inocencia. A continuación se detallan los
argumentos esgrimidos.

a) En primer lugar, el recurrente aduce que el análisis de


constitucionalidad del artículo 123 Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales, llevado a cabo por el tribunal colegiado del
conocimiento, fue indebido. A su juicio, el órgano colegiado dejó de
advertir que la norma impugnada vulnera el principio de reserva de
ley absoluta, previsto en el artículo 73, fracción XXI de la Constitución
Federal. Señala que dicho principio ordena que el régimen de los
derechos y libertades fundamentales puede ser resguardado sólo por
una ley en sentido formal y material. El Congreso de la Unión reguló
la figura de “cadena de custodia” en forma deficiente, porque delegó
en el Procurador General de la República la elaboración de los
lineamientos para la preservación de indicios, huellas o vestigios del
hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o productos
del delito, lo cual se traduce en que se le delega la facultad exclusiva
de legislar en la materia penal. También estima que el precepto
impugnado vulnera el principio de taxatividad, porque omite regular
los lineamientos de la cadena de custodia en forma clara, precisa y
completa; es decir, no establece cuáles son los lineamientos para la
preservación de los indicios. La norma vulnera el derecho de defensa
por ser una norma incompleta.

b) El recurrente considera necesario aclarar que no reclamó la


aplicación del Acuerdo General que el Procurador General de la

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

República omitió expedir, pues lo que le afecta es la delegación de


facultades a dicho funcionario. Por ello, a su entender, es
incongruente que el tribunal colegiado haya declarado inoperante su
concepto de violación bajo el argumento de que no le fue aplicado el
Acuerdo General que en su caso hubiera emitido el Procurador
General de la República. Sobre esa base, aduce que le causa
agravio que el órgano colegiado no hubiese estudiado su motivo de
disenso al respecto.

c) A juicio del quejoso, el texto del artículo 123 Bis, en la parte que
dispone “los lineamientos para la preservación de indicios, huellas o
vestigios del hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos
o productos del delito, que por acuerdo general emita la Procuraduría
General de la Republica, detallarán los datos e información necesaria
para asegurar la integridad de los mismos”, trasgrede la garantía de
exacta aplicación de la ley penal, prevista en el artículo 14
constitucional. Esto es así, a su juicio, porque la norma genera
incertidumbre e inseguridad jurídica, pues impide al gobernado saber
cuáles son esos procedimientos que garantizan los datos e
información necesaria para asegurar la integridad de los indicios. La
única forma de conocerlos es mediante la emisión del acuerdo
general que en su momento emita el Procurador General de la
República. El hecho de que establezca reglas generales no conlleva
a que se respete el principio de taxatividad, así que la única forma
exacta de conocer la figura de la cadena de custodia es con el
acuerdo.

d) Por otra parte, el quejoso señaló que en su demanda planteó la


interpretación directa del artículo 21 constitucional, pues argumentó
que la actuación de la Policía y del Ministerio Público Federal
incumplió con los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos. Al
respecto, el quejoso señaló que la actuación Ministerial realizada a
las veinte horas y cuarenta y seis minutos del veinticuatro de marzo
de dos mil diez, relativa a la fe de una etiqueta de color blanco, con
letras y códigos de barra en color negro, de aproximadamente veinte
centímetros de largo por cinco y medio centímetros de acho, con los
siguientes datos: “**********” “**********” “**********”, colocada en el asa
de una maleta de lona **********, marca “**********", vulnera los
principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo,
honradez. De las fotografías que se anexaron a la mencionada
actuación ministerial no se advierte que la citada maleta presente la
referida etiqueta. Tal actuación es contrastante con la diligencia
llevada a cabo a las veintidós horas y ocho minutos del veinticuatro
de marzo de dos mil diez, en la cual el Ministerio Público hizo constar
que en ese momento retiró la etiqueta del asa de la referida maleta.

e) De las actuaciones se aprecia que se preservó indebidamente la


etiqueta colocada en el asa de la maleta ********** marca “**********”,
porque las diligencias ministeriales practicadas, donde se hace
constar que presenta una etiqueta color blanco, tienen fotografías

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

anexas pero no se advierte dicha etiqueta. Las fotografías forman


parte íntegra de las actuaciones ministeriales y la función de estas es
plasmar en forma objetiva lo descrito en el acta, de ahí que debe
existir coincidencia entre el contenido de lo escrito y lo reflejado en la
imagen fotográfica, de lo contrario se puede advertir que el
Representante Social está alterando la realidad. La fotografía es el
medio tecnológico óptimo para demostrar el estado en que se
encuentran los objetos sobre los cuales el Ministerio Público da fe,
fotografías que al estar referidas en el acta forman parte íntegra de
ésta.

f) El tribunal colegiado de circuito se limitó a ponderar que se cumplió


con la preservación de indicios como fue la droga y la maleta, sin
embargo respecto de la preservación de la etiqueta no se pronunció.
Este aspecto le agravia pues la etiqueta es precisamente el elemento
vinculatorio entre la maleta y él, motivo por el cual fue indebido que el
citado órgano jurisdiccional aseverara que la cadena de custodia se
cumplió y que se preservaron adecuadamente los indicios.

g) Para la Policía Federal y el Ministerio Público, la aplicación del


principio de legalidad debe ser total y absoluta; así, el hecho de que
los referidos servidores no fundaran sus actuaciones con base en la
figura jurídica de cadena de custodia vulneró el principio de mérito, lo
cual generó inseguridad.

h) De igual manera, el quejoso señala que la sentencia impugnada


interpreta indebidamente el artículo 21 constitucional, al decretar la
validez de las actuaciones del Ministerio Público, pues analiza
incorrectamente los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos.
Sostiene que en junio de dos mil ocho se publicó una reforma
constitucional que obliga a la Policía y al Ministerio Público a actuar
bajo los citados principios.

i) Aduce que se violentan los principios de buena fe, objetividad,


eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a sus derechos
humanos, al haberse dado fe ministerial de la tarjeta número
“**********, expedida por la Institución Bancaria “**********”, a nombre
de **********, la cual estaba en el interior de la maleta **********, misma
que también contenía ropa, zapatos y artículos personales de mujer.
El Ministerio Público estaba obligado a agotar todas las líneas de
investigación, para lo cual debió buscar a la citada ********** y verificar
si dicha persona realizó el viaje en el mismo avión que él, además si
las pertenencias que la maleta tenía en su interior eran de su
propiedad, pues no debemos olvidar que la intención del
Constituyente fue precisamente dotar a los Ministerios Públicos y a la
Policía Federal, de habilidades, destrezas y técnicas adecuadas de
investigación, en apego a los postulados mencionados, y para hacerlo
es necesario que se agoten todas las líneas de investigación, de lo
contrario se corre el riesgo de acusar a un inocente.

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

j) Expone que la sentencia sujeta a revisión debió establecer el alcance


del artículo 289 Bis, conforme al caso concreto, pues solo así se
estaría en la posibilidad de establecer si las diligencias realizadas por
el Ministerio Público fueron válidas a pesar de que en ningún
momento aplicaron los procedimientos a que se refiere el artículo 123
Bis y subsecuentes. El quejoso agrega que, en términos del artículo
289 Bis, para que las evidencias o indicios no pierdan su valor
probatorio es fundamental que se lleven a cabo los procedimientos
que señalan los artículos 123 Bis al 123 Quintus, situación que no
aconteció.

k) A continuación, el quejoso señala que el caso exige la interpretación


del artículo 16 constitucional, primer párrafo —situación que el
tribunal colegiado a su decir omitió estudiar—. En materia penal, el
Ministerio Público no puede aplicar tácitamente los fundamentos
jurídicos. El Estado debe fundar puntualmente sus determinaciones,
concretamente, en lo que interesa al caso, en los artículos 3°, 123 bis
al 123 Quintus del Código Federal de Procedimientos Penales. De lo
contrario, el gobernado no tiene la certeza para saber si se le
aplicaron o no.

l) Por otro lado, el quejoso alega que la autoridad responsable actuó


indebidamente y que en su demanda de amparo argumentó que sus
alegatos estaban relacionados con la interpretación y alcance del
artículo 100, séptimo párrafo, de la Constitución Federal, que señala:
“[…] La ley establecerá las bases para la formación y actualización de
funcionarios, así como para el desarrollo de la carrera judicial, la cual
se regirá por los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad,
profesionalismo e independencia […]”.

m) Al respecto, el quejoso sostiene que en el recurso debe revisarse si


los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad,
profesionalismo e independencia se ven afectados cuando el Tribunal
Unitario establece que el Ministerio Público cumplió con los
lineamientos de la figura de la cadena de custodia. Esto, a pesar de
que ninguna de las actuaciones de la representación social y de las
autoridades jurisdiccionales la aplicaron. Considero que esto también
conlleva un desequilibrio procesal, ya que no tuvo la oportunidad de
defenderse de la aplicación de dicha figura.

n) El recurrente también combate lo que califica como una incorrecta


interpretación de los principios constitucionales de debido proceso y
de derecho a la defensa. Concretamente, aduce que no tuvo
oportunidad de defenderse de la figura de la cadena de custodia
porque el Tribunal Unitario la introdujo en su resolución de siete de
mayo de dos mil doce, no obstante que el órgano acusador no se
había pronunciado sobre la misma en forma expresa, motivo por el
cual la autoridad jurisdiccional suplió las deficiencias del órgano
acusador, lo que afecta la excelencia, objetividad y sobre todo la
imparcialidad.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

o) Solicita que se interprete el presente asunto en términos de los


principios del debido proceso, los cuales comprenden el derecho a no
ser juzgado a partir de pruebas cuya obtención se encuentra al
margen de las exigencias constitucionales y legales, así como el
derecho que tiene toda persona a no ser privada de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento.

p) Advierte que el debido proceso sustantivo no se inserta en una


construcción procedimental, sino que implica la compatibilidad de los
pronunciamientos jurisprudenciales con los estándares de justicia o
razonabilidad. Es un auténtico juicio o valoración aplicada
directamente sobre la misma decisión o pronunciamiento con el que
se pone término a un proceso y que incide en el fondo de las cosas.
No sólo opera como un instrumento sino que fundamentalmente es la
finalidad.

q) En esencia, por las mismas razones solicita que se haga dicha


interpretación en términos de su derecho de defensa. Insiste en lo
que considera una doble dimensión del debido proceso. Señala que
el aspecto sustantivo en el fondo busca que se tutelen los derechos
fundamentales de la persona.

r) Finalmente, el quejoso se refiere a la interpretación realizada por el


tribunal colegiado respecto al principio de presunción de inocencia.
La considera incorrecta y contraria a lo dispuesto en tratados de
derechos humanos, toda vez que las pruebas y su suficiencia no
fueron valoradas conforme dicho a principio.

s) El recurrente cita al autor Luigi Ferrajoli, quien, a su entender, explica


que la presunción de inocencia expresa a lo menos dos significados
garantistas a los cuales se encuentra asociada y que son: “la regla de
tratamiento del imputado”, que excluye o restringe al máximo la
limitación de la libertad personal y “la regla del juicio”, que impone la
carga acusatoria de la prueba hasta la absolución en caso de duda.
La propia Convención Interamericana sobre derechos Humanos, en
el artículo 8.2 establece que toda persona inculpada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad.

t) De acuerdo con la referencia del quejoso, dicho principio no perturba


la persecución penal pero sí la racionaliza y encausa; es el eje rector
del proceso penal y busca evitar los juicios condenatorios anticipados
en contra del inculpado sin una consideración detenida en la prueba
de los hechos y la carga de la misma, asimismo, obliga a determinar
la responsabilidad del acusado a través de una sentencia fundada,
congruente y acorde a derecho, donde el “onus probandi"
corresponde a quien acusa.

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

u) Otro problema que a decir del recurrente presenta la sentencia sujeta


a revisión, versa sobre la interpretación del principio de duda
razonable, el cual está inmerso en el principio de presunción de
inocencia y que se relaciona directamente con los estándares de
prueba. Para definir con precisión cuando una duda sobre dicha
culpabilidad es razonable o no, la prueba debe superar un grado de
confirmación del noventa y cinco por ciento, de ahí que la duda para
ser razonable deberá superar una probabilidad del cinco por ciento,
donde se deben llegar a determinaciones de certeza, casi certeza, o
altísima probabilidad.

v) En este asunto —señala el recurrente— es evidente que se genera


una duda razonable con motivo de la contradicción entre la fotografías
de la maleta y el señalamiento de que ésta tenía en su asa una
etiqueta con la referencia al número de pase de abordar del quejoso
Al omitir estudiar este punto, la sentencia combatida incurrió en una
indebida interpretación del principio de presunción de inocencia.

VII. PROCEDENCIA DEL RECURSO

26. De conformidad con la Ley de Amparo, el recurso de revisión en amparo


directo se distingue por ser un medio de impugnación extraordinario, el cual
sólo es procedente cuando se cumplen los requisitos señalados
expresamente por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y la Ley de Amparo, motivo por el cual deben ser analizados previamente al
estudio de fondo de toda revisión en amparo directo.

27. Tras un análisis de la demanda de amparo, la sentencia del tribunal


colegiado y el recurso de revisión, se considera que el presente asunto sí
satisface los requisitos de procedencia a los que hacen alusión los artículos
107, fracción IX, de la Constitución Federal y 81, fracción II, de la Ley de
Amparo. Particularmente, se satisfacen los requisitos de importancia y
trascendencia que como condiciones de procedencia establece el Acuerdo
9/2015.

28. En primer lugar, de acuerdo con las citadas normas constitucionales y


legales, este Tribunal Constitucional puede conocer de la revisión de un
amparo directo cuando, además de acreditarse la oportunidad del recurso y
la legitimación del promovente, se cumplan los siguientes requisitos: a) que
esté de por medio una cuestión constitucional para la resolución del caso

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

concreto y b) su estudio por parte de esta Suprema Corte permita fijar un


criterio de importancia y trascendencia para el ordenamiento jurídico.

29. En relación con el primer requisito, esta Primera Sala entiende que una
cuestión propiamente constitucional se actualiza cuando se exige la tutela
del principio de supremacía constitucional para la solución de un caso,
porque justamente se presenta un conflicto interpretativo de la
determinación normativa que para ese supuesto otorga la Constitución, en
tanto texto normativo, lo cual implica la exigencia de desentrañar el
significado de un elemento normativo o de alguna norma fundamental o de
un derecho humano reconocido en un tratado internacional ratificado por
México, mediante el despliegue de un método interpretativo.

30. Por lo que hace al segundo requisito, aun cuando exista una cuestión de
constitucionalidad, la procedencia del recurso se supedita
constitucionalmente a que se fije un criterio de importancia y trascendencia
para el ordenamiento jurídico, a juicio de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y conforme a los acuerdos generales que emita el Tribunal Pleno.

31. En relación con este tema, el ocho de junio de dos mil quince el Pleno de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió el Acuerdo 9/2015, a fin
de regular las bases generales para la procedencia y tramitación de los
recursos de revisión en amparo directo. De acuerdo con su punto segundo,
la procedencia de este recurso se surte cuando, habiéndose decidido sobre
una cuestión de constitucionalidad (esto es, cuando se ha decidido sobre la
constitucionalidad de una norma, se ha establecido la interpretación directa
de un precepto constitucional o de derechos humanos, o se ha omitido su
estudio frente a un planteamiento de tal naturaleza en la demanda de
amparo) subsista además la necesidad de fijar un criterio de importancia y
trascendencia, lo que a su vez significa que el caso debe ofrecer la
oportunidad de sentar un criterio novedoso o relevante para el orden
jurídico nacional. Así, literalmente en términos de dicho acuerdo:

SEGUNDO. Se entenderá que la resolución de un amparo directo en


revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

habiéndose surtido los requisitos del inciso a) del Punto inmediato


anterior, se advierta que aquélla dará lugar a un pronunciamiento
novedoso o de relevancia para el orden jurídico nacional.

También se considerará que la resolución de un amparo directo en


revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando
lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento
de un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
relacionado con alguna cuestión propiamente constitucional, por
haberse resuelto en contra de dicho criterio o se hubiere omitido su
aplicación.

32. A la luz de lo anterior, esta Primera Sala estima que el presente recurso es
procedente, toda vez que se actualizan las precondiciones antes
señaladas; es decir, estamos frente a cuestiones de constitucionalidad que
presentan elementos de importancia y trascendencia.

33. El tribunal colegiado introdujo, motu proprio, una interpretación del artículo
1º constitucional, al considerar que su ejercicio de escrutinio constitucional
no requería acudir a los derechos humanos protegidos por los tratados
internacionales suscritos por el estado mexicano, dado que los derechos
cuya violación se alegaba estaban ya protegidos por la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.

34. Sin embargo, es necesario hacer una precisión de carácter técnico y que
determina la materia del recurso: como se advierte de las constancias que
obran en la causa, existe un amparo previo a aquel cuya revisión nos
ocupa.

35. Esta Primera Sala estima que el quejoso sí estaba en condiciones de haber
recurrido la primera sentencia de amparo para solicitar ante esta Corte el
estudio de constitucionalidad del tercer párrafo del artículo 123 Bis del
Código Federal de Procedimientos Penales, pues la afectación que, a juicio
del quejoso, le agrava, se generó desde la concesión de ese primer
amparo. Por ende, esta Sala considera que este tema no puede formar
parte de la revisión, ya que se actualizan las condiciones de aplicación que
supone el criterio de rubro: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO EN
MATERIA PENAL. ES IMPROCEDENTE CUANDO EL QUEJOSO NO

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

RECURRIÓ LA PRIMERA SENTENCIA DICTADA POR EL TRIBUNAL


COLEGIADO QUE LE CONCEDIÓ EL AMPARO POR CUESTIONES DE
LEGALIDAD Y OMITIÓ EL ESTUDIO DE LOS PLANTEAMIENTOS DE
INCONSTITUCIONALIDAD QUE PODRÍAN LLEVAR A ELIMINAR EN SU
TOTALIDAD LOS EFECTOS DEL ACTO RECLAMADO”19.

36. Sin embargo, en el caso no se actualiza la figura de preclusión respecto a


la interpretación del artículo 1º constitucional —y el impacto que ésta tuvo
en la resolución del tribunal colegiado sobre presunción de inocencia—
toda vez que, en la segunda sentencia de amparo, el tribunal colegiado
introdujo oficiosamente una cuestión de constitucionalidad sobre la que
anteriormente no se había pronunciado. Tal cuestión surge, precisamente,
por sus consideraciones acerca del artículo 1º constitucional y la
subsidiariedad con la que, a su juicio, debe operar la aplicabilidad de los
derechos humanos protegidos en tratados internacionales.20 Así, dado que
19
Tesis 1a./J. 10/2012 (9a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Libro X, julio de 2012, tomo I, página 546, de texto: “En los casos en que se
promueva una demanda de amparo directo en materia penal y se haga valer como
concepto de violación la inconstitucionalidad de algún precepto legal que constituya un
presupuesto lógico de la condena, tales como la competencia de la autoridad responsable
o el tipo penal por el cual fue condenado el quejoso, y en la respectiva ejecutoria el
tribunal colegiado del conocimiento resuelva conceder el amparo únicamente por
cuestiones de legalidad, y si por ese motivo omite analizar la inconstitucionalidad
planteada, la parte quejosa conserva interés jurídico para impugnar tal determinación a
través del recurso de revisión, atendiendo al principio de mayor beneficio ya que resulta
claro que la concesión de amparo en la vía directa que otorga mayores beneficios
jurídicos para el quejoso, será aquel en el que la consecuencia de tal concesión sea
eliminar en su totalidad los efectos del acto reclamado. En este mismo sentido se ha
pronunciado esta Primera Sala en la tesis aislada 1a. LXXXIX/2007. En consecuencia, si
el quejoso no interpone el recurso de revisión en contra de esa resolución y si en la
ejecutoria que se dicte en cumplimiento a la primera sentencia de amparo, la autoridad
responsable volviera a aplicar el precepto legal que el quejoso tildó de inconstitucional en
su demanda inicial, el peticionario de garantías, en posterior amparo que promueva contra
el nuevo acto cumplimentador, no podrá insistir en el planteamiento de
inconstitucionalidad de la norma anteriormente controvertida, pues de reiterarlo, deberá
estimarse consentido, de conformidad con lo dispuesto en la fracción XII del artículo 73 de
la Ley de Amparo y en consecuencia, los conceptos de violación relativos al tema de
inconstitucionalidad deben calificarse como inoperantes, así como los agravios que se
hagan valer en la revisión.”
20
Concretamente, la secuela procesal se dio del siguiente modo: el quejoso presentó una primera
demanda de amparo, en la cual, entre otros aspectos, planteó la inconstitucionalidad del artículo
123 bis del Código Federal de Procedimientos Penales; también alegó la violación de éste y otros
artículos que establecen las formalidades con las que deben cumplir las autoridades a fin de
preservar la cadena de custodia. El tribunal colegiado, en su primer resolución, amparó al quejoso

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

no es posible dejar al quejoso en estado de indefensión respecto a tales


pronunciamientos del tribunal colegiado, cobra exacta aplicación el
siguiente criterio jurisprudencial emitido por esta Primera Sala:

REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE ESTE RECURSO


CONTRA LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO EN LA QUE, MOTU PROPRIO, REALIZA UNA
INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL, NO OBSTANTE QUE
NO SE HUBIERE PLANTEADO EN UN JUICIO DE AMPARO
PREVIO UN TEMA DE CONSTITUCIONALIDAD. Esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido
que el recurso de revisión es improcedente contra la sentencia
que resuelve el amparo directo cuando en la demanda se hace
valer un tema de constitucionalidad -interpretación de una norma
constitucional o la inconstitucionalidad de una ley, un tratado
internacional o un reglamento- no solicitado en un amparo previo.
Sin embargo, esta hipótesis no se actualiza respecto de la
interpretación constitucional realizada motu proprio por un tribunal
colegiado de circuito, al analizar la legalidad del acto reclamado
en un juicio ulterior de amparo, pues la causal de improcedencia
del recurso de revisión por consentimiento, cuando no se plantea
desde la primera demanda de amparo la interpretación de un
precepto constitucional ni se promueve, de ser aplicable, el
recurso de revisión respectivo, queda excluida cuando el órgano
de amparo realiza oficiosamente la interpretación de la norma
constitucional, originando la posibilidad de inconformarse contra
dicho pronunciamiento a través del recurso de revisión, con el fin
de dotar de seguridad jurídica a los gobernados.21

VIII. ESTUDIO DE FONDO

37. Son inoperantes todos los agravios dirigidos a evidenciar el incumplimiento


de las formalidades previstas por los artículos que regulan la preservación
de la cadena de custodia (artículos 123, 123 bis, 123 ter, 123 quater y 123
quintus, 124 y 289 bis del Código Federal de Procedimientos Penales).
Todos los alegatos relacionados con la indebida actuación por parte del
Ministerio Público versan sobre la inexacta aplicación de la ley, tema que

al considerar que la decisión de la autoridad responsable carecía de motivación, pues no había


estudiado razonadamente todas las violaciones alegadas sobre la falta de cumplimiento con la
cadena de custodia. Dicho órgano centró su análisis en esta violación y no estudió ningún otro
tema, incluido el relativo a la constitucionalidad de la norma impugnada. Tampoco plasmó las
consideraciones que sustentan la posición que sostuvo en la segunda sentencia de amparo
respecto a la subsidiariedad de los tratados internacionales.
21
Tesis de jurisprudencia 63/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 11, octubre de 2014, página 480

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

es ajeno a la competencia de esta Sala en la revisión de un amparo directo


y, por ende, no será materia de análisis.

38. Lo mismo debe decirse respecto a los agravios por virtud de los cuales el
quejoso hace valer una violación a los principios de legalidad, de debida
fundamentación y motivación, así como a los principios de buena fe,
objetividad y profesionalismo, propios de las actuaciones ministeriales, en
términos del artículo 21 constitucional.

39. Para esta Sala, tales agravios deben calificarse como de mera legalidad,
pues si bien el quejoso alude a la “interpretación” que hiciera el tribunal
colegiado de tales principios, en realidad no logra demostrar que los
pronunciamientos combatidos sean genuinas interpretaciones de los
principios constitucionales mencionados. En el fondo, el quejoso busca
combatir la violación de tales principios aludiendo al incumplimiento de los
deberes del Ministerio Público. Es decir, su desacuerdo con la resolución
del tribunal colegiado en realidad no versa sobre una interpretación de los
principios constitucionales mencionados (pues no propone ningún
argumento que así lo demuestre) sino con la premisa según la cual las
actuaciones ministeriales estuvieron libres de violaciones. Verificar si el
incumplimiento de la ley se actualizó es un aspecto de mera legalidad.
Tampoco se advierte que el tribunal colegiado los haya aplicado partiendo
de una premisa que se oponga al entendimiento que esta Sala tiene de los
mismos. Por ello, a juicio de esta Sala, estos argumentos comparten una
misma finalidad: cuestionar el debido cumplimiento de los artículos legales
ya citados; y, en consecuencia, son inoperantes.

40. Finalmente, como ya se adelantaba, también son inoperantes los agravios


por virtud de los cuales el quejoso combatió la constitucionalidad del
artículo 123 Bis del Código Federal de Procedimientos Penales, pues sobre
este tema precluyó su derecho a acudir a la revisión ante la Corte, al no
haber recurrida la primera sentencia de amparo.

41. Aclarado lo anterior, procede identificar qué constituye la materia de la


revisión. Esta Sala identifica 2 preguntas a tratar:

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

1) ¿Fue correcta la interpretación que hizo el tribunal colegiado, motu


proprio, sobre la irrelevancia de basar su resolución en los
derechos humanos protegidos por tratados internacionales?

2) ¿Tal determinación tuvo impacto en la interpretación realizada por


el tribunal colegiado en relación con el principio de presunción de
inocencia? ¿Asiste razón al quejoso al combatir el
pronunciamiento del tribunal colegiado en este aspecto?

INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1º CONSTITUCIONAL: ANÁLISIS DE LA TEORÍA


SOBRE LA SUBSIDIARIEDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS PROTEGIDOS POR

TRATADOS INTERNACIONALES.

42. Como ya ha sido sintetizado, en su demanda de amparo, el quejoso


sostuvo que la autoridad responsable violó en su perjuicio los principios de
legalidad y de presunción de inocencia, previstos en diversos instrumentos
internacionales (la Declaración Universal de Derechos Humanos y en
diferentes instrumentos internacionales, la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos).

43. Al analizar lo alegado en relación con la violación del principio de


presunción de inocencia y, particularmente, del principio in dubio pro reo, el
tribunal colegiado expresamente consideró innecesario acudir a tales
instrumentos internacionales. Para justificar su posición, literalmente
sostuvo lo que sigue:

“[…] Los conceptos de violación expresados en el número II por el


demandate de amparo están encaminados esencialmente a
combatir la sentencia reclamada desde un punto de vista de los
derechos fundamentales previstos en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.

Así, es dable exponer que de acuerdo con lo establecido en el


artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, todas las autoridades del país, dentro del ámbito de
sus competencias, se encuentran obligadas a velar no sólo por los
derechos humanos contenidos en la Constitución Federal, sino

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

también por aquellos contenidos en los instrumentos


internacionales celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de que se trate,
conocido como principio pro persona. Tales mandatos contenidos
en el artículo 1° constitucional, reformado el diez de junio de dos
mil once, deben interpretarse junto con lo establecido por el
diverso 133 para determinar el marco dentro del que debe
realizarse el control de convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá
adecuarse al modelo de control de constitucionalidad existente en
nuestro país. Es en la función jurisdiccional, donde los jueces
están obligados a preferir los derechos humanos contenidos en la
Constitución y en los tratados internacionales, aun a pesar de las
disposiciones en contrario que se encuentren en cualquier norma
inferior.

En tal orden, es indudable que en la actualidad el control de


convencionalidad ex officio es obligatorio y no es sólo una
expectativa de derechos. Así, las autoridades, y como se dijo las
jurisdiccionales también, deberán observar la aplicación de los
derechos fundamentales, pero lo relevante es que deberán
hacerlo aun y en contra de las disposiciones en contrario que
secundariamente rijan su actuar, pues prevalecerán siempre los
derechos previstos en la Constitución y en los Tratados.

Ahora bien, el hecho de que el control de convencionalidad sea


obligatorio conforme a lo dicho, no significa que los juzgadores de
instancia estén obligados a expresar en sus sentencias que su
actuar está conforme a los Tratados Internacionales, esto es, no
les es exigible que expliquen punto por punto por qué, cada una
de sus determinaciones se ajusta al articulado de este o de aquél
Tratado Internacional; por tanto, no implica violación al artículo 1°
el hecho de que en las sentencias no se invoquen los tratados que
prevén derechos humanos; y no podríamos decir que incurre en
violación de derechos por la circunstancia de que no fundó su
resolución en Tratados internacionales.

El control de convencionalidad ex officio, implica la


obligación para los jueces: a) de hacer valer un derecho
humano reconocido en un Tratado Internacional, pero no
previsto en la legislación local; o bien, b) hacerlo valer aun y
cuando esta última legislación diga lo contrario. De ello cabe
concluir que si el derecho de que se trata está esencialmente
regulado en la Constitución Federal y en la ley secundaria, la
observancia de estos últimos es suficiente aún y cuando no
se invoque el tratado.

El quejoso argumenta que la responsable dejó de observar sus


derechos humanos reconocidos en los diversos convenios y
tratados internacionales que menciona, lo que deviene infundado
porque los derechos que invoca están previstos por la

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

Constitución Nacional y en su caso, por la ley procesal aplicable


como lo es el Código Federal de Procedimientos Penales, de tal
suerte que no se da el supuesto de aplicación de tratados porque
prevean un derecho no previsto en la legislación nacional, ni
porque ésta prevea una situación en contra de un derecho
reconocido en aquéllos.

En esa tesitura, es infundado que existe transgresión al principio


de presunción de inocencia previsto en los convenios y tratados
internacionales, pues el mismo lo contempla la Constitución
Política de los Estados Unidos mexicanos, incluso fue materia de
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible a foja 14, Tomo XVI, agosto de 2002, del Semanario
Judicial de la Federación, Novena Época, de rubro
“PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. EL PRINCIPIO RELATIVO SE
CONTIENE DE MANERA IMPLÍCITA EN LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL”. Por tanto, si el principio de derecho invocado está
previsto en los artículos 14, párrafo segundo, 16, párrafo primero,
19 párrafo primero, 21, párrafo primero y 102, apartado A, párrafo
segundo, de la Constitución Federal, no es dable concluir que la
autoridad responsable emitió el acto reclamado en contravención
con la Convención Americana sobre Derechos Humanos y los
diversos tratados a que alude, pues esto tendría cabida cuando la
presunción de inocencia no estuviera prevista en la Constitución o
cuando ésta o la ley secundaria aplicable presumiera la
culpabilidad.

Como es de verse, no puede reprocharse al tribunal responsable


que no aplicó lo establecido en la convención y tratados
mencionados y en consecuencia que violó los principios a que
hace referencia, pues sólo acontece cuando el derecho que prevé
en un tratado no lo está en nuestro sistema legal o cuando éste
prevé lo contrario.

Ahora bien, el hecho de que el planteamiento del quejoso sea


infundado desde un plano de la aplicación del principio de
convencionalidad ex officio, no significa que este tribunal no se
ocupe de los derechos que en su concepto dice fueron violados,
pues su estudio se hará desde un plano meramente
constitucional”

44. En suplencia de la deficiencia de la queja, a juicio de esta Sala, es posible


concluir que el tribunal colegiado incurrió en una interpretación errónea del
artículo 1º constitucional e incompatible con lo que este Alto Tribunal ha
señalado en varios precedentes: las normas de derechos humanos
contenidas en los tratados internacionales y en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos no se relacionan entre sí en términos
jerárquicos. Estas normas forman parte del catálogo de derechos que

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

funciona como un parámetro de regularidad constitucional.

45. Como el Pleno estableció al resolver la contradicción de tesis 293/2011,


una vez que un tratado es incorporado al orden jurídico, las normas de
derechos humanos que éste contenga se integran al catálogo de derechos
que funciona como un parámetro de regularidad constitucional, de tal suerte
que dichas normas no pueden contravenir el principio de supremacía
constitucional precisamente porque forman parte del conjunto normativo
respecto del cual se predica la supremacía.

46. En dicho precedente se insistió en que las relaciones entre los derechos
humanos que integran el nuevo parámetro de control de regularidad deben
desarrollarse en forma armónica, sin introducir criterios de jerarquía entre
las mismas. Este criterio se refuerza con la interpretación literal, sistemática
y originalista de las reformas constitucionales de seis y diez de junio de dos
mil once, las cuales fueron contundentes en cuanto a la necesidad de
comprender a las normas que integran el catálogo de derechos humanos
como un conjunto homogéneo que opera como un parámetro de
regularidad del resto de las normas y actos jurídicos.

47. De igual modo, en ese precedente, el Pleno dejó clara su posición sobre la
fuerza vinculante de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos: ésta constituye una extensión de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

48. A la luz de lo anterior, es claro que el tribunal colegiado, al considerar


innecesario acudir a los tratados internacionales (y al negar cualquier lugar
a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos)
actuó en contravención a la doctrina sostenida por el Pleno de este Alto
Tribunal y reiterada en múltiples ocasiones por esta Sala.

49. Tiene aplicación la jurisprudencia de esta Sala que dispone:

DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS TANTO POR LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, COMO EN LOS TRATADOS
INTERNACIONALES. PARA DETERMINAR SU CONTENIDO Y

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

ALCANCE DEBE ACUDIRSE A AMBAS FUENTES,


FAVORECIENDO A LAS PERSONAS LA PROTECCIÓN MÁS
AMPLIA. Acorde con lo sostenido por el Tribunal en Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de
jurisprudencia P./J. 20/2014 (10a.),* las normas de derechos
humanos contenidas en los tratados internacionales y en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no se
relacionan entre sí en términos jerárquicos, ya que se integran al
catálogo de derechos que funciona como un parámetro de
regularidad constitucional. Por tanto, cuando un derecho humano
esté reconocido tanto en la Constitución Federal, como en los
tratados internacionales, debe acudirse a ambas fuentes para
determinar su contenido y alcance, favoreciendo en todo tiempo a
las personas la protección más amplia; en el entendido de que
cuando exista en la Constitución una restricción expresa al
ejercicio de un derecho humano, se deberá estar a lo que indica la
norma constitucional.22

50. Ahora bien, esta Sala debe revocar la sentencia a fin de que el tribunal
colegiado se ajuste a lo dispuesto por este Alto Tribunal en los precedentes
citados. Pero es necesario destacar que el ejercicio que debe rehacer el
tribunal colegiado no es fútil; por el contrario, el mismo debe tener un
impacto trascendental en el nuevo fallo que se emita. Como se explicará en
el siguiente apartado, la decisión del tribunal colegiado en relación con los
alcances del principio de presunción de inocencia y las implicaciones de la
duda razonable, demuestran que su sentencia no dio relevancia práctica a
la necesidad de incorporar la lógica de los derechos humanos, de fuente
constitucional e internacional, en las sentencias de amparo.

INTERPRETACIÓN REALIZADA POR EL TRIBUNAL COLEGIADO SOBRE EL


PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.

22
Sus datos de localización son: 1a./J. 29/2015 (10a.), décima época, registro: 2008935, instancia:
Primera Sala, fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 17, abril de 2015, tomo
I Materia(s): constitucional, página: 240.
*Nota: La tesis de jurisprudencia P./J. 20/2014 (10a.) invocada, fue publicada en el Semanario
Judicial de la Federación del viernes 25 de abril de 2014 a las 9:32 horas y en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, Tomo I, abril de 2014, página 202,
de título y subtítulo: "DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE
REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA
RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE
ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL.". Esta tesis se publicó el viernes 24 de abril de 2015
a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 27 de abril de 2015, para los efectos previstos en el punto séptimo del
Acuerdo General Plenario 19/2013.

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

51. La necesidad de este apartado surge porque, en suplencia de la deficiencia


de la queja, se advierte que el análisis del tribunal colegiado sobre la
suficiencia de la prueba y la falta de violación al principio de presunción de
inocencia, dejaron al quejoso sin defensa.

52. En efecto, al analizar los razonamientos del tribunal colegiado en relación


con el principio de presunción de inocencia y de duda razonable, surgen
dudas sobre la solidez de las inferencias realizadas. Concretamente, se
observa que algunas de las afirmaciones del colegiado son incompatibles
con lo que, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Sala, exige el principio
de presunción de inocencia en su vertiente de estándar probatorio.

53. El tribunal colegiado, en respuesta al planteamiento del quejoso, en esencia


sostuvo:

 Que para determinar si se había violado el principio de presunción de


inocencia era innecesario acudir a los tratados e instrumentos
internacionales a los cuales se había referido el quejoso, pues este
derecho ya se encontraba reconocido en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.

 Que del principio de presunción de inocencia se desprenden los


siguientes derechos a) que la persona no está obligada a probar que
es inocente, sino que la carga de la prueba recae en la parte
acusador; b) que no puede ser obligado a confesar en su contra; c)
que, en caso de duda, ésta debe beneficiar al sujeto.

 Que, en el caso concreto, el Ministerio Público sí sostuvo la carga de


la prueba porque quedó probado que el quejoso introdujo clorhidrato
de cocaína en tres paquetes ocultos en el doble fondo de una maleta.
Por ende, le correspondía desvirtuar el cúmulo de pruebas que así
demostraran su versión defensiva.

 Que resultaba irrelevante acreditar de quién era la propiedad del

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

equipaje y de los artículos contenidos en él, dado que la intención del


quejoso de introducir cocaína al país resultó acreditada.

 Que con los alegatos de defensa del quejoso solamente “pretendía


distraer la acción de la justicia”.

 Que si bien el quejoso había señalado que la maleta no era suya, no


desahogó los medios de prueba aptos para justificar su
planteamiento defensivo.

 Que si bien los hechos negativos no son susceptibles de prueba,


debieron probarse los extremos afirmados.

 Que si bien existe la posibilidad de que la aerolínea hubiera cometido


un error, ello no conducía a desestimar “las pruebas que obraban en
el sumario”.

54. Pues bien, el análisis de estas afirmaciones nos lleva a concluir que si bien
el tribunal colegiado reconoció que la carga de la prueba corresponde al
Ministerio Público, de facto, no motivó su resolución de acuerdo con esa
premisa. En otras palabras, no controló la constitucionalidad de la sentencia
reclamada de acuerdo con las exigencias que derivan del principio de
presunción de inocencia. Las implicaciones y exigencias que derivan de la
línea jurisprudencial de esta Suprema Corte en la materia fueron aplicadas
parcial y circularmente por parte de dicho órgano colegiado. En
consecuencia, suplido en su deficiencia, es fundado el agravio mediante el
cual el quejoso combate tal interpretación. Veamos.

55. El problema de la sentencia recurrida no versa sobre la manera en que el


tribunal colegiado razonó la comprobación del cuerpo del delito, pues al
respecto hizo referencia a diversos elementos probatorios que le
permitieron concluir que, efectivamente, la maleta en cuestión contenía
droga introducida al país ilegalmente. Y en realidad este hecho nunca
estuvo en disputa. El problema se encuentra en los razonamientos que
llevaron al órgano colegiado a considerar que la maleta en cuestión

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

necesariamente era del quejoso, que eso acreditaba su dolo y, por tanto, su
responsabilidad.

56. De acuerdo con el tribunal colegiado, la intención dolosa del quejoso se


acreditó con solo ver que la maleta con droga tenía en su asa un número
que coincidía con el ticket adherido al pase de abordar a nombre del
quejoso. Concretamente, señaló que el solo hecho de que la maleta llevara
una etiqueta en el asa con la leyenda “**********” “**********” y los números
de referencia del pase de abordar de éste, bastaba para denotar que
efectivamente la maleta y su contenido eran del acusado.

57. A continuación, el tribunal colegiado señaló que no descartaba la


posibilidad de que hubiere un error en la colocación de las etiquetas
respectivas por parte de la aerolínea. Sin embargo, señaló que, incluso en
ese caso, “tal error no podía desvirtuar el resto de las pruebas del sumario”.

58. A juicio de esta Sala, la posibilidad de que exista un error en una prueba
que incrimina a la persona, debe originar una duda genuina sobre la
fiabilidad del material probatorio. Es decir, no puede simplemente
reconocerse que la posibilidad de un error existe, pero que eso no tiene
relevancia práctica. El principio in dubio pro reo exige a los juzgadores
indagar sobre la duda con voluntad crítica y bajo la premisa de que en un
estado constitucional de derecho, no es legítimo condenar a una persona
sobre cuya inocencia es obligado dudar.

59. El problema de la aseveración del colegiado también radica en que no


precisó cuáles eran el resto de las pruebas del sumario que demostraban la
responsabilidad del quejoso.

60. Adicionalmente, esta Sala advierte que el tribunal colegiado descartó la


posibilidad de razonar la duda, al desestimar, sin razones, el argumento del
quejoso en el sentido de que el manejo del equipaje era responsabilidad de
la aerolínea. Al respecto, el órgano colegiado consideró que la conducta del
quejoso era lo que estaba sujeta a análisis, “sin que pueda considerarse
que el activo no actuó con dolo directo”.

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

61. A juicio de esta Sala, contrario a esta afirmación, el órgano colegiado no


sólo podía considerar la posibilidad de que el quejoso no hubiese actuado
con dolo, sino que debía hacerlo; esto, de conformidad con el principio de
presunción de inocencia. Es decir, dicho colegiado debió examinar si la
autoridad responsable genuinamente había partido de la idea de que la
persona imputada era inocente. Debió examinar si la responsable había
ponderado adecuadamente los elementos de prueba que el quejoso aportó
para argumentar de defensa; a saber:

- Que en el interior de la maleta no había pertenencias del quejoso,


como zapatos, ropa y artículos personales de mujer, así como una
tarjeta de crédito a nombre de una tercera persona;

- Que nunca se habían exhibido pruebas o videograbaciones que


permitieran ver que el quejoso fue quien efectivamente documentó el
equipaje en la ciudad de **********;

- Que la esposa únicamente había recibido el equipaje porque el


Ministerio Público se lo había entregado a ella asumiendo que era de
su esposo, pero que ese acto no podía leerse como un
reconocimiento tácito de la propiedad;

- Que las fotografías que inicialmente se tomaron del equipaje no


muestran la etiqueta adherida al asa, donde aparecería el número de
pase de abordar de quejoso.

62. El tribunal colegiado decidió que ninguno de estos argumentos de defensa


eran atendibles y los descartó de plano. Al respecto, literalmente consideró
que se trataba de afirmaciones dogmáticas y que la versión defensista del
quejoso únicamente buscaba “distraer la acción de la justicia”.

63. Pues bien, esta Sala considera que este razonamiento es contrario al
derecho a la defensa adecuada y al principio de presunción de inocencia,
toda vez que, de acuerdo con los precedentes de esta Sala en la materia,
todos los argumentos de defensa deben ser considerados y ponderados.
No pueden ser calificados como “argumentos dogmáticos” o alegatos que

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

no merezcan atención por pretender la “distracción de la justicia”.

64. Guiar una resolución de acuerdo con las exigencias del principio de
presunción de inocencia indefectiblemente debe llevar a la autoridad
considerar que los argumentos de defensa gozan de la mayor relevancia y
que, por ende, no deben ser vistos como “versiones defensistas” sino como
una forma de ejercicio legítimo del derecho a la defensa adecuada. Sobre
todo, debe considerarse que las exigencias del principio de presunción de
inocencia obligan a dictar una absolución a menos que el Ministerio Público
haya cumplido rigurosamente con el deber, en su caso, de proporcionar
elementos contundentes para destruir la verosimilitud a lo alegado.

65. Como ha sostenido esta Sala en otros precedentes, ejercer el derecho a la


defensa de ningún modo puede ser conceptualizado como una estrategia
para evadir la acción de la justicia. Aseveraciones de esta clase descansan
en la premisa tácita de que la persona es culpable. Por tanto, descansan en
una premisa contraria al principio de presunción de inocencia.

66. Esta Sala estima que, en el caso que nos ocupa, el tribunal colegiado de
facto revirtió la carga de la prueba al afirmar que si bien el quejoso no había
señalado que la maleta no era suya, “no había desahogado los medios de
prueba aptos para justificar el planteamiento defensivo”.

67. Además, el tribunal colegiado incurrió en una afirmación dogmática, no


razonada, y contraria al entendimiento de este Alto tribunal en relación con
el principio de presunción de inocencia, al considerar que resultaba
irrelevante acreditar la propiedad del equipaje y de los artículos contenidos
en él. En este asunto, analizar la propiedad o la posesión era un elemento
central para que el Ministerio Público pudiera argumentar la responsabilidad
del quejoso. Por ello, esta Sala estima que la sentencia del tribunal
colegiado parece revertir la carga de la prueba y presumir el dolo del
recurrente.

68. Como se puede ver, el tribunal colegiado no sólo no ponderó los medios de
prueba que el quejoso aportó en su defensa para demostrar lo contrario,
sino que básicamente señaló que resultaba irrelevante si el quejoso

37
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alegaba no ser propietario de la misma. Con esta aseveración,


prácticamente lo dejó sin posibilidades de defensa, pues fue tanto como
decirle que, sin importar lo que alegase, su dolo se tendría por acreditado.

69. Así, al no haber concedido al quejoso si quiera la posibilidad de analizar


sus argumentos de defensa y simplemente afirmar que la actuación de la
responsable fue correcta respecto a la acreditación del dolo, el tribunal
colegiado lo dejó sin respuesta al quejoso frente a cuestionamientos
relacionados con la suficiencia del trabajo de demostración probatorio que
llevó (o debió llevar) a cabo el Ministerio Público.

70. La evidencia sobre la que descansa una inferencia lógicamente


imprescindible, debe ser robusta y debe estar corroborada por más de un
medio de prueba. En palabras más simples, la presunción de inocencia
simplemente no puede desvirtuarse cuando la única evidencia existente en
un caso está sujeta a un margen de error significativo.

71. Ahora bien, esta Sala considera relevante reiterar que un escrutinio dirigido
a verificar el respeto al principio de presunción de inocencia debe estar
orientado a responder, ante todo, si el juez natural ha emprendido su tarea
asumiendo la genuina convicción de que la persona enjuiciada es inocente;
y, en caso de que el juez haya sido convencido de lo contrario, el órgano
revisor de esa condena debe verificar si esto obedeció a la tarea del órgano
acusador y a la existencia y debida valoración de pruebas robustas, no
refutadas, capaces de generar una convicción sobre la culpabilidad que
vaya más allá de una duda razonable.

72. Para ello, el juez de la causa tiene que dirigirse al proceso con la genuina
convicción de que el Estado —y, particularmente, el órgano acusador— es
quien debe probar que una persona es culpable. La duda o falta de certeza,
siempre debe llevar a la absolución.

73. En el amparo en revisión 349/2012 y posteriormente en el amparo directo


en revisión 3623/2014, esta Primera Sala explicó que la presunción de
inocencia, como estándar probatorio o regla de juicio, puede entenderse
como una norma que ordena a los jueces la absolución de los inculpados

38
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cuando durante el proceso no se han aportado pruebas de cargo


suficientes para acreditar la existencia del delito y la responsabilidad de la
persona.

74. De acuerdo con estos precedentes, deben distinguirse dos aspectos


implícitos en esta vertiente de la presunción de inocencia: (i) lo que es el
estándar propiamente dicho: las condiciones que tiene que satisfacer la
prueba de cargo para considerar que es suficiente para condenar; y (ii) la
regla de carga de la prueba, entendida en este contexto como la norma que
establece a cuál de las partes debe perjudicar procesalmente el hecho de
que no se satisfaga el estándar de prueba (burden of proof, en la
terminología anglosajona). Este criterio ha sido reiterado en varias
ocasiones por esta Primera Sala y recogido en la tesis jurisprudencial de
rubro “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO ESTÁNDAR DE PRUEBA”. 23

75. De igual forma, en otros precedentes, ─amparo directo en revisión


715/2010,24 el amparo en revisión 466/2011, 25 el amparo en revisión
349/2012, el amparo directo 78/201226 y el amparo directo 21/201227─ la
Sala ha dicho que, para poder considerar que hay prueba de cargo
suficiente para enervar la presunción de inocencia, el juez debe cerciorarse
de que las pruebas de cargo desvirtúen la hipótesis de inocencia
efectivamente alegada por la defensa en el juicio y, al mismo tiempo, en el
caso de que existan, debe descartarse que las pruebas de descargo o

23
Décima Época, Registro: 2006091, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia(s):
Constitucional, Tesis: 1a./J. 26/2014 (10a.), Página: 476.
24
Sentencia de 29 de junio de 2011, resuelta por mayoría de cuatro votos de los Ministros Jorge
Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
(Ponente), Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en contra del emitido por el señor Ministro
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
25
Sentencia de 9 de noviembre de 2011, resuelta por mayoría de tres votos de los señores
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz y Presidente Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea (Ponente), en contra del emitido por la Ministra Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Ausente el Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
26
Sentencia de 21 de agosto de 2003, resuelta por mayoría de cuatro votos de los señores
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (quien se reservó
su derecho de formular voto concurrente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente
Jorge Mario Pardo Rebolledo (quien también se reservó su derecho de formular voto concurrente),
en contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz (quien se reservó su derecho a
formular voto particular).
27
Sentencia de 22 de enero de 2014, resuelta por unanimidad de cinco votos de los señores
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y el Ministro Presidente Jorge Mario Pardo
Rebolledo, quienes se reservaron el derecho de formular voto concurrente, con excepción del
Ministro ponente.

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contraindicios den lugar a una duda razonable sobre la hipótesis de


culpabilidad sustentada por la parte acusadora. Este criterio fue recogido
en el criterio de rubro “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO ESTÁNDAR
DE PRUEBA. CONDICIONES PARA ESTIMAR QUE EXISTE PRUEBA
DE CARGO SUFICIENTE PARA DESVIRTUARLA”.28

76. Otro precedente obligado en la materia es el amparo directo en revisión


4380/2013, en el cual la Sala explicó:

“cuando existen tanto pruebas de cargo como de descargo, la


hipótesis de la acusación sólo puede estar probada
suficientemente si al momento de valorar el material probatorio se
analizan conjuntamente los niveles de corroboración tanto de la
hipótesis de culpabilidad propuesta por la acusación como de la
hipótesis de inocencia alegada por la defensa, de ahí que no
puede restarse valor probatorio a las pruebas de descargo
simplemente con el argumento de que existen pruebas de cargo
suficientes….”

77. Este criterio dio lugar a la tesis de rubro “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y


DUDA RAZONABLE. FORMA EN LA QUE DEBE VALORARSE EL
MATERIAL PROBATORIO PARA SATISFACER EL ESTÁNDAR DE
PRUEBA PARA CONDENAR CUANDO COEXISTEN PRUEBAS DE
CARGO Y DE DESCARGO”29, cuyo razonamiento también orienta la
decisión de este asunto.

78. Tampoco resulta válido, como ejercicio argumentativo, construir una versión
plausible sobre la verdad y, a partir de ello, llegar a la conclusión de que las
normas legales y constitucionales han sido correctamente aplicadas. La
plausibilidad no es suficiente. No pueden aislarse los fragmentos de las
diversas pruebas, elegir lo conducente, para de este modo construir una
versión verosímil sobre los hechos. Para respetar el principio de presunción
de inocencia, el juez debe no construir activamente una versión plausible
de los hechos, a fin de fincar responsabilidad a alguien con el propósito de

28
Décima Época, Registro: 2007733, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación, Publicación: viernes 24 de octubre de 2014 09:35 h,
Materia(s): (Constitucional, Penal), Tesis: 1a. CCCXLVII/2014.
29
Décima Época, Registro: 2007734, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación, Publicación: viernes 24 de octubre de 2014 09:35 h,
Materia(s): (Constitucional, Penal), Tesis: 1a. CCCXLVIII/2014

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evitar impunidad.

79. Más que propositivo, un juez respetuoso del principio de presunción de


inocencia es escéptico; y su sentencia debe reflejar ese escepticismo y en
su caso, las razones para su superación.

80. El operador jurídico debe someter las premisas de la parte acusadora a


cuestionamiento y, sobre todo, debe ser específico y explícito al realizar
inferencias con base en la narrativa fáctica; debe decir por qué
determinados hechos se tienen por ciertos y explicitar cómo es que ellos le
permiten extraer conclusiones, debe analizar si existen contradicciones
reales entre quienes testifican, debe atender al espíritu o intención general
de sus declaraciones, debe preguntarse a sí mismo si sus reflexiones son
refutables. En esto consiste el espíritu crítico que el principio de presunción
de inocencia exige de un juez.

81. No hay solidez argumentativa ni justificación constitucional si los


razonamientos de “admininculación” probatoria son circulares; es decir, si
asumen como verdadera la premisa que se quiere probar, por ejemplo con
estructuras enunciativas como “la condena es legal porque las pruebas
fueron valoradas legalmente” o “la culpabilidad se demuestra porque el
quejoso no demostró su versión de los hechos”; o “las pruebas de descargo
no son los suficientemente convincentes porque las pruebas de cargo sí lo
son”. Este tipo de razonamientos, completamente autorreferentes, deben
dejar de ser la regla para juzgar o formar una convicción jurídica sobre la
verdad fáctica.30

82. Las razones por las cuales nuestro orden constitucional exige un estándar
de motivación tan alto obedece a que un modelo penal de corte
democrático, hace depender su validez del respeto a principios y no
solamente en razón del respeto a las formalidades de ley; en esta clase de

30
Al respecto, es ilustrativa la doctrina asumida por la Suprema Corte Norteamericana (Winship
doctrine) sobre la importancia de mantener como estándar la necesidad de que la convicción de
culpabilidad vaya más allá de toda duda razonable. De acuerdo con la misma, el órgano acusador
(factfinder) debe convencer más allá de toda duda razonable sobre cada hecho necesario para
constituir el crimen atribuido, lo que de acuerdo con nuestra doctrina implicaría cada elemento del
tipo penal. La cita en su idioma original es: “the prosecution must persuade the factfinder beyond a
reasonable doubt of “every fact necessary to constitute the crime charged”, Ver, 9 397 U.S (1970).

41
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modelo, la validez de una acusación nunca debe ser considerada como


autoevidente. El sistema penal de un estado democrático parte del
entendido fundamental de que la búsqueda de la verdad jurídica es un
ejercicio limitado y sobre todo orientado a evitar la condena de un inocente
por error.31

83. Por virtud de lo anterior, esta Sala considera que, en el caso concreto, la
ausencia de un análisis correcto sobre el respeto al principio de presunción
de inocencia dejó pendiente la contestación de varios alegatos relevantes
para la defensa del quejoso.

IX. DECISIÓN

84. En esa lógica, al haber resultado fundado el recurso de revisión interpuesto


por el quejoso, debemos revocar la sentencia recurrida para el efecto de
que el tribunal colegiado estudie la legalidad del acto reclamado a la luz del
criterio sostenido a lo largo de esta resolución.

85. Esta Primera Sala considera necesario que el tribunal colegiado emita
nueva resolución atendiendo al estudio de aquellos agravios que se han
considerado fundados.

86. En relación con la indebida interpretación del artículo 1º constitucional, el


tribunal colegiado deberá reexaminar los argumentos de su resolución bajo
la premisa de que el parámetro de regularidad constitucional debe estar
integrado por normas de derechos humanos tanto de fuente constitucional,
como de fuente internacional.

87. Por lo que hace a la incorrecta interpretación del principio de presunción de


inocencia, el tribunal colegiado deberá modificar su resolución atendiendo a
las razones expuestas en la ejecutoria de esta Sala en su último apartado.
Deberá realizar este ejercicio bajo el entendido de que la sentencia
31
De nuevo, es interesante acudir a la doctrina norteamericana en esta materia, de acuerdo con el
razonamiento de la Suprema Corte en el caso Winship, ya citado, una sociedad que valora la
libertad de cada individuo no ve en términos equivalentes el costo social de condenar a un inocente
con el de absolver a un culpable. La cita original dice: “A society that values the good name and
freedom of every individual (…) does not view the social disutility of convicting an innocent man as
equivalent to the disutility of acquitting someone who is guilty”.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 723/2013

recurrida carece de justificación en todos los aspectos relacionados con la


acreditación de la responsabilidad del quejoso.

88. Esto es, el tribunal deberá conceder importancia a su propia afirmación en


el sentido de que pudo haber existido algún error en la etiquetación de la
maleta. Deberá atender a lo plasmado en esta ejecutoria en el sentido de
que la presunción de inocencia simplemente no puede desvirtuarse cuando
la única evidencia existente en un caso está sujeta a un margen de error
significativo.

89. Así, en caso de no advertir elementos sólidos, corroborados y


contundentes, que demuestren que el Ministerio Público correctamente
argumentó la existencia del dolo del quejoso, deberá conceder el amparo
liso y llano y ordenar su inmediata libertad.

Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala,


se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Devuélvanse los autos al Cuarto Tribunal Colegiado en Materia


Penal del Primer Circuito para los efectos precisados en el último apartado
de la presente ejecutoria.

Notifíquese, con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto total y definitivamente concluido.

Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, y Presidente Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena (Ponente), en contra del emitido por el Ministro José Ramón
Cossío Díaz, quien se reservó el derecho de formular voto particular.

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Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y Ponente, con el


Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA Y PONENTE

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA.

SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN.

En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18, de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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