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EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA

Monserrath Angeles Bautista

PRIMERA FASE
EL DESPRENDIMIENTO

Sabemos bien que, en el humano, todo desprendimiento es doloroso, sobre todo, si se trata
de relaciones emocionales significativas que se extinguen o que cambian su carga y su
representación psíquica. La meta del clínico, por lo tanto, no es lograr una homeostasis
estática en la familia sino un sistema con la capacidad de moverse progresivamente de una
etapa a la siguiente, por más doloroso que esto pueda resultar.

El libro antes menciona que la familia, como todo organismo tiene una historia, un
nacimiento y un desarrollo, a su vez, esta estructura es tan compleja debido a que debe
cumplir con ciertas tareas impuestas por la sociedad, como lo son: tener hijos, educarlos,
guiarlos durante las primeras etapas de vida y soltarlos paulatinamente. No obstante,
muchas veces esta última no resulta tan sencillo para los padres, y trae consigo graves
consecuencias.

Dicho esto, debemos considerar que en la adultez media regularmente es cuando empieza
el proceso de formalizar una relación, es de suma importancia ser en la mayoría de lo
posible, pero en su totalidad independientes en todos los aspectos, específicamente en el
ámbito económico y emocional. Ciertamente arrancar con una nueva etapa de la vida es un
tanto complicado, aunado a que esta etapa adquiere un cierto grado de dificultad debido a
que ambas partes se deben acoplar a vivir con una persona la mayor parte del tiempo y
compartir prácticamente todo en la misma vivienda.

El matrimonio además cambia la relación que hasta entonces ha sido entre dos seres, a una
más panorámica y compleja al reunir oficialmente a dos familias. Al llegar el momento de
la separación de las familias de origen pueden surgir otro tipo de conflictos como la
idealización de la pareja o la responsabilización de problemas que se encontraban ya ahí,
aun antes de conocer el uno al otro. El capitulo pone como primer ejemplo una pareja de
recién casados, describe las características esenciales de los entornos familiares,
económicos y laborales de ambas partes, también la situación actual de la relación. Uno de
los principales rasgos es su falta de identidad y de autonomía como personas adultas
individuales (característica fundamental para concretar una relación de pareja sana).
De igual forma recapitula aspectos y habilidades que debemos adquirir en distintas áreas
como la identidad, la sexualidad, la economía y el fortalecimiento del yo:

Identidad:

Sexualidad:

Economía:
Fortalecimiento del Yo

El terapeuta empleo varias estrategias para abordar las problemáticas de la pareja, sin
embargo, pocas ocasiones resultaron exitosas, y cuando por fin logró atravesar la barrera
que la pareja sostenía se dio cuenta de que no estaban preparados ni dispuestos para
sobrellevar una terapia, escucharse y concluir en un acuerdo.

En la segunda fase nos encontramos


EL ENCUENTRO

Significa abordar nuevas responsabilidades afectivas con una nueva persona, cortar en
cierta medida los lazos con el núcleo familiar. Lo cierto es que al inicio cada una de las partes
involucradas implementa los mecanismos que conoce y que aprendió de sus padres, por
ejemplo. El encuentro con una persona nueva depara grandes cambios y sorpresas, ya que
el estructuramiento de un nuevo sistema es bastante complicado, a esta etapa se le conoce
como “el contrato matrimonial”, ya que se busca como es que se va a regir la vida psíquica,
emocional e instrumental de la nueva pareja.

Cuando hablamos de contrato matrimonial nos referimos a todos aquellos conceptos


individuales de naturaleza consciente o inconsciente que pueden ser expresados
verbalmente o en alguna otra forma. Dichos conceptos tienen como tema principal lo que
cada uno piensa acerca de sus obligaciones y deberes dentro del matrimonio, así como de
los bienes y beneficios que espera recibir del mismo.
Es necesario recalcar que este contrato está basado en aspectos recíprocos, acerca de lo
que uno piensa dar y lo que espera recibir del otro. El contrato abarca cualquier aspecto
imaginable de la vida conyugal, ya sea que se trate de sexo, metas, relaciones con los demás,
paseos, poder, dinero, hijos, familiares, etc. La calidad del matrimonio depende en gran
parte del grado de satisfacción y complementariedad que se le puede dar a las
expectaciones de cada uno de los cónyuges, en las cuales intervienen todas las profundas
necesidades y deseos, mismas que estaba basadas en su historia, experiencias amorosas,
familiares y más.

Por supuesto estas necesidades pueden ser: saludables, realistas o neuróticas y conflictivas.
Se asume que cuando se llega al matrimonio ya existe un conocimiento y, aun mas, un
acuerdo mutuo acerca de los términos que en dicho contrato va a sentar las bases para
asegurar una paz y bienestar futuros. Y así, confiándose en que ya es materia conocida, se
aventura cada quien en un viaje donde se espera que el otro cumpla con lo prometido.

De este modo, si no se cumplen se abre paso a la desilusión, el resentimiento, la sensación


de haber sido timado o engañado y el enojo. Existen diferentes causas por las que este
contrato se rompe o no se cumple, entre ellas está por ser ignorado, por contextos
culturales distintos entre los miembros de la pareja, porque las expectaciones son
imposibles de obtener o porque la fantasía sobrepasa por mucho la realidad

Sage y Kaplan describen tres niveles en el contrato matrimonial

1. Un nivel consiente que se verbaliza y que incluye todas aquellas expectativas, lo que
quiere recibir y lo que se compromete a dar de una forma clara y comprensiva.
2. Un nivel consiente no verbalizado, es decir, planes, deseos, fantasías y demás que
por temor o vergüenza no se comunican ni se verbalizan
3. Y la tercera se refiere a todas las expectativas fuera de la realidad y contradictorias.
Cuando existe una congruencia en el primer nivel, por lo general se formaliza una relación,
en el segundo hay una relación solo a corto plazo y en tercero una relación conflictiva.

La fase del encuentro presupone el manejo adecuado de dos movimientos intrapsiquicos


que desde luego tienen su proyección en el mundo real de las personas. Reconoce una
disponibilidad interna para aceptar al conyugue como un objeto nuevo y extraño, que,
quiérase i ni, va a producir una fuerte resonancia.
Desde luego la madurez emocional en un individuo no le garantiza la estabilidad y duración
de su pareja, pero si le permite con libertad y plenitud examinar las bases sobre las cuales
ha funcionado y sigue funcionando su relación.

De igual forma el libro nos presenta dos casos clínicos de dos parejas que acuden a el por
distintas problemáticas y va desglosando las posibles causas de sus complicaciones y como
es que el hace para visibilizarlas ante la pareja, aplica y resalta la teoría antes comentada y
finalmente se pueden unir las fuerzas de todos los sujetos involucrados (pareja y terapeuta)
para dar una resolución al conflicto.
− Encuentro de un compañero marital − Dificultad para desprenderse − Idealización.
que provea de afecto, compañía, de los padres
aceptación, intimidad, cuidado y − dificultad para apartarse de los − Responsabilizar a la pareja de
seguridad. roles impuestos por los padres problemáticas que ya existían
− Se refuerzan los valores del Yo al y la familia previas a la relación.
ayudar a formar los roles. − dificultad en la comunicación
− Armonía en el área sexual con el con la pareja
compañero. − expresión de sentimientos en
− Se logra un equilibrio económico en primera instancia
la repartición de labores y − Responsabilizar a la pareja de
adquisición de bienes. problemáticas ya existentes.

− Cambiar los mecanismos que − Dificultad en la adaptación de − Pensar en reformar a la pareja.


proveyeron seguridad emocional. los mecanismos conocidos en − Simbiosis entre los progenitores y el
mezcla con los de la otra hijo.
− Integrar un sistema de seguridad persona − Codependencia emocional entre las
que incluya al nuevo compañero − Satisfacciones cubiertas en partes de la pareja.
relación con la perspectiva − Depresión por la ruptura brusca
inconsciente que se tiene de la debida a la desilusión por la
otra persona. idealización (fantasías muy irreales
− Incumplimiento de acuerdos e incongruentes).
según los asumido
individualmente acerca al
contrato matrimonial

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