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“El bien y el valor”

Jacques Maritain
A. Con base en la propuesta de Jacques Maritain en su artículo "El bien y el
valor" ¿Sí algo no es bueno, no es digno de ser amado?

Un primer aspecto que debemos considerar que el bien tiene que ver con el ser.
Por ello, Maritain (1951) afirma que “El bien es el ser en tanto que se ofrece al
amor, al querer. […] todo ser es metafísicamente bueno, es decir, apto para ser
amado, para ser objeto de un amor, en la medida misma en que es” (p.4). Es por
ello por lo que el bien es un valor metafísico y a su vez ontológico que es
evidentemente coextensivo con el ser. Y por lo tanto, efectivamente el concepto de
bien connota en sí mismo una esencia de amor. Y es que el bien no puede ser
estrictamente definido por el amor ya que no hay definición estricta de las
nociones de este. Pero Maritain (1951) afirma que puede ser definido en el sentido
amplio del término por el amor.

Bajo este concepto entenderemos que el bien desde la visión de Maritain,


connota amor y que por lo tanto cuando una cosa es digna, en términos
metafísicos ya que no siempre es digna moralmente, puede ser amada, y Maritain
(1951) afirma que lo puede ser en sí y por sí, ya que esa cosa buena es una
floración del ser, es decir buena en sí, e incluso perfectiva de sí misma. Puesto
que “es digna de ser amada por otra cosa, como perfectiva de otra cosa, porque
esta cosa buena hace que otra cosa florezca en el ser” (p.4).

B. ¿Cómo distinguir un bien moral de un bien ontológico?

Desde lo ontológico comprenderemos que es toda cosa buena, mas no toda cosa
es o puede ser vista como moralmente buena, el bien ontológico es considerado
como trascendental (Maritain,1951). Mientras que el bien moral no es
trascendental, y que este bien tiene como significado lo que es bueno dentro de
cierto orden especial, es decir: “el orden de la realización del ser humano,
teniendo en cuenta el uso de su libertad y la persecución de su destino propio”
(Maritain, 1951, p.6). Por ello comprenderemos que el bien, es ontológico dentro
de una línea u orden particular del hombre, la naturaleza e incluso de la existencia,
pero a pesar de esto el bien moral, al no ser trascendental sigue siendo metafísico
particularizado dentro de un ordenamiento ético. Ante esta idea Maritain (1951)
considera que el bien moral tiene dos implicaciones: la del valor y la de fin.

C. Si la voluntad siempre va dirigida al bien, y los hombres tenemos voluntad,


entonces ¿los hombres siempre actúan siguiendo el bien?

No, puesto que el la acción humana está inmersa en el mundo, esto como el
resultado de una libre determinación, es decir como algo que no depende
únicamente de ese todo que puede ser entendido como el mundo, sino que
también el acto humano parte de la iniciativa absoluta del ser humano (Maritain,
1951). El mismo Maritain (1951) se refiere a esto de la siguiente forma:
“irreductible a los factores en interacción en el mundo tomada por otro todo que
soy yo, mi propia persona, de tal suerte que yo soy responsable del acto en
cuestión” (p.8). El ser humano es autor de sus actos y a su vez es su causa,
puesto que, aunque este el valor puesto, es el ser humano el que es posible de
tomar la forma de sus acciones, en consecuencia, del conocimiento de las reglas o
la ley.

D. ¿A qué bien se falla cuando se roba para alimentar indigentes?

Maritain (1951) afirma que “toda cosa es ontológicamente buena, mas no toda
cosa es moralmente buena” (p.6). Bajo este orden, volver al concepto de bien
moral, puesto que este significa: “lo que es bueno en cierto orden especial”
(Maritain, 1951, p.6). En este rubro nos referimos que ese orden especial es el de
la realización del ser humano, es decir que este bien implica y toma en cuenta el
uso de su libertad y la persecución de su propio destino. Por lo tanto, el bien al
que se falla es al ontológico.

Referencias:

Maritain, J. (1951). El bien y el valor. Biblioteca Argentina de Filosofía.

https://www.jacquesmaritain.com/pdf/06_FM/03_FM_BienValor.pdf

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