REFLEXIÓN

Hoy en día, el uso del teléfono fijo se ha visto totalmente sobrepasado por el uso de
los teléfonos móviles. Esto ha llegado hasta tal punto que cuando una persona
pierde el móvil o está sin usarlo durante un tiempo determinado, se siente
desprotegida o insegura porque en nuestra vida ahora mismo, somos incapaces de
no estar pensando en cualquier cosa relacionada con las distintas funciones que
podemos realizar en nuestros teléfonos móviles.

El móvil ha solapado muchísimos usos de distintas cosas y también en la manera de

hacer muchas otras. Por ejemplo, el móvil tiene tantas funciones posibles que una
cosa tan simple como mirar la hora la hacemos por nuestro dispositivo en vez de
usar un reloj. A la hora de tomar notas o hacer trabajos también los podemos
realizar mediante nuestro móvil.

Esto tiene sus partes muy buenas porque nos permite hacer infinidad de cosas en
casi cualquier sitio, desde mirar el tiempo que hará mañana hasta usarlo como el
propio mando de nuestra televisión. Tenemos la posibilidad de hacer todo mucho
más fácil.

Pero en cambio, sus partes malas son muy claras. Tenemos una gran dependencia
del móvil y esto nos puede llegar a afectar en distintos puntos. Pasar muchísimas
horas usando nuestro smartphone o estando pendiente de cualquier notificación que
nos pueda llegar, es una de las principales causas de que el número de personas
con estrés en sus vidas esté aumentando continuamente.

En definitiva, el uso del teléfono móvil nos ayuda muchísimo en nuestro día a día
gracias a su gran mejora comparándolos con los teléfonos fijos. Pero estas mejoras
también tienen sus consecuencias cuando llegamos a abusar de su uso.

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