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TURQUÍA: POTENCIA MEDIA EMERGENTE DEL SIGLO XXI.

Al momento de redactar este ensayo sobre la categorización o no de Turquía como


potencia, es relevante el hecho de que precisamente hoy, completada la retirada de las fuerzas
aliadas de Afganistán, Turquía se convierte en el actor principal en este escenario político y militar
derivado del peor fracaso de la más grande operación militar de la OTAN fuera de los límites de su
influencia. De un lado las tropas turcas protegen el aeropuerto de Kabul mientras el presidente
turco, Recep Tayyip Erdogan, promete al mundo garantizar la estabilidad de Afganistán y de toda
la región, aprovechando sus estrechos vínculos con Pakistán, aliado número uno de los talibanes.

A partir de la situación anterior, y con base en un análisis de la política exterior turca en los
últimos 20 años, en la aplicación práctica de los conceptos esbozados en el capítulo séptimo del
libro sobre relaciones exteriores del profesor Rafael Calduch, “Las superpotencias, las grandes
potencias y las potencias medias” y finalmente a partir de la información sobre Turquía contenida
en el “libro mundial de hechos de la CIA” se plantea la tesis en el sentido de que en las dos
primeras décadas transcurridas del siglo XXI, la política exterior turca ha incrementado la
importancia de Turquía tanto regional como globalmente, haciendo uso del diálogo, la mediación,
la interdependencia económica y el “soft power ”en lugar de su poder militar.

La argumentación en defensa de la tesis planteada se presenta inicialmente a través de las


razones sobre por qué Turquía no es una superpotencia; seguidamente porque tampoco es una
gran potencia y finalmente por que se le asigna la categoría de potencia media emergente.

Se concluye que efectivamente Turquía presenta los elementos de poder que permiten
categorizarla como una potencia media emergente que cada día aumenta más su importancia en
la política global.

¿Por qué Turquía no es una superpotencia?

De acuerdo con los planteamientos del profesor Calduch, Turquía no tiene las 5
características necesarias para ser una superpotencia. Como primera medida Turquía no tiene una
extensión territorial de dimensiones continentales que le permita garantizar una producción
segura de materias primas, recursos energéticos y alimentos para gozar de una autonomía
económica-estratégica respecto del resto de los países. Por ejemplo, su extensión de tan sólo
783,562 kilómetros cuadrados contrasta con los más de nueve millones de kilómetros cuadrados
de USA o los nueve millones y medio de Km2 de la China.

En segundo lugar, interpretando las ideas de Calduch, Turquía no tiene los recursos
demográficos que le permitan la mano de obra y la demanda interior requerida para una
producción estandarizada como la que exige la dinámica de una carrera armamentista nuclear.
Tampoco posee grandes y numerosos ejércitos que le permitan enfrentar a terceros estados en
conflictos militares convencionales. No obstante s importante resaltar que las fuerzas armadas
turca ocupan el noveno lugar entre las fuerzas armadas más numerosas y poderosas del mundo
encabezadas por USA, Rusia y China.

Como tercera medida, Turquía no cuenta con el Dominio o control de significativos


recursos económicos y tecnológicos que le permitan una superioridad importante en el terreno
técnico-económico para evitar que cualquier otro estado logre iguales o mayores niveles de
desarrollo que amenacen su hegemonía.

En cuarto lugar, Turquía aún no tiene la Cohesión y estabilidad político-ideológica interior


que la proteja de algún fraccionamiento político, ideológico o social que afecte la toma de
decisiones de sus órganos de Gobierno y dirección de la superpotencia. Para terminar, en un
quinto lugar, Turquía no presenta acumulación de un potencial nuclear que le permita disuadir
cualquier otro Estado del mundo, incluidas superpotencias como USA y China.

¿Por qué Turquía tampoco es Gran potencia?

En este punto es mayor la controversia entre quienes afirman que Turquía es una potencia
internacional o una gran potencia y entre quienes lo niegan. Al respecto, y en palabras de Toynbee
citado por Calduch, una gran potencia es “Potencia política cuya acción se ejerce en toda la
extensión del ámbito máximo de la sociedad en cuyo marco opera”; es claro aquí que Turquía no
concuerda con esta definición. Turquía podría acercarse más a la definición de potencia
internacional dada por Smouts, citado por Calduch, según la cual este tipo de potencia es un
“Estado más o menos poderoso capaz de controlar reglas del juego en uno o varios ámbitos-clave
de la competición internacional y según su agilidad para relacionar tales ámbitos para - alcanzar
con ello una ventaja”.
A partir de lo anterior, es claro que Turquía mejor en la definición de potencia
internacional que en la de gran potencia, no obstante, en el siguiente apartado se dan las razones
por las cuales se considera a Turquía como una “Potencia Media emergente”.

Turquía como potencia media regional.

De acuerdo con las definiciones de “Potencia media” y “Potencia media regional”


establecidas por Calduch, no cabe la menor duda de que en estas categorías se puede clasificar sin
ninguna duda a Turquía.

De un lado, el profesor Calduch define a las potencias medias como: “Estados que no
ejercen hegemonía planetaria, pero si tienen capacidad necesaria para defender sus intereses y
objetivos en un contexto (regional o sectorial) más extenso que el que cae dentro de su soberanía
estatal”. Esta definición la amplía más adelante al agregar que las potencias medias son “Potencias
con intereses particulares o limitados, presentan el común denominador del ejercicio de sus
funciones, en la política mundial, mediante una política exterior con objetivos y actuaciones
propias que imponen a terceros estados dentro de los límites establecidos por las super y las
grandes potencias”.

En cuanto a las “potencias medias regionales” Calduch las define como: Estados que
carecen de la capacidad y/o voluntad de ejercer su hegemonía a escala mundial, pero intervienen,
económica, política, ideológica y militarmente de modo eficaz en un área geopolíticamente más
restringida”.

La anterior definición de potencia media regional concuerda con la manera como en las
dos primeras décadas del siglo XXI Turquía ha venido emergiendo como una potencia regional
fundamentada en sus fuertes y crecientes capacidades demográficas, económicas y comerciales.
Su exitosa política de relaciones internacionales la ejerce no sólo con los ocho países con quienes
comparte fronteras sino que va más allá de su vecindario.
Desde 2014 viene promoviendo una política de no conflictos con sus países vecinos y
medidas de soft power o poder blando abriendo embajadas en África y Latinoamérica, además de
inversiones en los Balcanes, y zonas de libre comercio con países como Siria, Jordania y Líbano.

Su creciente influencia internacional le ha permitido participar en escenarios regionales


como oriente medio y el mediterráneo oriental, además de las diferencias político, económico y
militares con otros actores como la OTAN, Rusia, China, USA, etc.
En Oriente medio Turquía está presente en el conflicto palestino-israelí: respalda la causa
palestina, critica a USA por el cambio de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, al tiempo que
intermedia en la lucha entre los grupos palestinas de Fatah y Hamas. Se enfrentó a Israel por el
famoso caso de la flotilla humanitaria para la franja de Gaza. En ese mismo escenario ayuda a
Qatar en sus diferencias con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, como igual lo hace con
los Hermanos musulmanes y su conflicto con Egipto y con las milicias islámicas que enfrentan a Al
Asad en Siria.

Erdogan ha ido ganando control sobre las fuerzas armadas (tradicionalmente seculares) y
adoptó una actitud intervencionista con motivo de la "primavera árabe", cuando apoyó a los
Hermanos Musulmanes en Egipto y a milicias islamistas contra Bashar al Asad en Siria.

En el mediterráneo oriental, Turquía se enfrenta con Grecia por el problema de la


soberanía de Chipre, situación que tiene como trasfondo la pelea por el gas del Mediterráneo
Oriental, sobre el cual Turquía cree que tiene derechos. Esta problemática ha dividido a la OTAN y
a la UE.

Adicionalmente, Turquía está comprometida en conflictos con Siria y Turquía, con Libia, en
Armenia y Azerbaiyán y algunas coincidencias y diferencias con Rusia, USA y la OTAN.

En conclusión, con base en la lectura del texto de Calduch y las estadísticas del “Libro
mundial de hechos de la CIA” se puede afirmar que Turquía es una “potencia media regional” en
cuanto carece de los elementos de poder que le permitan mantener una hegemonía a nivel
mundial, pero es muy evidente que interviene, económica, política, ideológica y militarmente de
modo eficaz en áreas geopolíticamente definidas como el oriente medio y el mediterráneo
oriental.

BIBLIOGRAFIA.

Libro mundial de hechos de la CIA. (2021) Recuperado de: https://www.cia.gov/the-world-


factbook/countries/united-states/.

Calduch, R.- Relaciones Internacionales. - Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991.

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