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CHANTAJE EMOCIONAL Y SALUD

Ante cada chantaje emocional aparece sin duda la vergüenza y la


culpabilidad. Nos miramos al espejo y nos preguntamos por qué hemos
cedido al chantaje. Somos conscientes de que debemos reaccionar, pero
sin embargo, una vez más hemos caído en la emboscada siendo
burlados.

Las personas disponemos de un sistema de valores propios, además de


esas promesas internas que nos hacemos diariamente: “no me dejaré
engañar de nuevo”, “ésta va a ser la última vez”. Y sin embargo, vuelve a
ocurrir. Nuestra autoestima e integridad se van convirtiendo en una
sombra de lágrimas y auto-decepción, estamos perdiendo nuestra brújula
interior y casi sin darnos cuenta, llegan los primeros síntomas.

El dolor de cabeza continuo. Los problemas musculo-esqueléticos, esos


que tensan nuestra espalda, nuestro cuello, los mismos dolores que no
nos permiten apenas conciliar el sueño. Aparecen sarpullidos o
pequeños problemas en la piel como respuesta ya a un alto nivel de
estrés. Cuando el nivel de cortisol se eleva en sangre, altera también
nuestro sistema circulatorio y cardíaco, apareciendo las clásicas
taquicardias, los ahogos o incluso los mareos.

Sudores repentinos, sequedad de boca, manos frías, problemas


digestivos y en esencia, un cansancio continuado serían síntomas claros
de que algo no va bien, de que esa conexión mente cuerpo se ha
traducido ya en esos síntomas psicosomáticos que no debemos pasar
por alto.

Solo un dato más a tener en cuenta. Según datos médicos, casi el 25%
de nuestras molestias físicas tienen un origen psicosomático. Es decir,
hay áreas en nuestra vida ante las que debemos actuar y resolver en la
medida que esté en nuestras manos.

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