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Escuela Superior de Medicina

Instituto Politécnico Nacional


Hernández Jiménez María Guadalupe

Definiciones en Geriatría

• Gerontología: Es la ciencia que estudia los procesos de envejecimiento, abarcando


las investigaciones de biología molecular hasta estudios socioeconómicos o 3
Aspectos encabeza:
Biogerontologia: Investigar los mecanismos determinantes del
Envejecimiento
Gerontologia Clinica: Aspectos relacionados con la salud
Psicogerontologia: Aspectos relacionados con las ciencias sociales y el
comportamiento, y los procesos de adaptacion al envejecimiento.

• Geriatría: Rama de la medicina que atiende a la persona de la 3era edad en


situación de salud como de enfermedad.

• Vejez: Etapa que comienza a los 65 años y culmina con el fallecimiento o Conceptos:
Edad Cronologica: se expresa en años
Edad Fisiologica: proceso de envejecimiento fisiológico
Edad Social: actitudes o conductas que son adecuadas para esa edad
• Envejecimiento: Proceso continuo, universal e irreversible que determina una
perdida de la capacidad de adaptación y culmina con el fallecimiento de la persona.

• Características del Envejecimiento:


o Es universal
o Es irreversible
o Es Individual
o Lleva a una progresiva pérdida de la función
o No se debe a factores ambientales modificables

• Patrones de Envejecimiento:
o Envejecimiento Normal: caracterizado por la inexistencia de patología biológica o
mental alguna
o Envejecimiento Saludable: Se asocia a un buen funcionamiento cognitivo y una
adecuada capacidad física con una baja probabilidad de enfermedad o discapacidad.
o Envejecimiento Patológico: determinado por etiología medica y síndromes.

• Esperanza de Vida:
o Numero de años que en promedio se espera que viva una persona, indica el desarrollo
económico y social en la población.

• Calidad de Vida: Medida de la energía o fuerza óptima que le confiere a una persona
la capacidad de enfrentar con éxito los retos que plantea el mundo real.
o Equidad
o Empleo, Seguridad y Asistencia
o Alimentación y nutrición
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o Salud pública
o Educación
o Cultura y Arte
o Deporte
o Vivienda y servicios

• Cuidadores de los adultos mayores: Personas o instituciones encargadas del


cuidado de los adultos mayores.

• Redes de apoyo: Conjunto de relaciones interpersonales que vincula a las personas


con otras de su entorno y les permite mantener o mejorar su bienestar material,
físico, mental y emocional.

Biotipología del adulto mayor

El envejecimiento de la población está directamente ligado a las condiciones de salud y a


la transición epidemiológica, y marca rumbos distintos dependiendo de circunstancias
diferentes; pero en general se pasa de altas a bajas tasas de fecundidad y mortalidad, junto
con la disminución de las enfermedades transmisibles como principales causas de muerte.

La geriatría es la rama de la medicina que estudia los aspectos clínicos, preventivos,


terapéuticos y sociales en las personas de la tercera edad, en situaciones de salud o
enfermedad. Debe prestar atención a los aspectos clínicos presentes en las enfermedades
como a la prevención de las mismas y no perder de vista varios aspectos sociales que
pueden influir en la salud del adulto mayor como son la soledad, el aislamiento y la
dependencia.

Para el manejo adecuado del paciente geriátrico, la geriatría crea la “tipología de pacientes
ancianos” la cual se divide en 4 grupos según su situación y características de salud y/o
enfermedad.

Anciano sano Anciano frágil Paciente geriátrico Anciano enfermo


o Edad o Edad avanzada y o Edad avanzada y o Es el viejo
avanzada y alguna otra algunas sano al que se
ausencia de condición que se enfermedades le agrega
enfermedad mantiene críticas que provocan
objetivable. compensada. dependencia, suele
alguna
o Es o es dependiente acompañarse de enfermedad
indepenciente para las afracción mental y/o aguda como
para la actividades de problema social. un cuadro
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realización de instrumentales de o Es dependiente para diarreico, el


actividades la vida diaria. la realización de médico de
básicas e o Alta tolerancia a la actividades básicas e primer nivel lo
instrumentales dependencia. instrumentales de la
de la vida o Alta posibilidad de vida diaria. puede tratar.
diaria. desarrollar o Tendencia a mayor El paciente es
o Tiene baja síndromes progresión de la totalmente
probabilidad gerátricos. dependencia. independiente
de desarrollar o Muy alta probabilidad para las ABVD
síndromes de desarrollar y las AIVD.
geriátricos. síndromes
geriátricos.

• El primer cambio se da en las enfermedades infecciosas, la desnutrición y los


problemas derivados de la reproducción que ceden importancia ante las
enfermedades no transmisibles, las lesiones, los padecimientos mentales y las
nuevas infecciones como principales causas de muerte.
• En el segundo cambio, la enfermedad y la muerte se mueven hacia los grupos de
mayor edad. La mayor sobrevivencia a edades adultas aumenta el grado de
exposición a factores de riesgo asociados con las enfermedades crónicas y las
lesiones, y el incremento de la proporción de personas de edad avanzada aumenta
la presencia de padecimientos crónicos y degenerativos.
• Un tercer cambio consiste en el tránsito de una situación de salud dominada por la
mortalidad a otra donde la morbilidad es lo demandante. Así se da el incremento de
las enfermedades crónicas junto con medidas que permiten posponer la muerte en
gran medida. Como resultado, se llega a una percepción diferente del significado
social de la enfermedad: pasa de ser un proceso agudo y transitorio que se resuelve,
ya sea con la curación o con la muerte, a constituirse en un estatus crónico de
consecuencias importantes por la creciente carga psicológica, social y económica.

De esta manera se delimitan cuatro formas de envejecimiento:

• Envejecimiento ideal: las personas de este grupo son completamente capaces en las
actividades básicas e instrumentales de la vida diaria; no se les ha diagnosticado ninguna
enfermedad crónica; se perciben en muy buen estado físico; su deterioro cognitivo no está
presente, y llevan un estilo de vida positivo, es decir, no consumen alcohol o tabaco y
realizan actividad física.

• Envejecimiento activo: a estas personas se les ha diagnosticado alguna enfermedad


crónica; presentan dificultad en alguna AIVD (actividad instrumental de la vida diaria);
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consideran su estado de salud bueno; no tienen deterioro cognitivo, y su factor de riesgo es


bajo.

• Envejecimiento habitual: personas que presentan más de una enfermedad crónica;


perciben su estado de salud regular; tienen una ligera incapacidad funcional que no causa
dependencia; su deterioro cognitivo puede ser ligero o no estar presente, y tienen factores
de riesgo bajo o medio.

• Envejecimiento patológico: las personas de este grupo presentan una mala


autoevaluación del estado de salud; tienen deterioro cognitivo y se les han diagnosticado
enfermedades crónicas. Los factores de riesgo en este tipo de envejecimiento no hacen
diferencia, ya que el estado de salud está afectado en varias dimensiones, cualesquiera
que sean los hábitos y comportamientos. En este grupo se encuentran esencialmente
personas cuya sobrevivencia depende de terceros.

Para fines analíticos, se crearon tres grupos dentro de las edades avanzadas.

• 50 a 64: Este grupo se encuentra en la transición hacia la vejez. En su mayor parte


se encuentran en buen estado físico, con capacidad y autonomía y en condiciones
productivas y activas. Incluir a esta población en la prevejez permite un análisis más
completo de las edades avanzadas, con posibilidad de vislumbrar las condiciones
de salud que tendrá la población de más de 65 años en un futuro.
• 65 a 74: Se establece como la tercera edad. Es cuando se notan las mermas en las
condiciones físicas, los papeles sociales y en la actividad económica, pero aún en
condiciones aceptables de funcionalidad y salud.
• 75 y más: Este grupo es la cuarta edad. La mayoría de la población presenta
decremento en salud y funcionalidad, causa dependencia social y familiar, lo que
afecta seriamente la vida y el bienestar.

El análisis del envejecimiento diferenciado por sexo es fundamental. Los estudios


realizados en todas partes muestran que las mujeres tienen mayor esperanza de vida y que
los problemas de salud que padecen hombres y mujeres son diferentes a medida que
envejecen. Hay más prevalencia de enfermedades agudas y hospitali- zación entre
hombres, mientras que las mujeres sufren más enfermedades crónicas y discapacidades.
De alguna manera, esto explica que las mujeres tienen una peor percepción de su estado
de salud.

El envejecimiento y sus consecuencias dependen del nivel socioeconómico y del lugar de


residencia. Cuidar la salud, el estilo de vida, la calidad de la nutrición, el ejercicio, la
participación en acciones preventivas y la utilización de los servicios de salud responden al
nivel educativo, los patrones culturales y la disponibilidad local de recursos.

A continuación se exponen los indicadores y la forma en la que se relacionan para construir


una tipología del envejecimiento.

Indicador de estado de salud


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El indicador de estado de salud está compuesto por el diagnóstico de enfermedades


crónicas, la capacidad funcional, el deterioro cognitivo y la valoración que el individuo hace
de su propio estado de salud. Los primeros tres elementos se construyen a través de pre-
guntas que intentan ser concretas y objetivas. El cuarto elemento es una autoevaluación
que ha probado ser simple y útil como evaluación y predicción del estado de salud de una
población.

Los problemas de salud, concretamente las en- fermedades crónicas y discapacidades, son
los que mayormente desencadenan malestar y dependencia.

El indicador de capacidad funcional se basa en las AVD y las AIVD, ya que al saber en
cuántas y en cuáles actividades tiene dificultades la población, se puede construir una
variable que especifique los grados de capacidad funcional de los individuos.

• Completamente capaces: personas que se manejan en forma totalmente


independiente; es decir, no tienen dificultad para realizar las actividades co- tidianas,
tanto elementales como instrumentales.
• Levemente incapaces: personas que tienen dificultad sólo en las AIVD, sin
importar su cantidad.
• Moderadamente incapaces: personas que tienen di- ficultad en alguna de las AVD
y además tienen dificultad en ninguna o una AIVD.
• Severamente incapaces: personas que declararon tener dificultad en una o más
AVD y en más de una de las AIVD, excluyendo a los que tienen dificultad en todas
las AVD y las AIVD.
• Completamente incapaces: aquellas personas que tienen dificultad en todas las
AVD y en todas las AIVD.

Demografía del envjecimiento

El envejecimiento demográfico es el incremento sostenido

Hay componentes del envejeimiento que es la. Natalida y la mortalidad:


• Natalidad: es el primero y m,ás importante que participa en el proceso de
envejecimiento por disminución de la fecundidad que trae disminución del grupo
juvenil aumentando la población mayor.
Hay 2 indicadores que miden la natalidad que son la tasabruta de natalidad (numero de
nacidos en la población) tasa general de fecundidad (numero medio de hijos que espera
tener una mujer a lo largo de su vida fertil)

• Mortalidad:
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Transición demográfica

Es elproceso por el cual las poblaciónes pasan de una situación sin niveles ocntrolados de.
Ortalidad y fecundidad a otras donde sí hay control y pos lo tanto hay alteración de la
estructura de la población según la edad.

Hay elemebtos basicos que son la baja mortalidad y la baja natalidad. Y la variación de
ambas variables se explica por los cambios economicos, sociales y sanitarios del país.

Se divide en 3 estadios:

• Etapa pretransicional: o regimen demográfico antiguo y es tipica de sociedades


industriales donde hay n pico en la fecundidad y mortalidad pero puede ir eeraando
y es debido a epidemias, guerras, hambrunas.
• Estadio de transición: (se divide en dos fases) se rompe la simetría entre ambas
variables con un mayor control de la mortalidad y hay una fecundidad continua y
solida con crecimiento sostenido d ela población. Hay un rápido crecimiento
poblacional y un aumento d ela proporción de jóvenes en el conjunto de la población.
• En el tercer estaio: se comienza a recuperar el equilibro disminuyendo las tasas de
natalidad pero también disminuye la tasa de la mortalidad, y así aumenta la
población adulta mayor.

Transición epidemiológica

Represeta el cambio en el perfil de la salud de una población y se relaciona con la transición,


ecomonica y demografica de cada país y se ve muy relacionada con enfermedades infecto-
contagiosas.

• Pretransicional
• Yuxtaposición
• Postransicional
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La distribución d elos 3 grupos básicos de la enfermedad depende del desarrollo de los


países
Ejemplo: en paises desarrollados se las lleva el grupo de enfermedades no transmisibles
como anomalías congénitas, cardiovasculares, respiratorias crónicas, enfermedades de la
piel.

DALY
Integra la mortalidad y discapacidad (suma de años de vida perdidos
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Piramides poblacionales

La pirámide poblacional es un doble histograma de frecuencias dispuestos horizontalmente


sobre el eje de las abscisas y en el eje de las ordenadas se disponen los grupos de edad
(generalmente quinquenios), las edades más bajas se encuentran más cercanas a la base
y las edades avanzadas hacia la cúspide. Tradicionalmente a la izquierda se ubica la
información de los hombres y a la derecha la de las mujeres.
La información que se dispone en la pirámide poblacional puede estar en números
absolutos: número de personas, número de nacimientos, etcétera; o en frecuencias
relativas: porcentaje de personas en cada quinquenio con respecto a la población total,
ofreciendo la posibilidad de comparar poblaciones diferentes. La pirámide poblacional
permite observar fácilmente los fenómenos básicos de la dinámica demográfica como son:
la natalidad, la mortalidad y la migración, pues cada uno de ellos interviene de manera
distinta en los cambios estructurales de una población.

Para interpretar la pirámide poblacional se deben identificar los rasgos generales de la


población: una pirámide progresiva, de base ancha y que se estrecha rápidamente da idea
de una población joven, con una alta proporción de niños y adolescentes, y baja de adultos
y ancianos, resultado de una alta natalidad y mortalidad.
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Una pirámide regresiva, estrecha en la base y ancho en el centro y la cima representa una
estructura madura o envejecida. Cuanto mayor es la esperanza de vida de una población,
mayor suele ser la desigualdad por sexo en la cima de la pirámide (más llena por el lado de
las mujeres, por su mayor nivel de supervivencia).

Edad promedio de 29 años

Para 2021 son 15 millones de adultos mayores a nivel México

Para 2018 los mayores de 65 años superaron a los menores de 5 años en el mundo, el
envejecimiento en países desarrollados es lento debido al soporte económico.
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Psicología del envejecimiento

Todas las sociedades se rehusan al proceso natural que es el envejecimiento desde


civilizaciones antigüas.

Entonces la mejor forma es aceptar que se va a llegar a tal punto de decadencia física y
punto de muerte cercana, se le tiene miedo a la muerte y a la dependencia o a la soledad.

La adultez mayor es un periodo del ciclo vital del ser humano, el cual comprende cambios
significativos en las diferentes dimensiones del individuo, entre las que se destacan la
modificación de las funciones cognitivas, sensoriales, motoras y afectivas por tanto, la vejez
no solo se refiere a las transformaciones observables, sino también a las implicaciones
socio afectivas.
También, se podrían experimentar en esta etapa situaciones conflictivas que genera
malestar significativo relacionado con trastornos del estado de ánimo como ansiedad y
depresión, sensación de soledad y sufrimiento.

Uno de los aspectos que más sobresalen es la alteración en algunos casos de la


autopercepción y dificultad en el proceso de ajuste ante los cambios experimentados.
Finalmente, es necesario señalar que lo anterior, no constituye la experimentación de una
realidad única, por el contrario, depende de múltiples factores (individuales, socioculturales,
económicos y ambientales).

El envejecimiento es considerado un proceso de adaptación asociado a un constructo


dinámico, puesto que, se deben tener en consideración múltiples factores asociados a ello,
principalmente, procesos biológicos, fisiológicos, ambientales, psicológicos,
comportamentales y sociales, así como, la percepción que tenga el sujeto de esta etapa de
la vida, existe cantidad de constructos mentales limitantes en torno a la vejez en la sociedad,
dicha visión negativa está incrementa el temor de acercarse a edades avanzadas,
dificultando además, la habituación del individuo ante los cambios que experimenta, es por
esto que, se requiere ampliar la apreciación que se tiene de la senescencia y desligarla de
situaciones patológicas, crónicos y el fin de la vida.

Envejecimiento Activo Salud OMdl20 Considera el envejecimiento activo como el proceso


que permite vivenciar al máximo las oportunidades presentes, con el fin, de tener bienestar
físico, mental y social durante esta etapa de la vida, teniendo como objetivo principal,
prolongar la existencia, mejorando su calidad, favoreciendo la productividad y autonomía;
aminorando la discapacidad y afectaciones de la edad, así mismo, el envejecimiento activo
no solo está relacionado con la permanencia de la actividad física, sino que también, se
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encuentra asociado a la funcionalidad socioemocional, esto mediante actividades


remuneradas, actividades de ocio, culturales, sociales, educativas y con compromiso en los
ámbitos familiares y comunitarios

Psicopatología de la senectud

Los factores descritos a continuación, obedecen al individuo: los determinantes


conductuales que consisten en los patrones de comportamiento frente a la práctica o
carencia de autocuidado, tales como, la alimentación, actividad física, salud bucal, consumo
de cigarrillo, alcohol, adopción de hábitos saludables y cumplimiento de las indicaciones
otorgadas por los médicos, los dos últimos aspectos interfieren en la eficacia de los
tratamientos, calidad de vida y costos para la salud pública. Dando continuidad a los
determinantes relacionados con los aspectos personales, es conveniente señalar que para
el desarrollo de enfermedades transmisibles o no transmisibles, la biología y la genética del
sujeto representan un papel preponderante, al igual que los recursos afectivos y/o
cognitivos que desarrolla el individuo a lo largo de su vida, con el fin, de ejercer control
sobre situaciones adversas o las exigencia del contexto, en especial, las pérdidas de seres
queridos, de oportunidades laborales, la aparición de afecciones, entre otras.

La principal tarea de las personas mayores es la de comprender y aceptar su propia vida y


hacer uso de su experiencia para hacer frente a los cambios personales o pérdidas. Las
personas han de adaptarse a la disminución de la fortaleza y salud física, a la jubilación o
retiro del trabajo y a su propia muerte. Ha medida que tratan estos temas, sus motivaciones
pueden variar, de esta forma se presentan diversas teorías:

- Ultimo Estadio de Erikson: ”Integridad versus desesperación” Constituye la culminación


de la resolución triunfante de las siete crisis previas en el desarrollo a lo largo de la vida,
por lo que pudo haber sido o por lo que debería haberse hecho en forma distinta. Implica la
aceptación de los propios progenitores como personas que hicieron lo mejor que pudieron,
haciéndose merecedoras de nuestro amor, aún cuando no fueron perfectas. También
consiste en la cercanía de la propia muerte como fin inevitable de la existencia de la vida..
Quien ha fallado en tratar de resolver la crisis “teme desesperadamente a la muerte
expresado en el sentimiento de que el tiempo es ahora corto para volver a comenzar otra
vida y buscar caminos alternativos hacia la integridad”.

- Teoría de la Actividad: cuanto más activa permanezca una persona mayor, más
satisfactoriamente envejecerá y los papeles que constituyen principalmente su satisfacción
son: trabajo, cónyuge, padre, madre, y la máxima pérdida es debido a la viudez y la
enfermedad. Según Lemon, Bengstom y Peterson existen 3 tipos de actividad: interacción
social con familiares, amistades y vecinos; formal: participación en organizaciones
voluntarias; solitaria: leer, ver televisión y mantener algunos pasatiempos.
- Teoría de la Desvinculación: El envejecimiento se caracteriza por una mutua separación,
por parte de la persona mayor, la cual voluntariamente disminuye sus actividades y
compromisos, lo cual ayudaría a las personas mayores a mantener su equilibrio, siendo
benéfico tanto para la persona como para la sociedad.
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- Pérdida de la autoestima:

Muchos adultos llegan a la edad de la jubilación y aún se sienten en plenitud para la


realización de sus trabajos. Frecuentemente nos encontramos con personas de edad
avanzada que están plenamente en forma, totalmente vigentes, lúcidas, llenas de iniciativas
y planes de trabajo. Muchos hombres y mujeres científicos , literatos, escritores,
investigadores, políticos, hombres de campo, mujeres de casa, etc. Aunque ven
disminuidas sus potencialidades físicas al llegar a los 65-70 años sienten, sin embargo, que
su mente está lúcida y sus ganas de hacer buenas cosas permanecen inalteradas. A pesar
de que ellos se ven bien, la sociedad les dice por medio de la jubilación y otras señales,
que ya deben dejar el puesto a gente más joven y nueva, y que deben retirarse. En una
palabra, es decir, que ya no le necesitan, que prescinden de él o ella.

Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado, querido,
acogido, útil y capaz, reconocido, digno, perteneciente a algo y a alguien, todos ellos
sentimientos en los que se basa la autoestima. Por lo tanto no puede haber autoestima en
el individuo si éste percibe que los demás prescinden de él. Maslow ya lo decía así en su
famosa pirámide de necesidades, donde describe la autorrealización y que consiste en el
desarrollo integral de las posibilidades personales. Autoestima consiste en las actitudes del
individuo que éste mantiene hacia sí mismo. Cuando éstas son positivas hablamos de buen
nivel o alto nivel de autoestima. Al nombrar la palabra actitudes ya hemos incluido el mundo
de los afectos y sentimientos y no de los conocimientos, pues los componentes de la actitud
encierran gran variedad de elementos psíquicos. Un buen nivel de autoestima es garantía
de que la persona podrá hacer frente con dignidad a importantes contrariedades de la vida
y no decaerá su ánimo fácilmente.

La persona mayor que se siente bien, saludable y con fuerzas y se le dice que ya se puede
prescindir de ella, es muy probable que influyamos en el deterioro de su autoestima y sienta
que se piensa que ya no puede aportar nada a pesar de ella sentirse bien y capaz.

Después de todo, la autoestima, insertada en el sistema actitudinal de la personalidad es


un todo muy complejo. Todo el valor afectivo-emotivo que ella encierra no se limita a sólo
afectos anímicos sino que proyecta sus múltiples consecuencias también hacia lo físico
como hacia lo somático.

Los nuevos estudios indican que las emociones positivas y negativas influyen en la salud
más de lo que se suponía hace algunos años y que si no tenemos un desarrollo óptimo
afectivo no se desarrolla la inteligencia (Existe una relación directa entre el afecto y el
desarrollo cerebral, intelectual). El ser humano actúa y toma decisiones no tan sólo por su
intelecto sino por la calidad e intensidad de los sentimientos que le embargan en ese
momento (pérdida del trabajo, de los compañeros de éste mas jóvenes pero que ya no lo
frecuentan, pérdida de amigos y seres queridos que van muriendo, pérdida de estatus, etc.)

Los Parámetros y valores culturales actuales favorecen poco la autoestima del Adulto
Mayor. La ideología físico-biologista siempre imagina la vida en términos de comienzo,
plenitud y decadencia. Esta ideología debe ser superada: la afectividad y la razón no decaen
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al ritmo de la decadencia biológica sino que crecen y se fortalecen en al adulto mayor


saludable hasta el último día de su vida. Por eso la organización Mundial de la Salud define
al “adulto mayor sano” como aquel individuo cuyo estado de salud se considera, no en
términos de déficit, sino de mantenimiento de capacidades funcionales.

Por otro lado es importante recordar que las células cerebrales se envejecen más
lentamente que las otras del organismo si se les mantiene activas por lo que es bueno
aprender “una gimnasia intelectual”.

- Pérdida del significado o sentido de la vida:

Eric Erikson nos enseña que la personalidad y el desarrollo se halla siempre en proyecto y
que nunca termina de crecer, considera a la última etapa de la vida como la de integración
versus la desesperación. La integridad vista como la disposición a defender la dignidad del
propio estilo de vida contra la amenaza física y económica. Alcanzar la integridad consiste
en haber logrado un especial estado del espíritu que Sherman dice que es la aceptación de
la realidad de uno mismo y de la propia vida, resultante del abandono de ilusiones. Sin
embargo quienes siguen acariciándolos sin ser realistas desarrollan los sentimientos de
fracaso, frustración y decepción de uno mismo que resultan inevitablemente en un
sentimiento de desesperación.

Dice Frankl que el vacío existencial es la neurosis masiva de nuestro tiempo, ella se produce
en el propio ser. La propia existencia carece de significación. Esto puede desencadenar
una serie de síntomas depresivos. Esto le sucede con más facilidad al adulto mayor. Uno
podría preguntarse..¿qué es primero, la depresión o la pérdida del sentido de la vida? Esto
no se aprecia en adultos mayores mentalmente activos. Ellos son también capaces de
enfrentarse a la muerte con más serenidad que aquellos quienes perciben que su vida
carece de sentido.

- Pérdida de la facilidad de adaptación:

Al llegar a una mayor edad la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando para
ella y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés. En realidad esto
ha pasado siempre y en cada una de las etapas evolutivas del individuo.

A esta edad el problema se agudiza pues viene sazonado de otros tintes de marginación
social. Por eso el anciano se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de
adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas
le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias.
Así puede parecer como persona algo rígida, chapada a la antigua, aferrada a su sola
experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad no se la valora
en la forma en la que la persona quisiera o considera que sería lo justo. La agresividad, la
fácil irritabilidad (verbal o gesticular) que muestran algunas personas mayores, podría estar
relacionada con este sentimiento de la difícil adaptación, sentimiento que se ve agravado
por la pérdida de autonomía económica sufrida por muchos ancianos.
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- La aflicción o tristeza por una pérdida:

Esta clase de dolor es una respuesta normal y saludable a diferentes tipos de pérdidas.
Una puede ser la de la pareja de tantos años, o de la salud, o del trabajo. Para calmarla, la
persona tiene que aceptar los términos finales de esta pérdida. Para ello se pasa por
diferentes estadios: Shock o confusión por sorpresa desagradable o confusión, negación,
enojo o molestia por el abandono, amargura, fingimiento de haber vuelto a la normalidad,
enfrentamiento a la realidad depresión, sin esperanza, culpa, hasta que va pasando. Es
aconsejable hablar de esto con otras personas, seguir con sus actividades acostumbradas
dentro de lo posible, dormir bien, evitar el alcohol, tabaco o drogas, no tomar decisiones
importantes de inmediato y pedir ayuda psicológica si se necesita.

- Insomnio:

Es muy común en las personas mayores de 65 años pues los patrones de sueño cambian
al envejecer. Las causas pueden ser físicas, ambientales o de comportamiento (ruido,
comer tarde en la noche, dormir durante el día, etc.), ingerencia de cafeína, alcohol,
nicotina, algunos antidepresivos, medicinas estimulantes, horario de las medicinas,
mentales como ansiedad o depresión; estrés como problemas familiares, financieros, de
salud. El insomnio puede ser tratado eficazmente.

- Estrés:

es causado por el instinto del cuerpo de defenderse a sí mismo. Es bueno en emergencias


pero puede causar síntomas físicos si perdura por mucho tiempo. Se puede presentar en
la edad avanzada ante la inminencia de la jubilación, problemas familiares, problemas
financieros. Se puede aprender el manejo adecuado del estrés.

- Pérdida de la Memoria:

La edad va asociada a la pérdida normal de la memoria. (perder un objeto, no recordar


nombres, fechas, o las cosas por las que había ido a la tienda, una cita, etc). Otra muestra
puede ser la charla repetitiva sobre un solo tema, una y otra y otra vez. La pérdida de
memoria asociada a un deterioro leve de las funciones mentales es más delicada pues
corren un alto riesgo a la enfermedad de Alzheimer. Es cierto que presentan olvidos sin
importancia, los cuales se pueden disminuir mediante ejercicios de memoria como cálculo
mental, lectura, etc.
Puede ser el desarrollo de una demencia. Es necesario un buen diagnóstico diferencial
pues también algunos medicamentos u otros trastornos pueden ocasionar estos síntomas.
Un diagnóstico oportuno permite un tratamiento temprano.

- Transformaciones en la sexualidad:

La sexualidad nace y muere con el ser humano. De acuerdo a cada edad se transforma
como se transforma la mente y el organismo. La sexualidad incluye todas las formas de
expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la masturbación o
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estimulación erótica manual u oral y no solamente el coito. En ella influye la educación


desde la infancia hasta la muerte, las actitudes de la sociedad y el conocimiento y
experiencia adquiridos. La intimidad con la pareja adecuada permite que la exploración, la
creatividad y el desempeño vayan de la mano hacia una ejercicio de la sexualidad óptimo.

Desde el punto de vista biológico, en la mayoría de los hombres (no en todos) disminuye la
producción de espermatozoides, el tamaño testicular, el fluido seminal y la fuerza de las
contracciones. La respuesta de excitación es más lenta, a veces la erección menos firme,
la duración del orgasmo es disminuida y el aumento del tiempo de volver a la estimulación.
Cuando la pareja enriquece, sustituye o complementa la actividad sexual con actividades
más allá del coito como las caricias eróticas, la masturbación, el sexo oral, etc, se
sobrellevan más fácilmente estas dificultades.

En la mayoría de las mujeres (no en todas) se produce una respuesta más lenta a la
estimulación, una reducción de la lubricación que puede ocasionar un coito doloroso, menor
intensidad en el orgasmo pero persiste la capacidad multiorgásmica. En quienes ya la
tenían. Cuando la pareja enriquece con la experiencia, sustituye o complementa la actividad
sexual con actividades más allá del coito, se sobrellevan fácilmente estas dificultades.

Las disfunciones masculinas más comunes son el orgasmo prematuro o retardado y la


disfunción eréctil que actualmente se está beneficiando de técnicas y medicamentos que
facilitan la erección si existe la excitación. En las mujeres la dispareunia y la anorgasmia
así como la disminución de su libido si no han tenido terapia de remplazo hormonal y si no
utilizan jalea lubricante o vaseline, o medicamentos recomendados por los especialistas.

Sin embargo la actitud hacia la propia sexualidad se ve influenciada por lo que aprendieron
de jóvenes acerca de la sexualidad del adulto mayor y cómo la sociedad ve en ese momento
la sexualidad en personas de la 3ª y 4ª edades.

Higiene mental: prevención y tratamiento

El adulto mayor es protagonista de su propia vida y de su propia salud física y psíquica.


Evitar actitudes paternalistas en las que la solución viene de afuera y no de los mismos
protagonistas ya es un gran paso. Toda la sociedad debe conectarse para formar “redes de
seguridad” en beneficio de los seres más desvalidos pero cuidando que ellos mismos sean
agentes de su propia liberación (en lo posible).

1.-Educación en la verdad

Esta se desarrolla a través de las distintas edades de la vida. Prepararse para gozos y
esperanzas, para conflicto, estrecheces, contrariedades; holguras y abundancias.
Prepararse para asumir la verdad. Así, cuando lleguen a situaciones y momentos de la vida
más difíciles estarán mejor preparados para enfrentarlos y salir airosos de la prueba.

2.- Verdad del envejecimiento


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No todos los cambios de esta edad son negativos, también existen positivos. Se debe
aprender a verlos. Hemos visto ya varios negativos pero ahora aboquémonos a los positivos
como la capacidad de la estabilidad y la continuidad, cualidad que proporciona al adulto
mayor la aureola de persona capaz digna de confianza, capaz de recibir confidencias y de
entregar consejos sabios.

3.- Desarrollo de una actitud abierta

• Sentimiento de Eupatía

Significa en griego “sentirse bien”. Consiste en sentirse y aceptarse a sí mismo como


radicalmente valioso. Es un sujeto que reconoce sus cualidades y logros con sencillez, sin
jactarse ni fanfarronearse. Al igual reconoce sus fallas y errores, sin por eso sentirse
frustrado ni fracasado.

• Sentimiento de simpatía:

Palabra griega que significa “sentir con” y que significa sentirse bien con los demás. Por
eso la persona es sociable, acogedora, a la vez que aprovecha sus momentos de soledad
porque necesita calar la hondura de la propia intimidad. Es quien desde la profundidad de
su vida interior, es capaz de salir al encuentro de otros y tanto en ellos como en el resto del
mundo encuentra lo que es positivo, digno de felicitación y aplauso.

• Sentimiento de autonomía:

Palabra griega que significa “ser uno mismo” contrario a la heterotomía que es la
dependencia de los demás. Es capaz de ayudarse a pesar de sus limitaciones, es autónomo
desde el punto de vista psicológico. No se trata de proyectar cosas a realizar sino de seguir
creciendo como persona libre, liberada y liberadora.

• Sentimiento de Anástasis:

Palabra griega que significa “levantarse, ponerse en pie”. Consiste en sentir, experimentar,
crear, pensar, producir. Quien vive de esta manera anastasística, encontrando el sentido
de la vida hasta el último momento, es la persona que por lo mismo, experimenta que la
muerte no tiene la última palabra y es un ser humano que irradia esperanza y se prepara
para “bien morir”.

Cambios fisiológicos en las personas mayores


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Cardiovascular

Frecuentemente influyen factores extrínsecos que, incluso en ausencia de enfermedad


cardiovascular primaria, pueden modificar su comportamiento. Entre ellos están los
trastornos respiratorios, endocrinos, ambientales, etc.

El corazón se hipertrofia de la pared posterior del ventrículo izquierdo, hay un aumento de


la esclerosis o fibrosis cardiaca y atrofia de las fibras musculares (el miocardio aumenta los
depósitos de proteína amiloide, con un contenido mayor de lipofuscina de los miocitos).

La fuerza miocárdica no disminuye con la edad, pero la contracción y la relajación se


prolongan en 15 a 20%. La fracción de expulsión en los viejos sanos es de 50 a 75%. Se
identifica una marcada tendencia a la disfunción diastólica que es la que más a menudo se
presenta en el paciente anciano. La elasticidad ventricular está disminuida por una
alteración de la relajación diastólica que reduce el llenado diastólico (un fenómeno pasivo)
y los ancianos dependen más del llenado tardío, principalmente por la contracción auricular.
Por esa razón toleran en escasa medida las frecuencias cardiacas rápidas y las
taquiarritmias, lo que puede ocasionar fácilmente insuficiencia cardiaca aguda.

Los cambios en la contractilidad se relacionan con cambios celulares en los mecanismos


de excitación/contracción y pueden ser una adaptación a un aumento de la poscarga, la
cual se incrementa en grado discreto con el envejecimiento como consecuencia de un
decremento de la distensibilidad arterial, por esto la presión sistólica y la presión de pulso
se elevan en el paciente anciano; esto, junto con la arterioesclerosis, precipita la
hipertensión sistólica aislada común solo en esta edad; la presión diastólica también se
incrementa, pero en menor medida. La hipertrofia ventricular izquierda (aumenta el grosor
de la pared en casi 35%) reduce el estrés de la pared que impone la elevación de la
poscarga.

En más de 80% de los ancianos hay calcificaciones de las válvulas y los anillos valvulares.
Estas calcificaciones afectan a la válvula mitral y en menor medida a la aórtica. También
hay degeneración mucoide de las valvas de la mitral, en especial de la posterior, además
del descenso del número de núcleos del estroma fibroso de las válvulas, acumulación de
lípidos y degeneración de la colágena valvular. Como consecuencia de todos estos cambios
se produce un aumento de la rigidez del aparato subvalvular. Esto representa en clínica un
incremento de los soplos funcionales que se escuchan hasta en 55% de los pacientes
mayores de 75 años, si bien sólo 7% de estos individuos tiene una lesión de importancia
clínica.

En el sistema de conducción, disminuye el número de células que actúan como marcapasos


y, junto con la infiltración grasa del nodo y el aumento del contenido de colágena de las
fibras elásticas y reticulares, produce que hacia los 75 años tan sólo se conserve 10% de
las células nodales originales. Además, las células de marcapaso sufren una auriculización,
lo cual da lugar a que la fibrilación auricular y el síndrome de seno enfermo aparezcan con
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mayor frecuencia que en los adultos jóvenes. Lo mismo ocurre con el nodo
auriculoventricular y el haz de His, en los que se observan con mayor frecuencia bloqueos
auriculoventriculares con el uso de bloqueadores β, digoxina, amiodarona y otros
antiarrítmicos.

En cuanto a la pared vascular, la capa íntima es la que más se afecta. Aumenta de forma
llamativa su grosor como consecuencia del depósito de calcio y diversos tipos de tejido
conjuntivo, ésteres de colesterol y fosfolípidos. En la capa media se produce fragmentación
de la elastina junto con depósitos de calcio. También hay pérdidas de la función metabólica
de las células endoteliales con limitación para generar óxido nítrico (ON). Todo esto produce
mayor rigidez de la arteria y disminución de su elasticidad y la luz vascular, lo que
incrementa las resistencias periféricas y contribuye a aumentar la presión arterial sistólica.

Los cambios de la función están íntimamente relacionados con lo ya mencionado: con el


ejercicio intenso se observa una limitación para alcanzar altas frecuencias cardiacas, lo cual
se atribuye a una menor capacidad de respuesta de los receptores adrenérgicos. Sin
embargo, el gasto cardiaco se mantiene normal a expensas de un incremento del volumen
de expulsión, que se obtiene a través de un aumento del volumen al final de la diástole del
ventrículo izquierdo, de acuerdo con el mecanismo de Frank-Starling.

En la edad adulta disminuyen en poco tiempo la sensibilidad y la rapidez de la respuesta


de los barorreceptores. El síndrome del seno carotídeo, que es muy común en los viejos,
probablemente tiene poca relación con la sensibi- lidad barorrefleja. Los barorreceptores
están íntimamente relacionados con los quimiorreceptores en el cuerpo carotídeo y la
médula; por ello la gente vieja no responde con taquicardia en respuesta a la hipoxemia,
hipercapnia y acidosis respiratoria. Existe una alteración en la sensibilidad y respuesta
autonómica debido a una reducción de la respuesta adrenérgica β originada por una
disminución en los sitios de unión de alta afinidad, pero con un incremento de las
catecolaminas; por ejemplo, elevación de las concentraciones de noradrenalina en más de
cinco veces respecto de los pacientes jóvenes, como consecuencia de la alteración de los
mecanismos de retroalimentación. Lo anterior provoca que el anciano sea susceptible a la
hipotensión ortostática con el uso de diuréticos, vasodilatadores y fármacos
anticolinérgicos, deshidratación y cambios de posición.

Respiratorio

Los cambios en la función pulmonar relacionados con la edad son una combinación del
proceso de envejecimiento y los factores externos (contaminación, tabaquismo, etc.). Se
observa mayor rigidez de la pared torácica debido a calcificación de las articulaciones
costoesternales y vertebrales, aumento de la cifosis dorsal, rectificación costal con aumento
del diámetro anteroposterior de la caja torácica; aunado a esto, hay pérdida de la fuerza de
músculos respiratorios, disminución de los espacios vertebrales y una menor capacidad de
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elasticidad del tejido pulmonar, lo que lleva a una reducción de la capacidad vital y, con
mayor facilidad, a la fatiga.

Se observa una disminución de la IgA, menor movilidad de cilios y reducción del reflejo de
la tos y fuerza muscular disminuida, lo cual pone en riesgo de contraer neumonía con
facilidad en este grupo de edad. De igual forma, todos estos factores se combinan y en el
momento de adquirir una infección respiratoria ésta es más grave y tiene mayor repercusión
sistémica y duración más prolongada.

En referencia a los volúmenes y capacidades, estos cambios relacionados con la edad


provocan un aumento del volumen espiratorio forzado (FEV 1), menor capacidad vital
forzada (FVC) y un incremento del volumen residual de 20%; la PaO 2 decrece de forma
progresiva y lineal, de 95mmHgalaedadde20añosa75mmHgalos70años. Hay también
aumento del espacio muerto fisiológico y pérdida de pequeños vasos periféricos. Existe una
disminución de la elasticidad y ello ocasiona una reducción de la distensibilidad pulmonar.
La respuesta ventilatoria a la hipoxia e hipercapnia también disminuyen con la edad. La
capacidad de ejercicio, como se indica con el consumo máximo de oxígeno (VO2máx),
disminuye de manera lineal en 35% entre los 20 y 70 años. En la gasometría se observa
una discreta tendencia a la reducción de la PO2 arterial, debido a una reducción del área
de superficie alveolar, por pérdi- da de los tabiques alveolares y alteración de sus paredes
e incremento de los ductos alveolares. Hay mayor tendencia al colapso de las vías
respiratorias (atelectasia) cuando la persona no respira profundamente o hay polipnea por
dolor, sepsis, procedimientos quirúrgicos o algún estrés externo; de igual forma, este
colapso de las vías respiratorias predispone a infecciones del tracto respiratorio bajo. Sin
embargo, en ausencia de enfermedades, ninguna de estas alteraciones funcionales es
suficiente por sí sola para abatir funcionalmente al anciano.

Renal

Los cambios en los riñones relacionados con el envejecimiento tienen consecuencias


importantes en la homeostasis corporal y la toxicidad farmacológica. Es esencial conocer
bien el envejecimiento renal y distinguirlo de la insuficiencia renal secundaria a
enfermedades para instituir un tratamiento personalizado en los ancianos.

Los riñones muestran cambios estructurales y funcionales en los que destaca una gran
pérdida de nefronas hacia los 80 años; su número decrece hasta 30%, como efecto de la
esclerosis. Desde el punto de vista morfológico, disminuye su longitud alrededor de 2 cm
en estudios urográficos, lo que representa una pérdida de volumen de 40%. Esta pérdida
afecta más a la corteza y se mantiene relativamente bien la médula. En la séptima década
se ha perdido al menos 10% de los glomérulos funcionales, con el consiguiente efecto sobre
la superficie efectiva de filtración. Esta degeneración de los glomérulos corticales se
acompaña de atrofia de las arteriolas aferente y eferente, con esclerosis global, y
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comunicaciones directas entre ellas, lo que contribuye al mantenimiento del flujo medular a
medida que decrece el cortical.

Sin embargo, en términos anatómicos lo más importante del envejecimiento renal es la


disminución de volumen del túbulo proximal. Esto da lugar a una disminución progresiva de
la filtración y la depuración de creatinina a partir de la cuarta década (30 a 40 años), sin
aumento paralelo de la creatinina sérica, debido a su menor producción endógena dado
que su producción desciende al decrecer la masa muscular que le da origen. El flujo renal
también cambia con el envejecimiento; en un estudio reciente se refiere una declinación
media de la depuración de creati- nina de 0.75 ml/min/año. En algunos otros estudios se
demuestra que hasta 36% de los sujetos mayores de 70 años mantiene cifras de depuración
por arriba de 60 ml/min. Dicho de otra manera, dos de cada tres ancianos “sanos” tienen
una función renal disminuida y se debe ajustar la dosis de los fármacos excretados por vía
renal; hay que tomar en cuenta enfermedades que afecten la función renal, como
hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca, uso crónico de antiinflamatorios no
esteroideos, etc. Puede aumentar la permeabilidad de la membrana glomerular para las
proteínas y, en consecuencia, mostrar proteinuria. También disminuye la capacidad máxima
de resorción tubular de la glucosa, fosfato y sodio, así como la capacidad para concentrar
y diluir orina, por lo que las alteraciones del metabolismo hidrosalino son frecuentes en este
grupo de edad, en relación con una menor cantidad de agua corporal total; el anciano se
deshidrata con facilidad y presenta hipernatremia y, en cambio, la secreción inapropiada de
hormona antidiurética ocasiona hiponatremia con mayor frecuencia respecto de los jóvenes.

La mayoría de los ancianos tiene una concentración de renina plasmática baja; casi dos de
cada tres ancianos muestran renina baja, de tal modo que el uso de inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y antagonistas de los receptores de angiotensina no ejerce la
misma respuesta antihipertensiva, tal y como se observa en personas más jóvenes o con
concentraciones de renina elevadas o normales.

Sistema Nervioso Central

En el puente no hay disminución de neuronas

A partir de los 65 años hay disminución de 7 cm3 por año de la masa cerebral

Acumulación de lipofuscina en hipocampo y corteza frontal no afectado el ámbito cognitivo

Aumento de placas neuríticas y ovillo neurofibrilares que son precedentes de Alzheimer

Disminuye acetilcolina 5-HT y dopamina que disminuye la capacidad de toma de desiciones


por disminución en la recompensa.
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La inteligencia fluida disminuye mientras que la inteligenia cristalizada aumenta y hay


dificultad para generar nuevos conocimientos

Hay patrones de sueño alterado por diminución de la fase REM

Los cambios en el sistema nervioso no siempre son uniformes y reflejan la gran diversidad
relacionada con el envejecimiento. Esto se debe a la variabilidad de células que lo
componen y que, dispuestas en las diferentes capas, controlan muchas funciones, entre
ellas memoria, lenguaje, función verbal y visual, así como también funciones motoras y
sensoriales, para las cuales existe una amplia diferenciación entre los individuos. El
envejecimiento produce una declinación del rendimiento mental con alteración de las
interrelaciones que existen entre la atención, la memoria y la información, así como la
orientación en tiempo y espacio.

Dentro de los cambios vinculados con el envejecimiento está la pérdida de neuronas,


aunque menor de la que se pensaba hasta hace pocos años, si bien ocasiona una
disminución del peso cerebral. Esta pérdida se compensa en parte por el fenómeno de
neuroplasticidad, que consiste en el desarrollo de estructuras y funciones nuevas, mediante
neoconexiones sinápticas a través de la formación de nuevos árboles dendríticos. Las
neuronas perdidas se sustituyen por glía y ello da lugar a fenómenos de gliosis. También
aparecen placas seniles, ovillos neurofibrilares, cuerpos de Lewy, degeneración
granulovacuolar y distrofia neuroaxonal, así como cambios importantes en los sistemas de
transmisión neurohormonal (dopaminérgico, neuroadrenérgico, serotoninérgico,
acetilcolínico y aminérgico). Todo ello causa, en el plano somatosensorial, cierta pérdida de
la sensibilidad táctil, vibratoria y discriminatoria; en el plano motor, en una menor capacidad
de coordinación y de control muscular; y, desde el punto de vista intelectualcognoscitivo,
en una pérdida de memoria reciente, con dificultad para nuevos aprendizajes y, en el
comportamiento, en pérdida de la adaptabilidad al medio y una lentificación general, con
mayor susceptibilidad a la depresión, ansiedad e insomnio.

Existe también un incremento de la disfunción autonómica, en especial en el sistema


simpático, así como también afectación del tono vagal. La sobreestimulación vagal en el
viejo genera una frecuencia cardiaca semejante a la que presentan los jóvenes, a pesar del
descenso de la frecuencia máxima inducida por ejercicio. Esto se debe a la falla en la
conducción simpática y la mayor sensibilidad de la acetilcolina. La variabilidad del pulso
disminuye con la edad, lo que indica una caída del sistema de barorreceptores, de tal modo
que éstos se vuelven más susceptibles a la hipotensión postural. La menor conservación
del volumen plasmático por el riñón también sitúa a los viejos en riesgo de hipovolemia. Las
maniobras simples de ventilación con presión positiva pueden reducir el retorno venoso lo
suficiente para precipitar un colapso hipotensor.

Órganos de los sentidos

Hay atrofia del tejido periorbitario, disminuye la función de la glándula lacrimal


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El cristalino pierde su elasticidad, arco senil (en la zona periferica de la cornea hay depósitos
de colesterol y lípidos y se relaciona con la acumulación de estos en los pacientes.
Hay perdida d las celulas ciliadas basales del órgano de corti que diminuye la capacidad
auditiva aguda.
Presbiacusia más bien el paciente adulto no entiende lo que se le está diciendo porque se
está hablando alto.
Disminuye el número de papilas gustativas pero no se relaciona con que disminuya el gusto
sino más bien con la disminución del olfato.

Las alteraciones oculares son una mayor prevalencia de la disminución de la agudeza visual
con el paso de los años debido a la pérdida de la elasticidad del cristalino, que reduce los
límites de la acomodación y, en personas mayores de 55 años, es menor de dos dioptrías,
lo que constituye la presbiopía. Esta alteración de la visión se vincula de manera negativa
con la independencia y el estado funcional de los viejos, además de afectar de manera
negativa la cognición. Las anomalías que presenta el resto de los componentes de los ojos
se pueden resumir de la siguiente manera: la coloración amarillenta de los lentes oculares
es efecto de la agregación de proteínas que también aumentan la dispersión de la luz.
Existe un incremento de la formación de cataratas con el envejecimiento. Las alteraciones
de la retina ocurren en los bastones y los conos (fotorreceptores) y el pigmento epitelial de
la retina. Se atenúa la densidad de los fotorreceptores. Existe degeneración macular que
es la principal causa de ceguera en los países occidentales. Sobre la córnea, los cambios
lipídicos constituyen el llamado “arco senil”.

La función del oído declina de manera paulatina con la edad. La capacidad de percepción
de altas frecuencias acústicas disminuye rápidamente y da origen a la presbiacusia. En
algunos pacientes se halla afectada la comprensión del habla, tal vez porque cambian las
curvas de sintonización de las fibras nerviosas auditivas. La base de las pérdidas
sensoriales acústicas se debe al anquilosamiento de la membrana basilar, la atrofia del
órgano de Corti y los déficit metabólicos que llevan a la atrofia de la estría vascular. Además,
la pérdida creciente de neuronas reduce la capacidad de rendimiento en la elaboración y
procesamiento de la información auditiva.

En cuanto al gusto, existe una disminución considerable de la sensación de la sed, lo que


favorece en los ancianos el riesgo de hipovolemia y sus consecuencias clínicas, así como
también un descenso de la detección de los sabores hasta en 50%, lo cual contribuye a la
disminución de la ingesta de alimentos y a la necesidad de agregar mayor cantidad de
condimento a la comida.

La sensibilidad somatovisceral se ve limitada por una pérdida progresiva de los corpúsculos


de Meissner y Pacine, que en los viejos de 90 años puede alcanzar una reduc- ción de 30%.

Los trastornos olfativos se identifican en general como anosmia (incapacidad para oler),
hiposmía (disminución de la capacidad olfativa), disosmia (alteración de la percepción del
olfato), fantosmía (percepción de olor sin estimulo presente) y parosmía o troposmía (la
percepción alterada de un olor en presencia de un estímulo oloroso). Las etiologías en la
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incapacidad olfativa pueden ser provocadas por causas mecánicas, traumáticas,


infecciosas, por deficiencia nutritiva y por enfermedades del sistema nervioso central, entre
otras. Ahora bien, existen dos vías principales que ocasionan los trastornos olfatorios:

• Trastornos ocasionados por alteraciones en las vías conductivas: Alteraciones


secundarias debidas a la obstrucción del flujo de aire nasal a la hendidura
olfatoria.
• Trastornos ocasionados por alteraciones en las vías sensoneuronales: Se trata de
procesos que afectan directamente y alteran el epitelio olfativo o las vías olfativas
centrales. La infección respiratoria superior es una causa frecuente de pérdida de
olfatoria neural y habitual en personas de la tercera la edad.

Sistema Inmunológico

La función del sistema inmunitario se atenúa con la edad y propicia un incremento de la


frecuencia de infecciones y mayor prevalencia de neoplasias y alteraciones
autoinmunitarias. Este sistema fisiológico parece tener una función relevante en la
determinación del ritmo al que ocurre el envejecimiento. La involución del timo es sello
distintivo del envejecimiento, aunque existen caminos independientes al timo para el
desarrollo del sistema inmunológico. La capacidad de las células primordiales
hematopoyéticas para replicarse decrece con la edad. La respuesta a las vacunas está
disminuida. La mayor parte de las pruebas de función de las células T está disminuida en
los viejos y tiende a reducir la secreción de IL-2 después de la estimulación por las células
presentadoras de antígenos. Varios estudios sugieren un nexo positivo entre la buena
función de las células T in vitro y la longevidad del individuo, así como el recuento absoluto
de linfocitos y la longevidad. Una proporción elevada de centenarios tiene bien preser-

vadas las funciones inmunitarias en comparación con los menos viejos. Los monocitos
también tienden a disminuir su función con el envejecimiento.

El envejecimiento se acompaña de una mayor adherencia de los fagocitos y los neutrófilos


al endotelio y de los macrófagos a diversos sustratos. Este aumento de ad- herencia se
acompaña de una disminución en la siguiente etapa del proceso fagocítico y la capacidad
de quimiotaxis, un hecho que se ha observado tanto en los neutrófilos humanos como en
los macrófagos murinos y parece contribuir al aumento del riesgo de infecciones en los
individuos ancianos. La mayor adherencia al endotelio y la menor quimiotaxis son
consecuencia de una mayor expresión de las moléculas de adhesión, como cVCAM-1 y
cICAM-1, en relación con la edad y las alteraciones de la fluidez de las membranas
celulares, que se han vinculado con un aumento de los niveles de estrés oxidativo. En
general, puede señalarse que unos leucocitos con menor grado de oxidación funcionan
mejor y el individuo con tales leucocitos tiene una mayor y mejor longevidad.
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Respecto de la función de las células citolíticas, una actividad baja de éstas se vincula con
el desarrollo de infecciones y muerte por este motivo. Los individuos ancianos (mayores de
85 años) con valores de células citolíticas bajos presentan un riesgo tres veces superior de
muerte en los siguientes dos años de seguimiento respecto de aquellos con valores
elevados y un mayor riesgo de presentar arterioesclerosis. En el mismo sentido, se ha
descrito que una actividad de células citolíticas elevada se vincula con un mejor estado de
salud y una baja incidencia de infecciones respiratorias, así como concentraciones
superiores de anticuerpos en respuesta a la vacuna de la gripe. Ciertas citocinas se
incrementan con la edad, como el interferón γ, TGF-β, TNF, IL-6 e IL-1.

En cuanto al sistema hematológico, los cambios son muy escasos. La médula activa se
reduce en un tercio entre los 20 y 70 años y es posible observar menor número de células
precursoras, si bien la potencialidad hematopoyética se mantiene siempre muy por encima
de las necesidades fisiológicas. Se observa un ligero aumento de la fragilidad osmótica del
eritrocito o una menor capacidad bactericida de los neutrófilos.

Digestivo

Disminuye el número y la funcionalidad de las piezas dentales y así la eficacia de la


masticación; esto, junto con una menor secreción de saliva, dificulta la formación del bolo
alimenticio. Se produce atrofia de las papilas gustativas; se altera la motilidad esofágica,
con disminución de la amplitud de las ondas peristálticas, presencia de ondas polifásicas,
relajación esofágica y relajación incompleta del cardias. La mucosa gástrica es más
susceptible a la lesión inducida por el jugo gástrico debido a una menor cantidad y eficacia
de la capa de gel secretada por las células gástricas, una menor síntesis celular de
prostaglan- dinas citoprotectoras y la disminución de la capacidad de reparación de las
lesiones, derivada de una menor capacidad proliferativa del epitelio. Existe propensión a la
atrofia de la mucosa, con menor secreción de ácido clorhídrico y, con la consiguiente menor
absorción de hierro y calcio, también hay una reducción de la secreción gástrica del factor
intrínseco necesario para la absorción de vitamina B12 en el intestino delgado. La incidencia
de úlceras pépticas se incrementa con la edad.

Se han descrito cambios a nivel motor en el intestino delgado con el envejecimiento. Esto
incluye relativamente un menor efecto en el intestino delgado de los patrones manométricos
con disminución de la frecuencia de contracciones después de comer. La absorción de
nutrientes por el tracto gastrointestinal depende de varios factores. Los compuestos
lipofílicos como la vitamina A muestran un incremento de su absorción mientras que la
vitamina D está disminuida. La absorción de grasa decrece, mientras que se incrementa la
absorción del colesterol.

En el intestino grueso varios factores favorecen la aparición de divertículos: menor motilidad


colónica con aumento del tiempo de tránsito por pérdida de neuronas del plexo mioentérico;
mayor consistencia de las heces secundaria a un menor consumo de fibra e incremento de
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la absorción de agua debido al aumento del tiempo de tránsito y la colágena en la pared del
colon.

EL HÍGADO Y EL PÁNCREAS EXPERIMENTAN POCOS CAMBIOS, PERMITE QUE


AMBOS ÓRGANOS MANTENGAN INTACTAS UNAS POSIBILIDADES FUNCIONALES
QUE SUPERAN LAS EXPECTATIVAS DE VIDA MÁXIMA. EL TAMAÑO DEL HÍGADO
DISMINUYE EN 45% CON LA EDAD, EN RELACIÓN CON UNA DECLINACIÓN DEL
FLUJO SANGUÍNEO. LA FASE I DEL METABOLISMO HEPÁTICO SE VE AFECTADA,
CON UNA REDUCCIÓN DE LA ACTIVIDAD ENZIMÁTICA, EN ESPECIAL EL SISTEMA
P450. LOS FACTORES QUE PUEDEN CONTRIBUIR A LA ALTERACIÓN DE LA
DEPURACIÓN HEPÁTICA SON EL TAMAÑO DEL HÍGADO, SU CAPACIDAD PARA
METABOLIZAR SUSTANCIAS Y LA DISMINUCIÓN DEL FLUJO SANGUÍNEO EN
RELACIÓN CON LA EDAD. SE HA DEMOSTRADO QUE LOS ANCIANOS PRESENTAN
UNA MENOR DEPURACIÓN DE LOS FÁRMACOS CUYO METABOLISMO DEPENDE
DEL FLUJO SANGUÍNEO, DATO QUE SE DEBE CONSIDERAR PARA AJUSTAR LA
DOSIS CUANDO SE INDICAN FÁRMACOS EN ESTA POBLACIÓN. TAMBIÉN
DISMINUYEN OTRAS FUNCIONES DEL HÍGADO CON LA EDAD, COMO LA
PRODUCCIÓN DE ALBÚMINA, FACTORES DE COAGULACIÓN Y METABOLISMO DE
LA GLUCOSA. SIN EMBARGO, LOS RESULTADOS DE LAS PRUEBAS
HEPÁTICAS GENERALMENTE PERMANECEN NORMALES.

Piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Entre sus funciones están el de barrera
mecánica, regular la temperatura, iniciar la función inmunológica, transmitir el estímulo
externo al cuerpo, además de proteger contra los efectos ultravioletas de la luz. Se compone
de tres capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis; los cambios más frecuentes son los
siguientes: en la epidermis aparecen fenómenos atróficos, la capa basal se hiperpigmenta
y existe algún grado de hiperqueratosis. En la dermis también se evidencia cierta atrofia y
degeneración de la colágena, que da lugar a elastosis del anciano y degeneración actínica,
junto con dilatación de los vasos y roturas vasculares que, ante traumatismos
insignificantes, produce púrpura senil. Son comunes la atrofia e hipertrofia del tejido
subcutáneo en los viejos.

El grosor de la piel tiende a disminuir después de la séptima década, además de mostrar


también incremento de la respuesta vasoconstrictora y disminución de los agentes
vasodilatadores y vasoprotectores. Se ve alterada la función reparadora de la piel con
alteraciones de la curación de heridas, que puede contribuir a la formación de úlceras y su
cronicidad.

Endócrino
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Los cambios en el sistema endocrino varían entre unas glándulas y otras. El envejecimiento
se vincula con cambios anatómicos de las glándulas endocrinas como resultado de la
muerte celular programada, la destrucción autoinmunitaria o la transformación neoplásica
del tejido glandular. Los cambios relacionados con la edad también ocurren en la secreción
hormonal secundaria a cambios fisiológicos por los ritmos circadianos y estacionales, o en
la frecuencia o la intensidad de los pulsos hormonales. Otros cambios con la edad incluyen
los siguientes:

Alteración de la bioactividad de las hormonas.


Modificación del transporte de las hormonas hacia los sitios de unión de receptores.
Alteración de la interacción hormona-receptor.
Cambios posreceptor.

Los cambios hormonales se relacionan más con alteracio- nes fisiológicas celulares y
menos con una disminución del agotamiento celular. Con la edad ocurre la desincronización
de varios ritmos biológicos. La sensibilidad glandular a los secretagogos también se afecta
con algunas glándulas, lo que reduce, incrementa, inhibe o no produce alteraciones en la
respuesta.

Los cambios a nivel pituitario por la edad se atribuyen a un patrón pulsátil alterado de
secreción hormonal. En la adenohipófisis apenas se modifica la secreción de la hormona
estimuladora del tiroides (TSH), hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y hormona del
crecimiento (GH) pero si cambian las concentraciones de la hormona foliculoestimulante
(FSH) y hormona luteinizante (LH), en relación con las alteraciones hormonales ligadas al
climaterio. Las hormonas T3 y T4 mantienen concentraciones normales. Es posible un
cierto descenso de su secreción, pero se compensa con una peor eliminación. Algo
parecido ocurre en la corteza suprarrenal.

No se modifican las concentraciones del cortisol libre plasmático y urinario ni los del cortisol
unido a proteínas, y es más lenta la depuración metabólica y menor el número de receptores
a los glucocorticoides. No cambia tampoco la respuesta de la ACTH plasmática a la
sobrecarga quirúrgica o a la hipoglucemia. En cambio, sí disminuyen la producción de
andrógenos suprarrenales y las concentraciones de renina y aldosterona en sangre y orina.
Hay pocos cambios en las tasas de secreción de insulina y se conserva normal la unión
insulina-receptor, por lo que la menor sensibilidad a la insulina observada con la edad se
atribuye a una mayor resistencia a ella en los tejidos periféricos. Esta resistencia a la
insulina es un fenómeno muy importante en la clínica y contribuye a explicar no sólo el
aumento de los individuos diabéticos y con intolerancia a los carbohidratos, como ocurre
entre la población anciana, sino también el incremento de las alteraciones relacionadas con
el síndrome metabólico. Por último, la depuración de las hormonas también se modifica en
el envejecimiento.
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Valoración geriátrica integral

Esfera biológica, mental, funcional, social (escalas)

La valoración geriátrica representa una actividad compleja en la cual intervienen varios


actores. El objetivo de dicha valoración es mejorar la función y los objetivos son:
a) identificar la mayor parte de los problemas que puede presentar un paciente en particular
b) establecer la interrelación entre éstos
c) instituir medidas terapéuticas específicas
d) elaborar planes de rehabilitación

e) iniciar medidas de prevención

f ) optimizar la comunicación

g) disponer de forma adecuada de los recursos

h) disminuir la hospitalización y la institucionalización.

La valoración es un proceso continuo que debe guiar a través del tiempo, identificar los
problemas actuales y señalar las posibles soluciones. Asimismo, es preciso estar alerta
para detectar otros que pueden aparecer, ya sea por la evolución natural de estas
afectaciones o por las manipulaciones terapéuticas instituidas.

En primer término hay que desprenderse de los prejuicios antes de formular cualquier
diagnóstico. No es posible atribuir los síntomas y la mayoría de los problemas al mero
proceso de envejecimiento, ni tampoco renunciar antes de iniciar la empresa ante lo que
podría representar un reto difícil.

Además de la identificación de los riesgos y enfermedades existentes, una buena valoración


debe delinear una idea muy aproximada del pronóstico, aunque algunas veces no es
posible establecerlo con la exactitud necesaria, dado que para ello hay que realizar otro tipo
de exámenes complementarios.

La recolección de los datos iniciales es quizá lo más importante de todo. Si el examinador


tiene la destreza necesaria para recoger la información importante, ahorrará mucho tiempo
y problemas a todo el grupo que luego atienda al paciente. La valoración puede realizarse
en un solo consultorio o en sitios distintos, según sean la infraestructura de la unidad o
centro hospitalario y los clínicos participantes. Por desgracia, no siempre se cuenta con el
equipo ideal: médico especialista en geriatría, enfermera especialista en geriatría, médico
especialista en rehabilitación con entrenamiento en el área de geriatría, trabajadora social
y gericultistas.
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Al iniciar la entrevista debe constatarse que el paciente ha comprendido bien las


indicaciones. Asimismo, y conforme transcurre la entrevista, se lleva a cabo el examen del
estado mental. La mayor parte de las veces es necesaria la presencia del cuidador o un
familiar para el interrogatorio indirecto. Por supuesto, en presencia de un deterioro cog-
nitivo, la asistencia del cuidador es indispensable. La comunicación inicial debe ser lo más
tranquila posible y en un ambiente adecuado, a menos que se trate de una sala de
urgencias. Desde que ingresa el individuo al consultorio deben reconocerse algunos
problemas: utilización de bastón o andadera por alteración de la marcha o, peor aún, ines-
tabilidad y falta de uso de estos implementos; si el sujeto puede ver bien, reconocer su
postura al sentarse y saludar; temores evidentes de la persona; relación con los acompa-
ñantes; necesidad de gritar por sordera; capacidad de vestirse solo; presencia de fatiga al
caminar unos cuantos pasos o al hablar; temblor o rigidez. Por ejemplo, puede realizarse la
prueba de la silla que propuso Tinetti mientras el paciente entra al consultorio y se sienta,
lo cual ahorra tiempo y permite reconocer el riesgo de caídas. Es importante también no
incluir a toda la familia dentro del consultorio, ya que en muchas ocasiones acuden todos
los hijos para conocer directamente el diagnóstico del clínico, sea por desconfiar del
cuidador principal o para proponer (de buena fe) acciones y directrices futuras y, en el peor
de los casos, por aparentar ante los demás una preocupación inexistente.

A continuación se revisan las pruebas de detección (o tamizaje) más utilizadas hoy en día.

1. El examen minimental (Folstein o Lobo). Tiene una sensibilidad de 92% y una


especificidad de 75%. El examen de Folstein es la prueba más usada para la exploración
inicial.
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2. La prueba del reloj. La idearon Shulman et al. en 1986 (Clock Drawing Test) y valora
principalmente las alteraciones visoespaciales y constructivas. El examen se desarrolla
como sigue: se pide al paciente que di- buje la carátula de un reloj en donde las manecillas
marquen las 3:00 h.
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3. El examen corto del estado mental. Pfeiffer lo ideó en 1975; es otro instrumento de
valoración utilizado con frecuencia en estudios epidemiológicos (sensibilidad de 86% y
especificidad de 90%; nivel de evidencia, II). El examen consiste en 10 preguntas:

a) ¿Qué fecha es hoy?

b) ¿Qué día de la semana es hoy?

c) ¿Cuál es el nombre de este lugar?

d) ¿Cuál es su número telefónico?

e) ¿Qué edad tiene?

f) ¿Cuándo nació?

g) ¿Quién es el presidente de la República?

h) ¿Quién fue el presidente anterior?

i) ¿Cuál es el nombre de soltera de su madre?

j) Restar de tres en tres a partir de 20.


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Valoración social

Aunque la valoración social exhaustiva es función del trabajador social, el médico debe
conocer y hacer constar en su historia todos aquellos datos que puedan ser de interés y
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tengan repercusión presente o futura sobre el anciano. Permite conocer la relación entre el
anciano y su entorno. Aspectos relacionados con el hogar, apoyo familiar y social son
cuestiones importantes a la hora de organizar el plan de cuidados de un anciano. En función
de ellos podremos ubicar al paciente en el nivel asistencial adecuado y tramitar los recursos
sociales que va a precisar. Pongamos el caso de un varón de 82 años, viudo, que vive en
un tercer piso sin ascensor y que ingresa en una unidad de agudos por un accidente
cerebrovascular con hemiplejia izquierda secundaria. Una vez estabilizado, el paciente
inicia la recuperación funcional, siendo capaz a los diez días de caminar con ayuda de
andador, pero es dependiente para las actividades básicas de la vida diaria (aseo, vestido).
Este paciente no puede ser dado de alta a su domicilio dada la ausencia de un soporte
familiar que asegure el cuidado del paciente y que permita continuar su recuperación, por
ejemplo, en un Hospital de Día Geriátrico. En ocasiones, una falta de previsión de este tipo
de aspectos puede ser fuente de reingresos hospitalarios.

¿Qué preguntas deberíamos hacer como geriatras a un paciente para conocer su situación
social?:
— ¿Soltero, casado o viudo?
— ¿Tiene hijos?; en caso afirmativo, ¿cuántos?, ¿viven en la misma ciudad?
— ¿Con quién vive?
— ¿Tiene contactos con familiares, amigos o vecinos? ¿Con qué frecuencia?
— ¿Cómo es el domicilio donde vive?
— ¿Tiene ascensor el edificio donde vive?
— ¿Precisa algún tipo de ayuda para su autocuidado?
— ¿Quién es la principal persona que le ayuda o le cuida?, ¿tiene esa persona algún
problema de salud?
— ¿Recibe algún tipo de ayuda formal?

La valoración social es complicada, en cuanto a que no existe acuerdo entre los


componentes de la salud social. No debemos olvidar en su evaluación incluir un factor
subjetivo, pero no por ello menos importante: la calidad de vida.

Los instrumentos de medición más utilizados son:

— Escala OARS de recursos sociales.


— Escala de valoración sociofamiliar de Gijón.
— Escala de Filadelfia (Philadelphia Geriatric Center Morale Scale).

• Escala OARS de recursos sociales

Herramienta diagnóstica multidimensional adaptada por Grau en población anciana


española comprobando su fiabilidad y viabilidad. Proporciona información acerca de cinco
áreas: estructura familiar y recursos sociales, recursos económicos, salud mental, salud
física y capacidades para la realización de AVD (Duke University, 1978). Evalúa las
respuestas en una escala de 6 puntos, que van desde excelentes recursos sociales (1
punto) hasta el deterioro social total (6 puntos).

• Escala de valoración sociofamiliar de Gijón


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Creada a finales de los años noventa, se emplea para valorar la situación social y familiar
de las personas mayores que viven en domicilio. Su objetivo es detectar situaciones de
riesgo y problemas sociales para la puesta en marcha de intervenciones sociales. Evalúa
cinco áreas de riesgo social: situa ción familiar, vivienda, relaciones y contactos sociales,
apoyos de la red social y situación económica. La puntuación oscila entre 0 y 20, indicando
mayor puntuación peor situación social.

• Escala de Filadelfia

Desarrollada en 1975 por Lawton (Gerontol 1975; 30: 85-89) es la escala recomendada por
grupos de expertos de la British Geriatrics Society y el American Nacional Institute of Aging
para la medición o cuantificación de la calidad de vida. Evalúa la actitud frente al
envejecimiento, la insatisfacción con la soledad y la ansiedad con un objetivo claro, el de
medir el grado subjetivo de satisfacción del anciano. Su aplicabilidad es excelente y sólo se
ve limitada o interferida por la presencia de trastornos del lenguaje (afasias) y deterioro
cognitivo. Al realizar la valoración social, no debemos olvidarnos del cuidador principal,
pieza clave en el entramado de la atención en el día a día del anciano (9). En la sobrecarga
de los cuidadores pueden influir los siguientes factores: 1) la gravedad de la demencia y los
problemas de comportamiento que mostraba el paciente; 2) el tipo de relación entre el
cuidador y el paciente (esposo/a, hermano/a, hijo/a, nuera...); 3) los mecanismos de
enfrentamiento utilizados por los cuidadores, y 4) la accesibilidad a los recursos sociales.
La escala más utilizada para valorar la sobrecarga del cuidador principal de pacientes con
demencia es la escala de Zarit.

• Escala de Zarit

La escala de Zarit fue desarrollada con la finalidad de medir el grado en que el cuidador
percibía que su trabajo de asistencia al enfermo con demencia alteraba su propia salud
física y emocional, así como su situación económica (Gerontologist 1980; 20: 649- 654).
Explora el sufrimiento del cuidador principal en áreas de salud física, psíquica, actividad
social y recursos económicos. Es un instrumento autoadministrado del que existen varias
versiones, la más extendida de las cuales consta de 22 ítems, los cuales se encuentran
organizados en las subescalas de integración social (5 ítems), ocupación y orientación (5
ítems), independencia física (16 ítems) y movilidad (3 ítems). Cada ítem se puntúa de 1
(nunca) a 5 (casi siempre). La puntuación mínima es de 22, y la máxima, 110. Se han
establecido los siguientes puntos de corte: entre 22 y 46 indica no sobrecarga; de 47 a 55,
sobrecarga leve, y de 56 a 110, sobrecarga intensa. Se aconseja el despistaje sistemático
en pacientes con estadios leve-moderado, moderado y moderadograve, así como en todas
las demencias que cursen con síntomas psíquicos y conductuales.
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Historia clínica geriátrica

1. Historial clínico en relación con la salud física. El objetivo es conocer los antecedentes y
la evolución de los diagnósticos establecidos.
2. Identificación de síndromes geriátricos:
a) Privación sensorial: visual y auditiva.
b) Incontinencia.
c) Inmovilidad.
d) Pérdida de peso y desnutrición.
e) Caídas.
f) Disfunción sexual.
g) Polifarmacia.
h) Problemas dentales.
i) Problemas de los pies.
3. Depresión.
4. Valoración del estado mental.
5. Valoración de la función.
6. Problemas sociales y familiares.
7. Medicina preventiva.
8. Colapso del cuidador.
9. Direcciones avanzadas.
10. Potencial rehabilitatorio.

Esta valoración incluye los siguientes pasos:

1. Mental: mencionar tres objetos (mesa, cortina, lápiz, etc.), esperar un minuto y entre
tanto hablar con el paciente de otras cosas; pasado ese tiempo preguntar acerca de
los tres objetos. Si el paciente olvida uno de ellos, hay que aplicar el examen de
Folstein o Lobo.
2. Fármacos: preguntar por la lista de todos los fármacos, en especial los
anticolinérgicos y los psicotrópicos. Al mismo tiempo, se realiza el cálculo de la
depuración de creatinina según la siguiente fórmula: 140 – edad × peso/72 ×
creatinina sérica.
3. Función: preguntar acerca de dependencia para realizar las actividades de la vida
cotidiana. Si encuentra depen- dencia en más de una, realizar la escala de Katz.
4. Mobilidad: inquirir sobre las caídas en los últimos 12 meses; solicitar al paciente que
se levante y camine 10 pasos y vuelva a sentarse.
5. Social: preguntar al paciente: ¿quién le ayudaría si usted se enfermara?
6. Direcciones avanzadas: preguntar al paciente: ¿tiene usted un testamento en vida
o un poder notarial para su atención en caso necesario?
7. Audición: hacer la prueba del susurro, tras ocluir un conducto auditivo a la vez.
8. Visión: realizar la prueba de agudeza visual (Snellen) mediante los lentes que usa
el paciente de manera cotidiana.
9. Incontinencia: preguntar en el caso de la mujer: ¿ha tenido fugas de orina al toser,
estornudar?, ¿en oca- siones no puede llegar al retrete y moja usted la ropa interior?
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En el caso del hombre: ¿cuántas veces se levanta en la noche a orinar?, ¿moja


siempre su ropa interior antes o después de orinar?
10. Nutrición: ¿ha perdido peso en los últimos seis meses?, ¿ha dejado de comer como
antes?
11. Depresión: preguntar: ¿se siente usted triste o deprimido?, ¿ha dejado de tener
actividades placenteras a últimas fechas?
12. Salud bucal: ¿utiliza dentadura postiza?, ¿tiene dificultad para masticar?

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