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GENESIS 11: La Torre de Babel

¿Has oído alguna vez, la leyenda de la Torre de Babel? es una edificación mencionada por primera vez en el Génesis, uno de los
libros más importantes de la Biblia hebrea.

Se cuenta que fue edificada por los hombres hace ya miles de años, con el propósito de alcanzar el cielo. Son muchas las historias
que giran en torno a esta monumental construcción. Sin embargo, la memoria de esta torre sigue estando vinculada en ciertas
religiones con el origen y el desarrollo del lenguaje oral.

En la mitología, el ser humano no tenía el poder suficiente como para crear un sistema de comunicación tan avanzado. De ahí su
procedencia mística y divina. El relato está dirigido a explicar por qué los pueblos del mundo hablan diferentes lenguas.

Según la Biblia, la humanidad quedó casi extinta después del diluvio universal, fue gracias al Arca de Noé en la que Noé y siete
integrantes de su familia sobrevivieron a la catástrofe. Los descendientes de Noé, como únicos seres humanos del planeta, tuvieron la
oportunidad de un nuevo comienzo. Era la oportunidad para hacer las cosas como Dios había mandado, es decir, multiplicarse y
llenar la tierra (Gen. 9:1) Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.

Algunos lo hicieron, y comenzaron a poblar regiones antes inexploradas. Pero otros se rebelaron, y en lugar de expandir sus
horizontes, comenzaron a reunirse, estableciendo ciudades amuralladas, para defender lo que ellos estaban construyendo.

Hoy en día no nos parece extraña la construcción de altos edificios y ciudades; esto ha sido un resultado natural del crecimiento
poblacional y la industrialización. Pero en tiempos antiguos, lo normal era vivir en el campo. Quienes vivían en ciudades eran los
comerciantes.

Por eso, es extraño leer que unos años después del Diluvio, la gente se dispuso a construir una torre.
(Génesis 11:2-4) Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. (3) Y
se dijeron unos a otros: Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien. Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de
mezcla. (4) Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre
famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra.

La construcción de una torre en sí no tiene nada de malo. El problema era la intención por la cual se hizo. Hoy en día se construyen
altos edificios en las ciudades, dado que ya no hay más espacio hacia dónde expandirse. Es por necesidad. Pero, ¿qué necesidad
tenían de construir una torre en medio de la llanura del Sinar?

La Biblia explica la razón por la que hicieron la Torre de Babel: “los hombres buscaban hacerse un nombre famoso”. Querían
exaltarse a sí mismos; querían “llegar hasta los cielos”, y ser como Dios. Ellos no querían ser dispersados y llenar la Tierra, como Dios
les había dicho. Más bien, querían permanecer juntos y hacer maravillosas obras para hacerse grandes y famosos. Esa generación
se unió con el propósito de glorificar el poder del hombre y exaltar sus propios nombres. Era una sociedad antropocéntrica (es decir,
tenían al hombre en el centro), en lugar de teocéntrica (teniendo a Dios como el centro de sus vidas).

La Biblia no menciona a Nimrod en el capítulo 11, pero no podemos olvidar que él fue quien fundó la ciudad de Babel, donde se
construyó la torre. Esa era la capital de su reino. fue Nimrod quien los incitó a la rebelión en contra de Dios en el corazón de su
pueblo. Él era un nieto de Cam, el hijo de Noé, un hombre atrevido y de gran fortaleza de manos.

Al principio de los tiempos, el planeta entero estaba conectado por una sola lengua y todos sus habitantes podían entenderse sin
mayor dificultad. El propósito original de Dios es que todos nos entendiéramos. Esto no sólo implica hablar el mismo idioma, sino
entenderse mutuamente.

La confusión de lengua vino cuando el hombre quiso hacer su propia voluntad aparte de Dios, sobre Dios, en lugar de Dios . El
problema de Babel no radica sólo en la diferencia de idiomas sino en la variedad de pensamientos, mentalidades, intensiones,
motivaciones. Cuando cada hombre busca la gloria propia, no podemos entendernos. Cuando cada uno lucha su propio interés, hay
oposición.

Dios no está en contra de la diversidad, ya que así nos creó. Al ver el orgullo y la arrogancia en el corazón de esta gente, Dios hizo
que la gente hablara diferentes lenguas para que no se pudieran comunicar y así abandonaran la construcción y se esparcieran por
todo el mundo. Aquella torre fue nombrada como la torre de Babel que significa confundir Derivad del verbo hebreo ‘balbál’

La Torre de Babel a la luz de la Ciencia


El relato bíblico de la confusión de lenguas y la edificación en Babel podrían ser ciertos.
Las muchas existencias de construcciones, con carácter religioso ritualista, en toda Mesopotamia hacen que una corriente de
arqueólogos la sitúen en la antigua Babilonia. Para ello se apoyan en los relatos del historiador griego Herodoto, éste narraba que, al
pasar por Babilonia, en el siglo V a. C., observó una construcción, una gran torre que podría medir más de 90 metros con una
estructura escalonada en siete pisos.

Se subía a lo más alto de ella siguiendo una escalera en espiral. Llamaba la atención que estaba adornada con ladrillos azules
esmaltados imitando el azul del cielo, como en la Puerta de Ishtar. En su cima se ubicaba un templo dedicado al dios Marduk y todos
los años se celebraba una ceremonia en la que su rey renovaba su reinado haciendo un “pacto” entre aquel Dios y él.
Por otro lado, el profesor de la Universidad de Londres (Reino Unido) Andrew George, quién mediante el canal Smithsonian, cree que
hay las suficientes evidencias arqueológicas para pensar que la Torre de Babel existió realmente.
Fue desde el canal Smithsonian donde se presentó una tablilla de piedra, conocida llamada “Estela de Oslo por la que se trata de
demostrar la existencia de la Torre de Babel.

Andrew George examinó la tablilla fechada, datada hacia el siglo VI a. C, hallada en Babilonia hace más de un siglo, y que había
pasado inadvertida a los estudiosos e investigadores. Así el historiador pudo traducir, según lo grabado en la tablilla, que en la zona
existía una estructura de siete pisos, escalonada, con una figura humana que porta un cetro, con azulejos vítreos, y el nombre de un
rey: Nabucodonosor II.

Curiosamente Nabucodonosor II fue gobernante regente de Mesopotamia al que se debe la conquista de Judá y Jerusalén , constructor
de los bellos jardines colgantes de Babilonia y cuyas reformas en los órdenes sociales de su reino marcaron toda una época.

En la tablilla se puede leer dos inscripciones. La primera dice: “Etemenaki, Ziggurat Babel, siendo su significado: “Torre del templo de
Babilonia”; la segunda hace referencia a los muchos de pueblos que se ocuparon “desde el mar superior (el Mediterráneo) hasta el
mar menor (el Golfo Pérsico)”, para la construcción de la misma. Parece obvio pensar que se trataba de la mítica construcción. En
conclusión. la tablilla es considerada como una prueba de la existencia de la Torre de Babel, así como el origen del mito de
las lenguas y posiblemente de la raza humana.

Hoy en día no nos parece extraña la construcción de altos edificios y ciudades; esto ha sido un resultado natural del crecimiento
poblacional y la industrialización. ¿Actualmente existe un edificio que fue construido como una imagen moderna de la Torre de Babel?
Este es el edificio del Parlamento Europeo, el cual está localizado en Estrasburgo, en la frontera entre Alemania y Francia. Es un
edificio moderno, pero tiene la forma de una torre. Fue hecho así a propósito. Su diseño arquitectónico está inspirado en la pintura de
Pieter Bruegel sobre la Torre de Babel.

Cuando se inauguró el Parlamento, en los afiches y panfletos pusieron una caricatura con la imagen de la Torre de Babel, la cual
estaba siendo construida por gente en forma de ladrillo. El lema de la campaña era: “Europa: Muchas lenguas, una voz”.

Era una frase llamativa que parecía tener un mensaje noble, llamando a la unidad, el respeto y la tolerancia. Pero, ¿por qué
relacionarlo con la Torre de Babel, el cual es un símbolo de rebelión en contra de Dios y exaltación del hombre? Ése era el mensaje
subyacente, que ha caracterizado el pensamiento europeo en la era moderna.

El “Espíritu de Babel” sigue vivo, y ha vuelto a surgir una y otra vez en la historia. Así será hasta final, cuando caiga el reino del
hombre (Babilonia) para darle paso al Reino de Dios, habla de la nueva (Jerusalén)—ref. Apoc.

(Apocalipsis 14:6-8) Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la
tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, (7) diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. (8) Y le siguió otro ángel, el segundo, diciendo:
¡Cayó, cayó la gran Babilonia!; la que ha hecho beber a todas las naciones del vino de la pasión de su inmoralidad.

El profeta Sofonías habla acerca de los últimos días, en específico del día de la ira y juicio. En esos días, se va a revertir la
consecuencia del pecado de la Torre de Babel:

(Sofonías 3:8-9) Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las
naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la
tierra. En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan
de común consentimiento.

La frase “pureza de labios” literalmente significa: Aclarar o limpiar la lengua o idioma. Algunos comentaristas interpretan esto como el
regreso a un solo idioma. No sólo eso, sino que nos comprenderemos. ¿Por qué? Porque todos invocarán el Nombre de Dios, en
lugar de “buscar hacerse un nombre famoso”, como en Babel.
El apóstol Pablo dice que todos somos miembros de un cuerpo; cada miembro es diferente y único, pero todos funcionan en unidad
cuando cada uno están conectado a la cabeza y se somete a ella (1 Corintios 12). 
Si queremos que la humanidad alcance unidad, debemos dejar de construir nuestros propios imperios y realizar planes individuales.  
Debemos conectarnos con el Plan divino, con la Cabeza, y cumpliendo cada uno el propósito por el cual fuimos creados.   Si queremos
volver a entendernos entre nosotros, debemos poner a Dios antes que nuestros propios egos. 

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