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Derecho penal y castigo en el Uruguay (1878 - 1907)

INTRODUCCIÓN

La temática criminal es un abordaje marginado por los historiadores relacionado al


mundo jurídico evitando el estudio de los comportamientos sociales, políticos y
geográficos. Asimismo, realiza una recopilación de los diferentes estudios referidos
a lo penal y el castigo y sus respectivos aportes para la reconstrucción de una
historia del delito, con una fuerte carencia sobre el sujeto.

La dimensión penal también ofrece insumos para entender el proceso modernizador


trazando una evolución del castigo físico al trato con los criminales, esto se ajusta a
una nueva corriente historiográfica que se enfrenta al derecho tradicional
ocupándose del relacionamiento sociedad - Estado.

Argumenta afirmativamente cambios padecidos en Uruguay que tienen una larga


duración coronándose en un nuevo Código Penal que representa los caracteres
republicanos del Estado, proceso que inició en marzo de 1877.

La urgencia del código penal se evidencia en los periodos de crisis con los
aumentos de inseguridad fuertemente en el campo: el abigeato; situación que se
cuestionó legalmente con la Constitución de 1830. Se pasó del castigo físico a la
cárcel y las condiciones de esta como eje articulador del debate de la sociedad.

El espacio carcelario fue clave para la nueva actitud que se pretendía alcanzar, el
voto de confianza social fomento la seguridad en que el espacio carcelario debía
castigar a los criminales dentro del espacio privado para su conversión (sucediendo
durante el siglo XIX). El recluso se alineó con una arquitectura específica.

Se recurre a una reforma moral y material del país que tiene su correspondencia y
atención a las formas de castigo, en este sentido podemos apreciar la criminalidad
como una problemática del Uruguay (Se puede incorporar la lectura de Beltrán para
profundizar en el tema).

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La competencias nacionales de las cárceles a mediados del siglo respondía al
nuevo estado de las sociedades modernas.
Se produce una dicotomía para referir al delito: a) contra la persona; b) contra la
propiedad y se busca por un lado, analizar el modo en que Uruguay se ubica en
relación a dicho proceso y por otro, caracterizar a la figura del criminal. Otra
dimensión analítica corresponde a los cambios elementales que hacen al objeto de
estudio: el sistema penitenciario y la pena.

Nos proporciona ciertas puntualizaciones para el encuentro con la fuente como lo


son:
1. la crítica de la documentación

2. Su relevamiento y sus criterios de clasificación

3. Su conservación

El delito fue tomando lugar dentro de la cronología de estudio y fue un tema central
siendo cotidiano para el Uruguay y su frecuencia dio voz a los medios de
comunicación al respecto del tema. Siendo una realidad extraída de las fuentes
disponibles.

Explica los cambios que supuso el objeto de estudio en cuanto a delimitación del
mismo como la estructura general de la tesis y su diagramación por variable de
análisis analizada: delito y castigo (p. 22).

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CAPÍTULO 1° - EL DELITO

El crimen es una acción opuestas al bien público que se alinea con la vida, la
integridad física y la propiedad. Se define al delito como una actitud antijuridica que
se regula por ley.

La normativa uruguaya del siglo XIX tuvo como referentes otras normativas
nacionalistas americanas estructurando el cuerpo escrito en grandes principios, los
délitos particulares y concretos, y las faltas, todo explicito en el artículo 1°: "toda
acción ú omisión voluntaria castigada por disposición expresa de la lei penal" (p.
24). Toda situación esta regulada por ley contrastando con la situación anterior y
explicitada por Vazquez Acevedo.

Se establecio firmemente los lineamientos respecto del delito y se clasifico cada


acción delictiva conforme a lo que se protegía exponiendo 11 divisiones. Así se
refiere a un bien jurídico que se sostiene en el Código; no debemos olvidar que, el
crimen es uina construcción social por lo que también la criminalidad debe
analizarse a la luz de los hechos sociales. Un ejemplo evidente fue el Código Rural.

Se fue especializando las areas de lo jurídico y emergen políticas criminales que


sirven como defensa y control social sobre los sujetos diferenciando al delito del
delincuente. La segunda mitad del siglo XIX no fue exenta de inseguridades y
ataques a la propiedad.

La acción estatal enfatizó en las garantías contra la propiedad y promovió cambios


en la organización policial en los espacios rurales y urbanos. De esta forma
debemos apreciar que la delincuencia fue un problema serio y frecuente en la
campaña, razón esencial que movilizó a las reformas. Se produce un alejamiento
del policía como figura exclusiva de la familia pudiente conforme a los nuevos
criterios sociales.

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Además se sostiene un problema salarial y policial que convoco como tema político
lo que implico la iniciativa del Poder Ejecutivo donde se ponía énfasis en el pueblo
como responsable de mantener la organización (con su apoyo), aquí se hallan
propuestas encontradas. Posteriormente, se comenzaron las divisiones de los
funcionarios en la capital funcional hasta finales de siglo.
El policía se concentró en funciones específicas como el control del orden público,
también, la prensa expresó opinión al respecto con evidencias empíricas y
colocandose en el mismo proceso investigativo que los especializados.

Con la prensa se cotidiano el crimen y este ocupo un espacio central en las noticias
como el progreso en la crónica policial, del mismo modo, este detalle actuaba de
forma negativa sobre la moralidad, según opiniones. Del mismo modo, se hizo
necesaria la presencia policial de forma rutinaria y diaria.

La crónica roja se desarrolló de forma tal que se profundizo sobre las características
del crimen y del delincuente, cuestión que priorizo la protección para evitar la
ejecución del delito. Se enfatizó entonces en la problemática del delito pasando a la
órbita estatal. Asimismo, se termina de configurar el perfil del delincuente y las
caracteristicas de su acción. Los abusos de poder de la autoridad fueron
emergiendo con mayor frecuente. Se evidencia un nuevo orden institucional.

La unificación de los procedimientos policiales se hizo por la acción política para


regular la violencia impartida. En los sectores populares se incremento la
criminalidad, en lo referido a lo demográfico hay un componente inmigratorio
relevante. En el medio rural se efectuo una fuerza de trabajo que se desplaza a la
ciudad. En Uruguay es variable la criminalidad sobre finales de siglo.

Las variaciones en los indices marcan cambios en cuanto a la eficiencia de los


miembros policiales como de su organización institucional con las cárceles, por
ejemplo en el siglo XIX la cárcel Penitenciaria. La cárcel toma el lugar reivindicatorio
a principios del siglo XX. También se produce la criminalidad femenina contra las
propiedades y los hijos. Se relaciono además con cuestiones políticas. Los delitos
se produce contra las personas (datos en la p. 47).

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Desde la prensa se humaniza al criminal lo que es una atracción para el lector,
también se refiere y aborda la persecución en relación al honor de la persona
(infanticidio y aborto principalmente). Se regulariza la situación y estos casos a
través de las disposiciones jurídicas sujetas a revisión y especificidad.

Otra dimensión analizada son los referidos en contra de la buena voluntad en este
caso con un fuerte énfasis sexual, se pone de manifiesto el desarrollo respecto de la
noción de "espacio privado". Se aborda el procedimiento que se efectua para tales
casos y se cuestionamiento social en parametros efectivos y morales.

CAPITULO 2 -

Se enfatiza en la trasposición de la figura del delincuente desde la prensa al


cotidiano mediante su descripción. La criminalidad ocupó un lugar propio en las
sociedades y se acoplo a los tiempos modernos como enfermedad social.

El avance de los conocimientos científicos daba herramientas e insumos para el


mejor comportamiento social que transformaría los modos de vida del Uruguay, las
escuelas de criminología rioplatenses incidieron en la forma de ver el delito y de
pensar lo criminal. Su aproximación al criminal lo categorizo como persona anormal
moral y socialmente; se lo doto de una naturaleza propia buscando desde diferentes
escuelas de pensamiento un argumento sólido para tales afirmaciones.

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