Está en la página 1de 21

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Metodología e historiografía (34028)


La concepción de la muerte en el Romanticismo español

Alumna: Lucía Bermejo Rey


Curso: 3ºB
ÍNDICE

1. Introducción – pág. 1
2. Objeto de estudio – pág. 2
3. Historiografía – pág. 2
4. Tema de investigación – pág 3
4.1. Espronceda, el máximo exponente del Romanticismo – pág. 3
4.2. Goya y la realidad de las obras – pág. 7
4.3. El suicidio: Leonardo Alenza y la Iglesia– pág. 8
5. Fuentes, metodología y forma – pág. 11
6. Utilidad de la investigación – pág. 13
7. Conclusión – pág. 14
8. Bibliografía – pág. 15
1. Introducción

El estudio de la concepción de la muerte es complejo y puede abarcar cualquier


etapa histórica, por ello he establecido como límite cronológico el Romanticismo español,
desde el año 1808 al 1850.

Se trata de una investigación haciendo uso de la historia de las mentalidades, pues


se encuentra relacionado con el cambio social que la muerte y la concepción que suponen.
Esta historiografía pertenece a la 3ª Generación de Annales y surgió en el s. XX, la
mentalidad es lo que hace referencia a lo compartido por los humanos y que opera en sus
conductas cotidianas, se estudia la historia para reconstruir la vida cotidiana y actitud en
una época, en este caso la actitud de los españoles del Romanticismo frente a la muerte.

Esto es complejo puesto que la percepción de los españoles sobre la muerte está
acompañada de la percepción de ésta en la cultura occidental y su evolución, de la cual
hablaremos más tarde.

La elección de este tema me parece acertado e interesante puesto que la historia


de las mentalidades no está tan estudiada como otras historiografías, la muerte es algo
esencial e íntegro en el ser humano y lo ha acompañado durante todas las etapas de la
historia, siendo ésta incluso tema de debate, ha evolucionado en las mentalidades de la
sociedad puesto que la historia no estudia solamente los hechos históricos sino también
el impacto que esto tuvo así como la percepción y evolución de los conceptos y vivencias
de cada sociedad.

La pregunta histórica se refiere a la continuación de esta concepción de la muerte,


puesto que el romanticismo se encuentra estrechamente relacionado con la presencia de
la muerte, por ello hay que presentar primero el Romanticismo y la concepción de la
muerte a lo largo de tantos siglos en el contexto Europeo, para ello recurriremos a Philippe
Ariès, uno de los historiadores esenciales para tratar este tema. Para hablar de la muerte
en España podemos consultar la literatura de la época, de la cual destaca Espronceda o
incluso escritos propios de tales décadas. Y es que ¿Acaso continúan algunos de estos
ritos o concepciones de la muerte desde el Romanticismo hasta la actualidad? ¿Qué
impacto tuvo esto en la mentalidad de los españoles? ¿Cuál es su evolución? ¿A qué viene
esta concepción pesimista? ¿Cuál era entonces su percepción de la vida? ¿Cambia algo
respecto a la percepción de la muerte durante este periodo? ¿Por qué es el último
movimiento que envuelve la muerte como familiar?

2. Objeto de estudio

Se trata de ofrecer una visión de la historia de las emociones (como sujeto: la


muerte) de la España del Romanticismo. Este tema es complejo y ha sido poco estudiado,
el problema de su estudio es que el contexto político y social cobra mayor importancia
que la percepción de los individuos de su alrededor, como la muerte; pero su investigación
es posible haciendo uso de este mismo contexto, especialmente de las fuentes primarias
(como obras literarias o artísticas) ya que nos muestra la percepción de los artistas sobre
la muerte y la decadencia de la época.

Se estudia también la percepción de la vida como consecuencia del estudio de la


muerte ya que están estrechamente relacionadas, una va tras la otra, especialmente en un
tema cuyo contexto decadente es esencial.

3. Historiografía

La contextualización es necesaria, no podemos estudiar la concepción de la muerte


sin contar con aportaciones básicas de los historiadores esenciales.

Primero que todo debemos leer a Philippe Ariès para entender la concepción de la
muerte que envuelve Europa y precedente al romanticismo, y es que en su obra “Historia
de la muerte en Occidente”, destaca la idea de la muerte domesticada desde época
medieval incluso, y es que es esencial tratar este concepto desde hace siglos antes pues la
mentalidad es heredada de la historia que se ha difundido a lo largo de la población, y no
solo la percepción que cada individuo genera por sí mismo, si no que se encuentra
subordinada a esta escala de vivencias y construcciones pasadas.

La idea de muerte domesticada se refiere a la aceptación de ésta al ir a la batalla o


incluso los mismos eclesiásticos se adelantaban a su fallecimiento mediante convicción o
señales; por otra parte el miedo a la muerte era constante también por otros sectores de la
población, pero según el historiador, comenta que se debe a la falta de aceptación de esta,
y es que a diferencia de los caballeros y eclesiásticos, la población llana no estaba
preparada para ello hasta sus últimos días, ya que la esperaban. La relación entre la muerte
y los europeos occidentales está estrechamente relacionada con el cristianismo, y es que
es obvio puesto que el cristianismo es reforzado durante la Edad Media con la
construcción de una sociedad basada en el orden celestial, y esto, a pesar de que cambie
con el paso del tiempo les seguirá a los europeos por el resto de los siglos. Otra
característica de la muerte en Occidente es la del juicio final, las buenas acciones contra
las malas de cada individuo son consideradas clave para la hora de la muerte.

Según Ariés, la familiaridad con la muerte es un sentimiento antiguo, duradero y


extendido, sin miedo ni desesperación, con la confianza puesta en la religión cristiana,
por ello se establece una ceremonia pública que se convertirá en costumbre, siendo así
hasta el Romanticismo, que tras ello, adoptaría la muerte un aspecto más lejano y
dramático, hasta convertirse en un tema prohibido y oculto.

4. Tema de investigación

Nos encontramos así en el Romanticismo, un movimiento que afectó a toda


Europa como consecuencia de una gran crisis tras la Ilustración, exaltando la emoción y
libertad del individuo. En España se fecha este movimiento desde el año 18081 al 1850
(durante el reinado de Isabel II), haciendo hincapié en la idea de la decadencia, es esencial
comprender el contexto en el que éstos viven para entender y explicar su concepción de
la muerte. El contexto fue duro para los españoles de la época debido a varias razones
como la ocupación militar francesa, la pérdida de las últimas colonias americanas y los
problemas políticos constantes así como la precariedad económica.

Este contexto, a pesar de estar resumido en ideas, explica la negatividad de la


sociedad española que tenía presente la muerte en todo momento, por las guerras,
hambrunas, e incluso era estimulado este sentimiento de desesperanza por parte de los
intelectuales mediante literatura, pintura y debates.

4.1. Espronceda, el máximo exponente del Romanticismo

La muerte estaba a la orden del día, así el Romanticismo español nos aporta
algunos personajes de gran importancia que tratan el tema como Espronceda, José
Zorrilla, Cadalso, Goya o Leonardo Alenza. El romanticismo español está estrechamente
relacionado con la decadencia de la nación, la historia de la nación como un sujeto del
cual discutir, la nación que se está muriendo y está enferma, así la concepción de la muerte
en el romanticismo vemos que no trata solamente los individuos sino conceptos, la

1
Moreno Alonso, M. (2006). Romanticismo e historia nacional. Romanticismo e historia nacional, 1000-
1012. El autor considera 1808 como inicio del Romanticismo español, como una nueva ideología de esta
sociedad que expresa la concepción del mundo de una generación que no creía en ningún valor absoluto.
presencia de la historia2 como método para construir el presente y el futuro sobre el
pasado.

Al tratar de comprender esta percepción de la muerte y decadencia de la sociedad,


Espronceda y su obra “El estudiante de Salamanca” (1840) es el mejor ejemplo posible
para observar tal idea.

Figura 1: Principio de la obra “El estudiante de Salamanca” de José Espronceda. En este texto se
nos presenta la ciudad de Salamanca en la que se desarrolla la historia.

Podemos observar cómo ya desde el inicio (fig. 1), la atmósfera siniestra envuelve
la ciudad, descrita como un lugar en el que conviven los muertos y los vivos,
presentándonos desde el primer momento una relación estrecha con la muerte.

En la figura 2 observamos cómo el personaje de Don Félix representa esta posición


frente a la muerte que se refiere al Carpe Diem, la cual era habitual durante el
Romanticismo, éste trata de vivir su vida llena de placeres y lujuria para más tarde
enfrentarse a su muerte de manera orgullosa ya que la ha aprovechado, sin darle

2
Moreno Alonso, M. (2006). Romanticismo e historia nacional. Romanticismo e historia nacional, 1000-
1012.
importancia alguna a su fallecimiento ni a su destino en el “Más Allá”. La percepción de
muerte como una etapa final de la vida es clave y es lo que el autor nos quiere transmitir
de este personaje.

Figura 2: Párrafos pertenecientes a la obra de Espronceda, “El estudiante de Salamanca”. En los cuales
habla de la vida y los placeres de ésta, nos presenta la idea de carpe diem.

Figura 3: Párrafos pertenecientes a la obra de Espronceda, “El estudiante de Salamanca”. Momento en el


que Don Félix, a pesar de su personalidad atrevida, se encuentra aceptando su muerte.

Respecto a la figura 3, el personaje Don Félix se encuentra directamente con la


muerte personificada como una mujer, a la cual no teme, pero la causa de que ésta se lo
lleve se debe al castigo de Dios pues no se arrepiente de sus pecados. La importancia de
la moralidad y justicia respecto a la muerte es crucial puesto que nos hace comprender
esta concepción como un terrible miedo al que los individuos se deben enfrentar si actúan
de manera inmoral. Podíamos volver al tema del juicio final, del cual trata esta última
parte del poema de Espronceda, en la cual los pecados del protagonista son castigados,
haciéndonos comprender la percepción de la muerte como un momento para el que los
individuos se tienen que preparar toda la vida mediante sus actos, temiendo a lo
desconocido, posiblemente el diablo e infierno, si se actúa de la misma manera que Don
Félix, castigado por sus diversos pecados.

Figura 4: Párrafo perteneciente a la obra de Espronceda, “El estudiante de Salamanca”, se trata


del último párrafo de la obra, en el cual la muerte es representada por una mujer y que asiste a la
ciudad con la intención de llevarse a uno de los personajes principales.

La crítica social en éste último párrafo (fig. 4) es notable, la perversión y los


placeres es lo que lleva al individuo al infierno, siendo éste el destino de todos aquellos
que imiten el comportamiento inmoral y frívolo del protagonista, se trata de una
advertencia, ya que la decadencia no era solamente de la nación, política o economía,
sino se incide en la decadencia social, por ello se advierte de las consecuencias que ello
podría tener, destacando especialmente la figura de la muerte pues es algo a lo que todos
los humanos se deben enfrentar.

Una última observación sobre ésta fuente es la representación de la muerte,


personificada en una mujer vestida de blanco que se difundirá por toda la cultura popular
hasta la actualidad. La muerte es femenina, irracional, caprichosa y sentimental, se
relaciona además con el amor y el erotismo, pero no debemos olvidar que el artista suele
ser hombre, y su visión, la llamada “mirada masculina”, es esencial para comprender esta
representación de la muerte. En el Romanticismo europeo se observa la obsesión por el
cuerpo femenino y la sumisión femenina, aceptado como un elemento natural que los
hombres deben dominar, y es que la muerte y lo relativo con el infierno siempre ha tenido
esta personificación femenina desde los inicios del cristianismo, comenzando por Lilith 3
o Eva, pues ambas se entregan al mal a través de los placeres carnales, siendo culpables
de ello. Así se difunde esta imagen de mujer y su relación con la muerte, siendo los
hombres arrastrados por ello como en la obra de Espronceda, pues Doña Elvira
personificada como la muerte se lleva al infierno al difunto Don Félix.

4.2. Goya y la realidad de las obras

Por otro lado tenemos al famoso pintor Francisco de Goya, el cual trata la muerte
desde un punto de vista macabro. Destaca su obra “Saturno devorando a su hijo”,
presentada como la pintura más horrible de todas, en la cual Saturno en forma de titán
devora a su hijo, a pesar del contenido gráficamente violento el tema de la obra envuelve
un significado sobre el paso del tiempo y así, la muerte.

Figura 5: “Saturno devorando a su hijo” de Goya (1823 ca.). Esta obra pertenece a las “Pinturas Negras”,
una colección romántica esencial del artista.

En el centro de la obra se encuentra el cuerpo del niño devorado, envuelto en su


propia sangre, es una representación del horror, del sentimiento violento, de pérdida y
barbaridad. Goya era consciente del contexto decadente que le rodeaba, así como su
propia vida vacía debido a la muerte de gran parte de su familia.

3
Conocida como la “madre de los demonios”, suele ser representada de manera erótica.
La pasión4 que conduce a la muerte, el dolor, los sentimientos nostálgicos y
melancólicos son esenciales para comprender la concepción de la muerte que el pintor
nos quiere transmitir, y es que estas “Pinturas Negras 5” presentan una visión sombría del
mundo, ya sea con el tema que tratan o con los colores escogidos, la concepción de la
vida envuelta en un velo de muerte y angustia, una vida sufrida por los acontecimientos
que los individuos han tenido que vivir por la guerra, el hambre y las dificultades sociales.

La muerte de la pasión, la muerte del disfrute de la vida son conceptos interesantes


que podemos observar, y que se desarrollan en la obra de Espronceda y Goya. La
presentación de la monstruosidad 6 como verdad, la existencia caótica en la pintura de
Goya transmite terror no por el hecho de que Saturno devore a su hijo sino, según
Argullol, la forma en la que lo hace, no representa el tipo de humanidad expresado sino
las formas deshumanizadas de estos individuos. La percepción negativa de Goya nos
presenta así una sólida realidad monstruosa, pues este pintaba sus obras como percibía la
realidad: bárbara, violenta, angustiosa y desesperanzada. El poder que el hombre ejerce
lo consume, especialmente si abusa de ello, y esto en el contexto de guerra y cambio es
destacable. Por ello se trata en la literatura la preocupación por la inmoralidad de los
individuos y sus consecuencias durante la vida y en la muerte (el buen Más Allá).

La representación de esta vida deshumanizada afecta indudablemente a la


percepción de lo que vendrá tras ella, la muerte. Una muerte esperada y familiar, como
comentaba anteriormente el historiador Ariès, pero también temida por causas religiosas
y el miedo a lo desconocido.

4.3. El suicidio: Leonardo Alenza y la Iglesia

Este autor nos presenta una variedad de obras de las que he escogido 2, que forman
parte de la misma serie: “Sátiras del suicidio romántico”. Y es que durante el
romanticismo, la muerte no solamente cobra sentido por su contexto si no que los autores
romantizan la idea de morir, especialmente por amor, que es de lo que tratan ambas
pinturas.

4
Argullol, R. (1993). Goya en su infierno. Revista Colombiana de Psicología, (2), 137-142.
5
Se refiere a la colección a la que pertenece la obra de Goya.
6
Argullol, R. (1993). Goya en su infierno. Revista Colombiana de Psicología, (2), 137-142.
Figura 6: “Sátira del suicidio romántico” de Leonardo Alenza (1839 ca.)

En ésta primera pintura (fig. 6) se aprecia un personaje principal, al borde de un


abismo tratando de suicidarse, y al fondo dos individuos que ya están muertos por la
misma razón. Al mismo tiempo, en la segunda pintura (fig. 7) los personajes se presentan
en un cementerio, ambos ancianos, rodeados por alegorías a la muerte. La imagen en
ambas obras complementarias son estrictamente románticas, pero el autor trata de hacer
alusión a los excesos románticos, la ironía de la muerte por el mismo amor, especialmente
en personas ancianas, se trataba de una crítica cómica.

Figura 7: “Sátira del suicidio romántico por amor” de Leonardo Alenza (1839 ca.).
Pero este autor no es el único que hace incisión en la muerte o suicidio por amor,
la literatura romántica relacionaba el suicidio con el amor, esto también lo podemos
observar en el anterior nombrado “El estudiante de Salamanca” pues Doña Elvira muere
por su amor no correspondido con Don Félix, ya que éste le abandona.

La percepción de las personas que percibían estos excesos románticos lo podemos


ver en estas obras (fig. 6 y fig. 7), en las cuales se plantea la ridiculización7 y
caricaturización de los elementos románticos, Alenza condena la inmoralidad del suicidio
romántico y critica su aceptación social como fenómeno causadas por la familiaridad de
su frecuencia, al igual que su caracterización como acto heroico y sublime; debido a la
concepción del suicidio en la cultura popular romántica se incrementaba el atractivo de
éste. El suicidio como una pandemia contagiosa, que ofrece libertad a los individuos del
sufrimiento que es el desamor, consiguiendo así mayor felicidad que la propia vida, en la
figura 7 podemos observar la percepción del autor de esta “felicidad eterna” que los
románticos idealizaban, rodeada de elementos bastante contrarios a lo que concebimos
como felicidad (elementos como sangre, pistola, cementerio, la mujer desfigurada).

La idea de vanitas también la encontramos presente en el Romanticismo español,


en la figura 6 podemos observarlo con la incorporación de una calavera en la pintura, y
es que este género artístico de “vanitas” resalta la muerte como fin de los placeres
mundanos, se comprende como la brevedad de la existencia de los individuos, la vanitas
también se puede representar mediante la deformación de la realidad, como podemos
observar en la figura 7, pues nos muestra a una mujer cuya cara se encuentra deformada.

Por otra parte, la visión de la Iglesia distaba bastante de los románticos, y es que
en el “Tratado Elemental de moral y religión”, escrito por Don Salvador Mestres, doctor
en letras, nos muestra la preocupación de los eclesiásticos por estos casos de suicidio por
toda España, por ello uno de los objetivos de esta obra es difundir una idea diferente sobre
la muerte, especialmente por suicidio, apelando a la inclinación natural hacia la propia
conservación, siendo esto una obligación pues Dios crea a los individuos con la finalidad
de experimentar la vida (fig. 9).

7
Castro, M. A. (2008). La sátira contra los excesos del Romanticismo: histrionismo, suicidio y fatalidad
en Bretón De Los Herreros, Mesonero Romanos y Leonardo Alenza. Hispania, 785-793.
Figura 9: “Tratado elemental de moral y religión” por Salvador Mestres (1850).

Figura 8: “Tratado elemental de moral y religión” por Salvador Mestres (1850).


Es para los eclesiásticos un pecado atentar contra la conservación de la vida como
podemos observar en la figura 8, pero también se debe añadir que consideran al suicida
como un “loco” (no está en su juicio cabal), de igual manera no importa pues esto es
voluntario. El autor culpabiliza a los religiosos de no estar presentes (fig. 8), el suicidio
es un crimen ya que el individuo sucumbe a la tentación de la muerte cuando no es su
momento, y es que “el hombre vive para Dios, la vida es de Dios”, de esta manera
luchaban los religiosos contra el fanatismo por esta epidemia del suicidio, y es que,
volviendo a Ariès, la presencia de la religiosidad de la época es clave para comprender
esta dinámica sobre la muerte.

Destacar la comparación con otras ciudades europeas (fig. 8) que bien estaban
pasando por lo mismo, sufriendo las consecuencias de este movimiento que incitaba a la
muerte voluntaria, lo cual demuestra la idea que retrata Alenza sobre la moda extranjera
que supone el suicidio.

Figura 10: “Tratado elemental de moral y religión” por Salvador Mestres (1850).

En la figura 10 podemos observar que, tal como difunden los románticos, que
hemos visto anteriormente en los cuadros de Alenza, el suicidio no es un acto de valor,
sino de cobardía, de miedo a enfrentarse al destino que Dios le tiene preparado. Es un
manual de cómo comportarse durante esta época debido a la decadencia social que se
vivía durante el Romanticismo.
El suicidio podría ser glorificado debido al control del destino del individuo que
en tiempos complicados, la muerte se encontraba presente y podía llegar en cualquier
momento, de este modo, los individuos podían controlar su destino mediante el suicidio.
La obra de Alenza8 trata así de criticar esta situación por ser una moda de origen
extranjero, y es que se considera el suicidio como un vicio, por ello trata de involucrar al
espectador y hacer reflexionar sobre estos hechos así como de las consecuencias morales.

5. Fuentes, metodología y forma

Mi elección de las fuentes primarias ha sido simple ya que al querer estudiar la


concepción de la muerte, un tema especialmente subjetivo, la mejor opción para ésta se
encuentra en la literatura y arte que se difundió durante el movimiento. Mi trabajo sobre
ellas se ha basado en el análisis estrictamente relacionado con la idea de la muerte, el
sufrimiento, las emociones o incluso la vida.

La elección del texto de Espronceda se debe a que es uno de los mayores


exponentes del Romanticismo en España, en un principio el texto a comentar iba a ser
“El diablo mundo”, pues trata también la presencia en el Infierno además de la muerte,
pero me decanté por “El estudiante de Salamanca” porque es más conocido, y además
para poder así tratar la personificación de la muerte como una mujer (permitiéndome una
perspectiva de género) y la figura de Don Félix como ejemplo de individuo inmoral, cuya
justicia reside en la muerte.

Sobre la pintura de Goya, al igual que con Espronceda, es un artista reconocido a


nivel nacional y mundial por sus pinturas románticas, me interesaba incluir una de sus
obras en este proyecto por su reconocimiento. De todas sus obras he elegido “Saturno
devorando a su hijo”, esto se debe a la lectura de Argullol, “Goya en su infierno”, en el
cual comenta que ésta es la que más horror provoca con diferencia del resto de obras, es
ésta la razón de su uso en mi proyecto. Además, mediante su uso podemos observar el
gravísimo contexto que influía a Goya a nivel personal, pero también que podía influir a
otros individuos.

Las penúltimas fuentes primarias son de Alenza, las cuales se encuentran


relacionadas, la elección de sus obras se debe a la lectura de Castro, “La sátira contra los
excesos del Romanticismo”, y es que durante el romanticismo los suicidios aumentaron,

8
Castro, M. A. (2008). La sátira contra los excesos del Romanticismo: histrionismo, suicidio y fatalidad
en Bretón De Los Herreros, Mesonero Romanos y Leonardo Alenza. Hispania, 785-793.
pero no es tan simple y es que había también intelectuales que se posicionaban en contra,
construyendo críticas para mostrar lo absurdo del suicidio y su concepción como
“felicidad” al librarse de su propia vida.

Respecto a la última fuente, “Tratado elemental de moral y religión: revisado por


la autoridad eclesiástica”, interesada por el tema de la atracción del suicidio durante el
Romanticismo, encontré esta fuente primaria, escrita por Salvador Mestres en 1850, un
presbítero, en la cual establecía el comportamiento ideal de un buen cristiano. A pesar de
la gran cantidad de información que ofrece, debía centrarme en el suicidio y la percepción
de los eclesiásticos del romanticismo español.

Algunas de las preguntas sobre las fuentes han sido: ¿cómo puedo relacionar este
cuadro/texto con lo que quiero comentar? ¿Qué se quería transmitir? ¿Supone una crítica
hacia la situación que se vive en España? El tratamiento de algunas fuentes han sido
complejas, especialmente las artísticas, pues la subjetividad del artista se encuentra
presente en toda la obra, desde el color utilizado hasta la propia percepción de la muerte
del autor, puede suponer un inconveniente, pero ¿no son todas las fuentes manipulables?
A pesar de esto, he decidido utilizar las fuentes iconográficas puesto que mi investigación
se centraba en la subjetividad, en la percepción de cada individuo o conjunto de personas
sobre la muerte.

Respecto a lo que caracteriza a mis fuentes, destacar la clara presencia de la muerte


en ellas, como ya he comentado, me encontraba en la búsqueda de fuentes que
demostraran el gran peso de esta decadencia y pesimismo que caracterizaba a la sociedad
romántica, así como los diferentes puntos de vista como por ejemplo, la de los religiosos.

Sobre la investigación, en un principio me interesaba la muerte en la Edad Media,


pero consideraba que era un tema bastante estudiado, por otra parte mi interés en el
romanticismo reside en que es el último movimiento que se encuentran tan familiarizado
con la muerte, y que tras esto, la muerte se convierte en un tabú, de ahí mi elección sobre
la época. Primero busqué fuentes secundarias, hice una lectura de la obra de Philippe
Ariès para poner en contexto esta concepción en Europa pues, como comenté en la
introducción, al ser un tema tan subjetivo es necesario comprender que no solamente
afecta la percepción española a la investigación si no que la muerte también tiene una
evolución histórica en las mentalidades europeas. He tratado de acercarme a las fuentes
primarias mediante la lectura de fuentes secundarias que explican las primeras, pues
informaban sobre los posibles debates de la sociedad y diversos puntos de vista.

6. Utilidad

El Romanticismo es el último movimiento que está atraído por este tema de la


muerte, incluso familiarizada con él y actualmente, especialmente con la gravedad de la
pandemia actual, se ha convertido en un tabú, por ello he considerado acertado investigar
su concepción durante este periodo en España.

Es útil para su comparación con otras épocas incluso con la actual, desde mi punto
de vista, sí considero que sea un tema socialmente relevante, especialmente con la
perspectiva actual sobre la misma muerte, y es que según el INE la tasa de defunción por
suicidio en España ha aumentado respecto a otros países y respecto a otros años
anteriores. Podríamos afirmar que este aumento se debe a la pandemia de COVID-19, la
negatividad presente en la sociedad en todos los ámbitos (económico, político, cultural,
social…), y de nuevo, podríamos hablar de la decadencia de la sociedad pues no se mira
más allá de la fatiga diaria y las problemáticas a nivel nacional.

Bien es obvio que en el Romanticismo español el contexto y la concepción de la


muerte era distinta que en la actualidad, pero por ello mismo se debe comparar, pues pese
a sus grandes diferencias, estas sociedades decadentes se aferran a la muerte como escape
como hemos podido observar en ambas épocas. Actualmente, la preocupación por la salud
mental es de gran interés, en la prensa y los debates que se emiten por televisión nos
presentan esta inquietud, publicando y publicitando guías de prevención al suicidio, así
como maneras de mejorar la salud mental de los jóvenes pues son los más propensos a
ello debido a la tensión, miedo e incertidumbre al futuro.

7. Conclusión

El romanticismo español es una etapa compleja de la historia de nuestro país, el


individualismo tomó forma macabra, la percepción de la muerte como un momento que
celebrar y el suicidio como una manera heroica de morir se encontraban presentes en la
vida diaria de la sociedad en decadencia. El culto a los muertos en el Romanticismo se
intensificó especialmente con la presencia de los nuevos cementerios y es que, de todas
las fuentes primarias, 2 de ellas nos presentan un cementerio (Espronceda y Alenza), éste
como lugar de culto a los muertos caracterizado por el recuerdo que se tenía de estas
personas que han sido queridas, de los sentimientos y emociones que les han provocado.

El Romanticismo era una época estrictamente influenciada por la religión


cristiana, la idea del “Más Allá”, la difusión de la idea de “nos veremos” tras esta etapa
que es la vida nos la presenta Vovelle 9, y es que la muerte como mito es lo que se difunde
en la cultura popular. Las actitudes colectivas frente a la muerte no son tan simples, bien
se puede afirmar esta afección hacia la muerte como heroísmo, propio de una parte de la
sociedad que se difunde mediante la literatura y poesía, pero también hay críticos de esta
idea, como Alenza, que coincide en gran parte con la religión. Se puede observar que
mediante estas fuentes primarias, que rebosan dolor y crítica hacia esta nueva concepción
de la muerte reflejan visiblemente el malestar de la sociedad, y la extrema preocupación
con sus asociaciones ideológica del movimiento.

Respecto a las preguntas surgidas en la introducción, no se podría hablar de una


continuidad de estos ritos y concepciones, sino de una ruptura desde el romanticismo
hasta la actualidad, a pesar de ello, como hemos comentado, se puede establecer una
conexión entre ambas épocas por el mismo sentimiento hacia la muerte y pérdida de un
ser querido, así como la difusión de prevención del suicidio por parte de las entidades
religiosas en España. No debemos olvidar que el nacionalismo está presente, tratando de
glorificar la muerte de esos héroes que perdieron la vida luchando protegiendo a la nación.

Para concluir, me gustaría apuntar que a lo largo de esta investigación he


comprendido que no se trata solamente de la concepción de la muerte en el Romanticismo,
sino de las concepciones de la vida y la muerte durante el movimiento, las críticas hacia
éste, la gran influencia de inspiración extranjera y la participación de diversos grupos
sociales así como la complejidad las sus consecuencias de su difusión a la cultura popular
y lo que ahora puede llegar a significar.

9
Vovelle, M. (2002). Historia de la Muerte. Cuadernos de Historia, (22), 17-29.
8. Bibliografía:
- Fuentes primarias

Alenza, L., (1839 ca.). “Sátira del suicidio romántico” [Óleo sobre lienzo]. Museo
Nacional del Romanticismo, Madrid.

Alenza, L., (1839 ca.). “Sátira del suicidio romántico por amor” [Óleo sobre lienzo].
Museo Nacional del Romanticismo, Madrid.

Espronceda, J., (1844). “Obras de D. José de Espronceda, Edición dedicada Al Bello


Sexo. Poesías”. Valparaíso: Imprenta del Mercurio. Edición digital, Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes.

Goya, F., (1823 ca.). “Saturn Devouring His Son” (Saturno devorando a su hijo). [Óleo
sobre revoco trasladado a lienzo]. Museo del Prado, Madrid.

Mestres, S., (1850). “Tratado elemental de moral y religión, revisado por la autoridad
eclesiástica”. Imprenta y librería politécnica de Tomás Gorchs, Barcelona. Edición
digital, Google Libros.

- Fuentes secundarias

Argullol, R. (1993). Goya en su infierno. Revista Colombiana de Psicología, (2), 137-


142.

Ariès, P., & Armiño, M. (1983). El hombre ante la muerte. Madrid: Taurus.

Castro, M. A. (2008). La sátira contra los excesos del Romanticismo: histrionismo,


suicidio y fatalidad en Bretón De Los Herreros, Mesonero Romanos y Leonardo Alenza.
Hispania, 785-793.

Flitter, D. (1995). Teoría y crítica del romanticismo español. Ediciones AKAL.

Moreno Alonso, M. (2006). Romanticismo e historia nacional. Romanticismo e historia


nacional, 1000-1012.

Vovelle, M. (2002). Historia de la Muerte. Cuadernos de Historia, (22), 17-29.

Valera, J. (1854). Del romanticismo en España y de Espronceda”. Obras completas.


Tomo II, 7-19.

También podría gustarte