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Actividad 2 E.H.P
Actividad 2 E.H.P
Estos son los principales beneficios de contar con un sistema de gestión de calidad:
Antes de aplicar un Sistema de Gestión de la Calidad, cada empresa debe tener en cuenta algunos
elementos esenciales. Veamos en qué consisten:
2) Fijación de objetivos:
Del diagnóstico de la situación se derivan los objetivos, que son metas concretas, reales y a las
que puede aspirar la compañía a corto, mediano o largo plazo. Si bien este tipo de procesos
aspiran al mejoramiento de la productividad, para ello es necesario definir objetivos parciales como
la clarificación de los tiempos de producción, la constitución de equipos de trabajo, la adecuación
de recursos, entre otros.
3) Estimación de plazos:
Los plazos cumplen un papel determinante en los procesos de gestión interna. Muchas empresas
caen en el error de dilatarlos al máximo a fin de conseguir mayor flexibilidad y adaptabilidad. Pero
esto casi nunca es así. Si bien es recomendable que tengan cierto margen de error, los tiempos
deben actuar como límites de los procesos.
Se trata, quizá, de uno de los aspectos más importantes en los procesos de gestión. No puede
haber calidad sin el conocimiento previo de los recursos con los que cuenta una empresa, tanto si
son humanos como técnicos. A partir de esto, las compañías deben tratar de optimizarlos,
mejorarlos y, si es preciso, intervenirlos.
En el cumplimiento de este apartado pueden ocurrir dos cosas: que la productividad de la empresa
está a la baja o que los índices con los que se mide dicha productividad sean erróneos. En
cualquiera de los dos escenarios, la idea es que se definan las estrategias para mejorar el empleo
de los recursos.
6) Implementar cambios o mejoras:
Este último elemento se refiere a la puesta en marcha de las estrategias del punto 5. Elaborado el
diagnóstico, definidos los plazos, identificados los recursos y valorados los indicadores de
medición, sólo resta implementar las mejoras necesarias para optimizar el nivel de productividad de
la empresa. Recordemos: productividad no es lo mismo que producción; es, simplemente, hacer
más con menos.
Por ello, antes de iniciar un proceso de implementación conviene repasar algunos de los elementos
esenciales en los que se sustenta un Sistema de Calidad:
Manual de calidad:
Auditoría:
Las auditorías son procesos documentados que determinan lo cerca o lejos que están las
empresas de alcanzar sus objetivos en materia de calidad. En las primeras etapas del proceso
suelen ser internas, es decir, desarrolladas por personal que forma parte de las empresas; en las
fases finales de un proceso de certificación, los auditores son los encargados de llevarlas a cabo.
Registros de calidad:
Los registros son herramientas que permiten un control de las acciones posteriores a la
implementación del Sistema de Gestión de Calidad. En la mayoría de los casos, se usan para
reseñar avances o fallos, lo que facilita la elaboración de diagnósticos y, a la vez, la adopción de
soluciones específicas.
Compromiso:
Suele definirse como la actitud que asume una organización ante los retos planteados para una
mejora continua de sus procesos. El compromiso se refleja tanto en aspectos conceptuales
(manual y política de calidad) como en las acciones que se llevan a cabo para la consecución de
objetivos. Suele medirse por niveles.
Expectativas:
Este elemento habla de la demanda que existe entre los clientes o destinatarios de un producto.
Conocer lo que éstos piensan es fundamental para el diseño de la estrategia de calidad y la
implementación de las mejoras.
Objetivos de calidad:
En este caso están al final de la lista, aunque lo más oportuno es que la encabecen. Los objetivos
son el punto de partida de cualquier proceso de Gestión de Calidad, lo cual supone que todos los
demás elementos se alineen en pro de su consecución. Más que metas o retos, se trata de los
grandes faros que guían un proceso de implementación.
El propietario, Dan Roberts, cuenta con 14 expertos artesanos y crean más de 800 guitarras
personalizadas cada año. Con el fin de garantizar la calidad continua de sus instrumentos, Roberts
ha creado un entorno que mejora con cada venta. Para que todo sea eficiente (según los principios
de la gestión de calidad total), el taller se divide en seis estaciones de trabajo en las que las
guitarras se montan parcialmente y luego se mueven a la siguiente estación.
Cada banco está dirigido por un artesano de alto nivel y ninguna guitarra deja la estación del
constructor hasta que esté 100% satisfecho con su calidad. La calidad de este producto es similar
a una línea de montaje tradicional; sin embargo, a diferencia de una fábrica tradicional, Roberts
está íntimamente involucrado en todas las fases de la construcción del instrumento.
AtlantiCare
AtlantiCare, con sede en Nueva Jersey, es una empresa de atención médica que ha demostrado el
mérito de la gestión de calidad total. Al contar con 5.000 empleados en 25 ubicaciones, AtlantiCare
es un negocio serio que ha tenido un cambio respetable durante casi dos décadas. Sin embargo,
para aumentar aún más ese margen, los gerentes querían implementar mejoras en todos los
ámbitos.
Debido a que la satisfacción del paciente es el aspecto más importante de la industria del cuidado
de la salud, la participación en una campaña renovada de gestión de calidad total resultó ser un
ajuste natural. La empresa optó por adoptar un ciclo de “planificar, hacer, verificar, actuar“,
revelando brechas en la comunicación del personal, lo que posteriormente significaba tiempos de
espera más prolongados y más quejas.
Para abordar esto, los gerentes exploraron un método lateral de comunicaciones internas. En lugar
de que la información fluya de arriba abajo, a todos los empleados de la empresa se les dio libertad
para proporcionar comentarios vitales en todos los niveles. De esta manera, los Recursos
Humanos intervinieron en la Gestión de Calidad.
AtlantiCare decidió garantizar que todos los nuevos empleados entendieran esta cultura de calidad
desde el comienzo. Como orientación, el personal recibe un curso acelerado sobre el marco de
excelencia de desempeño de la compañía, un sistema de gestión que organiza los procesos de la
empresa en cinco áreas clave: calidad, servicio al cliente, personas y lugar de trabajo, crecimiento
y desempeño financiero. A medida que los empleados ascienden en los rangos, se sigue este
énfasis en la mejora, de modo que los gerentes pueden operar dentro del estilo de gestión de
procesos ajustado y estricto de la compañía.