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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS.

FACULTAD DEL MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS AMBIENTALES.


INGENIERÍA FORESTAL
INDUSTRIAS FORESTALES I
JASLEY PINILLA
20181010078

LA ECONOMÍA COLOMBIANA Y LA INDUSTRIA FORESTAL.

Colombia, el país del sagrado corazón, la riqueza cultural y la vasta biodiversidad… Características
aparentes, por lo menos, en cuanto a las dos últimas se refiere para el desarrollo forestal sostenible
del país, sin embargo, la realidad actual es otra.
La economía de Colombia está y ha estado sustentada en la exportación de petróleo y sus derivados,
siendo el principal sector con una participación del 32,9% (DANE, 2020), así, la caída de los
precios del petróleo ha impactado profundamente la balanza de pagos y la financiación de las
finanzas públicas colombianas, además de ver en los últimos años una clara desaceleración de la
economía colombiana, asociada principalmente a la caída de los precios del petróleo (García, et al,
2015).
El potencial petrolífero del país se estima en más de 37.000 millones de barriles de petróleo
equivalente, distribuidos en 18 cuencas sedimentarias que abarcan un área de 103,64 millones de
hectáreas, ubicadas, principalmente en los valles Superior y Medio del Magdalena, Catatumbo, La
Guajira, cordillera Oriental, Putumayo y los Llanos Orientales (García et al, 2009), pero, ¿Acaso no
son estos mismos lugares, en su mayoría, centros de endemismo en Colombia o albergues de la
vasta biodiversidad de la cual nos regocijamos y presumimos a nivel mundial? Realmente, ¿Es
viable y sostenible sustentar la economía colombiana en un recurso no renovable?
Colombia, gracias a sus condiciones edafo-climáticas, agroecológicas y de ubicación, posee un alto
potencial para el desarrollo de un sector dinámico y competitivo de plantaciones forestales,
contando, según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA, 2014), citada por
PROFOR, (2017), con una superficie de más de 24,8 millones de hectáreas aptas para reforestación
comercial, sin embargo, lo que resulta preocupante es que, a pesar de esto, en el país solo existen
310 mil hectáreas forestales comerciales plantadas, además, existen más de 59 millones de
hectáreas de bosque natural. Por otra parte, no hay información suficiente que permita caracterizar
el potencial productivo de los bosques naturales y de las plantaciones existentes, sin mencionar que,
en lo que a la industria forestal respecta, solo se tiene información parcial del volumen de madera
procesado, su fuente de procedencia y el número de empleos generados por este sector (ONFA,
2018), lo cual explica que en los registros del DANE no tenga ninguna relevancia el sector, además
de resaltar que, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS, 2017), la
extracción de madera y los productos de silvicultura representan el 0,2% del PIB nacional.
Esto permite, indudablemente y nos conduce a un claro y mayor interrogante, ¿Qué está pasando,
entonces, con el alto potencial forestal de Colombia y por qué la industria forestal del país no está
situada como una de las más importantes e influyentes en la economía? ¿Por qué la economía se
sigue basando en el sector de los hidrocarburos cuando hay mayor potencial y sostenibilidad en el
sector forestal, dada la vocación y aptitud de nuestros suelos?
El 80% de los productos del sector forestal, según (Espinal et ál. 2005), citado por el MADS,
(2017), corresponden al valor agregado generado y del cual se desprenden actividades industriales
como la transformación de madera, la industria de muebles y la industria de pulpa, papel y cartón.
Los registros de aprovechamiento y salvoconducto de movilización otorgados por las corporaciones
autónomas regionales durante el período 2000-2008 reportan un volumen de madera proveniente de
bosques silvestres aprovechado de 14.233.861 m3 y 15.176.698 de m3 movilizados legalmente
(IDEAM, 2010). En Colombia se comercializan más de 470 especies de maderas. Solo para 1996 se
registró un aprovechamiento de 1.313.000 m 3 de madera provenientes de bosques naturales, 322.400
m3 de plantaciones y 91.000 m3 de importaciones. Sin embargo, en el país, el aprovechamiento
forestal en gran medida está sustentado en la extracción selectiva de especies nativas tales como el
cativo, la caoba, el cedro, el sajo, el cuángare, el mangle y los robles, que suplen la demanda de
madera aserrada y rolliza, pulpa para papel, chapas para tríplex, tableros aglomerados, taninos, leña
y carbón. (MMA y Asocars 2002, citado en MADS, 2011).

Cabe mencionar que, en su mayoría, las especies extraídas, anteriormente mencionadas, hacen parte
de bosques oligoespecíficos, los cuales son altamente productivos, sin embargo, la información
estadística es escasa, actualmente no sabemos cuántos cativales o sajales tenemos en el país con
certeza, y respecto a los manglares la información existente está desactualizada, entonces, ¿Cómo
potenciar un sector del cuál no tenemos información? ¿Cómo logramos que la industria forestal se
posicione en el país, si no contamos con los datos necesarios para proponer y gestionar proyectos
alrededor de ella?

La industria forestal del país, aunque con un potencial inimaginable, le falta desarrollo en términos
de información, investigación y economía. Colombia debe replantear la base de su economía y
pensar en gestionar a largo plazo, pues solo así, se puede creer y formar el sector.

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