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Te podrán despojar de la túnica, te podrán echar en

una cisterna, te podrán vender como esclavo a Egipto,


pero Dios estaba con José como lo está con nosotros y
él nos prospera donde vayamos, donde estemos allí va
Uno que dijo no te dejaré ni desampararé…

Un hombre llamado Potifar lo compró como esclavo,


se lo llevó a su casa y todo a ese hombre le
comenzó a prosperar, él era un impio, era un
idolatra, pero oiga la maravillosa declaración…
Gén 39:2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón
próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.
Gén 39:3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y
que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar
en su mano.
Gén 39:4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía;
y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su
poder todo lo que tenía

Pero el proceso divino en José se tenia que seguir


dando, y apareció en escena la esposa de Potifar,
esta fue tan perversa que ni el nombre de ella nos
lo dice la biblia, yo me imagino a la esposa de
Potifar, así toda sensual, con sus vestidos tan
trasparentes que se le veía todo su cuerpo y cuando
vio a José inmediatamente consideró su deber
hacerlo caer en sus brazos…
Gén 39:7 Aconteció después de esto, que la mujer de
su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme
conmigo.
Gén 39:8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo:
He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo
que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo
que tiene.
Gén 39:9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y
ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto
tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande
mal, y pecaría contra Dios?
Gén 39:10 Hablando ella a José cada día, y no
escuchándola él para acostarse al lado de ella, para
estar con ella,

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