Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LAD00779 Agua Terreno U3 S2
LAD00779 Agua Terreno U3 S2
LAD00779 Agua Terreno U3 S2
2.1 Introducción
Dado que el proceso de consolidación, para el caso de los suelos cohesivos donde es
especialmente importante, es un fenómeno diferido en el tiempo, debe analizarse desde el
punto de vista de la magnitud del asiento (cambio de volumen) como de la evolución o
desarrollo a lo largo del tiempo. En esta sesión, vamos a estudiar la teoría y los métodos de
análisis para determinar la magnitud del asiento de consolidación. Para ello, recurriremos
continuamente a las condiciones de consolidación unidimensional (vertical) edométrica y a los
resultados del ensayo edométrica, haciendo también un breve repaso a la teoría de la
Elasticidad para poder deducir y comprender bien las herramientas matemáticas necesarias
para analizar la magnitud del asiento de consolidación.
© Structuralia 26
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Si las deformaciones recuperables que se producen en el material tienen una relación lineal
con las tensiones que se generan debido a la aplicación de las cargas (si las tensiones
aumentan (o disminuyen) las deformaciones aumentan (o disminuyen) en la misma
proporción), se dice que el comportamiento es elástico lineal. Si las deformaciones no tienen
una relación lineal con las tensiones que se generan por la aplicación de las cargas, se dice
que el comportamiento es elástico no lineal. Independientemente de que la relación entre las
deformaciones y las tensiones sea lineal o no lineal, en el caso de la elasticidad siempre habrá
una relación biunívoca entre ellas.
Donde las tensiones 𝜎𝑥 , 𝜎𝑦 , 𝜎𝑧 son las tensiones normales (normal stress en inglés) mientras
que las tensiones 𝜏𝑥𝑦 , 𝜏𝑥𝑧 , 𝜏𝑦𝑧 son las tensiones de corte (shear stress en inglés). Tal y como
puede observarse, el tensor de tensiones es un tensor simétrico, cuya representación
esquemática es la que se presenta en la siguiente figura.
Los subíndices que acompañan a las tensiones indican los ejes considerados. Así pues, en el
caso de las tensiones normales, el subíndice en cuestión indica la dirección normal
(perpendicular) del plano sobre el que se aplica la tensión en cuestión.
27 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Por tanto, la tensión normal 𝜎𝑥 es la tensión que se aplica en el plano perpendicular al eje X. En
Geotecnia, las tensiones normales de compresión son positivas mientras que las tensiones
normales de tracción son negativas. En el caso de las tensiones de corte, el primer subíndice
indica la dirección normal (perpendicular) al plano sobre el que se aplica la tensión y el
segundo subíndice indica la dirección de la tensión en cuestión. Así pues, en el caso de la
tensión de corte 𝜏𝑥𝑦 , el primer subíndice nos indica que esta tensión se aplica sobre el plano
perpendicular al eje X y que la dirección de la tensión es la del eje Y.
𝜎𝑥 + 𝜎𝑦 + 𝜎𝑧 1 0 0 𝜎𝑚 0 0
𝜎𝑚 = → 𝜎𝑚 ∙ 𝐼 = 𝜎𝑚 ∙ (0 1 0) = ( 0 𝜎𝑚 0)
3 0 0 𝜎𝑚
0 0 1
𝜀𝑥 𝜀𝑥𝑦 𝜀𝑥𝑧
𝜀 = (𝜀𝑥𝑦 𝜀𝑦 𝜀𝑦𝑧 )
𝜀𝑥𝑧 𝜀𝑦𝑧 𝜀𝑧
© Structuralia 28
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Donde las deformaciones 𝜀𝑥 , 𝜀𝑦 , 𝜀𝑧 son las deformaciones normales (normal strains en inglés)
mientras que las deformaciones 𝜀𝑥𝑦 , 𝜀𝑥𝑧 , 𝜀𝑦𝑧 son las deformaciones de corte (shear strains en
inglés). Tal y como puede observarse, el tensor de deformaciones, como el tensor de
tensiones, es un tensor simétrico.
Los subíndices que acompañan a las deformaciones indican los ejes considerados. Así pues,
en el caso de las deformaciones normales, el subíndice en cuestión indica la dirección en la
que se produce la deformación en cuestión. Por tanto, la deformación normal 𝜀𝑥 es la
deformación en la dirección del eje X. En Geotecnia, las deformaciones normales de
compresión o acortamiento son positivas mientras que las deformaciones normales de tracción
o alargamiento son negativas. En el caso de las deformaciones de corte, el primer subíndice
indica la dirección normal (perpendicular) al plano sobre el que actúa la deformación y el
segundo subíndice indica la dirección de la deformación en cuestión. Así pues, en el caso de la
deformación de corte 𝜀𝑥𝑦 , el primer subíndice nos indica que esta deformación actúa sobre el
plano perpendicular al eje X y que la dirección de la deformación es la del eje Y.
29 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
∆𝑉 𝑉1 − 𝑉𝑜 𝑉𝑜 − 𝑉1 𝑑𝑥 ∙ 𝑑𝑦 ∙ 𝑑𝑧 − 𝑑𝑥 ∙ 𝑑𝑦 ∙ 𝑑𝑧 ∙ (1 − 𝜀𝑥 ) ∙ (1 − 𝜀𝑦 ) ∙ (1 − 𝜀𝑧 )
− =− = =
𝑉𝑜 𝑉𝑜 𝑉𝑜 𝑑𝑥 ∙ 𝑑𝑦 ∙ 𝑑𝑧
∆𝑉 ∆𝑉
− = 𝜀𝑥 + 𝜀𝑦 + 𝜀𝑧 = 𝜀𝑣 → 𝜀𝑣 = − → 𝑉1 = 𝑉𝑜 ∙ (1 − 𝜀𝑣 )
𝑉𝑜 𝑉𝑜
1
𝜀𝑥 = ∙ (𝜎𝑥 − 𝜈 ∙ (𝜎𝑦 + 𝜎𝑧 ))
𝐸
1
𝜀𝑦 = ∙ (𝜎𝑦 − 𝜈 ∙ (𝜎𝑥 + 𝜎𝑧 ))
𝐸
1
𝜀𝑧 = ∙ (𝜎𝑧 − 𝜈 ∙ (𝜎𝑦 + 𝜎𝑥 ))
𝐸
Por su parte, las relaciones entre las deformaciones y las tensiones de corte están definidas
por las Leyes Generalizadas de Hooke de la manera siguiente:
𝜏𝑥𝑦
𝛾𝑥𝑦 = 2 ∙ 𝜀𝑥𝑦 =
𝐺
𝜏𝑥𝑧
𝛾𝑥𝑧 = 2 ∙ 𝜀𝑥𝑧 =
𝐺
𝜏𝑦𝑧
𝛾𝑦𝑧 = 2 ∙ 𝜀𝑦𝑧 =
𝐺
© Structuralia 30
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
𝐸
𝐺=
(1
2 ∙ + 𝜈)
Si sumamos las tres ecuaciones generalizadas de Hooke que relacionan las deformaciones
normales con las tensiones normales, obtenemos el siguiente resultado:
1 1
𝜀𝑥 + 𝜀𝑦 + 𝜀𝑧 = ∙ ((𝜎𝑥 +∙ 𝜎𝑦 + 𝜎𝑧 ) − 2 ∙ 𝜈 ∙ (𝜎𝑥 +∙ 𝜎𝑦 + 𝜎𝑧 )) = ∙ (𝜎𝑥 +∙ 𝜎𝑦 + 𝜎𝑧 ) ∙ (1 − 2 ∙ 𝜈)
𝐸 𝐸
1 3 ∙ (1 − 2 ∙ 𝜈) 𝐸
𝜀𝑣 = ∙ (3 ∙ 𝜎𝑚 ) ∙ (1 − 2 ∙ 𝜈) = 𝜎𝑚 ∙ → 𝜎𝑚 = 𝜀𝑣 ∙
𝐸 𝐸 3 ∙ (1 − 2 ∙ 𝜈)
𝐸 ∆𝑉
𝐾= → 𝜎𝑚 = 𝜀𝑣 ∙ 𝐾 → 𝜎𝑚 = − ∙𝐾
3 ∙ (1 − 2 ∙ 𝜈) 𝑉𝑜
La expresión anterior demuestra claramente la relación existente entre el estado esférico de las
tensiones y el estado esférico de las deformaciones (𝜎𝑚 𝑦 𝜀𝑣 respectivamente), ambos
responsables del cambio de volumen del material.
31 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
En esta sección, se van a detallar los efectos que tienen sobre un suelo los procesos de carga,
descarga y recarga sobre el mismo. Las cargas y recargas que se aplican sobre un suelo
pueden ser de tipo natural (deposición de otros materiales, peso del agua, peso del hielo de
glaciares, etc.) o artificiales (construcciones civiles). Los procesos de descarga suelen estar
asociados con procesos de erosión de materiales superficiales y desaparición del hielo de los
glaciares, así como con procesos artificiales como las excavaciones.
Antes de pasar a describir cada uno de estos procesos (carga, descarga, recarga), es preciso
tener en cuenta que, por lo general, en la mayoría de casos prácticos, se considera que la
superficie del terreno es horizontal y muy extensa lateralmente, infinita a efectos prácticos. Por
lo tanto, cualquier sección vertical que atraviese el suelo es un plano de simetría. Como
resultado, las tensiones tangenciales en dichos planos verticales han de ser nulas (y, por
condiciones de equilibrio de los elementos diferenciales de volumen en cada punto de la masa
del suelo, también han de serlo en los planos horizontales). Por lo tanto, las direcciones vertical
(Eje Z) y horizontales (Ejes X e Y) serán las direcciones principales. Ello implica además que,
ante la deposición de nuevos sedimentos sobre el suelo en cuestión, también de gran
extensión, la deformación del suelo en cuestión será puramente vertical, respetándose pues las
condiciones de deformación lateral nula o unidimensionales, es decir, las condiciones
edométricas (puesto que es de entender que el espesor del suelo en cuestión será muy inferior
a su extensión lateral).
Consideremos pues un determinado suelo y en él un punto “A” a una cierta profundidad z1, tal y
como muestra la siguiente figura.
© Structuralia 32
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
7
Figura 9: Proceso de carga de un suelo
𝜎𝑣,𝐴,1 = 𝑧1 ∙ 𝛾𝑠𝑎𝑡 + ℎ𝑤 ∙ 𝛾𝑤
𝑢𝐴,1 = 𝑧1 ∙ 𝛾𝑤 + ℎ𝑤 ∙ 𝛾𝑤 = 𝛾𝑤 ∙ (ℎ𝑤 + 𝑧1 )
′
𝜎𝑣,𝐴,1 = 𝜎𝑣,𝐴,1 − 𝑢𝐴,1 = 𝑧1 ∙ (𝛾𝑠𝑎𝑡 − 𝛾𝑤 ) = 𝑧1 ∙ 𝛾 ′
En dicho instante “1”, podría obtenerse el índice de poros del elemento A (eA) y representarlo
en una gráfica junto con el valor de la tensión efectiva vertical en dicho instante, tal y como
muestra la figura que se presenta continuación. En la gráfica, se disponen los valores de la
tensión vertical efectiva en el eje horizontal (eje de abscisas) y el índice de poros en el eje
vertical (eje de ordenadas).
7
Luis I. González de Vallejo et al, Ingeniería Geológica, Pearson Prentice Hall, 2005.
33 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
8
Figura 10: Relación del índice de poros con la tensión vertical efectiva
El incremento de presión vertical efectiva en el punto “A” desde el instante “1” al instante “2”
será:
′ ′ ′
∆𝜎𝑣,𝐴,1−2 = 𝜎𝑣,𝐴,2 − 𝜎𝑣,𝐴,1 = (𝑧2 − 𝑧1 ) ∙ (𝛾𝑠𝑎𝑡 − 𝛾𝑤 ) = (𝑧2 − 𝑧1 ) ∙ 𝛾 ′
8
Luis I. González de Vallejo et al, Ingeniería Geológica, Pearson Prentice Hall, 2005.
© Structuralia 34
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Este incremento de presión vertical efectiva originará una compresión en el suelo, que, como
sabemos, implicará una disminución del volumen de sus huecos (al ser el agua y las partículas
del suelo incompresibles), y por lo tanto del índice de huecos. Así pues, el nuevo estado del
′
suelo en el instante “2” se representa en la Figura 10 por medio del punto (𝜎𝑣,𝐴,2 , 𝑒2 ).
Con respecto a esta consideración, la figura que se muestra a continuación presenta la rama
de compresión noval de un suelo, indicándose en ella el estado de dos puntos/elementos del
suelo “A” y “B” situados a distinta profundidad. Si se aplica sobre todo el suelo una incremento
de presión vertical efectiva ∆𝜎𝑣′ , se observa en la figura como cambia el estado de los puntos
“A” y “B”. Se aprecia como, para el mismo incremento de tensión vertical efectiva, la reducción
del índice de poros en elemento “B” es menor a la reducción del índice de poros del elemento
“A”, tal que ∆𝑒𝐴 > ∆𝑒𝐵 . Ello nos permite afirmar que el suelo es más rígido, es decir, menos
deformable y compresible, cuanto mayor es su nivel de tensiones inicial. Ello se debe a que, a
mayor tensión inicial, menor índice de poros, y por tanto, para un mismo incremento de carga,
menor es la reducción del índice de poros.
35 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
9
Figura 11: Aumento de la rigidez del suelo con la profundidad y el nivel tensional inicial
Teniendo en cuenta la Figura 10, consideremos que, una vez el elemento “A” del suelo ha
alcanzado el instante o estado “4” sobre el curva de compresión normal, se interrumpe el
proceso de deposición de materiales natural y comienza un proceso de eliminación de los
materiales suprayacente o erosión. Tal y como es lógico suponer, si un aumento de la carga
por deposición de nuevos materiales implica una compresión del suelo y un aumento de la
tensión efectiva vertical y una disminución del índice de poros (tras disiparse las
sobrepresiones de poro), la eliminación de un cierto espesor de suelo suprayacente implicará
una descarga que producirá un hinchamiento del suelo, es decir, una disminución de la presión
efectiva vertical y un aumento del índice de poros.
9
Luis I. González de Vallejo et al, Ingeniería Geológica, Pearson Prentice Hall, 2005.
© Structuralia 36
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Sin embargo, tal y como se observa en la Figura 10, cuando se produce el fenómeno de
descarga, está no tiene lugar por la curva o rama de compresión noval en sentido contrario al
fenómeno de carga, es decir, el estado tensional del suelo no “vuelve” por el mismo camino
(pero hacia atrás) que en el caso de la carga, sino que lo hace por una nueva rama, más
tendida que la anterior, a la que se denomina rama de descarga o rama de
descarga/recarga.
Este hecho nos permite afirmar que el suelo tiene una cierta “memoria” de su historial tensional
pasado, y que su estado no es el mismo si proviene de un proceso continuo de carga (rama de
compresión noval) o, por el contrario, si en algún momento de su historia el suelo ha
experimentado una tensión mayor a la que actualmente está soportando debido a un proceso
de descarga. Lo anterior puede comprenderse fácilmente observando la Figura 3. Vemos que,
′
para un estado tensional 𝜎𝑣,𝐴,3 , el índice de poros del suelo es 𝑒𝐴,3 si el suelo ha experimentado
un proceso continuo de carga. En cambio, si el suelo sufrió un proceso de carga hasta el punto
′ ′ ′
“4” (con tensión vertical efectiva 𝜎𝑣,𝐴,4 > 𝜎𝑣,𝐴,3 y posteriormente se descargó hasta 𝜎𝑣,𝐴,3 , vemos
que el índice de poros asociado a este estado de descarga es 𝑒′𝐴,3 > 𝑒𝐴,3 .Por tanto, podemos
afirmar que, a igualdad de tensiones efectivas verticales, el suelo muestra en descarga una
estructura más densa, resistente y menos deformable que bajo un fenómeno de carga.
Continuando con nuestro elemento de suelo “A”, la figura que se presenta a continuación
reproduce exactamente los estados tensionales ya estudiados en la Figura 10 pero añade unos
nuevos que pasamos a comentar seguidamente.
37 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
9
Figura 12: Proceso de recarga del suelo
Consideremos que el elemento “A” del suelo ha alcanzado el punto 2’ sobre la curva que
muestra la figura anterior como resultado de un proceso de descarga motivado por un
fenómeno erosivo. Consideramos a continuación que dicho proceso de descarga se interrumpe
y comienza de nuevo el proceso de carga mediante acumulación de sedimentos sobre el suelo.
Tal y como se aprecia en la figura anterior, al volver a cargarse, el suelo no recorre el mismo
camino que al descargarse (4-3’-2’), sino un nuevo camino bastante cercano (2’-3’’-4’’). Ello se
debe al fenómeno de la histérisis, por la que el material va acumulando energía de
deformación durante los procesos de descarga/recarga. Realmente, si la descarga sufrida por
el suelo no fue muy importante, ambos recorridos de descarga y recarga serán prácticamente
idénticos. En la mayoría de los casos prácticos y reales, se suele considerar, sin cometer
errores significativos, que ambos caminos son coincidentes.
A partir de la figura anterior, puede concluirse que, una vez que la recarga alcanza la máxima
′
tensión histórica de nuevo, que en este caso es 𝜎𝑣,𝐴,4 , los estados tensionales siguientes van
acercándose a la prolongación de la rama de compresión noval, terminando por situarse sobre
ella (estados tensionales “5” y “6”).
© Structuralia 38
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Este hecho indica que el proceso de recarga “borra” la “memoria” del suelo, que termina
finalmente “olvidando” que sufrió un ciclo de descarga y de recarga.
Sin ir más lejos, los estados tensionales “5” y “6” de la historia descrita serían los mismos si el
suelo solo hubiera experimentado un fenómeno de carga continua, pasando por los estados
“1”, “2”, “3”, “4”, “5” y “6”.
Esta tensión efectiva vertical es, además, la máxima tensión efectiva vertical soportada por el
elemento A hasta ese instante. Lo mismo puede decirse de los estados tensionales “2”, “3” y
“4”. Para todos ellos, el suelo no ha tenido tensiones efectivas verticales mayores a las que
soporta en el momento de la observación. Bajo estas condiciones, se dice que el suelo está
normalmente consolidado. Así pues, la rama de compresión noval representa la historia o los
estados del suelo normalmente consolidado.
Considerando de nuevo las Figuras 10 y 12 y los estados tensionales 2’ y 3’, vemos que la
tensión efectiva vertical soportada por el suelo en estos dos estados tensionales es inferior a la
máxima presión vertical efectiva soportada por el suelo a lo largo de su historial tensional
completo. Puede verse que la tensión efectiva vertical que tiene el suelo en el estado 3’ es
′
𝜎𝑣,𝐴,3 , que es inferior a la máxima tensión efectiva vertical que tuvo el suelo en el instante “4”,
′ ′
tal que 𝜎𝑣,𝐴,4 > 𝜎𝑣,𝐴,3 . Lo mismo puede decirse del estado 2’.
39 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
En base a las definiciones anteriores, puede concluirse que un suelo no se clasifica como
normalmente consolidado o sobreconsolidado en sentido absoluto, fijo e inamovible, sino que
la clasificación depende del momento de la observación y del análisis del suelo. Así
pues, si el suelo se encuentra en un estado tensional sobre su rama de compresión noval y
sometido a un proceso de carga, dicho suelo experimentará un comportamiento de suelo
normalmente consolidado. Por el contrario, si un suelo con un estado tensional sobre su rama
de compresión noval se descarga y posteriormente se recarga, dicho suelo experimentará un
comportamiento de suelo sobreconsolidado, y volverá a comportarse como normalmente
consolidado al llegar la recarga de nuevo a la rama de compresión noval. Por tanto, tal y como
muestra la figura que se presenta a continuación, el hecho de que el suelo sea normalmente
consolidado o sobreconsolidado depende del momento de observación y de análisis del suelo,
y de los procesos (carga, descarga, recarga) que vaya a experimentar, pudiéndose clasificar un
mismo suelo como normalmente consolidado o sobreconsolidado dependiendo del momento y
proceso que se esté observando y analizando.
© Structuralia 40
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
El grado o razón de sobreconsolidación, expresado mediante sus siglas OCR (del inglés over
consolidation ratio), es la relación entre la tensión efectiva vertical máxima del suelo a lo largo
de todo sus historial tensional, es decir, la presión de preconsolidación, y la tensión vertical
efectiva que tiene el suelo en el instante de observación. Se expresa mediante la siguiente
relación:
𝜎𝑝′
𝑂𝐶𝑅 = ′
𝜎𝑣,𝑎𝑐𝑡𝑢𝑎𝑙
41 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Considerando una vez más el elemento de suelo “A” y su historial tensional mostrado en las
Figuras 3 y 5, podemos calcular su grado de sobreconsolidación en diversos instantes como:
𝜎′ ′
Instante 1: 𝑂𝐶𝑅 = 𝜎𝑣,𝐴,1
′ = 1, 𝜎𝑝′ = 𝜎𝑣,𝐴,1
𝑣,𝐴,1
𝜎′ ′
Instante 3: 𝑂𝐶𝑅 = 𝜎𝑣,𝐴,3
′ = 1, 𝜎𝑝′ = 𝜎𝑣,𝐴,3
𝑣,𝐴,3
𝜎′ ′
Instante 3’: 𝑂𝐶𝑅 = 𝜎𝑣,𝐴,4
′ > 1, 𝜎𝑝′ = 𝜎𝑣,𝐴,4
𝑣,𝐴,3
𝜎′ ′
Instante 2’: 𝑂𝐶𝑅 = 𝜎𝑣,𝐴,4
′ > 1, 𝜎𝑝′ = 𝜎𝑣,𝐴,4
𝑣,𝐴,2
Observando la figura, vemos que si el suelo se encuentra normalmente consolidado (estado 2),
la reducción del índice de poros será 𝑒 𝑁𝐶 = 𝑒2 − 𝑒4 . Sin embargo, si el suelo está
sobreconsolidado (estado 2’), para el mismo cambio de tensiones efectivas verticales, la
reducción del índice de poroso será 𝑒 𝑆𝐶 = 𝑒2′ − 𝑒4 , que es sustancialmente menor que 𝑒 𝑁𝐶 =
𝑒2 − 𝑒4 . Esta observación nos permite afirmar que, a igualdad de condiciones (mismo estado
tensional inicial y misma variación de tensiones), la deformabilidad del suelo
sobreconsolidado es considerablemente menor que la del suelo normalmente
consolidado (es decir, el suelo sobreconsolidado es más rígido que el normalmente
consolidado), lo que denota la importancia que tiene determinar esta característica del suelo en
los casos prácticos reales.
© Structuralia 42
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Un aspecto importante que cabe destacar además es que, en el caso de que el suelo esté
inicialmente en un estado sobreconsolidado (estado 2’), las deformaciones debidas a un
aumento de la presión efectiva vertical son muy pequeñas hasta que se llega a la presión de
preconsolidación (en el caso de la figura, sería la presión correspondiente al instante 4). Una
vez se rebasa este valor de la presión efectiva vertical, las deformaciones crecen rápidamente.
9
Figura 14: Deformaciones suelo sobreconsolidado y normalmente consolidado
Otro aspecto interesante respecto a la figura anterior es que las deformaciones que se
producen en la rama descarga/recarga son recuperables, es decir, son elásticas. En otras
palabras, se puede hacer un ciclo completo desde los estados 2’-4-2’ y volver al mismo valor
del índice de poros (𝑒2′ ), lo que indica que no habrá deformaciones remanentes o irrecuperables
(de tipo plástico). Todas las deformaciones que se producen en la rama descarga/recarga son
elásticas, y por tanto recuperables. Por el contrario, en el momento en el que se recorre una
determinada trayectoria en la rama de compresión noval, (correspondiente a los estados
normalmente consolidados como ya sabemos), se originan deformaciones plásticas o
irrecuperables. Así pues, si se parte del estado 2 hasta el estado 4, y posteriormente se
descarga hasta el estado 2’, observamos que no se recupera toda la deformación, sino que al
descargar se obtiene un índice de huecos 𝑒2′ que es inferior a 𝑒2 , por lo que no se recupera
toda la deformación.
43 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
La curvas edométricas del suelo que se han analizado en las secciones anteriores pueden
reproducirse en el laboratorio mediante el ensayo edométrico (descrito en la sesión anterior)
aplicando sucesivos escalones de carga y ciclos de descarga/recarga a la muestra de suelo.
Para cada escalón de carga o ciclo de descarga/recarga, se miden los asientos (deformaciones
verticales) de la muestra (pastilla) de terreno, pudiéndose estimar el índice de poros resultante
por medio de la expresión:
𝐻𝑡,0 𝐻𝑡,0
𝑠=− ∙ ∆𝑒 = − ∙ (𝑒1 − 𝑒0 )
(1 + 𝑒0 ) (1 + 𝑒0 )
© Structuralia 44
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
9
Figura 15: Curva edométrica de laboratorio – Escala natural de tensiones (eje abscisas)
9
Figura 16: Curva edométrica de laboratorio – Escala logarítmica (base 10) de tensiones (eje abscisas)
45 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Por tanto, el cambio en el índice de huecos al pasar del estado “1” al estado “2” se puede
calcular como:
′
𝜎𝑣′
∆𝑒 = 𝑒 − 𝑒0 = 𝐶𝑐 ∙ (log10 𝜎𝑣′ − log10 𝜎𝑣,0 ) = 𝐶𝑐 ∙ log10 ( ′ )
𝜎𝑣,0
© Structuralia 46
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
′
log10 𝜎𝑣′
∆𝑒 = 𝑒 − 𝑒0 = 𝐶𝑐 ∙ (log10 𝜎𝑣′ − log10 𝜎𝑣,0 ) = 𝐶𝑐 ∙ ( ′ )
log10 𝜎𝑣,0
En las expresiones anteriores, hay que tener en cuenta que la pendiente de la rama de
compresión noval es negativa, por lo que Cc < 0.
Por tanto, el cambio en el índice de huecos al pasar del estado “2’” al estado “1’” se puede
calcular como:
′
′ ′
𝜎𝑣,1
∆𝑒1′ −2′ = 𝑒1′ − 𝑒2′ = 𝐶𝑠 ∙ (log10 𝜎𝑣,1 − log10 𝜎𝑣,2 ) = 𝐶𝑠 ∙ log10 ( ′ )
𝜎𝑣,2
′
𝜎𝑣′
∆𝑒 = 𝑒 − 𝑒0 = 𝐶𝑠 ∙ (log10 𝜎𝑣′ − log10 𝜎𝑣,0 ) = 𝐶𝑠 ∙ log10 ( ′ )
𝜎𝑣,0
Con respecto a las curvas edométricas obtenidas en el laboratorio por medio del ensayo
edométrico, es importante tener en cuenta que dichas curvas son curvas de laboratorio, es
decir, no representan la curva edométrica real del terreno.
47 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Ello se debe a que las muestras de suelo sobre las que se ensaya, por mucho cuidado que se
haya tenido en su extracción, transporte, almacenaje y preparación para el ensayo, siempre
presentan alteraciones (no existen muestras completamente inalteradas) que hacen que los
resultados de laboratorio no sean exactamente los del suelo in-situ. En concreto, las
alteraciones o perturbaciones que se producen causan los siguientes efectos.
Por tanto, a partir de la figura anterior, podemos concluir que Cc solo será un parámetro
intrínseco, propio y característico del suelo en cuestión cuando se trate del Cc,real, puesto que,
tal y como se observa, el Cc,laboratorio varía en función del grado de alteración de la muestra.
© Structuralia 48
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Por el contrario, los ensayos edométricos en el laboratorio han demostrado que el índice de
hinchamiento Cs no varía con el nivel de alteración de la muestra, es decir, Cs,laboratorio = Cs,real.
Así pues, para el índice de hinchamiento, los ensayos edométricos permiten determinar
directamente este parámetro intrínseco, propio y característico del suelo en cuestión.
La figura anterior muestra también una propiedad de las curvas edométricas de laboratorio y la
curva edométrica real del terreno y es que las ramas de compresión noval de dichas curvas se
cruzan en un punto correspondiente a aproximadamente 0,42e0, donde e0 es el índice de
poros inicial. Esta observación fue hecha por Schmertmann en 1953 y se conoce como la
corrección de Schmertmann, que emplearemos más adelante para definir la curva edométrica
real del terreno a partir de las curvas edométricas de laboratorio.
49 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
El método gráfico de Casagrande permite obtener la presión de preconsolidación del suelo por
medio de los siguientes pasos:
Por dicho punto “P”, se traza la tangente a la curva “T” y una recta horizontal “Q”.
Se haya la bisectriz del ángulo que forman las rectas “T” y “Q”, obteniéndose la recta
“R”.
Además del método de Casagrande, otros métodos empleados para la obtención de la presión
de preconsolidación son:
Método Log-Log
Método de Janbu.
Método de Butterfield.
Método de Tavenas.
El “old method”.
Método de Burmister
Método de Schmertmann.
En lo referente al método a utilizar, puede decirse que ningún método es explícitamente mejor
o peor que otro, excepto la determinación “a ojo” que es puramente orientativa). El método de
Casagrande es el más ampliamente utilizado, pero da valores ligeramente inferiores a los
demás métodos.
© Structuralia 50
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Las herramientas informáticas actuales permiten utilizar todos los métodos con relativa facilidad
y rapidez, tal vez lo mejor sea usar varios métodos y tomar la media o valor más adecuado a la
vista de todos los resultados que se obtengan.
Para la construcción de la curva edométrica real del suelo, distinguimos entre el procedimiento
para suelos normalmente consolidados y suelos sobreconsolidados.
El procedimiento para la construcción de la curva edométrica real del suelo en el caso de que
este esté normalmente consolidado se muestra en la siguiente figura.
Figura 20: Curva edométrica real del terreno – suelo normalmente consolidado
51 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Uniendo los puntos “A” y “B”, se obtendría la recta de compresión noval para el suelo,
obteniéndose Cc,real. Si en el ensayo se ha realizado una rama de descarga/recarga, la
pendiente de dicha rama sería directamente Cs,real. Si desde el punto “A” dicho suelo se
cargara, su estado tensional se trasladaría por la recta de compresión noval. Por el contrario, si
desde el punto “A” dicho suelo se descargara, se trasladaría por una rama de
descarga/recarga, indicada en trazos punteados sobre la figura.
Suelos sobreconsolidados
El procedimiento para la construcción de la curva edométrica real del suelo en el caso de que
este esté sobreconsolidado se muestra en la siguiente figura.
© Structuralia 52
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
El punto “B” es el correspondiente al 42% del índice de huecos inicial, según la corrección de
Schmertmann. En el caso de un suelo sobreconsolidado, es absolutamente necesario que el
ensayo edométrico incluya la realización de un ciclo de descarga/recarga y que se haya
determinado la presión de preconsolidación. La pendiente de la rama descarga/recarga será
directamente Cs,real.
Seguidamente, por el punto “A”, se traza una recta paralela a la rama de descarga/recarga
hasta que corte a la vertical cuya coordenada en el eje de abscisas se corresponde con el valor
de la presión de preconsolidación 𝜎𝑝′ . De esta forma, se determina el punto “C”. Uniendo los
puntos “C” y “B” se obtiene la rama de compresión noval real del suelo y el parámetro Cc,real.
Existen algunas correlaciones que pueden permitir estimar los valores de Cc,real y Cs,real.
Algunas de estas correlaciones son:
Terzaghi y Peck10:
Jiménez Salas11 :
10 nd
Karl Terzaghi and Ralph B. Peck, Soil Mechanics in Engineering Practice, 2 Edition, John Wiley &
Sons, 1967.
11
J.A Jiménez Salas y J.L de Justo Alpañes, Geotecnia y Cimientos I: Propiedades de los suelos y de las rocas,
Segunda Edición, Editorial Rueda, 1975.
53 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
𝜀𝑧 = 𝜀𝑣 ≠ 0 , 𝜀𝑥 = 𝜀𝑦 = 𝜀ℎ = 0
1
∆𝜀𝑥 = ∆𝜀𝑦 = ∆𝜀ℎ = ∙ (∆𝜎′ℎ − 𝜈′ ∙ (∆𝜎′ℎ + ∆𝜎′𝑣 ))
𝐸′
1 1
∆𝜀𝑧 = ∆𝜀𝑣 = ∙ (∆𝜎′𝑣 − 𝜈′ ∙ (∆𝜎′ℎ + ∆𝜎′ℎ )) = ∙ (∆𝜎′𝑣 − 𝜈′ ∙ 2 ∙ ∆𝜎′ℎ )
𝐸′ 𝐸′
1
∆𝜀ℎ = 0 = ∙ (∆𝜎′ℎ − 𝜈′ ∙ (∆𝜎′ℎ + ∆𝜎′𝑣 ))
𝐸′
𝜈′
∆𝜎′ℎ = ∙ ∆𝜎′𝑣
1 − 𝜈′
Lo que nos proporciona, tal y como habíamos visto anteriormente, el coeficiente de empuje al
reposo cuando se trata de un suelo de comportamiento elástico con deformación lateral
(horizontal) impedida:
∆𝜎′ℎ 𝜈′
𝑘0 = = ∙
∆𝜎′𝑣 1 − 𝜈′
1 1 𝜈′ 1
∆𝜀𝑣 = ∙ (∆𝜎 ′ 𝑣 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ ∆𝜎 ′ ℎ ) = ′ ∙ (∆𝜎 ′ 𝑣 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ ′
∙ ∆𝜎 ′ 𝑣 ) = ′ ∙ (∆𝜎 ′ 𝑣 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ 𝑘0 ∙ ∆𝜎 ′ 𝑣 )
𝐸′ 𝐸 1−𝜈 𝐸
Y operando obtenemos:
(1 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ 𝑘0 )
∆𝜀𝑣 = ∆𝜎 ′ 𝑣 ∙
𝐸′
′
(1 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ 𝑘0 ) ′
(1 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ 𝑘0 )
∆𝜀𝑣 = ∆𝜎 𝑣 ∙ = ∆𝜎 𝑣 ∙ 𝑚𝑣 → 𝑚𝑣 =
𝐸′ 𝐸′
© Structuralia 54
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
∆𝜀𝑣
𝑚𝑣 =
∆𝜎 ′ 𝑣
1 ∆𝜎 ′ 𝑣 𝐸′
𝐸𝑚 = = =
𝑚𝑣 ∆𝜀𝑣 (1 − 𝜈 ′ ∙ 2 ∙ 𝑘0 )
𝐻𝑡,0
𝑠=− ∙ ∆𝑒
(1 + 𝑒0 )
Y por tanto:
𝑠 ∆𝑒
= ∆𝜀𝑣 = −
𝐻𝑡,0 (1 + 𝑒0 )
∆𝑒
𝑚𝑣 ∙ ∆𝜎 ′ 𝑣 = −
(1 + 𝑒0 )
𝑑𝑒
𝑚𝑣 ∙ 𝑑𝜎 ′ 𝑣 = −
(1 + 𝑒0 )
Integrando:
𝑒
𝑚𝑣 ∙ 𝜎 ′ 𝑣 = − +𝐶
(1 + 𝑒0 )
Por lo que:
𝑒
𝑚𝑣 ∙ 𝜎 ′ 𝑣 + = +𝐶
(1 + 𝑒0 )
Analizando la anterior ecuación, vemos que nos indica que para cada nivel de tensiones
efectivas existe un nivel del índice de huecos, que es precisamente la curva edométrica del
terreno.
55 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Siendo ∆𝑝′ el incremento de carga total. Al estar considerando condiciones edométricas, ∆𝑝′ es
el mismo en todos los puntos del suelo. ∆𝜎 ′ 𝑣 es función del tiempo “t”, pues depende de la
permeabilidad, y también de “z” porque antes desaguará un punto cercano a la superficie que
en profundidad.
𝐻
𝑠(𝑡𝑓 ) = ∫ 𝑚𝑣 [∆𝑝′] ∙ 𝑑𝑧 → 𝑠 = 𝑚𝑣 ∙ ∆𝑝 ∙ 𝐻
𝑜
Esta expresión permite obtener la magnitud del asiento en función de la carga aplicada (que
sería el incremento de presión efectiva), el espesor del estrato y el coeficiente de
compresibilidad volumétrica. El coeficiente de compresibilidad volumétrica, así como su inverso
el módulo edométrico, serían constantes para un suelo elástico. Sin embargo, los suelos reales
no son elásticos, por lo que el coeficiente de compresibilidad volumétrica y el módulo
edométrico no son constantes, sino que varían con el nivel de tensiones o escalones de carga.
Ambos parámetros únicamente se pueden considerar constantes en un intervalo, nivel o
escalón de carga determinado.
© Structuralia 56
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Por tanto, puesto que dependen del escalón o intervalo de carga considerado, no son
parámetros intrínsecos del suelo, sino que son parámetros de estado del mismo (dependen del
estado del suelo, en este caso, su nivel de tensiones).
Podemos expresar todo lo anterior de forma gráfica considerando la curva edométrica del suelo
en escala natural (sin escala logarítmica) pero, en lugar de considerar el índice de poros en el
eje vertical (ordenadas), consideramos la deformación vertical, puesto que podemos pasar de
∆𝑒
una a otra por medio de la expresión ∆𝜀𝑣 = − (1+𝑒 ). En la figura que se presenta a continuación
0
9
Figura 22: Modulo edométrico y módulo de compresibilidad volumétrica
∆𝜎 ′ 𝑣
𝐸𝑚 =
∆𝜀𝑣
∆𝜀𝑣
𝑚𝑣 =
∆𝜎 ′ 𝑣
57 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
𝑑𝜎 ′ 𝑣
𝐸𝑚 =
𝑑𝜀𝑣
𝑑𝜀𝑣
𝑚𝑣 =
𝑑𝜎 ′ 𝑣
A partir de la figura anterior, podemos observar que el módulo edométrico coincide con la
inversa de la pendiente de la curva de compresión noval, de forma que al aumentar el nivel de
tensiones la pendiente disminuye y el módulo edométrico aumenta, mostrando así que el suelo
es cada vez más rígido a medida que aumenta la tensión efectiva vertical.
© Structuralia 58
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
av
9
Figura 23: Coeficiente de compresibilidad
∆𝑒
𝑎𝑣 = −
∆𝜎 ′ 𝑣
𝑑𝑒
𝑎𝑣 = −
𝑑𝜎 ′ 𝑣
59 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
∆𝑒 ∆𝑒 ∆𝜀𝑣 ∙ (1 + 𝑒0 )
𝑎𝑣 = − ′
→ ∆𝜀𝑣 = − → ∆𝑒 = −∆𝜀𝑣 ∙ (1 + 𝑒0 ) → 𝑎𝑣 = = 𝑚𝑣 ∙ (1 + 𝑒0 )
∆𝜎 𝑣 (1 + 𝑒0 ) ∆𝜎 ′ 𝑣
Por los desarrollos obtenidos en la sesión anterior, sabemos que podemos calcular el asiento
(deformación vertical) de nuestra columna de suelo por medio de la siguiente expresión:
𝐻𝑡,0 𝐻𝑡,0
𝑠= ∙ ∆𝑒 → 𝑠 = − ∙ ∆𝑒
(1 + 𝑒0 ) (1 + 𝑒0 )
Relacionando esta expresión con las ecuaciones anteriores obtenidas para las ramas de
compresión noval y de descarga/recarga de la curva edométrica del terreno, podemos calcular
los asientos en suelos debidos a un proceso de consolidación, distinguiendo entre
normalmente consolidados y sobreconsolidados, de las siguientes formas.
Para suelos normalmente consolidados (OCR = 1), el asiento por un proceso de consolidación
será:
′
𝐻𝑡,0 𝜎𝑣′ 𝐻𝑡,0 𝜎𝑣,0 + ∆𝜎𝑣′
𝑠= ∙ 𝐶𝑐 ∙ log10 ( ′ ) = ∙ 𝐶𝑐 ∙ log10 ( ′ )
(1 + 𝑒0 ) 𝜎𝑣,0 (1 + 𝑒0 ) 𝜎𝑣,0
Para suelos sobreconsolidados (OCR > 1) se debe distinguir entre dos casos.
En este caso, el suelo permanece en la rama de descarga/recarga, por lo que su asiento será:
′
𝐻𝑡,0 𝜎𝑣′ 𝐻𝑡,0 𝜎𝑣,0 + ∆𝜎𝑣′
𝑠= ∙ 𝐶𝑠 ∙ log10 ( ′ ) = ∙ 𝐶𝑠 ∙ log10 ( ′ )
(1 + 𝑒0 ) 𝜎𝑣,0 (1 + 𝑒0 ) 𝜎𝑣,0
© Structuralia 60
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
𝐻𝑡,0 𝜎𝑝′ ′
𝜎𝑣,0 + ∆𝜎𝑣′
𝑠= ∙ (𝐶𝑠 ∙ log10 ( ′ ) + 𝐶𝑐 ∙ log10 ( ))
(1 + 𝑒0 ) 𝜎𝑣,0 𝜎𝑝′
Todo lo anterior es válido si se supone que las tensiones efectivas verticales iniciales y el
índice de poros inicial son constantes en todo el elemento de suelo. Esta condición puede
aceptarse en la pastilla del edómetro y en suelos de un espesor no muy elevado (de unos 5
metros aproximadamente como máximo), en los que puede despreciarse, sin cometer un error
significativo, la variación de presiones efectivas que se produce en la vertical por el peso de los
materiales. En estos suelos de poco espesor se tomaría, como tensión efectiva vertical inicial e
índice de poros inicial constantes en todo el espesor, los valores correspondientes de una
muestra extraída en la mitad del estrato.
Sin embargo, en un suelo cuyo espesor (y por lo tanto la acción del peso) no pueden
despreciarse, admitir que la distribución de presiones efectivas verticales es constante puede
suponer un error no despreciable. En este caso, para poder emplear las expresiones obtenidas
anteriormente, suele emplearse el artificio de dividir la capa del suelo en subcapas en las que
se acepta un valor constante de la presión efectiva vertical inicial y el índice de poros inicial
(generalmente, el valor en el punto medio de la subcapa). En cada una de estas subcapas
deben conocerse los parámetros edométricos del terreno.
61 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
Por tanto, en cada subcapa “i”, debe determinarse el índice de poros inicial 𝑒0𝑖 , el índice de
compresión 𝐶𝑐𝑖 , el índice de hinchamiento 𝐶𝑠𝑖 , la presión de preconsolidación 𝜎′𝑖𝑝 , la presión
efectiva inicial 𝜎′𝑖0 y la presión efectiva final 𝜎′𝑖 . Así pues, el asiento de cada subcapa puede
determinarse como:
𝑖
𝐻𝑡,0 𝜎′𝑖
𝑠𝑖 = ∙ 𝐶𝑐 ∙ log10 ( )
(1 + 𝑒0𝑖 ) 𝜎′𝑖0
Suelo sobreconsolidado:
𝑖
𝐻𝑡,0 𝜎′𝑖
𝑠𝑖 = ∙ 𝐶𝑠𝑖 ∙ log10 ( )
(1 + 𝑒0𝑖 ) 𝜎′𝑖0
𝑖
𝐻𝑡,0 𝜎′𝑖𝑝 𝜎′𝑖
𝑠𝑖 = ∙ (𝐶𝑠𝑖 ∙ log10 ( 𝑖
) + 𝐶𝑐 ∙ log10 ( ))
(1 + 𝑒0𝑖 ) 𝜎′0 𝜎′𝑖𝑝
Para cualquiera de los casos, el asiento total del suelo se obtendría como sumatorio del asiento
de cada una de las subcapas, de forma que:
𝑛
𝑠 = ∑ 𝑠𝑖
𝑖=1
© Structuralia 62
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
cuestión, por lo que dicho aumento de la presión efectiva debería calcularse para cada
subcapa empleando alguna de las soluciones disponibles de la Teoría de la Elasticidad.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que Cc,real y Cs,real son parámetros intrínsecos del
terreno, es decir, no varían con la profundidad, por lo que si se trata de un estrato uniforme
(mismo material en todo su espesor), entonces:
𝐶𝑠𝑖 = 𝐶𝑠 = 𝑐𝑡𝑒
𝐶𝑐𝑖 = 𝐶𝑐 = 𝑐𝑡𝑒
Cuando se calcula la presión efectiva que tiene el suelo, en realidad se está calculando la
tensión efectiva que tendrá cuando haya finalizado el proceso de consolidación en el que está
inmerso el suelo. En estos casos la presión de preconsolidación que se obtiene con la curva
del ensayo es la tensión efectiva real y actual del suelo (que no se corresponde con la tensión
efectiva definitiva que tendrá cuando finalice el proceso de consolidación en el que está
inmerso. Todo lo anterior se puede ilustras gráficamente a partir de la figura que se muestra a
continuación
63 © Structuralia
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
12
Figura 24: Comportamiento de los suelos infraconsolidados
12
Francisco A. Izquierdo Silvestre, Leopoldo Jordá Guijarro y José Bernardo Serón Gáñez,
Consolidación de Suelos, Dpto. de Ingeniería del Terreno, Universidad Politécnica de Valencia (2008-
2009).
© Structuralia 64
El agua en el terreno. Efectos en suelos y rocas – Consolidación de suelos
2.8 Referencias
Sanjay Kumar Shukla, Core Principles of Soil Mechanics, ICE Publishing, ©Thomas
Telford Limited 2014.
Karl Terzaghi and Ralph B. Peck, Soil Mechanics in Engineering Practice, 2nd Edition,
John Wiley & Sons, 1967.
Verruijt (revised by S. Van Baars), Soil Mechanics, VSSD, 1st Edition, 2007.
Ian Smith, Smith’s Elements of Soil Mechanics, 9th Edition, Wiley Blackwell (John Wiley
& Sons), 2014.
J.A Jiménez Salas y J.L de Justo Alpañes, Geotecnia y Cimientos I: Propiedades de los
suelos y de las rocas, Segunda Edición, Editorial Rueda, 1975.
T. William Lambe y Robert V. Whitman, Soil Mechanics, John Wiley & Sons, 1969.
65 © Structuralia