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Un sintético recorrido del arte, como

discurso ideológico

El arte ha sido un vehículo de expresión desde la cuna de la humanidad en África, mediante este,
el ser ha logrado manifestar toda su diversidad psíquica a lo largo de las décadas. En la antigua
Grecia el arte servía de sustento material, mediante el cual edificar un mito sobre un discurso
normativo que calara en las subjetividades de toda la sociedad.

Figura 1. Figura 2 Figura 3

Fuente: Google Imágenes (2020) Fuente: Google Imágenes (2020) Fuente: Google Imágenes (2020)

A través de la escultura o el gravado de jarrones, los griegos construían relatos para entender su
realidad, -estos- relatos configuraban la perspectiva de los habitantes, sobre “el ideal de ser” y
mediante ese estereotipo construían la ideología dominante. De esta manera la sociedad lograba
un conocimiento que después sería plasmado en el arte y así asegurarían que se replicara y bañara
todo el conjunto de la maya social.

El arte después de Grecia tuvo muchas mutaciones, pero ahora no nos detendremos a reparar
cuales fueron. En el renacimiento las principales obras artísticas, estaban mediadas por mesanas,
los cuales financiaban proyectos artísticos o los encomendaban. Así fue como el arte en otrora
cristiano, paso a manos de pequeños comerciantes y futuros burgueses. La familia Médici
financio obras de notable envergadura en donde se re-presentaban a ellos como los nuevos amos
y por lo tanto, el perfil al cual seguir. Mediante este cambio fue que se empezó a fraguarse una
oposición directa que siglos después terminaría convergiendo en la revolución francesa.

De la mano de artistas como Leonardo, Raphael o Miguel Angel; de escritores como Dante
Alighieri o Nicolas Maquiavelo; arquitectos del calibre de Giorgio Vasari o Filippo Brunelleschi.
Italia y el mundo vio un esplendor técnico y tecnológico que se propagaría en el imaginario de
toda Europa en los siglos posteriores, un nuevo pensamiento, que dejaba de lado a Dios en la
cosmovisión humana, retratándose el hombre ahora como señor y dador de todas las cosas, -un
renacimiento- del ser. De esta manera Miguel Ángel ilustraría al nuevo hombre en pleno
epicentro teológico, con su obra al interior de la Capilla Sixtina.

Figura 4.

Fuente: Secretaria de cultura (2019).

Sobre su obra se ha hablado mucho, en donde dios con su velo rojizo no es más que el encéfalo
de nuestra especie y el hombre allí dispuesto, fornido y delicado; representa la nueva fuerza
emancipadora que buscaba subvertir el poder de la iglesia. A través del estudio anatómico
Leonardo desvelo lo que posteriormente seria la ciencia médica y por vía de su ingenio
arquitectónico, las tácticas y tecnologías de construcción; que en ese tiempo estaban abyectas a
los vaivenes ideológicos de la iglesia, la cual buscaba obras que representaran el poderío y
esplendor de la misma. Por lo tanto las catedrales buscaban ser más grandes y con
rosetones/vitrales más amplios, debido a que la visión de un campesino al observar una obra de
esta envergadura seria que dios es todopoderoso. Mediante esta y otras estrategias es que la
iglesia lograba su adoctrinamiento, además de ser el antecedente de la ingeniera social y la
transformación del espacio con fines políticos, el “urbanismo teológico” pues todas las calles
conducían a una de estas infraestructuras.

Figura 5. Figura 6.

Fuente: Google imágenes (2020) Fuente: Cultura Genial (S.f.)


Ahora situémonos en el siglo XX, el modernismo y a su vez, su perspectiva positivista sumergió
a todo el basto tejido social en un mundo mediado por la ciencia. De esta manera los
conocimientos –científicos- serian la nueva norma y el agente legitimador del consumo. Ya
entrados en una sociedad del consumo, cualquier avance que mediadora mayores ganancias, sería
la punta de lanza de la industria y esto fue lo que paso con la publicidad. La publicidad es un
medio de comunicación con un fin claro, debido a ello hay un estudio riguroso de la composición
pictórica y su contenido lingüístico. Entonces la publicidad de empresas como Coca-Cola o
Colgate a inicios del siglo XX estarían acompañados de personajes dispuestos en roles distintos a
los cotidianos, además de dotarlos de características idílicas, todo ello con el fin de vender un
discurso de experiencias, pues la felicidad es cualquier cosa, pero la felicidad que construyo
Coca-Cola en su publicidad es marca registrada de la empresa. De ahí también se debe una parte
de la emancipación de la mujer en occidente, pues el relato publicitario narraba a la mujer como
un ser que al igual que el hombre podía y debía consumir, por eso les vendían la fantasía de
libertad en empaques para todos los tamaños.

Figura 7. Figura 8. Figura 9.

Fuente: El Tiempo (1930) Fuente: El Tiempo (1920) Fuente: El Tiempo (1950)

La publicidad siguió avanzando y de la mano del conductismo construyo el nuevo -ideal de ser-
en las naciones periféricas a la hegemonía económica de los países industrializados como Francia
y Alemania. De esta manera el relato publicitario llego a Colombia con la “demagogia del
discurso”, para con ello vender la idea del progreso por la vía del consumo; así es como la mujer
Colombiana pasó a trabajar a las ciudades pues tenía que consumir los cigarrillos, medicamentos
y ropa que marcarían su estilo de vida y con ello su subjetividad.

Del lado eclesiástico su poderío se empezó a ver reducido con las nuevas industrias culturales que
la dejaban a un lado como la televisión, el cine y la industria musical. Entonces en este nuevo
caldo de cultivo emergió un organismo no tan mediado por las instituciones clásicas sino uno
dispuesto al devenir de las grandes corporaciones comerciales. La publicidad subvertido entonces
el sujeto institucionalizado del siglo XX. Posterior a ello entrado el siglo XXI la post-modernidad
entraría en escena, ya cambiado el sujeto ahora todo estaba a su alcance, ni dios ni el hombre. La
economía seria la nueva dadora de sentido en el amplio abanico social.

Mediante bienes de posicionamiento la clase social más adinerada ilustraría su poder por medio
de obras pictóricas, vestimenta o consumo de experiencia. Así es como el arte empieza a ser
mediada por consultores, agencias y galerías las cuales son instituciones que definen lo que se
consume y lo que no, generando un nuevo discurso normativo sobre el arte; chocando con las
vanguardias surgidas del siglo anterior que precisamente luchaban contra las escuelas clásicas de
arte. De esta manera un cuadro azul, al igual que una acción o bono en el mercado de valores
pasaría a costar miles de veces más que su precio de producción, pues al ser el -arte subjetiva- su
valor puede fluctuar tanto como se le desee.

Figura 10.

Fuente: Jot Down (S.f.)


Conclusiones
Con lo anterior no se quiere dejar de manifiesto que el arte contemporáneo sea solo un bien de
consumo, sino que como todo lo hecho por el hombre, está ahora mediado por la economía y el
arte, no es un campo que escapa. En efecto no todas las obras están configuradas de esta manera,
pero si hay un mercado que comercia con ello. Por otra parte el presente es un recorrido histórico
sintético sobre como el arte a formado subjetividades y ha servido de vehículo ideológico con
diversos fines.

Julián Cárdenas - 051200152018


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