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Elementos fundamentales
En toda Europa la fase tardía del Gótico se caracteriza por una mayor exuberancia
decorativa: las fachadas y los techos se enriquecen con esculturas y otros motivos
ornamentales, se multiplican las agujas y pináculos, en las ventanas se presentan
dibujos más complicados.
Escultura
Siguió el precedente románico, con una amplia difusión de imágenes cuyo fin era
adoctrinar a los fieles en los dogmas de la fe religiosa y decorar las fachadas de
las catedrales. La escultura de los siglos XII y XIII tuvo un carácter
predominantemente arquitectónico. Las figuras más destacadas son las estatuas
colosales de las jambas (pilastras laterales) de las portadas. Reciben el nombre de
estatuas columnas por estar adosadas a estos soportes. A veces la estatua
columna tiende a liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura
exenta o de bulto.
En el Tímpano del portal central está representado generalmente el Juicio
Universal, con la resurrección de los cuerpos y la separación de los réprobos y
elegidos. En el portal derecho se suele ver la Muerte de la Virgen, su Asunción y
su Coronación. En el de la izquierda, ciclos narrativos ilustran las vicisitudes de un
Santo.
Figuras de Apóstoles y Profetas adornan los alféizares de los portales. Lo que
distingue la escultura gótica de la románica es el abandono de las formas
fantásticas (monstruos, animales simbólicos, etc.), renuncia de la deformación de
las figuras con el fin de obtener una actitud más suelta y natural de las imágenes.
Cuerpos bien proporcionados, rostros que expresan claramente los sentimientos
interiores (alegría, tristeza, dolor, etc, hasta llegar al patetismo en el siglo XV),
drapeados que caen en armonía.
En Inglaterra falta una verdadera tradición de escultura monumental. En Alemania
adornan los interiores de las Iglesias. En Italia se realiza la decoración de grandes
púlpitos marmóreos de forma hexagonal u octogonal, ornamentación de los
portales y de los grandes mausoleos. Las estatuas de bulto, internas, representan
a la Virgen con el Niño.
Pintura
Por otra parte, el predominio de los vanos sobre los llenos, sea por la colocación
de ventanas en todas las paredes o por la abertura de las galerías, trajo como
consecuencia la disminución del espacio necesario para la pintura mural. Así fue
como la pintura se transfirió de las paredes a las vidrieras de las amplias
ventanas.
Riqueza de colores encendidos gracias a la luz que se filtraba a través de los
vidrios.
Colores planos (obligados por la técnica del vidrio) y de superficie no muy
pequeñas que hacían más difícil la ilusión de relieve y de detalles.
Los temas eran el descubrimiento del mundo terrenal, los movimientos del alma y
la representación de los acontecimientos de la época. Entre las escenas
religiosas surgen otras de la vida ciudadana: el trabajo, las artes y los oficios.
El primer centro fue Saint Denis, no quedaron obras de esa Abadía, como
tampoco las primitivas vidrieras de Nuestra Señora de París.
Quedaron las de Chartres, que se convirtió en el centro de irradiación de la técnica
vitral, no solo en Francia sino en Inglaterra y Alemania. Los colores
predominantes eran rojo y azul y tenían una armoniosa división de los espacios en
figuras geométricas (círculos, cuadrados y cuadrilóbulos) y una gran elegancia
también en sus composiciones.
En Italia el arte de la vidriera tuvo menos importancia, pues siguió predominando
la pintura mural y sobre tabla (aún perduraba el románico, el gótico no tuvo tanta
aceptación).
Durante todo el Siglo XIII, época del máximo florecimiento de las vidrieras, el
artista que dibuja el cartón es el que compone con vidrios de pequeñas
dimensiones.
A partir de la técnica compositiva de Chartres se van creando nuevas escuelas. Va
cambiando la técnica, se realiza un reticulado rojo sobre fondo azul, lo que le da
un tono violáceo a los vitrales (característicos de la Sainte-Chapelle, donde las
ventanas constituyen tres cuartas partes de la pared).
Van creciendo los encargos, por esto se usan piezas de vidrio más grandes y
aparece la grisalla neutra, a veces apenas realzada por un toque de color. Los
coloridos medallones con figuras se distinguen sobre el fondo incoloro. Esto se
hace frecuente a fines del Siglo XIII y las vidrieras van adquiriendo coloraciones
cada vez más tenues. En el Siglo XIV el armazón se convierte en un simple cruce
de barrotes de hierro verticales y horizontales; se reduce al máximo el uso de
plomo y desaparece el efecto de mosaico ya que cada vez las piezas son más
grandes. De esta manera las vidrieras se van encaminando hacia la simple
imitación de la pintura de tabla.
Miniaturas y Esmaltes
En la segunda mitad del siglo XII las miniaturas francesas, resistidas por la orden
Cistercience, contraria a todo arte decorativo, conoce un momento de decadencia.
Por la campaña a favor del Abad Suger vuelven a florecer.
El centro es París, donde hacía poco se había fundado la Universidad que
favorecía la circulación de los libros y donde residían las familias nobles que
ambicionaban la posesión de los códices miniados como un signo de distinción.
La talla en marfil, en relicarios o cofrecillos y en esculturas de bulto pequeñas, fue
una de las mayores representaciones del arte miniado (miniatura).
Entre los trabajos de orfebrería están los relicarios, incensarios en forma de
pequeña catedral gótica, erizados de agujas y pináculos. Continúa la producción
de los objetos esmaltados, rellenando con esmalte profundas incisiones realizadas
en metal precioso.
España
Italia
La Pintura en Italia a principios del Siglo XIII era de tendencia bizantina (repetición
mecánica de signos convencionales, de formas cada vez más rígidas y
estereotipadas, una corrupción del estilo bizantino). Todos los productos artísticos
como murales, mosaicos y esculturas eran muy similares: respondían a una serie
de fórmulas varias.
Entre los que trataron de vencer esto se encuentran: Junta de Pisa, Buenaventura
Berlinghieri y Jacobo (Coppo) de Marcovaldo. Más tarde Cimabue, antecesor de
la pintura moderna, hito hacia el Renacimiento, junto a Pedro Cavallini. El primero
trata de superar la composición rítmica bizantina, que descansa en la repetición de
imágenes bien definidas e inmateriales, para tender a una moderna expresión de
los movimientos internos del alma, donde las figuras comienzan a adquirir cierta
consistencia física y el espacio parece indicado en varios planos que dan una idea
de realidad.
Pedro Cavallini se preocupa por representar el volumen de los cuerpos con togas
mediante un difuso claroscuro.
En Escultura (continuando con Italia) uno de los representantes fue Nicolás Pisano
(esculpió el Púlpito de la Catedral de Siena)
Hacia fines de Siglo XIII, Italia se encontraba a la cabeza del mundo moderno, por
obra de un arquitecto, un escultor y un pintor para quienes el arte no se limita a la
académica imitación de fragmentos de la época clásica. Se advierte la separación
entre lo mundano y lo divino y se descubre la realidad y su nueva relación con el
hombre.
Arquitecto - Arnolfo de Cambio
Escultor – Juan Pisano
Pintor - Giotto
Giotto (1267-1337) – Cierra una civilización pictórica que se ocupaba sobre todo
de Dios y abre otra nueva que se ocupa sobre todo del hombre.
Para la representación divina basta la imagen en superficie, para la representación
de la vida humana se necesita el espacio en profundidad, la tercera dimensión.
Sus imágenes ya tienen peso, están apoyadas en el suelo, el cuerpo se adivina
bajo la ropa.
En su obra hay una relación de proporciones jerárquicas que no son naturales. El
orden de importancia para él era: ser humano, animales, plantas, minerales. Le da
mucha importancia a los ojos y manos intensificándolos.
Lo divino está presente en todas partes, cualquier objeto que se represente es
visto en sí antes que en sus relaciones. Hay un equilibrio perfecto entre el
aislamiento de las imágenes y la visión del conjunto.
Giotto logra la solidez plástica de las imágenes mediante la línea y el claroscuro y
hasta por el color logrando la homogeneidad de la obra; utiliza las formas
arquitectónicas y el claroscuro.
Las imágenes son al mismo tiempo abstractas y concretas, son de hombres en
sentido universal, que no pertenecen a ninguna contingencia ni de clase ni de
tiempo.
Una de sus obras más famosas es el fresco de la Capilla de los Scrovegni, donde
en el panel de entrada encontramos el “Juicio Universal” y en las paredes laterales
representaciones del antiguo y nuevo Testamento, incluso de evangelios
apócrifos.
Las proporciones entre los elementos son diferentes de las que nos ofrece la
experiencia de la naturaleza. Es un prejuicio que se basa en ver al arte como
imitación de la naturaleza, como una Fotografía.
La proporción de las imágenes no depende de la apariencia de las cosas en la
naturaleza, sino de su importancia en el pensamiento humano. Proporciones y
desproporciones son elementos de la obra y no el conjunto de la misma.
Las montañas siguen igual ejemplo, para Giotto no son fondo, el único fondo es el
cielo. Hay un fuerte sentido de la realidad en las rocas, pero no de la realidad de
las montañas sino de la realidad de las cualidades expresadas: peso, solidez,
dureza, etc.
Además la montaña con sus desproporciones, hace resaltar las figuras de los
hombres, no solo por contraste sino también directamente. Las aristas al vivo
ponen en evidencia el efecto plástico.
La pintura puede representar el efecto de relieve o de tercera dimensión por medio
del claroscuro, independientemente de los colores que se usan para producir el
efecto. Cuando el relieve de una imagen se da por claroscuro, se dice que el pintor
ha obtenido el EFECTO PLASTICO o la FORMA PLASTICA.
Las figuras están envueltas en ropajes muy simples, con muchos pliegues. Los
contornos trazan líneas duras y generalmente derechas, que se ensanchan hacia
abajo y se expanden alrededor por medio de las gradaciones del claroscuro. Por
esto las formas tienen relieve.
Giotto busca la forma plástica porque le apasiona la ESTRUCTURA que se
advierte tanto en sus figuras como en sus rocas.
La montaña es baja a la izquierda y alta a la derecha, teniendo una línea diagonal
que sugiere la tercera dimensión. La roca alta de la derecha parece más lejana
que la baja de la izquierda y con el fin de equilibrar la composición, Giotto coloca
un ángel en el extremo izquierdo de la roca.
El sentido de profundidad es más fuerte en cada una de las figuras que en el
conjunto de la composición, y cada figura se muestra como un relieve antes que
como una verdadera escultura.
Sus imágenes son estáticas, no rígidas. La solidez de la estructura hace que
carezcan de movimiento, pero no de energía. Hay una tensión en la estática de
sus figuras, es un movimiento que aparece detenido en el acto.
En cuanto al color utiliza el azul en los fondos que cumple la función del negro, es
decir hace resaltar claramente los otros colores. El blanco verdoso de las rocas, el
blanco rosado de las vestimentas aparecen casi como blancos contra un casi
negro, que es el azul.