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AUTOAYUDA Fy AUTOAYUDA <4 lA APRMACION PERSONAL Rabia, ira, enojo, enfado son palabras que LA . se eo a AFRMACION proceger y apacar. Se supone que somos ls due calman el mar agitado, las que ; rmantenemas una reacién como si nes fuera Harriet Goldhor Lerner en elo la vida. Pero nuestro enojo puede ser lun mensaje que vale a pena escuchar; puede decimas que nos estinhirendo, que no se tetin respetando nuestros derechos 0 10 se cescin satsfaciendo nucstras necesidades. Puede Grn 0 Ser una sefal de que estamos dando mis de aie emer podees pus ‘manejar los advertinos de que otros estin haciendo a Kaas por noses sentimientos Harriet Goldhor Lerner URANO An lA. AFRMACIO PERSONAL Harriet Goldhor Lerner Harriee Goldhor Lerner, psicorerapeuta de ln Funcackdn Menninger, expica cla. ramonte las causs y las diversas for- ‘mas del enojay al smo tiempo ofre- ce estratogias drigidas especcamen te a conseguir cambios suscnciales y duraderos en nuestras relaciones mas importantes. La autora, cuyas conclu- sones se basan en una década de es- tudo e investiga, muestra como y por qué es tan frecuente que nuestro ‘enojo (ya sea expresado en peleas y recriminaciones 0 guardando silencio y ‘estableciendo una distancia emocional) proteje, en vez de cuestonar, la dnd mica exiscente en una relacion. Ade mas explca las dficulkades que tienen lbs mujeres, no sélo para. enojarse, ‘sno también para valerse de 23 enojo Y Consolidar un sentimiento mis fuer- ‘te y mis independiente de afirmaclon personal Eserito con una profunda penetracién Ficolégica la AFIRMACION PERSO: NAL es una guia que ofrece alae muje- Fes un enfoque que les peritra comer ‘Ur au enojo en una fuerza constructva Y dar una nuera oriencacén a su vidas, LA AFIRMACION PERSONAL Harriet Goldhor Lerner La afirmaci6n personal EDICIONES URANO. Argentina - Colombia - Espafia México - Venezuela “Thule ongoal The Donce of Anger Eatcr onal Harper & Row Traiceon' Movin Guestving Reserved toes los derechos. Queso iguosament proba, utr (hom escra dloe tires Set opr "ily aps bs ances eles es Tejes e opeeduciia pari © tol de fit obs por cingaer med © proc ‘nln inca leprosy lt ‘int infernal camo i dt (im de empires movie alguler © premane publica 2 1985 by Hart G. Loree °° 1990 by EDICIONES URANO, SA. Ene Granados, 113, pal. 1” 08008 Barcelona IsaN aesossae7s Depéato gal 8 1053694 Fotocomposién: Grfotnag, .L.~ Muntaner, 217-219 - 08095 Barcelone Inpreso por Pures, SA. Grona, 139 ~ 08203 Sabodll Prin i Soin Para mi familia de origon: Mi madre, Rose Rubin Goidhor ‘Mi padvo, Archie Goldhor (Mi hermana, Susan Henne Goldhor Y¥ en memoria ddo-mis abueles: Henne Solkind Rubin y Moris Rubin TTelbel Goidhor y Benny Haze! Goldhor INDICE ‘Agredecimientos 11 enojo ot un roto 2 Las vies Jugads, tas nuevas y las contrajucadas 3 Las danza eiculares en las pareias ‘Cuondo con enjadarse no se va @ ninguna parte 4 1 enojo con una madre ciel La historia de Maggie 5 Pera acararse usted misma, hage del enojo su gua 6 La danas de las goneraciones Katy y su anclano padre 7 Quién es responsable de qué La cucstin més espinosa del enojo 8 Las tiéngulos (Gomo salir de ellos 9 Toreas para ossdas y valientes Epriogo (MGs allé de fa outooyuda Notas 13 a 108 ns 141 im 197 199 AGRADECIMIENTOS Es mucha la gente a qulen tengo que dar las gracias En 1979, Sande Elkin, mi agent terra, hizo que pasare de eseabir para profeionales a hacerlo para el plica en general y ‘sembro as la semllas de est libro, Me ayuda atavesar una serie Lmprevista de altibajosIiteraros,y demosto una notable capacidad [para mantener en cualquercicunstancia su sentido del humor y de Ia orentactin. Eleanor Rawson también me ayud6 a cultivar mi condieon de escritora popular, evestionando mi exlo dstante y erudite, yantméndome a coneetarme en forma ms direct y perso. ral con mi letores Enlas prmerasclapas de este proyueto fueron muchas los amt 0s y coleges de le Fundacion Menninger que leyeron mis manus txitos y me ofrecieron enticas y sugerencias valosas. Doy las gra ‘das por ello a Shirley Bonney, Nancy Gordon, Arthur Herman, Marfa. Luise Letchtman, Arthir Mandelbaum, Sharon Nathan Gavin Newsom, Dale Roskos v especialmente a Mooresith Titus, Desde fuera de Topeka, Naney Chodorow, Sally MeNall y Robert SSeidenberg leyeron capitulos hiieron’ comentarios. Aunque ‘buena parte de! materi inicialtermino por no aparecer en la ver 16m final dal ibro, los aportes que rect de estas personas ayuda ron a dar forma al curso y a a orienlaciGn del producto Sina, ‘Merianne Aultiché ide y boutia6 («Palabra franca y licha lim- ‘low los seminaries en que paricipamos mientras yo seguis reu ‘endo datos sobre las mujres y el enojo. Observar a Marianne en ‘accién fue para mf una fuente de inslraion; lo que aprendt de el, fn cuanto a contenido, expiry corje, queda relejado en este bo, ‘Mucho debo 2 Shorry Lev Relner, que loys y elev euidadosa 10 1a afrmectén porns) ‘mente los capitulos, accediendo a ri improvise sotcttud y con: sagrindoles generosamente un tlempo que no tena, Adomas de Importantsimas sugerencias, me oftecié apoyo emocional y sol (In- tentando, a evaleuicr precio, evita ol enojo ye confiio}, 0 en la categoria de la «arp» (enfedndonos féciimente,y paticipando en pelens inelicaces, queindones y haciendo recriminaciones que no conducen 2 ninguna resolucion construct) Estos dos esilos pare manejar ¢ enojo pueden parecer tan die- rentas como el dia y 1a noche. En realidad, los dos siren igual ‘mente bien pero proteger a ols, para empanar la clardad con que nos vemos.2 nosotres mismas, y pera asegurar que el cambio no se ‘roduzea, Veamos ahora cémo funciona esto, El sindrome de la »senora bien educada> Si hemos estogido este papel, en situaciones que, vistas con rea lism, suscitan iro protesta, es probate que nos quedemos calle Fh enojo es un eto a ‘des 0 que termineros llorando, autecreandones 0 sitiéndonos sheridas, i efectivamente estamos enojads, nos lo guardamos bien guatdado, para evita la postlidad de tn eontflicto abiert, Pero no slo reprimimos nuestra ira; adems, es probable que ev. temas enuncar claremente fo que pensames y sentimos cuando sospechamos que semejante clandad havé que otre persone se senta ncbmoda yterminara rovelando la diferencias que ay entre ‘Cuando nos comportamos de esta manera, nuestra energia pt ‘maria se encamina a proteger 0 otta persona, a reservar la armo- fa de muestras rlaciones a expensas de una defincion clara de nuestro propio vo. Con el iempo, es probeble que perdamos cl ‘ded respect de quignes somes, porque es tanto el estuerzo que es tamos dadicando a eee las reacciones dels dem, ya asegurar nos de no estar haciendo que 8 nadie se le mueva el suelo, que puede ser que cada vez seamas menos expertas en fo que nosoires mismas ponsamos, sentimos y queremes, ‘Cuanto ms buenas» y eagradablos» somos en este sentido, mas bundante ese! caudal del enojo y la raba inconscients que acu ‘mulamos. Elenojo es inevitable condo la va no consiste més que fn ceder y soportar: cvando asumimos la responsabilidad de lor sentimientos las reaeciones de los demss; cuando renuneiamos 2 nuestra principal responsabilidad, la de atender a rvesteo propio crecimiento y asegurar la calidad de nuestra propia vida: cuando os comportamos como 3 tener une relaién fuera més importante {ue ser nosotras mismas. Fs evidente que experimentar directo mente este enojo nos est prohibido, yo que un «sera bien edu cadas, por deliniion, no es una smuer eoléeas ‘Asi s¢ inci un ciclo que se autoaniqulla y se autoperpetia, Cusnto mis cedemos y soportamos, més crece nuestra rabla In tema, Cuanto més intensifieamos nuestos estuerz0s expresivos, mayor as nuestro miedo inconsetente a una erupeson volesniea dejamos que asome nuosiro enojo. Entonces 10 reprmimas eon mas desespereciin ain... y asi sigue la cosa, Cuando por fin sestallamose, ya. podemos'confirmar nuesros peores.miedos ‘nuestro enojo es realmente siracionals y «destctivor. Y. los demés ye pueden tachamos de neuréicas, mientras los verds eros problemas siguen sin solucionarse yl cielo vuelve a En este pape de «sonora bien exucads, no nos permits se tir enolo, puro st culpa. Asi come nos deprimimos 0 nos sentimos heridas, podemos cultivar la culpa pare borrar mer la perespelén 18 Le afrmacicn personal {de nuestro propio enajo. El enojo y la culpa son més © menos in ‘compatibles. St nos sentimos culpables de no dor bastante 2 los ‘demas 0 no hacer lo suliclnte por ellos, es improbable que nos ‘enojemos por no recibir lo sulleinte, Si nas sentimos culpables de no estar cumpliendo en la forma adecuada el 10 femenino que nos, han peescrito, no tendremos ni energie ni vision interior para cues tione® In preseripadn come tal. nia quien la ha hecho. Nada es capaz de bloquear la conciunela del enojo con tanta eficacia como, la culpa y el hecho de dudar de uno mismo, Y nugtve sociedad cul tiva de tal medo los suntimientos de eulpa en las mujeres que mu chas seguimos sintiéndonas culpables si somos, para los demas, algo menos que um estacion de servicio emoctonal, “Tampoco es fil eobrar valor para dejar de sentise culpable y ‘empezar a usar nuestro enojo pare euestionar y defnir qué es loco. ‘recto y lo aproplado pare nussice propia vida. En ese preciso mo- mento en que estamos asumiendo con sertedad el cambio, puede ‘suceder que otvos redoblen sus tcticas inductoras de culpa. Quiz ‘nos laren segostas, «inmaduras», dde| problema. Hablo ms bien de le capacidad de observarnos y de ‘observar alos dems en la intraceién, y de stesponer@ una stua- ‘dn familar de una forma nueva y diferente. No podemos hacer fque olre persone cambie su manera de bails una antigua danza, [ero st nosotras mismas cambios el paso la danza dejaré de evo Inelonse de la misma forma conocida y predecibl, 4, Podemos aprender a antcipornos a las reacciones de otras ‘personas que consituyan Intentos de desuiruar el cambio, y a ha {erie frente Cads uno de nosotros pertenece a grupos 0 sistemas ‘mat amplios que teen alg interés en que sigamos sindo exacia ‘mente lo mismo que somos aliore. St comenzamos a cambiar ves tras antiguas pautas de silencio, de vaguedad o de pelens y recrim raciones inefeaces, sr inevitable que tropecemos con una fuerte resistenein Esta reoceién, este Intento de dexvittuar | cambio ‘dando marcha ats, 2 produce también en el nterior de nosotras mismas del mismo modo que en nuestros seres queridos. Yo vere: 1 eno eb un roto 25 "mos c6mo, con frecuencia, son las personas que estén més prt as a nosotres las que ten mas interés en que slams siendo fs rmismes, pese a todas ls eficas y ques que quzés esas mismas porconas expresenabiertamente. V también nosotras ros resistimos alos mismos camblos que perseguimos. Tanto la resistencia al eam: to como el deseo de cambiar son aspactos naturales y universoles del ser hurano, En os capitules siguientes procuracemas mirar de cerca la fuerte ansiedad que inevtablemente se moviize cuendo emipeza ‘mos 2 usar muss enojo para detinr eon més clarided lo que somos yl términos de nussira propia uda. Algunas coneeguimas empezar a expresarnos con mayer clanidad y a ser mis firmes en ‘uesta resohcion de combir, pero retrocedermos frente a la ac td defensivs de otra persona o ante sus intentos de descalifcar lo ‘que decimos. Si nuesra propiesta de cambio es seri, podemos, ‘aprender aanfcipar ya manejar la ansiedad y l espa que se gene en mosotras como respuesta a las reacciones de los demas ten dentes a hacernos desir cel camblo, Més dl ain ws reconocer ‘aquela parte del si mismo, de nuestro ser interior, que tere cam bar y 32 reste a hacera, Por ef momento, quisiera decit que nunea es fSci|abendonar tuna sumisinsllnciosa o una forma ineficaz de defenderse para poser une afiemacién fre pero tranquil de quiénes somos, en {Que posiciin estamos, qué es lo que quereros y qué es para nose tras lo aceptabe...y lo Innceptable. Fs probable que nuestra ans {dad por adlaar lo que pensamos y cdma nos sentimos sea major ‘en aguelasrelacioncs que mis nos imporan, Puede suceder que 3 ‘mela que nos mostremos realmente cares y directa, ots perso has Heguen a expreser en forma iqualmente clara y directa lo que Dilensan y Jo que sienten, o incso el hecho de que no estén cle ppuestas 2 cambiar. Cuando aceptamos estas realidedes, puede pasar que fengamos gue tomar algunas deeisiones dolorosas: (Se guimos con ls relaclon o la rompernos? Y si decidimos continuar Pero tratando de cambiar nosotras, como nos conviene encarar testa tarea? Evidentemente, no son cuestiones facies de responder, ni de plantearse siquiera ‘A corto plazo,s veces es mas sencilo conti con nuestros iejos hibits femllares, aun cuando la experiencia personal nos haya demestrado que su efcacia deja bosiante que desear. A fa larga, sin embargo. es mucho lo que se puede ganar se ponen en prdctica las leciones de este libro. No Solo pedemes sdquni ma ‘eras nvevas de enfrentar los eno}es de simpre; también podemos 26 La afrmacién persovel ‘conguistar un «yo> ms definido y més fuerte, y con & la capacidad ‘de integra un snosatross ms intimo y mis graficante. Muchos de ‘nuestos problemas eon el enojo se producen euando tenemos que excoger entre tener una relacion y tener un «propio yo... 0, dicho de otra manera, ser nosotras mismas. En este Wbro se habla de emo tener ambas cosas. 2 LAS VIEJAS JUGADAS, LAS NUEVAS Y LAS CONTRAJUGADAS La vispera del a en que debia empezar a dar mi seminatio sobre el €enojo, me lamé por la noche une mujer que dijo lamerse Barbara ¥¥ que queria cancelar la nsenpeidn. Con una vor que expresabe tanto amargura como resentimiento, me dijo: Me iniresaba muchisimo acudir a su seminario, pero mi ma rdo se enfadé cuando le dije que me haba apuntado, Distt con € hasta quedarme sin alien, pero no quate dojarme lt ~@Que objecion le pone? ~pregunté ~jUsted! fue la respuesta~. Dijo que usted ero una recat del ‘movimiento de hberacion de la mujer y que el seminariono valia lo que cosiabe. Yo le die que usted es una psicloga muy conoeida ¥ que con seguridad el seminar sertaexcelenta Yo estoy segura de que vale lo que cuesa, pero no pude convencerlo, y su its ma palabra fue «nor Lo siento ~respondt -Si, yo también —continus ella-, v desde entonces tengo un dolor de cabeza teible y he Woredo bastante, Peto le mont@ un buen escéndalo, La verdad es que me por de tl manera que mi Imarido estuvo de acuerdo en que podria veirme bien que me ayu: ddaran un poco a manejar mi enojo. Cuando colgué me quedé pensando en la breve conversacion ‘que acababo de mantener, Estaba claro que esta mujer no lenfa que ‘eancelar su inscripcin; podia haber oplado por hacer otra cosa. Lo {que no podia, sin emborgo, era haber optado por hacer otra cose sin cargar con las consecuencias. Quiz la consecuencia que teria, fuese Ia potdida de su relacién mis importante. {Col es su reacciin, la de usted, ante exa conversaclén telel6- ies? 8 Le ajmacign personal Piensa que al marido es un autentico machista 0 que 65 un hombre inseguo y asusado? .’ La pauta «descargade-sobre cargedos es muy comin en les pares, y cabe preguniarse como funciona. La investigacién de los sistemas martales ha demastad 90 Ls afrmgeten parvonal que cuando hombres y mujeres forman parca, y Ja mantienen, {stan goneraimente en el mismo nlvel de sadependenciaw 0 de dures emocional. Lo mismo que en un sublbaia, fo que permite el Junelonamiento sabreeargado de uno de lo indiduos es el fun ‘lonemiento deseargado dol otro. {Una esposa, por elemplo, puede ir atincherénxdose cada ver més en el ol dela mujer dab, vulnerable, dependiente, como parte ho funcional de Ia pote. En la misma medida, su marido puede desconacer y negar en si mismo esas caractoritias y, en vez de ‘dentficar y compartir su propia energla emocional, enceuzar la mayor parle do su caudal para reaccionar ante los problemas de ‘expos. Los comportemientos del que funciona descargado y el que fanciona sobeentgado se provocan y se rfuerzan el un al ott, de modo que con el tempo el subibaja se hace cada vez més cifll de ‘equllbrar. Cuanto mis evi ol hombre expresar sus debilidades, tus carencis y su vulneralidad, més probeble es que su compe: Tera vive y exprese més de lo que deberin, Cuanto més evte la mujer demostrar su competency su fuerea, més iflado sera e Ssentimiento que su companoro tonga de las suyas propias. Y ste! Imlembro de Is parela ew funclonamlento es delctario empieza 8 tener mejor aspecto, el otro, et que funciona sobrecargado, emipe arb a tenctlo peor Mi breve conversacién ieleldnica con Barbara hace penser que en su matrimonio quien funcions descargeda es ein. Evident ‘mente; no todas las msjeres se quedan sertadas en ls parte inferior Sel sabibaja de sus elaciones. En in vida real hay toda clase de arte sl, tanta felices como desdichados. Puede ser un hombre el que Se quede sentado en la parte de abajo, o bien la pareja puede ma tener ol artluglo en movimiento constants, o cada uno de los miem- bros de la pare puede competie con el otro para ocupar la pos ibn inienor, Ia mas desealida Lo importante es que est en la parte inferior del subibaja dela relacion ee lo gue culturalmante se prescribe alas mujeres, Por més ‘Que Indivkdvalmente podamos decafiar Ia prescipcion, de hecho fsa subyace en nuestro misma defniion de lo que es eminidads, ye el ethos de fs dominacion masculina como ta. Alas mujzrs se les ensona a culvar y expresar todas aquellas caractrsticas que Jos hombres temen en si miss por las que no desean verse «de biltadoss.* Y por supuesto, ls enseianzas cultural que nos disse den ce competi con los hombres 0 do exprosarles nuestro enoio on advertenclas paradjiens que apuntan a lo doloroso y deste Los vj used, las rucnosy los contrugadas 3 tivo que pode ser para ells el sexo debi, s nostra nos deck digramos simplemente a ser nosotras msmas Es evidente que los antiguos consejos de shazte la tontan, dela ‘que 6 ganeso shae como sel que mandarafuese é ye han pasado ‘de mare, Pero su mensaje sigue siendo una norma que est al ace: tho ene inconseiente de innumerables mujeres: Para protegerio, fel sexo debi! debe euidar que el sexo fuerce no se dé cuenta de la fuerza del sexo dab, para que ast el sexo fuerte no se sienta debt ‘ado por la fuerza de! sexo débil. Nosotas aprendemos 2 hacer nos ls dailespora eyidara los hombres a sense fuares, y para {ortalecerlos a ellos renunelamos a nuestro propia fuerza Funcionar por debajo de muestas posibiidades es algo que ‘puede asumir formas muy diversas. Puede mostrarse de manera fan Sulleomo cuando una esposa delina una oportanided de tabalo.o rehiye un desafio porque su marido le da entender encutier mente que él prefer que ias cosas siguiran siendo como son, 0 ‘evando temo que dl se sienta amenazado por un cambio ast. Una mujer puede proteger a su hombre limindose @ un taba gue el prefere no hacer y guardéndase de admiir que tiene Infereses en {ervenos que él considera «suyose y, con més razon, de cultivarlos, Durante este proceso pueden aparecar problemas emocionales 0 sicos, por debajo de los cuaos acecha la consicclén nconsclente de aque ella debe mantenerse en una posicén de relative debilidad, ‘ara que su relac\bn mas kmportante pada sobreviir. Si ademés la ‘mujer est convencida de que ella no puede sobrevvir sin la reo ‘in, expresard su enoyo como Barbara~ de manera tal que no hhaga mds que reforzar las vejas pauias familares en ls cuales se origina, RECRIMINACIONES INEFICACES Y RECLAMACIONES ASERTIVAS Cémo es que las peleasy las reerminaciones siven, en realidad, ‘mas pora bloquear que para foeiltar el cambio? Analicomas mas do ‘cerca la stuacion de Barbara. Para empezar, Barbara paricipo en tua batalla perdida en lo ue se rferia a acudl al seminar, y us6 la energia de su encjo en un vano intento de conseguir que su ma: ‘ido vlera ls cosas como alla. Vano porque habia dos obsticulos ‘ue impodian ol éxlto desu ntento: primero, que teria tanto de echo a sus opiniones y sus conjeturas con teferendia a serinario como ella las suyas; segundo, que era sumamente improbable que 2 La afrmactén personal cla consigulera su propéetto. Es probable que su propia experien cia le dijera que ese seminaro era precisamente al tipo de cosa 2 {que su marido dia que no. Tal como ella re dijo por telefono, es tata segura de que e! seminano valia lo que cstaba, pero no habla ppodido convenear a su mando, cue altima palabra habla sido ‘Al entablar una batalla que estaba perce de antemano, Bar bora se privé de eferctar el poder que reaimente tenia: el de ha ‘eree argo des misma, Habra dado un paso importante en el son ‘ido de salir de su posicion despersonalizada' si hubiera puesto en primer plano sus proples proridades y actuado en su propio nom bre. Pod haberse negado por completo 2 pear y. en eambio, ha brie dicho a su mari: “Sea bueno 0 malo, radical o liberal, el ceminarto es importante pare mi Si cancelo la inserpeién por dart et gusto af, trminaré Sintiendome enojada y resentida, Tengo interés en est seminario y ‘me propongo 2Qu6 impidio a Barbara pasar de una pelea y unas recriminacio. nes incfieacos a una reclamacion clara y acertva? Tal vez temi6 tener que pagar un precio muy alto por esa ugada." Muchas de las mujeres que pelean deforma ineficaz Io mismo que las que, sin plemente, no pelean- creen inconscientemente que la ote person s¢ lo pesaria may mal sells e expresoran de forma clara y ener ‘ca. Es probable que la ansiedad y la culpa ante la pérdida poten: tal de una relacién sean lo que. en primer lugar, nos dificuitae! cambio, ¥ ademds hace que nos quedemos en el vigjo molde ‘cuando nuestro compantero reacclona mal ante un comporto Ilento nuestro nuewo y diferente Para cambiar hay que correr riesgos Qué pasarie si Barbara hiclera algo diferente y le planteara clare mente una neva postion a su marco? 251 lo abordara en un mo- mento en que él se mostrara receptivo para ofa y le expresara su postcion de manera firme y trangula, sin lorar nl enojarse? Por ‘jempio: ~Ya sé que a tno te parece que el serinario valgala pena, y te ‘agradezco que me des ts opinion. Pero yo soy una mujer adult y necesito tomar mis propias decisiones. No espero que encuenires Intoresante el seminado ni que to alegres de que acuda a él, pero necesito tomar personalmente esta decsin. Imaginemos que Barbara hubiera podide mantenerse firme re Los veos was, las rucwosy ox contrgugadas 33. ecto de fo que aqui es el verdadero problema (, mas capaces serernos de disirutar tanto dela intimided como de la soledad. Nuestra intimidad no tiene por qué ser igualdad ni unidad ‘i pétida de nosotras mismas; tampaco es neceserio que nuestra soledad y nuestro apartamicnto se conviertan en distancia y alsa ‘miento ‘Cabo proguntarse por qué es una tarea tan diel fortalecer el «yor, Hay muchos fstores, pero sinos ceiramos estrictamente en leq y shor la situacion de Barbara elemplifies hasta qué punto puede dar miedo el hecho de azcender a un nivel superior de lac tad y firmacién de uno mismo. Barkara no pudo desprenderse de ‘us viejas costumbres para ensayor nuevas formas de conducta sin ‘experimontar una sensacido de alslamlonto que le angustiaba y sin alborotar las aguas de su matrimonio. ¥ como esto sucedeen todas las relaciones, vamos @ estuderio més de cere, La claridad y el miedo a la pérdida Si, pare empezar, Barbara tuvier un ayo> mas defiido, no explica ia su problema diciendo que su marido no le dja acura smi rario. En cambio, podria planterse las cosas mas o menos de fa Las eos ugadas, os nuevos y las contrahigadas 39 siguiente manera: «Mi problema es el siguiente: Si cancelo mi Ins- tnpeidn y no asito al seminario, me sentie amargoda y rexentida, ‘) voy, soré mi marido quien so sienta amargado y resentido, ¢Cual de las dos opciones elio?» Después de pensarselo un poco, podria {eclar que el seminario no estan Important, © que el momento no 2s el més adecuado pare alborotar las aguas mattimoniales. O po- ria coneluir que el seminario es un tema no negociabe, sobee of ‘ual no aceptaria compromisos. En este caso, podria pensar emo presentarle a decision a su mando de al manera que el confico de ppaderes 62 redujera al minimo. También podria decile simple mente que If, y més adelante, cuando las cosas se hubieran cal mado, podia iniciar una conversacin sobre la toma de decsiones en el matrimonio, explicéndole que, por més nteresada que est: ‘ier en Ins opiniones de en altima Instaneia ee ella quien debian tomar sus propias decsiones. 2Qué fue Io que impidis que Barbara pudiera legar a ver Ins cosas con esa claridad? ¢Por qué hemos de terminarstendo pelea doras y quoics erOnieas, en veo de Klentiear nuestros problemas 1 nuestra opciones y de aclarar nuestra posicén? No, no es que las ‘mujeres obtengamos una secreta grabifeacién masoquista al estar en la poste Inferior, la de victimes. Muy al contraro, la mijer {ue ests en el punto més bajo de un «matrimonio en subibajan act mula una gran cantidad de rabi, que esta en proporcisn directa con e! grado de su sumision y de su sacra, El cilema es que, inconscientomente, es probable que estemos convencidas de que nussras telaciones importantes s6lo pueden sobrevivir si nosotras seguimos ocupando la posicin Inferior. * Me- Jorar ~ecleramos, aciuar con mAs fuerza, individualizarnos ms, temprender ln accion en nuestro propio nombre~ es algo que, in conscientomente, puede ser equiparado con un acto destructive capaz do hacer sontr dicminuido y amenazado a nuestro compa: Nero, que podita entonces vengarse o abandonamos. A voces, Il gar @ tener un eyo> més fuze implica enfrenlamos con nuestro deseo protundo de dejar atrés un matrimonio insatislactoio, y esta posibiidad puede insirsr no menos miedo que In pecepectiva de ser abandonadas. Tal vez Barbara no ost proparada para afrontar el riesgo de so meterse (y Someta a su marido) ala pruoba de versie cambio es posible. Quiza yo esté convencida de que le telacin no es capaz de tolerar muchos cambios. Tal ver se encuentre atrapada ene la es pada y la pared nest preparads para decise a s! misma que opta or seguir en un matrimonio desdichado ean un hombre que no va

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