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Investigación Bíblica Tema: Jesucristo predíca a los

espíritus en prisión

1Pedro 3:18-20:

Porque Cristo murió una vez y para siempre por los pecados, un justo por injustos, a fin de
llevarlos a ustedes hacia Dios. Lo mataron en la carne, pero recibió vida en el espíritu.19 Y
en esta condición fue a predicarles a los espíritus en prisión,20 que fueron desobedientes en
el pasado, cuando Dios estaba esperando pacientemente en los días de Noé, mientras se
construía el arca en la que unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a
salvo a través del agua

Empezamos este análisis haciendo énfasis en que las doctrinas religiosas pasan a un
segundo plano y más bien utilizaremos las escrituras bíblicas como máxima autoridad,
pudiendo de esa forma refutar cualquier ideología que valla en contra de la biblia, para
empezar vamos a analizar el concepto del que se habla cuando se utilizan ciertos terminos.

Estado de los muertos:


Infierno:
Purgatorio:
Cielo:

Textos aportados para el apoyo de dichas doctrinas:

1Pedro 3:19

Pedro está diciendo que actualmente aquellas personas que desobedecieron en la


generación de Noé son espíritus encarcelados. ¿Por qué? Porque después de ellos
rechazar la Palabra de Dios en la boca de Noé, todos fueron ahogados. Dios envió un gran
diluvio y acabó con el mundo antiguo.
Cuando Pedro estaba escribiendo su primera carta en el año 64 del primer siglo aludiendo al diluvio en
Génesis, las personas que antes habían desobedecido a Noé estaban difuntas en los días de Pedro. Por
lo tanto, ya no tenían cuerpo.
Y Pedro, sabiendo que vivía en una época antes de la resurrección general de los muertos cuando los
justos y los injustos recibirán cuerpos, hablaba de aquellas personas desobedientes como “espíritus
encarcelados”.
Es decir: actualmente las personas que desobedecieron a Dios en los días de Noé ahora mismo están en
el infierno esperando la resurrección final cuando serán lanzados definitivamente al lago de fuego y
azufre para ser atormentados por los siglos de los siglos.
Entonces, ¿quiénes eran los espíritus encarcelados? Eran los hombres y las mujeres de la época de
Noé que rechazaron la Palabra de Dios.
Esta lectura es sobria y también es fiel al contexto porque en 1 Pedro 3 el apóstol está
hablando sobre la persecución por causa de la Palabra.
Pedro, lo que está diciendo a la iglesia perseguida de Asia Menor, es: “¡Hermanos, ánimo! ¡Sed fieles a
la Palabra como nuestro hermano Noé! Porque de la misma forma que Dios respaldó a Noé y castigó a
sus enemigos, así también os ayudará a vosotros”.
Una vez más, esta interpretación es sobria y encaja perfectamente con el contexto inmediato.
Los espíritus encarcelados son los hombres y las mujeres que desobedecieron a Dios en los días de
Noé. Están actualmente en el infierno esperando la resurrección general de los muertos. Y luego
en aquel día, serán lanzados al lago de fuego.
Pastor Will Graham – Almería (España)
Refutación:
“Pedro está diciendo que actualmente aquellas personas que desobedecieron en la
generación de Noé son espíritus encarcelados. ¿Por qué? Porque después de ellos
rechazar la Palabra de Dios en la boca de Noé, todos fueron ahogados. Dios envió un gran
diluvio y acabó con el mundo antiguo.”
No todas las personas se ahogaron en el diluvio, ya que los Angeles que reveldes dejaron
sus cuerpos humanos y volvieron a la condición de Angeles para volver al cielo.
“Es decir: actualmente las personas que desobedecieron a Dios en los días de Noé ahora
mismo están en el infierno esperando la resurrección final cuando serán lanzados
definitivamente al lago de fuego y azufre para ser atormentados por los siglos de los siglos.”
Si ya están en el infierno no se supone que es lo mismo que el lago de fuego? Que sentido
tiene que sean resucitados para luego ser arrojados al infierno de nuevo?

¿Quiénes eran “los hijos del Dios verdadero” que, según Génesis
6:2, 4, vivían antes del Diluvio?
Las pruebas indican que eran criaturas espirituales. ¿Cuáles son esas pruebas?
Génesis 6:2 dice: “Los hijos del Dios verdadero empezaron a fijarse en las hijas de los
hombres, que ellas eran bien parecidas; y se pusieron a tomar esposas para sí, a saber,
todas las que escogieron”.
Las Escrituras Hebreas usan las expresiones “los hijos del Dios verdadero” y “los hijos de Dios” en
Génesis 6:2, 4; Job 1:6; 2:1; 38:7 y Salmo 89:6. ¿Qué revelan sobre “los hijos de Dios” esos pasajes?
“Los hijos del Dios verdadero” mencionados en Job 1:6 eran sin duda seres espirituales reunidos ante
Dios. Entre ellos se contaba Satanás, que había estado recorriendo la Tierra (Job 1:7; 2:1, 2). En Job
38:4-7 leemos que “los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso” cuando Jehová colocó la “piedra
angular” de la Tierra. Estos hijos debían ser ángeles, pues todavía no se había creado a ningún ser
humano. Por último, los “hijos de Dios” a los que se refiere Salmo 89:6 son con certeza criaturas
angélicas que estaban con Dios en el cielo, no personas de carne y hueso.
Entonces, ¿quiénes eran “los hijos del Dios verdadero” de los que habla Génesis 6:2, 4? Un examen de
lo que dice la Biblia nos lleva a la conclusión de que eran criaturas espirituales que vinieron a la Tierra.
A algunos les cuesta creer que hubiera ángeles que quisieran tener relaciones sexuales, pues Jesús dijo
que en el cielo no existen las relaciones sexuales ni el matrimonio (Mateo 22:30). No obstante, hubo
ángeles que a veces se hicieron cuerpos materiales y hasta comieron y bebieron con seres humanos
(Gén. 18:1-8; 19:1-3). Por lo tanto, es razonable concluir que adquiriendo cuerpos humanos los ángeles
podían tener relaciones sexuales con mujeres.
La Biblia da razones para creer que eso fue justo lo que ocurrió. En Judas 6, 7 se compara el
pecado de los hombres de Sodoma, que fueron “en pos de carne para uso contranatural”, al
de “los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y
debido lugar de habitación”. Tanto estos ángeles como los habitantes de Sodoma
“[cometieron] fornicación con exceso [yendo] en pos de carne para uso contranatural”.
Un pasaje similar, el de 1 Pedro 3:19, 20, relaciona a los ángeles desobedientes con “los
días de Noé” (2 Ped. 2:4, 5). Así, el proceder de los ángeles rebeldes en tiempos de Noé es
comparable al pecado de Sodoma y Gomorra.
Esta conclusión tiene sentido cuando entendemos que los “hijos del Dios verdadero” de
Génesis 6:2, 4 eran ángeles que se hicieron cuerpos humanos y tuvieron relaciones
inmorales con mujeres.

¿Qué quiere decir la Biblia cuando afirma que Jesús “predicó a los espíritus en
prisión”? (1 Ped. 3:19.)
El apóstol Pedro habló de espíritus que “habían sido desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba
esperando en los días de Noé” (1 Ped. 3:20). Está claro que se refería a los ángeles que se unieron a la
rebelión de Satanás. Judas también habló de “los ángeles que no guardaron su posición original, sino
que abandonaron su propio y debido lugar de habitación”, a los que Dios “ha reservado con cadenas
sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día” (Jud. 6).
¿Qué acto de desobediencia cometieron esos ángeles en los días de Noé? Algún tiempo antes del
Diluvio se hicieron cuerpos humanos, algo que Dios no les había autorizado hacer (Gén. 6:2, 4). Por si
fuera poco, tuvieron relaciones sexuales con mujeres, algo antinatural para ellos, pues no fueron
creados con ese fin (Gén. 5:2). Estos seres malignos y desobedientes serán destruidos al tiempo
señalado por Dios. Mientras, como Judas escribió, están en una condición de “densa oscuridad”, en una
prisión espiritual, por así decirlo.
¿Cuándo y cómo predicó Jesús a tales “espíritus en prisión”? Pedro indica que esto ocurrió después de
que Jesús fue “hecho vivo en el espíritu”, es decir, resucitado (1 Ped. 3:18, 19). Además, dice que Jesús
les predicó. El hecho de que use el verbo en pasado sugiere que tal predicación tuvo lugar antes de que
el apóstol escribiera su primera carta. Por tanto, parece que, en algún momento posterior a su
resurrección, Jesús anunció a los espíritus malignos el merecido castigo que recibirían. El mensaje que
les proclamó no fue de esperanza, sino de condenación (Jon. 1:1, 2). Él podía llevarles ese mensaje,
puesto que su fe y lealtad hasta la muerte, así como su resurrección, habían demostrado que el Diablo
no tenía ningún dominio sobre él (Juan 14:30; 16:8-11).
En el futuro, Jesús atará y arrojará al abismo a Satanás y los ángeles infieles (Luc. 8:30, 31;
Rev. 20:1-3). En tanto llega ese día, los espíritus desobedientes están en una condición de
densa oscuridad espiritual. Y su destrucción final es inevitable (Rev. 20:7-10).
¿Quiénes son los demonios?Durante los primeros quince siglos después que Satanás
engañó a Eva en el Edén, la familia celestial de Dios observó cómo el Diablo logró apartar de
Dios a toda la humanidad con la excepción de unos cuantos seres humanos fieles, tales
como Abel, Enoc y Noé (Génesis 3:1-7; Hebreos 11:4, 5, 7). Incluso hizo lo mismo con
algunos ángeles, identificados en la Biblia como los espíritus que fueron desobedientes “en
los días de Noé” (1 Pedro 3:19, 20). ¿En qué desobedecieron?En tiempos de Noé, un
número indeterminado de ángeles rebeldes abandonaron su posición en la familia celestial
de Dios, bajaron a la Tierra y se materializaron. ¿Por qué? Habían abrigado el deseo de
tener relaciones sexuales con las mujeres. Fruto de esas relaciones nacieron los nefilim,
hombres violentos de gran talla. Además, “la maldad del hombre abundaba en la tierra, y [...]
toda inclinación de los pensamientos del corazón de este era solamente mala todo el
tiempo”. Ahora bien, Jehová Dios no permitió que esta corrupción siguiera, y trajo un diluvio
universal que barrió de la faz de la Tierra a todos los malos, incluidos los nefilim. Los únicos
seres humanos que sobrevivieron fueron los siervos fieles de Dios (Génesis 6:1-7, 17;
7:23).Los ángeles rebeldes no perdieron la vida en el Diluvio, pues abandonaron su cuerpo
físico y regresaron al mundo espiritual. Desde entonces se les conoce como demonios. Estos
apoyan a Satanás, a quien se le llama “el gobernante de los demonios” (Mateo 12:24-27). Al
igual que su dirigente, los demonios desean que los seres humanos les rindan culto.Los
demonios son peligrosos, pero no tenemos por qué temerles, ya que su poder es limitado.
Cuando estos ángeles desobedientes volvieron al cielo, no se les permitió integrarse de
nuevo en la familia de Dios compuesta de ángeles fieles. Se les negó cualquier tipo de
iluminación espiritual de parte de Dios, dejándoles ante sí un nefasto futuro. En efecto, se les
rebajó a una condición de oscuridad espiritual conocida como el Tártaro (2 Pedro 2:4).
Jehová los ató con “cadenas sempiternas”, de modo que permanecen en oscuridad
espiritual. Además, no pueden materializarse adoptando cuerpos humanos (Judas 6).¿Qué
debería hacer usted?¿Influyen los demonios de alguna manera sobre la humanidad? Sí.
Para ello recurren a “maquinaciones” o “artimañas” como las que utilizó su gobernante,
Satanás (Efesios 6:11, 12, nota). Sin embargo, si aplicamos el consejo de la Palabra de Dios,
podemos oponer resistencia a los demonios. Es más, quienes aman a Dios cuentan con la
protección de ángeles poderosos.
Lógica Argumental:

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