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En un mundo de creciente expansión de su imaginario geográfico, se van ampliando los márgenes

y horizontes culturales del mundo, en especial del europeo. El conocido refrán, “las vueltas son las
que dejan”, nos da la ilustración del viaje emprendido por los barcos comerciales europeos, ya sea
por el Atlántico o el Mediterráneo y sus regresos cargados de misterios, tanto materiales como
inmateriales. En esta época donde pululaban viajes hacia tierras desconocidas, el imaginario europeo
de la misma manera estaba en un proceso de ensanchar sus límites para comprender los “nuevos
mundos” pisando terrenos desconocidos.
Como lo señala Montaigne con un estilo socrático del “conócete a ti mismo”, el humanista francés
invita a cuestionarse. El ¿Qué sé? se configura como una interrogante vivificante, pues en ella
subyace un continuo cuestionamiento de los terrenos por lo que transita y ha transitado nuestra
mente, además de lo que podemos percibir aún como desconocido1. De esta manera nuestra tesis se
basa en responder ¿Cuál es el motor que mueve y transforma las categorizaciones sólidas o
afirmativas en una nueva comprensión de la realidad, nuestro pequeño microcosmos del presente ?
Categorizar para comprender, se articula como una de las máximas de este periodo, pero debemos
tener cuidado: la misma comprensión transforma a lo que define y a quien define. En otras
palabras, definir es conquistar, pero a la misma vez el conquistado recibe para sí algunas de las
cualidades de lo sometido, de esta manera va cambiando la forma en que percibe su realidad. Nos
podemos ejemplificar en el “Funes el Memorioso'' de Borges, personaje a quien podríamos
atribuirle la cualidad de poseer una colección de recuerdos total, lo que a su misma vez le produce la
incapacidad de pensar, comprender o categorizar nuevos conocimientos. Lo anterior, en el plano
del “mundo real” nos da la impresión de crear un microcosmos aspirando a un orden inexistente o a
su vez, en permanente cambio. La transformación del receptor de estos agentes, el “coleccionista” en
su intento inacabado de ordenar el caos, siempre posee un espacio para la pieza siguiente, la cual le
dará nuevos significados, o simplemente se asemejara al orden de las ya categorizadas.
Así es cómo ponderamos a lo desconocido o incomprensible como lo que nos hace reactivar el
proceso de nuestro imaginario -lo comprensible- y buscar algún tipo de categorización para
mantener un orden aunque precario y “temporal” en nuestros microcosmos, reactivando otra vez la
pregunta de Montaigne: ¿ Que sé ?

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fuente de montaigne
En primer lugar para responder nuestra tesis, nos afianzamos en un descubrimiento que cambia por
completo la mentalidad del mundo europeo, descubrimiento que viene a despertar del letargo a los
“pensadores” del viejo mundo2. Para poder comprender lo que significó este cambio de paradigma
en las mentes europeas, podríamos realizar el ejercicio y los cuestionamientos que nos surgirían si se
descubriera la existencia de Selenitas en el lado oscuro de la Luna o una civilización avanzada de
Marcianos en el planeta rojo. El “nuevo mundo”, el continente isla o simplemente América, como
colección de una “pieza” geográfica, viene a complementar el puzzle de la tierra firme en el planeta.
Para poder comprender los nuevos territorios, los europeos debieron sacudirse de su ideario
medieval y crear nuevas herramientas no solo geográficas, sino que además teológicas y filosóficas
para incorporar al nuevo mundo en su renovado imaginario, dando un paso hacia la modernidad,
siendo este mismo el “hito” que cambia y se establece como el fin de una “Edad” y el inicio de la
siguiente.
El continente conquistado es redefinido, Abya Yala como los denominaban sus habitantes
originarios, pasa a ser América, un ente dotado con un nuevo “ser” desde Europa3. Pero no
solamente el sometido es transformado, el conquistador a su vez también va sufriendo los cambios
liberándose de la antigua “prisión”; el ecumene europeo y viéndose a sí mismo como el portador de
la civilización y el progreso obligado a llevarlo a todos los rincones del mundo. De esta manera
América o Abya Yala como lo desconocido e incomprensible pasa a ser un motor que mueve y
transforma las categorizaciones sólidas o afirmativas en una nueva comprensión de la realidad .

En segundo lugar cambiaremos de escala, pasando de continentes a personas. En primer lugar


hablaremos de León el Africano; “El pájaro anfibio”, nacido en Granada, cambia de continente
hacia el sur luego de la anexión de los españoles del último territorio del Al Andalus en la península
Ibérica. El joven al-Hasan Al-Wazzan se establece en la ciudad de marruecos Fez, donde se convierte
a temprana edad en el acompañante de su tío en las misiones diplomáticas del sultán Muhammed
al-Burtughali, puesto en el cual visita y conoce varios y distintos sectores de África4. al- Hasan Al
Wazzan es un faqih, es decir un conocedor de las leyes islámicas, una especie de jurista de la escuela

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el dragon y el cordero tartaro, bloom
3
Edmundo ogorman
4
Natalie 60-64
malakita de derecho, predominante en el Magreb en ese tiempo5. El granadino no sólo es entonces
un conocedor de la geografía de África, sino que además es instruido en las costumbres de los
distintos pueblos a los cuales visita en sus misiones diplomáticas6. Capturado en 1521 por piratas
cristianos, es enviado como “regalo” al Papa Leon X, donde es bautizado como “Giovanni Leone di
Medici” (León El africano), aunque nunca se supo si su conversión fue real o solo formó parte del
taqiyya, forma de camuflarse entre extranjeros no musulmanes para no poner su vida en riesgo entre
los cristianos. Exactamente dos siglos más tarde , nace Angelo Soliman, esclavo que pasa a
convertirse en preceptor de Luis I de Liechtenstein. Observamos así como el esclavo africano se
transforma en un “noble salvaje”7. Ambos personajes venidos desde África, son esclavizados aunque
logran con distintas estrategias adaptarse a su nuevo medio. El primero como un humanista
“marginal” y el segundo como parte de la nobleza. Ambos como esclavos son “ofrendas” a diferentes
autoridades, es decir su libertad está siempre restringida a lo que su dueño decida, problematizando
la posesión de personas como objetos en la esclavitud. Pero no todos son similitudes, al - Hasan Al
Wazzan, tan solo permanece seis años en este “cautiverio”, ya que su conversión le otorga ciertas
licencias como el acceder a ciertos libros y luego actuar como escritor, donde despliega todo sus
conocimientos recogidos en su viajes como diplomático musulman en el “La Cosmographia de
l'Africa” (1526)8. En este momento de constante expansión en el que se encuentra Europa, África;
especialmente el sur de este continente recientemente bordeado en 1488 por el Cabo de Buena
Esperanza y el centro son terrenos desconocidos para los europeos y su imaginario. Es ahí donde
toma relevancia el escrito de Yuhanna- al Asad, hablando de distintas culturas ( no tan solo la
musulmana), eso sí desde una influencia y palestra romana, resultando una mixtura de ambos
mundos en los que habita. Angelo Soliman “el noble salvaje” adopta de manera fervorosa su nueva
cultura, desplegándose de manera perfecta en los cánones entre la alta aristocracia de Viena,
destacando por su inteligencia y codeándose con figuras como Mozart en la logia masónica9.
Vemos entonces cómo en ambos casos descritos las personas “conquistadas” cambian en un mundo
que los define en diferentes categorías, pero también estos de una manera u otra cambian la
percepción de mundo que tienen sus “conquistadores”.
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77
6
70-71
7
108 bloom
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9
El conocimiento es entonces personificado en estas dos personas ; Yuhanna- al Asad como el motor
que mueve categorías y límites preexistentes a él, ampliando la concepción del continente africano,
su geografía y culturas. El caso de Soliman aunque pone en cuestionamiento la Frenología de Gall
por su elevada inteligencia es, tras su deceso, donde radica una nueva comprensión de las
categorizaciones. Angelo muerto en 1796, es embalsado y pasa a formar parte de la colección de
cosas naturales de Francisco II10. Desde el primer momento su hija Josephine reclama el cadáver
para darle sagrada sepultura, siendo esta vía desestimada por su “dueño”. Por el contrario, a la
colección de “Personas de color” se suman tres mas, entre ellas una pequeña infante. En el 1806 el
nuevo director del museo Karl Schreiber considera “indecoroso” exhibir cuatro ejemplares de
negros embalzamados, por lo que estos pasan a formar parte del inventario.
La frenología de Franz Joseph Gall no encuentra buena acogida en su época y, al igual que la
decisión de definir como “indecorosa” la exhibición de cuerpos embalsamados del siglo XVIII por
Schreiber , ambos hechos dan cuenta de una sintomática de cambio respecto a la percepción
humana, de esta forma la categorización de los cuerpos como objetos ya no se comprenden como en
el “Teatro anatómico” del Doctor Ruysch en el siglo anterior11. Ambos Africanos, León como
Angelo asumen nombres y se adaptan a las categorías Europeas, pero ambos logran remover las
mismas categorías con las que fueron asimilados al viejo continente, uno ya sea dando una nueva
concepción del continente donde provenía, otro siendo una de las sintomáticas del cambio de la
percepción de la dignidad de los cuerpos humanos como objeto embalsados en las colecciones.

En conclusión con los casos ya expuestos reafirmamos que los agentes categorizados cambian sus
propias categorías por las que son asimilados; “los imaginarios”. La imposibilidad de ordenar un
microcosmos en permanente cambio es una ilusión pueril, en donde toma otra vez relevancia el
saber ¿ Que sé? como un mantra de vida. Es ilustrativo como el caso de Angelo Soliman, al ser
embalsamado -transformado en un objeto- comienza a darnos síntomas sobre lo que sus
contemporáneos comienzan a comprender cómo el mundo, su microcosmos en donde figuras
como estas ya no tienen cabida y suponen un cuestionamiento respecto a las colecciones. La

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comprensión es entonces el motor de las categorías y colecciones, pero la comprensión no solo es
unidireccional sino que también nos puede proveer desde el pasado, o sobre una revisión de lo ya
conocido. Terminamos así aludiendo a la reflexión sobre la “pieza faltante” de la colección como
uno de los motores de cambio de esta misma, dándole cabida a una nueva revisión de las piezas ya
“coleccionadas” y “categorizadas” como una fuente de conocimiento y comprensión, siendo un
pilar entonces en la construcción de los eternos “microcosmos” en presente.

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