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Considerar el trabajo remoto tan serio como el presencial

Trabajo remoto

La primera recomendación nos invita a reflexionar, como empleados públicos,


sobre la importancia que tiene nuestra labor en relación con la satisfacción de
las necesidades de la comunidad, contribución que adquiere especial relevancia
en el contexto de la pandemia.

El mundo del trabajo ha sido profundamente afectado a causa de la pandemia


por la COVID-19 que, además de ser una amenaza para la salud humana,
genera perturbaciones a nivel económico y social, no solo en el presente sino
también a largo plazo, y afecta el bienestar de millones de personas. En este
momento tan particular, los funcionarios públicos enfrentan horas
decisivas: como trabajadores y trabajadoras estatales, nuestro objetivo
es contribuir al bienestar de  los ciudadanos y al interés público. La
continuidad del funcionamiento de las instituciones que conforman el Estado es
fundamental: Cada empleado público cumpliendo responsablemente su trabajo,
en los espacios en los que le toca transcurrir la cuarentena, es vital.

El empleo público no es solo una profesión o un medio de vida sino una


vocación que se profesa durante años o durante toda la vida laboral y que, en
muchos casos, no es visible para el resto de la sociedad. Hoy, nos toca trabajar
en el ámbito de nuestros hogares, conviviendo con nuestras familias y
ejerciendo, en el mismo tiempo y espacio otros roles asociados con ellas.

Ser competentes

En este marco, es preciso tomar conciencia acerca de las particularidades que


tiene la situación de trabajar en casa, de los efectos que puede tener sobre la
realización del trabajo, y sobre los usuarios y usuarias externos e internos.

Tenemos que repensar nuestra manera de trabajar, entendiendo que trabajar


desde la casa no nos exime de cumplir nuestras obligaciones, sino que, al
contrario, se impone el deber incipiente de adaptarnos a nuevas formas de
trabajo que exigirán de nosotros adquirir nuevas competencias.

Ser competente es:

-       saber qué hacer, cuándo y por qué;

-       interpretar y actuar;

-       proponer soluciones con los recursos disponibles.


Nuevas formas de comunicarnos

En el presente contexto de trabajo remoto en tiempos de pandemia, tenemos


que aprender a ser competentes de una nueva manera. Los saberes que
conforman el desempeño competente, en el marco del trabajo remoto, se
enriquecen, complejizan y fortalecen con los aportes de las tecnologías de la
información y la  comunicación (TIC).

Así, las comunicaciones con nuestros jefes, con compañeros o con usuarios
internos o externos se realizan gracias a dispositivos y aplicaciones básicamente
originadas en la web 2.0. Por lo tanto, es posible hacer puentes para recibir y
transmitir llamadas u organizar reuniones utilizando plataformas como Skype,
Zoom o empleando aplicaciones como el correo electrónico o el WhatsApp.
Podemos realizar estas actividades desde diferentes dispositivos como PC,
tabletas, teléfonos celulares.

Reflexión

En las últimas décadas, los recursos tecnológicos han mejorado


significativamente las prestaciones que brinda el Estado a la ciudadanía,
posibilitando canales no  presenciales, tanto para acceder a información, a la
prestación de servicios o al inicio y seguimiento de trámites. A partir de la crisis
derivada de la pandemia, estas innovaciones aportan para que podamos seguir
cumpliendo con nuestras obligaciones desde otros espacios físicos que no son
nuestros lugares habituales de trabajo.

Comencemos a mirarnos a nosotros mismos, en tanto trabajadores del Estado,


y a pensarnos como integrantes necesarios de un complejo y fundamental
sistema que, no solo en la actual coyuntura, posibilita que el Estado funcione y
pueda continuar ejerciendo su responsabilidad primordial: proteger el interés
público.

En este escenario donde el mundo y el país están cambiando


significativamente, tenemos que reflexionar sobre el trabajo remoto que hemos
empezado a realizar de la noche a la mañana (literalmente). Y esta reflexión
nos obliga a considerarlo en su importancia, características, posibilidades y
limitaciones; considerarlo en sus efectos sobre los usuarios internos y externos
y sobre nosotros mismos y sobre estos saberes que se reconfiguran por la
situación y por las herramientas que empezamos a utilizar de una manera y en
espacios novedosos.

Pensemos sobre estas cuestiones

Antes de pasar a la segunda recomendación, los invitamos a pensar las


respuestas a las siguientes preguntas. Las mismas son para una autoreflexión
personal, no se contemplan como actividad.

A partir de lo leído, reflexionen sobre cómo, desde su puesto de trabajo, 


contribuyen a la implementación de políticas para asistir a los ciudadanos y
garantizar el bienestar de la sociedad. 
Definir con claridad los objetivos esperados

Clarificar los objetivos

Antes de comenzar a trabajar, pensemos si tenemos en claro:

¿Qué debemos hacer?

¿Qué objetivos tenemos que cumplir?

¿Qué se espera de nosotros en el día a día? 

¿Tenemos ideas para aportar a esta nueva modalidad de trabajo?

Seguramente muchos de nosotros tenemos respuestas a estas preguntas, pero


¿qué pasaría si nos encontráramos en la situación de Alicia?

Compartimos un fragmento de la película Alicia en el país de las maravillas. 

El proceso administrativo

En las organizaciones públicas, el proceso administrativo es el conjunto de


funciones administrativas que buscan aprovechar al máximo cada uno de
los recursos de la organización de forma correcta, rápida y eficaz, para
satisfacer las necesidades de la comunidad. Se compone de cuatro etapas
elementales:
La planeación consiste en un proceso racional para alcanzar los objetivos del
modo más eficiente siguiendo determinados cursos de acción. Es importante
que notemos  que “metas” y “objetivos” no son sinónimos. Los objetivos definen
las fases que se deben cumplir para lograr las metas de las propuestas.

La organización se emplea para distribuir las responsabilidades entre los


miembros del equipo de trabajo, para establecer y reconocer las relaciones y
vínculos necesarios.

La ejecución a través de los miembros del equipo para que se lleven a cabo las
tareas establecidas con proactividad.

El control de las actividades para que se ajusten lo más correctamente posible


a lo planificado.
Etapa planeación

Como vimos, durante la primera etapa debemos considerar los objetivos. En


consecuencia, a continuación, diferenciaremos algunos conceptos que están
relacionados entre sí. 

Objetivo: Es una situación a la que se desea llegar en una organización y


requiere procesos, personas y recursos para alcanzarla. Los objetivos pueden
ser de distintos niveles: de toda la organización, de una dependencia, de un
puesto o de una persona específica. Pero siempre deben estar alineados y ser
congruentes con la visión y misión de la organización. Son meramente
cualitativos.

Meta: Es la operacionalización del objetivo. Si bien las metas se expresan en


términos cuantitativos,  no solo representan datos numéricos que queremos
alcanzar como organización, sino también pueden representar el desempeño
deseado y nos permiten ver qué tan lejos o cerca estamos del nivel deseado.

Indicador: Es la representación cuantitativa verificable por medio de la cual se


mide si se ha logrado o no un objetivo.

A continuación les presentamos algunos ejemplos:

OBJETIVO:

●     Mejorar el servicio de asignación de subsidios, disminuyendo el tiempo de


tramitación, a través de la informatización del registro de solicitudes.

METAS:        

●     Disminuir el tiempo de tramitación a cinco días.

●     Incorporar seis terminales en las delegaciones regionales.

INDICADORES:     

●     Tiempo de tramitación de la asignación de subsidios.

●     Cantidad de terminales incorporadas.


Etapa de organización

Ahora, de poco serviría una excelente planeación si no se dispone la


organización. La etapa de organización  implica dar respuesta a las siguientes
preguntas: ¿Quién lo va a hacer? ¿Con cuánta autoridad? ¿Bajo qué ambiente
físico?

Sin una adecuada organización del trabajo, pueden producirse los siguientes
problemas:

●     El trabajo no se hace o se hace por duplicado.

●     Los conflictos son inevitables.

●     La comunicación en el grupo y entre los grupos queda sujeta al azar.

●     Los integrantes del grupo ignoran sus obligaciones.

●     El espíritu del grupo se deteriora porque nadie se ve a sí mismo como


parte importante de un todo.

Etapa de ejecución

Luego, en la etapa de ejecución, en entornos de trabajo remoto,  es


fundamental que cada uno cuente con herramientas para organizar su trabajo
personal de manera de estar en condiciones de  gestionar con eficacia y
eficiencia actividades relacionadas entre sí. Por eso, volveremos sobre esto más
adelante.

Etapa de control

Finalmente, el control constituye la última etapa del proceso administrativo. Sin


embargo, en la práctica, la planeación y el control están relacionados a tal
punto que, en muchas ocasiones, difícilmente se puede delimitar si se está
planeando o controlando. A partir de desvíos identificados en la etapa de
control, se planean medidas correctivas.
Establecer una rutina diaria

Inicio

Para comenzar, queremos compartir una frase célebre del poeta, dramaturgo y
científico alemán Johann Wolfgang von Goethe:

“Lo que importa más nunca debe estar a merced de lo que


importa menos”.

A partir de esta frase, intentaremos dar respuesta, a lo largo de esta


recomendación, a las siguientes preguntas:

 ¿Qué es más importante a la hora de organizar nuestro trabajo?

 ¿La brújula o el reloj?

Organizar nuestro tiempo

Para intentar dar respuesta, después de haber definido  objetivos y metas,


trabajaremos en aspectos vinculados con la organización del trabajo personal,
en relación con la asignación de prioridades y la administración del tiempo.

Organizar nuestro tiempo

Organizar el tiempo es un factor fundamental para llevar nuestra actividad,


tanto laboral como personal, a buen puerto. Existen distintos métodos para
hacerlo. Aquí, analizaremos dos herramientas que nos pueden ayudar a tener
un mejor manejo del tiempo.

 
1.    Método Eisenhower (método de cuadrantes):

Una clave para administrar el tiempo es clasificar, estableciendo prioridades, las


actividades en tareas que son importantes y apoyan el logro de nuestros
objetivos, y aquellas que son urgentes y  dependen de la disposición del
tiempo para realizarlo, en síntesis consiste en separar todas las tareas y
trabajos pendientes en cuatro subtipos básicos.

1 - URGENTE E IMPORTANTE Son las tareas que hay que hacer inmediatamente, sin delegarlas
ni posponerlas. De no ser atendidas, terminarían por obstaculizar nuestra labor cotidiana.  Por
ejemplo: Redactar un informe cuya fecha de entrega está muy próxima.

2 - IMPORTANTE PERO NO URGENTE Estas son las tareas de las que tenemos que ocuparnos
nosotros mismos, que son fundamentales,  pero que no necesitamos ejecutar inmediatamente.
No tienen una fecha de realización a corto plazo.
Por ejemplo: Definir la previsión de insumos necesarios de una dirección para el próximo
semestre.    

3 - URGENTE PERO NO IMPORTANTE Las tareas que requieren atención inmediata, pero que
podemos o bien delegarlas en otros integrantes del equipo, o bien realizarlas luego de haber
finalizado las urgentes e importantes. Por ejemplo: Responder un mail  vinculado con un tema
que no es de mi competencia,  en el   que me copiaron por la dudas. 

4 - NI URGENTE NI IMPORTANTE Son las tareas que podemos posponer sin problemas o,
directamente, descartar si tenemos otras cosas que hacer. Por ejemplo: Modificar el diseño de
una tabla de Excell que, tal como está planteada, es eficaz.
2.    Diagrama de Gantt.

Además de organizar el trabajo diferenciando las tareas importantes y las


urgentes, es imprescindible la programación en el tiempo de dichas tareas. Una
herramienta muy útil para hacerlo en el Diagrama de Gantt.

Desarrollado por Henry Laurence Gantt a inicios del siglo XX, el diagrama se
puede organizar en una tabla: Una columna ordena las tareas o las actividades
y las filas distribuyen las secuencias de tiempo en que se deben realizar.

Este cronograma es muy útil a la hora de determinar tiempos y recursos disponibles para desarrollar
las actividades planeadas. Funciona como una especie de calendario y es lo más parecido a un plan
de acción que permite  determinar si efectivamente se están cumpliendo los tiempos planificados o
si se requiere la realización de ajustes.
Desperdiciadores del tiempo

A la hora de administrar el tiempo, es importante identificar los


llamados desperdiciadores del tiempo, es decir aquellos factores que nos
impiden desarrollar las tareas con fluidez.

Los desperdiciadores se pueden clasificar en:

INTERNOS: Son aquellos generados internamente o autogenerados por


nosotros mismos y constituyen obstáculos a la realización de nuestras
actividades; entre los más comunes se encuentran:
●     Falta de objetivos delimitados y claros, prioridades y plazos.
●     El escritorio desordenado y la desorganización personal.
●     La delegación ineficaz.
●     El involucrarse innecesariamente en asuntos de rutina.
●     Tratar de abarcar demasiado al mismo tiempo.
●     Hacer estimaciones de tiempo irreales.
●     Indecisión.
●     Dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
EXTERNOS: Son generados por el ambiente. Los más comunes son:
●     Celular.
●     Las reuniones no programadas.
●     La administración por crisis.
●     Interrupciones, tanto laborales como familiares.
●     Correo electrónico. 

Vean en la siguiente imagen las estrategias para eliminar estos


desperdiciadores del tiempo. 
Tener un espacio propio para trabajar

Contrato familiar y espacio de trabajo

El trabajo remoto nos plantea muchos desafíos. Al quedarnos en casa, tenemos


que compatibilizar nuestro trabajo con las actividades cotidianas y 
compromisos  de nuestra vida personal.  Es por ello,  que ー para alcanzar
niveles de rendimiento similares a los que lográbamos en nuestra oficina e,
incluso, superarlos ー es necesario reflexionar sobre algunas cuestiones.

Contrato familiar

Trabajar desde el hogar no es una tarea fácil. Para desempeñar las actividades
diarias, es importante establecer acuerdos con  la  familia   ー una especie de
contrato familiar ー respecto de los horarios, las  tareas de la casa y los
espacios de trabajo. Es importante, además, que todos los que conviven con
nosotros respeten lo convenido y comprendan que, aunque estemos en casa, 
estamos trabajando. Procuremos no sentirnos culpables, si no podemos
responder demandas familiares en el momento en que estamos trabajando.
Tenemos que aprender a decir que no. Lógicamente, atendiendo a la urgencia
de las necesidades,  podemos hacer concesiones. La familia debe ser un
importante incentivo que nos alienta a trabajar desde casa.

Espacio de trabajo

Trabajar en un espacio cómodo es fundamental. Tratemos de encontrar un


lugar que sea ameno, agradable, el que más nos guste, con buena luz, (en lo
posible con luz natural), que haga las veces de oficina.

Además, es importante ordenar el espacio de trabajo y tener los elementos


necesarios a mano, para poder utilizarlos en el momento en que los
necesitemos.

Si optimizamos nuestro entorno de trabajo,


aumentaremos nuestro rendimiento y productividad.

El método de las 5 S

Para optimizar nuestro entorno de trabajo, una herramienta útil es el


denominado Método de las 5 S. A mediados de los años 60, la empresa Toyota
creó una guía que buscaba generar lugares de trabajo más limpios, ordenados
y organizados, como una manera de contribuir al aumento de la productividad y
a la mejora continua.

El nombre de la herramienta proviene de las iniciales, en japonés, de las cinco 


etapas que la componen:

●        Seiri (整理): Clasificación

●        Seiton (整頓) Orden

●        Seiso (清掃) Limpieza

●        Seiketsu (清潔) Estandarización o normalización

●        Shitsuke (躾) Disciplina

Son cinco etapas muy fáciles de implementar, que deben realizarse en forma
consecutiva. Para aplicar la herramienta, se requiere de nosotros un
compromiso personal y duradero, y disciplina para que las condiciones perduren
en el tiempo.  

PRIMERA ETAPA: CLASIFICACIÓN

Para crear un espacio de trabajo seguro y ordenado, es fundamental distinguir


lo necesario de lo que no lo es. Respecto de lo innecesario (todo aquello que
ocupa espacio y no se utiliza en ninguna tarea) podemos eliminarlo o guardarlo
en algún lugar destinado de aquellas cosas que no queremos desechar, pero
tampoco utilizamos con frecuencia.

En el lugar de trabajo solo deben permanecer los elementos de uso diario.

SEGUNDA ETAPA: ORDEN 

En  esta etapa, ubicamos correctamente lo necesario: Un lugar para cada cosa
y cada cosa en su lugar. Así podemos aprovechar el espacio que tenemos
disponible. Ya hemos eliminado todo lo que no nos sirve; ahora debemos darle
una correcta ubicación a todo aquello que necesitamos para realizar nuestras
tareas. Esta fase permite ahorrar tiempo buscando lo que nos hace falta. Para
ello debemos considerar: 
● Lo que utilizamos con mayor frecuencia debe estar al alcance de la mano. 
● Cada cosa deberá tener un lugar único, en donde se encontrará y, una vez
utilizada, se volverá a guardar.

TERCERA ETAPA: LIMPIEZA


Si el lugar que elegimos para trabajar en nuestra casa no está lo
suficientemente limpio, nos desmotivaremos y se generará más desorden. En
este paso, debemos realizar una adecuada limpieza del lugar.
CUARTA ETAPA: ESTANDARIZACIÓN O NORMALIZACIÓN 

Una vez que ordenamos, tiramos o guardamos aquello que no necesitamos y


limpiamos en profundidad, corresponde mantener las condiciones de orden y
limpieza a partir de la realización sistemática de cada una de estas etapas. Es
necesario, entonces, estandarizarlas, es decir aplicar seiri, seiton y seiso en las
tareas de rutina.

QUINTA ETAPA: DISCIPLINA


En esta última etapa, la idea es mantener, a través del compromiso y la
disciplina, las condiciones del espacio laboral que creamos en casa. Confrontar
los objetivos propuestos al iniciar el método y los resultados obtenidos, es el
mejor indicador de su correcta aplicación. El éxito depende del cambio de
hábitos.

Mobiliario, material de trabajo y postura corporal

➢      Mejora la calidad de nuestro trabajo.

➢      Reduce gastos de tiempo y energía.

➢      Mejora la autoestima laboral, al trabajar en un lugar agradable, limpio y


ordenado.

➢      Reduce riesgos de accidentes. 

Por último, nos referiremos a algunos aspectos de ergonomía vinculados con el


mobiliario, el material de trabajo y la postura corporal.

Mobiliario: De nada sirve contar con un equipo ergonómicamente preparado si


después trabajamos sobre una mesa en la que no nos caben las piernas o nos
sentamos en sillas sin respaldo.

Silla: Debe ser estable, con respaldo. En lo posible,  graduable en altura para
que los pies toquen el suelo; en caso contrario se utilizará un reposapiés.

Postura: Los pies deben tocar el suelo, las piernas dobladas en ángulo recto y
la espalda debe tocar el respaldo.

Monitor:

●     Colores: Claros y mates que evitan los reflejos.

●     Imagen: Debe ser estable, sin brillos ni reflejos, para evitar la fatiga


visual.

●     Orientable a voluntad, para optimizar el ángulo de visión.


●     Regulable en cuanto a brillos y contraste. Se tiene que adaptar a las
condiciones del entorno. Optimiza la legibilidad.

●     Pantalla siempre limpia de polvo y huellas. Los campos electrostáticos


que producen los tubos de rayos catódicos atraen el polvo que afecta las vías
respiratorias y los ojos. Debe estar situada a una distancia entre 50 y 60 cm,
nunca a menos de 40 cm. y a una altura similar a la de los ojos o ligeramente
más baja. La zona de óptima visión se sitúa entre 5º y 35º. La ubicación ha de
ser perpendicular a las ventanas. Delante provoca deslumbramiento y de
espaldas provoca reflejos de la luz natural.

Teclado

●        Debe haber el espacio necesario delante para poder apoyar


cómodamente las manos. Reduce la fatiga en los brazos y la tensión en la
espalda.

●        Justo debajo del monitor. Evitar apoyarlo en superficies laterales; esto


obliga a girar la cabeza.

Para finalizar, destacamos el beneficio de descansar unos diez minutos por cada
hora de trabajo intentando mirar a través de una ventana o lo más lejos posible
para relajar la visión.

Mantener un esquema de comunicación

La comunicación

No caben dudas acerca de que la comunicación es un aspecto constitutivo de


los grupos de trabajo: para que existan es imprescindible que suceda; en
consecuencia, para realizar el trabajo remoto eficazmente es necesario
considerar la importancia de la comunicación asertiva y efectiva, y las
herramientas tecnológicas disponibles.

Antes de comenzar, reflexionemos sobre el concepto de comunicación efectiva.

Concepto de comunicación

Una comunicación es efectiva cuando cumple con los objetivos intencionales del
mensaje y logra el efecto deseado. 

A partir de esta definición, podemos inferir que lo relevante de las


comunicaciones son las consecuencias de las posibilidades de acción que se
pueden derivar de ellas. Pero, ¿cómo lograrla? Sin duda,  la habilidad para
comunicarse es esencial; por eso, en primer lugar, nos referiremos a los
principios de la comunicación efectiva.
La asertividad

Los principios enunciados hacen referencia a aspectos fundamentales de la


comunicación y ahora, antes de terminar, queremos hacer hincapié en otro
aspecto muy importante: la actitud a la hora de comunicarnos. Por eso, ahora
nos referiremos a la asertividad.

La asertividad es una habilidad para comunicar o expresar nuestros


sentimientos e ideas (sean positivos o negativos) de una manera franca,
directa, clara y sencilla, reconociendo nuestros derechos, al mismo tiempo que
respetamos los de los demás.
Antes de trabajar las herramientas, los invitamos a ver el siguiente video que
ejemplifica cómo las actitudes influyen en los resultados.

Herramientas tecnológicas

Integrando todo lo visto, podemos decir que comunicar efectivamente implica:

➔    Ser asertivo: Expresar con claridad un mensaje a través de palabras y


gestos, adoptando una actitud empática hacia el interlocutor, en un ambiente
positivo y evitando los conflictos.

➔    Comunicar con un lenguaje preciso y veraz.

➔    Implantar una comunicación periódica y sostenida, es decir que no se


interrumpa por ningún motivo.

➔    Incentivar la comunicación en sentido vertical y horizontal, orientada al


diálogo siempre que sea posible.

➔    Comunicar los acontecimientos más importantes lo más rápido posible,


utilizando para ello las vías habilitadas.

➔    Asegurar que todos los integrantes de la organización tengan la posibilidad


de comunicar  periódicamente su situación laboral y sus actuaciones. 

Ahora bien, como necesitamos comunicarnos para llevar adelante nuestro


trabajo y, asegurar su continuidad en entornos remotos, es preciso que
consideremos canales y herramientas de comunicación que tomen el lugar
vacante del encuentro, de la conversación productiva y del trabajo conjunto
presenciales. Por eso, a continuación presentaremos algunas herramientas
tecnológicas que facilitan la comunicación no presencial.
VENTAJA CORREO ELECTRÓNICO: Una de sus grandes ventajas es que nos
brinda la posibilidad de enviar a un gran número de destinatarios, con rapidez, la
misma información en un solo mensaje, y se convierte en una especie de
registro en el cual es posible conservar las comunicaciones importantes, para
consultarlas oportunamente y garantizar el cumplimiento de los compromisos
adquiridos.

DESVENTAJA CORREO ELECTRÓNICO: El uso del correo electrónico alberga


un solo inconveniente que ocurre cuando se adopta la costumbre de copiar a
todos por las dudas, ya que genera largas cadenas de correos que no solo no
son relevantes para todos los involucrados y suman destinatarios innecesarios,
sino también que atentan contra la eficacia de la comunicación.

SUGERENCIAS PARA EL CORRECTO USO DEL CORREO ELECTRÓNICO

 Usemos la cuenta de correo institucional. Si por algún motivo no disponemos de una,


es importante crear una cuenta exclusiva para el trabajo.
 Administremos claramente los destinatarios. 
 Controlemos que el asunto del correo exprese en forma clara y correcta su contenido.
De esta forma, nuestros destinatarios le darán la prioridad adecuada.
 Realicemos una mirada rápida a los asuntos de los correos, para asignarles prioridades
de lectura y marcar como no leídos los que dejamos pendientes.
 Clasifiquemos los correos: La bandeja de entrada debería contener solo los mensajes
nuevos o los que resolvemos dejar pendientes. Es importante definir cómo clasificar los correos
en diferentes carpetas, con un criterio razonable que puede incluir pautas de prioridad.
 Revisemos periódicamente el correo no deseado, para no perder de vista algunos
correos importantes que hayan sido destinados a esta carpeta. 
 Corrijamos: 
 Verifiquemos, antes de enviar un correo, que los archivos que deseamos remitir se
hayan cargado correctamente.
 Corrijamos los aspectos gramaticales de los textos. Las herramientas de corrección
pueden ayudarnos.
 Escribamos textos claros, sencillos y con una extensión acorde al mensaje que
deseamos comunicar.
 Comprobemos, por último, cada vez que reenviemos un correo, que la información que
contenga sea relevante para los destinatarios y si es oportuno borrar información o agregar
alguna otra.
Capacitación

Ya reflexionamos acerca de la importancia de las tareas que cada uno de


nosotros realiza, en tanto trabajadores y trabajadoras del Estado, y acerca de
que, sobre la base nuestro trabajo, el Estado funciona para ofrecer soluciones a
las demandas que formula el conjunto de la sociedad, muy especialmente, en
este contexto absolutamente novedoso y repentino,  en el que el trabajo
remoto se inscribe.

Dadas las características particulares de este contexto, es imperativo que la


Administración pública nacional asegure la prestación de los eventuales
servicios que las actuales circunstancias demanden. 

Esto implica la apertura de un proceso de mejora constante de las capacidades


estatales, que involucra la gestación de políticas públicas acordes, su gestión
eficiente y la capacitación de sus trabajadores y trabajadoras.

Como parte  integrante de este proceso, es muy importante que nos


mantengamos actualizados acerca de la oferta INAP, y de la oferta de
capacitación que brindan las jurisdicciones. Para conocer la oferta académica,
les dejamos el link del portal de Capacitación para que encuentren las próximas
capacitaciones que brindaremos. 

Proponer ideas, proyectos o sugerencias

Kaizen

Esta recomendación nos remite al Kaizen o mejora continua y a la innovación.


Por eso, en primer lugar, presentaremos estos dos conceptos.

Kaizen no es un programa o un proyecto concreto dentro de una organización.


Es una filosofía de trabajo, que debemos tomar en cuenta en la realización de
las tareas diarias.

El significado literal de Kaizen en japonés es cambio para mejorar y la frase que


lo  define es “siempre hay un método mejor”.

Consiste en realizar pequeños cambios continuos o pequeñas mejoras que nos


acercan hacia la calidad del servicio. Estas mejoras no necesariamente deben
consistir en soluciones técnicamente complicadas, o la aplicación de
importantes tecnologías, sino que están enfocadas en los procesos que realizan
las personas.

Uno de los secretos del éxito del Kaizen es el de implementar pequeñas


mejoras, graduales en el tiempo, de manera incremental y sostenida. Los
grandes cambios son, en realidad, la suma de pequeños cambios en un período
de tiempo. Estos pequeños cambios pueden ser imperceptibles en sí mismos,
pero al aplicarse sistemáticamente, el resultado final es apreciable y medible.

Por otra parte, el concepto de innovación occidental como tal, implica cambios
más drásticos y abruptos. Es decir, que debemos obtener resultados en el corto
plazo y estos deben ser visibles. La innovación da como resultado grandes
cambios en el despertar de los adelantos tecnológicos, en la introducción de
conceptos administrativos o en técnicas de producción.  La producción de un
artículo nuevo, el desarrollo de una tecnología novedosa o la prestación de un
servicio inédito son ejemplos de innovación.

INNOVACIÓN MÁS KAIZEN

La innovación está orientada a la tecnología; la mejora continua está orientada


a las personas; en consecuencia, la propuesta es aplicar, a partir de la
innovación, el mejoramiento continuo hasta tanto aparezca otra innovación. 
Principios de la mejora continua

1. No aceptar las ideas preconcebidas. No hay que aceptar algo simplemente


porque ahora es así.

2. Evaluar cómo desarrollar determinada actividad, en vez de detallar cómo no


hacerlo.

3. Nunca retrasar una actividad relacionada con una propuesta de mejora. Es lo


prioritario.

4. No es absolutamente necesario hacerlo perfecto. Tiene que funcionar. Poco a


poco se irá mejorando; la mejora desde la utilización es más fácil.

5. No posponer la corrección de errores. 

6. Encontrar las ideas en la dificultad. 

7. Buscar la verdadera causa de los problemas o de los fallos. 

8. Validar después de testear. No dar por sentado nada. 

9. La mejora es constante y no tiene fin.

Como ya vimos, la mejora continua es un proceso que involucra a todos los


miembros de la organización; en consecuencia, en esta parte, presentaremos
las fases para aplicarla.

Como ya vimos, la mejora continua es un proceso que involucra a todos los


miembros de la organización; en consecuencia, en esta parte, presentaremos
las fases para aplicarla.
SELECCIONAR: Después de identificar los requerimientos clave de los usuarios,
elegir el proceso a mejorar.

ANALIZAR: Documentar el proceso tal cual está.

MEDIR: Medir el proceso actual. Identificar los indicadores clave, para poder
compararlos posteriormente.

MEJORAR: Analizar las alternativas y diseñar un nuevo método. Llevar a cabo


las mejoras sobre la base de un ensayo.

EVALUAR: Determinar el impacto de la mejora.


Bienestar psicosocial

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define, en su constitución, la salud


como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente
como la ausencia de afecciones o enfermedades.

Por eso, además de las recomendaciones de la ONEP, referidas al bienestar


personal, compartimos lo sugerido por la Dirección de Salud Mental del
Ministerio de Salud de la Nación. 

RECOMENDACIONES SOBRE SALUD MENTAL PARA LA POBLACIÓN


GENERAL POR LA PANDEMIA COVID-19

A medida que las noticias sobre el coronavirus (COVID-19) dominan los titulares
en los medios y aumenta la preocupación pública, es importante tener en
cuenta que cuidar su salud mental es tan importante como cuidar su salud
física.

Ante un evento tan disruptivo socialmente como la pandemia actual, nuestra


salud mental se verá afectada de alguna manera. Algunas de las respuestas
esperables ante la crisis pueden ser el miedo intenso, la ansiedad, angustia,
irritabilidad y enojo, así como el recuerdo de vivencias traumáticas anteriores,
la falta de concentración y problemas en el sueño.

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