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UNIVERSIDAD PRIVADA NORBERT WIENER


Escuela de Derecho y Ciencias Políticas

MONOGRAFÍA
EL DEBIDO PROCESO

Autores:
Puente Bernardo, Silka
Huachopoma Corrales, Jimmy
Távara Ñique Mariana, Jimena
Príncipe Duran, Norma Gloria
Pérez Ramírez, Elizabeth Yaneth

Docente:
Ramírez Peña Isabel

Curso:
Derecho Laboral

Lima - Perú
2021
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Índice
Introducció n.............................................................................................................................................................................. 4

1. El Debido Proceso......................................................................................................................................................... 5

1.1 Concepto............................................................................................................................................5

1.2 Dimensiones del Debido Proceso......................................................................................................5

1.3 Ámbito de aplicación.........................................................................................................................6

2. Derechos integrantes del debido proceso................................................................................................................ 6

2.1 Derecho de defensa............................................................................................................................6

2.2 Derecho a la prueba:..........................................................................................................................8

2.3 Derecho a la jurisdicción predeterminada por la ley o al juez natural:.............................................10

2.4 Derecho a un juez imparcial............................................................................................................11

2.5 Derecho a la pluralidad de instancia................................................................................................12

2.6 Derecho de acceso a los recursos.....................................................................................................13

3. Principios integrantes del debido proceso............................................................................................................ 14

3.1 Principio de legalidad......................................................................................................................14

3.2 Principio de proporcionalidad de la pena.........................................................................................16

3.3 Principio Ne bis in ídem..................................................................................................................17

3.4 Principio de congruencia.................................................................................................................18

3.5 Principio de favorabilidad................................................................................................................19

3.6 Principio de publicidad de los procesos...........................................................................................19

3.7 Principio de prohibición de la analogía in malam parte...................................................................20

3.8 Principio de acusatorio....................................................................................................................20

3.9 Principio de preclusión procesal......................................................................................................21

4. Garantías Judiciales......................................................................................................................................................... 21

4.1 Independencia judicial.....................................................................................................................22

4.2 Exclusividad de la función judicial..................................................................................................23

4.3 Inamovilidad de los magistrados......................................................................................................24

4.4 Permanencia de los magistrados en el servicio................................................................................24

4.5 Igualdad de armas............................................................................................................................25

4.6 Garantía de interdicción de la reforma peyorativa de la pena..........................................................25


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4.7 A la legítima defensa.......................................................................................................................25

CONCLUSIONES..................................................................................................................................................................... 27

BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................................................................... 28
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Introducción

El presente trabajo tiene como finalidad orientar sobre el debido proceso y el objetivo que
encapsula que es el de proteger a los ciudadanos de aquellas leyes que son contrarias a los
derechos fundamentales asegurando la garantía procesal.

El Objetivo principal es hacer de conocimiento que el debido proceso es un derecho


fundamental de cada una de las personas ya sea natural o jurídica, peruano o extranjero
cumpliendo doble carácter, en el caso subjetivo exigible por una persona y el caso objetivo,
ya que asume una dimensión institucional al ser respetado por todos por su fin social y
colectivo de impartir justicia, debido a ello el debido proceso lleva consigo un conjunto de
garantías constitucionales que se puede identificar en base a cuatro etapas que son: acusación,
defensa, prueba y sentencia que conllevan otros tantos derechos.

En tal sentido el debido proceso se incorpora al contenido esencial de los derechos


fundamentales, permitiendo que a un derecho le corresponda un debido proceso.
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1. El Debido Proceso

1.1 Concepto.

El debido proceso viene el conjunto de garantías penales y procesales que deben ser
respetados desde la etapa de la investigación preliminar hasta llevarse a cabo la ejecución de
un proceso penal teniendo como finalidad de llevar a cabo una resolución justa a las
controversias que se presentan frente a las autoridades judiciales.

Asimismo, el debido proceso se encuentra regulado en el Art. 139, inciso 3 de la


Constitución Política de Perú (1993) donde indica que: “Ninguna persona puede ser desviada
de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por
comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”. Se entiende
entonces que, el debido proceso garantiza que cada persona dispone de determinadas
garantías para tener un resultado de un proceso judicial transparente.

1.2 Dimensiones del Debido Proceso.

1.2.1 Dimensión Sustantiva o Material

Viene a ser el conjunto de garantías destinadas a brindar protección al ciudadano de


aquellas arbitrariedades que pudieran ser sometidos por parte de cualquier autoridad, este se
orienta a que la persona juzgada tenga derecho a una justicia de calidad con una resolución
proporcional de parte del legislador, con el respeto debido a los derechos fundamentales y los
bienes constitucionales.

1.2.2 Dimensión Procesal o Adjetiva

Esta dimensión, exige del cumplimiento de elementos mínimos para garantizar a los
justiciables un procedimiento debido, comprende el derecho a un Juez natural, el derecho de
defensa, el derecho a la prueba, el derecho a la impugnación de resoluciones, el derecho a una
debida motivación, y demás derechos previstos por la Ley.

Por ello, tal dimensión procesal debe ser entendida como es una esfera de garantías
mínimas que tienen los justiciables, orientados a impedir que derechos como la libertad de
movimientos, y demás derechos fundamentales sean vulnerados en ausencia, por falta de
proceso o, procedimiento no previsto en la ley.
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1.3 Ámbito de aplicación

En cuanto al ámbito de aplicación del debido proceso se refiere, este no solo resulta
aplicable a los procesos judiciales, sino que se extiende a cualquier tipo de proceso –o
procedimiento– en el que se vaya a resolver o prevenir un conflicto, imponer una sanción o
determinar los derechos u obligaciones de los sujetos, sin importar que tales procesos sean de
naturaleza judicial, administrativa, legislativa o de cualquier otro carácter. Sin perjuicio de
ello, no debe caerse en el error de pensar que todos y cada uno de los elementos del debido
proceso resultan aplicables a todos los tipos de proceso, pues dicho derecho no es de carácter
ilimitado, sino que se encuentra delimitado por su propio contenido, por las funciones que
cumple y por las relaciones de coordinación y complementariedad que guarda con otros
derechos fundamentales y los demás bienes jurídicos constitucionalmente protegidos.

2. Derechos integrantes del debido proceso

2.1 Derecho de defensa

Este vital derecho, lo encontramos estipulado en el artículo 139, inciso 14 en la


Constitución, en donde se menciona que:

“Los justiciables, en la protección de sus derechos y obligaciones, cualquiera sea su


naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión. El
contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso
judicial, cualquiera de las partes resulta impedida, por actos concretos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos
e intereses legítimos”.

Este derecho es totalmente exigible en cada una de las etapas de los procedimientos
administrativos sancionatorios o judiciales. Se refiere a que ningún acto en el transcurso
puede restringir el ejercicio de este derecho tan importante para todos. De la misma manera
no puede prohibirse este derecho así exista una norma regulatoria de un proceso
sancionatorio. Todo esto debido a que no puede ser vulnerado en ningún momento en el que
se está sancionando a una persona y ocasionar que no puedan oír las debidas garantías, en
cualquier etapa del proceso o frente a cualquier coyuntura que pueda ocurrir.

Ante ello el Tribunal de Justicia señala que el derecho de defensa se integra como un
derecho plenamente fundamental y como un principio, mencionando que:
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“En tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de interdicción para afrontar
cualquier indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran
repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento,
o en el caso de un tercero con interés”.

Para poder satisfacer este derecho en plenitud, no basta con simplemente mencionarle al
justiciable, la existencia de un proceso. Si no por el contrario, se le debe añadir a ello, una
comunicación que sea válida y pertinente de todos aquellos presupuestos que están para
defender los derechos como también de la misma forma los intereses de los justiciables en un
debido proceso. Ante lo recién mencionado, se derivó a que, si existe imposibilidad de una
notificación por cédula, el órgano que está encargado, deberá adquirir alguna otra modalidad
para poder hacer llegar la notificación, ya sea por cualquier medio electrónico, como también
podría llegar a ser a través del Diario Oficial El Peruano, entre otros.

Si nos enfocamos en la parte penal, específicamente en un proceso, el derecho a la


defensa nos presenta una doble dimensión, en la cual está: el material, que es donde el
inculpado presenta todo el derecho para poder ejercer su propia defensa desde que tiene el
conocimiento del hecho del cual se le acusa; y el segundo es cuando es formal, donde este
conlleva a que el inculpado tenga el asesoramiento y el patrocinio de un abogado el cual
puede ser elegido con total libertad por el mismo. En caso que el inculpado no cuente con la
solvencia económica para poder solventar el pago de un abogado, será el Estado quien deberá
facilitarle y prestarle el servicio de un abogado defensor de oficio.

La defensa letrada, se basa en el asesoramiento de un profesional que esté totalmente


capacitado y que presente una formación jurídica, buscando asegurar el principio de igualdad
de armas y la realización de contradicciones. Por tal motivo, es inconstitucional que su pleno
ejercicio sea encargado a efectivos militares, que no presenten una formación idónea en el
Derecho, con el pretexto de que en ciertos lugares no presenten letrados.

Sobre este tema, el Tribunal indicó que sería posible que, bajo ciertos requisitos, si el
procesado tiene condición de abogado, podría ejercer por sí mismo su propia defensa por
derecho. En caso contrario, no sería posible que un procesado que no tenga conocimiento
alguno de la formación jurídica, pueda realizar su defensa debido a que presentaría una
desigualdad en armas o la igualdad procesal de las partes.
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Otro hecho importante en el derecho penal acerca de la defensa, es que se presenta dos
principios relevantes que son el de contradicción y el acusatorio. El principio de
contradicción nos habla acerca de que, es importante que el imputado, tenga claro y conozca
los hechos exactos por los cuales se le está imputando. El principio acusatorio, nos habla
acerca que, en este caso, se exige que el órgano que está encargado de la acusación fiscal, sea
totalmente distinto al del juzgador y que lleven con total observancia el proceso con las
normas que rigen el proceso penal peruano.

Entonces podemos decir que, el derecho de defensa es aquel derecho fundamental, que
debe ser respetado y brindado con la igualdad que todos merecen.

2.2 Derecho a la prueba:

Este derecho está constituido por diversos derechos que están con la misma intención de la
defensa del debido proceso.

“Está compuesto por el derecho a ofrecer medio probatorios que se consideren


necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la
producción o conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios
probatorios y que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivación debida, con
el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. La valoración de la prueba
debe estar debidamente motivada por escrito, con la finalidad de que el justiciable pueda
comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y adecuadamente realizado”.

Por ende, se reconoce que hay una doble dimensión del derecho; la subjetiva y objetiva.
La subjetiva está directamente relacionada con los que son los justiciables o de un tercero que
presente interés en presentar en un proceso, los medios debidamente probatorios en el cual
pueda dar crédito a su pretensión o respectiva defensa. La objetiva en cambio, dispone que el
juez de causa, debe solicitar los medios de prueba necesarios para así poder darles mérito
jurídico, bajo una motivación objetiva y totalmente razonada.

Toda prueba para que pueda tener valor en un debido proceso, tiene que cumplir con
diversas características que son:

2.2.1. Veracidad objetiva: Es aquella que en virtud la prueba presentada, debe presentar
de manera exacta, todo lo acontecido en la realidad, y para ello debe ser totalmente verídico y
que no haya podido recibir algún tipo de manipulación.
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2.2.2. Constitucionalidad de la actividad probatoria: Este es aquel que prohíbe en su


totalidad la recepción, obtención y valoración de pruebas que haya o puedan vulnerar
derechos netamente fundamentales.

2.2.3. Utilidad de la prueba: Este verifica que la prueba siempre produzca certeza
judicial para así llegar a la resolución del caso.

2.2.4. Pertinencia de la prueba: En este caso, la prueba se podrá reputar si es que guarda
relación alguna, de manera directa con el objeto del determinado procedimiento.

Es preciso recalcar que el derecho a que se admitan los determinados medios probatorios,
esto no implica que todos ellos deban ser admitidos por el órgano jurisdiccional. Esto es
debido a que existen presupuestos necesarios para que los medios de prueba puedan ser
admitidos de manera correcta. Se ve de dos aspectos, el primero es que la pertinencia exige
que los medios probatorios sean sustentados con los hechos relacionados de forma directa
con el objeto del proceso.

La idoneidad menciona que el medio probatorio que sea presentado no debe encontrarse
prohibido en cierta vía procedimental o que se busque verificar determinados hechos en
particular. Referente con este caso, podemos mencionar que la licitud prohíbe que los medios
probatorios que son obtenidos en contravención del ordenamiento jurídico logren ser
admitidos. A pesar de que existen estas limitaciones, hay algunos presupuestos prohibidos
como el interrogar a aquellos que elaboran el atestado policial, pueden ser justificados porque
se menciona que está en busca de proteger derechos fundamentales que son considerados de
gran valor, como la integridad de la persona como la vida misma.

Otra forma de darle utilidad a la prueba es a través de la forma en que se presenta cuando
ésta ayuda a esclarecer la verdad de los diversos hechos que son de manera tan certera como
probable. De tal manera, no podrán ser admitidos aquellos medios probatorios que busquen
acreditar hechos no controvertidos, de pública evidencia o de manera notoria, así como
aquellos que ya hayan sido presentados, como imposibles o que traten de desvirtuar una
decisión que haya sido tomada con la calidad de una cosa juzgada.

Como en todo proceso, es de conocimiento que estos deben ser presentados dentro del
tiempo correspondiente para que así puedan ser admitidos. Existe un plazo para solicitar la
mencionada admisión, y es que todo es de acuerdo a las normas procesales que se encuentren
sobre la materia. Por ende, en tema de un proceso penal, se exigen las debidas pruebas,
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durante el juicio oral, que, en conjunto con otras pruebas, faciliten así al juzgador, poder
determinar si el imputado es inocente o culpable.

A consecuencia de esto, se desplazan dos exigencias para el juez: la primera es la no


omisión de aquellas pruebas que hayan sido aportadas dentro del marco que busca respetar
los derechos fundamentales como las leyes que las regulan, y tiene la exigencia de utilizar
criterios que sean totalmente razonables y objetivas para así poder darle un valor jurídico a
cada una.

En el aspecto de los casos de procesos constitucionales, el juez debe determinar la


legitimidad o la ilegitimidad del acto que ha sido reputado como lesivo para qué, si es
necesario, pueda ser restablecido su ejercicio ante una posible afectación arbitraria. Por ello,
el juez cuenta con la autorización de pedirle a las partes que presenten pruebas contundentes
y claras, cuando lo considere necesario en el proceso.

2.3 Derecho a la jurisdicción predeterminada por la ley o al juez natural:

En este caso, este derecho busca garantizar que quien juzgue sea un juez o tribunal de
justicia ordinario que sea predeterminado, contando con los procedimientos que están
claramente establecidos legalmente. Por ellos, la competencia jurisdiccional se encuentra
sujeta a reserva de ley orgánica, que implica lo siguiente:

“El establecimiento en abstracto de los tipos o clases de órganos a los que se va a


encomendar el ejercicio de la potestad jurisdiccional, y b) la institución de las diferentes
órdenes jurisdiccionales y la definición genérica de su ámbito de conocimiento litigioso.
Asimismo, que dicha predeterminación no impide el establecimiento de sub especializaciones
al interior de las especializaciones establecidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial,
máxime si el artículo 82.28 de la misma Ley Orgánica del Poder Judicial autoriza la
creación y supresión de Distritos judiciales, Salas de Cortes Superiores y Juzgados, cuando
así se requiera para la más rápida y eficaz administración de justicia”.

Se debe resaltar, que, aunque en el derecho comparado el derecho a un juez natural sea un
atributo subjetivo del que está siendo procesado, es su derecho a que sea juzgado por un
determinado juez que tenga criterio de competencia territorial, presente capacidad para actuar
tenga actitud, etc., En el inciso 3 del artículo 139, donde se menciona “derecho al juez
natural” señala el derecho a no ser desviado de la jurisdicción que ya está preestablecida en la
ley.
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La predeterminación legal que tiene el juez se refiere de manera exclusiva a el órgano


jurisdiccional y no menciona en ningún momento a la creación que fue anticipada de las salas
especializadas. Por tal motivo, estas dichas salas, no se les puede considerar como si fueran
órganos de excepción si es que forman parte de otras salas que ya forman parte de otras
diferentes salas, que se les ha sido encomendada otro tipo de ciertas materias.

Todo proceso constitucional que busque cuestionar la competencia del órgano


jurisdiccional, queda totalmente improcedente. Todo esto si es que se trate de temas
estrictamente legales, que busca delimitar el contenido que busca proteger el debido proceso.

2.4 Derecho a un juez imparcial

Para que se pueda respetar al juez natural, no es suficiente con que se encuentre presente y
establecido en la ley tribunal competente, sino también se busca que se ejerza la función con
la imparcialidad y la independencia que debidamente corresponde. La independencia busca
asegurar que el juez u órgano juzgador esté totalmente extenso a cualquier influencia externa
ya sea por poderes que sean de manera pública o de forma privada. Para garantizar esta
imparcialidad, se les exige que el juzgador no presente ningún tipo de compromiso con
alguna de las partes presentes procesales o que pueda influir con el resultado del proceso.

El derecho de gozar con un juez imparcial, consta de dos vertientes: Objetiva y subjetiva.
La objetiva es cuando toda persona posee el derecho de poder ser juzgada dentro del marco
donde están determinadas las condiciones orgánicas y funcionales que puedan garantizar así a
las partes, una total parcialidad del juzgador. Y la subjetiva es aquella que trata de dar la
confianza que el juez u el órgano juzgador, no tiene relación ni interés con las personas.

El Tribunal Constitucional, menciona que la autonomía del Poder Judicial compone y


demuestra una garantía de la administración de justicia y los atributos que posee el juez,
siendo este último quien debe ser consciente que representa a la constitución y a la defensa de
los derechos humanos.

Por ello los jueces ante la opinión pública, recalcan que los jueces son imagen de
imparcialidad en su actuación jurisdiccional. Debido a que son las razones de sus decisiones,
su conducta en cada caso y su capacidad profesional expuesta en sus argumentos, lo que
permite a todo juez dar cuenta pública de su real independencia.
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A pesar de ello, las diversas opiniones que son hechas por los mismos miembros del
Poder Judicial sobre los procesos que son vistos de gran relevancia social, mencionan que
aún no han adquirido la calidad de cosa juzgada, generando así que se vea afectada
negativamente la garantía que los jueces vienen buscando, de que son totalmente imparciales.
La presión pública genera últimamente grandes expectativas que lo que hacen es desviar la
posición del juzgador como si fuera un tercero imparcial.

2.5 Derecho a la pluralidad de instancia

Es constitutivo del quehacer jurisdiccional que las decisiones judiciales de un juez de


primer grado puedan ser revisadas por las cortes o tribunales de segundo grado, porque el
error o falla humana en la interpretación del hecho y derecho es una posibilidad que no puede
quedar desprotegida. Por ello, el derecho a la pluralidad de instancias tiene como finalidad
garantizar que lo resuelto por un órgano jurisdiccional pueda ser revisado en instancias
superiores a través de los correspondientes medios impugnatorios formulados dentro del
plazo legal.

Lo cual no implica, de manera necesaria, que todas las pretensiones planteadas por medio
de recursos impugnatorios sean amparadas, ni que cada planteamiento en el medio
impugnatorio sea objeto de pronunciamiento. Tampoco implica que todas las resoluciones
emitidas al interior del proceso puedan ser objeto de impugnación; corresponde al legislador
determinar en qué casos, aparte de la resolución que pone fin a la instancia, puede proceder la
impugnación. El Poder Judicial ha señalado en su Recurso de Nulidad Nº 743-2010 al
respecto que:

”El derecho al recurso vinculado directamente con la pluralidad de instancias— no es


absoluto, en tanto se requiere la previsión de la ley para el acceso a la impugnación
respecto a las resoluciones emanadas del Tribunal Superior; que, por tanto, la
desestimación de una impugnación respecto a una resolución que no se encuentra regulada
en la ley como recurrible, no implica la vulneración del citado precepto constitucional, ni
una decisión irracional o arbitraria, pues no existe una permisión del acceso al recurso”.

Aunque el inciso 6 del artículo 139 no precise la cantidad de instancias a las que es posible
recurrir, el contenido constitucional protegido en este derecho exige que, por lo menos, exista
una doble instancia. El número de instancias puede variar en relación a la naturaleza de las
materias que se discuten en el proceso (civil, penal, administrativo o constitucional).
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A diferencia de lo que ocurre en un proceso judicial, en sede administrativa, la pluralidad


de instancias no es un contenido esencial protegido en el proceso; y es que no toda resolución
puede ser objeto de impugnación en dicha sede. Por ende, el hecho de que en sede
administrativa no se pueda acceder a una instancia administrativa superior no constituye de
manera necesaria una violación al derecho a la pluralidad de instancias.

Asimismo, en el seno de un proceso de amparo no puede cuestionarse el criterio utilizado


por un juez o tribunal al resolver un tema de su competencia. El Poder Judicial en P.A. Nº
982-2010 (LIMA), Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente ha indicado que:

“Ni el amparo es un recurso de casación, ni éste abre las puertas de la justicia


constitucional para que ésta termine constituyéndose en una instancia más, a modo de
prolongación de las que existen en la jurisdicción ordinaria. El Tribunal Constitucional no
puede, pues, revisar las sentencias dictadas por los jueces ordinarios que actúen en la esfera
de su competencia respetando debidamente los derechos fundamentales de orden procesal”.

2.6 Derecho de acceso a los recursos

Aunque el derecho a los recursos o medios impugnatorios no se encuentra reconocido de


manera expresa en la Constitución, forma parte del contenido implícito del derecho al debido
proceso y constituye una derivación del principio a la pluralidad de instancia.

Este derecho exige que toda persona, en plena igualdad, tenga derecho a recurrir o apelar
el fallo por medio de mecanismos normativos ante un juez u órgano jurisdiccional superior, y
a que su recurso sea elevado, a fin de que el órgano jurisdiccional conozca los fundamentos
por los que el recurrente cuestiona la resolución expedida.

En tanto que se trata de un derecho de configuración legal, es tarea del legislador


establecer tanto los requisitos para que los recursos impugnatorios sean admitidos, como el
correspondiente procedimiento que debe seguirse para ello. El Poder Judicial Recurso de
Nulidad Nº 743-2010, Sala Penal Transitoria (Santa) ha establecido al respecto que:

“El legislador ha regulado el sistema de recursos en el Código Adjetivo y ha establecido


aquellos supuestos en los cuales procede un recurso ya sea de nulidad o apelación y, en ese
contexto, su acceso se encuentra legalmente determinado en cuanto a su configuración el
tipo: apelación o nulidad, los casos en que procede referida al tipo de resoluciones que
serán materia de impugnación y los requisitos pertinentes; por consiguiente, el ejercicio del
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recurso de nulidad o apelación siempre será con arreglo al régimen legalmente establecido
en la norma procesal”.

Pero no queda librada a la absoluta discrecionalidad del legislador la configuración in toto


de este derecho, pues las condiciones de acceso no deben de ningún modo disuadir o
entorpecer de manera irrazonable el ejercicio de este derecho.

3. Principios integrantes del debido proceso

3.1 Principio de legalidad

El principio de legalidad que se encuentra explícito en el artículo 2, inciso 24 de nuestra


Constitución Política, comunica y limita la actuación del poder legislativo al momento de
delimitar las conductas prohibidas y sus respectivas sanciones. Con ello, no queda delimitado
por parte del juez al establecer que conductas deben ser punibles, cuáles deben ser sus
correspondientes sanciones, cuáles podrían ser las circunstancia agravantes o atenuantes del
hecho punible, entre otros.

Como derecho subjetivo prohíbe la aplicación de una norma que no se encuentra


previamente escrita, la retroactividad de la ley penal, la analogía y la aplicación de cláusulas
legales indeterminadas, es decir garantiza que las personas sometidas a procesos
sancionatorios que hayan realizado conductas prohibidas previstas en una norma previa
obtengan una sanción contemplada previamente en la ley.

La aplicación de esta norma constituye una exigencia del Estado de Derecho según el
artículo 43 de la Constitución, indica que los poderes públicos se sometan a leyes generales y
abstractas; y por otro lado que los ciudadanos conozcan sus características ya sea
sancionador, restrictivas o limitativas de derechos y sus consecuencias jurídicas de sus actos.

Para resolver el problema de la ley aplicable en el tiempo, nuestro ordenamiento jurídico


ha acogido de la doctrina y la jurisprudencia comparada la diferencia entre una disposición
del derecho penal material y una del derecho procesal penal. Según esta regla donde se
prohíbe la retroactividad de la ley salvo que esta sea favorecedora para el reo. Así el artículo
6 del código penal dispone que se aplicará la norma vigente al momento de la comisión del
hecho punible y en caso de conflicto en el tiempo de normas penales se aplicará la más
favorable al reo, cabe mencionar al momento que marca la legislación aplicable en lo que
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concierne a los beneficios penitenciarios, es la fecha en que se presenta la solicitud para


acogerse a algunos de estos beneficios.

A diferencia de lo que ocurre en el derecho penal material y el derecho procesal material,


la regla que rige en el derecho procesal penal es la prohibición de la retroactividad, por otro
lado, exige que las conductas prohibidas se encuentren claramente delimitadas en la ley. Así,
el artículo 2, inciso 24, de la constitución prescribe que la tipificación de la ilicitud penal
debe ser expresa e inequívoca, que toda la realización del principio de legalidad, por el que
todas las sanciones, sean administrativas o penales, deben estar redactadas con un nivel que
permita a cualquier ciudadano con formación básica comprender la conducta proscrita. En
materia administrativa, la definición de una conducta antijurídica no está sujeta de manera
exclusiva a una reserva de ley, sino que debe ser complementada por los reglamentos
respectivos.

Respecto del principio de legalidad en el ámbito disciplinario laboral, el tribunal


constitucional ha señalado que, mediante el subprincipio de tipicidad o taxatividad que
impone que las conductas prohibidas como faltas laborales que suponen sanciones de índole
laboral estén redactadas para que cualquier trabajador pueda comprender sin dificultad lo que
se está proscribiendo, bajo amenaza de imponer alguna sanción disciplinaria prevista por la
ley.

Cristóbal,[CITATION Cri20 \n \t \l 2058 ] afirma que el principio de legalidad o


primacía de la ley constituye un principio fundamental del derecho penal; en tal
sentido, todo ejercicio del poder público (uis puniendi) está limitado a la voluntad de
la ley y la constitución, lo que establece, efectivamente, una sólida seguridad jurídica.
Es una de las principales garantías de justicia y respeto a la dignidad y libertad
humana, la que no puede ser penalmente limitada salvo que se incurra en una
conducta expresamente prohibida en la ley penal. (p. 264).

3.2 Principio de proporcionalidad de la pena.

El órgano jurisdiccional tiene la determinación de una pena, pues se debe considerar


aspectos relevantes como la gravedad del hecho que se cometió, las circunstancias de la
comisión del delito, la extensión del daño causado, la condición de reincidente del imputado,
entre otros, con la finalidad que la pena sea de acuerdo con la culpabilidad del hecho, al igual
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que el monto de reparación civil debe ser acorde con la magnitud del daño causado al
agraviado.

El poder judicial ha indicado al respecto que. Para determinar la pena se tiene que tener
presente el principio de proporcionalidad para evitar que se llegue a un exceso y no cumpla
su finalidad constitucionalmente legítima, en primer lugar a señalado la clase de pena los
criterios necesarios para que el juzgador pueda individualizarla, pena concreta que dentro del
entorno debe observarse el principio de proporcionalidad establecido como un criterio rector
de toda actividad punitiva del Estado para evitar perjuicio para el autor que sobrepase la
medida de su culpabilidad por el hecho.

Que permite razonablemente el año y la trascendencia de la acción desarrollada por el


agente culpable bajo el criterio de la individualización, así como cuantificar la gravedad del
delito y su modo de ejecución, el peligro ocasionado y la personalidad de presunto
delincuente, que comprende la edad, educación, condición económica y medio social
conforme lo disponen los artículos 45 y 46 del código penal.

Respecto a la pena de inhabilitación, el artículo 39 del código penal dispone que la pena
principal se extiende de seis meses a cinco años, en cualquier caso, la variación de la pena de
inhabilitación, a principal accesoria según sea el caso, no debe redundar en perjuicio del
recurrente, así mismo, existen mecanismos favorables a la reducción de la pena, como la
conclusión anticipada de los debates orales, esto es, el reconocimiento unilateral y voluntario
de las acciones que dieron lugar al delito.

3.3 Principio Ne bis in ídem

Señala la constitución de manera clara, el ne bis in es un derecho implícito del derecho a la


cosa juzgada, por el cual una misma persona no puede ser juzgada por los mismos motivos,
se puede reconocer dos contenidos esenciales constitucionalmente protegidos en este
principio: uno material y otro procesal. El primero, no pueden recaer sobre un mismo sujeto
dos o más sanciones por un mismo delito; de lo contrario se haría un uso excesivo del poder
sancionador y el segundo, no se pueden iniciar dos o más procesos con el mismo objeto, es
decir los órganos jurisdiccionales.

Con ello impide la dualidad de procesos, es decir la existencia de procesos de igual


naturaleza con el mismo objeto. Pero no puede afirmarse que con la existencia de dos
juzgamientos en sede penal o administrativa se encuentre dos investigaciones contra una
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misma persona afectando el principio de ne bis in ídem cabe verificar si en alguno de los
procesos ya se dictó una decisión con autoridad de cosa juzgada.

En este supuesto, el órgano administrativo quedará vinculado a lo que haya declarado


como probado o improbado en el proceso penal, al verificar la vulneración a este principio,
debe comprobarse la presencia contra tres distintos elementos, la identidad de la persona
perseguida, la identidad del objeto de persecución y la identidad de la causa de persecución.
Como se ha indicado el principio de ne bis in ídem actúa respecto a resoluciones que han
adquirido la calidad de cosa juzgada, así garantiza que las resoluciones que han puesto al
final del proceso judicial no sean recurrentes ante la interposición de medios impugnatorios,
ni sean modificadas, y mucho menos dejadas sin efecto, por ello no es impedimento para que
este principio sea asimismo aplicable en todos los autos que ponen fin a un proceso penal.

Cabe destacar que las resoluciones fiscales emitidas por el Ministerio Público, en la que se
afirma que no hay mérito para formalizar denuncia, no es cosa juzgada, por lo que el acusado
puede ser posteriormente investigado, e incluso denunciado por los mismos hechos, así
mismo cuando la declaración fiscal indica que el hecho no establece un ilícito penal, genera
un estatus inamovible.

Por consiguiente, para determinar si dos sanciones impuestas violan el principio ne bis in
ídem no es por los mismos hechos una persona sea sancionada, ya sea administrativa y
penalmente de manera correlativa ello podría acontecer siempre que los actos supongan una
infracción de un bien jurídico administrativo y simultáneamente de un bien jurídico penal,
sino que la conducta antijurídica, a pesar de afectar un solo bien jurídico, haya sido
sancionada dos o más veces.

3.4 Principio de congruencia

Forma parte del contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de


las decisiones judiciales, cada vez que impone al órgano encargado de resolver un
determinado conflicto, el deber de pronunciarse sobre las pretensiones postuladas por las
partes.

En efecto quiere decir que la motivación de las resoluciones judiciales, el órgano judicial
no puede defender su posición en algo que no haya sido mencionado por las partes, así como
tampoco puede resolver pretensiones que no hayan sido solicitadas, por el contrario, si el juez
18

no sigue con estos mandatos estaría actuando de manera arbitraria ya que se emitirían
sentencias incongruentes como:

La sentencia ultra petita, cuando se resuelve más allá del petitorio o los hechos, la
sentencia extra petita, cuando el juez se pronuncia sobre el petitorio o los hechos no alegados,
la sentencia citrapetita, en el caso que se omite total pronunciamiento sobre las pretensiones
formuladas y la sentencia infrapetita, cuando el juzgador no se pronuncia sobre todos los
petitorios o todos los hechos del litigio, siendo que tales omisiones y defectos infringe el
debido proceso.

Con la violación de este principio se ven afectados los derechos ya sea a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, también el ámbito del proceso civil, derecho a la
defensa y derecho a ser juzgado por un juez imparcial, por esta razón entro de un proceso
civil y en virtud de lo dispuesto en los artículos 302, 374, 429 y 440 del código procesal civil
las partes no pueden presentar nuevos argumentos o pruebas, con la excusa de que la otra
parte no tuvo la oportunidad de contradecir los mismo, el juez no puede subrogar el papel de
la parte y basar sus decisiones en hechos que no hayan sido presentadas por la partes cuando
correspondía.

De lo contrario, el juez estaría violando su deber de congruencia, y además el derecho de


defensa de las partes.

3.5 Principio de favorabilidad

Este principio tiene su base en la aplicación conjunta del principio de legalidad penal y de
la retroactividad favorable de la ley penal. Así mismo las normas que entraron en vigor con
posterioridad serán aplicables siempre y cuando resulte favorable con el procesado, esta
exigencia

Está reconocida en el artículo 139, inciso 11 de la constitución. Sin embargo en caso de


duda o conflicto de leyes penales, la norma aplicable debe ser la más favorable al reo, este
recurso solo es aplicable en el derecho penal sustantivo, pues allí se presenta el conflicto de
normas en el tiempo, en consecuencia deriva de este principio es que toda ley que organiza
una política criminal del estado debe preservar los fines de la pena dentro de un Estado social
y democrático de derecho, de modo que resultaría inconstitucional que se dicten medidas
contrarias a los derechos fundamentales de los procesos.
19

Reyes, [CITATION Rey20 \n \t \l 2058 ]. “El principio de favorabilidad e encarna


diversas categorías jurídicas siendo un derecho Constitucional fundamental, un principio y
una regla. Es de obligatorio cumplimiento y su observancia no implica ponderación con otras
reglas o principios, sencillamente debe aplicarse sin excepción cuando concurra una sucesión
de normas y una de estas represente una posibilidad más beneficiosa en cualquier sentido
para los intereses del procesado”. (p. 14).

3.6 Principio de publicidad de los procesos

El artículo 139, inciso 4, de la constitución exige la publicidad de todo proceso judicial,


salvo exista disposición contraria a la ley. Así. El artículo 73 del código de procedimientos
penales permite al juez determinar si un proceso se mantiene en reserva por un tiempo
determinado, pero tal reserva no se puede extender a todo el proceso, sino sólo a las pruebas
ofrecidas entre el auto de apertura de instrucción y el auto en virtud del cual se pone la
instrucción a disposición del defensor durante tres días en el juzgado, el principio de
publicidad el artículo 8, inciso 5, de la convención americana señala que.

El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los
intereses de la justicia, obviamente estos límites se aplicaran solo si existen elementos
objetivos que lo justifiquen, caso contrario se estaría vulnerando el derecho al debido
proceso.

Cubas, [CITATION Cub031 \n \t \l 2058 ] . Afirma que La finalidad de la


publicidad es que el procesado y la comunidad tengan conocimiento sobre la
imputación, la actividad probatoria y la manera como se juzga, así la comunidad
podrá formarse un criterio propio sobre la manera como se administra justicia y la
calidad de esta. La regla general es que los juicios deben ser públicos, salvo cuando
sea necesario para preservar los intereses de la justicia, de este modo ha sido recogido
en la Convención Americana de Derechos Humanos (art. 8 inc.5). Nuestra ley señala
la excepción al principio de publicidad cuando se trate de tutelares intereses
superiores, tal es el caso del derecho al honor de una persona y en los casos de delitos
contra la libertad sexual. (p.160)

3.7 Principio de prohibición de la analogía in malam parte

Este principio señala que la persona es libre de realizar todo aquello que no esté prohibido
en una ley, y no puede estar obligado hacer aquello que la ley no manda, estos principios no
20

pueden comprenderse de manera absoluta. Así mismo, las limitaciones a los derechos
fundamentales sólo pueden establecerse respetando el principio de legalidad y las normas que
restringen derechos están impedidas de ser interpretadas de manera analógica o in malam
partem.

Este principio no debe entenderse sólo en el ámbito del derecho penal procesal, sino que
puede ampliarse en el ámbito del derecho penal y procesal penal, sino que puede extenderse a
un procedimiento administrativo, público o privado y de manera especial cuando el Estado
actúe con una medida limitativa de derechos. Si bien la analogía está proscrita en el derecho
penal, y en general en la aplicación de medidas que limitan derechos.

3.8 Principio de acusatorio

Es un principio proveniente del derecho de defensa, por el cual el órgano jurisdiccional


debe pronunciarse guardando observancia de la acusación fiscal y las normas que rigen el
proceso penal peruano. La acusación y el ejercicio de la acción penal es una exclusiva
atribución del Ministerio público, tal como lo reconoce el artículo 159 de la constitución.

A falta de una acusación, es prohibida la emisión de cualquier sentencia condenatoria. El


poder judicial ha iniciado al respecto que, el objeto del proceso se concreta en la acusación
fiscal y es delimitado por el Ministerio Público, titular de la acción penal y responsable de la
carga de la prueba, lo que otorga al sistema de enjuiciamiento determinadas características,
no existe juicio sin sanción, no puede condenarse por hechos distintos de los acusados ni a
persona distinta de la acusada y no pueden atribuirse al juzgador poderes de dirección
material del proceso; que en tal virtud el fiscal no acusa, el órgano jurisdiccional no está
facultado a ordenar al fiscal que formule acusación, conforme al artículo 263 del código de
procedimientos penales.

El fiscal puede solicitar al tribunal una prórroga para formular una acusación
complementaria, cuando de los debates se concluya que el delito reviste un carácter más
grave que el indicado en el escrito de acusación, cabe señalar que al revocar una resolución
que dispone de sobreseimiento no atenta contra el principio acusatorio, las atribuciones del
Ministerio Público como titular de la acción penal, sólo permite a las partes del proceso a
cuestionar los fundamentos de lo resuelto en sede jurisdiccional.
21

3.9 Principio de preclusión procesal

La raíz latina de preclusión es preclusiva, significa clausurar, cerrar el paso. Se define


como la pérdida, extinción o consumación de una facultad legal. Esto implica, entonces, que,
clausurada una etapa procesal, agotado el plazo perentorio la oportunidad se clausura, es
como una especie de compuerta se cerrará tras los actos consumados e impidiendo su regreso.

El principio de preclusión persigue ordenar el debate y posibilitar el avance del proceso,


fortaleciendo etapas cumplidas y negando la posibilidad de retroceder a las etapas
consumadas, así mismo permite la aceleración del procedimiento, la descongestión,
protección del tiempo, trabajo y costos realizados en el proceso, y tiene por efecto que, al
concluir el plazo señalado para la actividad específica, el acto ya no puede realizarse, o sea
que surte efecto preclusivo.

Artavia y Picado, [CITATION Art10 \n \t \l 2058 ]. “Confirma que proceso se va


desarrollando en diferentes etapas cada etapa se va cerrando para dar entrada a la
siguiente etapa, así el proceso se convierte en una acción de avance y
desenvolvimiento. El principio de preclusión exige que el acto y la facultad no
ejercida, dentro del plazo legal caduca, se pierde, por su no ejercicio estos actos
procesales cumplidos han quedado ya firmes y clausurados y no puede volverse sobre
ellos”. (pag.19)

4. Garantías Judiciales

En relación a las garantías judiciales se puede dar a conocer que estas en su concepción
original se refieren a todos aquellos derechos que tiene como finalidad la protección de la
persona por lo tanto son mecanismos que permiten a los individuos defender y hacer respetar
sus derechos por ende es sinónimo a las garantías procesales, cabe resaltar que este derecho
es vital y de especial importancia ya que este es la tutela de todos los demás derechos de la
persona, por lo tanto lo que se busca es eminentemente lograr un conjunto de requisitos pues
estos deben de cumplirse, así mismo pueden aplicarse en las instancias procesales e incluso
se lleva a cabo en la etapa del interrogatorio o la investigación, esto con la única finalidad que
se dé una propia y a la vez verdadera garantía judicial.

Prosiguiendo con el tema de Las Garantías Judiciales podemos nombrar al reconocido


jurista quien en La Convención Americana de Derechos Humanos y su Proyección en el
Derecho [CITATION Enr13 \l 3082 ] afirma que “El artículo 8 de la Convención Americana
22

consagra, bajo la denominación de Garantías Judiciales, uno de los pilares fundamentales


sobre los que se construye todo el sistema de protección de los derechos humanos, cuyos
límites al abuso del poder estatal representan la garantía básica del respeto de los demás
derechos reconocidos en la Convención: El derecho al debido proceso legal [CITATION
Enr13 \p 128 \n \y \t \l 3082 ].

Es importante reconocer que La Corte interamericana de Los Derechos Humanos nos


precisa que las garantías sirven para proteger la titularidad de un derecho, de igual forma
indica que se tiene la obligación de reconocer como también respetar los derechos y las
libertades de las personas, del mismo modo se tiene que proteger como asegurar su respectivo
ejercicio esto a través de las respectivas garantías, por consiguiente nuestra Constitución
Política del Perú en el título I cap. 1 Art. 1”La defensa de la persona humana y el respeto de
su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado”.

Así pues, [ CITATION Mac16 \l 3082 ] “Sostiene que la “expresión garantías


judiciales no puede referirse sino a medios judiciales idóneos para la protección de tales
derechos, lo cual implica la intervención de un órgano judicial independiente e imparcial,
apto para determinar la legalidad de las actuaciones que se cumplan dentro del estado de
excepción” [CITATION Mac16 \p 19 \n \y \t \l 3082 ].

4.1 Independencia judicial

Cabe considerar que la independencia judicial brinda seguridad jurídica, por ende es una
característica del Estado de Derecho, puesto que este sistema se rige por el gobierno y las
leyes, mas no por el gobierno de los hombres, por lo tanto se precisa que todos son iguales
ante la Ley, por consiguiente se debe aplicar del mismo modo para todos, en consecuencia
exige al Estado Constitucional de Derecho garantizar que la impartición de justicia sea de
forma independiente de los poderes públicos y privados, dentro de este orden de ideas el
jurista .

[ CITATION Lam12 \l 3082 ] Enfatiza que “La independencia y responsabilidad en el


ejercicio de la función jurisdiccional es un principio-garantía constitucional-que permite a
los órganos jurisdiccionales que en el ejercicio de su función no puedan verse afectados por
las decisiones o presiones extra-jurisdiccionales, ajenas a los fines del proceso” [CITATION
Lam12 \p 02 \n \y \t \l 3082 ].
23

En ese sentido aquella autoridad judicial que se encuentre en el ejercicio de su función


jurisdiccional, este no se puede sujetar a la voluntad de otros órganos judiciales, salvo el caso
medie un medio impugnatorio, por otro lado, que la autoridad judicial, esto en el desempeño
de la función jurisdiccional que ejerza, no pueda por lo tanto sujetarse a los intereses de
órganos administrativos de gobierno, que puedan existir dentro de la organización judicial.

4.2 Exclusividad de la función judicial

LA exclusividad de la función judicial se encuentra consagrado en el inciso 1 del artículo


139 de la Constitución, por lo tanto, el Estado tiene la exclusividad de la administración de
justicia; por ende, refiere que tiene el poder, el deber de solucionar la Litis (enfrentamiento,
disputa), no obstante, el Artículo 146 párrafo 1 y 2 de la Constitución precisa que el ejercicio
de la función jurisdiccional es incompatible con la práctica de tareas o funciones distintas a la
del Poder Judicial; es decir ejercer otros cargos públicos, salvo el de la docencia, inclusive a
no desarrollar labores privadas, ya que ello puede. impactar en la exclusividad y así mismo en
la independencia de su función judicial, no obstante, cabe señalar que una de sus excepciones
al principio de exclusividad y unidad se encuentra representada por la existencia de la
denominada jurisdicción especializada militar.

El principio de exclusividad de la función jurisdiccional supones en otro aspecto que los


jueces militares no pueden desempeñar ninguna otra función que no sea la jurisdiccional para
el conocimiento de las materias como los delitos de la función que son exclusivamente
castrenses, por lo tanto, determina que sí pueden ejercer la labor universitaria, mas no podrán
desempeñar ninguna función de carácter administrativo militar o de mando castrense entre
otras actividades. Así mismo advierte que los principios de unidad y exclusividad judicial no
niegan la existencia de jurisdicciones especializadas, como las encomendadas al Tribunal
Constitucional, el jurado Nacional de Elecciones, el arbitraje, así como las comunidades
campesinas y nativas, todos ellos ejercen de manera formal funciones jurisdicciones en las
materias de su competencia

4.3 Inamovilidad de los magistrados

La inamovilidad de los jueces es una garantía que se basa en la independencia del Poder
Judicial, este les brinda a los magistrados estabilidad laboral en el desempeño regular de sus
funciones, es decir no pueden ser trasladados sin su consentimiento, salvo por necesidad al
trabajo. En consecuencia El tribunal jurisdiccional[ CITATION Tri09 \l 3082 ] Sostiene que
24

“El principio de inamovilidad en el cargo ha sido definido por este Tribunal en el sentido de
que “la garantía de la inamovilidad de los jueces durante su mandato no sólo determina el
status jurídico de los jueces, sino que debe entenderse, a su vez, como una garantía de
justicia para el administrado, indispensable para reforzar la estabilidad judicial en un
Estado Democrático” (…) “A efectos de tutelar la independencia e imparcialidad de los
jueces militares y evitar que puedan ser sometidos a algún tipo de presión o interferencia en
el ejercicio de la función jurisdiccional, a ellos se les debe garantizar la inamovilidad en sus
cargos” [CITATION Tri09 \p 19 \n \y \t \l 3082 ].

Así mismo es indispensable precisar que el Artículo 29 de la Ley N 29182, como también es
similar a la establecida para el término de la función jurisdiccional en el Tribunal
Constitucional, Ley N28301, Artículo 16, de igual forma está establecido en el Poder Judicial
, Ley 29277, Artículo 107, todos ellos ordenan que los jueces cesan en el cargo sólo por
muerte, renuncia, también por límite de edad, inclusive por separación por medida
disciplinaria, así mismo por incompatibilidad sobreviviente e impedimento ya sea físico o
mental permanente, ello tiene que ser acreditado y a su vez declarado por la autoridad
competente.

4.4 Permanencia de los magistrados en el servicio

La Constitución en el inciso 3 del Artículo 146 reconoce que tienen derecho todos
aquellos que tiene la condición de jueces y también miembros del Ministerio Público, así
mismo precisa que deben permanecer en el servicio judicial mientras ellos mantengan una
conducta e idoneidad propia de su función, por lo tanto cabe precisar es una condición para
permanecer en el cargo, el puesto de trabajo, también en este aspecto la Constitución no
especifica un límite de edad para ejercer la función jurisdiccional, también cabe precisar que
transcurridos siete años de ejercicio del cargo se le ratifica.

4.5 Igualdad de armas

Igualdad de armas o también llamado igualdad procesal el cual inclusive se le denomina


proceso equitativo por lo tanto este tiene como principal fundamento que todas las partes
intervinientes en una investigación o un proceso estos cuenten con una igualdad de
oportunidades que sean probatorias y también de cautela de sus derechos, básicamente se
refiere que se deben respetarse las reglas.
25

[ CITATION Sim21 \l 3082 ] Plantea “El principio de igualdad de armas es un mandato


esencial que consiste en que “cada parte debe tener una oportunidad razonable para
presentar su caso en condiciones que no la pongan en desventaja con respecto a su
oponente” [CITATION Sim21 \p 01 \n \y \t \l 3082 ].

4.6 Garantía de interdicción de la reforma peyorativa de la pena.

La interdicción de la reformatio in peius o reforma peyorativa de la pena es una garantía


del debido proceso implícita en nuestro texto constitucional, esta se identifica íntimamente
con el derecho de defensa, ya que agravar una pena para condenar por un ilícito que no haya
sido materia de acusación, importa una grave afectación del derecho. Cabe señalar que la Ley
27454 modifica el Artículo 300 del Código de Procedimientos Penales, ya que dispone que
sólo cuando un sentenciado solicite la nulidad de la sentencia condenatoria, en este aspecto la
instancia decisoria no podrá, de ser el caso, aumentar el cuántum de la pena, por lo tanto se
extiende también a la reparación civil, es decir, cuando la impugnación sólo fue efectuada por
algunas de las partes, entonces la demanda debe ser desestimada, de forma distinta actúa el
Estado cuando este se encuentre disconforme con la pena que se haya impuesto es en tal caso
que a través de un recurso impugnatorio, el juez de segunda instancia cuenta con la facultad
de acusación aumentar dicha pena, obviamente siempre que guarde una relación con la
materia.

4.7 A la legítima defensa

Entre tanto en lo que respecta a la legítima defensa como bien sabemos, todos tenemos
derechos que se encuentran establecidos en nuestra Carta Magna donde claramente establece
que no debemos confundir con el derecho de defensa, estableciendo márgenes que
diferencian ambos conceptos, teniendo en cuenta entonces que en el DERECHO A LA
DEFENSA especifica puntualmente “El principio de no ser privado del derecho de defensa
en ningún estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de
la causa o las razones de su detención” contemplado en al Artículo 139, inciso 14 de la
Constitución, mientras que A LA LEGÍTIMA DEFENSA está planteado en el Artículo 2,
inciso 23, e indica que está en concordancia con el inciso 24. A la libertad y seguridad
personal establecida en nuestra Constitución, que la libertad es un derecho subjetivo.
26

CONCLUSIONES

 El debido proceso permite que el proceso incorpore las referidas aspiraciones de


derecho justo, exigiendo el desarrollo de unos procedimientos equitativos en los que
sus participantes deben ser escuchados en términos razonables

 El debido proceso es el derecho fundamental que posibilita que el proceso ponga a


las partes, que buscan protección de sus derechos en una situación de igualdad,
27

procurando convivencia pacífica en una comunidad que reclama de un sólido actuar


del juez.

 Parte del debido proceso, es que la persona que está siendo imputada, tenga el
acceso a la información general del procedimiento por el cual va a tener que pasar.
Teniendo presente que están en su total derecho, el tener una buena defensa, ya sea de
manera individual o a través de un tercero. Al mismo tiempo, darles la confianza de
poder presentar todas las pruebas necesarias para su debida defensa.

 Se ha visto que, así como el procesado debe ser tratado con dignidad y con gran
defensa, también es importante poder brindar la tranquilidad, que la persona u el
órgano que está llevando el caso, es totalmente imparcial al momento de decidir sobre
el procedimiento. Con ello se busca brindar confianza no sólo al procesado, sino a
toda la población.

 Es evidente que las garantías judiciales del debido proceso, son derechos que tiene
como finalidad el derecho de la defensa, en lo que refiere a los temas tratado en este
trabajo, están desarrollados bajo el bosquejo planteado por la Convención Americana,
así mismo resulta evidente que son aplicados a la vez desarrollados por los estados
principalmente el nuestro, cabe precisar que las garantías judiciales que informan el
debido proceso tiene un carácter dual, ya que por una parte son una garantía para el
buen funcionamiento judicial en sí, y por otro lado este involucra el respeto de otros
derechos fundamentales.

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