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Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, conocido
como Simón Bolívar, El Libertador; fue un militar y político venezolano, fundador de las
repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia. Fue un hombre de acción que consiguió la
independencia de las colonias de la América española, al tiempo que dedicó su ideal de
unidad política de toda América del sur. Desde su Venezuela natal extendió la lucha
liberadora a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Fue precisamente en Perú donde Bolívar
solidificó su leyenda como líder de la América independiente.
Simón Bolívar nació de un hogar aristócrata por lo cual tuvo una excelente educación,
a pesar de la muerte de sus padres, cuando tenía 9 años. Uno de sus tutores
fue Simón Rodríguez, quien lo introdujo al movimiento filosófico de aquella época.
Ahora viudo, Bolívar retoma sus viajes al viejo continente, y se instala en París; comparte
con Alejandro de Humboldt y Amado Bonpland, y su antiguo maestro Simón Rodríguez,
que le llevará a Italia. Ya en Roma, en el Monte Sacro, Simón Bolívar jura dar libertad al
mundo hispanoamericano. En 1807 embarca en un navío, recorre Estados Unidos, y arriba a
Venezuela donde su espíritu libertario se entrega a la gesta independentista, participando —a
partir de los acontecimientos del 19 de abril de 1810— al mando de una serie de batallas por la
Independencia que le llevan a Cartagena de Indias, Bogotá, Cuzco, Guayaquil y el altiplano de
Bolivia.
En el territorio venezolano participa en el asalto a Carúpano, la liberación de los Esclavos, los
férreos enfrentamientos contra los Realista, la Campaña Admirable, el Paso de Los Andes, la
Batalla de La Puerta, el decreto de Guerra a Muerte, la Constitución de la República y su
Discurso de Angostura; comanda la decisiva Batalla de Carabobo; así como el aceptar el
título concedido por los pueblos como “El Libertador”.
La invasión de Napoleón a España marcó un punto crítico en la relación entre la corona y sus
colonias en América, dejando una percepción de vacío de poder. Bolívar viajó a Londres y
convenció a Francisco de Miranda, el precursor, para que gobernara la primera república. Pero,
interrumpida bruscamente por los intereses enfrentados de sus promotores, el nuevo gobierno falló
y los realistas recuperaron el poder. Bolívar se fue y se incorporó a voluntad en el ejército británico
para combatir contra Napoleón.
Cuando Bolívar llega a Trujillo y evidencia los horrores y crueldades que cometieron las tropas
realistas, proclama el 15 de junio de 1813 la Guerra a Muerte. Al mismo tiempo, los jefes realistas
semindependientes se multiplican e imitan depredaciones y crueldades. José Tomás Boves, uno
de los jefes, es derrotado por Bolívar el 28 de mayo de 1814 en Carabobo, pero vence a su
compatriota Campo Elías, y poco después vence a Bolívar en La Puerta. Tras fracasado el
segundo intento republicano, Bolívar se refugió de nuevo en Cartagena de Indias.
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese
momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo
una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el
país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste
realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.
Discurso de Angostura
El Libertador dejó un gran legado literario compuesto por cartas, discursos, proclamas,
entre ellas figura El Discurso de Angostura es la pieza oratoria más importante de
Simón Bolívar. Los historiadores cuentan que hace un análisis sociológico de los
venezolanos; se pronuncia contra la esclavitud y a favor de la democracia; mantiene
su preferencia por el centralismo frente al federalismo; propone un Senado hereditario
como base fundamental del poder legislativo; se inclina por un poder ejecutivo
enérgico al estilo británico; hace de la educación popular "el cuidado primogénito del
amor paternal del Congreso", acuñando la máxima: "Moral y luces son los polos de una
República: moral y luces son nuestras primeras necesidades"; y plantea un poder
moral para prevenir la corrupción administrativa, lo que no fue acogido por los
diputados de entonces sino como apéndice de la llamada Constitución de Angostura,
sancionada el 15 de agosto de 1819 y segunda del constitucionalismo venezolano.