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La del hombre caimán cuenta que en las orillas del Magdalena había un sujeto al que le gustaba

espiar a las mujeres que se bañaban y que, para esconderse, fue donde un brujo de la alta Guajira a
quien pidió que le prepara una pócima para convertirse en caimán. El brujo le preparó dos pócimas,
una para hacerse caimán y otra para volver a ser humano. Con tales pócimas el sujeto pudo disfrutar
por un tiempo de su aventura, un día ocurrió un accidente y, siendo caimán, sólo pudo tomar unas
pocas gotas de la pócima que lo convertiría en humano, así que quedó con la transformación a
medias. Desde ese día se volvió el terror de las mujeres y por eso ninguna volvió a bañarse en el río.

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