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RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO -

Cláusula general de responsabilidad

El artículo 90 de la Constitución, la cláusula general de la responsabilidad


extracontractual del Estado tiene como fundamento la determinación de un daño
antijurídico causado a un administrado, y la imputación del mismo a la
administración pública tanto por la acción, como por la omisión.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90

NOTA DE RELATORIA: Sobre el particular ver también: Corte Constitucional,


sentencias C-037 de 2003 y -864 de 2004.

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO -


Daño antijurídico. Constitucionalidad / RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO - Daño antijurídico.
Noción

El precedente jurisprudencial constitucional considera que el daño antijurídico se


encuadra en los “principios consagrados en la Constitución, tales como la
solidaridad (Art. 1º) y la igualdad (Art. 13), y en la garantía integral del patrimonio
de los ciudadanos, prevista por los artículos 2º y 58 de la Constitución”. (…) es un
concepto que es constante en la jurisprudencia del Consejo Estado, que debe ser
objeto de adecuación y actualización a la luz de los principios del Estado Social de
Derecho, ya que como lo señala el precedente de la Sala un “Estado Social de
Derecho y solidario y respetuoso de la dignidad de la persona humana, no puede
causar daños antijurídicos y no indemnizarlos”. Dicho daño tiene como
características que sea cierto, presente o futuro, determinado o determinable,
anormal y que se trate de una situación jurídicamente protegida.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 1 /


CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 13 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 58

NOTA DE RELATORIA: Con relación al daño antijurídico ver también: Corte


Constitucional, sentencia C-333 de 1996 y C-832 de 2001. Consejo de Estado,
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 19 de mayo
de 2005, exp. 2001-01541 (AG); sentencia de 2 de junio de 2005, exp. 1999-
02382 (AG); sentencia de 14 de septiembre de 2000, exp.12166 y sentencia de 9
de febrero de 1995; exp. 9550.

DAÑO ANTIJURIDICO - Imputación / REGIMEN DE RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO - Principio de
imputabilidad / PRINCIPIO DE IMPUTABILIDAD - Noción / IMPUTACION -
Ámbito fáctico. Imputación jurídica / IMPUTACION OBJETIVA - Título
autónomo de responsabilidad del estado / IMPUTACION OBJETIVA - Noción

En cuanto a la imputación exige analizar dos esferas: a) el ámbito fáctico, y; b) la


imputación jurídica, en la que se debe determinar la atribución conforme a un
deber jurídico (que opera conforme a los distintos títulos de imputación
consolidados en el precedente de la Sala: falla o falta en la prestación del servicio
–simple, presunta y probada-; daño especial –desequilibrio de las cargas públicas,
daño anormal-; riesgo excepcional). (…) resulta relevante tener en cuenta los
aspectos de la teoría de la imputación objetiva de la responsabilidad patrimonial
del Estado. (…) todo régimen de responsabilidad patrimonial del Estado exige la
afirmación del principio de imputabilidad, según el cual, la indemnización del daño
antijurídico cabe achacarla al Estado cuando haya el sustento fáctico y la
atribución jurídica. Debe quedar claro, que el derecho no puede apartarse de las
“estructuras reales si quiere tener alguna eficacia sobre las mismas”. En cuanto a
esto, cabe precisar que la tendencia de la responsabilidad del Estado en la
actualidad está marcada por la imputación objetiva, título autónomo que “parte de
los límites de lo previsible por una persona prudente a la hora de adoptar las
decisiones”. (…). Dicha tendencia es la que marcó el precedente jurisprudencial
constitucional, pero ampliando la consideración de la imputación (desde la
perspectiva de la imputación objetiva) a la posición de garante donde la exigencia
del principio de proporcionalidad es necesario para considerar si cabía la adopción
de medidas razonables para prevenir la producción del daño antijurídico, y así se
motivara el juicio de imputación. Dicho juicio, en este marco, obedece sin lugar a
dudas a un ejercicio de la ponderación que el juez está llamado a aplicar, de tal
manera que se aplique como máxima que: “Cuanto mayor sea el grado de la no
satisfacción o del detrimento de un principio, mayor debe ser la importancia de
satisfacción del otro”. (…) la responsabilidad extracontractual del Estado se puede
configurar una vez se demuestre el daño antijurídico y la imputación (desde el
ámbito fáctico y jurídico).

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO -


Afectaciones cubiertas por la indemnización a Forfait / INDEMNIZACION A
FORFAIT - Noción

En consideración a las funciones que desempeñan los miembros de la fuerza


pública, y su exposición a riesgos especiales, se han adoptado medidas
legislativas de orden laboral, fundadas en un criterio de igualdad material, en las
cuales se establece un régimen diferenciado de prestaciones sociales,
encontrándose entre ellas la denominada indemnización a forfait (…) se entiende
como aquella prestación social especial, de carácter laboral, que se aplica en favor
de los miembros de la fuerza pública cuando les sobrevienen graves lesiones o
muerte con ocasión del cumplimiento de los actos de servicio, en otras palabras,
cuando el acto lesivo ha tenido lugar en razón a los riesgos ordinarios que la
función implica.

NOTA DE RELATORIA: Con relación a la indemnización a forfait, se puede


consultar también: Corte Constitucional, sentencia C-432 de 2004. Consejo de
Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, sentencia de 7 de febrero de
1995, exp. S-247 (Súplica).

INDEMNIZACION A FORFAIT E INDEMNIZACION DE PERJUICIOS -


Diferencias. Miembros de la fuerza pública

Dicha figura jurídica no es asimilable con la indemnización de perjuicios que se


decreta en sede judicial, pues mientras la primera opera por virtud de la ley y en
razón a la existencia de una vinculación laboral especial, la segunda, esto es, la
indemnización de perjuicios, tiene su aplicación en los casos en que se precise
que el siniestro ha tenido lugar ora por una falla del servicio o bien por haber
existido una conducta de la administración que generó una situación de riesgo
excepcional para la víctima; por tal razón dichas figuras no son excluyentes ni
tampoco la una afecta el reconocimiento y pago de la otra.

INDEMNIZACION A FORFAIT - Determinación / RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO - Procedencia de la
indemnización a forfait. Muerte de soldado regular por caída de pared donde
fijó hamaca para su descanso / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
O PATRIMONIAL DEL ESTADO - Procedencia de la indemnización a forfait.
Título de Imputación / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O
PATRIMONIAL DEL ESTADO - Daño antijurídico. Demostración / DAÑO
ANTIJURIDICO - Profesión riesgosa o actividad riesgosa. No se obró con el
deber de cuidado en la planeación / PRINCIPIO DE PLANEACION EN
ACTIVIDAD MILITAR - Deber de indemnizar por acción u omisión / RIESGO
EXCEPCIONAL - Título de imputación. Profesión riesgosa o actividad
riesgosa

Para que sea procedente la imputación de responsabilidad del Estado por daños a
miembros de la fuerza pública, es necesario demostrar que en la causación del
daño antijurídico ha concurrido, a manera enunciativa, un desconocimiento de las
reglas jurídicas y/o técnicas que reglan el ejercicio de la profesión riesgosa, que no
se obró con la diligencia o el cuidado debido en la planeación de las acciones a
emprender, que los medios de los que se dispone han sido defectuosos; o
cualquier clase de acción u omisión que se consideren como constitutivas de falla
del servicio (…) Y por otra parte, la Sala también ha acogido el criterio del riesgo
excepcional como título de imputación en esta clase de asuntos, cuando se
demuestre que el obrar de la administración ha sido legítimo, empero, en el
desarrollo de tales actuaciones se ha presentado una lesión para un miembro de
la fuerza pública, como quiera que el acto dañoso ha afectado singularmente a un
sujeto, ubicándolo en una situación de desproporcionada vulneración de derechos
respecto de otros ciudadanos que comportan condiciones fácticamente análogas.

NOTA DE RELATORIA: Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso


Administrativo, sentencia de 7 de febrero de 1995, exp. S-274. Consejo de Estado,
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 7 de agosto
de 2000, exp. 12544; sentencia de 3 de mayo de 2007, exp. 16200, y sentencia de
26 de febrero de 2009, exp. 31842.

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO -


Imputación. Deber de protección y vigilancia / DAÑO ANTIJURIDICO - Deber
de protección / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL
DEL ESTADO - Falla del servicio. Título de imputación

La Sala encuentra la adscripción, a cargo del Ejército Nacional, de la obligación de


velar por la integridad de sus servidores, la cual se manifiesta en dos sentidos: i)
por una parte, reside en el deber de aprovisionar a sus miembros de los medios de
seguridad idóneos para la manipulación de los medios bélicos de común uso en
dichos establecimientos castrenses y ii) la existencia de un deber de velar por el
mantenimiento y conservación de los bienes puestos al servicio de los funcionarios
del Ejército, bien sea tanto los instrumentos utilizados al igual que las instalaciones
de uso permanente o habitual por parte de los miembros de la Fuerza Pública.
existencia de un deber de vigilancia o seguridad adscrito a los superiores
funcionales y a favor de sus subordinados; en este sentido el artículo 29 del
Decreto 85 de 1989 (…) Dicha prescripción reviste consecuencias disciplinarias
cuando no se actúa con la diligencia requerida al momento de prescribir las
órdenes necesarias para velar por la integridad física o protección de quienes se
tiene a cargo; en este sentido (…) este deber de vigilancia por parte de los
funcionarios superiores al mando de la tropa que integrada el señor Colorado
Echeverry se desatendió en el sentido que de las declaraciones vertidas en el
proceso no se observa que en momento alguno se hubieren efectuado llamados
de atención, amonestaciones o reconvención de alguna índole tendiente a que los
subalternos bajo mando acataran estrictamente las órdenes impartidas, que en el
presente caso referían a ubicarse en los lugares de descanso o dispersión
expresamente señalados por estos, y no, contrario sensu, dejar al libre albedrio de
los soldados el acatamiento o no de las instrucciones dadas. (…) la Sala
encuentra suficientemente acreditado, en el presente caso, el incumplimiento de la
obligación de seguridad o protección por parte del Ejército Nacional para con uno
de sus miembros; aspecto constitutivo de una falla en el servicio.

FUENTE FORMAL: DECRETO 85 DE 1989 - ARTICULO 29 / DECRETO 85 DE


1989 - ARTICULO 65

HECHO O CULPA EXCLUSIVA DE LA VICTIMA - Eximente de


responsabilidad. Hecho de la víctima / RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL O PATRIMONIAL DEL ESTADO - Muerte de soldado.
Hecho de la víctima

En relación a la participación de la propia víctima en la materialización del


resultado lesivo, es pertinente anotar que la ruptura de la imputación al Estado del
daño debe estar revestida de los calificativos de irresistibilidad, imprevisibilidad y
su exterioridad respecto del demandado (…) la Sala considera prudente precisar,
adicionalmente, que el hecho exclusivo de la víctima debe constituirse en una
contribución determinante de tal manera que convierta en inevitable la producción
del hecho dañoso para la Entidad accionada (…) en el presente caso se observa
que la conducta desplegada por el señor Jair Colorado Echeverry no se constituyó
en el hecho generador y exclusivo del daño que se presentó, pues, ya atrás se
dejó sentado que el defectuoso estado en que se encontraba la pared es una
situación atribuible únicamente al Ejercito Nacional al igual que la ausencia de
instrucciones efectivas por parte de los superiores, por tal razón no es plausible la
ruptura de la imputación de responsabilidad del Estado por el actuar de la víctima
(…) tiene probado en el proceso que la decisión del señor Colorado Echeverry de
fijar su hamaca en la citada pared no obedeció al cumplimiento de una orden del
servicio que hubiese sido impartida por uno de sus superiores funcionales ya que,
por el contrario, correspondió a su libre arbitrio fijar allí su elemento de descanso
(…) la Sala observa que el resultado dañoso del presente caso únicamente puede
ser explicado a partir de la concurrencia de dos eventos o conductas en las cuales
las partes involucradas desatendieron ciertos deberes jurídicos a su cargo; en
efecto, el Ejército Nacional desatendió su deber de seguridad y protección
respecto del soldado Colorado Echeverry, escenario constitutivo de una falla del
servicio, y en segundo lugar, se aprecia el actuar imprudente desplegado por la
propia víctima; razón por la cual esta Sala encuentra configurada la
responsabilidad a cargo de la entidad demandada pero la misma será degradada
en un 50% debido a la exposición imprudente de la víctima.

LIQUIDACION DE PERJUICIOS - Perjuicio moral / PERJUICIOS MORALES -


Presunción de dolor moral

En los eventos en los que se sufre una lesión y ésta es imputable al Estado, ello
puede desencadenar la indemnización de perjuicios morales, y su tasación
dependerá de la gravedad del daño padecido, de tal manera que las personas que
se sientan perjudicadas por dicha situación, podrán reclamar indemnización de
perjuicios acreditando el parentesco con la víctima directa del daño, pues éste se
convierte en un indicio suficiente para tener por demostrado el perjuicio sufrido,
siempre que no hubieren pruebas en el plenario que indiquen o demuestren lo
contrario, y su tasación, como se anotó, será proporcional al daño padecido.
ARBITRIO JUDICIAL O ARBITRIO IURIS - Ejercicio discrecional del juez para
la tasación de perjuicios / PERJUICIOS MORALES - Tasación. Pauta
jurisprudencial / PERJUICIOS MORALES - Tasación. Se fija en salarios
mínimos legales mensuales vigentes

Si bien a partir de 2001 la jurisprudencia viene aplicando como criterio de


estimación de los perjuicios morales el salario mínimo mensual legal vigente (en
una suerte de equivalencia con los gramos oro reconocidos en la primera
instancia), no deja de seguir siendo un ejercicio discrecional (arbitrio iudicis) del
juez de tasar tales perjuicios, sin lograr, aún, la consolidación de elementos
objetivos en los que pueda apuntalarse la valoración, estimación y tasación de los
mismos, con lo que se responda a los principios de proporcionalidad y
razonabilidad con lo que debe operar el juez y, no simplemente sustentarse en la
denominada “cierta discrecionalidad.

PERJUICIOS MORALES - Principios. Proporcionalidad / PERJUICIOS


MORALES - Principios Idoneidad / PERJUICIOS MORALES - Principios.
Necesidad / PERJUICIOS MORALES - Test de proporcionalidad. Aplicación

El fundamento, por lo tanto, del test de proporcionalidad no es otro, según los


precedentes anteriores, el cual, a su vez, comprende tres sub-principios que son
aplicables al mencionado test: idoneidad, necesidad y proporcionalidad en el
sentido estricto.

NOTA DE RELATORIA: Con relación a la determinación de los perjuicios


morales, la posición actual de la Sala de la Sección Tercera sigue los
planteamientos contenidos en la sentencia del 6 de septiembre de 2001,
exp.13232 y 15646. Sobre el Test de Proporcionalidad consultar: Corte Suprema
de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 15 de abril de 2009, exp. 1995-
10351. Corte Constitucional, sentencia C-916 de 2002. Con relación a perjuicios
morales, con reconocimiento pecuniario, ver: Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, sentencia de 29 de mayo de 1997, exp. 9536. Consejo de
Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, fallos: 13 de abril
de 2000, exp.11892; 19 de julio de 2001, exp.13086; 10 de mayo de 2001, exp.
13.475 y del 6 de abril de 2000.

PERJUICIOS MORALES - Prueba. Prueba testimonial / PERJUICIOS


MORALES - Liquidación. Presunción de aflicción

De acuerdo con lo anterior, para el reconocimiento y tasación del perjuicio moral


en el presente caso se sujetara a los anteriores criterios objetivos, los que
ordinariamente están demostrados con base en la prueba testimonial, de la que se
deriva la denominada “presunción de aflicción” la que debe aplicarse
conjuntamente con los mencionados criterios, de manera que la tasación de este
tipo de perjuicios responda a la complejidad de una sociedad articulada, plural y
heterogénea que exige la consideración de mínimos objetivos para la tasación
proporcional, ponderada y adecuada, sin que constituya una tarifa legal o judicial.

PERJUICIOS MATERIALES - Liquidación / PERJUICIO MATERIAL – Daño


emergente / DAÑO EMERGENTE - No procede su reconocimiento por cuanto
no se encuentra acreditado / PERJUICIO MATERIAL - Lucro cesante
Presunción hasta los 25 años / PERJUICIO MATERIAL - Lucro cesante
Presunción hasta los 25 años por cuanto el hijo hasta esa edad contribuía al
sostenimiento económico de sus padres
Del acervo probatorio obrante en el proceso, no se evidencia alguna clase de
erogación patrimonial que hubiese sido costeada por alguno de los accionantes en
el proceso, razón suficiente para denegar la pretensión elevada en la demanda, en
relación al daño emergente (…) la Sala pone de presente el criterio jurisprudencial
sostenido por esta Corporación según el cual dicho rubro se liquida a partir de la
época en la cual el conscripto finalizaría el servicio militar obligatorio y hasta la
fecha en la cual el causante adquiriría la edad de 25 años, por presumirse que
hasta ese momento un hijo contribuiría al sostenimiento económico de sus padres

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION TERCERA

SUBSECCION C

Consejero ponente: JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de agosto de dos mil once (2011)

Radicación número: 50001-23-31-000-1998-00078-01(19952)

Actor: GUILLERMO ANTONIO COLORADO Y OTROS

Demandado: NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - EJERCITO NACIONAL

Referencia: ACCION DE REPARACION DIRECTA (APELACION SENTENCIA)

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto por la parte demandante contra


la sentencia de 18 de diciembre de 2000 proferida por el Tribunal Administrativo
del Meta, mediante la cual se dispuso:

“PRIMERO: NEGAR las pretensiones de la demanda.”

ANTECEDENTES

1.1 La demanda.

1 Fue presentada el 3 de febrero de 1998 por Guillermo Antonio Colorado, Blanca


Maryori Echeverry Acosta, en su nombre y en representación de sus hijos
menores Jose Eiver Echeverry Acosta, Doralba Colorado Echeverry, Guillermo
Colorado Echeverry, Jeison Colorado Echeverry y Albenis Colorado Echeverry;
Yolanda Echeverry, Jaiver Colorado Echeverry, Esperanza Colorado Echeverry,
Diana Marcela Colorado Echeverry y María Antonia Acosta, mediante apoderado y
en ejercicio de la acción de reparación directa prevista en el artículo 86 del C.C.A.,
con el objeto de que se hicieran las siguientes declaraciones y condenas:

“PRIMERA.
LA NACIÓN (MINISTERIO DE DEFENSA – EJERCITO NACIONAL) es responsable
administrativa y civilmente de todos los daños y perjuicios, tanto morales como materiales
ocasionados a los compañeros permanentes GUILLERMO ANTONIO COLORADO y
BLANCA MARYORI ECHEVERRY ACOSTA; a los hermanos JOSE EIVER, DORALBA,
GUILLERMO, JEISON y ALBENIS COLORADO ECHEVERRY (menores de edad),
YOLANDA ECHEVERRY ECHEVERRY, JAIVER, ESPERANZA y DIANA MARCELA
COLORADO ECHEVERRY; y a la señora MARÍA ANTONIA ACOSTA, los mayores
vecinos de San Juan de Arama (Meta), con motivo de la muerte violenta de que fué (sic)
víctima el jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY, quien es hijo de los dos primeros,
hermano de los siguientes y nieto de la última, en hechos sucedidos en las instalaciones
del Batallón 21 VARGAS (Base de Loma Linda) con sede en Granada (Meta), el día 28 de
septiembre de 1.996, causadas al sufrir un grave accidente dentro de las instalaciones del
mencionado Batallón, en una evidente, presunta y probadas falla en el servicio atribuíble
(sic) al Ejército Nacional.

SEGUNDA.
Condénase (sic) a la NACIÓN (MINISTERIO DE DEFENSA – EJERCITO NACIONAL), a
pagar a los compañeros permanentes GUILLERMO ANTONIO COLORADO y BLANCA
MARYORI ECHEVERRY ACOSTA; a los hermanos JOSE EIVER, DORALBA,
GUILLERMO, JEISON y ALBENIS COLORADO ECHEVERRY (menores de edad),
YOLANDA ECHEVERRY ECHEVERRY, JAIVER, ESPERANZA y DIANA MARCELA
COLORADO ECHEVERRY; y a la señora MARÍA ANTONIA ACOSTA, los mayores
vecinos de San Juan de Arama (Meta), por intermedio de su apoderado, todos los daños y
perjuicios tanto morales como materiales que se les ocasionaron con la muerte del jóven
(sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY, conforme a la siguiente liquidación o la que se
demostrase en el proceso, así:

a. CIEN MILLONES DE PESOS ($100.000.000.oo) por concepto de lucro cesante,


que se liquidará directamente a favor de los padres del fallecido, jóven (sic) JAIR
COLORADO ECHEVERRY, correspondientes a las sumas que le mismo, dejó y dejará de
producir en razón de la muerte prematura e injusta y por toso el resto posible de vida que
le quedaba, en la actividad económica a que se dedicaba (Agricultor), habida cuenta de
su edad al momento del insuceso (23 años), y a la Esperanza vida calculada conforme a
las Tablas de Mortalidad aprobadas por la Superintendencia Bancaria, suma que se
incrementará en un 25% por concepto de prestaciones sociales.
b. Daños y perjuicios patrimoniales directos o daño emergente, por concepto de
gastos funerarios, diligencias judiciales, honorarios de abogado, etc., y en fin, todos los
gastos que sobrevinieron con la muerte del jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY,
que se estima en la suma de TRES MILLONES DE PESOS ($3.000.000.oo).
c. El equivalente en moneda nacional del 1.000 gramos de oro fino para cada uno de
los demandantes por concepto de perjuicios morales o “pretium doloris”, consistentes en
el profundo tráuma (sic) psíquico que produce el hecho de saberse víctima de un acto
arbitrario nacido de la falta de responsabilidad de la administración, en aplicación del Art.
106 del C. Penal, máxime cuando el hecho se comete por la imprevisión atribuíble (sic) a
miembros del EJERCITO NACIONAL, entidad que tiene el deber constitucional de velar
por la vida de los asociados y en especial de los soldados a su cargo, y al no hacerlo se
ha causado la muerte a un ser querido como lo es un hijo, hermano y un nieto. Lo anterior
con excepción de la señora MARYORI ECHEVERRY ACOSTA, madre del fallecido, para
quien se solicita el equivalente en moneda nacional a 2.000 gramos de oro, en razón del
profundo trauma moral y sicológico que afrontó, la cual la tuvo incluso al borde de la
muerte.
d. Todas las condenas serán actualizadas conforme a la evolución del índice de
precios al consumidor.
e. Intereses aumentados con la variación promedio mensual del índice de precios al
consumidor.
TERCERA.
LA NACIÓN dará cumplimiento a la Sentencia dentro de los 30 días siguientes a su
ejecutoria.” (fls 2-4, c1).
Como fundamento de las pretensiones el actor expuso los hechos que la Sala
sintetiza así:

El señor Jair Colorado Echeverry, era soldado regular que prestaba sus servicios
al Ejército Nacional en el Batallón 21 Vargas (Base Loma Linda) en el Municipio de
Granada, Meta.

El 28 de septiembre de 1996, mientras descansaba en su hamaca, se le cayó


encima una pared que correspondía a la habitación que le servía de cuartel; tal
hecho generó su deceso.

2. Actuación procesal en primera instancia.

El Tribunal Administrativo del Meta mediante providencia del 22 de abril de 1998


admitió la demanda (fl 36, c1), la cual fue notificada al Ministro de Defensa el 20
de mayo de 1998 por conducto del Comandante de la IV División del Ejército
Nacional (fl 40, c1).

La Nación - Ministerio de Defensa contestó la demanda (fl 42-43, c1) en la


oportunidad legal en el cual se opuso a la prosperidad de todas las pretensiones,
en relación a los hechos manifestó atenerse a lo que se pruebe en el trascurso del
proceso; en el mismo sentido solicitó el decreto de algunas pruebas. Así mismo,
afirmó:
“Me opongo a todas y cada una de ellas [las pretensiones] por ser contrarias a derecho,
ya que si bien hay un perjuicio, este no fué (sic) causado por la Entidad demandada, ya
que la Unidad donde se encontraba cumpliendo su servicio militar eran instalaciones no
construidas por el Ejército Nacional, sino donde anteriormente funcionaba el Centro
Lingüístico, por lo tanto la actuación de mi representado no intervino en la presentación de
los hechos.”

Agotada la etapa probatoria, a la que se dio inicio, mediante auto del 25 de


noviembre de 1998 (fl.46-50 c1), y habiéndose convocado a audiencia de
conciliación a solicitud de la parte demandante, (fl 230, c1) sin lograrse acuerdo
conciliatorio (fl 243-245, c1), por auto del 13 de octubre de 2000 (fl.246 c1) se
corrió traslado a las partes para alegar de conclusión.

El apoderado de la parte demandada presentó sus alegatos de conclusión (fls


247-252, c1) mediante escrito de 1 de noviembre de 2000, en el que reiteró la
ausencia de responsabilidad por parte del Ministerio de Defensa en el fallecimiento
del soldado Jair Colorado Echeverry, considerando la existencia de una culpa
exclusiva de la víctima, en los siguientes términos:

“Se resalta que de tal informe y de las versiones arrimadas por los actores, no es posible
endilgar responsabilidad a la Nación, pues ellas dan cuenta de la voluntad propia del
fallecido JAIR COLORADO ECHEVERRY en procurar con su conducta asumir un riesgo
extrínseco a la actividad que desplegaba como soldado del Ejército Nacional, pues la
administración había procurado, en la medida de sus posibilidades, un techo y una
habitación para que el personal de conscriptos descansara de su actividad diaria,
ofreciendo dormitorios que obviamente, como relatan los deponentes mencionados,
podían emplear en horas del medio día.

Es más, según exponen los compañeros del fallecido, el muro que cayó sobre el señor
JAIR COLORADO ECHEVERRY permitía evidenciar su poca resistencia la peso,
planteándose de esta manera su propia responsabilidad o culpa exclusiva en la causación
del daño antijurídico en su humanidad.”

El apoderado de los actores como el Agente del Ministerio Público guardaron


silencio.

3. Sentencia de primera instancia.

1 El Tribunal Administrativo del Meta, en sentencia del 18 de diciembre de 2000,


denegó las pretensiones de la demanda, fundamentando su decisión en los
siguientes argumentos:

“También esta (sic) plenamente por el informe administrativo del Ejército que el joven
soldado falleció al recibir las lesiones producidas por los materiales que componían una
pared de la cual había guindado su hamaca para reposar después de haber recibido su
almuerzo, en horas del medio día.

No encuentra entonces este Juez Colegiado razón alguna para aducir que hubo falla de la
Administración y concretamente del Ejército, bien fuere por acción o por omisión que
generará (sic) el fatal desenlace, apreciación que es corroborada por los soldados
RICAURTE CARDOZO HERMOSA (fol. 155-157) y EFREN MONTEALEGRE GONZÁLEZ
8fols. (sic) 157-159), quienes son uniformes en su exposición al expresar claramente las
circunstancias particulares que generaron el insuceso, prueba de gran trascendencia, por
tratarse de sujetos que se encontraban en el lugar de los hechos.
[…]
Como puede apreciarse sin dificultad la muerte del soldado COLORADO ECHEVERRY
acaeció sin que se le pudiese imputar falla alguna al Ejército Nacional. Nótese que los
mismos compañeros enfáticamente nos indican que se les había asignado dormitorio que
en ocasiones no utilizaban y por su propio albedrío podían desplazarse a otros lugares
para descansar, hecho este que efectuó COLORADO ECHEVERRY, con tan mala suerte
que el muro del cual pendía su hamaca se derrumbo (sic) causándole la muerte. No
puede entonces seriamente aducirse que la Administración falló por acción o por omisión.
Se trata de una circunstancia totalmente imprevista que llevo (sic) al fatal accidente ya
enunciado.” (fls 254-269, c1).

5. El recurso de apelación.

Mediante escrito del 19 de enero de 2001 (fl. 271 c.1) el apoderado de la parte
demandante interpuso recurso de apelación contra la sentencia del 18 de
diciembre de 2000, proferida por el Tribunal Administrativo del Meta.

Mediante auto del 20 de febrero de 2001, el Tribunal Administrativo del Meta


concedió en el efecto suspensivo el recurso de apelación presentado
oportunamente por la parte actora. (fls. 273-274 c.1)

6. Actuación en segunda instancia.

Recibido el expediente en esta Corporación, el apoderado de la parte demandante


sustentó el recurso de apelación mediante escrito del 16 de abril de 2001 (fls. 279-
283, c1), y mediante auto del 11 de mayo de 2001, se admitió el recurso de
apelación (fl. 284, c1).

En auto del 6 de julio de 2001(fl 286, c1) se dispuso correr traslado a las partes
por el término de 10 días para presentar alegatos de conclusión. El 25 de julio de
2001 el apoderado de la parte demandada presentó alegatos de conclusión (fls
287-289, c1), solicitando la confirmación de la sentencia impugnada, reiterando lo
sostenido en otras instancias procesales.
El Ministerio Público, mediante escrito del 15 de agosto de 2001 (fls. 292-301, c1)
rindió concepto, en el cual solicita la revocatoria de la sentencia objeto de
apelación para reconocer la responsabilidad del Estado atenuada por haber
obrado culpa de la víctima en el resultado lesivo; con sustento, entre otros, en los
siguientes argumentos:

“la prueba de que la muerte del soldado Jair Colorado ocurrió en las circunstancias
señaladas, indica una omisión grave por parte de la entidad demandada en la vigilancia y
seguridad que deben observar en relación con los soldados conscriptos. Solo la falta de
vigilancia de los superiores puede llevar a situaciones como aquellas en que se produjo la
muerte de Jair. Conforme a reiterada jurisprudencia cuando los jóvenes ingresan al
Estado por su decisión imperativa a prestar el servicio militar obligatorio, nace para éste,
entre otras, las obligaciones de vigilancia y seguridad en la salud del conscripto, las
cuales sino se satisfacen adecuadamente puede crear situaciones que excedan los
percances propios a la prestación de ese servicio, que de presentarse dan lugar a la
reparación por constituirse éstos en un daño antijurídico.
[…]
… los oficiales al mando de la tropa omitieron su deber de esmerarse en el cumplimiento
de sus deberes, pues a sabiendas de que a los soldados se les entregarían hamacas para
su descanso diario y que estas como es obvio de alguna parte se tenían que guindar, no
cuidaron muy bien de que aquellas no se colgaran de ciertas paredes que no ofrecían
seguridad, (según los mismos soldados, la víctima llevaba dos días colgado (sic) su
hamaca en una pared que se veía muy débil, sin que ninguno de los superiores, hubiese
hecho nada por prevenir el daño o peligro que se hubiera podido evitar). Era ese superior
el encargado de aplicar todo su entendimiento para clasificar, coordinar y disponer en que
sitio debían colgarse las hamacas, para así haber podido evitar accidentes como el que
se presentó, y haber evitado el accidente y salvado la vida a Jair; Joven que desde su
ingreso al Ejército Nacional había quedado bajo su custodia y vigilancia.
Pero, en concepto de esta Delegada del Ministerio Público, además de la omisión en la
función de vigilancia de los conscriptos por parte de la entidad demandada, en la muerte
del soldado Jair Colorado Echeverry, concurrió su propia culpa, como que él era un joven
de casi veintidós años, con capacidad para discernir que una pared en mal estado podía
caerse al colocarse peso, cosa que no previó, porque según sus compañeros de filas, lo
único que pensaba era que esa pared le sirviera de trinchera, circunstancia entendible por
estar sometidos aquellos a tantas situaciones tensionantes, pero no aceptable ni
excusable de su conducta.

La concurrencia de culpas en la producción del daño por el cual se demanda


indemnización, permite solicitar a la Sala que se declare la responsabilidad reducida de la
entidad demandada, por la muerte del conscripto Jair Colorado Echeverry”

La parte demandante guardó silencio.

CONSIDERACIONES

1 Competencia

1 La Sala es competente para conocer del presente recurso de apelación en razón


a que la mayor pretensión individualmente considerada corresponde a la suma de
$50.000.000 por concepto de lucro cesante para cada uno de los padres de la
víctima1.

1
Como quiera que la sentencia y el recurso de apelación tuvieron lugar para el año 2001, la norma aplicable,
a efectos de determinar la segunda instancia, es el Decreto 597 de 1988, el cual señalaba que para el año 1998,
fecha de presentación de la demanda, la cuantía mínima para que un proceso en acción de reparación directa
fuere susceptible del recurso de apelación era de $18’850.000.
2 Objeto del recurso de apelación.

El recurso de apelación interpuesto por los accionantes se encamina a que se


revoque la decisión adoptada por el a-quo, y en su lugar declarar la
responsabilidad del Estado, reiterando el apoderado de los actores los argumentos
expuestos en anteriores oportunidades procesales.

3. Presupuestos para la configuración de la responsabilidad extracontractual


del Estado

1 Con la Carta Política de 1991 se produjo la “constitucionalización” 2 de la


responsabilidad del Estado3 y se erigió como garantía de los derechos e intereses
de los administrados4 y de su patrimonio5, sin distinguir su condición, situación e
interés6. Como bien se sostiene en la doctrina,

“La responsabilidad de la Administración, en cambio, se articula como una garantía de los


ciudadanos, pero no como una potestad7; los daños cubiertos por la responsabilidad
administrativa no son deliberadamente causados por la Administración por exigencia del
interés general, no aparecen como un medio necesario para la consecución del fin
público”8.

2
En precedente jurisprudencial constitucional se indica: “El Estado de Derecho se funda en dos grandes
axiomas: El principio de legalidad y la responsabilidad patrimonial del Estado. La garantía de los derechos
y libertades de los ciudadanos no se preserva solamente con la exigencia a las autoridades públicas que en
sus actuaciones se sujeten a la ley sino que también es esencial que si el Estado en ejercicio de sus poderes
de intervención causa un daño antijurídico o lesión lo repare íntegramente”. Corte Constitucional, sentencia
C-832 de 2001.
3
La “responsabilidad patrimonial del Estado se presenta entonces como un mecanismo de protección de los
administrados frente al aumento de la actividad del poder público, el cual puede ocasionar daños, que son
resultado normal y legítimo de la propia actividad pública, al margen de cualquier conducta culposa o ilícita
de las autoridades, por lo cual se requiere una mayor garantía jurídica a la órbita patrimonial de los
particulares. Por ello el actual régimen constitucional establece entonces la obligación jurídica a cargo del
estado de responder por los perjuicios antijurídicos que hayan sido cometidos por la acción u omisión de las
autoridades públicas, lo cual implica que una vez causado el perjuicio antijurídico y éste sea imputable al
Estado, se origina un traslado patrimonial del Estado al patrimonio de la víctima por medio del deber de
indemnización”. Corte Constitucional, Sentencia C-333 de 1996. Postura que fue seguida en la sentencia C-
892 de 2001, considerándose que el artículo 90 de la Carta Política “consagra también un régimen único de
responsabilidad, a la manera de una cláusula general, que comprende todos los daños antijurídicos causados
por las actuaciones y abstenciones de los entes públicos”. Corte Constitucional, sentencia C-892 de 2001.
4
Derechos e intereses que constitucional o sustancialmente reconocidos “son derechos de defensa del
ciudadano frente al Estado”. ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos constitucionales”, en
VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés. 1ª reimp. México,
Fontamara, 2007, p.49.
5
“La responsabilidad patrimonial del Estado en nuestro ordenamiento jurídico tiene como fundamento un
principio de garantía integral del patrimonio de los ciudadanos”. Corte Constitucional, sentencia C-832 de
2001.
6
La “razón de ser de las autoridades públicas es defender a todos los ciudadanos y asegurar el cumplimiento
de los deberes sociales del Estado. Omitir tales funciones entraña la responsabilidad institucional y la
pérdida de legitimidad. El estado debe utilizar todos los medios disponibles para que el respeto de la vida y
derechos sea real y no solo meramente formal”. Sentencia de 26 de enero de 2006, Exp. AG-2001-213. En la
doctrina puede verse STARCK, Boris. Essai d une théorie general de la responsabilité civile considerée en sa
doublé fonction de garantie et de peine privée. Paris, 1947.
7
“La responsabilidad, a diferencia de la expropiación, no representa un instrumento en manos de la
Administración para satisfacer el interés general, una potestad más de las que ésta dispone al llevar a cabo
su actividad, sino un mecanismo de garantía destinado a paliar, precisamente, las consecuencias negativas
que pueda generar dicha actividad. La responsabilidad, por así decirlo, no constituye una herramienta de
actuación de la Administración, sino de reacción, de reparación de los daños por ésta producidos”. MIR
PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un nuevo sistema. 1ª ed.
Madrid, Civitas, 2001, p.120.
8
MIR PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un nuevo sistema.,
ob., cit., pp.120-121.
2 Según lo prescrito en el artículo 90 de la Constitución, la cláusula general de la
responsabilidad extracontractual del Estado 9 tiene como fundamento la
determinación de un daño antijurídico causado a un administrado, y la imputación
del mismo a la administración pública10 tanto por la acción, como por la omisión.

3 En cuanto al daño antijurídico, el precedente jurisprudencial constitucional


señala que la,

“… antijuridicidad del perjuicio no depende de la licitud o ilicitud de la conducta


desplegada por la Administración sino de la no soportabilidad del daño por parte de la
víctima. De otra lado, la concepción del daño antijurídico a partir de la consideración de
que quien lo sufre no está obligado a soportarlo constituye otra forma de plantear el
principio constitucional según el cual, la igualdad frente a las cargas públicas es sustento
de la actividad de la administración pública”11.

Así pues, el precedente jurisprudencial constitucional ha señalado,

“La Corte Constitucional ha entendido que esta acepción del daño antijurídico como
fundamento del deber de reparación estatal armoniza plenamente con los principios y
valores propios del Estado Social de Derecho debido a que al Estado corresponde la
salvaguarda de los derechos y libertades de los administrados frente a la propia
Administración”12.

De igual manera, el precedente jurisprudencial constitucional considera que el


daño antijurídico se encuadra en los “principios consagrados en la Constitución,
9
“3- Hasta la Constitución de 1991, no existía en la Constitución ni en la ley una cláusula general expresa
sobre la responsabilidad patrimonial del Estado. Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia y, en especial, del Consejo de Estado encontraron en diversas normas de la constitución derogada –
en especial en el artículo 16- los fundamentos constitucionales de esa responsabilidad estatal y plantearon,
en particular en el campo extracontractual, la existencia de diversos regímenes de responsabilidad, como la
falla en el servicio, el régimen de riesgo o el de daño especial. Por el contrario, la actual Constitución
reconoce expresamente la responsabilidad patrimonial del Estado”. Corte Constitucional, sentencia C-864 de
2004. Puede verse también: Corte Constitucional, sentencia C-037 de 2003.
10
Conforme a lo establecido en el artículo 90 de la Carta Política “los elementos indispensables para imputar
la responsabilidad al estado son: a) el daño antijurídico y b) la imputabilidad del Estado”. Sentencia de 21
de octubre de 1999, Exps.10948-11643. Es, pues “menester, que además de constatar la antijuridicidad del
[daño], el juzgador elabore un juicio de imputabilidad que le permita encontrar un título jurídico distinto de
la simple causalidad material que legitime la decisión; vale decir, ‘la imputatio juris’ además de la
‘imputatio facti’”. Sentencia de 13 de julio de 1993. En el precedente jurisprudencial constitucional se
sostiene: “En efecto, el artículo de la Carta señala que para que el Estado deba responder, basta que exista
un daño antijurídico que sea imputable a una autoridad pública. Por ello, como lo ha reiterado esta Corte,
esta responsabilidad se configura “siempre y cuando: i) ocurra un daño antijurídico o lesión, ii) éste sea
imputable a la acción u omisión de un ente público”. Corte Constitucional, sentencias C-619 de 2002; C-918
de 2002.
11
Corte Constitucional, sentencia C-254 de 2003. Así mismo, se considera: “El artículo 90 de la Carta,
atendiendo las (sic) construcciones jurisprudenciales, le dio un nuevo enfoque normativo a la
responsabilidad patrimonial del Estado desplazando su fundamento desde la falla del servicio hasta el daño
antijurídico. Ello implica la ampliación del espacio en el que puede declararse la responsabilidad
patrimonial del Estado pues el punto de partida para la determinación de esa responsabilidad ya no está
determinado por la irregular actuación estatal – bien sea por la no prestación del servicio, por la prestación
irregular o por la prestación tardía- sino por la producción de un daño antijurídico que la víctima no está en
el deber de soportar, independientemente de la regularidad o irregularidad de esa actuación”. Corte
Constitucional, sentencia C-285 de 2002.
12
Corte Constitucional, sentencia C-333 de 1996. Puede verse también: Corte Constitucional, sentencia C-
918 de 2002. A lo que se agrega: “El artículo 90 de la Constitución Política le suministró un nuevo panorama
normativo a la responsabilidad patrimonial del Estado. En primer lugar porque reguló expresamente una
temática que entre nosotros por mucho tiempo estuvo supeditada a la labor hermenéutica de los jueces y que
sólo tardíamente había sido regulada por la ley. Y en segundo lugar porque, al ligar la responsabilidad
estatal a los fundamentos de la organización política por la que optó el constituyente de 1991, amplió
expresamente el ámbito de la responsabilidad estatal haciendo que ella desbordara el límite de la falla del
servicio y se enmarcara en el más amplio espacio del daño antijurídico”. Corte Constitucional, sentencia C-
285 de 2002.
tales como la solidaridad (Art. 1º) y la igualdad (Art. 13), y en la garantía integral
del patrimonio de los ciudadanos, prevista por los artículos 2º y 58 de la
Constitución”13.

Así mismo, debe quedar claro que es un concepto que es constante en la


jurisprudencia del Consejo Estado, que debe ser objeto de adecuación y
actualización a la luz de los principios del Estado Social de Derecho, ya que como
lo señala el precedente de la Sala un “Estado Social de Derecho y solidario y
respetuoso de la dignidad de la persona humana, no puede causar daños
antijurídicos y no indemnizarlos” 14. Dicho daño tiene como características que sea
cierto, presente o futuro, determinado o determinable 15, anormal16 y que se trate de
una situación jurídicamente protegida17.

4 Ahora bien, en cuanto a la imputación exige analizar dos esferas: a) el ámbito


fáctico, y; b) la imputación jurídica, en la que se debe determinar la atribución
conforme a un deber jurídico (que opera conforme a los distintos títulos de
imputación consolidados en el precedente de la Sala: falla o falta en la prestación
del servicio –simple, presunta y probada-; daño especial –desequilibrio de las
cargas públicas, daño anormal-; riesgo excepcional). Adicionalmente, resulta
relevante tener en cuenta los aspectos de la teoría de la imputación objetiva de la
responsabilidad patrimonial del Estado. Precisamente, en el precedente
jurisprudencial constitucional se sostiene,

“La superioridad jerárquica de las normas constitucionales impide al legislador diseñar un


sistema de responsabilidad subjetiva para el resarcimiento de los daños antijurídicos que
son producto de tales relaciones sustanciales o materiales que se dan entre los entes
públicos y los administrados. La responsabilidad objetiva en el terreno de esas relaciones
sustanciales es un imperativo constitucional, no sólo por la norma expresa que así lo
define, sino también porque los principios y valores que fundamentan la construcción del
Estado según la cláusula social así lo exigen”18.

5 Sin duda, en la actualidad todo régimen de responsabilidad patrimonial del


Estado exige la afirmación del principio de imputabilidad 19, según el cual, la
indemnización del daño antijurídico cabe achacarla al Estado cuando haya el
sustento fáctico y la atribución jurídica 20. Debe quedar claro, que el derecho no
13
Corte Constitucional, sentencia C-333 de 1996; C-832 de 2001.
14
Agregándose: “Para eludir el cumplimiento de sus deberes jurídicos no puede exigirle al juez que, como no
le alcanzan sus recursos fiscales, no le condene por ejemplo, por los atentados de la fuerza pública, contra la
dignidad de la persona humana". Sentencia de 9 de febrero de 1995. Exp.9550.
15
Sentencia de 19 de mayo de 2005. Rad. 2001-01541 AG.
16
“por haber excedido los inconvenientes inherentes al funcionamiento del servicio”. Sentencia de 14 de
septiembre de 2000. Exp.12166.
17
Sentencia de 2 de junio de 2005. Rad. 1999-02382 AG.
18
Corte Constitucional, sentencia C-043 de 2004.
19
En los términos de Kant, dicha imputación se entiende: “Imputación (imputatio) en sentido moral es el
juicio por medio del cual alguien es considerado como autor (causa libera) de una acción, que entonces se
llama acto (factum) y está sometida a leyes; si el juicio lleva consigo a la vez las consecuencias jurídicas del
acto, es una imputación judicial (imputatio iudiciaria), en caso contrario, sólo una imputación dictaminadora
(imputatio diiudicatoria)”. KANT, I. La metafísica de las costumbres. Madrid, Alianza, 1989, p.35. En
nuestro precedente jurisprudencial constitucional se sostiene: “La jurisprudencia nacional ha recabado en
ello al sentar la tesis de que la base de la responsabilidad patrimonial del Estado la constituye la
imputabilidad del daño. En efecto, con fundamento en la jurisprudencia del Consejo de Estado, la Corte
Constitucional ha sostenido que la responsabilidad patrimonial del Estado y de las demás personas jurídicas
públicas se deriva de la imputabilidad del perjuicio a una de ellas, lo cual impide extenderla a la conducta de
los particulares o a las acciones u omisiones que tengan lugar por fuera del ámbito de la administración
pública”. Corte Constitucional, sentencia C-254 de 2003.
20
El “otro principio de responsabilidad patrimonial del Estado es el de imputabilidad. De conformidad con
éste, la indemnización del daño antijurídico le corresponde al estado cuando exista título jurídico de
atribución, es decir, cuando de la voluntad del constituyente o del legislador pueda deducirse que la acción u
puede apartarse de las “estructuras reales si quiere tener alguna eficacia sobre las
mismas”21.

6 En cuanto a esto, cabe precisar que la tendencia de la responsabilidad del


Estado en la actualidad está marcada por la imputación objetiva, título autónomo
que “parte de los límites de lo previsible por una persona prudente a la hora de
adoptar las decisiones”22. Siendo esto así, la imputación objetiva implica la
“atribución”, lo que denota en lenguaje filosófico-jurídico una prescripción, más que
una descripción. Luego, la contribución que nos ofrece la imputación objetiva,
cuando hay lugar a su aplicación, es la de rechazar la simple averiguación
descriptiva, instrumental y empírica de “cuando un resultado lesivo es
verdaderamente obra del autor de una determinada conducta”23.

7 Esto, sin duda, es un aporte que se representa en lo considerado por Larenz


según el cual había necesidad de “excluir del concepto de acción sus efectos
imprevisibles, por entender que éstos no pueden considerarse obra del autor de la
acción, sino obra del azar”24. Con lo anterior, se logra superar, definitivamente, en
el juicio de responsabilidad, la aplicación tanto de la teoría de la equivalencia de
condiciones, como de la causalidad adecuada, ofreciéndose como un correctivo
de la causalidad, donde será determinante la magnitud del riesgo y su carácter
permisible o no25.

8 Dicha tendencia es la que marcó el precedente jurisprudencial constitucional,


pero ampliando la consideración de la imputación (desde la perspectiva de la
imputación objetiva) a la posición de garante donde la exigencia del principio de
proporcionalidad26 es necesario para considerar si cabía la adopción de medidas

omisión de una autoridad pública compromete al Estado con sus resultados”. Corte Constitucional, sentencia
C-254 de 2003.
21
“Tenía razón Welzel al considerar que el Derecho debe respetar estructuras antropológicas como la
capacidad de anticipación mental de objetivos cuando se dirige al hombre mediante normas. Desde luego, si
el ser humano no tuviera capacidad de adoptar o dejar de adoptar decisiones teniendo en cuenta motivos
normativos, sería inútil tratar de influir en el comportamiento humano mediante normas prohibitivas o
preceptivas”. MIR PUIG, Santiago. “Significado y alcance de la imputación objetiva en el derecho penal”,
en Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, 05-05-2003 [http://criminet.urg.es/recpc], pp.6 y 7.
22
“El Derecho se dirige a hombre y no a adivinos. Declarar típica toda acción que produzca un resultado
dañoso, aun cuando éste fuese imprevisible, significaría que la ley no tiene en cuenta para nada la naturaleza
de sus destinatarios; pues una característica del hombre es precisamente la de que no puede prever más que
muy limitadamente las consecuencias condicionados por sus actos. Vincular un juicio de valor negativo (el
de antijuridicidad) a la producción de un resultado que el hombre prudente no puede prever sería desconocer
la naturaleza de las cosas (más concretamente): la naturaleza del hombre”. GIMBERNAT ORDEIG, E.
Delitos cualificados por el resultado y relación de causalidad. Madrid, 1990, pp.77 ss.
23
MIR PUIG, Santiago. “Significado y alcance de la imputación objetiva en el derecho penal”, ob., cit., p.7.
24
LARENZ, K. “Hegelszurechnungslehre”, en MIR PUIG, Santiago. “Significado y alcance de la imputación
objetiva en el derecho penal”, ob., cit., p.7.
25
JAKOBS, G. La imputación objetiva en el derecho penal. Bogotá, Universidad Externado, 1994. Sin
embargo, como lo sostiene el precedente de la Sala: “De conformidad con lo dispuesto por el artículo 90 de la
Constitución Política, el Estado tiene el deber de responder patrimonialmente por los daños antijurídicos que
le sean imputables, causados por la acción u omisión de las autoridades públicas, norma que le sirve de
fundamento al artículo 86 del Código Contencioso Administrativo… No obstante que la norma constitucional
hace énfasis en la existencia del daño antijurídico como fuente del derecho a obtener la reparación de
perjuicios siempre que el mismo le sea imputable a una entidad estatal, dejando de lado el análisis de la
conducta productora del hecho dañoso y su calificación como culposa o no, ello no significa que la
responsabilidad patrimonial del Estado se haya tornado objetiva en términos absolutos, puesto que subsisten
los diferentes regímenes de imputación de responsabilidad al Estado que de tiempo atrás han elaborado tanto
la doctrina como la jurisprudencia”. Sentencia de 24 de febrero de 2005. Exp.14170.
26
“El principio de proporcionalidad se compone de tres subprincipios: el principio de idoneidad; el de
necesidad y el de proporcionalidad en sentido estricto. Estos principios expresan la idea de optimización...
En tanto que exigencias de optimización, los principios son normas que requieren que algo sea realizado en
la mayor medida de lo posible, dadas sus posibilidades normativas y fácticas. Los principios de idoneidad y
de necesidad se refieren a la optimización relativa a lo que es fácticamente posible por lo que expresan la
razonables para prevenir la producción del daño antijurídico, y así se motivara el
juicio de imputación. Dicho juicio, en este marco, obedece sin lugar a dudas a un
ejercicio de la ponderación27 que el juez está llamado a aplicar, de tal manera que
se aplique como máxima que: “Cuanto mayor sea el grado de la no satisfacción o
del detrimento de un principio, mayor debe ser la importancia de satisfacción del
otro” 28.

En ese sentido, el precedente jurisprudencial constitucional indica:

“… el núcleo de la imputación no gira en torno a la pregunta acerca de si el hecho era


evitable o cognoscible. Primero hay que determinar si el sujeto era competente para
desplegar los deberes de seguridad en el tráfico o de protección29 frente a determinados
bienes jurídicos con respecto a ciertos riesgos, para luego contestar si el suceso era
evitable y cognoscible30. Ejemplo: un desprevenido transeúnte encuentra súbitamente en
la calle un herido en grave peligro (situación de peligro generante del deber) y no le presta
ayuda (no realización de la acción esperada); posteriormente fallece por falta de una
oportuna intervención médica que el peatón tenía posibilidad de facilitarle trasladándolo a
un hospital cercano (capacidad individual de acción). La muerte no le es imputable a
pesar de la evitabilidad y el conocimiento. En efecto, si no tiene una posición de garante
porque él no ha creado el riesgo para los bienes jurídicos, ni tampoco tiene una obligación
institucional de donde surja un deber concreto de evitar el resultado mediante una acción
de salvamento, el resultado no le es atribuible. Responde sólo por la omisión de socorro y
el fundamento de esa responsabilidad es quebrantar el deber de solidaridad que tiene
todo ciudadano”31.

idea de optimalidad de Pareto. El tercer subprincipio, el de proporcionalidad en sentido estricto, se refiere a


la optimización respecto de las posibilidades normativas. Las posibilidades normativas vienen definidas,
fundamentalmente, por la concurrencia de otros principios; de modo que el tercer subprincipio podría
formularse mediante la siguiente regla: Cuanto mayor ser el grado de la no satisfacción o del detrimento de
un principio, mayor debe ser la importancia de satisfacción del otro. Esta regla puede denominarse: “ley de
la ponderación” (subrayado fuera de texto). ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos
constitucionales”, en VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés.,
ob., cit., p.62.
27
“La ley de la ponderación pone de manifiesto que la ponderación puede fraccionarse en tres pasos. El
primero consiste en establecer el grado de insatisfacción o de detrimento del primer principio; el segundo,
consiste en establecer la importancia de la satisfacción del segundo principio, que compite con el primero y,
finalmente, el tercer paso consiste en determinar si, por su importancia, la satisfacción del segundo principio
justifica la no satisfacción del primero”. ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos constitucionales”,
en VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés., ob., cit., p.64.
28
ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos constitucionales”, en VASQUEZ, Rodolfo;
ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés., ob., cit., p.62. Sin embargo, se advierte que
Habermas ha planteado objeciones a la ponderación: “… la aproximación de la ponderación priva de su
poder normativo a los derechos constitucionales. Mediante la ponderación –afirma Habermas- los derechos
son degradados a nivel de los objetivos, de las políticas y de los valores; y de este modo pierden la “estricta
prioridad” característica de los “puntos de vista normativos”. HABERMAS, Jürgen. Between Facts and
Norms, Trad. William Rehg, Cambridge, 1999, p.259. A lo que agrega: “… no hay criterios racionales para
la ponderación: Y porque para ello faltan criterios racionales, la ponderación se efectúa de forma arbitraria
o irreflexiva, según estándares y jerarquías a los que está acostumbrado”. Para concluir que: “La decisión
de un tribunal es en sí misma un juicio de valor que refleja, de manera más o menos adecuada, una forma de
vida que se articula en el marco de un orden de valores concreto. Pero este juicio ya no se relaciona con las
alternativas de una decisión correcta o incorrecta”. HABERMAS, Jürgen. “Reply to Symposium
Participants”, en ROSENFELD, Michel; ARATO, Andrew. Habermas on Law and Democracy. Los Angeles,
Berkeley, 1998, p.430.
29
Deberes de protección que es “una consecuencia de la obligación general de garantía que deben cumplir
las autoridades públicas y se colige claramente de los artículos 2.3 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que regulan el derecho a
disponer de un recurso efectivo en caso de violaciones a los derechos humanos”. CASAL H, Jesús María. Los
derechos humanos y su protección. Estudios sobre derechos humanos y derechos fundamentales. 2ª ed.
Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 2008, p.31.
30
Cfr. Günther Jakobs. Regressverbot beim Erfolgsdelikt.Zugleich eine Untersuchung zum Gruñd der
strafrechtlichen Haftung bei Begehung. ZStW 89 (i977). Págs 1 y ss.
31
Corte Constitucional, Sentencia SU-1184 de 2001.
A lo que se agrega por el mismo precedente,

“En la actualidad, un sector importante de la moderna teoría de la imputación objetiva (la


nueva escuela de Bonn: Jakobs, Lesch, Pawlik, Müssig, Vehling) estudia el problema
desde una perspectiva distinta a la tradicional de Armin Kaufmann: el origen de las
posiciones de garante se encuentra en la estructura de la sociedad, en la cual existen dos
fundamentos de la responsabilidad, a saber:

1) En la interacción social se reconoce una libertad de configuración del mundo


(competencia por organización) que le permite al sujeto poner en peligro los bienes
jurídicos ajenos; el ciudadano está facultado para crear riesgos, como la construcción de
viviendas a gran escala, la aviación, la exploración nuclear, la explotación minera, el
tráfico automotor etc. Sin embargo, la contrapartida a esa libertad es el surgimiento de
deberes de seguridad en el tráfico, consistentes en la adopción de medidas especiales
para evitar que el peligro creado produzca daños excediendo los límites de lo permitido.
Vg. Si alguien abre una zanja frente a su casa, tiene el deber de colocar artefactos que
impidan que un transeúnte caiga en ella. Ahora bien, si las medidas de seguridad
fracasan y el riesgo se exterioriza amenazando con daños a terceros o el daño se
produce – un peatón cae en la zanja- surgen los llamados deberes de salvamento, en
los cuales el sujeto que ha creado con su comportamiento peligroso anterior
(generalmente antijurídico) un riesgo para los bienes jurídicos, debe revocar el riesgo –
prestarle ayuda al peatón y trasladarlo a un hospital si es necesario- (pensamiento de la
injerencia). Esos deberes de seguridad en el tráfico, también pueden surgir por asunción
de una función de seguridad o de salvamento, como en el caso del salvavidas que se
compromete a prestar ayuda a los bañistas en caso de peligro.

Los anteriores deberes nacen porque el sujeto ha configurado un peligro para los bienes
jurídicos y su fundamento no es la solidaridad sino la creación del riesgo. Son deberes
negativos porque su contenido esencial es no perturbar o inmiscuirse en los ámbitos
ajenos. Corresponde a la máxima del derecho antiguo de no ocasionar daño a los demás.
2) Pero frente a la libertad de configuración, hay deberes que proceden de instituciones
básicas para la estructura social (competencia institucional) y que le son impuestas al
ciudadano por su vinculación a ellas. Por ejemplo, las relaciones entre padres e hijos y
ciertas relaciones del estado frente a los ciudadanos. Estos deberes se caracterizan,
porque el garante institucional tiene la obligación de configurar un mundo en común con
alguien, de prestarle ayuda y protegerlo contra los peligros que lo amenacen, sin
importar que el riesgo surja de un tercero o de hechos de la naturaleza. Vg. El padre debe
evitar que un tercero abuse sexualmente de su hijo menor y si no lo hace, se le imputa el
abuso.
Los deberes institucionales se estructuran aunque el garante no haya creado el peligro
para los bienes jurídicos y se fundamentan en la solidaridad que surge por pertenecer a
ciertas instituciones básicas para la sociedad. Se trata de deberes positivos, porque
contrario a los negativos en los cuales el garante no debe invadir ámbitos ajenos, en éstos
debe protegerlos especialmente contra ciertos riesgos32”33.

16. En una teoría de la imputación objetiva construida sobre las posiciones de garante,
predicable tanto de los delitos de acción como de omisión, la forma de realización externa
de la conducta, es decir, determinar si un comportamiento fue realizado mediante un
curso causal dañoso o mediante la abstención de una acción salvadora, pierde toda
relevancia porque lo importante no es la configuración fáctica del hecho, sino la
demostración de sí una persona ha cumplido con los deberes que surgen de su posición
de garante.

“Si alguien tiene deberes de seguridad en el tráfico, lo trascendente para la imputación es


si esa persona desplegó deberes de diligencia para evitar que el peligro creado no
excediera los límites de lo prohibido. Si se es garante, no interesa si el sujeto originó un

32
Cfr. Günther Jakobs. Strafrecht Allgemeiner Teil.Die Grundlagen und die Zurechnungslehre
(studienausgabe). 2 Auflage.Walter de Gruyter.Berlin.New York. 1993.Pags. 796 y ss.
33
Corte Constitucional, sentencia SU-1184 de 2001.
curso causal (acción) o no impidió el desarrollo del mismo (omisión), sino, si ha cumplido
con los deberes de seguridad que le impone el ejercicio de una actividad peligrosa. Vg. Si
alguien maneja una represa y el agua se desborda ocasionándole daño a una población,
en el juicio de imputación lo sustancial no es si el operario abrió la compuerta mas (sic) de
lo debido (acción) o simplemente no la cerró a tiempo (omisión); lo fundamental es si
cumplió o no con los deberes de seguridad que surgían del control de una fuente de
peligro. Lo mismo acontece, cuando en virtud de relaciones institucionales se tiene el
deber de resguardar un determinado bien jurídico contra determinados riesgos. El padre
de familia incumple sus deberes de protección frente a su hijo, no sólo cuando entrega el
arma homicida, también lo hace cuando no evita que un tercero le ocasione una lesión
mortal. En la actualidad, se afirma que la técnica moderna y el sistema social, hacen
intercambiables la acción y la omisión 34. Günther Jakobs ha demostrado que todos los
problemas del delito de omisión son trasladables a la acción. Hay conductas activas,
socialmente adecuadas, que se convierten en un riesgo jurídicamente desaprobado
cuando la persona tiene una posición de garante. Ejemplo: es socialmente adecuado
apagar la luz del portón de una casa (acción) aun cuando sea probable que un peatón
puede tropezar en la oscuridad; pero se convierte en un comportamiento prohibido
(apagar la luz) si el propietario ha realizado una construcción frente a ella, porque al crear
una fuente de peligro aparecen deberes de seguridad en el tráfico: alumbrar la obra para
que nadie colisione con ella”35.

9 En los anteriores términos, la responsabilidad extracontractual del Estado se


puede configurar una vez se demuestre el daño antijurídico y la imputación (desde
el ámbito fáctico y jurídico). Conforme a lo anterior esquema, se analizará el caso
a resolver.

5. El régimen de responsabilidad por daños causados a miembros de la


Fuerza Pública.

El criterio para determinar la responsabilidad del Estado en este campo específico


ha estado dominado por la noción de actividad riesgosa, para sostener que el
personal militar, policial y afín, en el ejercicio de sus funciones, asumen una serie
de riesgos propios del servicio.

En este sentido, a los miembros de los cuerpos de defensa y seguridad del Estado
le es exigible el cumplimiento de deberes cualificados de defensa de la “soberanía,
independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional” al
igual que les corresponde velar por el “mantenimiento de las condiciones
necesarias para el ejercicio de los derechos y las libertades públicas” conforme a
los postulados constitucionales (artículos 217 y 218 Constitución Política); es así
como el cumplimiento de tales fines legítimos trae por consecuencia que en
variados casos se exija de los miembros de los órganos de seguridad la ejecución
de actividades que, en pro del bienestar general y la seguridad, revisten una
amenaza de lesión a uno o varios intereses jurídicamente tutelados para los
agentes del Estado.

A este respecto, el precedente de la Corporación ha sostenido que en cada caso


deben precisarse las actividades que ejercen los miembros de la fuerza pública
para determinar el nivel del riesgo al que se expone el agente del Estado, en los
siguientes términos:

34
Cfr. Javier Sánchez-Vera. Pflichtdelikt und Beteiligung. Zugleich ein Beitrag zur Einheitlichkeit der
Zurechnung bei Tun und Unterlassen. Duncker & Humbolt Berlin 1999. Pags. 51 y ss Kurt Seelmann.
Grundlagen der Strafbarkeit. Komentar zum Strafgesetzbuch. Band 1. Reihe. Alternativkommentare.
Luchterhand. Neuwied. 1990.Pag.389.
35
Corte Constitucional, Sentencia SU-1184 de 2001.
“también corresponde advertir que no todos los integrantes de la Fuerza Pública asumen
los mismos riesgos y que por esa razón, a efectos de determinar en un evento concreto
ese ‘riesgo profesional’, necesariamente ha de tenerse en cuenta la naturaleza de las
funciones, la de las actividades y la de la misión que al momento de los hechos le
correspondía ejecutar, de conformidad con la labor escogida y la institución a la cual se
vinculó.”36

En cualquier caso, es pertinente decir que los riesgos ordinarios que se presenten
con ocasión de la actividad desplegada por los miembros de la fuerza pública no
pueden ser de tal connotación que impliquen una renuncia de los derechos
humanos y/o fundamentales; esto es, los mismos no pueden constituir una
afectación desproporcionada a los derechos que les son inherentes al ser humano
solo por la mera condición de serlo y ser partícipe de un Estado Social de
Derecho; desde la perspectiva del test de proporcionalidad y a través de cada uno
de sus subprincipios se observa:

i) Que las actividades que despliega la fuerza pública son idóneas en tanto
que persiguen la realización de un fin legítimo de orden constitucional expreso,
como es la defensa de la soberanía, la libertad y el aseguramiento del ejercicio de
los derechos y libertades públicas.

ii) Los riesgos ordinarios asumidos por los miembros de la fuerza pública son
necesarios, en tanto que, acorde a la realidad de nuestra sociedad, se hace
imperiosa la existencia de cuerpos militares y policiales que hagan frente a las
acciones tendientes a afectar el orden institucional, la democracia y los derechos y
libertades de los individuos.

iii) En el estadio de la proporcionalidad stricto sensu se tiene que los fines


perseguidos corresponden a intereses de carácter difuso por cuanto no puede
identificarse a una persona o grupo determinado como beneficiario y/o titular de
tales prerrogativas, sino que los mismos residen en cabeza de todo el colectivo
social. Empero, los derechos afectados con tales medidas son principalmente la
vida e integridad física y mental de los miembros de la fuerza pública, que a su vez
se constituyen en derechos inherentes al ser humano y que son reconocidos por
diversos pactos de derechos humanos en el universo normativo.

En este orden de ideas se observa que por una parte, el reconocimiento y respeto
por los derechos humanos se constituye como elemento básico en la construcción
de los estados contemporáneos, pero a su vez, se tiene que, a partir de una
perspectiva real, es condición necesaria que existan cuerpos armados del Estado
que garanticen el orden institucional, las libertades y derechos de los ciudadanos.
De manera que, será proporcional y constituirá un riesgo ordinario asumido por los
miembros de la fuerza pública los peligros que entrañe su función, siempre que i)
la actividad desplegada esté acompañada de la adopción de las medidas técnicas
y tácticas necesarias para la salvaguarda de sus derechos; ii) se enfrenten a
riesgos anónimos, esto es, que sean generales y no que particularmente sean
padecidos por un sujeto o grupo singular, y iii) se cuente con la formación
profesional adecuada para afrontar los mismos.

Ahora bien, en consideración a las funciones que desempeñan los miembros de la


fuerza pública, y su exposición a riesgos especiales, se han adoptado medidas
legislativas de orden laboral, fundadas en un criterio de igualdad material 37, en las
36
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 4 de febrero de
2010, C.P.: Dr. Mauricio Fajardo Gómez, radicado: 27001-23-31-000-1998-00244-01(18371)
37
Desde la postura de Alexy, se puede afirmar que tal medida genera una desigualdad la cual es
constitucionalmente valida, pues “Si hay una razón suficiente para ordenar un trato desigual, entonces está
cuales se establece un régimen diferenciado de prestaciones sociales,
encontrándose entre ellas la denominada indemnización a forfait. Respecto de la
constitucionalidad de estas medidas, la jurisprudencia constitucional ha precisado:

“La existencia de prestaciones especiales a favor de los miembros de la fuerza pública,


lejos de ser inconstitucionales, pretenden hacer efectivos los principios de igualdad
material y equidad, a partir del establecimiento de unas mejores condiciones que permitan
acceder a un régimen pensional más benéfico en tiempo, en porcentajes o en derechos,
en aras equilibrar el desgaste físico y emocional sufrido durante un largo período de
tiempo, por la prestación ininterrumpida de una función pública que envuelve un peligro
inminente. Pero no se trata de reconocer privilegios o prerrogativas que desborden el
contenido prestacional de la garantía a la seguridad social, es decir, la regulación especial
que para el efecto establezca, debe enmarcarse dentro del fin constitucional que cumplen
los preceptos superiores que la autorizan (C.P. artículos 150, numeral 19, literal e) y 217 y
218), y, además, debe ser proporcional a los hechos que le sirven de causa.”38 

En este sentido el forfait de pensión o la indemnización a forfait se entiende como


aquella prestación social especial, de carácter laboral, que se aplica en favor de
los miembros de la fuerza pública cuando les sobrevienen graves lesiones o
muerte con ocasión del cumplimiento de los actos de servicio, en otras palabras,
cuando el acto lesivo ha tenido lugar en razón a los riesgos ordinarios que la
función implica. Por tal razón, dicha figura jurídica no es asimilable con la
indemnización de perjuicios que se decreta en sede judicial, pues mientras la
primera opera por virtud de la ley y en razón a la existencia de una vinculación
laboral especial, la segunda, esto es, la indemnización de perjuicios, tiene su
aplicación en los casos en que se precise que el siniestro ha tenido lugar ora por
una falla del servicio o bien por haber existido una conducta de la administración
que generó una situación de riesgo excepcional para la víctima; por tal razón
dichas figuras no son excluyentes ni tampoco la una afecta el reconocimiento y
pago de la otra. Al respecto es preciso traer a colación la posición de la Sala sobre
la materia:

“De suyo, la relación laboral engendra una serie de derechos autónomos, independiente
de que el funcionario o sus causahabientes, herederos o beneficiarios, según el caso,
puedan invocar una indemnización plena y ordinaria de perjuicios en caso de lesión
invalidante o de muerte; máxime cuando este resarcimiento pecuniario nada tiene que ver
con esa prestación de servicios subordinados. […] O sea, que a través de ese
reconocimiento no se le está otorgando ninguna indemnización a esas personas, sino
simplemente pagándoles unas prestaciones sociales a las que tienen vocación por razón
del nexo laboral de su causante. En cambio, la indemnización de perjuicios que se les
reconoció separadamente en el proceso citado, tiene su origen y fundamento en la falla
de servicio que produjo la muerte del Agente. O sea, que en el primer supuesto la
obligación deviene de la ley y se sustenta en la relación laboral del causante; en el
segundo, nace la responsabilidad que le compete a la Administración Pública en la muerte

ordenado un trato desigual”, para lo cual expresa dicho autor que “tiene que haber una razón suficiente para
las diferenciaciones, que las justifique y que la cualificación de la razón como suficiente es un problema de
valoración […] Que para la admisibilidad de las diferenciaciones tiene que haber una razón suficiente que
las justifique significa que, cuando no existe una razón semejante, está ordenada la igualdad de trato […] No
existe ninguna razón suficiente para permitir una diferenciación si todas las razones que hay que tener en
cuenta tienen que considerarse como insuficientes. Esto es justo lo que ocurre cuando no se consigue una
fundamentación para permitir la diferenciación. Como se ha observado reiteradamente, el principio general
de igualdad establece así la carga de la argumentación para los tratos desiguales.” ALEXY, Robert. Teoría
de los Derechos Fundamentales. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid, 2008. [Traducción
de Carlos Bernal Pulido], 2° Edición, pág. 360-362. Lo anterior lleva a sostener que el mandato de trato
desigual en el caso de las prestaciones sociales excepcionales en favor de miembros de la fuerza pública está
determinado bajo la égida de la existencia de que tales agentes del Estado ejecutan actuaciones que implican
un riesgo de lesión de sus derechos.
38
Corte Constitucional, Sentencia C-432/2004. M.P.: Dr. Rodrigo Escobar Gil.
de aquel, por una falla del servicio. En ese orden de ideas, no es dable el descuento
impetrado por la entidad recurrente.”39

Con fundamento en las anteriores precisiones, se tiene que no todo


aminoramiento a un derecho de un miembro de la fuerza pública en el ejercicio de
sus funciones tiene la connotación para enervar, per se, la responsabilidad del
Estado en razón a la protección legal de las contingencias ordinarias que surjan en
contra de los miembros de la fuerza pública por medio de la indemnización a
forfait40, es por tal motivo, que se diluye la atribución al Estado de la
responsabilidad por los daños causados en razón a que se ha afrontado un riesgo
ordinario.

Por tal razón, para que sea procedente la imputación de responsabilidad del
Estado por daños a miembros de la fuerza pública, es necesario demostrar que en
la causación del daño antijurídico ha concurrido, a manera enunciativa, un
desconocimiento de las reglas jurídicas y/o técnicas que reglan el ejercicio de la
profesión riesgosa, que no se obró con la diligencia o el cuidado debido en la
planeación de las acciones a emprender, que los medios de los que se dispone
han sido defectuosos; o cualquier clase de acción u omisión que se consideren
como constitutivas de falla del servicio41.

Y por otra parte, la Sala también ha acogido el criterio del riesgo excepcional como
título de imputación en esta clase de asuntos, cuando se demuestre que el obrar
de la administración ha sido legítimo, empero, en el desarrollo de tales
actuaciones se ha presentado una lesión para un miembro de la fuerza pública,
como quiera que el acto dañoso ha afectado singularmente a un sujeto,
ubicándolo en una situación de desproporcionada vulneración de derechos
respecto de otros ciudadanos que comportan condiciones fácticamente análogas.

6. Los hechos probados.

De acuerdo con los medios probatorios allegados al proceso y que son objeto de
valoración probatoria, se debe tener en cuenta como hechos probados:
39
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Sentencia de 7 de febrero de 1995. C.P.:
Dr. Carlos Orjuela Góngora. Radicado: S-247. En el mismo sentido: “Si un agente del Estado con causa y por
razón del ejercicio y por los riesgos inherentes a éste sufre accidente y sobrevive tiene derecho a las
prestaciones laborales predeterminadas en la legislación laboral; pero si fallece son sus beneficiarios los que
tienen el derecho a esas prestaciones. Este tipo de responsabilidad ha sido denominado “A forfait”. Pero,
si el agente del Estado sufre un accidente por la conducta falente o culposa de la misma persona que es su
patrono pero en “forma independiente a la prestación ordinaria o normal del servicio” y/o “por fallas del
servicio ajenas al trabajo profesional propio del agente” tiene derecho a solicitar la declaratoria de
responsabilidad del Estado, por medio de la acción respectiva…”. Sentencia de 7 de agosto de 2000. C.P.:
Dra. María Elena Giraldo Gómez. Radicado: 12544
40
En este sentido: “El mismo ordenamiento jurídico, se ha encargado de establecer un régimen prestacional
de naturaleza especial, que reconozca esa circunstancia de riesgo connatural a las actividades que deben
desarrollar estos servidores públicos, cuando quiera que resulten lesionados o muertos en razón y con
ocasión del cumplimiento de sus funciones, por lo cual se puede afirmar que, desde este punto de vista, los
miembros de tales instituciones se hallan amparados de un modo que generalmente excede el común régimen
prestacional de los demás servidores públicos, en consideración al riesgo especial que implica el ejercicio de
las funciones a su cargo. […] En esa medida, cuando el riesgo se concreta y el servidor público -agente de
Policía, soldado, etc.- sufre lesiones o encuentra la muerte cuando se hallaba ejerciendo sus funciones y por
razón de las mismas, surge el derecho al reconocimiento de las prestaciones sociales consagradas en el
régimen laboral especial al que está sujeto…”. Sentencia de 3 de mayo de 2007. C.P.: Dr. Ramiro Saavedra
Becerra. Radicado: 68001-23-15-000-1995-01420-01 (16200).
41
Sentencia de 26 de febrero de 2009, C.P.: Dr. Enrique Gil Botero. Radicado: 68001-23-15-000-1999-
01399-01 (31842).
- Copia autenticada del registro civil de nacimiento de Guillermo Antonio Colorado
(fl 22, c1).

- Copia autenticada del registro civil de nacimiento de Yolanda Echeverri Acosta (fl
23, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Jaiver Colorado Echeverry.


(fl 24, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Jair Colorado Echeverry. (fl


25, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Esperanza Colorado


Echeverry (fl 26, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Diana Marcela Colorado


Echeverry (fl 27, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de José Eiver Colorado


Echeverry. (fl 28, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Doralba Colorado Echeverry


(fl 29, c19).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Guillermo Colorado


Echeverry (fl, 30, c1).

- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Yeison Colorado Echeverry


(fl. 31, c1).
- Copia autenticada de registro civil de nacimiento de Albenis Colorado Echeverry.
(fl. 32, c1).

- Copia autenticada de registro civil de defunción de Jair Colorado Echeverry. (fl


33, c1).

- Certificación expedida por el Departamento Administrativo Nacional de


Estadísticas DANE sobre el índice de precios al consumidor en el periodo de
agosto de 1996 a diciembre de 1998. (fl 62, c1).

- Certificación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en el que se certifica el


valor del salario mínimo legal vigente y el auxilio de transporte desde 1950, en el
primero de los conceptos, y 1997, en el segundo, hasta 1999. (fl 64-66, c1)

- Copia simple del Decreto 2560 de 1998 por el cual se señala el salario mínimo
legal diario de 1999. (fl 67, c1).

- Copia simple del Decreto 2658 de 1998 por medio del cual se establece el auxilio
de transporte de 1999. (fl 68, c1).

- Oficio No. 039-99 del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
en el que se informa que en los archivos de protocolos de necropsia no aparece
registrado el nombre de Jair Colorado Echeverry. (fl 69, c1).
- Oficio de la Superintendencia Bancaria mediante el cual se adjuntan copias
autenticadas de las Resoluciones 0996 del 29 de marzo de 1990 por la cual se
adoptó la Tabla Colombiana de Mortalidad de los Asegurados 1984/88, la 0585 de
abril 11 de 1994 por la cual se adopta la Tabla de Mortalidad, de invalidez de
activos, de mortalidad de inválidos y de rentistas y la Resolución 0497 de mayo 20
de 1997. (fls. 73-90, c1).

- Oficio 57045 (fl 91, c1) suscrito por el Subjefe del Departamento de Personal del
Ejército en el que se suministran los siguientes datos del señor Jair Colorado
Echeverry:

“Apellidos y Nombres: COLORADO ECHEVERRY JAIR


Código Militar 6138317
Fecha Ingreso 22 de Mayo de 1996
Contingente Segundo Contingente de 1996
Categoría Soldado Regular
Unidad Batallón de Infantería No. 21 Vargas sede Granada Meta
Observaciones Fue dado de baja por defunción el 29 de Septiembre de
1996, en hechos ocurridos en combate armado con el frente
XLII de las FARC.”

- Oficio No. 00487 BR7 – BIVAR-CDO-S3-790 suscrito por el Ejecutivo y Segundo


Comandante Batallón 21 Vargas, en el que se indica que “revisados los archivos
de la Unidad, no se encontró el informe que rindiera el Comandante de la Base
Militar de LOMALINDA, jurisdicción del Municipio de Puerto Lleras (META), para la
fecha del 28 de septiembre de 1996…” (fl 93, c1).

- Oficio No. 00488 BR7 – BIVAR-CDO-S3-790 suscrito por el Ejecutivo y Segundo


Comandante Batallón 21 Vargas, en el que se certifica lo siguiente:
“1. Que la misión que cumplía la tropa de esta Unidad acantonada en el Municipio
de Puerto Lleras (META), para la fecha de los hechos, era desarrollar Operaciones
de Registro y Control Militar de Área.
2. El personal Militar pernoctaba en las instalaciones donde funcionó por varios
años el instituto Lingüístico de Verano (LOMALINDA). (fl 95, c1).

- Oficio No. 01375 suscrito por la Secretaría Judicial Común de la Unidad de


Fiscalías en Granada Meta, en el que se indica que esta unidad de fiscalías no
adelantó diligencia de levantamiento de Jair Colorado Echeverry, ni tampoco
prosiguió investigación ‘previa o penal’ por el fallecimiento del mencionado señor.
(fl 97, c1).

- Testimonio rendido por el señor José Martin Colmenares en el que se manifestó:


“PREGUNTADO: Sírvase decirle al Juzgado si conoce de vista, trato y comunicación al
jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY, quien resultara muerto el día 28 de
septiembre de 1.996, e igualmente si conoce a sus padres, hermanos y abuela, en caso
positivo cuanto tiempo hace y porqué motivo le consta sobre el parentezco (sic)?
CONTESTO: Si lo distinguí, desde hace aproximadamente unos 25 años, lo conocí aquí
en San Juan de Arama, lo conocí envía de trabajo, también distingo a su padre, hermanos
y la abuela, el padre el anterior se llama GUILLERMO COLORADO, los hermanos ,
BLANCA, se corrige YOLANDA COLORADO, JAVIER COLORADO, JAIVER
COLORADO, ESPERANZA COLORADO, DIANA MARCELA COLORADO, JOSÉ EIBER
COLORADO, GUILLERMO COLORADO, FLOR ALBA COLORADO YEISON
COLORADO, ALBENIS COLORADO y la abuela MARÍA ANTONIA ACOSTA, por lo que
los distingo desde hace tiempo.- PREGUNTADO: Conforme al conocimiento que tiene de
los anteriores, que le consta sobre las relaciones familiares y espirituales que entre los
mismos existieron y cual fué (sic) el impacto moral que les causó a los padres, hermanos
y abuela la tragedia sufrida por JAIR COLORADO ECHEVERRY el día 28 de septiembre
de 1.996, al resultar muerto y en especual (sic) el profundo trauma que sufrió la madre del
fallecido por los mismos hechos? CONTESTO: Sufrieron mucho, porqué (sic) el (sic) era
más los ayudaba económicamente a todos sus famiales (sic).- PREGUNTADO: Dígale al
Juzgaso (sic) si sabe o le consta a que actividades se dedicaba el Jóven (sic) JAIR
COLORADO ECHEVERRY antes de ingresar al Ejército, con quien trabajaba
habitualmente, cuanto ganaba mensualmente en tales actividades qué destino daba los
dineros ganados? CONTESTO: El (sic) trabaja en labores de campo. Ganadería, trabajó
con varia gente por quí (sic) con GONZALO CUBIDES y también trajó (sic) conmigo, el
ganaba la suma de DOSCIENTOS MIL PESOS mensuales, él gastaba en las
necesidades de él y el resto le daba a sus padres” (fls 124-125, c1).

- Testimonio rendido por el señor Nolberto Naranjo Herrán en el que se manifestó:

“PREGUNTADO: Sírvase decirle al Despacho si conoce de vista, trato y comunicación al


jóven (sic) JAIR COLOERADO (sic) ECHEVERRY, quien resultara muerto el día 28 de
septiembre de 1.996, e igual,mente (sic) si conoce a su padres, hermanos y abuela, en
caso positivo cuanto tiempo hace y porqué motivo le consta sobre el parentesco?
CONTESTO: Si conocí al jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY, y supe que él
murió el día 28 de septiembre de 1.996, si conozco a los padres, GUILLERMO
COLORADO y BLANCO MAYORY ECHEVERRY, sus hermanos son JOSE HELBER,
DORA ALBA, GUILLERMO, JEISON, JAIVER, ESPERANZA, YOLANDA, ALBENIS y
DIANA MARCELA, eran diez, su abuela de nombre MARÍA ANTONIA no recuerdo el
apellido, por cuestió (sic) de trabajo, el finado laboraba conmigo en una bolqueta (sic)-.
PREGUNTADO: Por el conocimiento que ha tenido de los anteriores, que le consta sobre
las relaciones familiares y espirituales que entre los mismos y existieron y cual fué (sic) el
impacto moral que les causó a los padres y abuela la tragedia sufrida por JAIR
COLORADO ECHEVERRY el día 28 de septiembre de 1.996, al resultar muerto y en
especial el profundo trauma que sufrió la madre del fallecido y por los mismos hechos?
CONTESTO: Bueno ellos sufrieron mucho porque ellos son muy nidos (sic), a la madre de
él le dolió mucho porque él era el que les ayudaba económicamente. PREGUNTADO:
Manifiéstele al Juzgado si sabe o le consta a qué actividades se dedicaba el jóven (sic)
JAIR COLORADO ECHEVERRY antes de ingresar al ejército, con quien trabajaba
habitualmente, cuando (sic) ganaba mensualmente en tales labores y qué destino le daba
a los dineros ganados? CONTESTO: El (sic) estaba trabajando en ganadería, con el
señor ANTONIO CUBIDES, él se ganaba un promedio de DOSCIENTOS MIL PESOS
mensuales, bueno el gastaba en sus necesidades y también a su madre BLANCA
ECHEVERRY, comotambien (sic) a sus hermanos.” (fls 125-126, c1).

- Testimonio rendido por el señor Ricaurte Cardozo Hermosa en el que se


manifestó:

“PREGUNTADO: Háganos un relato sobre lo que le conste sobre los hechos.


CONTESTO: Nosotros ingresamos en compañía con JAIER COLORADO ECHEVERRY,
al servicio Militar el día 19 de mayo de 1.996, estando allá prestando servicio en el
Batallón 21 Vargas de aquí de Granada, nos trasladaron a la Base Militar de Loma Linda
del Municipio de Puerto Lleras, estando allá llevábamos aproximadamente un mes de
estar allí cuando el 28 de septiembre de 1.996, aproximadamente a las doce y media de
la tarde, después de haber almorzado, JAIR después de haber guindao (sic) la amaca
(sic) a una venta que había en esas se acostó en la hamaca a reposar, estando ahí
acostado cuando se le cayó un muro encima, entonces nosotros lo sacamos, nos
dirigimos al hospital del Municipio de Puerto Lleras, cuando llegamos él ya había fallecido
por fracturas que había recibido en el cráneo. PREGUNTADO: Diganos (sic) donde
quedaba ubicado el inmueble donde el señor JAIR COLORADO ECHEVERRY había
colgado la hamaca, CONTESTO: Eso pertenece a la base de Lomalinda en Puerto Lleras.
PREGUNTADO: Diganos si en anteriores ocasiones JAIR COLORADO había colocado la
hamaca en el mismo sitio. CONTESTO:Sél (sic) llevaba dos días colgado la amaca (sic)
ahí. PREGUNTADO: Digamos si durante esos dos días que duró colgando la hamaca, no
notó algo en esas paredes. CONTESTO: Pues ahí lo único era el muro que se miraba un
poquito débil, osea donde se guindaba la hamaca, no se miraba muy seguro.
PREGUNTADO: Digamos porque razón JAIR COLORADO, escogió ese sitio para colgar
la hamaca. CONTESTO: el escogio (sic) por facilidad de poder guindar ahí y protección
del muro, en caso de algún enfrentamiento el muro servia (sic) de trinchera.
PREGUNTADO: Diganos (sic) en la base de LomaLinda, usted, tenían asignados
dormitorios CONTESTO: si a nosotros nos habían asignado donde dormiamos (sic)
PREGUNTADO= Digale (sic) al Juzgado si ustedes los utilizaban al medio día
CONTESTO: Si, nosotros ya después de que salíamos de entrenamiento, salíamos a
descansar. PREGUNTADO: Digale (sic) al Juzgado porque razón JAIR COLORADO,
estaba durmiendo en la hamaca y no en el dormitorio, o si era potestativo hacerlo.
CONTESTO: Es que ahí mismo estaba el muro en donde nos tenían ubicados para dormir
así de noche y todo.
[…]
PREGUNTADO: Diga en calidad de que laboraba JAIR COLORADO, en el batallón 21
Vargas. CONTESTO: El era soldado regular.
[…]

PREGUNTADO: Informe al Despacho si tiene conocimiento cual era el número de


efectivos que se encontraban el día en Lomalinda, el día de los hechos, sucedidos el 28
de Septiembre de 1.996, en el cual perdió la vida el soldado JAIR COLORADO
ECHEVERRY, que uniforme portaba y que misión estaban cumpliendo, en la mencionada
base. CONTESTO: Nosotros toda la compañía que salimos eran doscientos, pero ahí en
el sitio había una sección de 15 donde sufrió el accidente, había como dos Suboficiales,
portábamos uniforme como unicorriente (sic) camuflado, nosotros ahí estábamos
cumpliendo la misión de terminar la tercera fase o sea el entrenamiento ultimo antes de
salir al área osea (sic) salir a operar- PREGUNTADO: Informe al Despacho cuanto tiempo
llevaban de estar acampados los mencionados soldados, en la casa donde se cayó el
muro que causó la muerte a JAIR COLORADO ECHEVERRY y por orden de quien se
encontraban alojados en el mencionado sitio. CONTESTO: Nosotros llevábamos
aproximadamente de estar allí un mes y como nos estaban rotando e sitio llevábamos
como cinco días en ese sitio, nos encontrábamos por orden del Capitán que era el
Comandante de la Compañía y daba las órdenes a los otros oficiales que eran los que
nos acompañaban a nosotros.
[…]
PREGUNTADO: Informe al Despacho que actividad económica desarrollaba el joven JAIR
COLORADO ECHEVERRY antes de ingresar al Ejercito (sic), con quien trabajaba
habitualmente, cuanto ganaba mensualmente en tales actividades y destino daba a los
dineros ganados. CONTESTO: El trabajaba en las actividades de agricultura y ganadería,
él trabajaba donde le resultará (sic) trabajo, no había así trabajadero estable, una semana
en una parte y otra en otra partes (sic), ganaba mensualmente aproximadamente
DOSCIENTOS MIL PESOS, el destino del dinero era para gastos de él y ayuda para la
familia.” (fls. 155-157, c1).

- Testimonio rendido por el señor Efren Montealegre González en el que se


manifestó:

“PREGUNTADO: Háganos un relato sobre los hechos. CONTESTO: Soy conciente (sic)
de asistir a este despacho por el fallecimiento del soldado JAIR COLORADO
ECHEVERRY, eso fuél (sic) 28 de septiembre de 1.996, aproximadamente a las doce y
media de la tarde, surgio el almuerzo comunicorriente (sic) dicho soldado fué (sic) a tomar
su reposo y al momento de sentarse en su hamaca se le derribó el muro donde se
encontraba amarrada la amaca (sic), de ahí fue levantado por los demás soldados que se
encontraban ahí y trasladado en un vehículo del Batallón hacia el Municipio de Puerto
Lleras, donde poco antes de llegar al Municipio se tuvo en cuenta de su fallecimiento. …
PREGUNTADO: Diganos donde quedaba ubicado el inmueble donde JAIR había colgado
la amaca (sic). CONTESTO: Eso es un sitio de una Inspección llamada Lomalinda de
Puerto Lleras, y donde él colgó la hamaca por el momento estaba tomado por el Batallón
de Infantería numero 21 Vargas que nos habían notificado que esas instalaciones
pertenecían a esa unidad. PREGUNTADO: Diganos (sic) si en anteriores ocasiones JAIR
COLORADO ECHEVERRY, había colocado la hamaca en el mismo sitio. CONTESTO:
Aproximadamente hacia unos dos días, el frecuentaba mucho cambiar de lugar por la
facilidad de cambuchar (sic) o sentirse comodo (sic) en el lugar donde estaba, en esa
casona. PREGUNTADO: Diganos (sic) su durante esos dos días que duró colgando la
hamaca no notaron algo extraño en las paredes. CONTESTO: Uno de soldado encuentra
o busca un sitio para su facilidad y que sea de acomodo para el descanso y relajamiento
después de las actividades y el muro donde se encontraba JAIR, y que había guindado la
hamaca, mostraba esa facilidad, las paredes se miraban un poco débiles depronto (sic)
por el tiempo. PREGUNTADO: Diganos (sic) porque razón JAIR COLORADO, escogió
ese sitio para colocar la hamaca. CONTESTO: El soldado escogio (sic) ese sitio porque le
proporcionaba una facilidad de cambuchamiento (sic), donde queda un sitio para
descansar con facilidad PREGUNTADO: diganos (sic) en la base de Lomalinda, ustedes
tenían asignados dormitorios CONTESTO. Teníamos asignadas unas casas donde
podiamos (sic) descansar y permanecer en el tiempo libre. PREGUNTADO: Digale (sic) al
despacho si Ustedes utilizaban los dormitorios al medio día CONTESTO: Si los
utilizábamos. PREGUNTADO: Diganos (sic) porque razón JAIR COLORADO, estaba
durmiendo en la hamaca y no en el dormitorio y si esto era potestativo. CONTESTO: Era
de libre elección.
[…]
PREGUNTADO: Sírvase informar al Despacho si tiene conocimiento quien ordenó el
desplazamiento y la ubicación del personal de soldados que ocupaban el inmueble en el
cual el día 28 de septiembre de 1.996, se cayó un muro causando la muerte al soldado
JAIR COLORADO ECHEVERRY, cuantos efectivos se encontraban alojados en el citado
inmueble que uniforme portaban y que misión cumplían. CONTESTO: Un señor Capitán
ordenó el desplazamiento, era Comandante de la compañía, también ordenó el
alojamiento, se encontraban aproximadamente de 12 a 15 efectivos entre ellos dos o tres
suboficiales, portábamos uniformes camuflados y la misión a cumplir era la terminación de
instrucción al entrenamiento de tercera fase.
[…]
PREGUNTADO: Informe al despacho si además de las amacas (sic), disponían de otros
muebles para descansar o dormir, disponían de otros muebles para descansar o dormir
en el sitio donde sucedió el accidente que causó la muerte del soldado JAIR COLORADO
ECHEVERRY. CONTESTO: La dotación son las amacas (sic) para el descanso y reposo
del soldadono (sic) es más”. (fls 157-159, c1).

- Oficio No. 598 suscrito por el Fiscal Quince Delegado ante los Jueces
Promiscuos Municipales en Puerto Lleras en el que se informa que para la fecha
de los hechos materia (28 de septiembre de 1996) esa Unidad de Fiscalías no se
encontraba radicada en ese Municipio, e igualmente, que por ser de carácter
Local, a la misma no le competería el conocimiento de tal asunto. (fl 171, c1).

- Oficio 5554 suscrito por el Jefe de División Archivo General del Ministerio de
Defensa mediante el cual se remite copia del expediente prestacional del soldado
Javier Colorado Echeverry. (fls 175-181, c1).

- Oficio 1272 MDACE-114 suscrito por el Jefe de la División de Archivo General


del Ministerio de Defensa Nacional, mediante el cual se remiten copias del
expediente prestacional originario de la Resolución No. 5656/97 correspondiente
al señor Jair Colorado Echeverry, y dentro de los cuales se incorporan, entre otros,
informe administrativo por muerte (fl 200, c1), Resolución de 13 de mayo de 1997
mediante el cual se reconoce compensación por muerte del señor Jair Colorado
Echeverry (fl 197, c1) y acta de entrega de cheque contentivo del seguro de vida
por la muerte de Jair Colorado Echeverry en a favor de Blanca Marjory Echeverry
(fl 211, c1). (fls 193-233, c1).

7. Problema jurídico

¿Es imputable al Estado la muerte de un soldado regular que fallece a raíz del
desplome de una pared sobre la cual había fijado una hamaca para su descanso?
8. El daño antijurídico

La Sala encuentra acreditada la existencia de un daño antijurídico en el presente


caso, el cual consistente en la pérdida de la vida del señor Jair Colorado
Echeverry, conforme al registro civil de defunción arrimado al proceso (fl 33, c1);
tal hecho se califica como daño antijurídico como quiera que se trata de la
afectación a un interés legítimo respecto del cual al víctima no tenía el deber
jurídico de soportar, por ser un obrar atentatorio del primigenio derecho humano a
la vida.

9. La imputación de la responsabilidad.

Se ha acreditado, conforme al acervo probatorio, que la vinculación del señor Jair


Colorado Echeverry con el Ejército Nacional se efectuó en calidad de soldado
regular, esto es, en cumplimiento de una de las modalidades del servicio militar
obligatorio, conforme a lo prescrito por el artículo 13 de la Ley 48 de 1993 42.

Por otra parte, es menester resaltar que las circunstancias fácticas que
fundamentan el presente caso se encuentran corroboradas, tal como se pasa a
ilustrar:

En efecto, se probó la estancia del señor Colorado Echeverry en la Base Militar


‘Loma Linda’ para el día 28 de septiembre de 1996 como se desprende del
informe administrativo por muerte suscrito por el Comandante del Batallón No. 21
Vargas, en el que se plasmó “…el soldado COLORADO ECHEVERRY JAIR
integrante de la compañía “C”… se encontraba adelantando tercera fase de
Instrucción en la base Militar de Lomalinda (Pto. Lleras)…” (fl 200, c1);
manifestación concordante con las declaraciones del soldado Efren Montealegre
González (fls 157-159, c1)

“PREGUNTADO: Sírvase informar al Despacho si tiene conocimiento quien ordenó el


desplazamiento y la ubicación del personal de soldados que ocupaban el inmueble en el
cual el día 28 de septiembre de 1.996, se cayó un muro causando la muerte al soldado
JAIR COLORADO ECHEVERRY, cuantos efectivos se encontraban alojados en el citado
inmueble que uniforme portaban y que misión cumplían. CONTESTO: Un señor Capitán
ordenó el desplazamiento, era Comandante de la compañía, también ordenó el
alojamiento, se encontraban aproximadamente de 12 a 15 efectivos entre ellos dos o tres
suboficiales, portábamos uniformes camuflados y la misión a cumplir era la terminación
de instrucción al entrenamiento de tercera fase.” (Resaltado propio).

Y Ricaurte Cardozo Hermosa (fls 155-157, c1).

42
Ley 48 de 1993. Artículo 13. El Gobierno podrá establecer diferentes modalidades para atender la
obligación de la prestación del servicio militar obligatorio.
Continuarán rigiendo las modalidades actuales sobre la prestación del servicio militar:
a. Como soldado regular, de 18 a 24 meses.
b. Como soldado bachiller, durante 12 meses.
c. Como auxiliar de policía bachiller, durante 12 meses.
d. Como soldado campesino, de 12 hasta 18 meses.
PARÁGRAFO 1°. Los soldados, en especial los bachilleres, además de su formación militar, y demás
obligaciones inherentes a su calidad de soldado, deberán ser instruidos y dedicados a la realización de
actividades de bienestar social a la comunidad y en especial a tareas para la preservación del medio ambiente
y conservación ecológica.
PARÁGRAFO 2°. Los soldados campesinos prestarán su servicio militar obligatorio en la zona geográfica en
donde residen. El Gobierno Nacional organizará tal servicio tomando en cuenta su preparación académica y
oficio.
“PREGUNTADO: Informe al Despacho si tiene conocimiento cual era el número de
efectivos que se encontraban el día en Lomalinda, el día de los hechos, sucedidos el 28
de Septiembre de 1.996, en el cual perdió la vida el soldado JAIR COLORADO
ECHEVERRY, que uniforme portaba y que misión estaban cumpliendo, en la mencionada
base. CONTESTO: Nosotros toda la compañía que salimos eran doscientos, pero ahí en
el sitio había una sección de 15 donde sufrió el accidente, había como dos Suboficiales,
portábamos uniforme como unicorriente (sic) camuflado, nosotros ahí estábamos
cumpliendo la misión de terminar la tercera fase o sea el entrenamiento ultimo
antes de salir al área osea (sic) salir a operar- PREGUNTADO: Informe al Despacho
cuanto tiempo llevaban de estar acampados los mencionados soldados, en la casa donde
se cayó el muro que causó la muerte a JAIR COLORADO ECHEVERRY y por orden de
quien se encontraban alojados en el mencionado sitio. CONTESTO: Nosotros
llevábamos aproximadamente de estar allí un mes y como nos estaban rotando e
sitio llevábamos como cinco días en ese sitio, nos encontrábamos por orden del
Capitán que era el Comandante de la Compañía y daba las órdenes a los otros oficiales
que eran los que nos acompañaban a nosotros.” (Resaltado propio).

En lo concerniente a las circunstancias que rodearon el fallecimiento del soldado


Jair Colorado Echeverry se corrobora el dicho de la parte actora, ya que se
demostró que la muerte le sobrevino como consecuencia del desplome de una
pared sobre su humanidad luego de haber fijado sobre la misma una hamaca para
su descanso, conforme lo revela la declaración del señor Montealegre González

“eso fuél (sic) 28 de septiembre de 1.996, aproximadamente a las doce y media de la


tarde, surgio el almuerzo comunicorriente (sic) dicho soldado fué (sic) a tomar su reposo y
al momento de sentarse en su hamaca se le derribó el muro donde se encontraba
amarrada la amaca (sic), de ahí fue levantado por los demás soldados que se
encontraban ahí y trasladado en un vehículo del Batallón hacia el Municipio de Puerto
Lleras, donde poco antes de llegar al Municipio se tuvo en cuenta de su fallecimiento”. (fl
157-159, c1)

Manifestación que concuerda con la del señor Cardozo Hermosa, en los siguientes
términos:
“aproximadamente a las doce y media de la tarde, después de haber almorzado, JAIR
después de haber guindao (sic) la amaca (sic) a una venta que había en esas se acostó
en la hamaca a reposar, estando ahí acostado cuando se le cayó un muro encima,
entonces nosotros lo sacamos, nos dirigimos al hospital del Municipio de Puerto Lleras,
cuando llegamos él ya había fallecido por fracturas que había recibido en el cráneo”. (fl
155-157, c1).

Y por último se encuentra plena identidad entre los anteriores dichos y el informe
administrativo por muerte que, como se indicó, suscribió el Comandante del
Batallón de Infantería No. 21 Vargas. Estas circunstancias llevan a la Sala
desestimar que la muerte del señor Colorado Echeverry tuvo lugar en un combate
armado contra integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
FARC, como se indica en el oficio 57047 CEDE1-SL-746 del Ejercito Nacional. (fl.
91, c1).

Conforme a lo expuesto, la Sala encuentra la adscripción, a cargo del Ejército


Nacional, de la obligación de velar por la integridad de sus servidores 43, la cual se

43
De hecho la jurisprudencia de la Corporación ha reseñado la existencia de esta clase de deberes; como
muestra de ellos se tiene:
“…de conformidad con la “disposición” No 005 de 1978, expedida por el Comandante del Ejército
Nacional, a través de la cual se aprobó el manual de normas de seguridad contra accidentes, se tiene lo
siguiente:
1) Los hombres y el equipo son el patrimonio del Ejército y por tanto es necesario protegerlos;
2) El comandante tiene dos responsabilidades básicas: El cumplimento de su misión y el bienestar de sus
hombres, las cuales tienen igual importancia y se complementan mutuamente;
manifiesta en dos sentidos: i) por una parte, reside en el deber de aprovisionar a
sus miembros de los medios de seguridad idóneos para la manipulación de los
medios bélicos de común uso en dichos establecimientos castrenses y ii) la
existencia de un deber de velar por el mantenimiento y conservación de los bienes
puestos al servicio de los funcionarios del Ejército, bien sea tanto los instrumentos
utilizados al igual que las instalaciones de uso permanente o habitual por parte de
los miembros de la Fuerza Pública.

Así las cosas, tal situación permite afirmar que el hecho que la entidad
demandada no hubiese participado en la construcción del inmueble donde se
encontraba el señor Jair Colorado Echeverry no implica la ausencia de
responsabilidad sobre el mantenimiento y conservación de tales instalaciones,
como lo sostuvo el apoderado de la entidad demandada; por el contrario, la Sala
precisa que si el Ejército Nacional emplea un lugar como base militar, aun así no
hubiere participado en su construcción ni fuere su propietario, es su deber velar
porque la estructura de dicho inmueble se encuentre en condiciones idóneas a fin
de prevenir la materialización de daños que afecten la vida o integridad física de
sus servidores.

Ahora bien, en lo relacionado al estado de la pared sobre la cual se encontraba


fijada la hamaca del soldado Jair Colorado Echeverry el señor Efren Montealegre
González manifestó:

“PREGUNTADO: Diganos (sic) si durante esos dos días que duró colgando la hamaca no
notaron algo extraño en las paredes. CONTESTO: Uno de soldado encuentra o busca un
sitio para su facilidad y que sea de acomodo para el descanso y relajamiento después de
las actividades y el muro donde se encontraba JAIR, y que había guindado la hamaca,
mostraba esa facilidad, las paredes se miraban un poco débiles depronto (sic) por el
tiempo” (fl 157-159, c1).

Y en el mismo sentido el señor Ricaurte Cardozo Hermosa afirmó:

“PREGUNTADO: Diganos (sic) si durante esos dos días que duró colgando la hamaca, no
notó algo en esas paredes. CONTESTO: Pues ahí lo único era el muro que se miraba un
poquito débil, osea (sic) donde se guindaba la hamaca, no se miraba muy seguro”. (fls
155-157, c1).

Conforme a lo anterior, la Sala infiere el mal estado de la pared pluricitada, pues,


conforme a las reglas de la experiencia, no es admisible sostener que una pared
que se encuentre construida con sujeción a las técnicas de la materia se desplome
porque a ella se hubiere fijado una hamaca sobre la cual reposaba el señor Jair
Colorado Echeverry, sin que hubiese obrado, en ese momento, ninguna clase
evento natural de magnitudes destructoras.

Por otra parte, la Sala encuentra que en el sub lite este deber de vigilancia por
parte de los funcionarios superiores al mando de la tropa que integrada el señor
Colorado Echeverry se desatendió en el sentido que de las declaraciones vertidas
en el proceso no se observa que en momento alguno se hubieren efectuado
llamados de atención, amonestaciones o reconvención de alguna índole tendiente
3) El Comandante debe desarrollar una permanente y definida política de seguridad y prevención de los
riesgos en todos los órdenes para garantizar la supervivencia.
Igualmente, en la mencionada regulación se definen los conceptos de acto inseguro y condición insegura o
ambiental, entendiendo por el primero la violación de un procedimiento comúnmente aceptado o
específicamente dado, que tiene como consecuencia la ocurrencia de un accidente; y por la segunda, la
condición o el estado en que se encuentra aquello que causó o produjo el accidente y que pudo ser
corregido”. Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia de 29 de julio de 2004. Consejero Ponente:
German Rodriguez Villamizar. Radicado: (14430)
a que los subalternos bajo mando acataran estrictamente las órdenes impartidas,
que en el presente caso referían a ubicarse en los lugares de descanso o
dispersión expresamente señalados por estos, y no, contrario sensu, dejar al libre
albedrio de los soldados el acatamiento o no de las instrucciones dadas.

En este sentido, es preciso resaltar que en el ámbito castrense se reconoce la


existencia de un deber de vigilancia o seguridad adscrito a los superiores
funcionales y a favor de sus subordinados; en este sentido el artículo 29 del
Decreto 85 de 1989 preceptúa:

“Los superiores tienen la obligación de servir de ejemplo y guía a sus subalternos,


estimular sus sentimientos de honor, dignidad, lealtad y abnegación; fomentar su iniciativa
y responsabilidad y mantenerse permanentemente preocupados por su bienestar. Deben
además inspirar en el personal confianza y respeto y guardarles deferencias que se
deben a personas con las cuales se comparten responsabilidades inherentes a la
profesión militar.”

Dicha prescripción reviste consecuencias disciplinarias cuando no se actúa con la


diligencia requerida al momento de prescribir las órdenes necesarias para velar
por la integridad física o protección de quienes se tiene a cargo; en este sentido, el
Decreto 85 de 1989 enseña:

“Artículo 65 Son faltas contra la disciplina las que se clasifican y enumeran a continuación:
(…)
Sección ‘C’ De la diligencia en el mando.
Constituyen negligencia en el mando los siguientes actos:
(…)
h) La despreocupación por el bienestar del personal bajo su mando.”

Así las cosas, la Sala encuentra suficientemente acreditado, en el presente caso,


el incumplimiento de la obligación de seguridad o protección por parte del Ejército
Nacional para con uno de sus miembros; aspecto constitutivo de una falla en el
servicio.

Ahora bien, en relación a la participación de la propia víctima en la materialización


del resultado lesivo, es pertinente anotar que la ruptura de la imputación al Estado
del daño debe estar revestida de los calificativos de irresistibilidad, imprevisibilidad
y su exterioridad respecto del demandado, como se decanta del precedente de
esta Corporación:

“Lo anterior no obsta para que en este tipo de situaciones opere la causa extraña en sus
diversas modalidades, como causal exonerativa de responsabilidad, casos en los cuales,
como resulta apenas natural, la acreditación de la eximente deberá fundarse en la
demostración de todos y cada uno de los elementos constitutivos de la que en cada caso
se alegue: fuerza mayor, hecho exclusivo de la víctima o hecho exclusivo de un tercero,
según corresponda; por consiguiente, no es procedente afirmar de manera simple y llana
que la sola constatación de la existencia de una aparente causa extraña como origen o
fuente material o fenomenológica, en relación con los daños ocasionados a soldados
conscriptos, resulte suficiente para que estos puedan considerarse como no atribuibles –
por acción u omisión44– a la Administración Pública45.

Y en relación al hecho de la víctima como eximente de responsabilidad, se ha


precisado:

“Por otra parte, a efectos de que opere el hecho de la víctima como eximente de
responsabilidad, es necesario aclarar, en cada caso concreto, si el proceder activo u
omisivo de aquélla tuvo, o no, injerencia y en qué medida, en la producción del daño.
En ese orden de ideas, resulta dable concluir que para que el hecho de la víctima tenga
plenos efectos liberadores de la responsabilidad estatal, es necesario que la conducta
desplegada por la víctima sea tanto causa del daño, como la raíz determinante del mismo,
es decir, que se trate de la causa adecuada, pues en el evento de resultar catalogable
como una concausa en la producción del daño no eximirá al demandado de su

44
Si se tiene en cuenta que la comprensión mayoritaria —aunque deba darse cuenta de la existencia de
pareceres discrepantes— niega que las omisiones puedan ser causa, en un sentido estrictamente naturalístico
u ontológico, de un resultado, como lo han señalado, por vía de ejemplo, MIR PUIG y JESCHECK, de la
siguiente manera: ―resulta imposible sostener que un resultado positivo pueda haber sido causado, en el
sentido de las ciencias de la naturaleza, por un puro no hacer (ex nihilo nihil fit)‖ (énfasis en el texto
original), sostiene aquél; ―La causalidad, como categoría del ser, requiere una fuente real de energía que
sea capaz de conllevar un despliegue de fuerzas, y ello falta precisamente en la omisión (―ex nihilo nihil
fit)‖, afirma éste. Cfr. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal. Parte General, 5ª edición, Reppertor, Barcelona,
1998, p. 318 y JESCHECK, Hans-Heinrich, Tratado de Derecho Penal. Parte General, Bosch, Barcelona,
1981, p. 852, apud MIR PUIGPELAT, Oriol, La responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria,
cit., pp. 241-242.
Sin embargo, la tantas veces aludida distinción categorial entre causalidad e imputación permite explicar,
precisamente, de forma mucho más coherente que si no se parte de la anotada diferenciación, la naturaleza
del razonamiento que está llamado a efectuar el Juez de lo Contencioso Administrativo cuando se le llama a
dilucidar si la responsabilidad del Estado debe quedar comprometida como secuela no ya de una actuación
positiva, sino como consecuencia de una omisión de la entidad demandada, pues aunque se admita que dicha
conducta omisiva fenomenológicamente no puede dar lugar a la producción de un resultado positivo —de un
daño—, ello no significa, automáticamente, que no pueda generar responsabilidad extracontractual que deba
ser asumida por el omitente. Pero esa cuestión constituirá un asunto no de causalidad, sino de imputación.
Y es que en los eventos en los cuales la conducta examinada es una acción, para que proceda la declaratoria
de responsabilidad resulta menester que exista relación de causalidad entre ella y el resultado, lo cual no es
suficiente porque debe añadirse que éste sea jurídicamente atribuible o imputable a aquélla; pero, como
señala MIR PUIGPELAT,
―… cuando la conducta es, en cambio, una omisión, la relación de causalidad no es sólo insuficiente, sino,
incluso, innecesaria (…) Y existirá imputación del resultado cuando el omitente tenía el deber jurídico de
evitar el resultado lesivo, poseyendo la acción —debida— omitida capacidad para evitarlo. En el momento
de comprobar esta última cuestión (la capacidad evitadora de la acción omitida) se examina si existe
relación de causalidad entre la acción omitida y el resultado producido. Pero obsérvese bien: no es una
relación de causalidad entre la omisión y el resultado, sino entre la acción (que, a diferencia de la omisión, sí
tiene eficacia causal) no realizada y el resultado; y, además, es una causalidad meramente hipotética, entre
una acción imaginada que no ha llegado a producirse y un resultado efectivamente acontecido. Los
problemas fundamentales que se plantean, pues, en sede de omisión (y que son problemas de imputación),
son la determinación de cuándo existe el deber jurídico de evitar el resultado (en definitiva, la determinación
de cuándo se encuentra la Administración en posición de garante de la víctima) y la concreción del grado de
capacidad evitadora del resultado que exigimos a la acción omitida, partiendo de valoraciones normativas,
para imputar el resultado a la omisión‖. Cfr. MIR PUIGPELAT, Oriol, La responsabilidad patrimonial de la
Administración sanitaria, cit., pp. 242-244.
45
Cf. Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 15 de octubre de 2008. Exp. 18586. M.P. Enrique Gil
Botero.
responsabilidad y, por ende, del deber de indemnizar, aunque, eso sí, habrá lugar a
rebajar su reparación en proporción a la participación de la víctima.46”.47

En el mismo sentido:

“El hecho de la víctima, como causa extraña y exclusiva del daño, impone la prueba de
que se trató de un acontecimiento que le era imprevisible e irresistible a quien lo invoca,
en el entendido de que cuando el suceso es previsible o resistible para él, se revela una
falla del servicio, como quiera que teniendo el deber de precaución y de protección
derivado de la creación del riesgo, no previno o resistió el suceso pudiendo hacerlo.”48

Conforme a esta doctrina, la Sala considera prudente precisar, adicionalmente,


que el hecho exclusivo de la víctima debe constituirse en una contribución
determinante de tal manera que convierta en inevitable la producción del hecho
dañoso para la Entidad accionada.

De esta manera, en el presente caso se observa que la conducta desplegada por


el señor Jair Colorado Echeverry no se constituyó en el hecho generador y
exclusivo del daño que se presentó, pues, ya atrás se dejó sentado que el
defectuoso estado en que se encontraba la pared es una situación atribuible
únicamente al Ejercito Nacional al igual que la ausencia de instrucciones efectivas
por parte de los superiores, por tal razón no es plausible la ruptura de la
imputación de responsabilidad del Estado por el actuar de la víctima.

Ahora bien, valorará la Sala el comportamiento ejecutado por la víctima a efectos


de determinar su grado de participación, si es que la hubo, en su muerte. Para lo
cual se tiene probado en el proceso que la decisión del señor Colorado Echeverry
de fijar su hamaca en la citada pared no obedeció al cumplimiento de una orden
del servicio que hubiese sido impartida por uno de sus superiores funcionales ya
que, por el contrario, correspondió a su libre arbitrio fijar allí su elemento de
descanso. Al respecto se cuenta con la declaración del señor Efren Montealegre
González, que manifestó:

“PREGUNTADO: Diganos (sic) porque razón JAIR COLORADO, escogió ese sitio para
colocar la hamaca. CONTESTO: El soldado escogio (sic) ese sitio porque le
proporcionaba una facilidad de cambuchamiento (sic), donde queda un sitio para
descansar con facilidad PREGUNTADO: diganos (sic) en la base de Lomalinda, ustedes
tenían asignados dormitorios CONTESTO. Teníamos asignadas unas casas donde
podiamos (sic) descansar y permanecer en el tiempo libre. PREGUNTADO: Digale (sic) al
despacho si Ustedes utilizaban los dormitorios al medio día CONTESTO: Si los
utilizábamos. PREGUNTADO: Diganos (sic) porque razón JAIR COLORADO, estaba
durmiendo en la hamaca y no en el dormitorio y si esto era potestativo. CONTESTO: Era
de libre elección.” (fl 157-159, c1)

Y en el mismo sentido, el señor Ricaurte Cardozo Hermosa aseveró:

46
En la anotada dirección, ha sostenido la Sala: “El hecho de la víctima, al decir de los hermanos Mazeaud,
sólo lleva “consigo la absolución completa” cuando “el presunto responsable pruebe la imprevisibilidad y la
irresistibilidad del hecho de la víctima. Si no se realiza esa prueba, el hecho de la víctima, cuando sea
culposo y posea un vínculo de causalidad con el daño, produce una simple exoneración parcial: división de
responsabilidad que se efectúa teniendo en cuenta la gravedad de la culpa de la víctima. Henri y León
Mazeaud, Jean Mazeaud. Lecciones de Derecho Civil. Parte Segunda. Ediciones Jurídicas Europa América.
Buenos Aires. 1960, pags. 332 y 333”. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección
Tercera, sentencia de mayo dos (02) de dos mil siete (2007); Expediente número: 190012331000199800031
01; Radicación: 24.972.
47
Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia de 9 de mayo de 2011. Expediente: 19976.
48
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 30 de agosto de 2007. Expediente: 15635.
“PREGUNTADO: Digamos porque razón JAIR COLORADO, escogió ese sitio para colgar
la hamaca. CONTESTO: el escogio (sic) por facilidad de poder guindar ahí y protección
del muro, en caso de algún enfrentamiento el muro servia (sic) de trinchera.
PREGUNTADO: Diganos (sic) en la base de LomaLinda, usted, tenían asignados
dormitorios CONTESTO: si a nosotros nos habían asignado donde dormiamos (sic)
PREGUNTADO= Digale (sic) al Juzgado si ustedes los utilizaban al medio día
CONTESTO: Si, nosotros ya después de que salíamos de entrenamiento, salíamos a
descansar. PREGUNTADO: Digale (sic) al Juzgado porque razón JAIR COLORADO,
estaba durmiendo en la hamaca y no en el dormitorio, o si era potestativo hacerlo.
CONTESTO: Es que ahí mismo estaba el muro en donde nos tenían ubicados para dormir
así de noche y todo.” (fl 155-157, c1).

Así las cosas, la ubicación de la hamaca en donde descansó el señor Colorado


Echeverry el día de su deceso solo encuentra una explicación en la decisión libre y
autónoma adoptada por este sujeto, ya que, como se desprende de las
declaraciones testimoniales citadas, se contaba con un lugar diferente donde los
soldados podían reposar, inclusive, luego de tomar sus alimentos, de manera que
la víctima adoptó un comportamiento alternativo al ofrecido por sus superiores del
Ejército Nacional; ahora, en cuanto al conocimiento del deficiente estado en que
se encontraba la pared sobre la cual fijó su hamaca, la Sala señala que si tal
situación fue señalada por dos de sus compañeros, quienes se encontraban en
las mismas condiciones del causante, le asistía a este también la posibilidad de
advertirlo, por lo cual, ante su desatención, se encuentra estructurado un actuar
imprudente.

Como conclusión, la Sala observa que el resultado dañoso del presente caso
únicamente puede ser explicado a partir de la concurrencia de dos eventos o
conductas en las cuales las partes involucradas desatendieron ciertos deberes
jurídicos a su cargo; en efecto, el Ejército Nacional desatendió su deber de
seguridad y protección respecto del soldado Colorado Echeverry, escenario
constitutivo de una falla del servicio, y en segundo lugar, se aprecia el actuar
imprudente desplegado por la propia víctima; razón por la cual esta Sala
encuentra configurada la responsabilidad a cargo de la entidad demandada pero la
misma será degradada en un 50% debido a la exposición imprudente de la
víctima.

10 Tasación de Perjuicios

10.1 Perjuicios Morales

En los eventos en los que se sufre una lesión y ésta es imputable al Estado, ello
puede desencadenar la indemnización de perjuicios morales, y su tasación
dependerá de la gravedad del daño padecido, de tal manera que las personas que
se sientan perjudicadas por dicha situación, podrán reclamar indemnización de
perjuicios acreditando el parentesco con la víctima directa del daño, pues éste se
convierte en un indicio suficiente para tener por demostrado el perjuicio sufrido,
siempre que no hubieren pruebas en el plenario que indiquen o demuestren lo
contrario, y su tasación, como se anotó, será proporcional al daño padecido.

Si bien a partir de 2001 la jurisprudencia viene aplicando como criterio de


estimación de los perjuicios morales el salario mínimo mensual legal vigente (en
una suerte de equivalencia con los gramos oro reconocidos en la primera
instancia), no deja de seguir siendo un ejercicio discrecional (arbitrio iudicis) del
juez de tasar tales perjuicios, sin lograr, aún, la consolidación de elementos
objetivos en los que pueda apuntalarse la valoración, estimación y tasación de los
mismos, con lo que se responda a los principios de proporcionalidad y
razonabilidad con lo que debe operar el juez y, no simplemente sustentarse en la
denominada “cierta discrecionalidad”.

En relación con el perjuicio moral, el precedente de la Corte Suprema de Justicia


sostiene su carácter inconmensurable, lo que exige que su tasación no obedezca
a criterio alguno de compensación. En ese sentido, se señala,

“En torno al perjuicio moral es de recordar que su indemnización no obedece a un criterio


compensatorio, desde luego que la vida humana es inconmensurable, sino a uno
satisfactorio, destinado a mitigar en lo posible la enorme pena que en el fondo queda ante
la ausencia de un ser amado, razón por la cual en a su apreciación han de considerarse el
dolor de quien lo sufre, la intensidad de su congoja, la cercanía con el ser perdido, entre
otras cosas, para con cimiento en la equidad arribar al más justo valor, distante por lo
general de la matemática exactitud con que se escruta el daño material”49.

De acuerdo con lo anterior, la Sala empleará un test de proporcionalidad para la


tasación de los perjuicios morales. En cuanto al fundamento de este test, el
precedente jurisprudencial constitucional establece,

“La proporcionalidad en el derecho refiere a una máxima general y parámetro de acción


para la totalidad de la actividad estatal, aunque no exclusivamente, ya que el principio de
proporcionalidad puede llegar a aplicarse también en el ámbito de las relaciones
particulares regidas por el derecho privado. En sentido constitucional, la proporcionalidad
es un principio de corrección funcional de toda la actividad estatal que, junto con otros
principios de interpretación constitucional –unidad de la Constitución, fuerza normativa,
fuerza integradora, concordancia práctica, armonización concreta, inmunidad de los
derechos constitucionales e interpretación conforme a la Constitución–, busca asegurar
que el poder público, actúe dentro del marco del estado de derecho, sin excederse en el
ejercicio de sus funciones. Su fundamento normativo último está dado por los principios
fundamentales de Estado de Derecho (artículo 1 C.P.), fuerza normativa de la
Constitución (artículo 4 C.P.) y carácter inalienable de los derechos de la persona humana
(artículo 5 C.P.).

En el derecho penal, la proporcionalidad regula las relaciones entre diversas instituciones,


como entre la gravedad de la conducta punible y la sanción penal a imponer por su
comisión, entre las causales de justificación y la posible eximente de punibilidad, entre las
causales de agravación o atenuación y la graduación de la pena, o entre la magnitud del
daño antijurídico causado y la sanción pecuniaria correspondiente a fijar por el juez, como
se analiza en la presente providencia.

De las funciones que cumple el principio de proporcionalidad en el control constitucional


de la legislación y en la tutela de los derechos fundamentales depende en gran parte la
efectividad del Estado Social de Derecho, el respeto de la dignidad humana y la
inalienabilidad de los derechos de la persona. Es por ello que se hace necesario un
manejo adecuado del principio de proporcionalidad, diferenciando su sentido general -
como máxima de interpretación que evita el desequilibrio, la desmesura o el exceso en el
ejercicio del poder público- de su sentido específico como parte constitutiva del juicio de
igualdad50. Tal distinción entre un sentido genérico y uno específico con que se usa el
concepto de proporcionalidad conduce al problema de los métodos para su aplicación.8.2.
Un uso general, no técnico, del concepto de proporcionalidad en el control de
constitucionalidad, prescinde de un método para su aplicación. La relación de equilibrio
entre dos magnitudes, instituciones, conductas, etc., se establece en forma intuitiva,
conectada muchas veces a un juicio de grado. Se afirma, por ejemplo, que un acto es
proporcionado, desproporcionado, leve o manifiestamente desproporcionado. La
inexistencia de método para establecer el grado a partir del cual dicho acto pierde la
proporción hasta el punto de verse afectada su constitucionalidad, conlleva la
49
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia de 15 de abril de 2009. Exp. 1995-10351.
50
Sobre la proporcionalidad como elemento del juicio de igualdad únicamente cuando el test es estricto, ver la
sentencia C-673 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; aclaración de voto de Jaime Araujo Rentería
concentración en el juez de la facultad de decidir discrecionalmente sobre la juridicidad de
las actuaciones de otros órganos del poder público. Tal consecuencia no es compatible en
un estado democrático de derecho donde los órganos del Estado cumplen funciones
separadas. Es por ello que el uso coloquial de la proporcionalidad o desproporcionalidad,
en el sentido de exceso o desmesura, requiere ser sustituido por métodos objetivos y
controlables que permitan al juez constitucional ejercer su misión de salvaguarda de la
Constitución y de los derechos constitucionales, dentro de un marco jurídico respetuoso
de las competencias de las demás autoridades públicas, en especial del legislador
democrático. La proporcionalidad concebida como principio de interpretación
constitucional puede adoptar la forma de dos mandatos: la prohibición de exceso y la
prohibición de defecto. El primero tiene que ver principalmente con la limitación del uso
del poder público de cara a las libertades fundamentales. El segundo se aplica por lo
general respecto de los deberes positivos del Estado y la protección de los derechos que
comprometen la actuación de las autoridades para el cumplimiento de los fines esenciales
del Estado. El método de aplicación del principio de proporcionalidad es la ponderación.
Generalmente, el objeto de la ponderación son intereses enfrentados que han recibido
alguna protección constitucional, la cual es mayor en el caso de intereses cobijados por
derechos fundamentales. Los intereses ponderados también se concretan en medidas y
fines estatales. Se pondera, por una parte, las medidas y los fines estatales y, por otra
parte, la afectación de parámetros formales o materiales consagrados en la Constitución.
Existe, por lo tanto, una clara relación conceptual entre la proporcionalidad y la
ponderación. La primera es establecida mediante la segunda, puesto que siendo la
primera un concepto relacional, los extremos de dicha relación han de ser comparados y
sopesados, esto es, ponderados con el fin de establecer si ellos mantienen el equilibrio, el
balance o la medida debida o, por el contrario, se desconocen las prohibiciones de exceso
o defecto.

No existe un solo método de ponderación. Se pueden aplicar diferentes formas de


ponderar según la materia de que se trate. Por ejemplo, cuando se analiza si una medida
policiva es desproporcionada, la comparación se efectúa, generalmente, entre la
gravedad de las circunstancias, de un lado, y la magnitud con la cual la medida afecta
intereses constitucionalmente protegidos En el juicio de razonabilidad, cuando éste
incluye un análisis de proporcionalidad en sentido estricto, la comparación se realiza,
usualmente, entre los fines y las medidas estatales, de un lado, y la afectación de
intereses protegidos por derechos constitucionales. Los métodos de ponderación se
distinguen no solo según qué es lo que se sopesa, sino también por los criterios para
decidir cuando la desproporción es de tal grado que procede una declaración de
inexequibilidad. No se exige una proporcionalidad perfecta puesto que el legislador no
tiene que adecuarse a parámetros ideales de lo que es correcto por no ser excesivo.
Por lo anterior, el análisis de proporcionalidad del límite de mil salarios mínimos legales,
se hará de conformidad con el siguiente método: (i) identificar y clarificar cuáles son los
intereses enfrentados regulados por la norma; (ii) sopesar el grado de afectación que
sufre cada uno de esos intereses por la aplicación del límite fijado en la norma; (iii)
comparar dichas afectaciones; (iv) apreciar si la medida grava de manera
manifiestamente desproporcionada51 uno de los intereses sopesados protegidos por la
Constitución, y, en caso afirmativo, (v) concluir que resulta contraria a la Constitución” 52
(subrayado fuera de texto).

Dicho principio de proporcionalidad debe, por lo tanto, convertirse en el sustento


adecuado para la determinación y dosificación ponderada del quantum
indemnizatorio del perjuicio moral, respecto de lo que el precedente jurisprudencial
constitucional señala,

51
Ver entre otras la sentencia C-758 de 2002, MP: Álvaro Tafur Galvis. Allí la Corte justifica que en materia
de sanciones el límite entre lo constitucionalmente inadmisible y lo permitido se traza con el criterio de la
desproporción manifiesta
52
Corte Constitucional, sentencia C-916 de 2002.
“Frente a los llamados perjuicios morales objetivables, la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, ha estimado que en algunos casos pueden
ser valorados pecuniariamente53, con base en criterios como el dolor infligido a las
víctimas54, el perjuicio estético causado55 o el daño a la reputación56. Si de la aplicación de
tales criterios surge que dichos perjuicios superan el límite fijado por el legislador, habría
una afectación grave del interés de las víctimas por lograr una indemnización integral de
los perjuicios que se le han ocasionado y cuyo quantum ha sido probado. Al igual que con
los perjuicios materiales, el límite resultaría manifiestamente desproporcionado frente al
derecho de las víctimas a la reparación integral, como quiera que el riesgo de
arbitrariedad del juez es menor cuando el valor de los perjuicios ha sido acreditado en el
juicio por factores que no dependen de su apreciación subjetiva.

Esta desproporción resulta más evidente si se tiene en cuenta que ni en la jurisdicción


civil ni en la jurisdicción contencioso administrativa existe una disposición legal que
restrinja la discrecionalidad del juez para decidir la reparación de perjuicios morales. En
dichas jurisdicciones se ha fijado una cifra para la valoración de ciertos perjuicios que
depende de consideraciones puramente subjetivas y cuyo quantum ha sido reconocido
tradicionalmente hasta por 1000 gramos oro, o más recientemente hasta por 2000 y 4000
gramos oro57”58.

El fundamento, por lo tanto, del test de proporcionalidad no es otro, según los


precedentes anteriores, el cual, a su vez, comprende tres sub-principios que son
aplicables al mencionado test: idoneidad, necesidad y proporcionalidad en el
sentido estricto59.

En cuanto al primero, esto es, la idoneidad, debe decirse que la indemnización del
perjuicio debe estar orientada a contribuir a la obtención de una indemnización
que se corresponda con criterios como dolor, aflicción, pesar, apego, ansiedad,
desasosiego, tristeza, respeto a la dignidad y valoración de las relaciones propias
al núcleo familiar de la víctima, como convivencia, cercanía sentimental y apego.

En cuanto al segundo, esto es la necesidad, la indemnización del perjuicio debe


ser lo más benigna posible con el grado de afectación que se logre revelar en el o
los individuos y que contribuyan a alcanzar el objetivo de dejarlos indemnes. Sin
duda, este sub-principio exige que se dosifique conforme a la intensidad que se
53
Ver entre otras las sentencias del Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección
Tercera del 13 de abril de 2000, CP: Ricardo Hoyos Duque, Radicación No. 11892; 19 de julio de 2001, CP:
Alier Eduardo Hernández Enríquez, Radicación No. 13086; 10 de mayo de 2001, CP: Ricardo Hoyos Duque,
Radicación No.13.475 y del 6 de abril de 2000, CP: Alier Eduardo Hernández Enríquez, Radicación No.
11.874. Ver también, por ejemplo, la sentencia de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal del 29
de mayo de 1997, MP: Juan Manuel Torres Fresneda, Radicación 9536
54
Consejo de Estado, Sección Tercera, 6 de agosto de 1982, CP: Carlos Betancur Jaramillo, Expediente 3139,
donde se reconoció como perjuicio moral el “malestar psíquico” sufrido a raíz del accidente. Consejo de
Estado, Sección Tercera, 4 de abril de 1997, CP: Jesús María Carrillo Ballesteros, Expediente 12007, que
reconoció como perjuicio moral por el hecho de que la víctima “estuvo sometida al miedo, la desolación, a la
zozobra, a la tristeza, mientras se produjo su liberación.”
55
Consejo de Estado, Sección Tercera, 31 de julio de 1989, CP: Antonio José de Irisarri Restrepo, Expediente
2852. Consejo de Estado, Sección Tercera, 6 de mayo de 1993, CP: Julio César Uribe Acosta, Expediente
7428
56
Consejo de Estado, Sección Tercera, 30 de marzo de 1990, CP: Antonio José de Irisarri Restrepo,
Expediente 3510.
57
Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencias de  25 de septiembre de 1997, Sección Tercera, Expediente
10.421, CP: Ricardo Hoyos Duque, que fijó una indemnización por perjuicios morales de 2.000 gramos oro.
Sentencia del 19 de julio de 2000, Expediente 11.842, CP: Alier Eduardo Hernández Enríquez, que fijó una
indemnización por perjuicios morales de 4.000 gramos oro
58
Corte Constitucional, sentencia C-916 de 2002.
59
La doctrina señala que “la propia estructura del principio de proporcionalidad consiste, en efecto, en la
aplicación del conocido test tripartito sobre una medida determinada, adoptada de ordinario por un sujeto
distinto a aquel que desarrolla el juicio de control”. ARROYO JIMENEZ, Luis. “Ponderación,
proporcionalidad y derecho administrativo”, en ORTEGA, Luis; SIERRA, Susana de la (Coords).
Ponderación y derecho administrativo. Madrid, Marcial Pons, 2009, p.33.
revele de los criterios propios a la idoneidad, de tal manera que la indemnización
se determine atendiendo a la estructura de la relación familiar, lo que debe llevar a
proyectar un mayor quantum cuando se produce la muerte, que cuando se trate de
lesiones (e incluso se deba discernir la intensidad del dolor que se padece por las
condiciones en las que se encuentra la víctima lesionada). Lo anterior, debe
permitir concretar un mayor quantum indemnizatorio cuando se trata del dolor,
aflicción, pesar, apego, ansiedad, desasosiego, tristeza, respeto a la dignidad y
valoración de las relaciones propias al núcleo familiar de la víctima, como
convivencia, cercanía sentimental y apego, que ocurre en el núcleo familiar
inmediato (cónyuge, hijos, padres), de aquel que pueda revelarse en otros ámbitos
familiares (hermanos, primos, nietos), sin olvidar para su estimación los criterios
que deben obrar en función del principio de idoneidad.

Finalmente, en cuanto al tercero, esto es la proporcionalidad en estricto sentido,


con el test se busca que se compensen razonable y ponderadamente los
sufrimientos y sacrificios que implica para la víctima (víctimas) la ocurrencia del
dolor, aflicción, pesar, apego, ansiedad, desasosiego, tristeza, respeto a la
dignidad y valoración de las relaciones propias al núcleo familiar de la víctima,
como convivencia, cercanía sentimental y apego, y su desdoblamiento, sin que se
produzca una ruptura de los mandatos de prohibición de exceso y prohibición de
defecto.

De acuerdo con lo anterior, para el reconocimiento y tasación del perjuicio moral


en el presente caso se sujetara a los anteriores criterios objetivos, los que
ordinariamente están demostrados con base en la prueba testimonial, de la que se
deriva la denominada “presunción de aflicción” la que debe aplicarse
conjuntamente con los mencionados criterios, de manera que la tasación de este
tipo de perjuicios responda a la complejidad de una sociedad articulada, plural y
heterogénea que exige la consideración de mínimos objetivos para la tasación
proporcional, ponderada y adecuada, sin que constituya una tarifa legal o judicial.

En el presente caso la Sala observa que están acreditados los vínculos de


consanguinidad de los actores Guillermo Antonio Colorado y Blanca Maryori
Echeverry –en calidad de padres-, Yolanda Echeverry Echeverry, Jaiver,
Esperanza, Diana Marcela, José Eiver, Doralba, Guillermo, Yeison y Albenis
Colorado Echeverry –en condición de hermanos- y María Antonia Acosta –como
abuela materna-, razón por la cual, se encuentra construido el hecho indicador a
partir del cual tiene operancia la regla de la experiencia según la cual se infiere la
existencia de un padecimiento moral en padres, hermanos y abuela por la muerte
de una persona integrante del núcleo familiar.

Aun así, la Sala precisa que no infiere sino que encuentra probada de manera
fehaciente la existencia de una afectación moral en los demandantes, ya que
obran declaraciones en el proceso en las cuales se acreditan los vínculos de
unidad y afecto que existían entre los actores y la víctima fatal al igual que la
aflicción que en ellos causó su deceso; como se pasa a observar:

Se cuenta con la declaración de José Martín Colmenares, quien afirma:

“PREGUNTADO: Sírvase decirle al Juzgado si conoce de vista, trato y comunicación al


jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY, quien resultara muerto el día 28 de
septiembre de 1.996, e igualmente si conoce a sus padres, hermanos y abuela, en caso
positivo cuanto tiempo hace y porqué motivo le consta sobre el parentezco (sic)?
CONTESTO: Si lo distinguí, desde hace aproximadamente unos 25 años, lo conocí aquí
en San Juan de Arama, lo conocí envía de trabajo, también distingo a su padre, hermanos
y la abuela, el padre el anterior se llama GUILLERMO COLORADO, los hermanos ,
BLANCA, se corrige YOLANDA COLORADO, JAVIER COLORADO, JAIVER
COLORADO, ESPERANZA COLORADO, DIANA MARCELA COLORADO, JOSÉ EIBER
COLORADO, GUILLERMO COLORADO, FLOR ALBA COLORADO YEISON
COLORADO, ALBENIS COLORADO y la abuela MARÍA ANTONIA ACOSTA, por lo que
los distingo desde hace tiempo.- PREGUNTADO: Conforme al conocimiento que tiene de
los anteriores, que le consta sobre las relaciones familiares y espirituales que entre los
mismos existieron y cual fué (sic) el impacto moral que les causó a los padres, hermanos
y abuela la tragedia sufrida por JAIR COLORADO ECHEVERRY el día 28 de septiembre
de 1.996, al resultar muerto y en especual (sic) el profundo trauma que sufrió la madre del
fallecido por los mismos hechos? CONTESTO: Sufrieron mucho, porqué (sic) el (sic) era
más los ayudaba económicamente a todos sus famiales (sic)”. (fls 124-125, c1).

De manera concordante el señor Nolberto Naranjo Herrán indicó:

“PREGUNTADO: Por el conocimiento que ha tenido de los anteriores, que le consta sobre
las relaciones familiares y espirituales que entre los mismos y existieron y cual fué (sic) el
impacto moral que les causó a los padres y abuela la tragedia sufrida por JAIR
COLORADO ECHEVERRY el día 28 de septiembre de 1.996, al resultar muerto y en
especial el profundo trauma que sufrió la madre del fallecido y por los mismos hechos?
CONTESTO: Bueno ellos sufrieron mucho porque ellos son muy nidos (sic), a la madre de
él le dolió mucho porque él era el que les ayudaba económicamente.” (fls 125-126, c1).

En este orden, la Sala considera que una adecuada tasación de los perjuicios
morales, en aplicación del test de proporcionalidad, con ocasión de la muerte del
señor Jair Colorado Echeverry impone reconocer los siguientes rubros, reducidos
en un 50% por la concurrencia de la conducta de la víctima en el daño:

Nombre Parentesco Monto reconocido


Guillermo Antonio Colorado Padre 40
Blanca Maryori Echeverry Madre 40
Yolanda Echeverry Echeverry Hermana 20
Jaiver Colorado Echeverry Hermano 20
Esperanza Colorado Echeverry Hermana 20
Diana Marcela Colorado Echeverry Hermana 20
José Eiver Colorado Echeverry Hermano 20
Doralba Colorado Echeverry Hermana 20
Guillermo Colorado Echeverry Hermano 20
Yeison Colorado Echeverry Hermano 20
Albenis Colorado Echeverry Hermana 20
María Antonia Acosta Abuela 20

10.2 Perjuicios pecuniarios

Con relación a los perjuicios de índole material en la modalidad de daño


emergente en la demanda se solicitó el reconocimiento de los:

“gastos funerarios, diligencias judiciales, honorarios de abogado, etc., y en fin, todos los
gastos que sobrevinieron con la muerte del jóven (sic) JAIR COLORADO ECHEVERRY,
que se estima en la suma de TRES MILLONES DE PESOS ($3.000.000.oo)”.

Aun así, la Sala observa que, del acervo probatorio obrante en el proceso, no se
evidencia alguna clase de erogación patrimonial que hubiese sido costeada por
alguno de los accionantes en el proceso, razón suficiente para denegar la
pretensión elevada en la demanda, en relación al daño emergente.
En lo que respecta al lucro cesante, el cual fue solicitado en la demanda de
manera indeterminada por el valor de $100.000.000, la Sala pone de presente el
criterio jurisprudencial sostenido por esta Corporación según el cual dicho rubro se
liquida a partir de la época en la cual el conscripto finalizaría el servicio militar
obligatorio y hasta la fecha en la cual el causante adquiriría la edad de 25 años,
por presumirse que hasta ese momento un hijo contribuiría al sostenimiento
económico de sus padres60.

En el presente caso, se tiene probado que el joven Jair Colorado Echeverry nació
el día 28 de octubre de 1974, siendo sus padres los señores Blanca Maryori
Echeverry Acosta y Guillermo Antonio Colorado, conforme al registro civil arrimado
al proceso (fl 25, c1). El ingreso al servicio militar obligatorio se surtió el 22 de
mayo de 1996 por lo cual el mismo hubiese concluido el 22 de noviembre de 1997,
fecha para la cual el señor Jair Colorado Echeverry tendría una edad de 23 años y
24 días.

Ahora, entre la culminación del servicio militar obligatorio (22 noviembre 1997) y la
fecha en la cual el señor Colorado Echeverry cumpliría la edad de 25 años (28
octubre 1999) existe un interregno de 1 años, 11 meses y 6 días equivalentes a
23,36 meses, correspondiente al tiempo que debe ser objeto de indemnización.

En cuanto al salario base de liquidación, se tomará el vigente para la fecha de


proferimiento de esta sentencia, es decir, $535.600, cifra que se aumenta en un
25% por concepto de prestaciones sociales ($669.500) y se disminuye en otro
25% en razón a los gastos personales que se presumen efectuaría la víctima
($502.125). El monto obtenido se dividirá en dos con el fin de establecer lo
correspondiente a la liquidación para cada uno de los padres con el que convivía
el joven Colorado Echeverry. Por lo tanto, la renta actualizada a partir de la cual se
establecerá la indemnización para Guillermo Antonio Colorado y Blanca Maryori
Echeverry será de $251.062,5.

En lo concerniente a la fórmula matemática a emplear, esta es la de lucro cesante


consolidado, en donde “Ra” constituye la renta actualizada, “i” es una constante,
“n” corresponde al tiempo a indemnizar expresado en meses, que en el presente
caso va desde el 22 de noviembre de 1997 al 28 de octubre de 1999.

S: Ra (1+ i)n - 1
i

Para la liquidación de Guillermo Antonio Colorado se tiene:

60
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C, Sentencia de 9 de mayo de 2011, Radicado: 19388.
Igualmente, en tratándose de conscriptos lesionados, esta Sala también ha reconocido una suerte de
presunción de capacidad económica del conscripto a pesar de sobrevenir el hecho dañoso durante el
cumplimiento de su servicio militar obligatorio, y por ende, no estar devengando un salario; tal como se
indicó en la Sentencia de 3 de febrero de 2010, radicado: 17543: La Sala accederá a la indemnización
solicitada, pues para la fecha de los hechos el señor Wilson Guzmán Bocanegra, era una persona
económicamente productiva y como consecuencia de las lesiones perdió el 48% de la capacidad laboral,
situación que en la misma proporción afectará su nivel de ingresos por lo que resta de su vida a partir de la
ocurrencia del hecho.
Para el cálculo de la indemnización se tendrá en cuenta el salario mínimo legal mensual vigente a la fecha de
la presente providencia, ante la carencia de cualquier otro elemento de juicio que permita deducir suma
distinta para efectuar la liquidación, dado que, como es natural, para la fecha de ocurrencia de los hechos el
soldado no percibía renta alguna debido a su condición de conscripto, no obstante, la Sala presume que una
vez cumplido el servicio militar el señor Guzmán Bocanegra, percibiría un ingreso, por lo menos igual al
salario mínimo mensual legal vigente y, como quiera que la lesión condujo a que el afectado abandonara el
servicio por resultar “no apto”, la indemnización se calculará a partir de la fecha de ocurrencia de los
hechos.
S: $251.062,5 (1+ 0.004867)23,36 - 1
0.004867

S: $6’167.234,10 Dicho valor debe ser reducido en un 50% por la concurrencia de


la víctima en el daño causado, lo que arroja un monto de: $3’083.617.05

Y respecto del lucro cesante a favor de la señora Blanca Maryori Echeverry, se


observa lo siguiente:

S: $251.062,5 (1+ 0.004867)23,36 - 1


0.004867

S: $6’167.234,10 Dicho valor debe ser reducido en un 50% por la concurrencia de


la víctima en el daño causado, lo que arroja un monto de: $3’083.617.05

Para un total de $6’167.234,10

Por todo lo anterior, y en virtud de los anteriores argumentos con los que se
decide el recurso de apelación interpuesto por los demandantes, la Sala revocará
la sentencia de primera instancia la cual denegó las súplicas de la demanda.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Sub-sección C, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la Ley,

FALLA

PRIMERO: REVOCAR la sentencia del 18 de diciembre de 2000 proferida por el


Tribunal Administrativo del Meta, mediante la cual se negaron las pretensiones de
la demanda.

SEGUNDO: DECLARAR la responsabilidad de la Nación – Ministerio de Defensa


Nacional – Ejército Nacional por la muerte del señor Jair Colorado Echeverry, en
concurrencia con la participación de la víctima en el resultado lesivo.

TERCERO: CONDENAR a la Nación – Ministerio de Defensa Nacional – Ejército


Nacional al pago de los perjuicios materiales en la modalidad de lucro cesante en
favor de los señores Guillermo Antonio Colorado y Blanca Maryori Echeverry al
pago de $3’083.617.05 para cada uno de ellos.

CUARTO: CONDENAR a la Nación – Ministerio de Defensa Nacional – Ejército


Nacional al pago de los perjuicios morales por la muerte del señor Jair Colorado
Echeverry a favor de Guillermo Antonio Colorado y Blanca Maryori Echeverry la
suma de cuarenta (40) salarios mínimos mensuales legales vigentes para cada
uno de ellos; y para Yolanda Echeverry Echeverry, Jaiver Colorado Echeverry,
Esperanza Colorado Echeverry, Diana Marcela Colorado Echeverry, José Eiver
Colorado Echeverry, Doralba Colorado Echeverry, Guillermo Colorado Echeverry,
Yeison Colorado Echeverry, Albenis Colorado Echeverry y María Antonia Acosta el
valor equivalente a veinte (20) salarios mínimos mensuales legales vigentes para
cada uno de ellos.

QUINTO: Ejecutoriada esta providencia, DEVUÉLVASE el expediente al tribunal


de origen
CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, CÚMPLASE

ENRIQUE GIL BOTERO OLGA VALLE DE DE LA HOZ


Presidente Magistrada

JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA


Magistrado

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