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San José, siervo obediente

San José, siervo obediente


Que acogiste al hijo de Dios
Sin reproches, sin un adiós
A María, fuiste ferviente
Esposo y amigo constante.
Viva siempre tu recuerdo
Y loemos sin desacuerdo
tu firmeza de diamante
Siendo nadie semejante
A tus obras, tu recuerdo.

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